Después de nuestros encuentros cercanos con un tercero en nuestras vacaciones tanto en Brasil como en Mar del Plata, esta vez decidimos animarnos a buscar a alguien en nuestra ciudad para llevar a cabo una nueva experiencia que nos caliente tanto a mi marido como a mi. Entonces comenzamos la búsqueda, pero lo tomamos con calma porque queríamos encontrar a la persona ideal, una persona que se adaptara a nuestras fantasías y a nuestra forma de ser, porque a veces incluir a un tercero en una relación se torna peligroso si el tercero se involucra sentimentalmente, cosa que jamás nos ocurriría a nosotros porque después de nuestras experiencias tenemos bien en claro que esto es solo para divertirnos y pasarla bien, ya que nos amamos y eso nadie ni nada lo podrá cambiar.
Un sábado entramos en una página de contactos swingers en la que nos habíamos registrado y comenzamos a ver los perfiles de los chicos que habían dejado su mensaje en nuestra casilla, en ella invitábamos a alguna persona a sumarse a nuestra cama y tenía algunas fotos mías en posiciones muy provocativas. Mientras mirábamos los perfiles de los chicos que nos habían dejado mensajes, vimos las fotos de un muchacho que captó mi atención al instante, al verlo quedé sorprendida, el chico mostraba fotos de su pene, y la verdad es que tenía uno gigante. Enseguida lo asocié al pene del masajista marplatense y creo que de solo acordarme se me erizo la piel. Juanchi al ver mi reacción me dijo -¿Te gustó ese no?- entonces respondí entusiasmada –La verdad que sí mi amor, podríamos contactarlo y ver que pasa -.
Los primeros días no podíamos contactarlo porque nunca estaba conectado ni en la web ni en su dirección de Messenger, hasta que una noche finalmente el se conectó y charlamos vía Chat y Webcam. El chico se llamaba Mike (o por los menos así era su seudónimo obviamente), era muy bien parecido y tenía 22 añitos. Hablamos un rato, y luego tuvimos una especie de sexo virtual, diciéndonos cosas subidas de tono, y viéndonos por la camarita, yo le mostraba las tetas y la cola mientras Juanchi me las masajeaba y el me mostró su verga mientras se la masturbaba y viéndola en directo me di cuenta que hacía honor a la foto que había publicado en su perfil.
Después de terminar con la sesión virtual conseguimos lo que queríamos que era encontrarnos personalmente, quedamos en vernos en un bar el sábado siguiente y después de eso ver lo que pasaba entre nosotros. La excitación que tuve durante toda la semana fue mortal, pero finalmente llegó la gran noche, nos cambiamos y nos fuimos con mi marido al lugar de encuentro. Cuando llegamos Mike ya estaba sentado en una mesa y nos invitó con un trago. Después de un rato de hablar de cosas banales, comenzamos a tocar temas de interés, como cosas sexuales y de lo que estábamos dispuestos a llevar a cabo. Finalmente después de ponernos de acuerdo Juanchi nos propuso a Mike y a mí que fuéramos a un cine triple x de nuestra ciudad, jamás había ido a uno y la verdad es que hacerlo me daba bastante vergüenza pero creo que la calentura y el morbo pudieron más, entonces acepté ir, pero con la condición de que entraríamos primero solos Juanchi y yo y luego entraría Mike y nos buscaría dentro del cine. Es que a mi me daba mucha vergüenza entrar a un lugar como ese y mucho más si entraba acompañada de dos hombres.
Cuando llegamos al cine Juanchi sacó nuestras entradas y Mike la suya por su cuenta, yo llevaba puesta una minifalda negra bastante cortita con una remerita mangas largas y unas botas todo al tono. Cuando estábamos por entrar, Juanchi me dijo: -quiero que te saques la bombacha y que entres a la sala sin la ropa interior-. Primero lo miré y le pregunté si estaba loco, pero después comencé a excitarme imaginándome en el cine con una minifalda bien cortita y sin la bombachita, entonces entre en el baño y rápidamente me saqué mi ropita interior y la guardé en mi cartera.
Luego volví a la fila y entramos rápidamente a la sala que estaba a oscuras porque la función ya había empezado y tratamos de sentarnos en el fondo del cine pero en el lugar más oscuro, como habíamos quedado con Mike, de esa forma sabría donde buscarnos en la oscuridad. Cuando entramos en la sala sólo había unos 5 o 6 tipos desperdigados y otra parejita de tortolitos. Después de unos minutos entró Mike y luego de buscarnos unos segundos se sentó al lado mío, quedando yo como Doña Flor en medio de mis dos maridos.
