VECINO 4 – FINAL
Ya estaba yo toda embarrada de su semen: en la cara, en los pechos; aunado al olor que le había dejado mi madre a su miembro, sabor a mierda, pero aun así sentí que esa leche era mi premio por haberme portado bien con Alejandro, aunque todavía estaba esperando mi plato fuerte, llegar a mi orgasmo. Seguía muy caliente, tenía la mi cuerpo ardiendo.
Pensaba que después de darle a mi madre esa cogida que la dejó tirada en el sillón resollando fuertemente y diciendo palabras de alabanza hacía él: -¡qué bien has estado Alejandro!, por eso te extraño tanto, ni mi esposo me da lo que le pido- entre otras frases abrumadoras, él continuaba exprimiendo su verga en mi cara: –trágatela perra, ¿o no te gusta su sabor? Jajajaja…
Le di un lengüetazo a su pija, e inmediatamente sentí el sabor amargo de los excrementos de mi madre junto al sabor viril del semen de nuestro macho. Hice un gesto de asco al momento de decirle que no me gustaba su sabor repugnante. Él se quedó viéndome con un gesto de incredulidad, pues estaba contradiciendo su orden, y estaba seguro que me estaba gustando:
-¡Pero si tú quieres te la dejaré bien limpiecita Alejandro!- le dije advirtiendo en mi interior un placer que sólo sentía cuando me portaba como una guarra con él.
-Así me gusta, puta, que seas una obediente perrita!! Jajajajaja… ¡qué bien la has instruido zorrita!!– le dijo a mi madre, que en ese momento ya estaba dando señales de vida, mientras yo estaba casi vomitando, pero dejándole el miembro impecable con mi lengua.
-Aahhh, par de putas, ya me han sacado toda la leche. Tendrán que esperar que me reponga para que las siga enculando, jajajaja, ¡sobre todo tú Cintia!.
Me quedé viéndolo con cara de ruego, me sentí desilusionada, había esperado mucho tiempo para estar con él. Incluso había robado los mensajes de mi madre para saber dónde estaba, había hecho todo lo que me había pedido y él ahora sólo había complacido a mi madre. Me sentí vacía, incompleta, no sabía qué hacer para que se repusiera y me satisficiera de una vez.
En un momento no podía creer estar ahí, nunca en mi vida pensé que podría llegar a estar deseosa de un hombre, y menos como Alejandro, yo siempre pensé que el amor de mi vida era un hombre como mi ex-novio: guapo, tierno y pues sí, claro, con billetes. Y pensar que me encontraba ahí, con Alejandro, el hermano de mi mejor amiga, el más odiado por mi persona, y además sin plata. Incluso alguna vez mi amiga me preguntó si me atrevería a besar a su hermano, a lo que respondí inmediatamente que no, que me daba asco, y ahora me hallaba ahí a sus pies acabando de limpiarle sus fluidos de su pija y los de mi madre con mi lengua, me sentía ridícula.
Lo miré: estaba segura que aprobaba con la mirada, mientras yo rogaba que me hiciera suya otra vez, que me llenara ese hueco que tenía. Me sentía usada y vejada, pero no satisfecha. De pronto, me llegó la idea de que ya no iba a tener fuerzas para complacer a nadie más, pero continué jalando su miembro, quería que me satisficiera, aunque no reaccionó, entonces me dijo
–¡Calma zorrita espérame un rato y despues te vuelvo a encular jajaja!… ¿Cómo estuviste sin mí, Cin? ¿No extrañaste mi verga?...
No me importó decirle que sí, y aunque evitaba mirar su rostro, me limitaba a responder jalándole el miembro y tratando de reanimarlo, con la mirada fija en él, que aun fláccido me imponía respeto y sobre todo me calentaba la situación que se dio: Me sentía relegada, como si fuera más bien su objeto, su cosa, su puta que tomaría cuando quisiera y tiraría cuando ya no la necesitara.
Aun así me había sentido feliz al beberme su leche enfrente de mi madre, mientras ella, que había hecho de todo para sacársela y recibir su premio, se me quedaba mirando con envidia y recelo. Ella sacó su lengua y se relamió, indicándome que se le antojaba probarla.
-¿Aun no te cansas, Alejandro? –le preguntó mi madre, todavía jadeando- …¡¡no cabe duda que eres un semental chico!!
-Nunca me voy a cansar de tener sus culos a mi disposición, jajaja… además ¿a ti no te ha faltado quien te dé tu ración, verdad perra?
-¿Estás celoso Alex? Ya sabes que siempre te he preferido a ti por encima del viejo, ¿te quedas tranquilo si te digo que lo he hecho con el solo porque tú me lo pediste?
Yo pensaba que hablaban de mi padre, y cómo le estaban pintando el cuerno. Aunque Alejandro no le hubiera pedido que lo hiciera con mi padre, o quien sabe yo no quería pensar más en eso. Vi que mi madre se nos acercó.
-Como ves Cintia ¿te gustaría probar la carne del viejo?
–¿¿¡¡ehhh!!??– me tomó por sorpresa la pregunta: ¿probar la carne de su padre? ¿Pues que era Alejandro: un monstruo depravado que no respetaba nada?...
–¿Sabes? He estado pensando que podrían hacer un trío, pero ahora con mi padre, ¿qué te parece Cin?
Me le quedé viendo, aun tenía esa sonrisa depravada: pensé que había caído muy bajo al hacer el amor con el macho de mi madre, y en el mismo momento que ella, pero… ¿hacerlo con el padre de Alejandro? Entonces el era el viejo del que hablaban, el que le había estado dando candela a mi madre. Con razón seguía tan feliz aun sin estar Alejandro, me pareció que estaban fuera de razón, pero ya nada me sorprendía de ellos dos.
Yo seguía chupando su pija, el me tocaba las tetas y me apretaba los pezones casi hasta hacerme doler, mi madre se acerco por atrás y le acarició los huevos mientras le decía al oído lo bien que había estado, que era todo un semental, que lo extrañaba mucho a pesar de lo que le había obligado a hacer con su padre, y que yo también era su puta, que me podía poseer cuándo y cómo quisiera.
Tomó mi cabeza y me dijo que lo hiciera con amor:
-A ver, déjame espacio que te enseño cómo debe chuparse una pija, sobre todo la de tu macho… -me hizo a un lado y comenzó un mete saca de su boca con un ritmo impresionante.
Alejndro ponia los ojos en blanco al mismo tiempo que me seguía apretando mis pezones que seguian duros como piedras, yo no daba mas, entonces le dije
–¡¡Por favor ale, metemela ya!! Estaba realmente muy caliente, y no daba mas.
Cuando le dije esto, el detuvo a mi madre de su faena diciendo
-¡¡Espera zorra dejame darle su lección a tu hijita!!
Tomo mi rostro y me escupió en la boca, al momento que decía
–¡¡Sos una puta, no decías que te doy asco zorra?! Y mirate ahora implorando por mi verga!! Jajajaja
Yo me quede sin habla y me puse blanca primero, y luego roja al verme descubierta de lo que decía a escondidas de el.
