Suena el despertador, como siempre a las 6 AM. Él se levanta, prende el hervidor eléctrico y se mete a la ducha. Ella se levanta, prepara el desayuno, y cuando Él sale, se mete a la ducha. La rutina no cambia, todos los días es lo mismo. A las 7 AM ya están listos para partir. Cada uno a la oficina, uno al oriente de la ciudad y la otra al poniente. Caminan juntos hasta la avenida donde se separarán hasta las 8 PM, tal como todos los días, para volver a su hogar.
Pero ese día no iba a ser como cualquier otro, era un día distinto.
ÉL toma el bus que lo deja en su oficina, siente que es un día especial, va atento a todas las cosas a su alrededor. Al ir sentado al fondo del bus, como de costumbre, ve a una guapa chica universitaria, con un precioso cuerpo que se balancea con el vaivén del movimiento del bus, por la posición estratégica en que se encuentra ve su tremendo culo que roza con el cuerpo de un chico que esta parado tras de ella y que voluntaria o involuntariamente le va rozando con su herramienta, pero al parecer a la joven no le molesta, y por delante, sus tetas ocupan casi todo el espacio del asiento del lado, donde un viejito de unos 70 años parece a punto de infartarse con sus lolas. Ella se da cuenta que Él la esta mirando, le sonríe, se acerca... se afirma en el fierro del bus, pero solo para pedir la parada, y con un rápido movimiento se baja del bus. Él queda demasiado prendido, pero ya es hora de bajar, y volver a sus actividades cotidianas.
ELLA no toma el bus, a Ella le gusta el Metro. Ese día se puso una falda corta, la cual con la llegada de cada tren se levantaba dejando ver a discreción su ropa interior sutilmente. La estación está llena, por lo que debe esperar el próximo tren para subir. Cuando se abre la puerta, ya va unos minutos atrasada, por lo que se apresura a entrar no importándole ir completamente apretada en el tren. Ella se ubica en un lugar donde no tiene donde afirmarse, el tren se pone en marcha y frena bruscamente, lo que la hace afirmarse de un fornido brazo de un joven que se encontraba al lado, rozando sus torneados pectorales. Le pide disculpas y el viaje continua. En la próxima estación sube más gente aún, la que desplaza al joven justo atrás de Ella. Ella se da cuenta y comienza a retroceder y siente la verga del joven en su culo. Ella siente la textura de la mezclilla, y se da cuenta que la falda se le había levantado. El movimiento no para, a Ella le encanta la sensación de estar provocando al joven, quien se da cuenta de lo que Ella hace, pero no dice nada. Finalmente nota que logró su cometido, la verga del joven está dura como el caño del tren y comienza el movimiento. El tren vuelve a detenerse, pero esta vez Ella no lo hace. El joven, mucho más alto que Ella se acerca a su cuello y le habla al oído "en la próxima estación me bajo, mi departamento está solo". Ella desconcertada no sabe que hacer. Se escucha la voz del chofer "Próxima estación..." A Ella le sudan las manos, gotas caen por sus tetas, las cuales albergan dos pezones que están completamente erectos, no sabe si por los nervios o por el sudor que le recorre. El joven se baja... y Ella sin más se baja tras él. El joven camina sin más y cuando comienza a subir las escaleras mira hacia atrás y la ve. Le sonríe, le hace un gesto para que lo siga y saliendo de la estación, camina unas dos o tres cuadras -Ella no lo recuerda debido a la emoción del momento- y la espera a la entrada de un lujoso departamento. Ella sin pensarlo se acerca, lo toma del brazo y suben. Al cruzar el umbral de la puerta Ella se tira en sus brazos y comienza a besarlo desesperadamente, le muerde el labio mientras recorre todo su cuerpo con sus manos húmedas por los nervios. Baja desde la nuca del joven, toca el pecho del chico por sobre la polera y cuando llega al pantalón, mete la mano por dentro para tocar aquello que ya había probado su culo en el Metro. El baja con sus besos por el cuello, mientras Ella se entretiene en su entrepierna. Abre la camisa botón por botón, y mete su cabeza en su par de tetas que tenian un sabor especial, el sabor del miedo de una nueva experiencia. El joven abre la boca para comerse los pezones de Ella, y con cada lamida Ella aprieta el glande del pene más fuerte como reacción a una sensación que no sentía hacía mucho. El joven le quita completamente la camisa, la pone de espaldas hacia él, termina de quitarle el brasier y levanta su faldita para perderse dentro de su culo, que solo estaba cubierto por una pequeña pantaleta de color piel, la cual fue moviendo lentamente hasta meterla por completo en su culo y dejar sus nalgas dispuestas para comérselas a besos. Ellla disfrutaba como si lo que estuviera haciendo lo fuera por primera vez. El joven le quita completamente las bragas, le pide que se incline y comienza a comerle la concha, pasándole la lengua desde el final del culo al clítoris. La toma en sus brazos y la lleva a su cama y continúa comiendole la concha, abriéndola con sus dedos y metiendole la lengua, comiéndose todos los jugos que saben a ambrosía. Ella le pide que le coma el clítoris y Ella se avoca a esa labor. Ella comienza a gemir, pero suena su celular.