Después de unos minutos de ver como a una chica se la pasaban entre tres tipos, la calentura de nosotros iba en aumento. Juanchi puso su mano en mi pierna y comenzó a acariciarla muy suavemente. Mientras me acariciaba agarró mi mano y la puso sobre su verga, por lo que yo comencé a acariciarlo por encima del pantalón, en ese momento Mike viendo nuestros movimientos bajó su bragueta, sacó su pene y se empezó a acariciar, Juanchi observando la situación me dijo al oído: -Me parece que nuestro amigo necesita una manito, porqué no lo ayudas?- A esa altura estaba tan caliente que no me hice rogar mucho, tomé todo el coraje que pude y estiré mi mano muy suavemente, agarré la pija de Mike, lo empecé a masturbar muy despacio y sentí como poco a poco su verga iba despertando entre mis dedos.
El correspondió mi movimiento y apoyo su mano en la pierna que había dejado libre mi marido, comenzó a acariciar la zona interna de mi muslo, poco a poco las caricias iban subiendo hasta la zona de mi entrepierna y de esa manera casi sin querer Mike rozaba con sus dedos mi conchita que estaba totalmente depilada como siempre, al darse cuenta de que no llevaba ropa interior se sorprendió gratamente, y no tardó mucho en comenzar a acariciarme el clítoris dándome masajes muy suaves, luego abrí las piernas lo más que pude para que el chico pudiera acomodar bien su mano y masturbarme de manera más fácil. Gracias a esto comencé a sentir que la vagina me chorreaba y me ardía de excitación, la verdad es que me encantaba.
Yo seguía frotándole la verga y en la oscuridad del cine comprobé que Mike la tenía grande en serio, casi no me alcanzaban los dedos de la mano para agarrarla en toda su circunferencia y de larga también era realmente impresionante. La situación se tornó increíble, me estaba toqueteando con alguien, en la oscuridad de un cine mientras mi marido se pajeaba y miraba como hipnotizado. Mike poco a poco comenzó a meter y sacar dos dedos dentro de mi concha, yo no quería largar ese pedazo de carne que tenía en mi mano y la apreté lo más que pude mientras con la otra agarré la pija de mi marido y también empecé a masturbarlo, de esa manera, con una verga en cada mano tuve un orgasmo fantástico.
Cuando me repuse del orgasmo, me agaché como pude por la incomodidad de los asientos del cine y acerqué mi cara sobre la entrepierna de Mike, le empecé a lamer los testículos, mientras acariciaba el tronco de su pene, luego pasé mi lengua por esos más de veinte centímetros de verga, la chupé en toda su extensión hasta que me metí la cabeza de la pija dentro de mi cavidad bucal, la tenía tan gruesa que me costaba abrir tanto la boca, mientras con mis labios lo masturbaba me ayudaba con mis manos masajeándole el tronco de la verga, mientras Juanchi jugaba con mis tetas y mi conchita,. Finalmente Mike se acomodó como para acabar, entonces me corrí y lo hice eyacular con mis manos, largó una gran cantidad de semen sobre mis dedos, su miembro y su pantalón, por lo que abrí mi cartera y le di mi bombacha para que se limpiara, la cual se metió dentro de su bolsillo y supongo que todavía la tendrá guardada en algún lugar.
No se si fue por algún sonido raro que hubiéramos emitido pero ya habíamos despertado la atención del resto de los espectadores y varios se habían acercado y sacado sus vergas erectas fuera de su pantalón y se estaban masturbando muy cerca de donde estábamos nosotros. La situación de ver tantos hombres masturbándose muy cerca de donde estábamos nosotros me dio un poco de temor, no sabía lo que se podía llegar a desatar en ese momento, entonces le dije a Juanchi que mejor nos fuéramos a un hotel, entonces rápidamente luego de explicarle la situación a Mike que entendió de manera muy razonable, nos levantamos y nos fuimos a buscar el auto al estacionamiento para dirigirnos a un hotel que conocíamos gracias a la web de contactos swingers y que sabíamos que permitían entrar a mas de dos personas.
Juanchi se sentó al volante y nos dijo si queríamos sentarnos juntos en el asiento de atrás, así llegábamos calentitos al hotel, obviamente subimos atrás y no pude resistirme a bajarle la bragueta y acariciarle su verga, no quería perder ni un minuto, quería aprovechar ese gigante que iba a ser mío por una noche, durante todo el trayecto se la acaricie, todavía tenía rastros de semen debido a la súper acabada del cine y mientras él metía su mano por debajo de mi falda, apoyándola sobre mis labios vaginales, su pija comenzó a reaccionar nuevamente.