–Pero Alejandro, yo no se de que me hablas! Conteste, haciéndome la desentendida
-¡¡Anda puta!!! Y todavía crees que no lo se…si ya se que andas diciendo que te doy asco que nunca te atreverías a salir conmigo!!
-Mira Cintia, la verdad te deseo desde hace mucho tiempo, y me masturbe con la imagen de tu culazo miles de veces, pero ahora que te tengo, quiero aprovecharte
-¿Que queres que haga para que me perdones? Le pregunte intrigada
-Aun conservas el video que te di?
–si
–bueno quiero que se lo des a tu novio
–pero Alejandro..
-¡Callate puta!…eso no es todo, para asegurarme que lo hagas, todo esto lo harás estando yo presente!!
Me quede muda, realmente no sabia que decir, como autómata respondí –esta bien Alejandro lo que quieras…
En ese momento, sonó el timbre de entrada, entonces Alejandro fue a abrir.
Había dicho que no iba a haber nadie en su casa, pues se habían ido a casa de unos familiares, y por eso había citado a mi madre ahí, pensando que llegaría yo…se puso una bata y se dirigió a la puerta, entonces volvieron a tocar.
-Abre Alejandro ¿estás ahí? Una voz femenina se escucho del otro lado.
-Oh oh, en ese momento se le notó una cara de angustia, ya no tenía esa mirada pervertida y burlona que tanto me desagradaba pero me moría por verle… -¡¡¡vístanse rápido!!!- alcanzó a decir gritando –ya voy espérame un momento… -
Comenzamos a buscar nuestra ropa, al momento que por la puerta del patio se asomaba una persona: ¡¡era su hermana, mi amiga!!!
–¡¡Alejandro, otra vez trajiste tus putas!! Le voy a tener que decir a mi madre, que estás acompañado. ¡¡No te conformáste con las putas del otro día que encontró mi padre y te corrió por eso!!!
-mi madre y yo no alcanzamos a vestirnos totalmente: ella sólo se puso su blusa y acabó de calzarse los pantalones, y yo no encontré mis pantaletas, no sé dónde las había lanzado Alejandro… así que solo tenía mi remera toda llena de semen y mi faldita. Aun con los tacos puestos, me cubrí el pecho con las manos, aunque estábamos casi en penumbras. Alejandro fue contra su hermana a taparle la cara para que no nos reconociera, sobre todo a mí, su amiga que supuestamente tanto despreciaba a su hermano…
-Calla, ven conmigo en lo que ellas se van- le dijo mientras la sacaba a rastras de la casa. Nosotras, como pudimos, nos fuimos hacía la puerta del patio. Con la poca ropa que traíamos encima y algún trapo sucio que encontramos en los sillones para taparnos, salimos corriendo de casa de Alejandro.
No supe si mi amiga me había visto o reconocido, después de todo lo que decía yo de su hermano, y encontrarme en esas circunstancias… ¡qué deplorable! Pensé.
Como iba a volver a ver a mi amiga a la cara, y encima de todo, para peor, no había conseguido ni siquiera mi satisfacción completa.
Al otro día, después de haber dormitado casi toda la noche en suspenso, soñaba que mi amiga llegaba y me recriminaba lo que había hecho con su hermano, o que me encontraba comiéndome su pija y se burlaba de mí, riéndose como Alejandro…me asomé a la casa del vecino, para saber de él o de lo que había sucedido, pero nada, no había señales de vida en su casa. Iba de regreso a la mía, cuando vi un sobre a un lado de la puerta, como el que me había dado Alejandro en la anterior ocasión. Lo levanté y encontré un video que también decía garrapateado: “para Cintia”.
Llena de curiosidad, lo llevé adentro de mi casa, y lo puse en la video para ver el contenido: me asusté cuando reconocí la escena del día anterior: ahí estaba yo chupándole la verga a Alejandro, mientras él le daba a mi madre por el culo, ¿qué había pasado? ¿Nos volvió a grabar Alejandro? ¿Con qué motivo? Busqué en el sobre desesperadamente una explicación de lo que estaba viendo, y encontré una nota que decía: “esta medianoche en la puerta de tu casa”. La cara se me iluminó de alegría, la calma volvió a mi, qué susto había pasado, pero… ¡Alejandro no necesitaba hacer eso!
Bueno, la verdad es que me había agradado el detalle, me hizo pensar que aun le importaba y que me seguía deseando lo suficiente, y que me iba a cumplir lo que no había podido el día anterior, pero… ¿cómo se le ocurrió que me tenía que obligar? Jajaja ahora era yo la que se reía de las cosas que hacía Alejandro.
Ya no le di importancia si aparecía o no, ya sabía que vendría en la noche a hacerme suya como me lo merecía, aunque se me antojaba muy morboso que hubiera estado mi madre en la misma escena sexual, ¿por qué no la habría invitado también? ¿Le preguntaría?..., ¡¡No!! Ahora quería ser yo la única dueña de esa verga que tan feliz me hacía, de todos sus jugos. Ya la paladeaba yo, sería una espera larga, pero la boca se me hacía agua de pensar como estaría de feliz esa noche…aunque el pensar en mi amiga me angustió; no quería que ella supiera que le pertenecía a su hermano, seria lo peor que podría pasarme…
Llegó al fin la noche, estaba nerviosa y angustiada a la vez; quería que Alejandro llegara a tomar lo que era suyo y a la vez no quería que mi amiga se diera cuenta de nada, así que el nervio y el morbo estaban a todo lo que daban en mi ser. Mi adrenalina hacía que me sintiera que iba a explotar…me arreglé lo mejor que pude para la ocasión:
Me puse una faldita blanca bien cortita, me había alisado el cabello, y me puse una tanguita blanca y un bra que combinaba, unas sandalias con taco alto. ¡Ahora realmente era su putita! Me puse un sobretodo, aunque hacía calor, y esperé hasta cerca de la medianoche, cuando no había movimiento en mi casa ni en el vecindario, así que salí hasta la puerta de mi casa. Era una noche sin luna, bastante oscura, y aunque había una luz afuera de mi casa, al voltear hacia la casa de Alejandro percibí una sombra. Supuse que era él, y me fui corriendo allí donde estaba.
En su casa no había luz; él traía una campera bastante vieja y sucia. También traía una gorra beisbolera, por lo que no pude ver su rostro con detalle. Le susurré
–hola Alejandro, ¿por qué me citaste aquí afuera? ¿Quieres que vayamos a tu casa, o prefieres mi cuarto? –él no contestó, simplemente me tomó del brazo y me llevó a su casa, jalándome por la muñeca, llevándome por todo el corredor que rodea su casa, hasta un cuartucho donde guardaban cosas, como una bodega. Allí me indicó que guardara silencio.
