Bueno, les dejo la segunda parte de mi relato, para los que recien ven este les recomiendo empezar por leer la parte 1
http://www.poringa.net/posts/relatos/1363682/Los-chicos-y-yo.html
Es mejor para entender lo que sigue, les agradezco a todos los que me leen y me dan tanto aliento, los ptos, los comentarios y los pms. De a poco estoy leyendo lo que hay en P! ya que los relatos me encantan, y realmente hay cositas deliciosas para calentarse. Muchos besos a todos!!!!!!!
Los chicos y yo II
Cuando volví a la casa esa noche no había nadie, pero era entendible, era viernes. Seguramente mis chicos habrían salido, si, mis chicos, luego de la noche anterior así los llamaba en mi cabeza. No pude evitar sentirme un poquito desilusionada pero enseguida me saqué esas tonterías de la cabeza. Habían sido unos días de locura, tanto en el trabajo como en lo personal, realmente me vendría bien un rato sola. Me cambié y baje a comer algo, al llegar a la cocina vi una nota pegada en la heladera.
“Tenemos una fiesta, no sabemos a qué hora volvemos”
-Qué considerados, hasta me avisan…
Me preparé algo livianito de comer y procedí a sentarme frente a la tele pensando pasar una noche de viernes de lo más tranquila. Realmente estaba muy cansada y la tele más aburrida que de costumbre ya que casi inmediatamente me quedé dormida en el sofá, para colmo solo llevaba puesta la tanguita ni una remera tenía, porque como los chicos iban a tardar mi idea era irme a la cama antes que llegaran. No los escuché entrar, tan profundamente dormida estaba, es más, estaba soñando con ellos y pequeños gemidos de placer se escapaban de mis labios entre sueños y mi mano entre mis piernas se movía lentamente, soñadoramente.
Los cuatro entraron a la casa, bastante tomados, tratando de no hacer ruido y por ende haciendo bastante lio, mandándose a callar entre ellos y riéndose tontamente. Uno de ellos notó la televisión prendida y al acercarse a apagarla se quedó helado.
-Uffff –susurró- Vengan rápido!!!
Los otros tres se acercaron y quedaron duros al ver la imagen del sillón, una mujer solo en su bombachita diminuta, profundamente dormida, tocándose y gimiendo. Uno de ellos no pudo resistirse, se acercó y con infinita suavidad para no despertarme comenzó a acariciar mi pecho, cuando sus dedos tocaron mi pezón endurecido mi espalda se arqueó invitando a mas caricias, y mis labios se abrieron en un gemido delicioso y mi respiración comenzó a agitarse. No pudo resistirse y ante la mirada atónita de sus amigos, abrió sus pantalones con una sola mano sin dejar nunca de acariciarme y sacó su verga erecta. Muy despacio la fue metiendo en mi boca entreabierta.
-Que hacés!!!-Le susurró otro- La vas a despertar
-Que se despierte, quien me quita lo bailado, anoche esta me dejó con la calentura de mi vida, ahora me voy a desquitar.
Y comenzó a mover su pija en mi boca, despacio muy despacio. Entre sueños, caliente como estaba, mis labios se cerraron sobre su miembro duro como roca y comencé a chuparlo. Envalentonado por mi actitud, comenzó a moverse más rápido, los demás viendo que su amigo estaba pasándola fantástico mientras ellos solo miraban decidieron arriesgarse también. Uno se agachó de un lado y retirando la mano de su amigo comenzó a chuparme el pezón, otro repitió lo mismo con mi otro pecho y el que quedaba se ubicó entre mis piernas y delicadamente fue metiendo su dedo dentro mío. Mi conchita estaba tan húmeda, tan caliente, tan deseosa que pronto fueron dos los dedos que entraban y salían. Yo aún dormida, estaba sobrepasada de sensaciones, la pija que tenía en la boca ahogaba mis gritos de placer, claro que en mi cabeza yo estaba soñando y de lo más exquisito, tanto que un orgasmo riquísimo recorrió mi cuerpo, haciéndome temblar de placer y llenar de líquidos la mano de quien se encontraba entre mis piernas. Y me desperté, confundida entre sensaciones de placer infinito abrí mis ojos y me encontré con cuatro muchachitos que me miraban aterrados. Toda la valentía de hace unos momentos se les había ido al ver que yo reaccionaba.
Yo no estaba del todo despierta y todo lo que había pasado el día anterior mas lo de recién, me tenía caliente como perra en celo, y cualquier duda o resabio de pudor que me pudiera quedar se fue al demonio borrado de mi mente totalmente por las ganas de tenerlos a los cuatro para mi, por la necesidad imperiosa de que me poseyeran, me cogieran sin miramientos ni cuidados. Quería, necesitaba que me usaran como a una puta cualquiera y saciaran su sed conmigo.