Luego de llegar entramos con el auto al estacionamiento del hotel y nos registramos en una suite bastante cara, que había elegido Mike, diciéndonos que lo menos que podía hacer era pagar el costo de la habitación. Cuando entramos en la pieza no me dieron tiempo ni a descambiarme, Juanchi se paró enfrente de mí y me abrazo bien fuerte, por su parte Mike se pegó a mis espaldas e hizo lo mismo acariciándome las tetas de una manera deliciosa; sentir las dos vergas paradas una apoyada en mi vagina y otra en mi cola, hizo que me olvidara de todas las preocupaciones que una lleva cuando realiza este tipo de encuentros, me sentí volar por los aires de la calentura y la excitación que tenía. Luego comenzaron las caricias y los besos, Juanchi apoyó sus labios sobre los míos de una manera muy apasionada y con su mano me acariciaba los muslos y la conchita mientras sentía como la gran envergadura de Mike se incrustaba entre mis nalgas por debajo de mi pollerita.
Luego Juanchi me hizo girar y me sacó la remerita y el corpiño, en esa posición fue la lengua de Mike la que sentía dentro de mi boca. Mientras me besaba agarré su pene y lo metí entre mis piernas, apoyándolo en mi vulva, refregándolo y jugueteando con el en mis labios vaginales y mi clítoris, sentir esa impresionante verga en mi conchita fue increíble. Ya no aguantaba más quería que me ensartara la verga en ese mismo momento. Mike comenzó a chuparme las tetas de una manera suave y hermosa; mientras Juan me estimulaba el ano con su pene.
Luego me tendieron suavemente sobre la cama sin sacarme la pollerita que era lo único que me quedaba puesto, y los dos comenzaron a mamarme cada uno un pezón mientras con sus manos recorrían cada rincón de mi cuerpo. Mike fue bajando lentamente con su lengua por mi pecho y mi vientre hasta llegar a mi cuevita que estaba húmeda de placer, me lamió la conchita hasta hacerme acabar. Después de eso el chico se levantó de golpe y comenzó a jugar con su verga nuevamente en mis labios vaginales, la movía de tal manera que me abría los labios superiores y me friccionaba el clítoris.
Mi calentura pudo más y le dije a Juanchi al oído –papi no aguanto más, quiero sentir esa verga dentro mío, me das permiso para que me coja?- Juanchi me respondió: -es todo tuyo mi amor, para eso vinimos-. Y sin esperar un segundo le dije a Mike: -por favor partime al medio, ensartame ese mástil que no aguanto más-. Entonces el chico se puso un preservativo y apoyó la verga en la abertura de mi concha, pero debido a sus dimensiones por más que intentó no lograba metérmela, entonces le pedí a Juan que me alcanzara de mi cartera un gel lubricante vaginal que había llevado pensando que esto podía pasar debido a la gran “envergadura” de Mike y debido a los recuerdos de mi otra experiencia en Mar del Plata con un pene descomunal, aunque el de Mike todavía era un poco más grande que el del Masajista.
Me tiré bastante lubricante sobre la vagina, Juanchi ayudó desparramándolo bien por mi entrepierna y luego le unté a Mike bastante gel sobre toda la extensión de su pija, entonces me acosté boca abajo relajándome lo más que pude, puse unas almohadas debajo de mi abdomen para dejar mi colita bien levantada y abrí las piernas lo más que pude. El chico se acercó por atrás mío y esta vez muy despacio y con mucho trabajo si pudo ensartarme, sentí un pequeño dolor cuando logró meterme la cabeza de su verga, la dejó un ratito quieta para que mi cavidad vaginal se vaya adaptando a su espesor y luego empezó con movimientos muy suaves, sentí como me abría y me llenaba la conchita de verga, hasta que poco a poco pudo intensificar los movimientos, y el dolor del principio se transformó en placer cuando sentía los veintiseis centímetros de su pija entrar y salir de mi cuerpo.
No podía contenerme y empecé a gritar de una manera infernal, Juanchi se sentó delante de mí, poniendo su entrepierna delante de mi cara y me metió su verga en la boca preocupado porque la gente que estaba en el hotel pensara que me estaban matando, aunque pensándolo bien esa verga realmente me estaba matando de placer. Mientras Mike me penetraba sentí un calor intenso en mi vagina, las embestidas del chico provocaron que le diera unas mamadas espectaculares a mi marido, al punto de casi lograr su eyaculación.
