a acosté y abrí sus piernas, estaba ella regalándome su conejito, lleno de fluidos, le coloqué una almohada debajo de sus caderas para tener una mejor posición para penetrarla, como era virgen comencé provocándola, con mi pene acariciaba su clítoris, jugaba en su vagina, cuando ella me pregunta: ¿Por que eres tan malo?, penétrame de una buena vez.
Hola amigos, soy un fiel lector de estos relatos, de los cuales me han servido para aprender cosas sobre el sexo. Soy un chico de Venezuela, tengo 18 años, soy moreno, delgado, con un buen abdomen y simpático, pero lo que interesa es el relato que les contaré y que me ocurrió hace poco, cuando aún no había tenido sexo y me dedicaba solo a masturbarme pensando en chicas de mi edad.
Desde el bachillerato conocí una chica, ella es morena, 1.70 de estatura, buenos muslos, unos senos que no son grandes, pero con unas aureolas color rosa coronados por unos buenos pezones, un culito bien paradito y una bella sonrisa… solo la trataba como una amiga, bromeábamos, nada de otro mundo.
Aprobamos el bachillerato, ingresamos a la misma universidad y quedamos en secciones o cursos diferentes, por lo que ya no charlábamos mucho. Un día por mensaje de texto por el celular nos empezamos a escribir. Mensajes iban y venían de cosas comunes y sin importancia, hasta que un día me llegan uno que le dolía la espalda y que estaba estresada- yo me ofrecí a darle unos masajes, pero se lo dije con doble sentido y ella se fue por el lado que yo quería y de pronto estábamos hablando de sexo, sobre su cuerpo, si ella se masturbaba, en fin… ¡todo!
A través de los mensajes nos fuimos calentando, yo la hablaba de cómo le haría un buen sexo oral, como la penetraría… Todo esto dio como resultado que ella se decidiera a tener sexo conmigo.
Tan pronto como me dijo busqué la manera de que mi casa estuviera sola para poder cogérmela allí, mi madre iba a trabajar al igual que mis hermanos, los cuales unos iban a clases y otros a trabajar.
El día llegó, fue un 16 de julio más o menos, acordamos que la iba a buscar a la parada de buses, y así ocurrió; allí estaba ella con un pantalón pescador que hacía que se le marcara su hermoso culo, una blusita (franela), nada más verla se me puso erecto. En el camino a mi casa charlamos de cosas irrelevantes, llegamos a mi casa, la tomé de la mano y la llevé a la habitación.
Adentro la tomé de la cintura y comencé a besarla, primero tiernamente, poco a poco, besaba su cuello y la parte superior de los senos, mis manos dejaron su posición inicial y se aventuraron hacia su hermoso culo, los cuales amasaba, apretaba, unía y separaba…
Era el momento de excitación total, ya los besos era fogosos, llenos de lujuria, nuestras lenguas se unían y jugaban, mis manos se turnaban, una en sus pechos y la otra en su culo, ella me tomaba y me atraía hacia ella, fue ella quien tomó la iniciativa y me despojó de mi camisa, yo le quité su franela quedando delante de mi sus senos que estaban sujetos por un brassier muy sexy, la recosté de la cama y allí se lo quité, mi boca se apoderó de ese hermoso pezón, el cual le propiné lamidas, succioné, le di pequeños mordiscos y pellizcos, a esta altura ella estaba excitada y gimiendo.
Mi recorrido por su cuerpo fue descendiendo con besos muy calientes, primero por su abdomen, ombligo hasta llegar a su cuca, pero antes tuve que retirarle el pantalón, debajo de estos tenía una mini tanga y un pequeño triangulito que terminaba en una tirita y se perdía por sus nalgas, seguí mi descenso, mi legua recorría el muslo por su parte interna, y por los costados de su vagina sin llegar a tocarla, haciéndola excitar… Hasta que mi legua pasó por su entrepierna, la cual besé por encima de su fina prenda íntima y mi lengua fue testigo de su humedad y lo caliente que estaba, pidiendo a gritos mi verga…
Le retiré su prenda íntima y a mis ojos se mostró una cuquita cerrada, depilada y suave, no me resistí y me abalancé con mi legua, deleitándome con sus fluidos, mi lengua ascendía y descendía por sus labios mayores lentamente, con mis manos separé los labios mayores, quedando a mi alcance los labios menores y ese clítoris, este último no perdí tiempo en lamerlo, haciendo círculos con mi lengua sobre el, lo succionaba, con mis labios los aprisionaba, mi mano me ayudaba- introducía un dedo en su vagina (ella era virgen también) pasaba mi lengua por su orto o ano para dilatarlo, e introduje un dedo en el, volví a mi posición inicial con el clítoris, hasta que su cuerpo me decía que estaba por correrse, empezó a temblar y yo no dejé de tomar sus jugos.
