Estábamos de vacaciones en M.D.P. con mi marido y mis dos hijos, aclaro que somos swingers, y tuvimos muchos días hermosos de playa, ibamos a la mañana, regresábamos a almorzar, descansábamos una hora y vuelta a la playa hasta que atardecía. Un día resolvimos ir a una playa del sur que estaba de moda y decidimos quedarnos todo el día, resultado, mis hijos y mi marido escaldados- Al día siguiente no podían siquiera ver el sol por que les dolía las quemaduras. Resolvieron quedarse en casa por las mañana y luego concurrir al cine, el día se presentaba hermoso, de sol radiante. Así, con el acuerdo de mi marido resolví ir a una playa de zona norte, a 17 km. de la ciudad donde se acostumbra hacer topless. Elegí al efecto una bikini cola less, la más chiquita existente en el mercado, que la reservaba para ir solamente con mi pareja, ya que casi no oculta nada y no me gusta que mis hijos me vean casi desnuda. Atrás la "tanga" es un hilo, lo que me deja todas las nalgas al descubierto, adelante un triangulito que apenas me tapan los labios vaginales y el corpiño cubre los pezones únicamente, por lo que debo estarlos acomodando reiteradamente para que no se vean. El color del conjunto es rojo, como para no pasar desapercibida-
Tomé el auto y me dirigí a lo que consideraba una aventura. LLegué a la playa, estac ione, tomé la loneta y mi bolso y me ubiqué comodamente en la arena, me quité la remera y el mini short y me acosté boca abajo. Miré a mi alrededor y ví que había varios pares de ojos clavados en mi anatomía. No les hice caso, me desabroche el soutien y me quedé tomando sol por la espalda. Al rato, me di vuelta para tomar sol de frente, dejando mis pompis al aire, como para tostarlas, ya que hasta ese día, por concurrir siempre con mi familia, tomada sol con el corpiño de la maya puesto, las mismas estaban blancas en relación al resto del cuerpo.Así sumergida en pensamiento y media adormecida fue pasando el tiempo, cuando de pronto siento una voz varonil, que cerca de mi me dice hola. En un momento pensé en no hacerle caso, pero reflexioné y me dije que era bueno trabar relación con alguien, así se hacía menos monótono el estar. Abrí los ojos y parado de al lado mío estaba un buen ejemplar de macho, de aproximadamente unos treinta años, me alegró no hacerme la desentendida y le dije hola. El se sentó sobre el borde de la loneta y comenzó una encendida charla.Luego de un par de horas, me puse el minúsculo sostén y fuimos a comer un sandwich y una gaseosa en la confitería de la playa, donde fui acompañada de varios ojos, ya que yo sin ser despampanante, con mi metro setenta de altura mi cabello rubio y lo diminuto y rojo de mi conjunto llamábamos la atención. También atraía las miradas el cuerpo atlético de mi acompañante vestido con una minúscula sunga blanca, lo que resaltada el tostado de su cuerpo. Luego del frugal almuerzo regresamos a la arena y nuevamente me quité el sostén, acostándome en las loneta, pero dejando lugar para que Galo, que así se llama, reposara a mi lado, cosa que el advirtió e hizo rapidamente sin dejar pasar la oportunidad. Charlamos largo rato amenamente, hasta que abrumada por el calor le dije que me acompañara al agua a refrescarme. Cosa que le complació. Así en topless, me dirigí al mar con la compañía de Galo. Ya en el agua me arroje tratando de dar una brazadas y bajar el calor acumulado en mi cuerpo por acción del sol. Me incorporé con tan mala suerte, que pisé mal y una ola bastante importante me revolcó en el agua, allí sentí unas manos ferreas que me buscaban y manotearon erradamente sobre mis senos. Me ayudó a incorporarme, me abrazó contra su pecho, sintiendo que mis lolas se apretaban contra él. Allí entre risas comentamos risueñamente lo sucedido, pero en mí sentí una sensación de exitación sexual, al sentirme en contacto con ese cuerpo viril- Pasó, volvimos a la playa donde nos mantuvimos parados hasta que se secó la ropa que teniamos puesta. Nos