Hola aqui estoy otra vez con un nuevo relato, cuenta mi primer experiencia lesbica, me gusta mucho el pene, pero que rico es el clitoris, sobre todo si es de una amiga tan querida. Espero que les guste.
- Me caso en una semana - dijo Aru, un amigo ( una vez alguien me dijo que para que exista una amistad entre el hombre y la mujer, antes tenían que haber pasado por la cama, así que Aru era un Gran Amigo mío). La noticia me alegro pues realmente lo quería mucho y deseaba su felicidad. Solita, quien también era una Gran amiga de Aru y mi confidente inseparable me sugirió sutilmente que le preparemos una despedida como él se merecía. Esto me sorprendió mucho pues solita era mas bien tímida y ese tipo de ocurrencias solían salir de mi. Pero no me intimidé en absoluto y escondí mi sorpresa en una sonrisa de satisfacción, no deseaba ni remotamente cohibir a mi amiga. En mi mente se agolparon un millón de imágenes premonitorias, estaba en una etapa de mi vida en la cual solo deseaba nuevas experiencias y sentía que ya no me quedaba mucho por explorar, pero el solo imaginar a solita desnuda junto a mi hacia estallar mi cabeza. Nunca había estado con una mujer y no lo deseaba en gran medida pero tratándose de ella todo era diferente, éramos amigas hacía bastante tiempo y habíamos compartido muchas noches de estudio, noches calurosas de prendas livianas y noches frías de cucharita y casi sin pensarlo comencé a desearla, oler su cuerpo a mi lado me excitaba, tomar su cintura en la cama me enloquecía y a ella no le desagradaba pero mas recta en su actuar se limitaba y yo la esperaba. Nos contábamos todo, compartíamos todo, hasta los hombres.
Y llego el día, no fue una sorpresa, todo estaba preparado, Aru alquiló la habitación de un hotel y allí nos internamos los tres tequila en mano, jugamos a las cartas, típico en estas situaciones, una extraña sensación flotaba en el ambiente, deseo, miedo, expectativa...alegría de parte de Aru quien aun no podía creer lo que le habíamos propuesto. Las prendas fueron abandonando nuestros cuerpos lentamente y las dos nos concentrábamos en él, aunque mi mayor deseo estaba en ella. Era tan hermosa, tan suave, tan niña. Aru no estaba mal, su delgado cuerpo que ya conocía muy bien, tan sensible al tacto ardía ante cada roce, tome su sexo y me dispuse a saborearlo incentivada por la mirada de solita a mi lado, el gozaba ante cada movimiento. la mire y le ofrecí mi manjar, ella no se negó y sus labios envolvieron el sexo turgente, fino, pero de longitudes demenciales. Yo tímidamente acaricie su espalda desabrochándole el corpiño, quedaron al descubierto dos pequeños senos, hermosos senos latiendo al son de un corazón desaforado, deseosos de placer, fue Aru el encargado de comenzar la función acercando sus labios a tan suave tentación, los pezones emergieron desafiantes ante el contacto de su hambrienta lengua y un sutil gemido escapó de solita, el primero de la tarde, el primero de muchos. y el pezón abandonado me gritaba atención y ya no pude mas, me acerqué temerosa de la reacción de solita, si bien habíamos planeado enloquecer a Aru con nuestras caricias nunca habíamos hablado de lo que pudiera ocurrir entre nosotras, pero me aventuré y muy suavemente la disfruté, saboreé su pecho y me gusto, me encanto sentir su piel en mi boca, Aru se alejo para mirarnos y solita cerro los ojos, en una lucha interna con su conciencia, no podía concebir que era su amiga quien le arrancaba esos delirantes gemidos, baje por su vientre buscando el epicentro de ese calor que despedía todo su ser, Aru me acompaño cual fiel soldado en la exploración y ella se dejó conquistar, llegamos juntos al punto esencial, le cedí a él el primer sorbo y no lo desprecio, tenia amplia habilidad de dispensar indescriptible gozo y yo lo sabia muy bien, se adentro en las profundidades por unos minutos haciendo una pausa para besarme en la boca, un beso tan sabroso como nunca me había dado, era diferente pues la humedad no solo provenía de él. y entonces no me aguante mas y lo hice a un lado tomando yo el mando recorrí con mi lengua cada milímetro de su sexualidad ahogándome en sus fluidos, flotando en sus gemidos y perdiéndome en mi embriagues.