Entramos al cuarto que estaba bastante pequeño, solamente había un sillón viejo. Todo estaba en penumbras, pero al parecer era el cuarto más alejado de la casa, no había ventanas; sólo unos libreros y el medio sofá.
Me agarro fuerte de mi brazo y me llevo hacia el, como ya era su costumbre y me jaló mi sobretodo. Comenzó a jalarme la ropa con violencia:
–Por favor, Alejandro ¡¡con más cuidado porque me lastimás!! – en ese momento jaló mi bra, con tal fuerza que me lastimó la piel de la espalda: -¡¡Aaayyy!!! Alejandro, por favor ¡¡hazlo con más cuidado!! ¡¡Me lastimás!!! Entonces comenzó a reír –jajajaja –¿Qué pasa Alejandro? ¡ya sabes que solo tienes que decir lo que deseas para que yo lo haga! ¡No necesitas ser tan violento!
–¡¡Chúpamela!!! –me gritó. Aunque escuché un poco rara su voz, ni siquiera lo pensé. De inmediato me agaché y bajé su bragueta, sacando su pájaro. Lo noté con un olor desagradable, pensé que el olor era por que no se había bañado desde la sesión de ayer. Aunque ya notaba que se comenzaba a agrandar, lo noté más pesado que el día anterior. No le di importancia y comencé a pelarle la cabeza, para tomar valor y comenzar a lamer su glande, el cual ya comenzaba a escurrir su liquido preseminal; entonces me la llevé a la boca: sabía realmente horrible, estaba más sucia que de costumbre. Sin embargo, comencé a darle chupones suaves: él me tomó por la cabeza y agarrándome los cabellos comenzó a darme ritmo. Ya el sabor había cedido, pero el olor seguía siendo insoportable, por lo que comencé a dar arcadas, pero él no me dejaba sacarla de la boca, entonces noté que realmente estaba más grande que nunca. Miré su rostro, me daba morbo que me viera chupándosela, y ver esa cara insoportable, con su gesto de lujuria detrás de esos lentes rotos y su cara llena de barros.
Sí, tenía todo eso, pero el rostro que estaba viendo no era el de Alejandro: al momento me saqué de la boca su miembro y él protestó:
-¿Qué te pasa puta? ¡¿Por qué te detienes?!...
-¿Quién es usted? Le pregunté al momento de tratar de huir, pero él estaba en el camino a la salida y entonces me retiré hacia atrás cubriendo mi pecho.
–Jajaja, ¿así que de verdad pensaste que era Alejandro? Jajaja, mira cómo te pusiste a temblar… ¡¡yo soy el padre de Alejandro!! ¡¡¡Y ahora vas a ser mía!!!
Me tomó por las muñecas y me llevó al sillón. Traté de oponerme, pero era mucho más fuerte que yo y comencé a gritarle:
-¡¡Déjeme en paz, viejo asqueroso!!! ¡¡Voy a gritar para llamar a Alejandro!!...
–¡¡¡Grita todo lo que quieras, él dijo que podía hacer contigo lo que quisiera, y además este cuarto está aislado de todos los demás, así que aquí no va a escuchar nada nadie!!! Jajajaja…
–¡¡Alejandro!!! ¡¡Alejandro!!!... Comencé a gritar a todo lo que daba, mientras el señor continuó riendo, pero de repente me dio una bofetada, haciéndome ver estrellas.
-¡¡Ya cállate puta, Alejandro no está y tampoco va a venir nadie!!! Si vuelves a gritar me vas a hacer enojar, tú dirás si prefieres esto por las buenas o por las malas…
-Snif snif… comencé a llorar…
-Ya estabas haciendo las cosas muy bien, lástima que te diste cuenta de que no era mi hijo, ¡¡¡pero si ya vi que eres una puta con él ahora vas a serlo conmigo!!! Chúpala y cuidado con hacerme daño puta, por que te va a ir mal –haciendo énfasis de lo que acababa de decir, me soltó otra cachetada, -¡¡tú sabes cómo nos entendemos!!!
Me dolió la forma tan brutal de tratarme, pero no dije nada, solo seguí sollozando –¡¡Sos un viejo de mierda!!
-¡Sí, pero ahora mismo me vas a levantar la verga con la boca, vamos puta!
Comencé a chupar su pedazo, que empezó a crecer desmesuradamente. Aquello era realmente impresionante: si la de Alejandro era grande ¡ésta estaba monstruosa! Ya no me cabía en la boca, por lo que solamente le daba lengüetazos suaves pero firmes.
Seguía llorando, pero no le iba a dar el gusto de verme rogar. Me había enfriado solamente al reconocerlo, pero cuando vi el tamaño de su pija comenzó a darme morbo.
Me tomó de los cabellos y me dijo que ya la dejara, que me pusiera en cuatro porque quería probar mi conchita por detrás: no podía hacer nada así que le obedecí. Mi baby doll estaba en el suelo, y entonces me jaló la tanga dejándomela a medio muslo, se puso detrás de mí y me comenzó a penetrar. Trataba de que no me doliera ya que aun no estaba caliente, pero realmente era un cipote inmenso, y bastante brusco: me la metió de tres empujones, me hizo gritar de dolor:
–Aaaayyyyyy… ¡¡espere, no sea bruto!!! ¡¡¡me duele, sáquelo aaaggh!!... Creo que entre más gritaba, más fuerte me daba el maldito; ahora lloraba de dolor: -Aaaayyy!! ¡¡Ya déjeme maldito viejo, me lastima aaayyy!!!
Sin embargo, él no me escuchaba o si lo hacía parecía calentarlo más. Era igual a Alejandro, ¡solo querían gozar ellos!, su pija estaba terrible de grande: alcanzó a llegar en mi interior más allá de lo que el vergote de Alejandro había llegado, y además era más gorda, por lo que hacía que mis paredes vaginales se estiraran al máximo. Pensé que me iba a desgarrar por lo brusco que estaba haciéndolo.
Aunque seguía sollozando por la humillación, me enfrasqué en sentirlo. Él me tomaba las tetas con sus dedos rasposos. Parecía como que hiciera algún trabajo rudo, y a mí me empezó a gustar cómo me trataba. Apenas había empezado esta sesión y ya me había engolfado su gigantesca herramienta llevándola hasta el límite de mi vagina:
–Muy bien, zorra ¿verdad que te gusta mi verga?
–Ayy –me quejé porque estaba sintiendo muy rico, pero no quería que se llevara el triunfo tan rápido – ¡déjeme viejo maldito!
-Jajaja, sabía que te iba a gustar, después de verte revolcando con Alejandro y con tu madre juntos…hhhm, ahora prepárate puta ¡¡¡porque voy a descargar en ti!!!
–¡¡No, todavía no!!! ¡¡Aguante un poco más!!...