El conocido rington la vuelve completamente a la realidad...se da cuenta que estaba en un departamento desconocido, con un joven que jamás había visto antes en su entrepierna, que está muy atrasada ya...
Pero el joven no deja de comerle el clítoris como nunca se lo habían hecho antes, metiéndole los dedos en la concha, y Ella comienza a olvidarse nuevamente del trabajo...pero no completamente, por lo que le dice que deben terminar rápido. Le propone que se recueste al lado de Ella, pero que siga en su concha. El joven no entiende que es lo que Ella busca, pero cuando siente la boca de Ella en su pene, entiende lo que se traía entre manos. Mientras el joven seguía en lo suyo, ella comienza a comerse su pene desde la base a la cabeza, la aprieta con sus labios, la muerde suavemente, lame la punta mientras salen los líquidos preseminales, los cuales se los traga con gusto. El comienza a hacer algo que la vuelve loca, toma su clítoris con los dedos mientras lame la punta erecta de éste, con lo que Ella se ve obligada a sacarse el pene de la boca para gemir, el joven le dice que sus gemidos lo vuelven loco y que va a correrse, Ella le dice que lo haga en su boca, que está muy caliente con lo que él le está haciendo, por lo que mete nuevamente su pene en la boca aprietándolo con fuerza. Con la ultima lamida, el cuerpo de Ella se pone completamente rígido, presionando el glande del joven con fuerza lo que hace que este se corra como no lo había hecho antes. Ella se traga todo. Se limpia la cara, se pone la ropa, le pide el baño para poder salir nuevamente a la calle. Se despide del joven con un adiós. Cierra la puerta tras de sí. El joven sale presuroso, le pregunta su nombre, pero Ella dice que no importa, le cierra un ojo, se da media vuelta hacia el ascensor y baja.
Ese día llegó atrasada a su trabajo, pero nadie lo notó. Al final del día, EL y ELLA se encontraron en la misma avenida. Al llegar a su hogar, Él le pregunta como estuvo su día, a lo que Ella responde que fue igual que cualquier otro, Ella le devuelve la pregunta, y Él le dice que fue un gran día. Él todavía se recordaba de la joven universitaria que lo había quedado mirando, Ella no podía olvidar al joven que la había llevado a su apartamento.
Pero ese día no iba a ser como cualquier otro, era un día distinto.
ÉL toma el bus que lo deja en su oficina, siente que es un día especial, va atento a todas las cosas a su alrededor. Al ir sentado al fondo del bus, como de costumbre, ve a una guapa chica universitaria, con un precioso cuerpo que se balancea con el vaivén del movimiento del bus, por la posición estratégica en que se encuentra ve su tremendo culo que roza con el cuerpo de un chico que esta parado tras de ella y que voluntaria o involuntariamente le va rozando con su herramienta, pero al parecer a la joven no le molesta, y por delante, sus tetas ocupan casi todo el espacio del asiento del lado, donde un viejito de unos 70 años parece a punto de infartarse con sus lolas. Ella se da cuenta que Él la esta mirando, le sonríe, se acerca... se afirma en el fierro del bus, pero solo para pedir la parada, y con un rápido movimiento se baja del bus. Él queda demasiado prendido, pero ya es hora de bajar, y volver a sus actividades cotidianas.