Juanchi se separó un poco para contenerse, agarró mi celular y comenzó a sacarnos algunas fotos y filmar unos videitos de la gran cogida que me estaban dando (que todavía guardamos en nuestra intimidad y a veces miramos para calentarnos). Mientras Mike me seguía penetrando sin contemplaciones. No paraba de acabar, tenía un orgasmo detrás de otro, al ver como mi marido me filmaba devorándome esa verga tan grande me sentía su puta y eso le daba más morbo a la situación. Mike me tomó de la cadera y me empujó hacia él, obligándome a ponerme en cuatro patas sobre la cama, de esta manera pude sentir como su pija se incrustaba hasta el fondo de mis ser. Nunca creí que semejante verga pudiera entrar casi completa dentro mio. Juanchi aprovecho la posición y metió nuevamente su verga en mi boca, noté que a mi marido lo excitaba ver como me abría esa verga, y que pedazo de verga que era…
Al sentir mi boca y mi concha nuevamente llenas de carne y de placer tuve nuevos orgasmos. Mientras Mike me perforaba con su pija, Juanchi no aguantó más y derramó una cantidad impresionante de leche calentita en mi boca, la cual tomé toda sin derramar ni una gota. Cuando observé que Mike también iba a acabar, le pedí que se parara delante mío, le agarré la verga, le saqué el forro y lo masturbé frenéticamente con ambas manos hasta que derramó todo su semen en mis tetas.
Después de descansar un ratito tirados en la cama, nos metimos bajo la ducha los tres juntos, jugamos un ratito enjabonándonos mutuamente, mientras ellos llenaban de jabón mis partes íntimas, yo hacia lo propio con las suyas, es una sensación maravillosa y placentera tener dos cuerpos masculinos desnudos y enjabonados pegados al mío, de solo acordarme mientras escribo estas líneas me sube la temperatura nuevamente, después de jugar un rato sin apuros, total teníamos toda la noche para disfrutar, nos secamos y nos fuimos nuevamente a la cama, los tres estábamos cansados pero creo que el jueguito de la ducha nos había excitado nuevamente, me acosté en medio de mis dos hombres, pegaditos los tres, abrazándonos, de tal forma que yo sentía sus penes pegados a mi cuerpo. Mike que estaba a mi espalda comenzó a besarme muy suavemente la zona de mi cuello, como si hubiese sabido que esa es la zona más erógena de mi cuerpo, me fui excitando nuevamente y mucho más al sentir como su verga mostraba signos de su juventud y comenzaba a despertarse nuevamente, aunque parezca increíble, es que con sus 22 añitos recién cumplidos por suerte para mí, la pija de Mike se paraba a cada rato.
Sentí nuevamente como su verga se incrustaba entre mis nalgas primero y mis muslos después, hasta que asomó su cabeza por entre mis piernas, entonces comencé a acariciarlo y a frotarlo con una de mis manos. Después de que Mike se colocara el preservativo, agarré el gel nuevamente y nos pusimos un poco cada uno en una mano, nos acariciamos mutuamente desparramándolo yo por su verga y el por mi vagina. Luego en esa misma posición: los dos apoyados de costado en la cama, Mike agarró su pija y la apoyo en la entrada de mi vagina y me la metió entera nuevamente, pero esta vez sin problemas porque todavía la tenía bastante dilatada de la cogida anterior. Luego comenzó a bombearme fuertemente, una embestida tras otra, cada vez con más fuerza, Juanchi me acariciaba las tetas y me besaba apasionadamente como cuando éramos novios, mientras me decía al oído: -te gusta que te cojan mi amor, mientras yo te acaricio- -si, me encanta – le respondí como pude con el poco aliento que me quedaba debido a la ensartada a la que me estaba sometiendo Mike.
Lo que Juanchi había susurrado en mis oídos, me provocó tal calentura que me liberé y comencé a pedirle a Mike que me cogiera más fuerte y que no parara, el metía y sacaba su aparato lo más rápido que podía con unos movimientos de cadera fantásticos, no dejaba de bombear en ningún momento, entonces tuve nuevos orgasmos fuertísimos. Mike me cogía a su antojo, mientras veía la cara de mi marido llena de lujuria mientras disfrutaba tanto como yo, le excitaba ver a su esposa atravesada por esa verga descomunal, Juanchi seguía besándome y acariciándome la concha, en un momento dado puso sus dedos en la abertura de mi vagina y comprobó como esa verga gruesísima me abría y extraía gran cantidad de flujo de mi conchita.
Cuando Mike estuvo próximo a acabar se separó rápidamente, se quitó el preservativo y acercó su verga a mi boca, por lo que yo comencé a masturbarla con mis manos y mis labios, en ese momento mi marido se puso a chupar mi concha por lo que pudo comprobar lo dilatada que la había dejado la verga del chico, de esa manera y con una chupada de novela lo hice acabar a Mike, que comenzó a eyacular de una manera increíble, desparramando chorros de semen por mi pelo, mi cara y mi boca. Juanchi miraba como incrédulo el gran espectáculo visual que le había dado la putita de su mujer.