recostamos, le comenté que estaba casada, que tenía dos hijos y que mi marido y los chicos habían ido al cine y que me starían esperando en casa, el me contó que era separado y que estaba sólo en M.D.P. La tarde llegaba a su fin y yo la había pasado encantadoramente. Resolvimos irnos hacia la ciudad donde estábamos parando ambos, cuando me comentó que tendría que esperar el micro, ante ello me ofrecí a trasladarlo, ya que teníamos el mismo destino. El aceptó el ofrecimiento. Nos dirigimos a mi carro y en ese momento advertí que mios senos estaban enrojecidos por la acción del sol, teniendo en cuenta que era la primera vez en la temporada que hacia topless. Me pasé crema humectante por ellos, pero me ardían, así que resolví manejar sin ponerme nada arriba, me puse el minishort y entre sonrisas le dije a Galo, si no le molestaba que manejara en esas condiciones, a lo que él respondió galantemente "que era un gusto". En medio del viaje, había volando una formación de gaviotas muy singular, galo extendió su brazo izquierdo para señalarlas y no se si adrede o no, tropezó con mi seno derecho. Me pidió las disculpas del caso y entre sonrisas le dije que no pasó nada. LLegando a M.D.P. paré al costado de la ruta para ponerme la remera, sentí que me ardían los pechos y lancé un pequeño gemido, ya que me costaba ponermela. El gentilmente me ayudó, aprovechando a rozarme reiteradamente las lolas, cosa que levantaron mi temperatura. Ya en la ciudad lo alcancé al hotel donde se hospedaba, mientras bajaba procedió a invitarme a cenar, a lo que respondí que no era posible, ya que lo debía hacer con mi familia. Insistió en invitarme a tomar un café, a lo que respondí evasivamente, aunque tenía ganas de decir "si". Me dejó su número de celular y sin mediar palabras me dió un lindo pico. Nops despedimos y me encaminé a mi departamento. Está ubicado en el centro de M.D.P. y es muy singular, tiene entrada por una calle que desemboca en el Casino Central, pero el primer y segundo piso está ocupado por un hotel cuyo ingreso es por una calle lateral. Por lo cual, los ascensores no tienen salida en el primer y segundo piso, recién para en el tercero- Lo mismo la escalera, la que es muy poco frecuentada, ya que no tiene salida en ninguno de los dos primeros pisos. En planta baja y el tercer piso hay interruptores de luces manuales para iluminar, ya que no tiene luces fijas para evitar derroche de energía eléctrica. Por la noche es una boca de lobo que los inquilinos evitanb, excepto por inconvenientes en los ascensores. LLegué a mi casa , mi familia había merendado y me estaban esperando. Tomé un refrigerio rápidamente y me dirigí a ducharme. Mis hijos salieron a dar una vuelta por la peatonal San Martín y aprovechando el momento de estar sólos, le comenté de la A a la Z lo sucedido en el día, el conociéndo lo sexual que soy sonrió. Le comenté la invitación a tomar el café y él dejándome sorprendida, me preguntó si me había impactado tanto como para concurrir. teniendo en cuenta que el, en los encuentros swinger siempre abogó por que "sólos no" y que si era así, no había problemas en que concurriera sóla a la cita. Fuimos a cenar, volvimos, mis hijos se durmieron y aproveché para llamar a Galo, le pregunté si estaba en pié la invitación y quedamos encontrarnos en San Martín e Yrigoyen. Me puse una cola less negra con puntillitas, una pollerita negra, la más corta que había llevado y una blusa de ceda translucida de color negra. No me puse soutien por que me rozaba y dolía. Sin medias ya que el tostado de la piel me favorecía. Me puse zapatos negros con taco aguja. Me delinee los ojos con lápiz celeste, que resaltaban mis ojos verdes del bronceado de mi cara y por último me pinté los labios de un rojo provocativo. Mis uñas de piés y manos estaban a tono. Mi marido al verme emerger del baño así arreglada, me dijo que estaba espectacular, que siendo yo bonita en ese momento superaba todas las espectativas.