Pero fue inútil; se vino en mi vagina en una tremenda corrida que hizo que comenzara a salirse su leche por un costado de su herramienta. Inmediatamente se salió de mi jadeando mientras yo trataba inútilmente de retener su verga dentro. Me hice para atrás, para evitar que saliera, pero él se tiró a un lado mío tapándose sus partes; otra vez me quedó el desaire de un orgasmo casi hecho…
Sólo me faltaba muy poco para lograr mi orgasmo, pero el daño ya estaba hecho…
Haciéndome ya la idea de que estaba a su merced, me quedé quieta en el sillón, aun en cuatro, esperando que regresara de donde lo había llevado mi faena:
–¿Así que así coge la puta de mi hijo? Y yo que pensaba que las vecinas eran muy decentes, si no hubiera sido porque descubrí a Alejandro con tu madre, cogiendo aquí en mi casa… ¡el muy bastardo! Le tuve que incautar a la puta en turno, pero cuando le hablé que también me tenía que dejarte coger a ti, se puso como energúmeno y lo tuve que correr de la casa. Hace poco me dijo que quería volver aquí, le dije que hasta le prestaba la casa si me prestaba a su otra puta, y otra vez se negó.
¡¡Fue cuando decidí jugármela haciéndote creer que Alejandro te citaba aquí y mira si te ha dominado!!! Pero ¿qué tal te fue con mi verga chiquilla?! ¿Ahora ya sabes lo que es un hombre?! Jajaja –se reía igual que Alejandro, yo no hubiera podido descubrirlos en las penumbras, solamente por el tamaño de su miembro. -Bien zorrita, ya está bien de descanso, he venido a culearte toda la noche, así que ¡¡prepárate!! ¿Te gustó mi verga zorra?? –¡¡contesta!! –fue ahí que comenzó a darme de nalgadas. Yo realmente quería contestar pero en cuanto comencé a sentir esa picazón en mis nalgas (que me daban un placer que no había sentido jamás), me negué a decir nada, prefiriendo que siguiera su castigo, sintiendo que me había portado mal, y disfrutando a la vez con esas palmadas que además me hacían sentir aun más humillada:
–¡¡Anda, puta, no voy a dejar de nalguearte hasta que me contestes!!! –Hhmmmhh –sólo atiné a gemir –¡Bien, entonces prepárate a recibir tu castigo! De forma repentina detuvo sus nalgadas cuando estaba sintiendo más rico: -Escoge tu castigo zorra… ¡por el culo o me voy!!
–¡¿Qué?!... le pregunte.
–Sí, tu castigo será quedarte a medias o que te la dé por el culo…tú escoges…
Lo pensé, si de verdad escogía irme, me arriesgaba a quedarme como ayer, y si escogía que me diera por el culo, esta pija estaba realmente grande: me podría lastimar
–Bien, veo que tu decisión es rápida –me dijo levantándose los pantalones –-¡No! ¡Espere! Le dije pensando que la que hablaba ya no era yo sino mi sexo. Era esclava de mi sexo y éste se quería liberar con esa pija que, al menos, estaba a mi disposición
-¡Prométame que lo hará con cuidado, y así podría hacerlo más de una vez!
-¡Pero si serás puta, niña! Está bien, trataré de hacértelo suave, ¡pero no esperes muchas consideraciones!
–Bien ¡¿qué desea que haga?! Le dije ya en estado superlativo, ya me sentía una guarra con lo que me estaba pasando, ¡y eso me calentaba mucho!
–¡Recárgate en el sillón como estabas! Y pará lo más que puedas tu colita, sepárate las nalgas con las manos para que pueda acceder más fácilmente, y prepárate ¡¡que te voy a reventar el culo!!
Obedecí, levanté lo más que pude mi colita y alcanzándome con las manos las nalgas, las separe lo más que pude para prepararlas a que recibieran al nuevo inquilino, que era tremendamente más grande que Alejandro y no se qué tan paciente…Se colocó detrás mío y ya con la pija enhiesta a todo lo que daba, comenzó a empujar en mi hoyito trasero. Primero al hacerlo suave no entraba y me hacía doler bastante, así que tomó un poco de los líquidos que aun tenía en mi vagina y me los embarró directamente en la colita, volvió a apuntar y empujó con firmeza
–Aaaaaayyyyyy, despacito, ¡¡usted dijo que me lo haría despacito señor!!!
–¡¡Cállate puta que apenas entró la puntita, ahora aguanta que viene lo mejor!!!
Comencé a morder mi labio inferior pues no dejaba de dolerme la penetración; estaba muy gorda, traté de abrir más las nalgas con mis manos, pero ya estaban a todo lo que daba. Puse mi mano derecha hacia atrás tocando su barriga peluda, intentando controlar el entra y sale de su miembro en mi colita pero por mas que lo empujaba solo se hundía mi palma en su estomago. Fue terrible aguantar el sometimiento del señor para darme por el culo, sin embargo después de cómo diez minutos de empujones, jadeos y dolor, al fin logró introducirla toda adentro Se quedó quieto un rato, como para dejar que mi colita se acostumbrara a su huésped y me dijo:
–Ahora sí, putita, ya la tienes toda enterrada por tu culo, ¿qué quieres que haga ahora? Iba a contestar que la sacara porque el dolor era insoportable, pero la experiencia que había tenido con Alejandro me motivó a decirle otra cosa:
–¡Espera un momento! No se mueva, ¡déme solo un par de minutos!
Yo ya no lo empujaba sino que comencé a acariciarle los pelos de la barriga, En cuanto me acostumbré, comencé a moverme de atrás hacia delante, tratando de hacerlo muy suavemente, de manera que solo su glande fuera el que se moviera dentro mío y su pellejo estuviera estático en mi ano. Resultó muy bien porque después de un ratito comenzó a darme placer, y a él también, lo supe por sus jadeos:
–¡¡Así putita… ah, qué bien lo haces!! –mira que el cabrón de Alejandro con razón no quería compartirte conmigo, pero eso sí: ¡¡a ti no te suelto nunca perra!!
–¡¡Sí señor, prométame que me dará así todos los días, y estaré a su disposición cuando me lo pida!!! –era tal mi calentura que comencé a sobarle los testículos por debajo, en ese momento me la enterró lo más adentro que pudo y al fin pude sentir mi orgasmo: fue increíble, supongo que había esperado demasiado; un minuto después él comenzó a inundar mi intestino con una venida que parecía tenía mucho tiempo sin coger…
Después de ese día, me hice su amante; al idiota de mi novio le di el video frente a Alejandro, el no entendía nada, pero cuando llegara a su casa me iba a odiar seguramente, nada me importo, le pedí a Alejandro que se quedara con mi madre, el lo acepto y poco a poco lo fui dejando con mi madre y ahora de alguna manera soy la madre de mi mejor amiga jaja.
Ella sigue sin saber nuestro secreto y ya casi no nos vemos, aunque el otro día me comentó que veía muy cambiado a su papá, y me dijo
-¡Vaya saber con que puta se anda acostando!
Yo solamente sonreí, sin decir nada.
