Holaaaa P! aca estoy estrenando mi rango de NFU... muchas gracias a todos los que leyeron mis relatos y dejaron puntos, para festejar les dejo uno nuevo... Espero lo disfruten, besos húmedos para todos!!!!!!
Los chicos y yo
El taxi avanzaba rápidamente por la ciudad, no veía la hora de llegar a casa de mi hermano menor. El viaje en avión me había agotado, había sido transferida por mi empresa para hacerme cargo de la organización de una nueva sucursal pero mi departamento aún no estaba listo por lo que le había pedido a mi hermano me diera refugio por un par de días. Él se había mudado a la capital para estudiar y con 4 amigos mas alquilaban un caserón antiguo en una zona muy agradable. Lástima que él no estaría, tenía muchas ganas de verlo pero se había tomado unos días con su novia en la costa. Igualmente yo al menos estaría 6 meses en la ciudad asi que seguro nos veríamos seguido. Me dijo que usara su habitación con confianza que ya había consultado con sus compañeros y no había problemas. Yo no conocía a sus amigos, le llevaba 12 años a mi hermanito, el 19 y yo 31, cuando ya me mudé a vivir sola él era tan solo un niño y mi carrera me obligaba a viajar mucho por lo que no conocía bien a sus amistades. Pero bueno la casa de mi hermano era mejor que un hotel y que daño podían hacer cuatro jovencitos. Solo era por unos días.
Llegué a la dirección, le pedí al chofer que bajara mis valijas y toqué timbre. Un muchacho alto y muy guapo se acercó a abrir.
-Aaah vos sos la hermana de Martín, pasá.
-Gracias, espero no molestarlos.
-No pasa nada, aunque debo decir que estoy sorprendido
Para esta altura ya estábamos en el living y 3 muchachos mas estaban jugando con una Play Station, no se dieron vuelta a mirarme. Contestaron mi saludo sin despegar los ojos de la pantalla.
-Sorprendido por qué?-pregunté
-Porque Martín dijo que venía su hermana mayor pero nunca nos dijo que tenía semejante hermana.
Ahí los que estaban jugando se dieron vuelta automáticamente a mirarme y por sus caritas creo que les gustó lo que vieron a pesar que estaba toda desarreglada por el largo viaje.
Pude sentir sus miradas recorriéndome y bueno tengo que admitir que a esta edad estoy en mi mejor momento, cuido mucho mi físico y no tengo nada que envidiar a ninguna mujer más joven que yo.
-Me ayudan a subir las valijas?
Fue muy gracioso como los cuatro se apresuraron a ayudarme, subieron la escalera detras mío y podía sentir sus miradas clavarse en mi dura colita, para colmo para viajar cómoda me había puesto ropa deportiva y como las calzas que usaba eran blancas… no tenía bombacha.
-Es aquí- me dijo el que me había abierto la puerta.
-Muchas gracias chicos, ya puedo arreglarme sola.
Entre a la habitación y mientras cerraba la puerta pude ver como bajaban la escalera, dándose golpes y riéndose entre ellos.
-Jajjaj Niños! – Pensé, mientras recorría el amplio cuarto y acomodaba mis cosas. Al rato me preguntaron a los gritos si iba a cenar, les agradecí pero estaba demasiado cansada, me di una larga ducha y me acosté a dormir. Antes de meterme a la cama me agarró una duda, odio usar ropa en la cama, normalmente duermo desnuda pero como no estaba en mi casa no sabía qué hacer. Finalmente decidí dormir como a mí me gusta al fin y al cabo no saldría de la habitación así. Hacía mucho calor pero estaba agotada y no tardé en quedarme profundamente dormida.
A la mañana siguiente nos encontramos todos temprano en la cocina para desayunar, fue un desayuno muy entretenido y finalmente cada uno partió a su Universidad y yo a mi trabajo.
Volví tarde, la apertura iba a llevar más trabajo del que esperaba , la cena ya casi estaba lista y me invitaron a acompañarlos.
-En un minuto chicos, déjenme ponerme algo más cómodo.
Subí a la habitación y me dio la impresión que alguien había estado ahí, las cosas no estaban exactamente donde yo las había dejado y observando con cuidado pude ver muy bien escondida entre los libros de la biblioteca una diminuta cámara.
-Aaaahhh mira vos los chicos, qué pícaros. Mmmmm ya veremos qué hacemos con esto.
Comimos y charlamos bastante, de mi trabajo, de sus futuras carreras, se desvivían por atenderme eran muy dulces. Y porque no decirlo, muy lindos… Hacía mucho que no tenía un hombre y ver esos cuerpos jóvenes y firmes me estaba tentando… mucho.
Finalmente nos retiramos a descansar, mientras entraba a la habitación no pude menos que notar que ellos iban todos al cuarto de uno, ante mi mirada extrañada nerviosamente me contestaron que tenían que estudiar.
