Este relato nos narra el drama de una familia a punto de desintegrarse por un divorcio, y como la hija de esta, traspasa los límites de la decencia, y de la conducta aceptada por la sociedad, seduciendo a su propio padre y sosteniendo una relación con él a fin de que su hogar no se desmembrara. No es un cuento ni es fantasía, es un caso autentico; por tal motivo, carece de nombres, lugares, edades o cualquier otro dato irrelevante; el relato es algo extenso, pero no deja de ser interesante en ningún momento, vale la pena tomarse el tiempo de leerlo con atención sin omitir ninguna línea.
No sé cómo logré dormirme, ya era tarde cuando el sueño me venció; a la mañana siguiente desperté como a las diez a.m. , mi madre estaba en pie, había preparado desayunos para mí y para mi padre, se encontraba arreglada, era obvio que pensaba salir, le pregunté y me dijo que pasaría unos ocho días en casa de la abuela ya que no era bueno que tuviera corajes en su embarazo, que le había dejado una nota a papá, y que confiaba en que esos días que estaría fuera, servirían para que las cosas mejoraran en casa…no se veía molesta; sentí pena y un poco de lastima por ella, a pesar de que se había arreglado y bañado su cuerpo era gordo y algo antiestético, la piel algo áspera por falta de cuidados y su rostro no ayudaba en nada, aparentaba como diez años más de los que tenía …me sentía mal por juzgarla, era mi madre, pero tenía que admitir que debía ser desagradable para papá tener que estar en la intimidad con ella…esa era la verdad, sin embargo, la amaba por ser mi madre y por ella también haría lo posible por retener a su lado al hombre que ella amaba, al precio que fuera…mamá me dio un beso y un abrazo fuerte y dijo ” hija estaré varios días fuera, pero me voy tranquila, por que se que ya eres una mujercita responsable, y confió en que sabrás que hacer, espero que al regresar las cosas en casa estén bien, dejo la casa en tus manos …con todo lo que hay en ella”…..y guiño un ojo; antes de subir al taxi giró y me dijo que estuviera tranquila, y que un día antes de regresar me avisaría por teléfono; todo aquello me hacía pensar que mi madre sabía lo que estaba ocurriendo, y que de alguna manera estaba resignada a permitirlo si eso servía para mantener unida a la familia, sentí que se ausentaba con la única finalidad de que yo pudiera estar a solas con papá para seducirlo…..o eso es lo que quise creer…
Entre rápidamente y encontré a papá que fingió despertar en ese momento, en su cara se percibía alegría, era obvio que había escuchado, le llamé a desayunar y al leer la nota de mamá fingió sentirse mal con la noticia…lo que yo aproveché para acercarme y darle un abrazo de consuelo, procurando poner mis pequeños pechos muy cerca de sus labios y acariciándole el cabello busqué que hundiera su rostro en ellos, mientras le decía que era lo mejor que ambos se distrajeran un poco, el se encontraba sentado en su silla y yo de pie junto a él, mis pezones estaban empezando a endurecerse con el contacto de su cara áspera, sin rasurar, y su respiración, creo que él podía sentirlo , estuve tentada a liberar mis senos ahí mismo y sabía de antemano que el se arrojaría como una animal en brama a probarlos y comerlos, pero pensé que teníamos más de una semana para estar solos, mamá apenas tenía unos 5 minutos fuera y no tenía por que apresurarme, debía asegurarme de introducirme hasta lo más profundo de los deseos de mi padre para que todo saliera bien, así que tomamos el desayuno, y entre la plática le propuse que saliera a dar una vuelta ya que era sábado y no tenía que ir a trabajar, él se negó diciendo que no estaba de humor para eso, pero creo que la verdad era, que él quería estar cerca de mí, yo lo quería fuera por un rato para preparar algo y recibirlo como la noche anterior, no sabía cómo, pero ya pensaría en algo; para persuadirlo le dije que yo podía acompañarle, ya que tampoco tenía que ir a clases, aunque no tenía muchas intenciones de hacerlo, pero al decir esto noté que el rostro se le iluminó y dijo que sería maravilloso, así que caí en mi propia trampa, acordamos arreglarnos después de desayunar; más tarde, ya bañada, escogí ropa poco sugestiva, ya que no quería llamar demasiado la atención cuando estuviera en la calle con papá, el ya estaba listo, cuando me vio salir del baño con un pantalón holgado y una blusa ancha, el renegó diciendo que ya era una mujercita, y que debía vestirme como tal, entonces le respondí que así era la mayoría de mi ropa, a excepción de algunas cuantas prendas, dijo que me ayudaría a escoger algo más apropiado a mi edad, e hizo que lo acompañara a mi propio cuarto, me sentí un poco rara al estar junto a él, mientras él revisaba entre mis ropas, para mi sorpresa escogió la misma falda que yo había usado la noche anterior, sonreí complacida, era innegable que lo había deleitado con esa, y una blusita de hombros descubiertos que en lo particular a mi no me gustaba mucho, pero reflexioné que se trataba de gustarle a él, así que la acepté, después fue derecho al cajón en donde estaba mi ropa interior, lo que me hizo suponer que quizás no era la primera vez que lo hacía, me miró y dijo, “¿no te importa?” le dije ” no papi, está bien, tu siempre has tenido buen gusto” así que empezó a explorar, sentía que lo estaba disfrutando, desdoblaba las prendas que llamaban su atención y las sentía como si quisiera encontrar la más delicada, yo no sabía exactamente que sentir, estaba ahí de pie, junto a mi padre y el cajón de ropa, esperando a que el eligiera la panti que quería que me pusiera, al cabo de un minuto me extendió una y dijo, “creo que esta estará bien, pero parece que necesitas más ropa urgentemente…, así que hija, iremos de compras si lo deseas”, acepte animada, después dijo que saldría para que pudiera cambiarme y cerró la puerta tras de sí; me había dado unas braguitas blancas con un detalle de flores en la parte de adelante, pero no me había dado un sostén, supuse que no pretendía que llevara, me puse todo y le anuncié que podía regresar, el esperaba y entró apresuradamente, yo había procurado ponerme la falda un poco más arriba de lo normal para que se me viera más corta; él me miró y dijo “te ves hermosa, pero esos tenis hacen gestos ¿ que tal tus zapatillas de tacón?” le dije “¿en serio me das permiso? …Mamá no me deja usarlas si no es para ocasiones especiales…” respondió “hoy es especial… y tú eres muy especial… hija….úsalas por favor”
Le pedí que me las alcanzara, me senté en la cama, crucé las piernas con sensualidad y empecé a ponérmelas lentamente, fingí dificultad para cerrarlas y el se apresuró a ofrecerse, diciendo “déjame ayudarte con eso”, se arrodilló de frente a mí y esperó a que yo le consintiera el hacerlo, escudriñó mis ojos tratando de encontrar alguna señal de disgusto o rechazo de mi parte …sonreí…era una magnífica oportunidad para cautivarlo, así que le dije “gracias papito… no sé que haría sin ti”…y entonces descrucé las piernas ante sus ojos, planté los pies firmemente en el suelo con las rodillas separadas más de 15 centímetros y permanecí sentada, el miró enardecido mis muslos y mi entrepierna, ahí estaba el calzoncito que él había escogido, a menos de medio metro de su cara, encorvé la espalda hacia atrás, levanté los brazos y empecé a amarrarme el cabello mirando al techo, el tuvo que decidir entre enterrar su nariz en mi, o abrocharme las zapatillas, después de una eternidad finalmente ató mis zapatillas y se incorporó diciendo, “listo ya esta, podemos irnos cuando gustes”
Me sentí muy llena de vanidad, me estaba convirtiendo en más que su hija…ahora era su diosa….
Salimos al frente de la casa, había mucho viento y yo debía sujetar mi falda para que el viento no la levantara, papá lo notó pero no dijo nada, mientras el se encargaba de cerrar con llave la puerta, yo miré alrededor, eran muchos los vecinos que se encontraban a esa hora en sus terrazas leyendo el diario, otros regaban sus plantas, la totalidad eran hombres, sentía sus miradas sobre mí, recorriéndome, vi a más de uno tocarse el pene, papá les hecho una mirada y empezamos a caminar yo me atrasé un poco, pues me costaba un poco caminar ya que las zapatillas eran altas para mi, y no tenía practica con ellas, papá se dio cuenta y me esperó, entonces me rodeó la cintura al tiempo que me indicaba que nuestro auto estaba como a medía esquina, me llevó así ceñida … sentía que me veía muy puta con esa faldita y con tacones; pero no era cualquier puta….era la puta de mi padre, y empecé a disfrutarlo, solté mi falda, y excitada permití que el viento hiciera lo suyo, veía caras boquiabiertas…no se si mi padre estaba orgulloso o celoso, me abrió la puerta, pero no se apartó ni un poco, pasé por el pequeño espacio que dejaba, rozando su inflamado miembro…primero con una mano, después con las nalgas…lentamente.