con solo una mirada incite a Aru a penetrarla, ya no hacían falta palabras y guiando su pene los acerque a la locura, los gemidos de ambos se convirtieron en gritos de placer y yo disfrutaba, él se ocupo también de mi, hundiendo sus dedos en mi húmedo sexo, yo cerré mis ojos para disfrutar al máximo y tras una pausa sentí una lengua distinta, inexperta recorriéndome el clítoris, era ella que me miraba juguetona mientras intentaba excitarme, y vaya si lo lograba, sentí que estallaría ante semejante sensación, acabé, sin poderlo evitar moviéndome en su boca, mojándome en sus labios. Aru tomo las posta y me penetro, haciéndome gozar como nunca antes, arrancándome orgasmo, tras orgasmo que parecían no tener fin, tras horas de placer terminamos los tres tendidos en la cama, exhaustos, mojados, llenos de sexo, pero mis ansias pedían mas, inquieta como siempre, incapaz de descansar tras el acto sexual me levanté, me colé entre las sabanas que los cubría mientras dormitaban y cual ladrona insaciable los asalté, apoderándome de sus sexos, alterné mis caricias entre los dos, ninguno se resistió, saboreé el pene mas rico y la mas deliciosa profundidad latente, los lleve mas allá de lo imaginable usando mis manos y mi boca y yo viaje con ellos ante cada sonido que emitían, sonidos de placer que quedaran para siempre grabados en mi, acabaron juntos a merced de mis deseos, mis amigos, para siempre míos. para siempre uno los tres.
Fin
- Me caso en una semana - dijo Aru, un amigo ( una vez alguien me dijo que para que exista una amistad entre el hombre y la mujer, antes tenían que haber pasado por la cama, así que Aru era un Gran Amigo mío). La noticia me alegro pues realmente lo quería mucho y deseaba su felicidad. Solita, quien también era una Gran amiga de Aru y mi confidente inseparable me sugirió sutilmente que le preparemos una despedida como él se merecía. Esto me sorprendió mucho pues solita era mas bien tímida y ese tipo de ocurrencias solían salir de mi. Pero no me intimidé en absoluto y escondí mi sorpresa en una sonrisa de satisfacción, no deseaba ni remotamente cohibir a mi amiga. En mi mente se agolparon un millón de imágenes premonitorias, estaba en una etapa de mi vida en la cual solo deseaba nuevas experiencias y sentía que ya no me quedaba mucho por explorar, pero el solo imaginar a solita desnuda junto a mi hacia estallar mi cabeza. Nunca había estado con una mujer y no lo deseaba en gran medida pero tratándose de ella todo era diferente, éramos amigas hacía bastante tiempo y habíamos compartido muchas noches de estudio, noches calurosas de prendas livianas y noches frías de cucharita y casi sin pensarlo comencé a desearla, oler su cuerpo a mi lado me excitaba, tomar su cintura en la cama me enloquecía y a ella no le desagradaba pero mas recta en su actuar se limitaba y yo la esperaba. Nos contábamos todo, compartíamos todo, hasta los hombres.