ELLA no toma el bus, a Ella le gusta el Metro. Ese día se puso una falda corta, la cual con la llegada de cada tren se levantaba dejando ver a discreción su ropa interior sutilmente. La estación está llena, por lo que debe esperar el próximo tren para subir. Cuando se abre la puerta, ya va unos minutos atrasada, por lo que se apresura a entrar no importándole ir completamente apretada en el tren. Ella se ubica en un lugar donde no tiene donde afirmarse, el tren se pone en marcha y frena bruscamente, lo que la hace afirmarse de un fornido brazo de un joven que se encontraba al lado, rozando sus torneados pectorales. Le pide disculpas y el viaje continua. En la próxima estación sube más gente aún, la que desplaza al joven justo atrás de Ella. Ella se da cuenta y comienza a retroceder y siente la verga del joven en su culo. Ella siente la textura de la mezclilla, y se da cuenta que la falda se le había levantado. El movimiento no para, a Ella le encanta la sensación de estar provocando al joven, quien se da cuenta de lo que Ella hace, pero no dice nada. Finalmente nota que logró su cometido, la verga del joven está dura como el caño del tren y comienza el movimiento. El tren vuelve a detenerse, pero esta vez Ella no lo hace. El joven, mucho más alto que Ella se acerca a su cuello y le habla al oído "en la próxima estación me bajo, mi departamento está solo". Ella desconcertada no sabe que hacer. Se escucha la voz del chofer "Próxima estación..." A Ella le sudan las manos, gotas caen por sus tetas, las cuales albergan dos pezones que están completamente erectos, no sabe si por los nervios o por el sudor que le recorre. El joven se baja... y Ella sin más se baja tras él. El joven camina sin más y cuando comienza a subir las escaleras mira hacia atrás y la ve. Le sonríe, le hace un gesto para que lo siga y saliendo de la estación, camina unas dos o tres cuadras -Ella no lo recuerda debido a la emoción del momento- y la espera a la entrada de un lujoso departamento. Ella sin pensarlo se acerca, lo toma del brazo y suben. Al cruzar el umbral de la puerta Ella se tira en sus brazos y comienza a besarlo desesperadamente, le muerde el labio mientras recorre todo su cuerpo con sus manos húmedas por los nervios. Baja desde la nuca del joven, toca el pecho del chico por sobre la polera y cuando llega al pantalón, mete la mano por dentro para tocar aquello que ya había probado su culo en el Metro. El baja con sus besos por el cuello, mientras Ella se entretiene en su entrepierna. Abre la camisa botón por botón, y mete su cabeza en su par de tetas que tenian un sabor especial, el sabor del miedo de una nueva experiencia. El joven abre la boca para comerse los pezones de Ella, y con cada lamida Ella aprieta el glande del pene más fuerte como reacción a una sensación que no sentía hacía mucho. El joven le quita completamente la camisa, la pone de espaldas hacia él, termina de quitarle el brasier y levanta su faldita para perderse dentro de su culo, que solo estaba cubierto por una pequeña pantaleta de color piel, la cual fue moviendo lentamente hasta meterla por completo en su culo y dejar sus nalgas dispuestas para comérselas a besos. Ellla disfrutaba como si lo que estuviera haciendo lo fuera por primera vez. El joven le quita completamente las bragas, le pide que se incline y comienza a comerle la concha, pasándole la lengua desde el final del culo al clítoris. La toma en sus brazos y la lleva a su cama y continúa comiendole la concha, abriéndola con sus dedos y metiendole la lengua, comiéndose todos los jugos que saben a ambrosía. Ella le pide que le coma el clítoris y Ella se avoca a esa labor. Ella comienza a gemir, pero suena su celular.
El conocido rington la vuelve completamente a la realidad...se da cuenta que estaba en un departamento desconocido, con un joven que jamás había visto antes en su entrepierna, que está muy atrasada ya...
Pero el joven no deja de comerle el clítoris como nunca se lo habían hecho antes, metiéndole los dedos en la concha, y Ella comienza a olvidarse nuevamente del trabajo...pero no completamente, por lo que le dice que deben terminar rápido. Le propone que se recueste al lado de Ella, pero que siga en su concha. El joven no entiende que es lo que Ella busca, pero cuando siente la boca de Ella en su pene, entiende lo que se traía entre manos. Mientras el joven seguía en lo suyo, ella comienza a comerse su pene desde la base a la cabeza, la aprieta con sus labios, la muerde suavemente, lame la punta mientras salen los líquidos preseminales, los cuales se los traga con gusto. El comienza a hacer algo que la vuelve loca, toma su clítoris con los dedos mientras lame la punta erecta de éste, con lo que Ella se ve obligada a sacarse el pene de la boca para gemir, el joven le dice que sus gemidos lo vuelven loco y que va a correrse, Ella le dice que lo haga en su boca, que está muy caliente con lo que él le está haciendo, por lo que mete nuevamente su pene en la boca aprietándolo con fuerza. Con la ultima lamida, el cuerpo de Ella se pone completamente rígido, presionando el glande del joven con fuerza lo que hace que este se corra como no lo había hecho antes. Ella se traga todo. Se limpia la cara, se pone la ropa, le pide el baño para poder salir nuevamente a la calle. Se despide del joven con un adiós. Cierra la puerta tras de sí. El joven sale presuroso, le pregunta su nombre, pero Ella dice que no importa, le cierra un ojo, se da media vuelta hacia el ascensor y baja.
Ese día llegó atrasada a su trabajo, pero nadie lo notó. Al final del día, EL y ELLA se encontraron en la misma avenida. Al llegar a su hogar, Él le pregunta como estuvo su día, a lo que Ella responde que fue igual que cualquier otro, Ella le devuelve la pregunta, y Él le dice que fue un gran día. Él todavía se recordaba de la joven universitaria que lo había quedado mirando, Ella no podía olvidar al joven que la había llevado a su apartamento.
1 comentarios - Viaje al trabajo o viaje de placer
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