Ya dentro del auto, me acomodé apoyada en la puerta y procurando que mis rodillas se pegaran con la palanca de velocidades, papá entró por el otro lado y se dio cuenta del regalo que le daba, sin embargo lo desaprovechó, y solo vino mirando de reojo mis muslos disimuladamente todo el trayecto…
Papá me llevó a un centro comercial, ahí estuvimos recorriendo diferentes tiendas departamentales escogiendo ropa, el me ayudo a elegir…o más bien, eligió por mi, me di cuenta que el estaba comprándome pura ropa sugerente, mini falditas y mini shorts de cadera muy muy cortitas, blusitas escotadas de telas semitransparentes, de likra o sin tirantes, otras tipo strapless, incluso me llevó a la zona de lencería y me ayudó a escoger ropa de dormir, una bata de seda satinada azul cielo muy linda, no se detuvo ahí, y me seleccionó también mucha ropa interior, braguitas de las más finas, delicadas y diminutas que yo no imaginaba que existieran; por lo atrevido de aquellas prendas la mayoría era como para muchachitas un poco mayores que yo, pero estaba fascinada…aunque quizás después tendría que buscar como explicarle a mi madre; mi padre revisaba anaqueles mientras yo me probaba todo lo que el me daba, salía del probador con la ropa, le preguntaba que tal me quedaba, daba una vuelta delante de el, caminaba coqueta, en fin, pasamos un rato padrisimo, así continuamos buscando, hasta que, en una de tantas tiendas el se topó con una prenda que le dejo perplejo era una minifaldita de encaje en color negro, súper entallada, con un delicado cinturón de pedrerías en color rosa con aplicaciones de lentejuelas, en el maniquí se veía increíble, pero era demasiado atrevido, el me miró, preguntándose si yo me atrevería a usarla, lo abracé maliciosa al tiempo que le decía ¿me lo compras papito, ándale porfa, si? el aceptó entusiasmado, la escogimos en dos tallas diferentes y entré al probador, se sentía sensacional, era muy fina, el roce con la tela me enardecía, la primera me quedaba súper pequeña, al grado de que no podía inclinarme un poco por que se me veían las bragas, así que me puse la segunda un poco más grande, salí caminando lentamente, papá se quedo boquiabierto, dijo que estaba divina, me acerqué a el lentamente, le rodeé el cuello con mis brazos y le di un beso, la mitad en la mejilla y la mitad en la boca, el quedó turbado con aquel gesto, regresé al probador satisfecha de mi osadía, e intercambié las prendas sin decirle nada a mi padre, entregándole la más pequeña para que la pagara, después me llevó al área de zapatería y escogimos unas hermosas zapatillas de tiras muy delgadas en charol negro sin talonera, ósea como sandalias pero de tacón numero 7, aun más altas de las que tenía en ese momento, pensé que no podría caminar con ellas, pero le dije muy persuasivamente que si a el le gustaban yo estaba encantada…siempre y cuando él me sujetara al caminar para que no fuera a dar un mal paso…yo nunca esperé que él me fuera a decir que me las compraría, pero que me las llevara puestas, me sentí entre la espada y la pared, pero no podía decirle que no, ya que seguramente necesitó de mucho valor para pedírmelo, sin más , no me quedó otra que acceder y salí caminando de ahí con las zapatillas más altas que habría usado en toda mi vida, sintiéndome una de esas mujeres que bailan para los caballeros; después papá me llevo al cine, dentro, en la oscuridad, mientras veíamos la película estábamos abrazados como novios, papá me tomó de la mano y me dijo que estaba pasando el día más feliz de su vida y me besó, tal como yo le había hecho antes, mitad en la mejilla y mitad en la boca, yo le devolví el beso, pero en esta ocasión fue en su cuello, lo sentí estremecerse, apretó mi mano, yo arrastré nuestras manos hacia mí y deposité ambas sobre mis piernas, ya que hacía un buen rato que él me las miraba insistentemente, después lentamente fui soltando su mano sin intentar retirar la suya de ahí, papá seguía mirando mis piernas inmovilizado, sumiso me permitió extender su mano dócilmente, cuando al fin tuve su mano abierta sobre mis muslos retiré la mía y me acurruqué en su pecho, estaba nerviosa, no sabía que más hacer, entonces lo sentí…papá intentó acariciarme, pero estaba muy temeroso, sentía su mano muy temblorosa, a cada ligero avance de su mano, le seguía una larguísima pausa, indeciso a hacer algo más audaz se detuvo por completo, acerqué mis piernas más hacia él, pero no lograba que se atreviera, entonces comencé un casi imperceptible movimiento con mis piernas, frotándolas entre sí ligeramente, el avanzó un poco hacia arriba, continué y él avanzó de nuevo, con su brazo frotaba mis pechos, con una mano rodeé aquel brazo y lo atraje aun más para que se sintiera seguro, con la otra acaricié su brazo, hasta que lentamente fue acariciando cada centímetro de mi piel, desde mis rodillas, hasta casi llegar a colocar su mano sobre mi minifalda, froté mi mejilla en su pecho para indicarle que continuara, que me podía hacer lo que quisiera…que estaba esperándolo…y entonces se aventuró, acariciándome, apretándome…manoseándome…,
Casi no vimos la película…al terminar esta, antes de que las luces se encendieran, papá retiró la mano con delicadeza, nos levantamos y nos dirigimos al estacionamiento donde habíamos dejado el carro, quiso el destino que yo hubiera dejado por error la luz interior encendida por descuido, lo cual causo que el auto no encendiera, yo me sentía mal…era mi culpa, pero mi padre me dijo que no importaba, que no podía sentirse molesto conmigo, dijo que tomaríamos un taxi y que el regresaría al día siguiente por el auto….caminamos a la esquina ya era noche y por tanta gente era imposible conseguir un taxi libre y no nos quedó más remedio que usar el metro, al bajar por las escaleras, suspiros de admiración y algunos silbidos se escucharon, le supliqué a mi padre que cargara las bolsas con la compra, y seguí caminando mientras me esforzaba por estirar hacia abajo mi falda para cubrirme las piernas ya que se me subía por si sola, mientras esperábamos, muchos tipos gritaban cosas como “ay mamacita, que rica te ves desde ya” eran fulanos de la peor clase, a los que no les importaba la presencia de papá, se me quedaban viendo las piernas descaradamente, estaban logrando asustarme, alguien dijo ” cosita linda, pero si ya alcanzas el timbre” …el metro se aproximaba, entonces papá me avisó “prepárate, ya vamos a subir hija ” los fulanos escucharon eso; subimos apretadamente, algunos de esos tipejos empezaron a decir ” dejen pasar a mi suegro”… “atrás, por favor no vayan a lastimar al suegro”… el vagón se encontraba lleno, apenas logramos entrar, al ir metiéndonos entre la gente sentí muchas manos que me tocaban la cola sin permiso, más de diez creo, encontramos un espacio, el vagón estaba en marcha, yo me sujeté del tubo, sentía que todos me devoraban con la vista, alguien escupió “son blancos”…había olvidado jalar mi falda hacia abajo, ruborizada quise hacerlo, entonces sentí que alguien se acercó y se repegó a mi por detrás, sentí su miembro inflamado entre mis nalgas, esperé la reacción de mi padre para con el tipo aquel…esperé… pero no paso nada, extrañada, busqué a mi padre con la vista y lo encontré…justo detrás de mi…entonces un sentimiento de excitación me invadió nuevamente, lentamente pase la mirada por todo el lugar, mirando con menosprecio a todos aquellos tipos, los miré a los ojos con desdén…me paré lo más escandaloso que pude, levantando mis nalgas y tensando las piernas empujé un poco hacia atrás…hacia el miembro de mi padre…los minutos pasaron…no sé cuantos… ya nadie gritaba leperadas…ahora callaban, estaban absortos, incrédulos, aflojé un poco los brazos del tubo para disfrutar el movimiento del vagón…pobres diablos…esa hembrita ya tenía macho…y no era cualquier macho…permanecieron estupefactos…mirándonos con asombro, se miraban entre ellos como preguntándose si aquello era normal…claro que no, no lo era…era especial; me sentí estimulada, el vaivén nos hacía frotarnos inevitablemente…bajé la vista y observé mis pequeños pies y delgadas piernas, algo separadas en tacones altos …podía ver los dos pies de papá asomando entre los míos, estábamos parados en el mismo espacio…contemplé lo grueso de las piernas de papá contrastando con las mías…sentí a papá que empujaba un poco e hice un leve movimiento de caderas, para tratar de acomodarle mejor mis nalgas a papá…lo sentía grande, muy grande…en ese momento sabíamos que habíamos rebasado el limite, que ya no habría marcha atrás….era un camino sin retorno…al vernos bajar, aquellos tipos, ya tan solo eran un montón de perdedores, intentado encontrar una explicación para algo que no comprendían, otros miraban insistentes el bulto de mi padre, y entonces me percaté de que el tenia una abundante mancha de humedad excesivamente notoria en el pantalón.