Quería sexo sucio, prohibido y salvaje, y lo iba a tener, sin arrepentimientos ni dudas. Para hacerlos entender, para que vieran cuanto quería que siguieran comencé a chupar nuevamente la verga que aun seguía en mi boca, esta vez clavando mis ojos en su dueño, mientras con mi cadera me movía sobre los dedos que aun penetraban mi vulva empapada. Bajé mis manos y comencé a acariciar los bultos duros en los pantalones de quienes atendían mis pechos, mis piernas se abrieron aún mas para dar más acceso a esos dedos deliciosos que ya me estaban perforando con renovada energía.
Sin dejar de comerse mis pezones, los dos a mis costados, abrieron sus pantalones y sacaron dos vergas a cual más rica y dura, mis manos se cerraron sobre ellas. Mi cuerpo estaba hambriento, sentí como retiraban los dedos de mi conchita y arrancaban mi tanguita para meter sin delicadezas y hasta el fondo de un solo movimiento una ricura de pija, grité de placer cuando llegó hasta el fondo de mí sin cuidado alguno. Pero no me permitieron distraer mi boca de su tarea, el dueño del miembro que estaba chupando tomó mi cabeza con ambas manos para obligarme a ir mas adentro. Esto era lo que yo quería, lo que yo puta y suciamente deseaba.
Iba a acabar otra vez, era demasiado placer acumulado en cada fibra de mi cuerpo, y exploté de nuevo bañando de mis jugos la pija que me perforaba, entonces como en un acuerdo tácito entre ellos, sin darme tiempo a reaccionar, cambiaron lugares, yo no terminaba de salir de un orgasmo que ya tenía otro penetrándome hasta la locura, llevándome de nuevo al pico una y otra vez. Jamás en mi vida había gozado de esa manera, mi cuerpo estaba mas allá, no tenía sangre, tenía fuego en mis venas, y no había orgasmo que alcanzara a saciar el hambre que tenía de esos cuerpos que sin descanso abusaban de cada rincón de mi piel.
Era increíble como sin siquiera hablarse parecían saber exactamente que hacer cada uno, en un momento me levantaron del sofá. Uno de ellos se sentó y tomándome de la cintura me giró para que quedara dándole la espalda, aprovechando la cantidad de líquido que había en mi conchita y que se chorreaba por mis piernas y mi cola, definitivamente cualquier lubricante estaba de más, muy despacio me fue sentando en su verga. Mi colita se fue abriendo dando la bienvenida a la deliciosa intrusión. Ufffff con lo que a mí me gusta que me hagan la cola, no tuve ningún cuidado y mientras él trataba de entrar despacio, yo me clavé hasta el fondo. Arqueándome de placer al sentir como me llenaba, pero eso no era todo, no me dejarían así como así.
El segundo se posicionó entre mis piernas y para mi placer absoluto comenzó a penetrar mi conchita. Arrodillado delante de mí, ambos siguiendo el mismo ritmo, nunca imaginé algo así, placer absoluto, estaba llena hasta el límite y me abría mas y mas aun, buscando hambrientamente que siguieran clavándose hasta el fin de mis entrañas. En cada costado una verga empapada de mis jugos pedía la atención de mi boca.
Mientras montaba enloquecidamente a quien me daba sin misericordia por el culito y buscaba desesperada que me partieran la conchita, con mis manos estimulaba a los dos a mis contados, turnando mi boca entre uno y otro. Chupando esos miembros deliciosos para que se mantuvieran listos para su turno. Podía sentir mi cuerpo llevado al límite, más allá de cualquier dolor, solo sentía placer total y absoluto. Casi sin aviso, literalmente como una explosión de sensaciones un orgasmo descomunal sacudió todo mi cuerpo. Las convulsiones de mi conchita y mi cola fueron demasiado para que resistieran quienes estaban en mí y se fueron conmigo, llenándome de deliciosa lechita, que se chorreaba por mis piernas mezclándose con mi propio orgasmo.
Pero aun no todos había terminado, mientras aun estaba perdida en mi placer. Me pararon. Dos manos fuertes tomaron mi cabeza haciendo que me agachara sin doblar las piernas. Pude sentir como nuevamente me llenaban la cola, tomándome de la cintura, clavándome hasta el fondo. Mientras mi boca nuevamente tenía una misión. Mientras me taladraban el culito, la leche chorreaba por mis piernas y yo chupaba la pija que tenía en la boca, dos manos fuertes empujaban mi cabeza para que llegara al fondo de mi garganta. Ya era una locura, los otros dos agotados estaban sentados en el sillón mientras yo no sabía cuánto más resistiría mi cuerpo, pero estaba más que dispuesta a probar esos límites. La manera en que estaba abusando de mi cola no tenía nombre, bueno si lo tenía…. Exquisito.