Sintiéndome bien, me dirigí al lugar de la cita, al llegar veo sentado en una de las mesas a Galo vestido con un elegante atuendo deportivo, sonrió al verme ingresar y puso cara de asombro al momento que me decía lo bonito que estaba, me dió un pico al cual esta vez yo respondí. Durante la charla, me señaló reiteramente que se había acercado a mi en la playa por lo bonito de mis formas y por mi carita, pero que así vestida parecía una diosa escapada del Olimpo. Entre tanto lo pesqué reiteradamente observar mi blusa, donde se traslucían mis pezones, más teniendo en cuenta que los mismos estaban paraditos por mi exitación. Transcurrido un rato de charla, me invitó a bailar en una confitería de Avenida Constitución, a lo que respondí que sí. Tomamos un taxi, llegamos a un sitio de música tropical y después de un par de cervezas, que a mí me quito inhibiciones nos pusimos a bailar esa música alegra. Galo trataba de tomarme y yo lo fuí evadiendo picaramente, haciendo como que sí y no. Hasta que el D.J. paso música de lambada. Allí me apretó y me hizo sentir su miembro viril en tre las pierenas y en la raya de mi culo. Se advertía claramente su calentura, yo sentía mis flujos entre las piernas. Al terminar las lambadas y para tratar de poner freno a la calentura de ambos, le sugerí ir a tomar algo para refrescarnos. Fue hasta la barra y me trajo vodka con jugo de naranja- Creo que pidió que la mayoría sea de bebida alcohólica para debilitar mis defensas- Lo tomé despaciosamente, estaba riquísimo. Pero al rato me sentí más alegre y segura. Allí comenzó otra etapa, bailamos y cuando podía me agarraba las tetas, pasaba sus manos por mis nalgas y hasta me manoseo entre las piernas. Estábamos hirviendo, cuando en un m omento nos sentamos en un rincón oscuro, yo ya sin defensas lo dejaba hacer, metió su mano por el escote generoso de mi blusa y se encontró con mis senos desnudos,desató algunos botones y sacó afuera a mi seno izquierdo que comenzó a chupar desaforadamente, su otra mano erraba salvajemente entre mis piernas, me corrió la tanguita y entro en mi capullo, al sentirme invadida por no menos de dos de sus dedos dejé escapar un gemido, lo que alentó más a Galo. Allí llegué al orgasmo tras veces. Me pidió que fuerasmos a un hotel, para saciar nuestros instintos. En un momento de claridad mental, le dije que otro día, ya que era muy tarde y debía volver ami hogar donde me estaría esperando preocupado mi marido. Insistió en su oferta, pero me puse firme y dije que. Previamente le había estado masajeando elk pene, al que saque luego de abrirle la bragueta, y tenía un tamaño envidiable. Mi esposo está bien dotado y me satisface sexualmente, pero al ver esta "manguera" me proujo una sensación espectacular y la deseaba tener dentro mío-
Volvimos a tomar un taxi y allí dimos rienda suelta a nuesatra calentrura, me desabrocho la blusa, me dejo con las tetas al aire y me sorbió profundamente los pezones, yo no me acordaba del dolor de la quemadura, estaba gozando, en un momento le bajé la cremallera del pantalón, bajé un poco su boxer y dejé al aire su falo, al cual saboree empezando por el glande y luego todo su tronco (bueno sólo la parte que ingresaba en mi boca), tuve varios orgasmos en esos momentos y el eyaculó en mi boca, nunca me había tragado el semen de nadie, ni de mi marido, pero en ese momento estaba tan exitad y pasra no manchar la ropa o el asiento del coche, me lo tragué todo, hasta la última gota. Estaba bueno.Me imagino la vista que hubo tenido el chfer del taxiu. Me imaginbo que después de dejarnos a nosotros en la puerta de mi Dtoi. se habrá ido a buscar una mujer o a pajearse y lo que habrá comentado a sus amigos.