Llegamos a casa como a las nueve de la noche, sin hablar, sin atrevernos a hacerlo, entrando a casa papá encendió las luces, suspiramos, ambos estábamos exhaustos, había sido un día largo, papá evadía a toda costa mirarme a los ojos, le dije que tomaría un baño y después buscaría algo en el refri para los dos, asintió sin mirarme, se acomodó en la sala y encendió la tele, entré al baño introduciendo disimuladamente las bolsas con las prendas que habíamos comprado, creo que el lo vio, pero fingió no hacerlo, me quité la ropa y noté que mis pantis estaban húmedas…muy húmedas, me bañé escrupulosamente, me puse unas pantis nuevas, apretaditas y diminutas con un coqueto lazo en el frente, que no me cubrían ni siquiera la mitad de cada nalguita, escogí una blusa corta muy ligera de tirantes, que tenía cintas en el pecho para amarrarlas, lo cual no hice, y me la deje abierta…y entonces saqué la falda de encaje…contemplándola por un rato…me la puse, era terriblemente pequeña, aun deslizándola hasta mis caderas seguía excesivamente corta, me perfumé, me acomodé el escote, me apliqué unas muy discretas sombras en los parpados y le apliqué brillo a mis labios, sin pintarlos, estaba a punto de salir, cuando reparé que estaba en chanclas, tomé las zapatillas nuevas, las limpié y me las puse, eché una mirada al espejo, me veía súper sexy, pero quería echar chispas, así que me quite la pulsera de oro de la mano y me la puse en el talón; salí del baño… papá ya no estaba en la sala, lo busqué con la mirada y lo encontré en el jardín de atrás…estaba sentado mirando al cielo, repasando lo sucedido yo creo; tenemos unas banquitas confidentes ahí en el jardín, el había encendido todas las luces, y fumaba un cigarro, pensé en anunciarle que el baño ya estaba libre para el…pero tuve desconfianza de que papá entrara y durante el baño desfogara, ahí , sus deseos, así que me fui al refri, sin estar segura de lo que haría y me aventuré, tomé un plato y corté en cuadros pequeños un poco de queso de bola, y saqué dos de sus cervezas…si, dos…no sabía que diría el al respecto, pero si yo notaba que él no estaba de acuerdo, pretextaría que las dos eran para él…me dirigí a él, caminando sensualmente, él seguía de espaldas sin notarme, carraspeé para que me oyera…él volteó y me descubrió, con aquellas prendas, caminando hacia él en zapatillas, el plato en una mano y dos cervezas en la otra, me comió con los ojos rojos de deseo…le pregunté que tal me había quedado todo, solo dijo… ” dios santo”… supe que bien, me paré delante de el muy cerca; en la delgada tela de mi blusa se transparentaban la punta de mis pezones muy erguidos y afilados, le extendí una cerveza, conservando en mi poder la otra, el reparó en eso, pero no protestó…mirándome a la cara, advirtió mi sutil maquillaje en los ojos y en el brillo de mis labios, seguíamos mirándonos sin hablar, sus ojos inyectados de sangre, exponiéndome a que me reprendiera, lentamente empecé a abrir aquella lata de cerveza que tenía en mis manos, no pude, la argolla lastimaba mis dedos…entonces papá me la quitó de las manos……y me la devolvió abierta…sin dejar de mirarnos; era el momento, bebí un sorbo muy lasciva…papá estaba paralizado, ni siquiera había destapado su lata…así que acerqué la mía a sus labios invitándole, tomó un trago muy grande …larguísimo…un poco de cerveza goteó de sus labios, ya que sin querer, le había retirado la lata antes de tiempo…le limpié aquello con los dedos, lentamente, como una caricia, pasé mis uñas muy suavemente en el área, lentamente me fui acercando a el…bebí otro sorbo…observé que papá separaba un poco las piernas para que yo pudiera acercarme más a el…era una señal muy clara…le entregué aquella cerveza abierta y me di vuelta hacia la banca de enfrente, que estaba como a dos metros y me empiné exageradamente para asentar ahí el plato con el queso picado, escuché un quejido de mi padre, sin saber porque, pero me atreví a mirarle mientras me encontraba en aquella postura, papá contemplaba mi trasero con la boca abierta, después al toparse nuestras miradas, el volteó a ver al cielo, carraspeando y tosiendo apenado, pero yo permanecí así, inclinada frente a el, mientras degustaba un cuadrito de queso…fueron largos segundos, papá se dio cuenta, bajó la vista del firmamento y me miró a los ojos de nuevo, sostuve su mirada mientras saboreaba seductora aquel bocado y al fin entendió……sus ojos lentamente regresaron a mi…a esa parte de mi que yo anhelaba que el mirara…me contemplaba con lujuria y deseo, con mucho deseo; no pudo mas, y lo vi acomodarse el miembro sin disimulo, así con la ropa puesta, creo que estaba doliéndole…bebió todo lo que quedaba en la lata, sin detenerse, pero sin quitar un solo momento la vista de mis carnes…volvió a manipular con descaro su pene…ya no hubo necesidad de decir una sola palabra, me erguí lentamente dando vuelta hacia él, y él estiró los brazos hacia mí, fui hacia él con mucha lentitud, yo lo miraba a los ojos, el miraba mi ombligo descubierto y mis piernas, entonces se deslizó en la banca hacia abajo, acomodándose para mí, me senté de lado en sus piernas, muy arriba, encima del bulto que se le notaba, una mano rodeó mi cintura desnuda y la otra me acarició una rodilla; al haber estado inclinada, mi cabello se había pasado todo para adelante, y ahora lo tenía en mi pecho, empecé a amarrarlo voluptuosamente, al terminar me hice con la otra cerveza…mi papá, servicial me la destapó, empecé a beberla, sin prisas, le daba sorbos espaciadamente, casi me la acabé, papá seguía acariciando mis rodillas, su otra mano estaba en mis caderas, su mirada estaba en mi escote, la desmesurada abertura de mi blusa sin amarrar, le permitía ver mis sonrosados pechos y mis excitados pezones, ya no le interesaba disimular su mirada, me percaté de eso, y quizás animada por la cerveza lo hice…mi blusa estaba abierta y solo necesité deslizar el tirante con un dedo para que la tela cayera, liberando por completo mi seno derecho, papá me miró con mucha gratitud, antes de que el pudiera hacer otra cosa, me bebí hasta el fondo lo que sobraba en la lata, y la dejé caer lentamente, mientras miraba a papá a los ojos, nuestros rostros fueron aproximándose, su mano se deslizó a lo largo de mis muslos, más arriba, hasta tocar mis bragas y empezó a acariciarlas, la otra mano me atrajo hacia él…su boca buscó la mía y la encontró, sedienta de él, enterré los dedos en su cabello y nos dimos un largo, incestuoso y lubrico beso, el introdujo su lengua en mi boca, yo era inexperta besando, pero él era un gran maestro y me deje hacer, su otra mano subió raspando por toda mi espalda, me sujetó suavemente del cabello y me jaló la cabeza hacia atrás con mucha suavidad, empezó a besar mi cuello, atrás de mis orejas, me daba besos fuertes, me succionaba, me olfateaba, se detuvo al llegar a mi pecho para contemplarlo, no lo beso, lo admiraba con devoción, pude notar que en algún momento, sin darme cuenta, había separado un poco mis piernas para recibir sus caricias… y papá estaba tocándome, me libre como pude…papá se asustó un momento, pensando que estaría enfadada, lentamente deslice mi blusa por encima de mí y me la saqué ante sus ojos…… ahí estaba su hija, desnuda de la cintura para arriba, de pie frente a él, los pezones excitadísimos, mis pechos subían y bajaban con mi agitada respiración, metió sus manos bajo mis brazos, en mis axilas… y me jaló hacia él, restregó su cara en mis pechos, su bigote me picaba delicioso. Papá olía a sudor ya que yo no le había dado tiempo a bañarse, tenía un muy fuerte olor a macho que extrañamente me seducía, contrastaba con mi cuerpo que estaba limpio fresco y delicadamente perfumado; éramos tan diferentes…papá me restregaba contra sí mismo, sumergió su nariz en mis axilas y me olfateaba como un animal, sintiendo todo tipo de olores que le idiotizaban, mis ojos estaban cerrados, disfrutando su vigor de hombre, parecía una muñequita entre sus grandes y velludos brazos, y finalmente empezó a comerse mis senos vírgenes con avidez, con hambre, se apoderaba de mis pezones con los labios y los estimulaba, los besaba, pasaba de uno a otro alternadamente, yo estaba afianzada de sus fuertes hombros para resistir su embestida, soltó mis costados y sus manos bajaron hasta mis pantorrillas, acariciando mis talones y la parte de atrás de mis rodillas, me frotaba haciéndome enloquecer, sus manos seguían subiendo por atrás de mis piernas, una mano en cada pierna, las separe para que pudiera acariciar la parte interna, ya estaba llegando a mis nalgas…pero lo hizo por debajo de la falda, flexioné hacia atrás la espalda de placer, él lo sintió y empezó a masajear, a estrujar, tocó la tela de mis escasas bragas, las acarició, estaban mojadas, sentí sus dedos acariciando mis labios femeninos por encima de la tela, gemí, él continuó, no resistí mas, y apoyé todo mí cuerpo encima de él, sentí que intentaba hacer un lado mis bragas, pero eran muy ajustadas, levanté el trasero para facilitarle su labor y empecé a acariciar su espalda con las uñas para incitarlo, finalmente logro apartarlas, y sentí sus manos recorrer desde atrás mi sexo desnudo, acariciar mis labios, distribuir toda aquella humedad, presionar suave en la entrada de mi vagina, sentí que con mis fluidos humedeció uno de sus dedos, y lo coloco en mi entrada, moviéndolo en círculos, frotándolo alrededor, dudoso, empujé levemente hacia atrás y sentí que se introdujo una pequeña parte de su dedo en mi vagina, emití un gemido, empecé a mover lentamente las caderas , y el hizo lo demás, introduciendo el resto del dedo hasta donde pudo, sentí rasgarse algo en mi y una pequeña punzada, sobresaltada hice un movimiento involuntario…después sentí algo tibio, no hubo dolor ni sangre; el fue paciente y me dio tiempo, después, cuando recomencé a mover mis caderas él empezó a explorar en mi interior, giré la cara y miré hacia atrás de mi, a mi trasero, solo lograba ver como aquella tosca mano desaparecía entre mis preciosas nalgas, no resistí mucho tiempo y alcancé un orgasmo avasallador, el me dio un descanso sin sacar su mano de mi, beso mis labios, le correspondí con pasión mis líquidos resbalaban por mis piernas, le dije con voz muy baja y entrecortada, la única que logre emitir… “papá, llévame a la sala, por favor”