Ya estaba yo toda embarrada de su semen: en la cara, en los pechos; aunado al olor que le había dejado mi madre a su miembro, sabor a mierda, pero aun así sentí que esa leche era mi premio por haberme portado bien con Alejandro, aunque todavía estaba esperando mi plato fuerte, llegar a mi orgasmo. Seguía muy caliente, tenía la mi cuerpo ardiendo.
Pensaba que después de darle a mi madre esa cogida que la dejó tirada en el sillón resollando fuertemente y diciendo palabras de alabanza hacía él: -¡qué bien has estado Alejandro!, por eso te extraño tanto, ni mi esposo me da lo que le pido- entre otras frases abrumadoras, él continuaba exprimiendo su verga en mi cara: –trágatela perra, ¿o no te gusta su sabor? Jajajaja…
Le di un lengüetazo a su pija, e inmediatamente sentí el sabor amargo de los excrementos de mi madre junto al sabor viril del semen de nuestro macho. Hice un gesto de asco al momento de decirle que no me gustaba su sabor repugnante. Él se quedó viéndome con un gesto de incredulidad, pues estaba contradiciendo su orden, y estaba seguro que me estaba gustando:
-¡Pero si tú quieres te la dejaré bien limpiecita Alejandro!- le dije advirtiendo en mi interior un placer que sólo sentía cuando me portaba como una guarra con él.
-Así me gusta, puta, que seas una obediente perrita!! Jajajajaja… ¡qué bien la has instruido zorrita!!– le dijo a mi madre, que en ese momento ya estaba dando señales de vida, mientras yo estaba casi vomitando, pero dejándole el miembro impecable con mi lengua.
-Aahhh, par de putas, ya me han sacado toda la leche. Tendrán que esperar que me reponga para que las siga enculando, jajajaja, ¡sobre todo tú Cintia!.
Me quedé viéndolo con cara de ruego, me sentí desilusionada, había esperado mucho tiempo para estar con él. Incluso había robado los mensajes de mi madre para saber dónde estaba, había hecho todo lo que me había pedido y él ahora sólo había complacido a mi madre. Me sentí vacía, incompleta, no sabía qué hacer para que se repusiera y me satisficiera de una vez.
En un momento no podía creer estar ahí, nunca en mi vida pensé que podría llegar a estar deseosa de un hombre, y menos como Alejandro, yo siempre pensé que el amor de mi vida era un hombre como mi ex-novio: guapo, tierno y pues sí, claro, con billetes. Y pensar que me encontraba ahí, con Alejandro, el hermano de mi mejor amiga, el más odiado por mi persona, y además sin plata. Incluso alguna vez mi amiga me preguntó si me atrevería a besar a su hermano, a lo que respondí inmediatamente que no, que me daba asco, y ahora me hallaba ahí a sus pies acabando de limpiarle sus fluidos de su pija y los de mi madre con mi lengua, me sentía ridícula.
Lo miré: estaba segura que aprobaba con la mirada, mientras yo rogaba que me hiciera suya otra vez, que me llenara ese hueco que tenía. Me sentía usada y vejada, pero no satisfecha. De pronto, me llegó la idea de que ya no iba a tener fuerzas para complacer a nadie más, pero continué jalando su miembro, quería que me satisficiera, aunque no reaccionó, entonces me dijo
–¡Calma zorrita espérame un rato y despues te vuelvo a encular jajaja!… ¿Cómo estuviste sin mí, Cin? ¿No extrañaste mi verga?...
No me importó decirle que sí, y aunque evitaba mirar su rostro, me limitaba a responder jalándole el miembro y tratando de reanimarlo, con la mirada fija en él, que aun fláccido me imponía respeto y sobre todo me calentaba la situación que se dio: Me sentía relegada, como si fuera más bien su objeto, su cosa, su puta que tomaría cuando quisiera y tiraría cuando ya no la necesitara.
Aun así me había sentido feliz al beberme su leche enfrente de mi madre, mientras ella, que había hecho de todo para sacársela y recibir su premio, se me quedaba mirando con envidia y recelo. Ella sacó su lengua y se relamió, indicándome que se le antojaba probarla.
-¿Aun no te cansas, Alejandro? –le preguntó mi madre, todavía jadeando- …¡¡no cabe duda que eres un semental chico!!
-Nunca me voy a cansar de tener sus culos a mi disposición, jajaja… además ¿a ti no te ha faltado quien te dé tu ración, verdad perra?
-¿Estás celoso Alex? Ya sabes que siempre te he preferido a ti por encima del viejo, ¿te quedas tranquilo si te digo que lo he hecho con el solo porque tú me lo pediste?
Yo pensaba que hablaban de mi padre, y cómo le estaban pintando el cuerno. Aunque Alejandro no le hubiera pedido que lo hiciera con mi padre, o quien sabe yo no quería pensar más en eso. Vi que mi madre se nos acercó.
-Como ves Cintia ¿te gustaría probar la carne del viejo?
–¿¿¡¡ehhh!!??– me tomó por sorpresa la pregunta: ¿probar la carne de su padre? ¿Pues que era Alejandro: un monstruo depravado que no respetaba nada?...
–¿Sabes? He estado pensando que podrían hacer un trío, pero ahora con mi padre, ¿qué te parece Cin?
Me le quedé viendo, aun tenía esa sonrisa depravada: pensé que había caído muy bajo al hacer el amor con el macho de mi madre, y en el mismo momento que ella, pero… ¿hacerlo con el padre de Alejandro? Entonces el era el viejo del que hablaban, el que le había estado dando candela a mi madre. Con razón seguía tan feliz aun sin estar Alejandro, me pareció que estaban fuera de razón, pero ya nada me sorprendía de ellos dos.
Yo seguía chupando su pija, el me tocaba las tetas y me apretaba los pezones casi hasta hacerme doler, mi madre se acerco por atrás y le acarició los huevos mientras le decía al oído lo bien que había estado, que era todo un semental, que lo extrañaba mucho a pesar de lo que le había obligado a hacer con su padre, y que yo también era su puta, que me podía poseer cuándo y cómo quisiera.
Tomó mi cabeza y me dijo que lo hiciera con amor:
-A ver, déjame espacio que te enseño cómo debe chuparse una pija, sobre todo la de tu macho… -me hizo a un lado y comenzó un mete saca de su boca con un ritmo impresionante.
Alejndro ponia los ojos en blanco al mismo tiempo que me seguía apretando mis pezones que seguian duros como piedras, yo no daba mas, entonces le dije
–¡¡Por favor ale, metemela ya!! Estaba realmente muy caliente, y no daba mas.
Cuando le dije esto, el detuvo a mi madre de su faena diciendo
-¡¡Espera zorra dejame darle su lección a tu hijita!!
Tomo mi rostro y me escupió en la boca, al momento que decía
–¡¡Sos una puta, no decías que te doy asco zorra?! Y mirate ahora implorando por mi verga!! Jajajaja
Yo me quede sin habla y me puse blanca primero, y luego roja al verme descubierta de lo que decía a escondidas de el.