Podía escuchar el golpe piel con piel cada vez que su cadera entraba en contacto con mis glúteos. Sus manos fuertes aprisionaban mi cintura para empujarme más aún, el ritmo subía, cada vez más fuerte me penetraban por ambos extremos. No creí posible que existiera un orgasmo como el que comenzó a recorrerme, no sé si es porque estaba ya extremadamente sensible a los estímulos, o porque simplemente cada nervio de mi cuerpo estaba vibrando al unísono de placer absoluto pero juro que duró varios minutos. Mientras se venían en mi boca, llenando mi garganta de leche al punto que no me alcanzaba la lengua para beberla toda, saciándome de delicioso néctar. Mi culito una vez más recibía también la descarga final. Y yo con cada músculo de mi cuerpo en tensión absoluta, en placer total, me vine con ellos, convulsionando literalmente de placer hasta que mis rodillas se doblaron y si no me sostenían hubiera colapsado en el piso.
Durante varios minutos quedamos los 5 desparramados sobre el sillón, una mano dulcemente acariciaba mi cabello. Tratábamos de recuperar la cordura, el control de nuestros cuerpos. Finalmente pude juntar suficiente fuerza para decir.
-Creo que mi hermano no debería enterarse de esto….
La respuesta fueron varias carcajadas cansadas.
-Lástima que vuelva tan pronto- Dijo uno de ellos.
-Recuerda, que en unos días estará mi departamento… y yo vivo sola.
No tenía fuerzas para levantar mi cabeza y mirarlos pero pude sentir las sonrisas que se dibujaban en sus caras, realmente sería una temporada más que interesante la que pasaría en esta ciudad.
Espero que les haya gustado, de nuevo dejo besos para todos y para todas, hasta que nos leamos en alguna próxima locura
MUaaaaaaaaaaaaaaaccccccccckssssssssssssssssssssssss
http://www.poringa.net/posts/relatos/1363682/Los-chicos-y-yo.html
Es mejor para entender lo que sigue, les agradezco a todos los que me leen y me dan tanto aliento, los ptos, los comentarios y los pms. De a poco estoy leyendo lo que hay en P! ya que los relatos me encantan, y realmente hay cositas deliciosas para calentarse. Muchos besos a todos!!!!!!!
Los chicos y yo II
Cuando volví a la casa esa noche no había nadie, pero era entendible, era viernes. Seguramente mis chicos habrían salido, si, mis chicos, luego de la noche anterior así los llamaba en mi cabeza. No pude evitar sentirme un poquito desilusionada pero enseguida me saqué esas tonterías de la cabeza. Habían sido unos días de locura, tanto en el trabajo como en lo personal, realmente me vendría bien un rato sola. Me cambié y baje a comer algo, al llegar a la cocina vi una nota pegada en la heladera.
“Tenemos una fiesta, no sabemos a qué hora volvemos”
-Qué considerados, hasta me avisan…
Me preparé algo livianito de comer y procedí a sentarme frente a la tele pensando pasar una noche de viernes de lo más tranquila. Realmente estaba muy cansada y la tele más aburrida que de costumbre ya que casi inmediatamente me quedé dormida en el sofá, para colmo solo llevaba puesta la tanguita ni una remera tenía, porque como los chicos iban a tardar mi idea era irme a la cama antes que llegaran. No los escuché entrar, tan profundamente dormida estaba, es más, estaba soñando con ellos y pequeños gemidos de placer se escapaban de mis labios entre sueños y mi mano entre mis piernas se movía lentamente, soñadoramente.
Los cuatro entraron a la casa, bastante tomados, tratando de no hacer ruido y por ende haciendo bastante lio, mandándose a callar entre ellos y riéndose tontamente. Uno de ellos notó la televisión prendida y al acercarse a apagarla se quedó helado.
-Uffff –susurró- Vengan rápido!!!