El me besó los labios de nuevo y empezó a conducirme a la sala lentamente, rodeando mi cintura con el brazo, pero nunca saco aquel dedo de mi vagina, tirando de mi cola ligeramente hacia arriba, me forzaba a levantarla, aquel era un abrazo muy indecente, pero viniendo del ser amado, no me molestaba en lo más mínimo, vanidosa caminé ligeramente más adelante de él, para que pudiera observarme así, meneé mucho las caderas, el liberó su miembro en el camino y lo acarició vigorosamente durante el trayecto, llegando a la sala, me acomodé en el sofá, descansando sobre mis rodillas y codos, ofreciéndole una esplendida visión de mi trasero desnudo, él se bajo el pantalón con la mano libre, y no sacó su dedo hasta que se acomodó detrás y su pene estuvo listo para entrar en mi, y ahí dio inicio la segunda parte de nuestro encuentro incestuoso…
Papá me hizo suya, me penetró vigorosamente, pero con mucho amor, fueron momentos de entrega total, nos olvidamos en esos instantes de parentescos y edades, solo éramos un hombre y una mujer sellando un pacto, un pacto de amor, de complicidad… y de mucha discreción. El me sujetaba de las caderas mientras me embestía con potencia, bufaba como un toro, de cuando en cuando yo miraba hacia atrás tratando de ver la escena, era difícil por el movimiento, nuestras miradas se cruzaban, papá estiraba la mano sin detenerse, y amorosamente me acomodaba el cabello que cubría mis ojos, secaba mi sudor, yo le miraba agradecida y el sonreía, cerraba los ojos y sin sentimientos de culpa, me embestía con su gran miembro …era demasiado placer como para soportar mucho tiempo, después, de un rato sentí un segundo orgasmo, gemí muy alto y tensé los músculos, el sonrió, pero no se detuvo, su movimiento se hizo más rápido, no más de un minuto, sus manos me sujetaron fuerte y me jalaron hacia él, enterrándome su sexo hasta el fondo y deteniéndome en seco, yo lo miraba orgullosa de mi, él ya no me movía, solo empujaba todo lo que podía, hasta que sentí un abundante liquido caliente inundarme por dentro, oleada tras oleada, fueron varios chorros, al final, se inmovilizo y lentamente fue empujando y nos dejamos caer sobre el sofá, su sexo palpitaba en mi interior, agotados, dichosos, el cargó su propio peso con sus brazos para no sofocarme, yo cerré los ojos y acomodé mi mejilla en la almohada del sofá, el rostro de mi padre estaba justo detrás del mío, y susurró en mi oreja… “perdóname, no pude evitarlo”, sin abrir los ojos, disfrutando de ese momento de sinceridad le dije “papá, yo lo deseaba, y estoy segura de que yo lo provoqué…no te disculpes” entonces dijo, “no debí terminar en ti, es riesgoso”, excitada como estaba no había reparado en eso, el prosiguió “mañana cuando despiertes encontrarás una pastilla sobre la mesa, en la cocina, no olvides tomarla por favor”… “no papá, lo que tu digas”, después el comenzó a juguetear con mis aretes, disfrutando de verme sonreír con los ojos cerrados, me daba besitos en mi hombro, acariciaba la comisura de mis labios con un dedo y me dijo “me haces muy feliz, soy muy dichoso de tener una hija tan cariñosa como tú”, entonces abrí los ojos y mirándolo le dije, “yo te quiero mucho papá, te necesito…y seré tuya, si tú me quieres” entonces mirándome muy firme me dijo “te quiero bebé, pero lo que siento por ti, no es aceptable para la gente normal” respondí seductora “yo no soy normal, papito…soy especial ¿recuerdas? Tú lo dijiste en la mañana” con un brillo de felicidad en la mirada juró “nunca te dejaré bebé, aquí estaré a tu lado mientras tú me quieras”. Sellamos aquel pacto con un beso de amantes.
Después al levantarnos, abundantes líquidos empezaron a escurrir de entre mis piernas, producto de mi orgasmo y de su eyaculación, él me cedió el baño y me bañe feliz de estar lavando los rastros de mi padre en mi cuerpo, cuando salí, lo hice con la bata de dormir que él me había comprado, me contempló dijo que me veía hermosa, le dije que la tela se sentía sensacional y le dije “tócala”, deslizó sus manos desde el talle hasta mis caderas por encima de la tela, me paré en las puntas de los dedos y le di un beso en los labios, y me retiré, el entró a bañarse, cuando terminó, se dirigió a mí cuarto para darme las buenas noches, pero no me encontró, me buscó por toda la casa sin éxito, al abrir la puerta de su cuarto me encontró, estaba en su cama bajo las sabanas, sonriéndole, le dije que quería dormir con él, asintió, levantó la sábana para meterse también y advirtió que me encontraba totalmente desnuda, se acostó, y me acomodé en su pecho, enredamos nuestras piernas y acercamos nuestros sexos, papá deslizó sus manos por mis caderas y jugueteaba con ellas, yo no dejaba de darle besitos en el tórax, mis pechos desnudos en su pecho, estuvimos acariciándonos por un buen rato, haciéndonos cariñitos, él sueño me venció primero, no se a que hora.
Esto sucedió el mismo día en que mi madre nos dejó a solas, solo necesité de un día para enamorar a mi padre, tal vez él me deseaba desde hacía tiempo….no lo sé.
Al despertar era domingo, él no estaba, me levanté y fui a la cocina, ahí estaba una píldora, y una nota diciendo que había ido por el auto.
Durante esa semana, nos la pasamos como recién casados, jugando, comprábamos comida hecha, nos íbamos, yo a la escuela y el al trabajo, y regresábamos ansiosos de volver a estar juntos, me hizo el amor a diario, me enseñó diferentes formas de darle placer, y me lo dio a mí de muchas maneras diferentes, sin excepción todas las noches dormimos juntos, desnudos, a veces en el cuarto de ellos, a veces en el mío, los días pasaron, papá dijo que haría un viaje muy rápido, volvería al día siguiente, y ahora sí, me explicó los motivos con lujo de detalles, yo no podía ir ya que tenía examen al día siguiente, estaría sola un día nada más, asentí diciéndole que no se preocupara, y se marchó.
Esa tarde salía de un largo baño, emperifollada y sintiéndome sexy, quedé pasmada cuando me hallé de frente a mi madre, ella me encontró, vestida como estaba, con toda esa ropa tan atrevida y nueva, que ella no me había comprado, no supe que decir, ella reaccionó y me dijo, “ay mi amor, disculpa por este susto que te di, quise avisarte que venía pero el teléfono ha estado ocupado hace más de una semana”, miré a la sala y advertí que en efecto el aparato estaba descolgado, ya que mi padre y yo nos habíamos amado en ese lugar y debimos haberlo golpeado, noté que ella salía del cuarto de mis padres, había entrado a dejar su maleta, había prendas mías entre las sabanas y en el suelo, pero ella no dijo nada al respecto, titubeante, con el alma en un hilo como un moribundo me preguntó “¿y …tu padre?” tartamudeé al principio, y respondí ” se fue…ya sabes adonde”
Su semblante se derrumbaba, y yo proseguí, pero ahora con seguridad y con voz de triunfo “dijo que necesitaba ver a cierta persona, para hablar, y terminar con ella”, mi madre escuchó aquello y volvió a brillar su rostro, me estrechó muy fuerte, en silencio, solo dijo “gracias al cielo”, sin soltarme me preguntó si había cenado, dije que no, entonces me dijo en un tono extraño, “hija, la casa está…un poco desordenada, ¿me ayudas con eso mientras te hago de cenar?” le dije “si mamá, te amo”… “yo también mi cielo, anda empieza”, nos soltamos y ella se metió a la cocina, yo entré al cuarto de ellos y recogí toda mi ropa, y me la llevé a mi cuarto.
Papá volvió y tuvo una larga plática con mi madre, no sé que cuentos haya inventado, mamá se los aceptó, sin complicaciones…nunca volvió a escucharse en casa la palabra divorcio. Hasta el día de hoy la familia sigue unida.
Mamá jamás me preguntó, que había hecho durante su ausencia, tampoco cuestiona el hecho de que muy frecuentemente mi padre me compra ropa, aunque toda sea muy atrevida.
Mamá trabaja, lo que me permite estar a solas con papá, cuando él no se encuentra de viaje, mantenemos nuestra incestuosa relación hasta la fecha, muy frecuentemente salimos solos a pasear como si fuéramos novios, yo le pregunto que desea que me lleve puesto, siempre dispuesta a complacerlo con lo que elija, sin importar lo incomodo o comprometedor que pueda ser, a veces me lleva a cenar o a bailar, y siempre al final, terminamos en algún hotel donde me hace el amor larga y deliciosamente, yo participo entusiasta y dichosa de recibir su hombría, soy más que su amante…soy la mujer de mi propio padre…fin.
