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Me gustan trolas (Episodio 1)

No hay nada que me caliente más que una yegua putona en tanga y con bronceador, tetona y con tacos altos, y si fuma mejor. Todas mis putitas amigas saben mis gustos, así que siempre me complacen. Tengo varias yeguas que me cojo regularmente a mi antojo, alternando para no aburrirme. De edades variadas, colores de piel y pelo de diferentes colores, eso sí todas tienen muy buen orto, y tetas redondas y gordas. Y además me gustan que sean bien pero bien putas, si tienen marido o novio me apasionan más aún.
Hay una putita que me la garcho en la puerta de su casa en mi auto, casi en la cara de su marido, a veces mientras salta encima de mi verga puedo ver al cornudo de su marido preparando la cena por la ventana.
Tengo otra que es una yegua madura, cincuentona. La llamo y viene enseguida a casa, vestida como a mí me gusta, la espero desnudo y ni bien pasa por la puerta le saco el abrigo y se la pongo sin mediar palabra. Generalmente le lleno la concha de leche y se va para su casita a atender a su familia sin mediar palabra alguna.
Cómo pueden ser tan putas estas minas, me pregunto. Hacen lo que yo quiero y muy pocas veces acaban, eso depende de mí y generalmente no me da la gana. Me encanta usarlas como trapos, darles el trato que se merecen. Quieren pija, reciben pija, quieren leche, tienen leche. Soy un hijo de puta, lo sé. Así que no se gasten en escribir sus quejas, no todas las mujeres son iguales. Sólo que me gusta rodearme de las más atorrantas. Señoras que ni imaginarían lo zorras que son y lo que son capaces de hacer para que me las garche bien garchadas.
Hoy me desperté con ganas de jugar un rato con Alexia y Gaby, dos hermanas reputonas que conozco hace tiempo. Están solteronas ya, quién las va a querer como esposas si se bajaron a media ciudad. Siguen estando buenas, sus cuerpos son de yeguas maduras, carne magra y trabajada a base de gimnasio y pija. Tienen esa piel semi arrugada por los años y el bronceado total de verano, las tetas operadas y un orto alucinante, una es morocha y la otra teñida de rubia, yo me las cogí a las dos por separado, pero hoy voy a intentar una jugarreta.
Las invité a mi casa quinta, por suerte tengo guita y ya se sabe que con eso te podés garchar a quien quieras. Aceptaron de mil amores.
Llegaron a eso de las 10 de la mañana, espléndidas, maquilladas y peinadas como para ir a una fiesta. Les pregunté si se habían traído la malla para meterse en la pile, a lo que gritaron juntas: - Of course!! – les gustaba mechar palabras en inglés a las trolas.
Se fueron a cambiar, mientras preparé un cóctel con champagne y frutas.
Al rato bajaron y casi me muero. No podían ser más putas. Llevaban un tanga que subía por la espalda y bajaba por sus tetas hasta unirse por debajo de la concha, era una pieza del ancho del hilo dental, Alex de amarillo rabioso y Gaby de verde manzana. La verga se me puso como un termo lumilagro, debajo de mi slip y no pude hacer nada por disimular. Llevaban tacos altísimos. Sabían mis gustos.
Encendimos unos cigarrillos y bebimos al sol, charlando, riendo y fumando.
No disimulaba en mirarles las tetas descaradamente, mientras ellas detrás de los lentes de sol, hacían como si nada y en realidad gozaban y competían a ver quién se llevaba más miradas.
Las tiras apenas ocultaban los pezones puntudos y erectos de las potras en celo.
Debía tener cuidado e ir lentamente para que no me malinterpretaran, aunque siendo lo que eran, zorras calientes y maduras, tenía muchas esperanzas de triunfar.
Me preguntaban mientras se acariciaban el cabello, de mis parejas, de mis negocios. Querían saberlo todo. Y parecía que les calentaba la idea de que ya siendo un macho hecho y derecho haya tenido muchas hembras, y aún siguiera siendo un soltero codiciado y lleno de guita.
