Mi trabajo de guía turístico aunque pudiera parecer lo contrario era de lo más monótono. Todos los días acompañando a grupos de personas de toda índole. La mayoría de las veces sus clientes eran personas mayores, por eso cuando recibió el encargo de su jefe de ir al aeropuerto a buscar a dos clientas que llegaban de Argentina se imaginó a dos viejecitas a las que tendría que pasear y entretener durante una semana.
El avión tenía la llegada a las 11 de la mañana, así que aquella mañana no tuvo que madrugar mucho. Se tomó un café, y después de ducharse se puso el uniforme de la empresa y fue a recoger su coche. Llegó al aeropuerto con tiempo suficiente paraa tomarse otro café. El avión (cosa extraña) no venía con retraso, y a las 11,05 horas la megafonía del aeropuerto anunciaba la llegada del vuelo.
Se situó frente a las puertas de desembarque con el cartel que anunciaba el nombre del tour operador para el que trabajaba y que servía de señal para que los desconcertados viajeros . Siempre le hacía mucha gracia ver como cambiaba la cara de los viajeros. Salian de la terminal con cara de desconcierto, mirando hacia todos los lados, y en cuanto veian el cartel de su operador de viajes o sus nombres escritos, la cara les cambiaba radicalmente. El gesto de desconcierto se convertía como por arte de magia en una sonrisa. Más que haber localizado a su guía, parecía haberles tocado la lotería.
Al cabo de unos minutos los pasajeros del vuelo empezaron a salir. Lucas con su cartel elevado sobre su cabeza, miraba con desgana a todas las personas que iban saliendo, fijándose sobre todo en la gente mayor.
De pronto a su izquierda oye una hermosa voz con acento argentino que le llama, se gira y no puede dar crédito a lo que ve. Dos hermosas chicas están frente a el. Una es rubía y la otra morena. No podría decir cual de las dos es más hermosa. Ambas le miraban con una sonrisa que a el le parecía de Diosas. Se quedó mudo durante unos instantes. Casi tartamudeó al presentarse.
Hola soy Lucas ¿sois Alejandra y Lore?. Si, respondieron ellas.
Ahora quien sonreía como un estúpido era el. No podía creerse la suerte que tenía. Su trabajo consistia en acompañar durante una semana a aquellas dos bellezas.
Cogió el carrito de las maletas y seguido de las chicas salieron de la terminal hacía el parking donde tenía estacionado su coche.
Les preguntó si deseaban ir al Hotel o si por el contrario querian ya comenzar la ruta turística.
Mejor nos llevas al Hotel, dijeron. Nos daremos una ducha y ya luego comenzaremos las visitas que nos tengas organizadas.
En el viaje hacia el hotel estuvieron hablando de los sitios que irian a visitar, de su pais, de lo mucho que a ellas les gustaba viajar. Lucas no podía por menos que sentirse afortuado; aparte de chicas preciosas, eran alegres y encantadoras.
Llegaron al Hote. Lucas aparcó el coche en la puerta y acompañó a las chicas a recepción.
Después de rellenar las fichas de registro en el hotel, Lucas les dijo que las esperaría en la cafetería del hotel. Ellas se miraron y Alejandra le dijo que subiera, que tardarian poco en prepararse.
Los tres subieron en ascensor hasta la habitación. La habitación era una suite. Un salón enmoquetado en rojo con un gran sofá de terciopelo desde el que se accedía a la habitación y al baño.
Después de meter el equipaje, Lucas se sentó en el sofá a esperar que Alejandra y Lore se prepararan. Ellas entraron en la habitación y cerraron la puerta. Lucas encendió el televisor, pero no era capaz de concentrarse en el programa que estaban transmitiendo. Su mente estaba al otro lado de la puerta. Se imaginaba a las chicas quitándose la ropa para ducharse. Su mente volaba recreándose en aquella imagen. Su mente viajaba de la imagen de una a la de otra. Su polla empezó a ponerse dura y a presionar contra el pantalón. En ese instante se abrió la puerta de la habitación y apareció Alejandra. Llevaba puesta una toalla alrededor de su cuerpo que dejaba al descubierto sus hermosas piernas. La polla de Lucas acabó de ponerse todo lo dura que podía, y pugnaba por salir de su prisión.
Lucas se sonrojó por la situación. Ella seguro que también se había dado cuenta de aquella erección.