Luego de un rato de descansar tirados en la cama nos cambiamos y nos fuimos, creo que hasta Mike ya no daba más del cansancio. Lo alcanzamos con el auto hasta su casa. Nos invitó a pasar para tomar una copa creo que más por compromiso que por otra cosa, pero ambos decidimos que por esa noche era suficiente, entonces nos despedimos y quedamos en volvernos a ver algún día para continuar esa maravillosa experiencia. Cosa que concretamos después de un tiempo pero que será contada en otro de nuestros relatos.
La historia no me pasó a mí, pero me hubiera gustado mucho que así fuera 😉
Un sábado entramos en una página de contactos swingers en la que nos habíamos registrado y comenzamos a ver los perfiles de los chicos que habían dejado su mensaje en nuestra casilla, en ella invitábamos a alguna persona a sumarse a nuestra cama y tenía algunas fotos mías en posiciones muy provocativas. Mientras mirábamos los perfiles de los chicos que nos habían dejado mensajes, vimos las fotos de un muchacho que captó mi atención al instante, al verlo quedé sorprendida, el chico mostraba fotos de su pene, y la verdad es que tenía uno gigante. Enseguida lo asocié al pene del masajista marplatense y creo que de solo acordarme se me erizo la piel. Juanchi al ver mi reacción me dijo -¿Te gustó ese no?- entonces respondí entusiasmada –La verdad que sí mi amor, podríamos contactarlo y ver que pasa -.
Los primeros días no podíamos contactarlo porque nunca estaba conectado ni en la web ni en su dirección de Messenger, hasta que una noche finalmente el se conectó y charlamos vía Chat y Webcam. El chico se llamaba Mike (o por los menos así era su seudónimo obviamente), era muy bien parecido y tenía 22 añitos. Hablamos un rato, y luego tuvimos una especie de sexo virtual, diciéndonos cosas subidas de tono, y viéndonos por la camarita, yo le mostraba las tetas y la cola mientras Juanchi me las masajeaba y el me mostró su verga mientras se la masturbaba y viéndola en directo me di cuenta que hacía honor a la foto que había publicado en su perfil.
Después de terminar con la sesión virtual conseguimos lo que queríamos que era encontrarnos personalmente, quedamos en vernos en un bar el sábado siguiente y después de eso ver lo que pasaba entre nosotros. La excitación que tuve durante toda la semana fue mortal, pero finalmente llegó la gran noche, nos cambiamos y nos fuimos con mi marido al lugar de encuentro. Cuando llegamos Mike ya estaba sentado en una mesa y nos invitó con un trago. Después de un rato de hablar de cosas banales, comenzamos a tocar temas de interés, como cosas sexuales y de lo que estábamos dispuestos a llevar a cabo. Finalmente después de ponernos de acuerdo Juanchi nos propuso a Mike y a mí que fuéramos a un cine triple x de nuestra ciudad, jamás había ido a uno y la verdad es que hacerlo me daba bastante vergüenza pero creo que la calentura y el morbo pudieron más, entonces acepté ir, pero con la condición de que entraríamos primero solos Juanchi y yo y luego entraría Mike y nos buscaría dentro del cine. Es que a mi me daba mucha vergüenza entrar a un lugar como ese y mucho más si entraba acompañada de dos hombres.
Cuando llegamos al cine Juanchi sacó nuestras entradas y Mike la suya por su cuenta, yo llevaba puesta una minifalda negra bastante cortita con una remerita mangas largas y unas botas todo al tono. Cuando estábamos por entrar, Juanchi me dijo: -quiero que te saques la bombacha y que entres a la sala sin la ropa interior-. Primero lo miré y le pregunté si estaba loco, pero después comencé a excitarme imaginándome en el cine con una minifalda bien cortita y sin la bombachita, entonces entre en el baño y rápidamente me saqué mi ropita interior y la guardé en mi cartera.
Luego volví a la fila y entramos rápidamente a la sala que estaba a oscuras porque la función ya había empezado y tratamos de sentarnos en el fondo del cine pero en el lugar más oscuro, como habíamos quedado con Mike, de esa forma sabría donde buscarnos en la oscuridad. Cuando entramos en la sala sólo había unos 5 o 6 tipos desperdigados y otra parejita de tortolitos. Después de unos minutos entró Mike y luego de buscarnos unos segundos se sentó al lado mío, quedando yo como Doña Flor en medio de mis dos maridos.
Después de unos minutos de ver como a una chica se la pasaban entre tres tipos, la calentura de nosotros iba en aumento. Juanchi puso su mano en mi pierna y comenzó a acariciarla muy suavemente. Mientras me acariciaba agarró mi mano y la puso sobre su verga, por lo que yo comencé a acariciarlo por encima del pantalón, en ese momento Mike viendo nuestros movimientos bajó su bragueta, sacó su pene y se empezó a acariciar, Juanchi observando la situación me dijo al oído: -Me parece que nuestro amigo necesita una manito, porqué no lo ayudas?- A esa altura estaba tan caliente que no me hice rogar mucho, tomé todo el coraje que pude y estiré mi mano muy suavemente, agarré la pija de Mike, lo empecé a masturbar muy despacio y sentí como poco a poco su verga iba despertando entre mis dedos.