Ya en la puerta de entrada, lo salude con un beso de lengua muy cortito, tenía miedo que me viera algún vecino trasnochado, abrí la puerta para ingresar y el se filtro conmigo. Me empezó a toquetear cerca de lasa puertas de los ascensores, que se encuentra en un martillo del hall de entrada. De afuera no podían vernos, pero estaba la posibilidad de que alguien bajara en el ascensor, pero como el primer lugar de acceso al ascensor era el tercer piso, el mismo sonido del montacargas nos avisaría dándonos tiempo a recomponer la compostura. Pero no era cómodo estar en pelotas en ese lugar. Sea por que alguien entrara por la puerta de calle o usara el ascensor. Casi desnuda, le indiqué a Galo que subiéramos por la escalera. Allí en la oscuridad del replano del primer piso le mamé como nunca lo había hecho su enorme verga, nos acostamos en el piso que estaba fresco e hicimos un 69 de película, mitanga estaba corrida y me lastimaba, por lo que procedí a quitármela, me incorpore, tenía la pollera enrrolada en mi cintura, me apoye en la baranda, dandole la espalda a Galo y le expuse mi pumpis, Galo me tomó de atras y me refregó su palote por la raya del culo y luego por mis labios vaginales sacandomé varios orgasmos seguidos. Traté de no gemir para no alertar, en la quietud de la noche a los vecinos. Me folló profundamente, en la calentura que tenía me olvide de pedirle que se pusiera profilactico, así que el roce era de carne contra carne, en un momento sentí que el se aprontaba a acabar, a lo cual yo respondí con más movimiento para llegar juntos al extasis, y así fue que sentí que su leche me llenaba la vagina, explotando yo en un orgasmo interminable e inolvidable. Me sequé la entrepierna con la tanguita negra, lo que era un flujo interminable de semen y jarabe de mi conchita. Allí nos quedamos un rato haciendo arrumacos, hasta que siento en mi mano, ya que la tenía sostenida, que la verga de Galo recobraba vida, lo alenté con caricias y con mi boca. Cuando estaba dura como un hierro, me pidió que me quería hacer la cola, dudé ya que el miembro era muy grande y pese a que mi marido tenía por costumbre hacérmelo como fin del sexo, no lo tenía tan agrandado, era mas bien estrecho y me dolía la principio y luego de varios días también. Pero estaba decidida a satisfacer los caprichos de Galo, que me tenía embelesada. Así fue que me recosté sobre la baranda, me abrí los cachetes con las dos manos y dejé expuesto mi ano para que me empalara. Le pedí que me dilatara primero con sus dedos, así le facilite una crema que llevaba en mi cartera para mis senos doloridos. Tomó la crema y me empezó a encremar alrededor del agujerito privado, luego con la misma crema me insertó un dedo, lo que me llevó al extasis, luego dos y por último tres dedos que ya entraban como en un guante, cuando estaba bastante dilatado, apoyo su cabezota en mi ano, le pedí que lo hiciera lentamente, que sino me iba a lastimas, el comprensivamente fue introdujendo lentamente su glande en mí. En un momento pese a la calentura, sentí como si desgarraban mis entrañas. Ya el glande estaba adentro, le pedí que no se moviera de esa posición, hasta que me adaptara a la situación, fue cediendo el dolor, dejando paso al disfrute, allí le señalé que podía continuar, dió un empujón brusco y sentí todo el fierro caliente horadar mi culo. La sensación fue extremadamente espectacular, pensé que no creía que pudiera entrar en mi toda esa masa de carne, pero lo logramos y mis deseos de disfrutar el sexo anal se dispararon alocadamente. Me hizo tener orgasmos anales, que son los que más disfruto, por largos ratos de movimientos sincronizados, en un momento gritó "hay que llego", recobré la conciencia y le pedí silencio, en ese instante sentí que mis intestinos se llenaban de un líquido caliente que lo invadía todo, yo volví a explotar en otro orgasmo que no voy a olvidar nunca. Le pedí que no saliera de mí hasta que se deshinchara esa masa inmensa. Se le puso flácida y sentí como lentamente salía de dentro de mí. Nos besamos apasionadamente y traté de secarme la cola, que chorreaba semen, con la tanguita que ya estaba toda humedecida. Me llamó la atención, que Galo en su tercera corrida casi seguida tuviera tanto líquido, como para inundarme la cola de esa manera. Comentado con el, me dijo que nunca le había pasado así, que la calentura que le alentaba yo produjo ese "milagro. Se fue acomodando la ropa, yo me acomodé la pollera, me coloqué la blusa maltrecha. tomé mi tanguita que estaba empapada, en la mano. nos dimos un fuerte beso de lengua y lo acompañé a la salida, allí quedamos en encontrarnos nuevamente, le abrí la puerta nos piqueamos, me acarició por arriba de la pollera la cola y se fue.
Subí a mi departamento, donde estaba mi marido despierto esperándome, me dijo que estaba preocupado por la hora, tenía miedo que me hubiera pasado algo desagradable y que lo ponía contento mi regreso.
Me dirigí al baño, hice pipi, salí y me busqué una bombacha limpia y me fui a bañar, me saqu´´e la pollera y mi marido advirtió que estaba sin la tanga, sonriendo me dijo "parece que las has pasado muy bien". Me saqué la blusa y me encontró algunos arañazos en los pechos y en la cola. Le comenté todo lo pasado mientras me bañaba. Cuando salí de la ducha lo veo a mi marido tocándose los genitales desnudo y con el el pene al palo. Fuimos al dormitorio y tuvimos sexo como hace mucho que no habíamos tenido. Quedé agotada. Eso sí, le pedí que no hiciéramos sexo anal, porque me había quedado dolorido y ardiendo el secreto agujerito.,
Así pasó mi primer sexo con un extraño y sin la presencia de mi pareja que era la que me alentaba en los momentos de tener sexo swinger-
Debo decir que lo hecho superó mis expectativas sexuales, por lo que seguí teniendo relaciones con Galo, algunas conjuntamente con mi marido, pero eso es algo para contar en otro momento.
