Un nuevo día, a la tarde esperaba a Patricia (ver episodios anteriores) que tomaría su clase diaria de matemáticas.
Al abrir la puerta me sorprende ver a su padre acompañándola y lo primero que me dice al besarme en la mejilla es “no traje braguitas”, no entiendo nada y con mi cara manifiesto interrogación.
-Ha venido Pa porque luego nos vamos de compras, ¿no te molesta verdad?
-Eh…nooo para nada, pase y póngase cómodo en el sofá.
-Muy bien, gracias.
Nosotros nos sentamos en la mesa cuadrada de estudio del living, como lo hacíamos siempre, yo en un lado y ella en el lado a mi derecha, de espaldas a su papito.
Levaba minifalda como siempre y una camisita mangas cortas. La idea de que bajo la minifalda su conchita estaba al aire me calentaba de sobremanera.
Al comenzar con el tema del día, ella comienza a jugar con el lápiz en sus labios, a mordisquearlo y chuparlo. Sé que va a ser una clase difícil y tendré que tener mucho temple.
El padre sacó unos papeles y se dispuso a trabajar un poco. Le enciendo la tele con el volumen apenas audible para que se entretenga.
-Pa… ¿estás bien?
-Sí mi vida, no te preocupes. Estudia…
Mientras preguntaba al padre se desabrocha un poco la camisa dejando ver la punta de sus pezones, me está volviendo loco. Con sus pies comienza a rozar mis piernas y yo estoy empalmadísimo. No sé cómo reaccionar.
Intento hilar alguna frase de matemáticas pero resulto patético, balbuceo y comienzo a sudar como un adolescente.
- ¿Pasa algo profe? Me susurra al oído.
- Me volvés loco…eso pasa.
-¿Si? Pobrecito… y ahora no te animás a hacerme lo que me hiciste ayer?
-Me encantaría te lo juro.
-Me encantó “la merienda” que me diste. Lo que daría por que me la metieras…
-Bueno, ejem… entonces los números primos son…
-Ja ja… cobarde.
- 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29….
-Je..69 es primo?
-Eh, (susurrando) Patricia por favor…
Los pezones estaban completamente descubiertos y puntiagudos, mi verga era un palo lubricado a punto de estallar. En eso su padre recibe una llamada en su teléfono y va a la cocina a hablar.
-Hija de puta, pará porque me vas a volver loco.
-Dame tu mano…vení, metéme el dedo en la concha, ¿ves? La tengo empapada Profe…
Le meto tres dedos en la concha y como una bestia la empiezo a pajear desaforadamente…
Ella muerde el lápiz con fuerza e intentando ahogar el grito lo parte en dos, sigo friccionando esa cueva inundada…en 2 minutos acaba como una yegua emitiendo gemidos ahogados…
Entra el padre nuevamente y ella exclama:
-Ahhh! Me encantan los números primos!
-Jajaja…hija, se ve que es un buen profesor.
Sonrío con nervios y secándome el sudor…
Tenía toda la mano empapada de sus efluvios, se la acerco a su boca y la lame despacio sin que su padre lo note.
- Bueno, por hoy está bien Patricia. Ya nos vemos mañana.
-Pa! Andá acercando el coche mientras le pregunto algunas dudas que me quedan.
-Muy bien hija, encantado Profesor, está haciendo un gran trabajo con mi niña.
-Gracias! Ella se lo merece. (Digo esto sentado para ocultar mi erección descomunal)
Ni bien salir por la puerta su padre, desbrocho mi bragueta, y la siento encima de mí, se la pongo de una estocada y comienzo a cogerla sin medida, ella cabalga como una puta, da saltos sobre mi pija sin sosiego. Le lleno la concha de leche en 30 segundos, fue la acabada más rápida de mi vida, ella me susurra al oído que soy una bestia. Recoge la lechita y se la traga toda…
Hasta mañana Profe…
Continuará.
Al abrir la puerta me sorprende ver a su padre acompañándola y lo primero que me dice al besarme en la mejilla es “no traje braguitas”, no entiendo nada y con mi cara manifiesto interrogación.
-Ha venido Pa porque luego nos vamos de compras, ¿no te molesta verdad?
-Eh…nooo para nada, pase y póngase cómodo en el sofá.
-Muy bien, gracias.
Nosotros nos sentamos en la mesa cuadrada de estudio del living, como lo hacíamos siempre, yo en un lado y ella en el lado a mi derecha, de espaldas a su papito.
Levaba minifalda como siempre y una camisita mangas cortas. La idea de que bajo la minifalda su conchita estaba al aire me calentaba de sobremanera.
Al comenzar con el tema del día, ella comienza a jugar con el lápiz en sus labios, a mordisquearlo y chuparlo. Sé que va a ser una clase difícil y tendré que tener mucho temple.
El padre sacó unos papeles y se dispuso a trabajar un poco. Le enciendo la tele con el volumen apenas audible para que se entretenga.
-Pa… ¿estás bien?
-Sí mi vida, no te preocupes. Estudia…
Mientras preguntaba al padre se desabrocha un poco la camisa dejando ver la punta de sus pezones, me está volviendo loco. Con sus pies comienza a rozar mis piernas y yo estoy empalmadísimo. No sé cómo reaccionar.
Intento hilar alguna frase de matemáticas pero resulto patético, balbuceo y comienzo a sudar como un adolescente.
- ¿Pasa algo profe? Me susurra al oído.
- Me volvés loco…eso pasa.
-¿Si? Pobrecito… y ahora no te animás a hacerme lo que me hiciste ayer?
-Me encantaría te lo juro.
-Me encantó “la merienda” que me diste. Lo que daría por que me la metieras…
-Bueno, ejem… entonces los números primos son…
-Ja ja… cobarde.
- 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29….
-Je..69 es primo?
-Eh, (susurrando) Patricia por favor…
Los pezones estaban completamente descubiertos y puntiagudos, mi verga era un palo lubricado a punto de estallar. En eso su padre recibe una llamada en su teléfono y va a la cocina a hablar.
-Hija de puta, pará porque me vas a volver loco.
-Dame tu mano…vení, metéme el dedo en la concha, ¿ves? La tengo empapada Profe…
Le meto tres dedos en la concha y como una bestia la empiezo a pajear desaforadamente…
Ella muerde el lápiz con fuerza e intentando ahogar el grito lo parte en dos, sigo friccionando esa cueva inundada…en 2 minutos acaba como una yegua emitiendo gemidos ahogados…
Entra el padre nuevamente y ella exclama:
-Ahhh! Me encantan los números primos!
-Jajaja…hija, se ve que es un buen profesor.
Sonrío con nervios y secándome el sudor…
Tenía toda la mano empapada de sus efluvios, se la acerco a su boca y la lame despacio sin que su padre lo note.
- Bueno, por hoy está bien Patricia. Ya nos vemos mañana.
-Pa! Andá acercando el coche mientras le pregunto algunas dudas que me quedan.
-Muy bien hija, encantado Profesor, está haciendo un gran trabajo con mi niña.
-Gracias! Ella se lo merece. (Digo esto sentado para ocultar mi erección descomunal)
Ni bien salir por la puerta su padre, desbrocho mi bragueta, y la siento encima de mí, se la pongo de una estocada y comienzo a cogerla sin medida, ella cabalga como una puta, da saltos sobre mi pija sin sosiego. Le lleno la concha de leche en 30 segundos, fue la acabada más rápida de mi vida, ella me susurra al oído que soy una bestia. Recoge la lechita y se la traga toda…
Hasta mañana Profe…
Continuará.
3 comentarios - Mi Alumnita (Episodio 3)