No sé cómo logré dormirme, ya era tarde cuando el sueño me venció; a la mañana siguiente desperté como a las diez a.m. , mi madre estaba en pie, había preparado desayunos para mí y para mi padre, se encontraba arreglada, era obvio que pensaba salir, le pregunté y me dijo que pasaría unos ocho días en casa de la abuela ya que no era bueno que tuviera corajes en su embarazo, que le había dejado una nota a papá, y que confiaba en que esos días que estaría fuera, servirían para que las cosas mejoraran en casa…no se veía molesta; sentí pena y un poco de lastima por ella, a pesar de que se había arreglado y bañado su cuerpo era gordo y algo antiestético, la piel algo áspera por falta de cuidados y su rostro no ayudaba en nada, aparentaba como diez años más de los que tenía …me sentía mal por juzgarla, era mi madre, pero tenía que admitir que debía ser desagradable para papá tener que estar en la intimidad con ella…esa era la verdad, sin embargo, la amaba por ser mi madre y por ella también haría lo posible por retener a su lado al hombre que ella amaba, al precio que fuera…mamá me dio un beso y un abrazo fuerte y dijo ” hija estaré varios días fuera, pero me voy tranquila, por que se que ya eres una mujercita responsable, y confió en que sabrás que hacer, espero que al regresar las cosas en casa estén bien, dejo la casa en tus manos …con todo lo que hay en ella”…..y guiño un ojo; antes de subir al taxi giró y me dijo que estuviera tranquila, y que un día antes de regresar me avisaría por teléfono; todo aquello me hacía pensar que mi madre sabía lo que estaba ocurriendo, y que de alguna manera estaba resignada a permitirlo si eso servía para mantener unida a la familia, sentí que se ausentaba con la única finalidad de que yo pudiera estar a solas con papá para seducirlo…..o eso es lo que quise creer…
Entre rápidamente y encontré a papá que fingió despertar en ese momento, en su cara se percibía alegría, era obvio que había escuchado, le llamé a desayunar y al leer la nota de mamá fingió sentirse mal con la noticia…lo que yo aproveché para acercarme y darle un abrazo de consuelo, procurando poner mis pequeños pechos muy cerca de sus labios y acariciándole el cabello busqué que hundiera su rostro en ellos, mientras le decía que era lo mejor que ambos se distrajeran un poco, el se encontraba sentado en su silla y yo de pie junto a él, mis pezones estaban empezando a endurecerse con el contacto de su cara áspera, sin rasurar, y su respiración, creo que él podía sentirlo , estuve tentada a liberar mis senos ahí mismo y sabía de antemano que el se arrojaría como una animal en brama a probarlos y comerlos, pero pensé que teníamos más de una semana para estar solos, mamá apenas tenía unos 5 minutos fuera y no tenía por que apresurarme, debía asegurarme de introducirme hasta lo más profundo de los deseos de mi padre para que todo saliera bien, así que tomamos el desayuno, y entre la plática le propuse que saliera a dar una vuelta ya que era sábado y no tenía que ir a trabajar, él se negó diciendo que no estaba de humor para eso, pero creo que la verdad era, que él quería estar cerca de mí, yo lo quería fuera por un rato para preparar algo y recibirlo como la noche anterior, no sabía cómo, pero ya pensaría en algo; para persuadirlo le dije que yo podía acompañarle, ya que tampoco tenía que ir a clases, aunque no tenía muchas intenciones de hacerlo, pero al decir esto noté que el rostro se le iluminó y dijo que sería maravilloso, así que caí en mi propia trampa, acordamos arreglarnos después de desayunar; más tarde, ya bañada, escogí ropa poco sugestiva, ya que no quería llamar demasiado la atención cuando estuviera en la calle con papá, el ya estaba listo, cuando me vio salir del baño con un pantalón holgado y una blusa ancha, el renegó diciendo que ya era una mujercita, y que debía vestirme como tal, entonces le respondí que así era la mayoría de mi ropa, a excepción de algunas cuantas prendas, dijo que me ayudaría a escoger algo más apropiado a mi edad, e hizo que lo acompañara a mi propio cuarto, me sentí un poco rara al estar junto a él, mientras él revisaba entre mis ropas, para mi sorpresa escogió la misma falda que yo había usado la noche anterior, sonreí complacida, era innegable que lo había deleitado con esa, y una blusita de hombros descubiertos que en lo particular a mi no me gustaba mucho, pero reflexioné que se trataba de gustarle a él, así que la acepté, después fue derecho al cajón en donde estaba mi ropa interior, lo que me hizo suponer que quizás no era la primera vez que lo hacía, me miró y dijo, “¿no te importa?” le dije ” no papi, está bien, tu siempre has tenido buen gusto” así que empezó a explorar, sentía que lo estaba disfrutando, desdoblaba las prendas que llamaban su atención y las sentía como si quisiera encontrar la más delicada, yo no sabía exactamente que sentir, estaba ahí de pie, junto a mi padre y el cajón de ropa, esperando a que el eligiera la panti que quería que me pusiera, al cabo de un minuto me extendió una y dijo, “creo que esta estará bien, pero parece que necesitas más ropa urgentemente…, así que hija, iremos de compras si lo deseas”, acepte animada, después dijo que saldría para que pudiera cambiarme y cerró la puerta tras de sí; me había dado unas braguitas blancas con un detalle de flores en la parte de adelante, pero no me había dado un sostén, supuse que no pretendía que llevara, me puse todo y le anuncié que podía regresar, el esperaba y entró apresuradamente, yo había procurado ponerme la falda un poco más arriba de lo normal para que se me viera más corta; él me miró y dijo “te ves hermosa, pero esos tenis hacen gestos ¿ que tal tus zapatillas de tacón?” le dije “¿en serio me das permiso? …Mamá no me deja usarlas si no es para ocasiones especiales…” respondió “hoy es especial… y tú eres muy especial… hija….úsalas por favor”
Le pedí que me las alcanzara, me senté en la cama, crucé las piernas con sensualidad y empecé a ponérmelas lentamente, fingí dificultad para cerrarlas y el se apresuró a ofrecerse, diciendo “déjame ayudarte con eso”, se arrodilló de frente a mí y esperó a que yo le consintiera el hacerlo, escudriñó mis ojos tratando de encontrar alguna señal de disgusto o rechazo de mi parte …sonreí…era una magnífica oportunidad para cautivarlo, así que le dije “gracias papito… no sé que haría sin ti”…y entonces descrucé las piernas ante sus ojos, planté los pies firmemente en el suelo con las rodillas separadas más de 15 centímetros y permanecí sentada, el miró enardecido mis muslos y mi entrepierna, ahí estaba el calzoncito que él había escogido, a menos de medio metro de su cara, encorvé la espalda hacia atrás, levanté los brazos y empecé a amarrarme el cabello mirando al techo, el tuvo que decidir entre enterrar su nariz en mi, o abrocharme las zapatillas, después de una eternidad finalmente ató mis zapatillas y se incorporó diciendo, “listo ya esta, podemos irnos cuando gustes”
Me sentí muy llena de vanidad, me estaba convirtiendo en más que su hija…ahora era su diosa….
Salimos al frente de la casa, había mucho viento y yo debía sujetar mi falda para que el viento no la levantara, papá lo notó pero no dijo nada, mientras el se encargaba de cerrar con llave la puerta, yo miré alrededor, eran muchos los vecinos que se encontraban a esa hora en sus terrazas leyendo el diario, otros regaban sus plantas, la totalidad eran hombres, sentía sus miradas sobre mí, recorriéndome, vi a más de uno tocarse el pene, papá les hecho una mirada y empezamos a caminar yo me atrasé un poco, pues me costaba un poco caminar ya que las zapatillas eran altas para mi, y no tenía practica con ellas, papá se dio cuenta y me esperó, entonces me rodeó la cintura al tiempo que me indicaba que nuestro auto estaba como a medía esquina, me llevó así ceñida … sentía que me veía muy puta con esa faldita y con tacones; pero no era cualquier puta….era la puta de mi padre, y empecé a disfrutarlo, solté mi falda, y excitada permití que el viento hiciera lo suyo, veía caras boquiabiertas…no se si mi padre estaba orgulloso o celoso, me abrió la puerta, pero no se apartó ni un poco, pasé por el pequeño espacio que dejaba, rozando su inflamado miembro…primero con una mano, después con las nalgas…lentamente.