Todo lo dicho verdaderamente me pasó, ajustando algunas cosas en el relato.
Espero les haya gustado lo comentado y que me decidí hacerlo público, pues fue muy hermoso
fuente:gemidos
Tomé el auto y me dirigí a lo que consideraba una aventura. LLegué a la playa, estac ione, tomé la loneta y mi bolso y me ubiqué comodamente en la arena, me quité la remera y el mini short y me acosté boca abajo. Miré a mi alrededor y ví que había varios pares de ojos clavados en mi anatomía. No les hice caso, me desabroche el soutien y me quedé tomando sol por la espalda. Al rato, me di vuelta para tomar sol de frente, dejando mis pompis al aire, como para tostarlas, ya que hasta ese día, por concurrir siempre con mi familia, tomada sol con el corpiño de la maya puesto, las mismas estaban blancas en relación al resto del cuerpo.Así sumergida en pensamiento y media adormecida fue pasando el tiempo, cuando de pronto siento una voz varonil, que cerca de mi me dice hola. En un momento pensé en no hacerle caso, pero reflexioné y me dije que era bueno trabar relación con alguien, así se hacía menos monótono el estar. Abrí los ojos y parado de al lado mío estaba un buen ejemplar de macho, de aproximadamente unos treinta años, me alegró no hacerme la desentendida y le dije hola. El se sentó sobre el borde de la loneta y comenzó una encendida charla.Luego de un par de horas, me puse el minúsculo sostén y fuimos a comer un sandwich y una gaseosa en la confitería de la playa, donde fui acompañada de varios ojos, ya que yo sin ser despampanante, con mi metro setenta de altura mi cabello rubio y lo diminuto y rojo de mi conjunto llamábamos la atención. También atraía las miradas el cuerpo atlético de mi acompañante vestido con una minúscula sunga blanca, lo que resaltada el tostado de su cuerpo. Luego del frugal almuerzo regresamos a la arena y nuevamente me quité el sostén, acostándome en las loneta, pero dejando lugar para que Galo, que así se llama, reposara a mi lado, cosa que el advirtió e hizo rapidamente sin dejar pasar la oportunidad. Charlamos largo rato amenamente, hasta que abrumada por el calor le dije que me acompañara al agua a refrescarme. Cosa que le complació. Así en topless, me dirigí al mar con la compañía de Galo. Ya en el agua me arroje tratando de dar una brazadas y bajar el calor acumulado en mi cuerpo por acción del sol. Me incorporé con tan mala suerte, que pisé mal y una ola bastante importante me revolcó en el agua, allí sentí unas manos ferreas que me buscaban y manotearon erradamente sobre mis senos. Me ayudó a incorporarme, me abrazó contra su pecho, sintiendo que mis lolas se apretaban contra él. Allí entre risas comentamos risueñamente lo sucedido, pero en mí sentí una sensación de exitación sexual, al sentirme en contacto con ese cuerpo viril- Pasó, volvimos a la playa donde nos mantuvimos parados hasta que se secó la ropa que teniamos puesta. Nos recostamos, le comenté que estaba casada, que tenía dos hijos y que mi marido y los chicos habían ido al cine y que me starían esperando en casa, el me contó que era separado y que estaba sólo en M.D.P. La tarde llegaba a su fin y yo la había pasado encantadoramente. Resolvimos irnos hacia la ciudad donde estábamos parando ambos, cuando me comentó que tendría que esperar el micro, ante ello me ofrecí a trasladarlo, ya que teníamos el mismo destino. El aceptó el ofrecimiento. Nos dirigimos a mi carro y en ese momento advertí que mios senos estaban enrojecidos por la acción del sol, teniendo en cuenta que era la primera vez en la temporada que hacia topless. Me pasé crema humectante por ellos, pero me ardían, así que resolví manejar sin ponerme nada arriba, me puse el minishort y entre sonrisas le dije a Galo, si no le molestaba que manejara en esas condiciones, a lo que él respondió galantemente "que era un gusto". En medio del viaje, había volando una formación de gaviotas muy singular, galo extendió su brazo izquierdo para señalarlas y no se si adrede o no, tropezó con mi seno derecho. Me pidió las disculpas del caso y entre sonrisas le dije que no pasó nada. LLegando a M.D.P. paré al costado de la ruta para ponerme la remera, sentí que me