Hola, aqui va el segundo escrito, ya un poquito mas arriesgado, espero que les guste y si es asi haganmelo saber y seguiremos avanzando, muchas gracias por los comentarios y puntos del primero. Besos.
Me acercaba a los dieciocho añitos y había perdido mi virginidad hacia pocas semanas en un encuentro furtivo con mi novio Julián , y ahora me encontraba en una cama con Raúl, muchos años mayor que yo y con todo un mundo de experiencias, el destino nos había unido en un trabajo nocturno. El tenia fama de acostarse con todas las chicas que podía, una fama muy bien fundamentada, pero a mi eso no me importada pues no estaba enamorada de él ni mucho menos. Todo comenzó como un juego, acercándonos cada vez mas en el lecho y dando rienda suelta a unas manos juguetonas, no podíamos quitarnos la ropa pues en cualquier momento alguien podía golpearnos la puerta, pero nuestro uniforme de trabajo era bastante holgado permitiéndonos explorarnos libremente. Yo, tímida por mi inexperiencia encajaba muy bien en el papel de aprendiz.
El hecho de saber que podíamos ser interrumpidos, el movimiento y las voces del pasillo y el sabor de lo prohibido hacían mas excitante el encuentro.
Raúl coló su mano por mi pantalón y corrió a un lado mi tanga azul, yo estaba rígida, dudosa -No te preocupes que te va a gustar, te lo aseguro - Me dijo él, y vaya que tenia razón, en cuanto sentí sus dedos en mi sexo todo temor se me olvido. Me acaricio suavemente, con un dedo primero, luego con dos, lentamente, sin ningún apuro dejaba que yo disfrute al máximo cada sensación, tomó mi pequeña mano y la dirigió hacia su sexo que ya estaba fuera del pantalón, tan grande, tan duro, tan cálido, lo rodeé con mis dedos aniñados y comencé a subir y bajar al ritmo de su mano en mi interior. Mi vagina aún estrecha, permitió con dificultad que sus dedos me penetraran y mi gozo se disparó, cuando estuve lo bastante húmeda olvidamos a la gente y todo el ruido alrededor, volaron pantalones y apoyó su cuerpo grande, bastante atlético para su edad, sobre el mió pequeño y delicado y cuando pensé que me penetraría bruscamente debido a la ansiedad, se detuvo sutil como pidiendo permiso y yo anhelante le pedía más - Tenemos toda la noche- me dijo - vamos a hacerlo lentamente para que lo recuerdes para siempre - y cuanta razón tenía, porque así ocurrió. Mientras nuestros sexos se rozaban, se olían, se conocían, metió una mano debajo de mi ropa y acaricio mis grandes pechos palpitantes y anhelantes, con una lengua experta saboreo mis pezones por largo tiempo generando en mi un deseo incontenible, mordiendo mis gemidos, ahogando mis sollozos, lentamente hundió su pene en mi interior, una braza al rojo vivo que se incendiaba aún más en mi. El dolor que sentía incentivaba mi deseo y él sabiendo de mi gozo, susurrando en mis oídos, me enseñaba los secretos del amor, moviéndose paciente. cerré las piernas sin pensarlo y él quedo aprisionado en mí, que hermosa sensación, bruscamente se apretó a mi cuerpo, nuestros huesos se chocaron y yo comencé a moverme en su quietud, mil luces de colores se encendieron ante mí, el mundo giró a mi alrededor, mis piernas se aflojaron mientras él jadeaba culminante sobre mí, así juntos, agitados, terminamos tumbados en la cama, él satisfecho, yo feliz, un mundo de experiencias se habria ante mi, Raúl era la pagina primera de un libro que ansiaba devorar y finalmente me animaba a comenzar.
Fin
Me acercaba a los dieciocho añitos y había perdido mi virginidad hacia pocas semanas en un encuentro furtivo con mi novio Julián , y ahora me encontraba en una cama con Raúl, muchos años mayor que yo y con todo un mundo de experiencias, el destino nos había unido en un trabajo nocturno. El tenia fama de acostarse con todas las chicas que podía, una fama muy bien fundamentada, pero a mi eso no me importada pues no estaba enamorada de él ni mucho menos. Todo comenzó como un juego, acercándonos cada vez mas en el lecho y dando rienda suelta a unas manos juguetonas, no podíamos quitarnos la ropa pues en cualquier momento alguien podía golpearnos la puerta, pero nuestro uniforme de trabajo era bastante holgado permitiéndonos explorarnos libremente. Yo, tímida por mi inexperiencia encajaba muy bien en el papel de aprendiz.
El hecho de saber que podíamos ser interrumpidos, el movimiento y las voces del pasillo y el sabor de lo prohibido hacían mas excitante el encuentro.
Raúl coló su mano por mi pantalón y corrió a un lado mi tanga azul, yo estaba rígida, dudosa -No te preocupes que te va a gustar, te lo aseguro - Me dijo él, y vaya que tenia razón, en cuanto sentí sus dedos en mi sexo todo temor se me olvido. Me acaricio suavemente, con un dedo primero, luego con dos, lentamente, sin ningún apuro dejaba que yo disfrute al máximo cada sensación, tomó mi pequeña mano y la dirigió hacia su sexo que ya estaba fuera del pantalón, tan grande, tan duro, tan cálido, lo rodeé con mis dedos aniñados y comencé a subir y bajar al ritmo de su mano en mi interior. Mi vagina aún estrecha, permitió con dificultad que sus dedos me penetraran y mi gozo se disparó, cuando estuve lo bastante húmeda olvidamos a la gente y todo el ruido alrededor, volaron pantalones y apoyó su cuerpo grande, bastante atlético para su edad, sobre el mió pequeño y delicado y cuando pensé que me penetraría bruscamente debido a la ansiedad, se detuvo sutil como pidiendo permiso y yo anhelante le pedía más - Tenemos toda la noche- me dijo - vamos a hacerlo lentamente para que lo recuerdes para siempre - y cuanta razón tenía, porque así ocurrió. Mientras nuestros sexos se rozaban, se olían, se conocían, metió una mano debajo de mi ropa y acaricio mis grandes pechos palpitantes y anhelantes, con una lengua experta saboreo mis pezones por largo tiempo generando en mi un deseo incontenible, mordiendo mis gemidos, ahogando mis sollozos, lentamente hundió su pene en mi interior, una braza al rojo vivo que se incendiaba aún más en mi. El dolor que sentía incentivaba mi deseo y él sabiendo de mi gozo, susurrando en mis oídos, me enseñaba los secretos del amor, moviéndose paciente. cerré las piernas sin pensarlo y él quedo aprisionado en mí, que hermosa sensación, bruscamente se apretó a mi cuerpo, nuestros huesos se chocaron y yo comencé a moverme en su quietud, mil luces de colores se encendieron ante mí, el mundo giró a mi alrededor, mis piernas se aflojaron mientras él jadeaba culminante sobre mí, así juntos, agitados, terminamos tumbados en la cama, él satisfecho, yo feliz, un mundo de experiencias se habria ante mi, Raúl era la pagina primera de un libro que ansiaba devorar y finalmente me animaba a comenzar.
Fin
7 comentarios - Que bueno es trabajar de noche
http://www.poringa.net/posts/relatos/1576483/Mi-primer-relato:-pasi%C3%B3n-por-mi-amiga.html
Saludos!
Espero algun relato mas jugado, besos
Gracias, subi uno un poquito mas jugado a ver si te gusta, pasa que los relatos largos me aburren un poco pero tendre en cuenta tu opinion. Besos.
muchas gracias