Ya dentro del auto, me acomodé apoyada en la puerta y procurando que mis rodillas se pegaran con la palanca de velocidades, papá entró por el otro lado y se dio cuenta del regalo que le daba, sin embargo lo desaprovechó, y solo vino mirando de reojo mis muslos disimuladamente todo el trayecto…
Papá me llevó a un centro comercial, ahí estuvimos recorriendo diferentes tiendas departamentales escogiendo ropa, el me ayudo a elegir…o más bien, eligió por mi, me di cuenta que el estaba comprándome pura ropa sugerente, mini falditas y mini shorts de cadera muy muy cortitas, blusitas escotadas de telas semitransparentes, de likra o sin tirantes, otras tipo strapless, incluso me llevó a la zona de lencería y me ayudó a escoger ropa de dormir, una bata de seda satinada azul cielo muy linda, no se detuvo ahí, y me seleccionó también mucha ropa interior, braguitas de las más finas, delicadas y diminutas que yo no imaginaba que existieran; por lo atrevido de aquellas prendas la mayoría era como para muchachitas un poco mayores que yo, pero estaba fascinada…aunque quizás después tendría que buscar como explicarle a mi madre; mi padre revisaba anaqueles mientras yo me probaba todo lo que el me daba, salía del probador con la ropa, le preguntaba que tal me quedaba, daba una vuelta delante de el, caminaba coqueta, en fin, pasamos un rato padrisimo, así continuamos buscando, hasta que, en una de tantas tiendas el se topó con una prenda que le dejo perplejo era una minifaldita de encaje en color negro, súper entallada, con un delicado cinturón de pedrerías en color rosa con aplicaciones de lentejuelas, en el maniquí se veía increíble, pero era demasiado atrevido, el me miró, preguntándose si yo me atrevería a usarla, lo abracé maliciosa al tiempo que le decía ¿me lo compras papito, ándale porfa, si? el aceptó entusiasmado, la escogimos en dos tallas diferentes y entré al probador, se sentía sensacional, era muy fina, el roce con la tela me enardecía, la primera me quedaba súper pequeña, al grado de que no podía inclinarme un poco por que se me veían las bragas, así que me puse la segunda un poco más grande, salí caminando lentamente, papá se quedo boquiabierto, dijo que estaba divina, me acerqué a el lentamente, le rodeé el cuello con mis brazos y le di un beso, la mitad en la mejilla y la mitad en la boca, el quedó turbado con aquel gesto, regresé al probador satisfecha de mi osadía, e intercambié las prendas sin decirle nada a mi padre, entregándole la más pequeña para que la pagara, después me llevó al área de zapatería y escogimos unas hermosas zapatillas de tiras muy delgadas en charol negro sin talonera, ósea como sandalias pero de tacón numero 7, aun más altas de las que tenía en ese momento, pensé que no podría caminar con ellas, pero le dije muy persuasivamente que si a el le gustaban yo estaba encantada…siempre y cuando él me sujetara al caminar para que no fuera a dar un mal paso…yo nunca esperé que él me fuera a decir que me las compraría, pero que me las llevara puestas, me sentí entre la espada y la pared, pero no podía decirle que no, ya que seguramente necesitó de mucho valor para pedírmelo, sin más , no me quedó otra que acceder y salí caminando de ahí con las zapatillas más altas que habría usado en toda mi vida, sintiéndome una de esas mujeres que bailan para los caballeros; después papá me llevo al cine, dentro, en la oscuridad, mientras veíamos la película estábamos abrazados como novios, papá me tomó de la mano y me dijo que estaba pasando el día más feliz de su vida y me besó, tal como yo le había hecho antes, mitad en la mejilla y mitad en la boca, yo le devolví el beso, pero en esta ocasión fue en su cuello, lo sentí estremecerse, apretó mi mano, yo arrastré nuestras manos hacia mí y deposité ambas sobre mis piernas, ya que hacía un buen rato que él me las miraba insistentemente, después lentamente fui soltando su mano sin intentar retirar la suya de ahí, papá seguía mirando mis piernas inmovilizado, sumiso me permitió extender su mano dócilmente, cuando al fin tuve su mano abierta sobre mis muslos retiré la mía y me acurruqué en su pecho, estaba nerviosa, no sabía que más hacer, entonces lo sentí…papá intentó acariciarme, pero estaba muy temeroso, sentía su mano muy temblorosa, a cada ligero avance de su mano, le seguía una larguísima pausa, indeciso a hacer algo más audaz se detuvo por completo, acerqué mis piernas más hacia él, pero no lograba que se atreviera, entonces comencé un casi imperceptible movimiento con mis piernas, frotándolas entre sí ligeramente, el avanzó un poco hacia arriba, continué y él avanzó de nuevo, con su brazo frotaba mis pechos, con una mano rodeé aquel brazo y lo atraje aun más para que se sintiera seguro, con la otra acaricié su brazo, hasta que lentamente fue acariciando cada centímetro de mi piel, desde mis rodillas, hasta casi llegar a colocar su mano sobre mi minifalda, froté mi mejilla en su pecho para indicarle que continuara, que me podía hacer lo que quisiera…que estaba esperándolo…y entonces se aventuró, acariciándome, apretándome…manoseándome…,
Casi no vimos la película…al terminar esta, antes de que las luces se encendieran, papá retiró la mano con delicadeza, nos levantamos y nos dirigimos al estacionamiento donde habíamos dejado el carro, quiso el destino que yo hubiera dejado por error la luz interior encendida por descuido, lo cual causo que el auto no encendiera, yo me sentía mal…era mi culpa, pero mi padre me dijo que no importaba, que no podía sentirse molesto conmigo, dijo que tomaríamos un taxi y que el regresaría al día siguiente por el auto….caminamos a la esquina ya era noche y por tanta gente era imposible conseguir un taxi libre y no nos quedó más remedio que usar el metro, al bajar por las escaleras, suspiros de admiración y algunos silbidos se escucharon, le supliqué a mi padre que cargara las bolsas con la compra, y seguí caminando mientras me esforzaba por estirar hacia abajo mi falda para cubrirme las piernas ya que se me subía por si sola, mientras esperábamos, muchos tipos gritaban cosas como “ay mamacita, que rica te ves desde ya” eran fulanos de la peor clase, a los que no les importaba la presencia de papá, se me quedaban viendo las piernas descaradamente, estaban logrando asustarme, alguien dijo ” cosita linda, pero si ya alcanzas el timbre” …el metro se aproximaba, entonces papá me avisó “prepárate, ya vamos a subir hija ” los fulanos escucharon eso; subimos apretadamente, algunos de esos tipejos empezaron a decir ” dejen pasar a mi suegro”… “atrás, por favor no vayan a lastimar al suegro”… el vagón se encontraba lleno, apenas logramos entrar, al ir metiéndonos entre la gente sentí muchas manos que me tocaban la cola sin permiso, más de diez creo, encontramos un espacio, el vagón estaba en marcha, yo me sujeté del tubo, sentía que todos me devoraban con la vista, alguien escupió “son blancos”…había olvidado jalar mi falda hacia abajo, ruborizada quise hacerlo, entonces sentí que alguien se acercó y se repegó a mi por detrás, sentí su miembro inflamado entre mis nalgas, esperé la reacción de mi padre para con el tipo aquel…esperé… pero no paso nada, extrañada, busqué a mi padre con la vista y lo encontré…justo detrás de mi…entonces un sentimiento de excitación me invadió nuevamente, lentamente pase la mirada por todo el lugar, mirando con menosprecio a todos aquellos tipos, los miré a los ojos con desdén…me paré lo más escandaloso que pude, levantando mis nalgas y tensando las piernas empujé un poco hacia atrás…hacia el miembro de mi padre…los minutos pasaron…no sé cuantos… ya nadie gritaba leperadas…ahora callaban, estaban absortos, incrédulos, aflojé un poco los brazos del tubo para disfrutar el movimiento del vagón…pobres diablos…esa hembrita ya tenía macho…y no era cualquier macho…permanecieron estupefactos…mirándonos con asombro, se miraban entre ellos como preguntándose si aquello era normal…claro que no, no lo era…era especial; me sentí estimulada, el vaivén nos hacía frotarnos inevitablemente…bajé la vista y observé mis pequeños pies y delgadas piernas, algo separadas en tacones altos …podía ver los dos pies de papá asomando entre los míos, estábamos parados en el mismo espacio…contemplé lo grueso de las piernas de papá contrastando con las mías…sentí a papá que empujaba un poco e hice un leve movimiento de caderas, para tratar de acomodarle mejor mis nalgas a papá…lo sentía grande, muy grande…en ese momento sabíamos que habíamos rebasado el limite, que ya no habría marcha atrás….era un camino sin retorno…al vernos bajar, aquellos tipos, ya tan solo eran un montón de perdedores, intentado encontrar una explicación para algo que no comprendían, otros miraban insistentes el bulto de mi padre, y entonces me percaté de que el tenia una abundante mancha de humedad excesivamente notoria en el pantalón.