El correspondió mi movimiento y apoyo su mano en la pierna que había dejado libre mi marido, comenzó a acariciar la zona interna de mi muslo, poco a poco las caricias iban subiendo hasta la zona de mi entrepierna y de esa manera casi sin querer Mike rozaba con sus dedos mi conchita que estaba totalmente depilada como siempre, al darse cuenta de que no llevaba ropa interior se sorprendió gratamente, y no tardó mucho en comenzar a acariciarme el clítoris dándome masajes muy suaves, luego abrí las piernas lo más que pude para que el chico pudiera acomodar bien su mano y masturbarme de manera más fácil. Gracias a esto comencé a sentir que la vagina me chorreaba y me ardía de excitación, la verdad es que me encantaba.
Yo seguía frotándole la verga y en la oscuridad del cine comprobé que Mike la tenía grande en serio, casi no me alcanzaban los dedos de la mano para agarrarla en toda su circunferencia y de larga también era realmente impresionante. La situación se tornó increíble, me estaba toqueteando con alguien, en la oscuridad de un cine mientras mi marido se pajeaba y miraba como hipnotizado. Mike poco a poco comenzó a meter y sacar dos dedos dentro de mi concha, yo no quería largar ese pedazo de carne que tenía en mi mano y la apreté lo más que pude mientras con la otra agarré la pija de mi marido y también empecé a masturbarlo, de esa manera, con una verga en cada mano tuve un orgasmo fantástico.
Cuando me repuse del orgasmo, me agaché como pude por la incomodidad de los asientos del cine y acerqué mi cara sobre la entrepierna de Mike, le empecé a lamer los testículos, mientras acariciaba el tronco de su pene, luego pasé mi lengua por esos más de veinte centímetros de verga, la chupé en toda su extensión hasta que me metí la cabeza de la pija dentro de mi cavidad bucal, la tenía tan gruesa que me costaba abrir tanto la boca, mientras con mis labios lo masturbaba me ayudaba con mis manos masajeándole el tronco de la verga, mientras Juanchi jugaba con mis tetas y mi conchita,. Finalmente Mike se acomodó como para acabar, entonces me corrí y lo hice eyacular con mis manos, largó una gran cantidad de semen sobre mis dedos, su miembro y su pantalón, por lo que abrí mi cartera y le di mi bombacha para que se limpiara, la cual se metió dentro de su bolsillo y supongo que todavía la tendrá guardada en algún lugar.
No se si fue por algún sonido raro que hubiéramos emitido pero ya habíamos despertado la atención del resto de los espectadores y varios se habían acercado y sacado sus vergas erectas fuera de su pantalón y se estaban masturbando muy cerca de donde estábamos nosotros. La situación de ver tantos hombres masturbándose muy cerca de donde estábamos nosotros me dio un poco de temor, no sabía lo que se podía llegar a desatar en ese momento, entonces le dije a Juanchi que mejor nos fuéramos a un hotel, entonces rápidamente luego de explicarle la situación a Mike que entendió de manera muy razonable, nos levantamos y nos fuimos a buscar el auto al estacionamiento para dirigirnos a un hotel que conocíamos gracias a la web de contactos swingers y que sabíamos que permitían entrar a mas de dos personas.
Juanchi se sentó al volante y nos dijo si queríamos sentarnos juntos en el asiento de atrás, así llegábamos calentitos al hotel, obviamente subimos atrás y no pude resistirme a bajarle la bragueta y acariciarle su verga, no quería perder ni un minuto, quería aprovechar ese gigante que iba a ser mío por una noche, durante todo el trayecto se la acaricie, todavía tenía rastros de semen debido a la súper acabada del cine y mientras él metía su mano por debajo de mi falda, apoyándola sobre mis labios vaginales, su pija comenzó a reaccionar nuevamente.
Luego de llegar entramos con el auto al estacionamiento del hotel y nos registramos en una suite bastante cara, que había elegido Mike, diciéndonos que lo menos que podía hacer era pagar el costo de la habitación. Cuando entramos en la pieza no me dieron tiempo ni a descambiarme, Juanchi se paró enfrente de mí y me abrazo bien fuerte, por su parte Mike se pegó a mis espaldas e hizo lo mismo acariciándome las tetas de una manera deliciosa; sentir las dos vergas paradas una apoyada en mi vagina y otra en mi cola, hizo que me olvidara de todas las preocupaciones que una lleva cuando realiza este tipo de encuentros, me sentí volar por los aires de la calentura y la excitación que tenía. Luego comenzaron las caricias y los besos, Juanchi apoyó sus labios sobre los míos de una manera muy apasionada y con su mano me acariciaba los muslos y la conchita mientras sentía como la gran envergadura de Mike se incrustaba entre mis nalgas por debajo de mi pollerita.
