Sigo con esta historia, gracias a todos y perdon al amigo que la posteo de buena onda de otra pagina, todo bien que cada uno haga lo que se le canta el ogt.
Romina, mi perra buscona, mi amor 3
El tiempo fue pasando, Osvaldo empezó a tratarla a Romi con más confianza, pero no había intentado nada con ella; creo que, que fuera mi novia, quizás lo cortaba un poco. Una tarde la pase a buscar por la oficina. Se subió a la moto y me abrazo como siempre diciéndome que me amaba, y me dijo al oído que tenía que contarme algo, Osvaldo le había pegado una buena apretada, que no iba a entrar en detalles ahora, después de la cena te cuento..., ¿en la camita..., mi amor?... y me chupaba detrás de la orejita, la sentí apretarme el bulto que ya lo tenía bien duro. Que calentito, te pusiste..., dijo y seguimos camino a casa mientras ella me abrazaba con fuerza. Una vez en casa cenamos y durante toda la cena se negó a hablar del tema, se quedo lavando los platos después de cenar y hacía todo más pausado, alargando el momento.
-¿Vamos a la cama, amor?
-No seas apurado, si estas caliente, hacete una paja.- y se rió
Me dijo que me acostara que ya me alcanzaba. La esperé tirado en la cama, entro a la pieza con un conjunto de medias con portaligas, una tanga y sin corpiño haciéndome un baile erótico de lo más caliente.
-Hacete la paja..., quiero ver como te pajeas para mi..., hasta que acabes me ordeno y siguió bailando todo el tiempo sensualmente. Yo me la sacudía y no aguante mucho más dejé que mi pija escupiera hacia donde ella estaba. Vino hacia la cama y acostándose a mi lado me beso suavemente en los labios.
-Ahora estás más tranquilito, descansa un ratito así cogemos rico, sino te pajeabas no ibas a aguantar nada... Fue a la cocina y volvió con unos vasos con licor que habíamos comprado, brindamos por nosotros.
Se fue bajando hacia mi miembro que estaba fláccido y lo mojo un poquito con licor me lo beso un poco y me miro.
-¿Te cuento?
-Por favor.
-Bueno, Osvaldo me mira todo el tiempo y la verdad que en un momento me sentí caliente y con ganas de provocarlo mas...- paró en su relato y me la chupo un ratito. Mi pija estaba bien dura otra vez. Se acostó a mi lado en la cama y me dijo que mejor la fuera a coger porque sino no iba a poder contarme nada.
-En un momento me senté... y como se que Osvaldo está muy atento a esos detalles, había ido al baño y me acomodé la tanguita bien arriba... y como el pantalón es de tiro corto..., al sentarme se veía la tanguita sobresaliendo...
-¿Y...?
-Osvaldo enseguida metió la mano..., yo lo rechace empujando con el culito lo que lo calentó más... – me dijo esto y la empecé a bombear más fuerte.
-Sigo..., amor?
-Por favor!!!, sonrió y siguió
-Con la otra mano me giro la cara y me beso..., mientras nos besábamos nos pusimos de pie y empezó a acariciarme por todo el cuerpo...
-¿Y...?
-No seas impaciente amor... –dijo poniendo voz de muy puta.
La bombeé bien duro tratando de hacerla hablar, la serruchaba con fuerza y los dos gemíamos cada vez más fuerte, me detuve sobre ella y le pregunte si iba a seguir con el relato.
-Me empezó a desabrochar el pantalón..., yo no hice nada para impedirlo... pero le decía que parara..., que había llegado muy lejos...
-¿Y que más? –le dije mientras la clavaba a fondo y la dejaba bien clavada. Ella me rodeo con sus piernas por detrás de mi espalda. Me miro fijo a los ojos y me dijo:
-Me giro... y me puso sobre el escritorio como me pusiste vos..., le dije que podía mirarme... y tocarme... pero nada más.
-Que perra sos..., puta...
-Te gusta que sea perrita...?, el me empezó a acariciar el culo bastante bruscamente... me empezó a decir que era una puta calientavergas... y que la de él la iba a sentir hasta el fondo... Empezó a bajarse el cierre... y mirándolo con cara de perra... intente levantarme los pantalones y salí de la oficina diciéndole que no estaba bien lo que hacíamos, me siguió al otro ambiente y me tiró en el sillón..., tenía los pantalones por los tobillos y no me podía levantar... Dejame salir!!!, le grite..., me dio un bofetón no muy fuerte y me dijo: Cállate calientavergas... –en ese momento la sentí venir y mi orgasmo también llegaba, acabamos juntos y nos abrazamos bien fuerte. Me quedé tirado sobre ella, mi pija seguía dura por la calentura de la situación.
-¿Qué más?
-Quería parar ahí..., pero estábamos muy calientes..., no lo podía manejar..., le rogué que me dejara salir... y por toda respuesta me dio su pija para que la chupe..., la agarré con una mano..., me moría de ganas de comérmela... la chupetié un poco y justo sonó el timbre, era uno de los chicos que regresaba..., me acomodé la ropa rápido y salí corriendo del edificio.
Me salí de encima de ella, nos abrazamos y besamos muy profundamente. Me miro y dijo
-¿Qué vamos a hacer?
-Yo la mire con preocupación y le dije que no tenía la menor idea.
Nos fuimos a dormir abrazados y me dijo que no iría a trabajar al día siguiente, que Osvaldo no diría nada después de lo que paso. Nos abrazamos más fuerte todavía. La amaba profundamente.