No te preocupes ,dijo Alejandra al notar el sonrojo de Lucas, me encanta ver que una polla se alegre de verme.
Diciendo eso, dejó caer la talla que la envolvía, dejando al descubierto unos pechos preciosos. Solo unas pequeñas braguitas negras tapaban su coño. Lucas no podía dar crédito. Aquello era un sueño del que no quería despertar. Se levantó del sofá y se aproximo a Alejandra. La besó. Sus lenguas jugaban mientras el con su mano derecha apretaba el culo de Alejandra. La besó en la boca y poco a poco fué bajando. Primero besó su cuello y acarició su pelo rubio. bajó un poco más y se entretuvo durante un buen rato besando y chupando sus hermosas tetas; sus pezones duros. Se acercaron al sofá y la tumbó. Con gran delicadeza le fue besando todo su cuerpo. Su lengua lamía cada parte de aquel hermoso cuerpo y le quitó las braguitas. Entonces su lengua se dedicó a explorar aquel maravilloso chochito depilado. Primero le lamió el clítoris, el cual rapidamente agradeció aquel gesto. Lucas le dedicó un buen rato a lamerlo suavemente y a atraparlo entre sus labios haciéndole delicadas succiones. Alejandra se estremecía.
Tan dedicado a ello estaba, que no oyó que Lore había entrado hasta que Alejandra dijo: Ven Lore, este chico sabe cómo comer un coño.
Lucas levantó la vista y la vió. Era otra Diosa. Pelo moreno, pechos pequeños pero perfectos. Como antes Alejandra, ella solo llevaba braguitas, en este caso blancas. Lucas no sabía para donde mirar, las dos estaban buenísimas.
Lore se quitó las bragas y dijo: veamos si es cierto que sabes comer un coño. Dicho esto se sentó en el sofá con las piernas abiertas ofreciendole su coño.
Lucas cambió del coño de Alejandra al de Lore. Si uno era maravilloso, el otro también. Si una era preciosa, la otra también.
A estas alturas, la camisa y la corbata de Lucas ya hacía un buen rato que acompañaban a las braguitas de las chicas en el suelo, pero aún tenía los pantalones puestos. Alejandra se encargó de ello. Se los quitó mientras el comía el coñito de Lore, y la quitó también los calzoncillos.
Tumbada en el suelo sobre la moqueta, Alejandra se metió la polla en la boca.
Lucas gimió de placer al sentir la lengua de Alejandra sobre su polla. Se la chupaba maravillosamente. La saliva de Alejandra impregnaba toda su polla, y la lengua jugaba con su capullo.
Era increible. Lucas pensó que si el paraiso existía debía ser aquello.
Su dedicación al coño de Lore dió sus frutos, y esta se corrió en su boca entre alaridos de placer.
Tenías razón dijo, este chico sabe comer un coño.
Lucas yacía ahora tumbado boca arriba en el suelo y Lore fué a ayudar a Alejandra en su felación. La polla de Lucas pasaba de una boca a otra. Sentía que estaba a punto de explotar, pero aquellas chicas sabian muy bien como hacerlo, y cada vez que Lucas pensaba que estaba a punto de correrse, ellas decrecian su ritmo y lo evitaban.
Quiero follaros dijo Lucas. No, respondieron ellas, te follaremos nosotras a ti, y acto seguido Alejandra se puso encima de el e introdujo la polla en su coño.
Alejandra se movía sobre Lucas follándolo, mientras Lore la besaba a ella.
Ellas se besaban y el estaba siendo follado por Alejandra.
Ahora me toca a mi, dijo Lore, y ahora fue ella quien se puso encima de Lucas, moviendo sus caderas enérgicamente y sintiendo la polla de Lucas que le llenaba todo el coño. Alejandra se puso detrás de ella y le acariciaba con la lengua su ano.
Lore se dió cuenta de que Lucas ya no aguantaría mucho más sin correrse y se sacó la polla. Se la agarró con la mano, y se la meneó con fuerza. Fue cuestión de segundos que Lucas se corriera. Su leche salió despedida, pero no se desperdició. Las bocas de Alejandra y Lore la capturaron toda. La corrida de Lucas fue interminable. A el le pareció que había eyaculado litros de semen. Se corría y se corría y no paraba, mientras ellas se tragaban toda su leche.
Lucas quedó exahusto, tendido en el suelo. Ellas también se quedaron tendidas en el suelo, mientras por las comisuras de sus labios arrollaban los restos de semen de Lucas.