–Pero Alejandro, yo no se de que me hablas! Conteste, haciéndome la desentendida
-¡¡Anda puta!!! Y todavía crees que no lo se…si ya se que andas diciendo que te doy asco que nunca te atreverías a salir conmigo!!
-Mira Cintia, la verdad te deseo desde hace mucho tiempo, y me masturbe con la imagen de tu culazo miles de veces, pero ahora que te tengo, quiero aprovecharte
-¿Que queres que haga para que me perdones? Le pregunte intrigada
-Aun conservas el video que te di?
–si
–bueno quiero que se lo des a tu novio
–pero Alejandro..
-¡Callate puta!…eso no es todo, para asegurarme que lo hagas, todo esto lo harás estando yo presente!!
Me quede muda, realmente no sabia que decir, como autómata respondí –esta bien Alejandro lo que quieras…
En ese momento, sonó el timbre de entrada, entonces Alejandro fue a abrir.
Había dicho que no iba a haber nadie en su casa, pues se habían ido a casa de unos familiares, y por eso había citado a mi madre ahí, pensando que llegaría yo…se puso una bata y se dirigió a la puerta, entonces volvieron a tocar.
-Abre Alejandro ¿estás ahí? Una voz femenina se escucho del otro lado.
-Oh oh, en ese momento se le notó una cara de angustia, ya no tenía esa mirada pervertida y burlona que tanto me desagradaba pero me moría por verle… -¡¡¡vístanse rápido!!!- alcanzó a decir gritando –ya voy espérame un momento… -
Comenzamos a buscar nuestra ropa, al momento que por la puerta del patio se asomaba una persona: ¡¡era su hermana, mi amiga!!!
–¡¡Alejandro, otra vez trajiste tus putas!! Le voy a tener que decir a mi madre, que estás acompañado. ¡¡No te conformáste con las putas del otro día que encontró mi padre y te corrió por eso!!!
-mi madre y yo no alcanzamos a vestirnos totalmente: ella sólo se puso su blusa y acabó de calzarse los pantalones, y yo no encontré mis pantaletas, no sé dónde las había lanzado Alejandro… así que solo tenía mi remera toda llena de semen y mi faldita. Aun con los tacos puestos, me cubrí el pecho con las manos, aunque estábamos casi en penumbras. Alejandro fue contra su hermana a taparle la cara para que no nos reconociera, sobre todo a mí, su amiga que supuestamente tanto despreciaba a su hermano…
-Calla, ven conmigo en lo que ellas se van- le dijo mientras la sacaba a rastras de la casa. Nosotras, como pudimos, nos fuimos hacía la puerta del patio. Con la poca ropa que traíamos encima y algún trapo sucio que encontramos en los sillones para taparnos, salimos corriendo de casa de Alejandro.
No supe si mi amiga me había visto o reconocido, después de todo lo que decía yo de su hermano, y encontrarme en esas circunstancias… ¡qué deplorable! Pensé.
Como iba a volver a ver a mi amiga a la cara, y encima de todo, para peor, no había conseguido ni siquiera mi satisfacción completa.
Al otro día, después de haber dormitado casi toda la noche en suspenso, soñaba que mi amiga llegaba y me recriminaba lo que había hecho con su hermano, o que me encontraba comiéndome su pija y se burlaba de mí, riéndose como Alejandro…me asomé a la casa del vecino, para saber de él o de lo que había sucedido, pero nada, no había señales de vida en su casa. Iba de regreso a la mía, cuando vi un sobre a un lado de la puerta, como el que me había dado Alejandro en la anterior ocasión. Lo levanté y encontré un video que también decía garrapateado: “para Cintia”.
Llena de curiosidad, lo llevé adentro de mi casa, y lo puse en la video para ver el contenido: me asusté cuando reconocí la escena del día anterior: ahí estaba yo chupándole la verga a Alejandro, mientras él le daba a mi madre por el culo, ¿qué había pasado? ¿Nos volvió a grabar Alejandro? ¿Con qué motivo? Busqué en el sobre desesperadamente una explicación de lo que estaba viendo, y encontré una nota que decía: “esta medianoche en la puerta de tu casa”. La cara se me iluminó de alegría, la calma volvió a mi, qué susto había pasado, pero… ¡Alejandro no necesitaba hacer eso!
Bueno, la verdad es que me había agradado el detalle, me hizo pensar que aun le importaba y que me seguía deseando lo suficiente, y que me iba a cumplir lo que no había podido el día anterior, pero… ¿cómo se le ocurrió que me tenía que obligar? Jajaja ahora era yo la que se reía de las cosas que hacía Alejandro.
Ya no le di importancia si aparecía o no, ya sabía que vendría en la noche a hacerme suya como me lo merecía, aunque se me antojaba muy morboso que hubiera estado mi madre en la misma escena sexual, ¿por qué no la habría invitado también? ¿Le preguntaría?..., ¡¡No!! Ahora quería ser yo la única dueña de esa verga que tan feliz me hacía, de todos sus jugos. Ya la paladeaba yo, sería una espera larga, pero la boca se me hacía agua de pensar como estaría de feliz esa noche…aunque el pensar en mi amiga me angustió; no quería que ella supiera que le pertenecía a su hermano, seria lo peor que podría pasarme…
Llegó al fin la noche, estaba nerviosa y angustiada a la vez; quería que Alejandro llegara a tomar lo que era suyo y a la vez no quería que mi amiga se diera cuenta de nada, así que el nervio y el morbo estaban a todo lo que daban en mi ser. Mi adrenalina hacía que me sintiera que iba a explotar…me arreglé lo mejor que pude para la ocasión:
Me puse una faldita blanca bien cortita, me había alisado el cabello, y me puse una tanguita blanca y un bra que combinaba, unas sandalias con taco alto. ¡Ahora realmente era su putita! Me puse un sobretodo, aunque hacía calor, y esperé hasta cerca de la medianoche, cuando no había movimiento en mi casa ni en el vecindario, así que salí hasta la puerta de mi casa. Era una noche sin luna, bastante oscura, y aunque había una luz afuera de mi casa, al voltear hacia la casa de Alejandro percibí una sombra. Supuse que era él, y me fui corriendo allí donde estaba.
En su casa no había luz; él traía una campera bastante vieja y sucia. También traía una gorra beisbolera, por lo que no pude ver su rostro con detalle. Le susurré
–hola Alejandro, ¿por qué me citaste aquí afuera? ¿Quieres que vayamos a tu casa, o prefieres mi cuarto? –él no contestó, simplemente me tomó del brazo y me llevó a su casa, jalándome por la muñeca, llevándome por todo el corredor que rodea su casa, hasta un cuartucho donde guardaban cosas, como una bodega. Allí me indicó que guardara silencio.
