Mis particulares fantasías II

Hola, como les dije ayer no daba más por escribir mi segundo post. Me pasé la noche pensando las cosas que les iba a contar. No estaba sola en la cama, pero lamentablemente tuve que escuchar esas clásicas pavadas “no sabes el día que tuve”, “estoy agotado”, “si querés, mañana lo hacemos”. Cara de poker, esperar a que se duerma y… la manito directo a la bombachita. Si supieran cómo me acordé en ese momento de algunas cosas que me escribieron. Me elogiaron la técnica de mi lengüita y hasta me dijeron “putona”. Qué lindo que te digan “putona”, no “puta” ni “putita”: putona. Mientras, al lado mío él dormía. Con las ganas que yo tenía de que me coma todo el culito. Qué lindo Laos que me entiendas! Vamos a ver si les sigue gustando mis pequeñas perversiones.
Les había prometido que iba a contar de mi gusto por lo anal. Ahí va.
El primero que tuvo acceso a mi cola fue a mis 18. Recién llegada del viaje a Bariloche yo estaba loca por él y si me hubiera pedido que me lo coja en plena 9 de julio creo que aceptaba. Así que acepté más por dejarlo contento que por curiosidad. A M… le encantó, según me dijo; a mí me gustó verlo en el espejo de la habitación con los ojos cerrados del placer, los abdominales transpirados y las palmas de sus manos sobre mi cola, como si me amenazara a darme una nalgada en caso de que me resista (a la distancia, hoy me hubiera gustado alguna nalgadita…). De ahí en más confieso que me quedé con la idea de sus ojos cerrados más que de su pija adentro mío (M… sí que la tenía grande, creo que me dolió más de la cuenta). A partir de entonces, cada vez que me daban por atrás yo pensaba en los ojitos cerrados y en las palmas de las manos sobre las nalgas. Es re lindo recibir pero cómo sacarme la idea de ser yo la que tuviese los ojitos cerrados y las palmas en la cola de alguien.
Cuando un chico accede a que le meta un dedito después no deja de pedirlo. Hubo uno que hasta llegó a confesar que le gustaba más que se la chupe y le meta el dedo que él metérmela a mí. Pobre, después de la calentura se moría de vergüenza por su confesión. Así y todo, fue con él que probé muchísimas cosas. Un día trajo unas esferas anales que tienen como un cascabel adentro, creo que se llaman bolitas chinas. (Chicas, pídanlo urgente a sus novios porque es para volverse loca!!).

Mientras me lamía el clítoris, jugaba a meter y sacar una de las dos bolitas. La otra quedaba siempre adentro y a medida que yo me calentaba y me movía, sentía el cascabel bailar adentro mío. Grité como una loca, aunque no soy de gritar, y él, todo cancherito, me preguntó: “¿te gustó?” Sabíamos muy bien lo que eso significaba. Era mi turno de contestar: “sí, ¿querés probar?”. Se hizo el que dudó y a los pocos segundos ya lo tenía en cuatro, con las nalguitas abiertas y me lengua abriendo paso para que llegaran las bolitas chinas. Se las metí y las saqué bien despacito, una y otra vez. Le pedí que se pajeara él solito así yo veía ir y venir los huevitos. Acabó arriba del acolchado y no le importó nada. Hermoso. Pero saben qué fue lo más lindo? Yo estaba atrás de él, tenía una mano que tiraba del piolín del juguetito y la otra mano en su nalga. Mmmm Qué cosa más linda.
Por esas vueltas de la vida, la relación terminó pronto. (qué tarada, cómo no lo aproveché mejor). Pude cumplir esa fantasía, pero vieron como son las cosas: cuando cumplís una, te das cuenta que querés otra. Dicho y hecho, ni se imaginan las veces en que, estando en cuatro, me imaginaba que era yo la que estaba atrás. Y después de coger, en ese momento en que estás toda dormidita y él se pone en cucharita (plan ideal para estos días entre veraniegos y lluviosos), a veces pienso en que sería más lindo todavía si fuera yo la que abrazo, acaricio los pelitos del pecho, le doy besitos en la espalda y, por supuesto, dejo que mi pene (o lo que fuera) se quede también dormidito sobre su nalgas. Esa es mi fantasía chicos y chicas…
Pongámonos profundos por un segundo. (más de un segundo no, que nos enfriamos). Mr Freud habló de la famosa envidia del pene de las mujeres. Yo sé que debe haber montón de chicos que quieren que les hagan eso y no se atreven. Pero será posible que sea la única chica, carajo!
Ya que estamos, como me gustaría conocer sus propias fantasías en este tema chicos y chicas.
Que alguno de los chicos que comentan confiese: ¿nunca se metieron un dedito mientras se tocaban en la ducha? Una vez un chico con el que salía me prohibió la entrada al baño mientras se duchaba porque yo me tentaba y hundía el dedito en la crema de enjuague y después empezaba a acariciarle atrás. Perdón, otra vez me fui por las ramas.
Bueno, espero recibir cada vez más comentarios porque me vuelvo loca de pensar que se pueden calentar conmigo o que simplemente sienten cosas parecidas a mí y no soy un bicho raro.
Un besito para todos!!


PD: admito que jamás pensé que me calentaría tanto hablar de mí misma.