Y llego el día, no fue una sorpresa, todo estaba preparado, Aru alquiló la habitación de un hotel y allí nos internamos los tres tequila en mano, jugamos a las cartas, típico en estas situaciones, una extraña sensación flotaba en el ambiente, deseo, miedo, expectativa...alegría de parte de Aru quien aun no podía creer lo que le habíamos propuesto. Las prendas fueron abandonando nuestros cuerpos lentamente y las dos nos concentrábamos en él, aunque mi mayor deseo estaba en ella. Era tan hermosa, tan suave, tan niña. Aru no estaba mal, su delgado cuerpo que ya conocía muy bien, tan sensible al tacto ardía ante cada roce, tome su sexo y me dispuse a saborearlo incentivada por la mirada de solita a mi lado, el gozaba ante cada movimiento. la mire y le ofrecí mi manjar, ella no se negó y sus labios envolvieron el sexo turgente, fino, pero de longitudes demenciales. Yo tímidamente acaricie su espalda desabrochándole el corpiño, quedaron al descubierto dos pequeños senos, hermosos senos latiendo al son de un corazón desaforado, deseosos de placer, fue Aru el encargado de comenzar la función acercando sus labios a tan suave tentación, los pezones emergieron desafiantes ante el contacto de su hambrienta lengua y un sutil gemido escapó de solita, el primero de la tarde, el primero de muchos. y el pezón abandonado me gritaba atención y ya no pude mas, me acerqué temerosa de la reacción de solita, si bien habíamos planeado enloquecer a Aru con nuestras caricias nunca habíamos hablado de lo que pudiera ocurrir entre nosotras, pero me aventuré y muy suavemente la disfruté, saboreé su pecho y me gusto, me encanto sentir su piel en mi boca, Aru se alejo para mirarnos y solita cerro los ojos, en una lucha interna con su conciencia, no podía concebir que era su amiga quien le arrancaba esos delirantes gemidos, baje por su vientre buscando el epicentro de ese calor que despedía todo su ser, Aru me acompaño cual fiel soldado en la exploración y ella se dejó conquistar, llegamos juntos al punto esencial, le cedí a él el primer sorbo y no lo desprecio, tenia amplia habilidad de dispensar indescriptible gozo y yo lo sabia muy bien, se adentro en las profundidades por unos minutos haciendo una pausa para besarme en la boca, un beso tan sabroso como nunca me había dado, era diferente pues la humedad no solo provenía de él. y entonces no me aguante mas y lo hice a un lado tomando yo el mando recorrí con mi lengua cada milímetro de su sexualidad ahogándome en sus fluidos, flotando en sus gemidos y perdiéndome en mi embriagues.
con solo una mirada incite a Aru a penetrarla, ya no hacían falta palabras y guiando su pene los acerque a la locura, los gemidos de ambos se convirtieron en gritos de placer y yo disfrutaba, él se ocupo también de mi, hundiendo sus dedos en mi húmedo sexo, yo cerré mis ojos para disfrutar al máximo y tras una pausa sentí una lengua distinta, inexperta recorriéndome el clítoris, era ella que me miraba juguetona mientras intentaba excitarme, y vaya si lo lograba, sentí que estallaría ante semejante sensación, acabé, sin poderlo evitar moviéndome en su boca, mojándome en sus labios. Aru tomo las posta y me penetro, haciéndome gozar como nunca antes, arrancándome orgasmo, tras orgasmo que parecían no tener fin, tras horas de placer terminamos los tres tendidos en la cama, exhaustos, mojados, llenos de sexo, pero mis ansias pedían mas, inquieta como siempre, incapaz de descansar tras el acto sexual me levanté, me colé entre las sabanas que los cubría mientras dormitaban y cual ladrona insaciable los asalté, apoderándome de sus sexos, alterné mis caricias entre los dos, ninguno se resistió, saboreé el pene mas rico y la mas deliciosa profundidad latente, los lleve mas allá de lo imaginable usando mis manos y mi boca y yo viaje con ellos ante cada sonido que emitían, sonidos de placer que quedaran para siempre grabados en mi, acabaron juntos a merced de mis deseos, mis amigos, para siempre míos. para siempre uno los tres.
Fin
8 comentarios - que rico clitoris el de mi amiga(trio)
muy buen relato, muy descriptivo y claro io espero que pronto pase algo parecido con mis amigos!!
gracias por compartir!!!
ojala cuando vuelvas a postear me puedas invitar por mp!!
besitos y mis mejores deseos!!!
+10 y a favoritos
ojala que se cumpla tu sueño anee al igual se cumplio este.... 😉
🙄 😬 😳 vaya idea la que se me ocurrio en este momento
muchas gracias, me alegro que te haya gustado y espero que tengas la fortuna de experimentar esta y muchas otras cosas con tus amigos, pasate por mis otros post a ver si te gustan, besitos y te aviso cuando suba otro relato.