Entramos al cuarto que estaba bastante pequeño, solamente había un sillón viejo. Todo estaba en penumbras, pero al parecer era el cuarto más alejado de la casa, no había ventanas; sólo unos libreros y el medio sofá.
Me agarro fuerte de mi brazo y me llevo hacia el, como ya era su costumbre y me jaló mi sobretodo. Comenzó a jalarme la ropa con violencia:
–Por favor, Alejandro ¡¡con más cuidado porque me lastimás!! – en ese momento jaló mi bra, con tal fuerza que me lastimó la piel de la espalda: -¡¡Aaayyy!!! Alejandro, por favor ¡¡hazlo con más cuidado!! ¡¡Me lastimás!!! Entonces comenzó a reír –jajajaja –¿Qué pasa Alejandro? ¡ya sabes que solo tienes que decir lo que deseas para que yo lo haga! ¡No necesitas ser tan violento!
–¡¡Chúpamela!!! –me gritó. Aunque escuché un poco rara su voz, ni siquiera lo pensé. De inmediato me agaché y bajé su bragueta, sacando su pájaro. Lo noté con un olor desagradable, pensé que el olor era por que no se había bañado desde la sesión de ayer. Aunque ya notaba que se comenzaba a agrandar, lo noté más pesado que el día anterior. No le di importancia y comencé a pelarle la cabeza, para tomar valor y comenzar a lamer su glande, el cual ya comenzaba a escurrir su liquido preseminal; entonces me la llevé a la boca: sabía realmente horrible, estaba más sucia que de costumbre. Sin embargo, comencé a darle chupones suaves: él me tomó por la cabeza y agarrándome los cabellos comenzó a darme ritmo. Ya el sabor había cedido, pero el olor seguía siendo insoportable, por lo que comencé a dar arcadas, pero él no me dejaba sacarla de la boca, entonces noté que realmente estaba más grande que nunca. Miré su rostro, me daba morbo que me viera chupándosela, y ver esa cara insoportable, con su gesto de lujuria detrás de esos lentes rotos y su cara llena de barros.
Sí, tenía todo eso, pero el rostro que estaba viendo no era el de Alejandro: al momento me saqué de la boca su miembro y él protestó:
-¿Qué te pasa puta? ¡¿Por qué te detienes?!...
-¿Quién es usted? Le pregunté al momento de tratar de huir, pero él estaba en el camino a la salida y entonces me retiré hacia atrás cubriendo mi pecho.
–Jajaja, ¿así que de verdad pensaste que era Alejandro? Jajaja, mira cómo te pusiste a temblar… ¡¡yo soy el padre de Alejandro!! ¡¡¡Y ahora vas a ser mía!!!
Me tomó por las muñecas y me llevó al sillón. Traté de oponerme, pero era mucho más fuerte que yo y comencé a gritarle:
-¡¡Déjeme en paz, viejo asqueroso!!! ¡¡Voy a gritar para llamar a Alejandro!!...
–¡¡¡Grita todo lo que quieras, él dijo que podía hacer contigo lo que quisiera, y además este cuarto está aislado de todos los demás, así que aquí no va a escuchar nada nadie!!! Jajajaja…
–¡¡Alejandro!!! ¡¡Alejandro!!!... Comencé a gritar a todo lo que daba, mientras el señor continuó riendo, pero de repente me dio una bofetada, haciéndome ver estrellas.
-¡¡Ya cállate puta, Alejandro no está y tampoco va a venir nadie!!! Si vuelves a gritar me vas a hacer enojar, tú dirás si prefieres esto por las buenas o por las malas…
-Snif snif… comencé a llorar…
-Ya estabas haciendo las cosas muy bien, lástima que te diste cuenta de que no era mi hijo, ¡¡¡pero si ya vi que eres una puta con él ahora vas a serlo conmigo!!! Chúpala y cuidado con hacerme daño puta, por que te va a ir mal –haciendo énfasis de lo que acababa de decir, me soltó otra cachetada, -¡¡tú sabes cómo nos entendemos!!!
Me dolió la forma tan brutal de tratarme, pero no dije nada, solo seguí sollozando –¡¡Sos un viejo de mierda!!
-¡Sí, pero ahora mismo me vas a levantar la verga con la boca, vamos puta!
Comencé a chupar su pedazo, que empezó a crecer desmesuradamente. Aquello era realmente impresionante: si la de Alejandro era grande ¡ésta estaba monstruosa! Ya no me cabía en la boca, por lo que solamente le daba lengüetazos suaves pero firmes.
Seguía llorando, pero no le iba a dar el gusto de verme rogar. Me había enfriado solamente al reconocerlo, pero cuando vi el tamaño de su pija comenzó a darme morbo.
Me tomó de los cabellos y me dijo que ya la dejara, que me pusiera en cuatro porque quería probar mi conchita por detrás: no podía hacer nada así que le obedecí. Mi baby doll estaba en el suelo, y entonces me jaló la tanga dejándomela a medio muslo, se puso detrás de mí y me comenzó a penetrar. Trataba de que no me doliera ya que aun no estaba caliente, pero realmente era un cipote inmenso, y bastante brusco: me la metió de tres empujones, me hizo gritar de dolor:
–Aaaayyyyyy… ¡¡espere, no sea bruto!!! ¡¡¡me duele, sáquelo aaaggh!!... Creo que entre más gritaba, más fuerte me daba el maldito; ahora lloraba de dolor: -Aaaayyy!! ¡¡Ya déjeme maldito viejo, me lastima aaayyy!!!
Sin embargo, él no me escuchaba o si lo hacía parecía calentarlo más. Era igual a Alejandro, ¡solo querían gozar ellos!, su pija estaba terrible de grande: alcanzó a llegar en mi interior más allá de lo que el vergote de Alejandro había llegado, y además era más gorda, por lo que hacía que mis paredes vaginales se estiraran al máximo. Pensé que me iba a desgarrar por lo brusco que estaba haciéndolo.
Aunque seguía sollozando por la humillación, me enfrasqué en sentirlo. Él me tomaba las tetas con sus dedos rasposos. Parecía como que hiciera algún trabajo rudo, y a mí me empezó a gustar cómo me trataba. Apenas había empezado esta sesión y ya me había engolfado su gigantesca herramienta llevándola hasta el límite de mi vagina:
–Muy bien, zorra ¿verdad que te gusta mi verga?
–Ayy –me quejé porque estaba sintiendo muy rico, pero no quería que se llevara el triunfo tan rápido – ¡déjeme viejo maldito!
-Jajaja, sabía que te iba a gustar, después de verte revolcando con Alejandro y con tu madre juntos…hhhm, ahora prepárate puta ¡¡¡porque voy a descargar en ti!!!
–¡¡No, todavía no!!! ¡¡Aguante un poco más!!...