ardían los pechos y lancé un pequeño gemido, ya que me costaba ponermela. El gentilmente me ayudó, aprovechando a rozarme reiteradamente las lolas, cosa que levantaron mi temperatura. Ya en la ciudad lo alcancé al hotel donde se hospedaba, mientras bajaba procedió a invitarme a cenar, a lo que respondí que no era posible, ya que lo debía hacer con mi familia. Insistió en invitarme a tomar un café, a lo que respondí evasivamente, aunque tenía ganas de decir "si". Me dejó su número de celular y sin mediar palabras me dió un lindo pico. Nops despedimos y me encaminé a mi departamento. Está ubicado en el centro de M.D.P. y es muy singular, tiene entrada por una calle que desemboca en el Casino Central, pero el primer y segundo piso está ocupado por un hotel cuyo ingreso es por una calle lateral. Por lo cual, los ascensores no tienen salida en el primer y segundo piso, recién para en el tercero- Lo mismo la escalera, la que es muy poco frecuentada, ya que no tiene salida en ninguno de los dos primeros pisos. En planta baja y el tercer piso hay interruptores de luces manuales para iluminar, ya que no tiene luces fijas para evitar derroche de energía eléctrica. Por la noche es una boca de lobo que los inquilinos evitanb, excepto por inconvenientes en los ascensores. LLegué a mi casa , mi familia había merendado y me estaban esperando. Tomé un refrigerio rápidamente y me dirigí a ducharme. Mis hijos salieron a dar una vuelta por la peatonal San Martín y aprovechando el momento de estar sólos, le comenté de la A a la Z lo sucedido en el día, el conociéndo lo sexual que soy sonrió. Le comenté la invitación a tomar el café y él dejándome sorprendida, me preguntó si me había impactado tanto como para concurrir. teniendo en cuenta que el, en los encuentros swinger siempre abogó por que "sólos no" y que si era así, no había problemas en que concurriera sóla a la cita. Fuimos a cenar, volvimos, mis hijos se durmieron y aproveché para llamar a Galo, le pregunté si estaba en pié la invitación y quedamos encontrarnos en San Martín e Yrigoyen. Me puse una cola less negra con puntillitas, una pollerita negra, la más corta que había llevado y una blusa de ceda translucida de color negra. No me puse soutien por que me rozaba y dolía. Sin medias ya que el tostado de la piel me favorecía. Me puse zapatos negros con taco aguja. Me delinee los ojos con lápiz celeste, que resaltaban mis ojos verdes del bronceado de mi cara y por último me pinté los labios de un rojo provocativo. Mis uñas de piés y manos estaban a tono. Mi marido al verme emerger del baño así arreglada, me dijo que estaba espectacular, que siendo yo bonita en ese momento superaba todas las espectativas.
Sintiéndome bien, me dirigí al lugar de la cita, al llegar veo sentado en una de las mesas a Galo vestido con un elegante atuendo deportivo, sonrió al verme ingresar y puso cara de asombro al momento que me decía lo bonito que estaba, me dió un pico al cual esta vez yo respondí. Durante la charla, me señaló reiteramente que se había acercado a mi en la playa por lo bonito de mis formas y por mi carita, pero que así vestida parecía una diosa escapada del Olimpo. Entre tanto lo pesqué reiteradamente observar mi blusa, donde se traslucían mis pezones, más teniendo en cuenta que los mismos estaban paraditos por mi exitación. Transcurrido un rato de charla, me invitó a bailar en una confitería de Avenida Constitución, a lo que respondí que sí. Tomamos un taxi, llegamos a un sitio de música tropical y después de un par de cervezas, que a mí me quito inhibiciones nos pusimos a bailar esa música alegra. Galo trataba de tomarme y yo lo fuí evadiendo picaramente, haciendo como que sí y no. Hasta que el D.J. paso música de lambada. Allí me apretó y me hizo sentir su miembro viril en tre las pierenas y en la raya de mi culo. Se advertía claramente su calentura, yo sentía mis flujos entre las piernas. Al terminar las lambadas y para tratar de poner freno a la calentura de ambos, le sugerí ir a tomar algo para refrescarnos. Fue hasta la barra y me trajo vodka con jugo de naranja- Creo que pidió que la mayoría sea de bebida alcohólica para debilitar mis defensas- Lo