Llegamos a casa como a las nueve de la noche, sin hablar, sin atrevernos a hacerlo, entrando a casa papá encendió las luces, suspiramos, ambos estábamos exhaustos, había sido un día largo, papá evadía a toda costa mirarme a los ojos, le dije que tomaría un baño y después buscaría algo en el refri para los dos, asintió sin mirarme, se acomodó en la sala y encendió la tele, entré al baño introduciendo disimuladamente las bolsas con las prendas que habíamos comprado, creo que el lo vio, pero fingió no hacerlo, me quité la ropa y noté que mis pantis estaban húmedas…muy húmedas, me bañé escrupulosamente, me puse unas pantis nuevas, apretaditas y diminutas con un coqueto lazo en el frente, que no me cubrían ni siquiera la mitad de cada nalguita, escogí una blusa corta muy ligera de tirantes, que tenía cintas en el pecho para amarrarlas, lo cual no hice, y me la deje abierta…y entonces saqué la falda de encaje…contemplándola por un rato…me la puse, era terriblemente pequeña, aun deslizándola hasta mis caderas seguía excesivamente corta, me perfumé, me acomodé el escote, me apliqué unas muy discretas sombras en los parpados y le apliqué brillo a mis labios, sin pintarlos, estaba a punto de salir, cuando reparé que estaba en chanclas, tomé las zapatillas nuevas, las limpié y me las puse, eché una mirada al espejo, me veía súper sexy, pero quería echar chispas, así que me quite la pulsera de oro de la mano y me la puse en el talón; salí del baño… papá ya no estaba en la sala, lo busqué con la mirada y lo encontré en el jardín de atrás…estaba sentado mirando al cielo, repasando lo sucedido yo creo; tenemos unas banquitas confidentes ahí en el jardín, el había encendido todas las luces, y fumaba un cigarro, pensé en anunciarle que el baño ya estaba libre para el…pero tuve desconfianza de que papá entrara y durante el baño desfogara, ahí , sus deseos, así que me fui al refri, sin estar segura de lo que haría y me aventuré, tomé un plato y corté en cuadros pequeños un poco de queso de bola, y saqué dos de sus cervezas…si, dos…no sabía que diría el al respecto, pero si yo notaba que él no estaba de acuerdo, pretextaría que las dos eran para él…me dirigí a él, caminando sensualmente, él seguía de espaldas sin notarme, carraspeé para que me oyera…él volteó y me descubrió, con aquellas prendas, caminando hacia él en zapatillas, el plato en una mano y dos cervezas en la otra, me comió con los ojos rojos de deseo…le pregunté que tal me había quedado todo, solo dijo… ” dios santo”… supe que bien, me paré delante de el muy cerca; en la delgada tela de mi blusa se transparentaban la punta de mis pezones muy erguidos y afilados, le extendí una cerveza, conservando en mi poder la otra, el reparó en eso, pero no protestó…mirándome a la cara, advirtió mi sutil maquillaje en los ojos y en el brillo de mis labios, seguíamos mirándonos sin hablar, sus ojos inyectados de sangre, exponiéndome a que me reprendiera, lentamente empecé a abrir aquella lata de cerveza que tenía en mis manos, no pude, la argolla lastimaba mis dedos…entonces papá me la quitó de las manos……y me la devolvió abierta…sin dejar de mirarnos; era el momento, bebí un sorbo muy lasciva…papá estaba paralizado, ni siquiera había destapado su lata…así que acerqué la mía a sus labios invitándole, tomó un trago muy grande …larguísimo…un poco de cerveza goteó de sus labios, ya que sin querer, le había retirado la lata antes de tiempo…le limpié aquello con los dedos, lentamente, como una caricia, pasé mis uñas muy suavemente en el área, lentamente me fui acercando a el…bebí otro sorbo…observé que papá separaba un poco las piernas para que yo pudiera acercarme más a el…era una señal muy clara…le entregué aquella cerveza abierta y me di vuelta hacia la banca de enfrente, que estaba como a dos metros y me empiné exageradamente para asentar ahí el plato con el queso picado, escuché un quejido de mi padre, sin saber porque, pero me atreví a mirarle mientras me encontraba en aquella postura, papá contemplaba mi trasero con la boca abierta, después al toparse nuestras miradas, el volteó a ver al cielo, carraspeando y tosiendo apenado, pero yo permanecí así, inclinada frente a el, mientras degustaba un cuadrito de queso…fueron largos segundos, papá se dio cuenta, bajó la vista del firmamento y me miró a los ojos de nuevo, sostuve su mirada mientras saboreaba seductora aquel bocado y al fin entendió……sus ojos lentamente regresaron a mi…a esa parte de mi que yo anhelaba que el mirara…me contemplaba con lujuria y deseo, con mucho deseo; no pudo mas, y lo vi acomodarse el miembro sin disimulo, así con la ropa puesta, creo que estaba doliéndole…bebió todo lo que quedaba en la lata, sin detenerse, pero sin quitar un solo momento la vista de mis carnes…volvió a manipular con descaro su pene…ya no hubo necesidad de decir una sola palabra, me erguí lentamente dando vuelta hacia él, y él estiró los brazos hacia mí, fui hacia él con mucha lentitud, yo lo miraba a los ojos, el miraba mi ombligo descubierto y mis piernas, entonces se deslizó en la banca hacia abajo, acomodándose para mí, me senté de lado en sus piernas, muy arriba, encima del bulto que se le notaba, una mano rodeó mi cintura desnuda y la otra me acarició una rodilla; al haber estado inclinada, mi cabello se había pasado todo para adelante, y ahora lo tenía en mi pecho, empecé a amarrarlo voluptuosamente, al terminar me hice con la otra cerveza…mi papá, servicial me la destapó, empecé a beberla, sin prisas, le daba sorbos espaciadamente, casi me la acabé, papá seguía acariciando mis rodillas, su otra mano estaba en mis caderas, su mirada estaba en mi escote, la desmesurada abertura de mi blusa sin amarrar, le permitía ver mis sonrosados pechos y mis excitados pezones, ya no le interesaba disimular su mirada, me percaté de eso, y quizás animada por la cerveza lo hice…mi blusa estaba abierta y solo necesité deslizar el tirante con un dedo para que la tela cayera, liberando por completo mi seno derecho, papá me miró con mucha gratitud, antes de que el pudiera hacer otra cosa, me bebí hasta el fondo lo que sobraba en la lata, y la dejé caer lentamente, mientras miraba a papá a los ojos, nuestros rostros fueron aproximándose, su mano se deslizó a lo largo de mis muslos, más arriba, hasta tocar mis bragas y empezó a acariciarlas, la otra mano me atrajo hacia él…su boca buscó la mía y la encontró, sedienta de él, enterré los dedos en su cabello y nos dimos un largo, incestuoso y lubrico beso, el introdujo su lengua en mi boca, yo era inexperta besando, pero él era un gran maestro y me deje hacer, su otra mano subió raspando por toda mi espalda, me sujetó suavemente del cabello y me jaló la cabeza hacia atrás con mucha suavidad, empezó a besar mi cuello, atrás de mis orejas, me daba besos fuertes, me succionaba, me olfateaba, se detuvo al llegar a mi pecho para contemplarlo, no lo beso, lo admiraba con devoción, pude notar que en algún momento, sin darme cuenta, había separado un poco mis piernas para recibir sus caricias… y papá estaba tocándome, me libre como pude…papá se asustó un momento, pensando que estaría enfadada, lentamente deslice mi blusa por encima de mí y me la saqué ante sus ojos…… ahí estaba su hija, desnuda de la cintura para arriba, de pie frente a él, los pezones excitadísimos, mis pechos subían y bajaban con mi agitada respiración, metió sus manos bajo mis brazos, en mis axilas… y me jaló hacia él, restregó su cara en mis pechos, su bigote me picaba delicioso. Papá olía a sudor ya que yo no le había dado tiempo a bañarse, tenía un muy fuerte olor a macho que extrañamente me seducía, contrastaba con mi cuerpo que estaba limpio fresco y delicadamente perfumado; éramos tan diferentes…papá me restregaba contra sí mismo, sumergió su nariz en mis axilas y me olfateaba como un animal, sintiendo todo tipo de olores que le idiotizaban, mis ojos estaban cerrados, disfrutando su vigor de hombre, parecía una muñequita entre sus grandes y velludos brazos, y finalmente empezó a comerse mis senos vírgenes con avidez, con hambre, se apoderaba de mis pezones con los labios y los estimulaba, los besaba, pasaba de uno a otro alternadamente, yo estaba afianzada de sus fuertes hombros para resistir su embestida, soltó mis costados y sus manos bajaron hasta mis pantorrillas, acariciando mis talones y la parte de atrás de mis rodillas, me frotaba haciéndome enloquecer, sus manos seguían subiendo por atrás de mis piernas, una mano en cada pierna, las separe para que pudiera acariciar la parte interna, ya estaba llegando a mis nalgas…pero lo hizo por debajo de la falda, flexioné hacia atrás la espalda de placer, él lo sintió y empezó a masajear, a estrujar, tocó la tela de mis escasas bragas, las acarició, estaban mojadas, sentí sus dedos acariciando mis labios femeninos por encima de la tela, gemí, él continuó, no resistí mas, y apoyé todo mí cuerpo encima de él, sentí que intentaba hacer un lado mis bragas, pero eran muy ajustadas, levanté el trasero para facilitarle su labor y empecé a acariciar su espalda con las uñas para incitarlo, finalmente logro apartarlas, y sentí sus manos recorrer desde atrás mi sexo desnudo, acariciar mis labios, distribuir toda aquella humedad, presionar suave en la entrada de mi vagina, sentí que con mis fluidos humedeció uno de sus dedos, y lo coloco en mi entrada, moviéndolo en círculos, frotándolo alrededor, dudoso, empujé levemente hacia atrás y sentí que se introdujo una pequeña parte de su dedo en mi vagina, emití un gemido, empecé a mover lentamente las caderas , y el hizo lo demás, introduciendo el resto del dedo hasta donde pudo, sentí rasgarse algo en mi y una pequeña punzada, sobresaltada hice un movimiento involuntario…después sentí algo tibio, no hubo dolor ni sangre; el fue paciente y me dio tiempo, después, cuando recomencé a mover mis caderas él empezó a explorar en mi interior, giré la cara y miré hacia atrás de mi, a mi trasero, solo lograba ver como aquella tosca mano desaparecía entre mis preciosas nalgas, no resistí mucho tiempo y alcancé un orgasmo avasallador, el me dio un descanso sin sacar su mano de mi, beso mis labios, le correspondí con pasión mis líquidos resbalaban por mis piernas, le dije con voz muy baja y entrecortada, la única que logre emitir… “papá, llévame a la sala, por favor”