Pero fue inútil; se vino en mi vagina en una tremenda corrida que hizo que comenzara a salirse su leche por un costado de su herramienta. Inmediatamente se salió de mi jadeando mientras yo trataba inútilmente de retener su verga dentro. Me hice para atrás, para evitar que saliera, pero él se tiró a un lado mío tapándose sus partes; otra vez me quedó el desaire de un orgasmo casi hecho…
Sólo me faltaba muy poco para lograr mi orgasmo, pero el daño ya estaba hecho…
Haciéndome ya la idea de que estaba a su merced, me quedé quieta en el sillón, aun en cuatro, esperando que regresara de donde lo había llevado mi faena:
–¿Así que así coge la puta de mi hijo? Y yo que pensaba que las vecinas eran muy decentes, si no hubiera sido porque descubrí a Alejandro con tu madre, cogiendo aquí en mi casa… ¡el muy bastardo! Le tuve que incautar a la puta en turno, pero cuando le hablé que también me tenía que dejarte coger a ti, se puso como energúmeno y lo tuve que correr de la casa. Hace poco me dijo que quería volver aquí, le dije que hasta le prestaba la casa si me prestaba a su otra puta, y otra vez se negó.
¡¡Fue cuando decidí jugármela haciéndote creer que Alejandro te citaba aquí y mira si te ha dominado!!! Pero ¿qué tal te fue con mi verga chiquilla?! ¿Ahora ya sabes lo que es un hombre?! Jajaja –se reía igual que Alejandro, yo no hubiera podido descubrirlos en las penumbras, solamente por el tamaño de su miembro. -Bien zorrita, ya está bien de descanso, he venido a culearte toda la noche, así que ¡¡prepárate!! ¿Te gustó mi verga zorra?? –¡¡contesta!! –fue ahí que comenzó a darme de nalgadas. Yo realmente quería contestar pero en cuanto comencé a sentir esa picazón en mis nalgas (que me daban un placer que no había sentido jamás), me negué a decir nada, prefiriendo que siguiera su castigo, sintiendo que me había portado mal, y disfrutando a la vez con esas palmadas que además me hacían sentir aun más humillada:
–¡¡Anda, puta, no voy a dejar de nalguearte hasta que me contestes!!! –Hhmmmhh –sólo atiné a gemir –¡Bien, entonces prepárate a recibir tu castigo! De forma repentina detuvo sus nalgadas cuando estaba sintiendo más rico: -Escoge tu castigo zorra… ¡por el culo o me voy!!
–¡¿Qué?!... le pregunte.
–Sí, tu castigo será quedarte a medias o que te la dé por el culo…tú escoges…
Lo pensé, si de verdad escogía irme, me arriesgaba a quedarme como ayer, y si escogía que me diera por el culo, esta pija estaba realmente grande: me podría lastimar
–Bien, veo que tu decisión es rápida –me dijo levantándose los pantalones –-¡No! ¡Espere! Le dije pensando que la que hablaba ya no era yo sino mi sexo. Era esclava de mi sexo y éste se quería liberar con esa pija que, al menos, estaba a mi disposición
-¡Prométame que lo hará con cuidado, y así podría hacerlo más de una vez!
-¡Pero si serás puta, niña! Está bien, trataré de hacértelo suave, ¡pero no esperes muchas consideraciones!
–Bien ¡¿qué desea que haga?! Le dije ya en estado superlativo, ya me sentía una guarra con lo que me estaba pasando, ¡y eso me calentaba mucho!
–¡Recárgate en el sillón como estabas! Y pará lo más que puedas tu colita, sepárate las nalgas con las manos para que pueda acceder más fácilmente, y prepárate ¡¡que te voy a reventar el culo!!
Obedecí, levanté lo más que pude mi colita y alcanzándome con las manos las nalgas, las separe lo más que pude para prepararlas a que recibieran al nuevo inquilino, que era tremendamente más grande que Alejandro y no se qué tan paciente…Se colocó detrás mío y ya con la pija enhiesta a todo lo que daba, comenzó a empujar en mi hoyito trasero. Primero al hacerlo suave no entraba y me hacía doler bastante, así que tomó un poco de los líquidos que aun tenía en mi vagina y me los embarró directamente en la colita, volvió a apuntar y empujó con firmeza
–Aaaaaayyyyyy, despacito, ¡¡usted dijo que me lo haría despacito señor!!!
–¡¡Cállate puta que apenas entró la puntita, ahora aguanta que viene lo mejor!!!
Comencé a morder mi labio inferior pues no dejaba de dolerme la penetración; estaba muy gorda, traté de abrir más las nalgas con mis manos, pero ya estaban a todo lo que daba. Puse mi mano derecha hacia atrás tocando su barriga peluda, intentando controlar el entra y sale de su miembro en mi colita pero por mas que lo empujaba solo se hundía mi palma en su estomago. Fue terrible aguantar el sometimiento del señor para darme por el culo, sin embargo después de cómo diez minutos de empujones, jadeos y dolor, al fin logró introducirla toda adentro Se quedó quieto un rato, como para dejar que mi colita se acostumbrara a su huésped y me dijo:
–Ahora sí, putita, ya la tienes toda enterrada por tu culo, ¿qué quieres que haga ahora? Iba a contestar que la sacara porque el dolor era insoportable, pero la experiencia que había tenido con Alejandro me motivó a decirle otra cosa:
–¡Espera un momento! No se mueva, ¡déme solo un par de minutos!
Yo ya no lo empujaba sino que comencé a acariciarle los pelos de la barriga, En cuanto me acostumbré, comencé a moverme de atrás hacia delante, tratando de hacerlo muy suavemente, de manera que solo su glande fuera el que se moviera dentro mío y su pellejo estuviera estático en mi ano. Resultó muy bien porque después de un ratito comenzó a darme placer, y a él también, lo supe por sus jadeos:
–¡¡Así putita… ah, qué bien lo haces!! –mira que el cabrón de Alejandro con razón no quería compartirte conmigo, pero eso sí: ¡¡a ti no te suelto nunca perra!!
–¡¡Sí señor, prométame que me dará así todos los días, y estaré a su disposición cuando me lo pida!!! –era tal mi calentura que comencé a sobarle los testículos por debajo, en ese momento me la enterró lo más adentro que pudo y al fin pude sentir mi orgasmo: fue increíble, supongo que había esperado demasiado; un minuto después él comenzó a inundar mi intestino con una venida que parecía tenía mucho tiempo sin coger…
Después de ese día, me hice su amante; al idiota de mi novio le di el video frente a Alejandro, el no entendía nada, pero cuando llegara a su casa me iba a odiar seguramente, nada me importo, le pedí a Alejandro que se quedara con mi madre, el lo acepto y poco a poco lo fui dejando con mi madre y ahora de alguna manera soy la madre de mi mejor amiga jaja.
Ella sigue sin saber nuestro secreto y ya casi no nos vemos, aunque el otro día me comentó que veía muy cambiado a su papá, y me dijo
-¡Vaya saber con que puta se anda acostando!
Yo solamente sonreí, sin decir nada.
4 comentarios - Dominada por mi vecino (parte 4 final)
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Atte.
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