tomé despaciosamente, estaba riquísimo. Pero al rato me sentí más alegre y segura. Allí comenzó otra etapa, bailamos y cuando podía me agarraba las tetas, pasaba sus manos por mis nalgas y hasta me manoseo entre las piernas. Estábamos hirviendo, cuando en un m omento nos sentamos en un rincón oscuro, yo ya sin defensas lo dejaba hacer, metió su mano por el escote generoso de mi blusa y se encontró con mis senos desnudos,desató algunos botones y sacó afuera a mi seno izquierdo que comenzó a chupar desaforadamente, su otra mano erraba salvajemente entre mis piernas, me corrió la tanguita y entro en mi capullo, al sentirme invadida por no menos de dos de sus dedos dejé escapar un gemido, lo que alentó más a Galo. Allí llegué al orgasmo tras veces. Me pidió que fuerasmos a un hotel, para saciar nuestros instintos. En un momento de claridad mental, le dije que otro día, ya que era muy tarde y debía volver ami hogar donde me estaría esperando preocupado mi marido. Insistió en su oferta, pero me puse firme y dije que. Previamente le había estado masajeando elk pene, al que saque luego de abrirle la bragueta, y tenía un tamaño envidiable. Mi esposo está bien dotado y me satisface sexualmente, pero al ver esta "manguera" me proujo una sensación espectacular y la deseaba tener dentro mío-
Volvimos a tomar un taxi y allí dimos rienda suelta a nuesatra calentrura, me desabrocho la blusa, me dejo con las tetas al aire y me sorbió profundamente los pezones, yo no me acordaba del dolor de la quemadura, estaba gozando, en un momento le bajé la cremallera del pantalón, bajé un poco su boxer y dejé al aire su falo, al cual saboree empezando por el glande y luego todo su tronco (bueno sólo la parte que ingresaba en mi boca), tuve varios orgasmos en esos momentos y el eyaculó en mi boca, nunca me había tragado el semen de nadie, ni de mi marido, pero en ese momento estaba tan exitad y pasra no manchar la ropa o el asiento del coche, me lo tragué todo, hasta la última gota. Estaba bueno.Me imagino la vista que hubo tenido el chfer del taxiu. Me imaginbo que después de dejarnos a nosotros en la puerta de mi Dtoi. se habrá ido a buscar una mujer o a pajearse y lo que habrá comentado a sus amigos.
Ya en la puerta de entrada, lo salude con un beso de lengua muy cortito, tenía miedo que me viera algún vecino trasnochado, abrí la puerta para ingresar y el se filtro conmigo. Me empezó a toquetear cerca de lasa puertas de los ascensores, que se encuentra en un martillo del hall de entrada. De afuera no podían vernos, pero estaba la posibilidad de que alguien bajara en el ascensor, pero como el primer lugar de acceso al ascensor era el tercer piso, el mismo sonido del montacargas nos avisaría dándonos tiempo a recomponer la compostura. Pero no era cómodo estar en pelotas en ese lugar. Sea por que alguien entrara por la puerta de calle o usara el ascensor. Casi desnuda, le indiqué a Galo que subiéramos por la escalera. Allí en la oscuridad del replano del primer piso le mamé como nunca lo había hecho su enorme verga, nos acostamos en el piso que estaba fresco e hicimos un 69 de película, mitanga estaba corrida y me lastimaba, por lo que procedí a quitármela, me incorpore, tenía la pollera enrrolada en mi cintura, me apoye en la baranda, dandole la espalda a Galo y le expuse mi pumpis, Galo me tomó de atras y me refregó su palote por la raya del culo y luego por mis labios vaginales sacandomé varios orgasmos seguidos. Traté de no gemir para no alertar, en la quietud de la noche a los vecinos. Me folló profundamente, en la calentura que tenía me olvide de pedirle que se pusiera profilactico, así que el roce era de carne contra carne, en un momento sentí que el se aprontaba a acabar, a lo cual yo respondí con más movimiento para llegar juntos al extasis, y así fue que sentí que su leche me llenaba la vagina, explotando yo en un orgasmo interminable e inolvidable. Me sequé la entrepierna con la tanguita negra, lo que era un flujo interminable de semen y jarabe de mi conchita. Allí nos quedamos un rato haciendo arrumacos, hasta que siento en mi mano, ya que la tenía sostenida, que la verga de Galo recobraba vida, lo