Los otros tres se acercaron y quedaron duros al ver la imagen del sillón, una mujer solo en su bombachita diminuta, profundamente dormida, tocándose y gimiendo. Uno de ellos no pudo resistirse, se acercó y con infinita suavidad para no despertarme comenzó a acariciar mi pecho, cuando sus dedos tocaron mi pezón endurecido mi espalda se arqueó invitando a mas caricias, y mis labios se abrieron en un gemido delicioso y mi respiración comenzó a agitarse. No pudo resistirse y ante la mirada atónita de sus amigos, abrió sus pantalones con una sola mano sin dejar nunca de acariciarme y sacó su verga erecta. Muy despacio la fue metiendo en mi boca entreabierta.
-Que hacés!!!-Le susurró otro- La vas a despertar
-Que se despierte, quien me quita lo bailado, anoche esta me dejó con la calentura de mi vida, ahora me voy a desquitar.
Y comenzó a mover su pija en mi boca, despacio muy despacio. Entre sueños, caliente como estaba, mis labios se cerraron sobre su miembro duro como roca y comencé a chuparlo. Envalentonado por mi actitud, comenzó a moverse más rápido, los demás viendo que su amigo estaba pasándola fantástico mientras ellos solo miraban decidieron arriesgarse también. Uno se agachó de un lado y retirando la mano de su amigo comenzó a chuparme el pezón, otro repitió lo mismo con mi otro pecho y el que quedaba se ubicó entre mis piernas y delicadamente fue metiendo su dedo dentro mío. Mi conchita estaba tan húmeda, tan caliente, tan deseosa que pronto fueron dos los dedos que entraban y salían. Yo aún dormida, estaba sobrepasada de sensaciones, la pija que tenía en la boca ahogaba mis gritos de placer, claro que en mi cabeza yo estaba soñando y de lo más exquisito, tanto que un orgasmo riquísimo recorrió mi cuerpo, haciéndome temblar de placer y llenar de líquidos la mano de quien se encontraba entre mis piernas. Y me desperté, confundida entre sensaciones de placer infinito abrí mis ojos y me encontré con cuatro muchachitos que me miraban aterrados. Toda la valentía de hace unos momentos se les había ido al ver que yo reaccionaba.
Yo no estaba del todo despierta y todo lo que había pasado el día anterior mas lo de recién, me tenía caliente como perra en celo, y cualquier duda o resabio de pudor que me pudiera quedar se fue al demonio borrado de mi mente totalmente por las ganas de tenerlos a los cuatro para mi, por la necesidad imperiosa de que me poseyeran, me cogieran sin miramientos ni cuidados. Quería, necesitaba que me usaran como a una puta cualquiera y saciaran su sed conmigo.
Quería sexo sucio, prohibido y salvaje, y lo iba a tener, sin arrepentimientos ni dudas. Para hacerlos entender, para que vieran cuanto quería que siguieran comencé a chupar nuevamente la verga que aun seguía en mi boca, esta vez clavando mis ojos en su dueño, mientras con mi cadera me movía sobre los dedos que aun penetraban mi vulva empapada. Bajé mis manos y comencé a acariciar los bultos duros en los pantalones de quienes atendían mis pechos, mis piernas se abrieron aún mas para dar más acceso a esos dedos deliciosos que ya me estaban perforando con renovada energía.
Sin dejar de comerse mis pezones, los dos a mis costados, abrieron sus pantalones y sacaron dos vergas a cual más rica y dura, mis manos se cerraron sobre ellas. Mi cuerpo estaba hambriento, sentí como retiraban los dedos de mi conchita y arrancaban mi tanguita para meter sin delicadezas y hasta el fondo de un solo movimiento una ricura de pija, grité de placer cuando llegó hasta el fondo de mí sin cuidado alguno. Pero no me permitieron distraer mi boca de su tarea, el dueño del miembro que estaba chupando tomó mi cabeza con ambas manos para obligarme a ir mas adentro. Esto era lo que yo quería, lo que yo puta y suciamente deseaba.
Iba a acabar otra vez, era demasiado placer acumulado en cada fibra de mi cuerpo, y exploté de nuevo bañando de mis jugos la pija que me perforaba, entonces como en un acuerdo tácito entre ellos, sin darme tiempo a reaccionar, cambiaron lugares, yo no terminaba de salir de un orgasmo que ya tenía otro penetrándome hasta la locura, llevándome de nuevo al pico una y otra vez. Jamás en mi vida había gozado de esa manera, mi cuerpo estaba mas allá, no tenía sangre, tenía fuego en mis venas, y no había orgasmo que alcanzara a saciar el hambre que tenía de esos cuerpos que sin descanso abusaban de cada rincón de mi piel.