El me besó los labios de nuevo y empezó a conducirme a la sala lentamente, rodeando mi cintura con el brazo, pero nunca saco aquel dedo de mi vagina, tirando de mi cola ligeramente hacia arriba, me forzaba a levantarla, aquel era un abrazo muy indecente, pero viniendo del ser amado, no me molestaba en lo más mínimo, vanidosa caminé ligeramente más adelante de él, para que pudiera observarme así, meneé mucho las caderas, el liberó su miembro en el camino y lo acarició vigorosamente durante el trayecto, llegando a la sala, me acomodé en el sofá, descansando sobre mis rodillas y codos, ofreciéndole una esplendida visión de mi trasero desnudo, él se bajo el pantalón con la mano libre, y no sacó su dedo hasta que se acomodó detrás y su pene estuvo listo para entrar en mi, y ahí dio inicio la segunda parte de nuestro encuentro incestuoso…
Papá me hizo suya, me penetró vigorosamente, pero con mucho amor, fueron momentos de entrega total, nos olvidamos en esos instantes de parentescos y edades, solo éramos un hombre y una mujer sellando un pacto, un pacto de amor, de complicidad… y de mucha discreción. El me sujetaba de las caderas mientras me embestía con potencia, bufaba como un toro, de cuando en cuando yo miraba hacia atrás tratando de ver la escena, era difícil por el movimiento, nuestras miradas se cruzaban, papá estiraba la mano sin detenerse, y amorosamente me acomodaba el cabello que cubría mis ojos, secaba mi sudor, yo le miraba agradecida y el sonreía, cerraba los ojos y sin sentimientos de culpa, me embestía con su gran miembro …era demasiado placer como para soportar mucho tiempo, después, de un rato sentí un segundo orgasmo, gemí muy alto y tensé los músculos, el sonrió, pero no se detuvo, su movimiento se hizo más rápido, no más de un minuto, sus manos me sujetaron fuerte y me jalaron hacia él, enterrándome su sexo hasta el fondo y deteniéndome en seco, yo lo miraba orgullosa de mi, él ya no me movía, solo empujaba todo lo que podía, hasta que sentí un abundante liquido caliente inundarme por dentro, oleada tras oleada, fueron varios chorros, al final, se inmovilizo y lentamente fue empujando y nos dejamos caer sobre el sofá, su sexo palpitaba en mi interior, agotados, dichosos, el cargó su propio peso con sus brazos para no sofocarme, yo cerré los ojos y acomodé mi mejilla en la almohada del sofá, el rostro de mi padre estaba justo detrás del mío, y susurró en mi oreja… “perdóname, no pude evitarlo”, sin abrir los ojos, disfrutando de ese momento de sinceridad le dije “papá, yo lo deseaba, y estoy segura de que yo lo provoqué…no te disculpes” entonces dijo, “no debí terminar en ti, es riesgoso”, excitada como estaba no había reparado en eso, el prosiguió “mañana cuando despiertes encontrarás una pastilla sobre la mesa, en la cocina, no olvides tomarla por favor”… “no papá, lo que tu digas”, después el comenzó a juguetear con mis aretes, disfrutando de verme sonreír con los ojos cerrados, me daba besitos en mi hombro, acariciaba la comisura de mis labios con un dedo y me dijo “me haces muy feliz, soy muy dichoso de tener una hija tan cariñosa como tú”, entonces abrí los ojos y mirándolo le dije, “yo te quiero mucho papá, te necesito…y seré tuya, si tú me quieres” entonces mirándome muy firme me dijo “te quiero bebé, pero lo que siento por ti, no es aceptable para la gente normal” respondí seductora “yo no soy normal, papito…soy especial ¿recuerdas? Tú lo dijiste en la mañana” con un brillo de felicidad en la mirada juró “nunca te dejaré bebé, aquí estaré a tu lado mientras tú me quieras”. Sellamos aquel pacto con un beso de amantes.
Después al levantarnos, abundantes líquidos empezaron a escurrir de entre mis piernas, producto de mi orgasmo y de su eyaculación, él me cedió el baño y me bañe feliz de estar lavando los rastros de mi padre en mi cuerpo, cuando salí, lo hice con la bata de dormir que él me había comprado, me contempló dijo que me veía hermosa, le dije que la tela se sentía sensacional y le dije “tócala”, deslizó sus manos desde el talle hasta mis caderas por encima de la tela, me paré en las puntas de los dedos y le di un beso en los labios, y me retiré, el entró a bañarse, cuando terminó, se dirigió a mí cuarto para darme las buenas noches, pero no me encontró, me buscó por toda la casa sin éxito, al abrir la puerta de su cuarto me encontró, estaba en su cama bajo las sabanas, sonriéndole, le dije que quería dormir con él, asintió, levantó la sábana para meterse también y advirtió que me encontraba totalmente desnuda, se acostó, y me acomodé en su pecho, enredamos nuestras piernas y acercamos nuestros sexos, papá deslizó sus manos por mis caderas y jugueteaba con ellas, yo no dejaba de darle besitos en el tórax, mis pechos desnudos en su pecho, estuvimos acariciándonos por un buen rato, haciéndonos cariñitos, él sueño me venció primero, no se a que hora.
Esto sucedió el mismo día en que mi madre nos dejó a solas, solo necesité de un día para enamorar a mi padre, tal vez él me deseaba desde hacía tiempo….no lo sé.
Al despertar era domingo, él no estaba, me levanté y fui a la cocina, ahí estaba una píldora, y una nota diciendo que había ido por el auto.
Durante esa semana, nos la pasamos como recién casados, jugando, comprábamos comida hecha, nos íbamos, yo a la escuela y el al trabajo, y regresábamos ansiosos de volver a estar juntos, me hizo el amor a diario, me enseñó diferentes formas de darle placer, y me lo dio a mí de muchas maneras diferentes, sin excepción todas las noches dormimos juntos, desnudos, a veces en el cuarto de ellos, a veces en el mío, los días pasaron, papá dijo que haría un viaje muy rápido, volvería al día siguiente, y ahora sí, me explicó los motivos con lujo de detalles, yo no podía ir ya que tenía examen al día siguiente, estaría sola un día nada más, asentí diciéndole que no se preocupara, y se marchó.
Esa tarde salía de un largo baño, emperifollada y sintiéndome sexy, quedé pasmada cuando me hallé de frente a mi madre, ella me encontró, vestida como estaba, con toda esa ropa tan atrevida y nueva, que ella no me había comprado, no supe que decir, ella reaccionó y me dijo, “ay mi amor, disculpa por este susto que te di, quise avisarte que venía pero el teléfono ha estado ocupado hace más de una semana”, miré a la sala y advertí que en efecto el aparato estaba descolgado, ya que mi padre y yo nos habíamos amado en ese lugar y debimos haberlo golpeado, noté que ella salía del cuarto de mis padres, había entrado a dejar su maleta, había prendas mías entre las sabanas y en el suelo, pero ella no dijo nada al respecto, titubeante, con el alma en un hilo como un moribundo me preguntó “¿y …tu padre?” tartamudeé al principio, y respondí ” se fue…ya sabes adonde”
Su semblante se derrumbaba, y yo proseguí, pero ahora con seguridad y con voz de triunfo “dijo que necesitaba ver a cierta persona, para hablar, y terminar con ella”, mi madre escuchó aquello y volvió a brillar su rostro, me estrechó muy fuerte, en silencio, solo dijo “gracias al cielo”, sin soltarme me preguntó si había cenado, dije que no, entonces me dijo en un tono extraño, “hija, la casa está…un poco desordenada, ¿me ayudas con eso mientras te hago de cenar?” le dije “si mamá, te amo”… “yo también mi cielo, anda empieza”, nos soltamos y ella se metió a la cocina, yo entré al cuarto de ellos y recogí toda mi ropa, y me la llevé a mi cuarto.
Papá volvió y tuvo una larga plática con mi madre, no sé que cuentos haya inventado, mamá se los aceptó, sin complicaciones…nunca volvió a escucharse en casa la palabra divorcio. Hasta el día de hoy la familia sigue unida.
Mamá jamás me preguntó, que había hecho durante su ausencia, tampoco cuestiona el hecho de que muy frecuentemente mi padre me compra ropa, aunque toda sea muy atrevida.
Mamá trabaja, lo que me permite estar a solas con papá, cuando él no se encuentra de viaje, mantenemos nuestra incestuosa relación hasta la fecha, muy frecuentemente salimos solos a pasear como si fuéramos novios, yo le pregunto que desea que me lleve puesto, siempre dispuesta a complacerlo con lo que elija, sin importar lo incomodo o comprometedor que pueda ser, a veces me lleva a cenar o a bailar, y siempre al final, terminamos en algún hotel donde me hace el amor larga y deliciosamente, yo participo entusiasta y dichosa de recibir su hombría, soy más que su amante…soy la mujer de mi propio padre…fin.
2 comentarios - Historia erotica vale la pena