Se quedaron medio dormidos durante un buen rato.
Lucas fué el primero en despertarse y las llamó.
Chicas, dijo el. Me encantaría volver a follar con vosotras, pero no creo que mi polla tenga ya leche que daros hoy.
Ellas se miraron picaramente y dijeron ¿tu crees?. Ya verás como si.., y acto seguido le llevaron hasta la cama y ambas se pusieron sobre la cama, de rodillas, mostrando sus hermosos culos a Lucas.
La polla de Lucas, como por arte de magia, volvió a ponerse durísima. No sabía a cual de las dos follar primero. En aquel momento hubiera deseado tener dos pollas para porder follarlas a la vez, pero tenía que elegir y no se complicó. Eligió a la que tenía más cerca, que era Alejandra.
Lucas se colocó detrás de ella y le clavó la polla hasta el fondo del coño. Agarrándola por la cintura se la metía y sacaba con todas sus fuerzas. Ahora fue Alejandra la que no tardó en correrse, sus jugos dejaron la sábana empapada, y ella quedó tumbada boca abajo. Sin perder un instante, ahora el objetivo de su polla era el coño de Lore, que segúia de rodillas esperándolo.
Se la metió en el coño y la folló.
Lucas ahora creia que no se correría en mucho tiempo. La corrida de antes lo hacía fisiologícamente imposible. Pero Lore tampoco estaba dispuesta a correrse tan rápidamente.
Las gotas de sudor recorrian la frente de Lucas mientras no paraba de bombear dentro de aquel maravilloso coño.
Métemela en el culo, dijo Lore, y sus deseos fueron órdenes para Lucas. Se sacó la polla del coño de Lore y aproximo su punta hacía el agujero del culito de Lore. Poco a poco, con delicadeza se la empezó a meter, hasta que de repente.. se la clavó hasta las entrañas. Lore dió un grito, mezcla de dolor y de placer.
Follaron hasta que la polla de Lucas no pudo más y nueva e increiblemente volvió a correrse dentro del culo de Lore.
Aquella semana Lucas nunca la olvidaría. El ejerció su trabajo muy profesionalmente y las llevó a visitar todos los lugares de su ciudad, pero entre visita y visita, ellas le enseñaron a el muchas más cosas y no dejaban pasar una oportunidad de follar los tres juntos.
El avión tenía la llegada a las 11 de la mañana, así que aquella mañana no tuvo que madrugar mucho. Se tomó un café, y después de ducharse se puso el uniforme de la empresa y fue a recoger su coche. Llegó al aeropuerto con tiempo suficiente paraa tomarse otro café. El avión (cosa extraña) no venía con retraso, y a las 11,05 horas la megafonía del aeropuerto anunciaba la llegada del vuelo.
Se situó frente a las puertas de desembarque con el cartel que anunciaba el nombre del tour operador para el que trabajaba y que servía de señal para que los desconcertados viajeros . Siempre le hacía mucha gracia ver como cambiaba la cara de los viajeros. Salian de la terminal con cara de desconcierto, mirando hacia todos los lados, y en cuanto veian el cartel de su operador de viajes o sus nombres escritos, la cara les cambiaba radicalmente. El gesto de desconcierto se convertía como por arte de magia en una sonrisa. Más que haber localizado a su guía, parecía haberles tocado la lotería.
Al cabo de unos minutos los pasajeros del vuelo empezaron a salir. Lucas con su cartel elevado sobre su cabeza, miraba con desgana a todas las personas que iban saliendo, fijándose sobre todo en la gente mayor.
De pronto a su izquierda oye una hermosa voz con acento argentino que le llama, se gira y no puede dar crédito a lo que ve. Dos hermosas chicas están frente a el. Una es rubía y la otra morena. No podría decir cual de las dos es más hermosa. Ambas le miraban con una sonrisa que a el le parecía de Diosas. Se quedó mudo durante unos instantes. Casi tartamudeó al presentarse.
Hola soy Lucas ¿sois Alejandra y Lore?. Si, respondieron ellas.
Ahora quien sonreía como un estúpido era el. No podía creerse la suerte que tenía. Su trabajo consistia en acompañar durante una semana a aquellas dos bellezas.
Cogió el carrito de las maletas y seguido de las chicas salieron de la terminal hacía el parking donde tenía estacionado su coche.