Le dije que le tocaba a ella satisfacerme y así lo hizo, tomó mi pene, el cual es de tamaño normal, pero duro y me empezó a masturbar, de arriba abajo iba su mano, y sin avisar lo introdujo en su boca, parecía una experta, con sus labios apretaba y succionaba mi glande, también lo metió completo llegándole mi pene hasta su garganta, mi mano la ayudaba en su movimiento de cabeza, así duramos un rato y yo aguantando para no correrme…
Paramos y la acosté boca arriba y abrí sus piernas, estaba ella regalándome su conejito, lleno de fluidos, le coloqué una almohada debajo de sus caderas para tener una mejor posición para penetrarla, como era virgen comencé provocándola, con mi pene acariciaba su clítoris, jugaba en su vagina, cuando ella me pregunta: ¿Por que eres tan malo?, penétrame de una buena vez.
Así lo hice, lentamente para sentir su vagina tan estrecha y amoldándose a mi pene, cuando lo tenía todo adentro, comencé el bombeo suave hasta aumentar la velocidad al ritmo de sus gemidos, así lo hice varias veces, alternando la velocidad, con el éxtasis…
Cambiamos de posición yo me acosté y ella se montó encima de mi pene, ella estaba como en otro mundo, porque no podía cabalgarme, yo la tomé de la cintura y subí mi tronco y así la penetré, mis movimientos eran los más rápidos posible y su cara me decía que lo disfrutaba, hasta que sentí de nuevo su cuerpo convulsionarse y derrumbarse…
Estaba teniendo otro orgasmo y con el yo me detuve, esperé a que se calmase y me salí de esa posición, yo también quería acabar, la volteé y la puse en 4 o en perrito, y así se la dejé ir, cuando empecé mis movimientos ella me detuvo, que estaba exhausta y no podía más, ella se acostó y yo me masturbé hasta eyacularle en los pechos y la cara, que cantidad de semen salió…
Yo quedé cansado, nos cambiamos porque mi mamá estaba por llegar y la acompañé hasta la parada.
Ha habido otros encuentros, pero ese no lo olvidaré, espero que les haya gustado mi primer relato.
Hola amigos, soy un fiel lector de estos relatos, de los cuales me han servido para aprender cosas sobre el sexo. Soy un chico de Venezuela, tengo 18 años, soy moreno, delgado, con un buen abdomen y simpático, pero lo que interesa es el relato que les contaré y que me ocurrió hace poco, cuando aún no había tenido sexo y me dedicaba solo a masturbarme pensando en chicas de mi edad.
Desde el bachillerato conocí una chica, ella es morena, 1.70 de estatura, buenos muslos, unos senos que no son grandes, pero con unas aureolas color rosa coronados por unos buenos pezones, un culito bien paradito y una bella sonrisa… solo la trataba como una amiga, bromeábamos, nada de otro mundo.
Aprobamos el bachillerato, ingresamos a la misma universidad y quedamos en secciones o cursos diferentes, por lo que ya no charlábamos mucho. Un día por mensaje de texto por el celular nos empezamos a escribir. Mensajes iban y venían de cosas comunes y sin importancia, hasta que un día me llegan uno que le dolía la espalda y que estaba estresada- yo me ofrecí a darle unos masajes, pero se lo dije con doble sentido y ella se fue por el lado que yo quería y de pronto estábamos hablando de sexo, sobre su cuerpo, si ella se masturbaba, en fin… ¡todo!
A través de los mensajes nos fuimos calentando, yo la hablaba de cómo le haría un buen sexo oral, como la penetraría… Todo esto dio como resultado que ella se decidiera a tener sexo conmigo.
Tan pronto como me dijo busqué la manera de que mi casa estuviera sola para poder cogérmela allí, mi madre iba a trabajar al igual que mis hermanos, los cuales unos iban a clases y otros a trabajar.
El día llegó, fue un 16 de julio más o menos, acordamos que la iba a buscar a la parada de buses, y así ocurrió; allí estaba ella con un pantalón pescador que hacía que se le marcara su hermoso culo, una blusita (franela), nada más verla se me puso erecto. En el camino a mi casa charlamos de cosas irrelevantes, llegamos a mi casa, la tomé de la mano y la llevé a la habitación.