El tiempo pasaba rápido y estábamos muy entretenidos, el alcohol nos iba haciendo ganar en confianza y perder el pudor. Reíamos mucho y la charla cada vez era más picante. En un momento les solté que tenía una duda y que no sabía cuál de ellas tenía las tetas más grandes. Soltaron una carcajada brutal, y Alexia que era la más suelta, dijo que por supuesto ella, haciéndose a un lado las tiras y mostrándome sus pomelos redondos y brutales. Gaby haciéndose la enojada, dijo que las había operado el mismo médico y que ella llevaba una talla de 130 mientras que su hermana sólo era de 120, de un ademán mostró sus lolas enormes y duras. Las dos potras en tetas enfrente mío, el champagne, el sol, el tabaco... Más no podía pedir. Por debajo de la mesa mi pija acechaba dura e inquieta.
-Mmm… no estoy seguro- dudé- habría que pesarlas…
-Jajajjaa! Rieron mientras las tetas se movían arriba y abajo sincronizadas. Era una visión hipnótica.
-Y cómo las vamos a pesar?
-Ahh desde chico tengo un poder y es que calculo con mis manos el peso de las cosas-, dije sonriendo pícaramente.
Divertidas aseguraron: - Eres un cabrón!- mientras se acercaban una de cada lado.
-Apostemos- propuso Gaby que se veía más segura.
-Qué cosa?- preguntó Alex
-La que gana tiene que besarme…en la boca!- propuse descaradamente
-Ok!!- asintieron las potras maduras y la competencia no les dejaba ver más allá.
-Y la que pierde?- preguntaron casi al unísono.
- Ah la que pierde…- dudé- tiene que besarme la pija!!- jugándomela entero.
-Ehhh! No vale…!- protestaron divertidas…- Todo estaba dicho ya.
Alexia se inclinó un poco hacia adelante enfrente mío y dejó colgando sus dos melones redondos y bronceados, relucientes con el bronceador que se había pasado por todo el cuerpo.
Suavemente puse mis palmas debajo y casi sin hacer movimiento alcé las dos tetas muy suavemente. Gaby reía mientras no se perdía ningún detalle.
Estuve un ratito con esa carne tibia en mis manos y con los pulgares hundí los pezones gordos y duros, explicando que para conocer el peso exacto debía realizar esa operación, a lo que Alex asintió de mil amores haciéndose la inocente.
-Muy bien- ya está-, ahora le toca a Gaby…- dije seguro.
Gaby se acercó decidida y también se inclinó al igual que la puta de su hermanita.
Hice la misma jugada, lentamente levante con mis palmas engrasadas de la crema de Alex las tetonas de Gaby, eran hermosas, empujé sus pezones y noté como se calentaba la puta madura, mirándome fijamente a los ojos.
-Listo- dije haciéndome el interesante-, la ganadora es: …
-Daleee! Gritaron las dos, que a estas alturas estaban como perras en celo.
-Las gomas de Alexia pesan 700 gramos cada una-, afirmé sin vacilar- y las de Gaby…
-Daleee!!!- otra vez ansiosas y calientes.
- 750! Gaby es la ganadora!
-Jajajaja!!!- rió Gaby- es la primera vez en mi vida que deseaba perder….! No vale!!- dijo mientras arrodillándose me bajó de un tirón el slip. Alexia se puso como loca reclamando su segundo puesto y arrodillándose también.
Las dos putas se peleaban por mi pija, eran como dos niñas tironeando sus juguetes de los reyes magos. La apretaban, una se la metía en la boca, mientras la otra la quitaba tirándole de los pelos y masticando verga precipitadamente. Babeándola, entre las dos. Ninguna daba el brazo a torcer y mi pija estaba empapada y como una estaca.
-Chicas, chicas!, no se peleen- dije con aire de autoridad- hay para las dos…, les propongo algo…
Se quedaron en silencio, entendiendo que no hacía falta pelear y que esa barra de carne daba para las dos chuponas. Escucharon curiosas y sin rechistar…

(Continuará…)

5 comentarios - Me gustan trolas (Episodio 1)

morochadel84
Hola! Pasé, leí, y como comentar no cuesta nada, te digo que está muy bien escrita tu historia y que quiero saber cómo sigue!!!!

Un abrazo.
pro55
🤤 🤤 🤤 🤤 🤤
mu_a2
MUY BUENO EL RELATO , GRACIAS POR COMPARTIR 😉 😉 😉 😉
Culo cojerverga
Fck-Acero
Me queres adoptar?! JAJAJAJAJAJA
gulymor
muy bueno , linda joda !!!!!! 750 gr jjjaj el peso justo ,