Les preguntó si deseaban ir al Hotel o si por el contrario querian ya comenzar la ruta turística.
Mejor nos llevas al Hotel, dijeron. Nos daremos una ducha y ya luego comenzaremos las visitas que nos tengas organizadas.
En el viaje hacia el hotel estuvieron hablando de los sitios que irian a visitar, de su pais, de lo mucho que a ellas les gustaba viajar. Lucas no podía por menos que sentirse afortuado; aparte de chicas preciosas, eran alegres y encantadoras.
Llegaron al Hote. Lucas aparcó el coche en la puerta y acompañó a las chicas a recepción.
Después de rellenar las fichas de registro en el hotel, Lucas les dijo que las esperaría en la cafetería del hotel. Ellas se miraron y Alejandra le dijo que subiera, que tardarian poco en prepararse.
Los tres subieron en ascensor hasta la habitación. La habitación era una suite. Un salón enmoquetado en rojo con un gran sofá de terciopelo desde el que se accedía a la habitación y al baño.
Después de meter el equipaje, Lucas se sentó en el sofá a esperar que Alejandra y Lore se prepararan. Ellas entraron en la habitación y cerraron la puerta. Lucas encendió el televisor, pero no era capaz de concentrarse en el programa que estaban transmitiendo. Su mente estaba al otro lado de la puerta. Se imaginaba a las chicas quitándose la ropa para ducharse. Su mente volaba recreándose en aquella imagen. Su mente viajaba de la imagen de una a la de otra. Su polla empezó a ponerse dura y a presionar contra el pantalón. En ese instante se abrió la puerta de la habitación y apareció Alejandra. Llevaba puesta una toalla alrededor de su cuerpo que dejaba al descubierto sus hermosas piernas. La polla de Lucas acabó de ponerse todo lo dura que podía, y pugnaba por salir de su prisión.
Lucas se sonrojó por la situación. Ella seguro que también se había dado cuenta de aquella erección.
No te preocupes ,dijo Alejandra al notar el sonrojo de Lucas, me encanta ver que una polla se alegre de verme.
Diciendo eso, dejó caer la talla que la envolvía, dejando al descubierto unos pechos preciosos. Solo unas pequeñas braguitas negras tapaban su coño. Lucas no podía dar crédito. Aquello era un sueño del que no quería despertar. Se levantó del sofá y se aproximo a Alejandra. La besó. Sus lenguas jugaban mientras el con su mano derecha apretaba el culo de Alejandra. La besó en la boca y poco a poco fué bajando. Primero besó su cuello y acarició su pelo rubio. bajó un poco más y se entretuvo durante un buen rato besando y chupando sus hermosas tetas; sus pezones duros. Se acercaron al sofá y la tumbó. Con gran delicadeza le fue besando todo su cuerpo. Su lengua lamía cada parte de aquel hermoso cuerpo y le quitó las braguitas. Entonces su lengua se dedicó a explorar aquel maravilloso chochito depilado. Primero le lamió el clítoris, el cual rapidamente agradeció aquel gesto. Lucas le dedicó un buen rato a lamerlo suavemente y a atraparlo entre sus labios haciéndole delicadas succiones. Alejandra se estremecía.
Tan dedicado a ello estaba, que no oyó que Lore había entrado hasta que Alejandra dijo: Ven Lore, este chico sabe cómo comer un coño.
Lucas levantó la vista y la vió. Era otra Diosa. Pelo moreno, pechos pequeños pero perfectos. Como antes Alejandra, ella solo llevaba braguitas, en este caso blancas. Lucas no sabía para donde mirar, las dos estaban buenísimas.
Lore se quitó las bragas y dijo: veamos si es cierto que sabes comer un coño. Dicho esto se sentó en el sofá con las piernas abiertas ofreciendole su coño.
Lucas cambió del coño de Alejandra al de Lore. Si uno era maravilloso, el otro también. Si una era preciosa, la otra también.
A estas alturas, la camisa y la corbata de Lucas ya hacía un buen rato que acompañaban a las braguitas de las chicas en el suelo, pero aún tenía los pantalones puestos. Alejandra se encargó de ello. Se los quitó mientras el comía el coñito de Lore, y la quitó también los calzoncillos.
Tumbada en el suelo sobre la moqueta, Alejandra se metió la polla en la boca.
Lucas gimió de placer al sentir la lengua de Alejandra sobre su polla. Se la chupaba maravillosamente. La saliva de Alejandra impregnaba toda su polla, y la lengua jugaba con su capullo.
