Me gustan trolas (Episodio 3)

Rody al sentir la cabeza hinchada de mi pija en la puerta de su orto, sumado a la baba de Gaby, gemía como un condenado, mi pija estaba a punto de reventar pero me había propuesto aguantar. Gaby me llenaba de baba la punta, alterando entre mi chota y el agujero dilatado del putito, desde atrás su orto parecía el de una hembra culona, todo depilado y abierto, su agujero era de un color rosa intenso. Mientras Alexia se atragantaba con la pija de Rody a más no poder.
Seguimos trabajando un rato hasta que el puto prácticamente lloraba de placer, lo agarré de los pelos y lo obligué a que ensartara a Gaby por la concha, se resistía pero para animarlo le bombeé el orto de una estocada, la verga entro con presión pero sin resistencia, gritó como un putito reventado, lo que es. Y se la puso a Gaby que lo insultaba mientras se la garchaba.
-Cogéme puto, metémela toda…¿Te gusta coger hembras? ¿O sólo te gusta que te llenen el culo de carne hijo de puta?
Alexia me empezó a chupar los huevos desde atrás mientras yo bombeaba ese culo dilatado y gordo, imaginándome que era el de una de las tantas trolas que me gustaba coger.
Era alucinante estar los cuatro conectados, o con la pija o con la lengua, la energía se movía desde la mandíbula babeante de Alex, pasando por mis bolas, hasta la punta de la chota que rebotaba en el ano del mariquita, este a su vez cada embestida la devolvía con un pijazo dentro de Gaby.
Dí ordenes para que las trolas se pusieran en cuatro, así el puto de Rody podría culearlas a destajo… Lo obligué ahorcándolo un poco y sin parar de darle matraca al trolo. En poco tiempo su chota alternaba entre los agujeros de las dos putonas hermanitas.
A punto estaba de chorrear leche en su cola, cuando la saqué y me puse de frente a mis dos hembras que estaban como dos perritas sedientas.
Les pregunté que quién creía que se merecía el premio, y las dos al unísono contestaron que por supuesto: -¡Yo!
Me reí, acercando la verga a sus bocas pero sin dejar que la mamaran, desesperadas estiraban la lengua pidiendo a gritos la leche caliente, Rody bombeaba los ortos uno a uno como un verdadero macho mientras miraba fijamente mi tronco hinchado y venoso.
Les dije a las putitas que quizás el que se lo merecía era mi amigo trolo por el papel desempeñado. El puto se emocionó de oírlo. Me puse de pie, y Rody se metió la verga hasta la garganta mientras seguía bombeando orto. Le apreté el cuello fuerte y bombeé su boca hasta ahogarlo de leche sin sacar la carne de su mandíbula llena, la dejé dura dentro y a continuación le eché una meada a presión que hizo que saliera por su nariz y cayera en los ortos bronceados que se estaba culeando, el puto estaba como loco, no paraba de chupar. Sacó la verga morada y las dos trolas se desesperaron para beber la lechita que esperaban de mí pero al final sería de Rody, con las fauces abiertas esperaban la salida a granel del semen del trolo, éste no dejaba de amasar con su lengua mi pija aún dura como una roca. En ese momento, le pregunté si quería acabar en mi vientre, el puto se volvió loco, me tiré en el suelo y se empezó a pajear como una bestia, toda la leche se esparció en mi vientre tostado y musculoso, Rody estaba enloquecido. Las putas en cuatro patas empezaron a beber de mi pancita, hasta dejármela limpia y brillosa.
Todos quedamos conformes y felices.