Luego Juanchi me hizo girar y me sacó la remerita y el corpiño, en esa posición fue la lengua de Mike la que sentía dentro de mi boca. Mientras me besaba agarré su pene y lo metí entre mis piernas, apoyándolo en mi vulva, refregándolo y jugueteando con el en mis labios vaginales y mi clítoris, sentir esa impresionante verga en mi conchita fue increíble. Ya no aguantaba más quería que me ensartara la verga en ese mismo momento. Mike comenzó a chuparme las tetas de una manera suave y hermosa; mientras Juan me estimulaba el ano con su pene.
Luego me tendieron suavemente sobre la cama sin sacarme la pollerita que era lo único que me quedaba puesto, y los dos comenzaron a mamarme cada uno un pezón mientras con sus manos recorrían cada rincón de mi cuerpo. Mike fue bajando lentamente con su lengua por mi pecho y mi vientre hasta llegar a mi cuevita que estaba húmeda de placer, me lamió la conchita hasta hacerme acabar. Después de eso el chico se levantó de golpe y comenzó a jugar con su verga nuevamente en mis labios vaginales, la movía de tal manera que me abría los labios superiores y me friccionaba el clítoris.
Mi calentura pudo más y le dije a Juanchi al oído –papi no aguanto más, quiero sentir esa verga dentro mío, me das permiso para que me coja?- Juanchi me respondió: -es todo tuyo mi amor, para eso vinimos-. Y sin esperar un segundo le dije a Mike: -por favor partime al medio, ensartame ese mástil que no aguanto más-. Entonces el chico se puso un preservativo y apoyó la verga en la abertura de mi concha, pero debido a sus dimensiones por más que intentó no lograba metérmela, entonces le pedí a Juan que me alcanzara de mi cartera un gel lubricante vaginal que había llevado pensando que esto podía pasar debido a la gran “envergadura” de Mike y debido a los recuerdos de mi otra experiencia en Mar del Plata con un pene descomunal, aunque el de Mike todavía era un poco más grande que el del Masajista.
Me tiré bastante lubricante sobre la vagina, Juanchi ayudó desparramándolo bien por mi entrepierna y luego le unté a Mike bastante gel sobre toda la extensión de su pija, entonces me acosté boca abajo relajándome lo más que pude, puse unas almohadas debajo de mi abdomen para dejar mi colita bien levantada y abrí las piernas lo más que pude. El chico se acercó por atrás mío y esta vez muy despacio y con mucho trabajo si pudo ensartarme, sentí un pequeño dolor cuando logró meterme la cabeza de su verga, la dejó un ratito quieta para que mi cavidad vaginal se vaya adaptando a su espesor y luego empezó con movimientos muy suaves, sentí como me abría y me llenaba la conchita de verga, hasta que poco a poco pudo intensificar los movimientos, y el dolor del principio se transformó en placer cuando sentía los veintiseis centímetros de su pija entrar y salir de mi cuerpo.
No podía contenerme y empecé a gritar de una manera infernal, Juanchi se sentó delante de mí, poniendo su entrepierna delante de mi cara y me metió su verga en la boca preocupado porque la gente que estaba en el hotel pensara que me estaban matando, aunque pensándolo bien esa verga realmente me estaba matando de placer. Mientras Mike me penetraba sentí un calor intenso en mi vagina, las embestidas del chico provocaron que le diera unas mamadas espectaculares a mi marido, al punto de casi lograr su eyaculación.
Juanchi se separó un poco para contenerse, agarró mi celular y comenzó a sacarnos algunas fotos y filmar unos videitos de la gran cogida que me estaban dando (que todavía guardamos en nuestra intimidad y a veces miramos para calentarnos). Mientras Mike me seguía penetrando sin contemplaciones. No paraba de acabar, tenía un orgasmo detrás de otro, al ver como mi marido me filmaba devorándome esa verga tan grande me sentía su puta y eso le daba más morbo a la situación. Mike me tomó de la cadera y me empujó hacia él, obligándome a ponerme en cuatro patas sobre la cama, de esta manera pude sentir como su pija se incrustaba hasta el fondo de mis ser. Nunca creí que semejante verga pudiera entrar casi completa dentro mio. Juanchi aprovecho la posición y metió nuevamente su verga en mi boca, noté que a mi marido lo excitaba ver como me abría esa verga, y que pedazo de verga que era…
Al sentir mi boca y mi concha nuevamente llenas de carne y de placer tuve nuevos orgasmos. Mientras Mike me perforaba con su pija, Juanchi no aguantó más y derramó una cantidad impresionante de leche calentita en mi boca, la cual tomé toda sin derramar ni una gota. Cuando observé que Mike también iba a acabar, le pedí que se parara delante mío, le agarré la verga, le saqué el forro y lo masturbé frenéticamente con ambas manos hasta que derramó todo su semen en mis tetas.