Era increible. Lucas pensó que si el paraiso existía debía ser aquello.
Su dedicación al coño de Lore dió sus frutos, y esta se corrió en su boca entre alaridos de placer.
Tenías razón dijo, este chico sabe comer un coño.
Lucas yacía ahora tumbado boca arriba en el suelo y Lore fué a ayudar a Alejandra en su felación. La polla de Lucas pasaba de una boca a otra. Sentía que estaba a punto de explotar, pero aquellas chicas sabian muy bien como hacerlo, y cada vez que Lucas pensaba que estaba a punto de correrse, ellas decrecian su ritmo y lo evitaban.
Quiero follaros dijo Lucas. No, respondieron ellas, te follaremos nosotras a ti, y acto seguido Alejandra se puso encima de el e introdujo la polla en su coño.
Alejandra se movía sobre Lucas follándolo, mientras Lore la besaba a ella.
Ellas se besaban y el estaba siendo follado por Alejandra.
Ahora me toca a mi, dijo Lore, y ahora fue ella quien se puso encima de Lucas, moviendo sus caderas enérgicamente y sintiendo la polla de Lucas que le llenaba todo el coño. Alejandra se puso detrás de ella y le acariciaba con la lengua su ano.
Lore se dió cuenta de que Lucas ya no aguantaría mucho más sin correrse y se sacó la polla. Se la agarró con la mano, y se la meneó con fuerza. Fue cuestión de segundos que Lucas se corriera. Su leche salió despedida, pero no se desperdició. Las bocas de Alejandra y Lore la capturaron toda. La corrida de Lucas fue interminable. A el le pareció que había eyaculado litros de semen. Se corría y se corría y no paraba, mientras ellas se tragaban toda su leche.
Lucas quedó exahusto, tendido en el suelo. Ellas también se quedaron tendidas en el suelo, mientras por las comisuras de sus labios arrollaban los restos de semen de Lucas.
Se quedaron medio dormidos durante un buen rato.
Lucas fué el primero en despertarse y las llamó.
Chicas, dijo el. Me encantaría volver a follar con vosotras, pero no creo que mi polla tenga ya leche que daros hoy.
Ellas se miraron picaramente y dijeron ¿tu crees?. Ya verás como si.., y acto seguido le llevaron hasta la cama y ambas se pusieron sobre la cama, de rodillas, mostrando sus hermosos culos a Lucas.
La polla de Lucas, como por arte de magia, volvió a ponerse durísima. No sabía a cual de las dos follar primero. En aquel momento hubiera deseado tener dos pollas para porder follarlas a la vez, pero tenía que elegir y no se complicó. Eligió a la que tenía más cerca, que era Alejandra.
Lucas se colocó detrás de ella y le clavó la polla hasta el fondo del coño. Agarrándola por la cintura se la metía y sacaba con todas sus fuerzas. Ahora fue Alejandra la que no tardó en correrse, sus jugos dejaron la sábana empapada, y ella quedó tumbada boca abajo. Sin perder un instante, ahora el objetivo de su polla era el coño de Lore, que segúia de rodillas esperándolo.
Se la metió en el coño y la folló.
Lucas ahora creia que no se correría en mucho tiempo. La corrida de antes lo hacía fisiologícamente imposible. Pero Lore tampoco estaba dispuesta a correrse tan rápidamente.
Las gotas de sudor recorrian la frente de Lucas mientras no paraba de bombear dentro de aquel maravilloso coño.
Métemela en el culo, dijo Lore, y sus deseos fueron órdenes para Lucas. Se sacó la polla del coño de Lore y aproximo su punta hacía el agujero del culito de Lore. Poco a poco, con delicadeza se la empezó a meter, hasta que de repente.. se la clavó hasta las entrañas. Lore dió un grito, mezcla de dolor y de placer.
Follaron hasta que la polla de Lucas no pudo más y nueva e increiblemente volvió a correrse dentro del culo de Lore.
Aquella semana Lucas nunca la olvidaría. El ejerció su trabajo muy profesionalmente y las llevó a visitar todos los lugares de su ciudad, pero entre visita y visita, ellas le enseñaron a el muchas más cosas y no dejaban pasar una oportunidad de follar los tres juntos.
10 comentarios - las turistas (dedicado a Alejandra y Lore)
Saludos.
es ficcion che, aclaralo
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