Era increíble como sin siquiera hablarse parecían saber exactamente que hacer cada uno, en un momento me levantaron del sofá. Uno de ellos se sentó y tomándome de la cintura me giró para que quedara dándole la espalda, aprovechando la cantidad de líquido que había en mi conchita y que se chorreaba por mis piernas y mi cola, definitivamente cualquier lubricante estaba de más, muy despacio me fue sentando en su verga. Mi colita se fue abriendo dando la bienvenida a la deliciosa intrusión. Ufffff con lo que a mí me gusta que me hagan la cola, no tuve ningún cuidado y mientras él trataba de entrar despacio, yo me clavé hasta el fondo. Arqueándome de placer al sentir como me llenaba, pero eso no era todo, no me dejarían así como así.
El segundo se posicionó entre mis piernas y para mi placer absoluto comenzó a penetrar mi conchita. Arrodillado delante de mí, ambos siguiendo el mismo ritmo, nunca imaginé algo así, placer absoluto, estaba llena hasta el límite y me abría mas y mas aun, buscando hambrientamente que siguieran clavándose hasta el fin de mis entrañas. En cada costado una verga empapada de mis jugos pedía la atención de mi boca.
Mientras montaba enloquecidamente a quien me daba sin misericordia por el culito y buscaba desesperada que me partieran la conchita, con mis manos estimulaba a los dos a mis contados, turnando mi boca entre uno y otro. Chupando esos miembros deliciosos para que se mantuvieran listos para su turno. Podía sentir mi cuerpo llevado al límite, más allá de cualquier dolor, solo sentía placer total y absoluto. Casi sin aviso, literalmente como una explosión de sensaciones un orgasmo descomunal sacudió todo mi cuerpo. Las convulsiones de mi conchita y mi cola fueron demasiado para que resistieran quienes estaban en mí y se fueron conmigo, llenándome de deliciosa lechita, que se chorreaba por mis piernas mezclándose con mi propio orgasmo.
Pero aun no todos había terminado, mientras aun estaba perdida en mi placer. Me pararon. Dos manos fuertes tomaron mi cabeza haciendo que me agachara sin doblar las piernas. Pude sentir como nuevamente me llenaban la cola, tomándome de la cintura, clavándome hasta el fondo. Mientras mi boca nuevamente tenía una misión. Mientras me taladraban el culito, la leche chorreaba por mis piernas y yo chupaba la pija que tenía en la boca, dos manos fuertes empujaban mi cabeza para que llegara al fondo de mi garganta. Ya era una locura, los otros dos agotados estaban sentados en el sillón mientras yo no sabía cuánto más resistiría mi cuerpo, pero estaba más que dispuesta a probar esos límites. La manera en que estaba abusando de mi cola no tenía nombre, bueno si lo tenía…. Exquisito.
Podía escuchar el golpe piel con piel cada vez que su cadera entraba en contacto con mis glúteos. Sus manos fuertes aprisionaban mi cintura para empujarme más aún, el ritmo subía, cada vez más fuerte me penetraban por ambos extremos. No creí posible que existiera un orgasmo como el que comenzó a recorrerme, no sé si es porque estaba ya extremadamente sensible a los estímulos, o porque simplemente cada nervio de mi cuerpo estaba vibrando al unísono de placer absoluto pero juro que duró varios minutos. Mientras se venían en mi boca, llenando mi garganta de leche al punto que no me alcanzaba la lengua para beberla toda, saciándome de delicioso néctar. Mi culito una vez más recibía también la descarga final. Y yo con cada músculo de mi cuerpo en tensión absoluta, en placer total, me vine con ellos, convulsionando literalmente de placer hasta que mis rodillas se doblaron y si no me sostenían hubiera colapsado en el piso.
Durante varios minutos quedamos los 5 desparramados sobre el sillón, una mano dulcemente acariciaba mi cabello. Tratábamos de recuperar la cordura, el control de nuestros cuerpos. Finalmente pude juntar suficiente fuerza para decir.
-Creo que mi hermano no debería enterarse de esto….
La respuesta fueron varias carcajadas cansadas.
-Lástima que vuelva tan pronto- Dijo uno de ellos.
-Recuerda, que en unos días estará mi departamento… y yo vivo sola.
No tenía fuerzas para levantar mi cabeza y mirarlos pero pude sentir las sonrisas que se dibujaban en sus caras, realmente sería una temporada más que interesante la que pasaría en esta ciudad.
Espero que les haya gustado, de nuevo dejo besos para todos y para todas, hasta que nos leamos en alguna próxima locura
MUaaaaaaaaaaaaaaaccccccccckssssssssssssssssssssssss
6 comentarios - Los chicos y yo II
Excelente final de relato...
Cuando quieras podes quedarte unos dias en casa...!!!! Jajajaj
Gracias por compartir.
Salu2.