Adentro la tomé de la cintura y comencé a besarla, primero tiernamente, poco a poco, besaba su cuello y la parte superior de los senos, mis manos dejaron su posición inicial y se aventuraron hacia su hermoso culo, los cuales amasaba, apretaba, unía y separaba…
Era el momento de excitación total, ya los besos era fogosos, llenos de lujuria, nuestras lenguas se unían y jugaban, mis manos se turnaban, una en sus pechos y la otra en su culo, ella me tomaba y me atraía hacia ella, fue ella quien tomó la iniciativa y me despojó de mi camisa, yo le quité su franela quedando delante de mi sus senos que estaban sujetos por un brassier muy sexy, la recosté de la cama y allí se lo quité, mi boca se apoderó de ese hermoso pezón, el cual le propiné lamidas, succioné, le di pequeños mordiscos y pellizcos, a esta altura ella estaba excitada y gimiendo.
Mi recorrido por su cuerpo fue descendiendo con besos muy calientes, primero por su abdomen, ombligo hasta llegar a su cuca, pero antes tuve que retirarle el pantalón, debajo de estos tenía una mini tanga y un pequeño triangulito que terminaba en una tirita y se perdía por sus nalgas, seguí mi descenso, mi legua recorría el muslo por su parte interna, y por los costados de su vagina sin llegar a tocarla, haciéndola excitar… Hasta que mi legua pasó por su entrepierna, la cual besé por encima de su fina prenda íntima y mi lengua fue testigo de su humedad y lo caliente que estaba, pidiendo a gritos mi verga…
Le retiré su prenda íntima y a mis ojos se mostró una cuquita cerrada, depilada y suave, no me resistí y me abalancé con mi legua, deleitándome con sus fluidos, mi lengua ascendía y descendía por sus labios mayores lentamente, con mis manos separé los labios mayores, quedando a mi alcance los labios menores y ese clítoris, este último no perdí tiempo en lamerlo, haciendo círculos con mi lengua sobre el, lo succionaba, con mis labios los aprisionaba, mi mano me ayudaba- introducía un dedo en su vagina (ella era virgen también) pasaba mi lengua por su orto o ano para dilatarlo, e introduje un dedo en el, volví a mi posición inicial con el clítoris, hasta que su cuerpo me decía que estaba por correrse, empezó a temblar y yo no dejé de tomar sus jugos.
Le dije que le tocaba a ella satisfacerme y así lo hizo, tomó mi pene, el cual es de tamaño normal, pero duro y me empezó a masturbar, de arriba abajo iba su mano, y sin avisar lo introdujo en su boca, parecía una experta, con sus labios apretaba y succionaba mi glande, también lo metió completo llegándole mi pene hasta su garganta, mi mano la ayudaba en su movimiento de cabeza, así duramos un rato y yo aguantando para no correrme…
Paramos y la acosté boca arriba y abrí sus piernas, estaba ella regalándome su conejito, lleno de fluidos, le coloqué una almohada debajo de sus caderas para tener una mejor posición para penetrarla, como era virgen comencé provocándola, con mi pene acariciaba su clítoris, jugaba en su vagina, cuando ella me pregunta: ¿Por que eres tan malo?, penétrame de una buena vez.
Así lo hice, lentamente para sentir su vagina tan estrecha y amoldándose a mi pene, cuando lo tenía todo adentro, comencé el bombeo suave hasta aumentar la velocidad al ritmo de sus gemidos, así lo hice varias veces, alternando la velocidad, con el éxtasis…
Cambiamos de posición yo me acosté y ella se montó encima de mi pene, ella estaba como en otro mundo, porque no podía cabalgarme, yo la tomé de la cintura y subí mi tronco y así la penetré, mis movimientos eran los más rápidos posible y su cara me decía que lo disfrutaba, hasta que sentí de nuevo su cuerpo convulsionarse y derrumbarse…
Estaba teniendo otro orgasmo y con el yo me detuve, esperé a que se calmase y me salí de esa posición, yo también quería acabar, la volteé y la puse en 4 o en perrito, y así se la dejé ir, cuando empecé mis movimientos ella me detuvo, que estaba exhausta y no podía más, ella se acostó y yo me masturbé hasta eyacularle en los pechos y la cara, que cantidad de semen salió…
Yo quedé cansado, nos cambiamos porque mi mamá estaba por llegar y la acompañé hasta la parada.
Ha habido otros encuentros, pero ese no lo olvidaré, espero que les haya gustado mi primer relato.
2 comentarios - una chica morena y sensual