Romina, mi perra buscona, mi amor 3
El tiempo fue pasando, Osvaldo empezó a tratarla a Romi con más confianza, pero no había intentado nada con ella; creo que, que fuera mi novia, quizás lo cortaba un poco. Una tarde la pase a buscar por la oficina. Se subió a la moto y me abrazo como siempre diciéndome que me amaba, y me dijo al oído que tenía que contarme algo, Osvaldo le había pegado una buena apretada, que no iba a entrar en detalles ahora, después de la cena te cuento..., ¿en la camita..., mi amor?... y me chupaba detrás de la orejita, la sentí apretarme el bulto que ya lo tenía bien duro. Que calentito, te pusiste..., dijo y seguimos camino a casa mientras ella me abrazaba con fuerza. Una vez en casa cenamos y durante toda la cena se negó a hablar del tema, se quedo lavando los platos después de cenar y hacía todo más pausado, alargando el momento.
-¿Vamos a la cama, amor?
-No seas apurado, si estas caliente, hacete una paja.- y se rió
Me dijo que me acostara que ya me alcanzaba. La esperé tirado en la cama, entro a la pieza con un conjunto de medias con portaligas, una tanga y sin corpiño haciéndome un baile erótico de lo más caliente.
-Hacete la paja..., quiero ver como te pajeas para mi..., hasta que acabes me ordeno y siguió bailando todo el tiempo sensualmente. Yo me la sacudía y no aguante mucho más dejé que mi pija escupiera hacia donde ella estaba. Vino hacia la cama y acostándose a mi lado me beso suavemente en los labios.
-Ahora estás más tranquilito, descansa un ratito así cogemos rico, sino te pajeabas no ibas a aguantar nada... Fue a la cocina y volvió con unos vasos con licor que habíamos comprado, brindamos por nosotros.
Se fue bajando hacia mi miembro que estaba fláccido y lo mojo un poquito con licor me lo beso un poco y me miro.
-¿Te cuento?
-Por favor.
-Bueno, Osvaldo me mira todo el tiempo y la verdad que en un momento me sentí caliente y con ganas de provocarlo mas...- paró en su relato y me la chupo un ratito. Mi pija estaba bien dura otra vez. Se acostó a mi lado en la cama y me dijo que mejor la fuera a coger porque sino no iba a poder contarme nada.
-En un momento me senté... y como se que Osvaldo está muy atento a esos detalles, había ido al baño y me acomodé la tanguita bien arriba... y como el pantalón es de tiro corto..., al sentarme se veía la tanguita sobresaliendo...
-¿Y...?
-Osvaldo enseguida metió la mano..., yo lo rechace empujando con el culito lo que lo calentó más... – me dijo esto y la empecé a bombear más fuerte.
-Sigo..., amor?
-Por favor!!!, sonrió y siguió
-Con la otra mano me giro la cara y me beso..., mientras nos besábamos nos pusimos de pie y empezó a acariciarme por todo el cuerpo...
-¿Y...?
-No seas impaciente amor... –dijo poniendo voz de muy puta.
La bombeé bien duro tratando de hacerla hablar, la serruchaba con fuerza y los dos gemíamos cada vez más fuerte, me detuve sobre ella y le pregunte si iba a seguir con el relato.
-Me empezó a desabrochar el pantalón..., yo no hice nada para impedirlo... pero le decía que parara..., que había llegado muy lejos...
-¿Y que más? –le dije mientras la clavaba a fondo y la dejaba bien clavada. Ella me rodeo con sus piernas por detrás de mi espalda. Me miro fijo a los ojos y me dijo:
-Me giro... y me puso sobre el escritorio como me pusiste vos..., le dije que podía mirarme... y tocarme... pero nada más.
-Que perra sos..., puta...
-Te gusta que sea perrita...?, el me empezó a acariciar el culo bastante bruscamente... me empezó a decir que era una puta calientavergas... y que la de él la iba a sentir hasta el fondo... Empezó a bajarse el cierre... y mirándolo con cara de perra... intente levantarme los pantalones y salí de la oficina diciéndole que no estaba bien lo que hacíamos, me siguió al otro ambiente y me tiró en el sillón..., tenía los pantalones por los tobillos y no me podía levantar... Dejame salir!!!, le grite..., me dio un bofetón no muy fuerte y me dijo: Cállate calientavergas... –en ese momento la sentí venir y mi orgasmo también llegaba, acabamos juntos y nos abrazamos bien fuerte. Me quedé tirado sobre ella, mi pija seguía dura por la calentura de la situación.
-¿Qué más?
-Quería parar ahí..., pero estábamos muy calientes..., no lo podía manejar..., le rogué que me dejara salir... y por toda respuesta me dio su pija para que la chupe..., la agarré con una mano..., me moría de ganas de comérmela... la chupetié un poco y justo sonó el timbre, era uno de los chicos que regresaba..., me acomodé la ropa rápido y salí corriendo del edificio.
Me salí de encima de ella, nos abrazamos y besamos muy profundamente. Me miro y dijo
-¿Qué vamos a hacer?
-Yo la mire con preocupación y le dije que no tenía la menor idea.
Nos fuimos a dormir abrazados y me dijo que no iría a trabajar al día siguiente, que Osvaldo no diría nada después de lo que paso. Nos abrazamos más fuerte todavía. La amaba profundamente.
4 comentarios - Romina, mi perra 3
👌
Tengo 3 puntos. Te los doy todos.
Si tuviera más te los doy todos también.
Este relato es el mejor que existe. Tenes la misma enfermedad que yo en la cabeza.