Después de descansar un ratito tirados en la cama, nos metimos bajo la ducha los tres juntos, jugamos un ratito enjabonándonos mutuamente, mientras ellos llenaban de jabón mis partes íntimas, yo hacia lo propio con las suyas, es una sensación maravillosa y placentera tener dos cuerpos masculinos desnudos y enjabonados pegados al mío, de solo acordarme mientras escribo estas líneas me sube la temperatura nuevamente, después de jugar un rato sin apuros, total teníamos toda la noche para disfrutar, nos secamos y nos fuimos nuevamente a la cama, los tres estábamos cansados pero creo que el jueguito de la ducha nos había excitado nuevamente, me acosté en medio de mis dos hombres, pegaditos los tres, abrazándonos, de tal forma que yo sentía sus penes pegados a mi cuerpo. Mike que estaba a mi espalda comenzó a besarme muy suavemente la zona de mi cuello, como si hubiese sabido que esa es la zona más erógena de mi cuerpo, me fui excitando nuevamente y mucho más al sentir como su verga mostraba signos de su juventud y comenzaba a despertarse nuevamente, aunque parezca increíble, es que con sus 22 añitos recién cumplidos por suerte para mí, la pija de Mike se paraba a cada rato.
Sentí nuevamente como su verga se incrustaba entre mis nalgas primero y mis muslos después, hasta que asomó su cabeza por entre mis piernas, entonces comencé a acariciarlo y a frotarlo con una de mis manos. Después de que Mike se colocara el preservativo, agarré el gel nuevamente y nos pusimos un poco cada uno en una mano, nos acariciamos mutuamente desparramándolo yo por su verga y el por mi vagina. Luego en esa misma posición: los dos apoyados de costado en la cama, Mike agarró su pija y la apoyo en la entrada de mi vagina y me la metió entera nuevamente, pero esta vez sin problemas porque todavía la tenía bastante dilatada de la cogida anterior. Luego comenzó a bombearme fuertemente, una embestida tras otra, cada vez con más fuerza, Juanchi me acariciaba las tetas y me besaba apasionadamente como cuando éramos novios, mientras me decía al oído: -te gusta que te cojan mi amor, mientras yo te acaricio- -si, me encanta – le respondí como pude con el poco aliento que me quedaba debido a la ensartada a la que me estaba sometiendo Mike.
Lo que Juanchi había susurrado en mis oídos, me provocó tal calentura que me liberé y comencé a pedirle a Mike que me cogiera más fuerte y que no parara, el metía y sacaba su aparato lo más rápido que podía con unos movimientos de cadera fantásticos, no dejaba de bombear en ningún momento, entonces tuve nuevos orgasmos fuertísimos. Mike me cogía a su antojo, mientras veía la cara de mi marido llena de lujuria mientras disfrutaba tanto como yo, le excitaba ver a su esposa atravesada por esa verga descomunal, Juanchi seguía besándome y acariciándome la concha, en un momento dado puso sus dedos en la abertura de mi vagina y comprobó como esa verga gruesísima me abría y extraía gran cantidad de flujo de mi conchita.
Cuando Mike estuvo próximo a acabar se separó rápidamente, se quitó el preservativo y acercó su verga a mi boca, por lo que yo comencé a masturbarla con mis manos y mis labios, en ese momento mi marido se puso a chupar mi concha por lo que pudo comprobar lo dilatada que la había dejado la verga del chico, de esa manera y con una chupada de novela lo hice acabar a Mike, que comenzó a eyacular de una manera increíble, desparramando chorros de semen por mi pelo, mi cara y mi boca. Juanchi miraba como incrédulo el gran espectáculo visual que le había dado la putita de su mujer.
Luego de un rato de descansar tirados en la cama nos cambiamos y nos fuimos, creo que hasta Mike ya no daba más del cansancio. Lo alcanzamos con el auto hasta su casa. Nos invitó a pasar para tomar una copa creo que más por compromiso que por otra cosa, pero ambos decidimos que por esa noche era suficiente, entonces nos despedimos y quedamos en volvernos a ver algún día para continuar esa maravillosa experiencia. Cosa que concretamos después de un tiempo pero que será contada en otro de nuestros relatos.
La historia no me pasó a mí, pero me hubiera gustado mucho que así fuera 😉
5 comentarios - Un trío muy caliente