alenté con caricias y con mi boca. Cuando estaba dura como un hierro, me pidió que me quería hacer la cola, dudé ya que el miembro era muy grande y pese a que mi marido tenía por costumbre hacérmelo como fin del sexo, no lo tenía tan agrandado, era mas bien estrecho y me dolía la principio y luego de varios días también. Pero estaba decidida a satisfacer los caprichos de Galo, que me tenía embelesada. Así fue que me recosté sobre la baranda, me abrí los cachetes con las dos manos y dejé expuesto mi ano para que me empalara. Le pedí que me dilatara primero con sus dedos, así le facilite una crema que llevaba en mi cartera para mis senos doloridos. Tomó la crema y me empezó a encremar alrededor del agujerito privado, luego con la misma crema me insertó un dedo, lo que me llevó al extasis, luego dos y por último tres dedos que ya entraban como en un guante, cuando estaba bastante dilatado, apoyo su cabezota en mi ano, le pedí que lo hiciera lentamente, que sino me iba a lastimas, el comprensivamente fue introdujendo lentamente su glande en mí. En un momento pese a la calentura, sentí como si desgarraban mis entrañas. Ya el glande estaba adentro, le pedí que no se moviera de esa posición, hasta que me adaptara a la situación, fue cediendo el dolor, dejando paso al disfrute, allí le señalé que podía continuar, dió un empujón brusco y sentí todo el fierro caliente horadar mi culo. La sensación fue extremadamente espectacular, pensé que no creía que pudiera entrar en mi toda esa masa de carne, pero lo logramos y mis deseos de disfrutar el sexo anal se dispararon alocadamente. Me hizo tener orgasmos anales, que son los que más disfruto, por largos ratos de movimientos sincronizados, en un momento gritó "hay que llego", recobré la conciencia y le pedí silencio, en ese instante sentí que mis intestinos se llenaban de un líquido caliente que lo invadía todo, yo volví a explotar en otro orgasmo que no voy a olvidar nunca. Le pedí que no saliera de mí hasta que se deshinchara esa masa inmensa. Se le puso flácida y sentí como lentamente salía de dentro de mí. Nos besamos apasionadamente y traté de secarme la cola, que chorreaba semen, con la tanguita que ya estaba toda humedecida. Me llamó la atención, que Galo en su tercera corrida casi seguida tuviera tanto líquido, como para inundarme la cola de esa manera. Comentado con el, me dijo que nunca le había pasado así, que la calentura que le alentaba yo produjo ese "milagro. Se fue acomodando la ropa, yo me acomodé la pollera, me coloqué la blusa maltrecha. tomé mi tanguita que estaba empapada, en la mano. nos dimos un fuerte beso de lengua y lo acompañé a la salida, allí quedamos en encontrarnos nuevamente, le abrí la puerta nos piqueamos, me acarició por arriba de la pollera la cola y se fue.
Subí a mi departamento, donde estaba mi marido despierto esperándome, me dijo que estaba preocupado por la hora, tenía miedo que me hubiera pasado algo desagradable y que lo ponía contento mi regreso.
Me dirigí al baño, hice pipi, salí y me busqué una bombacha limpia y me fui a bañar, me saqu´´e la pollera y mi marido advirtió que estaba sin la tanga, sonriendo me dijo "parece que las has pasado muy bien". Me saqué la blusa y me encontró algunos arañazos en los pechos y en la cola. Le comenté todo lo pasado mientras me bañaba. Cuando salí de la ducha lo veo a mi marido tocándose los genitales desnudo y con el el pene al palo. Fuimos al dormitorio y tuvimos sexo como hace mucho que no habíamos tenido. Quedé agotada. Eso sí, le pedí que no hiciéramos sexo anal, porque me había quedado dolorido y ardiendo el secreto agujerito.,
Así pasó mi primer sexo con un extraño y sin la presencia de mi pareja que era la que me alentaba en los momentos de tener sexo swinger-
Debo decir que lo hecho superó mis expectativas sexuales, por lo que seguí teniendo relaciones con Galo, algunas conjuntamente con mi marido, pero eso es algo para contar en otro momento.
Todo lo dicho verdaderamente me pasó, ajustando algunas cosas en el relato.
Espero les haya gustado lo comentado y que me decidí hacerlo público, pues fue muy hermoso
fuente:gemidos
4 comentarios - me sucedio en mardel plata