Les sonreí y entre al cuarto, prepare mis cosas y fui a ducharme. Al volver a la habitación, sabía que debían estarme mirando por la camarita. Que haría? Lo pensé y… ellos no podían admitir que me miraban y la verdad el hecho de saber que del otro lado de la pared cuatro hombres estaban deseándome me ponía muy caliente. Así que decidí portarme mal, total jamás podrían hablar de ello.
Prendí el velador, ya que iba a dar un espectáculo iba a hacerlo bien. Por pudor al salir de la ducha me había puesto unos pantaloncitos cortos de algodón y una remerita y encima de todo mi bata de baño.
El espejo me daba una excusa perfecta y tenía buena visual de la cámara, así que puse manos a la obra.
Suavemente fui sacando mi bata, con cada uno de mis movimientos mi mente se imaginaba como estarían ellos, como se pondrían y eso me calentaba cada vez más. Mi conchita ya estaba muy mojadita y latiendo entre mis piernas a la espera de atención. La bata cayó al piso y yo hice como que me miraba al espejo y muy despacio comencé a acariciar mis pechos por sobre la remera, los pezones empezaron a marcarse y más cuando yo pasaba mis dedos sobre ellos. Un gemido salió de mi boca, realmente necesitaba alivio, fui bajando mi mano y la metí entre mis piernas dentro de la bombachita, por unos segundos jugueteé con mi vulva empapada y luego llevé mis dedos a la boca para saborearme. En ese momento escuché un golpe proveniente de la otra habitación como si una silla cayera al piso, creo que a alguno de los chicos mi actuación lo había desesperado, aproveché el ruido para hacer como que me había sacado de clima y fui a sentarme en la cama.
Tomé mi crema humectante y comencé a pasarla por mis piernas, subiendo por mis muslos torneados, gimiendo suavemente mientras me acariciaba. Luego puse crema en mi abdomen y me recosté hacía atrás, esparciéndola con ambas manos por toda mi pancita hasta que no pude resistirme y me saqué la remerita, la crema suave y aceitosa se sentía deliciosa en mis pechos grandes y firmes, los acariciaba, los juntaba y apretaba. Imaginándome con cada caricia como estarían mis espectadores, los veía en mi mente con sus vergas erectas, sus ojos clavados en mí mientras no podían evitar estimularse. Los sentía deseándome, queriendo clavarse en mi carne y eso me encendía de una manera que me sorprendió. Seguí con mis pechos por unos momentos más, pellizcando mis pezones que estaban duros como rocas, gimiendo para mi placer y el de ellos. Hasta que ya no pude mas, me pare dando la espalda a la cámara y lentamente, muy lentamente fui bajando mis shorcitos, sin doblar las rodillas casi, de manera que al agacharme mi conchita rosada y húmeda, inflamada de deseo se viera en primer plano.
- Ya a esta altura deben estar muriendo de calentura como yo- Pensé y una sonrisa pícara se dibujó en mis labios.
No me di vuelta si no que apoyé mis manos en la cama, quedando de espaldas a la cámara, semiagachada con mis piernas abiertas, mostrando mi colita firme bien al aire y mi vulva bien expuesta. Apoyándome sobre una sola mano, deslicé la otra entre mis piernas, en cuanto me toque un grito de placer se me escapó, que caliente estaba, hacía mucho que no me sentía así… Empecé acariciando mi clítoris suavemente con la yema de los dedos, sintiendo mis jugos bajando, mi conchita se preparaba para más y definitivamente iba a tener más…
Comencé con un dedo, cuidando que se viera bien como entraba y salía y lo rico que se sentía, luego otro mas y mis gemidos subieron ya de volumen. Mi espalda se arqueó aun más y comencé a meter y sacar los dedos de mi conchita más rápido, más profundo. Abriéndola al salir para deleite de mis espectadores. Ya no resistiría mucho mas, había una tormenta en mi vientre esperando ser liberada y necesitaba urgentemente esa liberación. Sin pensarlo si quiera, por pura necesidad y deseo agregue otro dedo… y otro… y otro más, hasta que mi mano completa entraba y salía de mi conchita lubricada hasta la locura por mis jugos. Ya no gemía, prácticamente gritaba, imaginaba a los cuatro muchachos tocándome, acariciándome, deseándome y tomándome de la manera más sucia, salvaje y caliente… y eso me empujo a un orgasmo delicioso, los líquidos de mi conchita se derramaban por mi mano mientras yo me tomaba mi tiempo para disfrutar las deliciosas vibraciones del orgasmo.
Suavemente me di vuelta y me recosté en la cama, quedándome semi sentada con varias almohadas en mi espalda, necesitaba descansar unos segundos o eso creía, mis manos por voluntad propia prácticamente comenzaron a moverse, con una me acariciaba un pecho, la otra bajó nuevamente entre mis piernas, mi vulva estaba inflamada, empapada y caliente, tremendamente sensible luego de acabar tan deliciosamente.
Mis líquidos se chorreaban por mi colita, como diciéndome algo… no pude evitarlo, subí mis rodillas hasta casi tocar mis hombros. Mis muchachos en este momento tenían una visión privilegiada de toda mi intimidad, todo mi ser estaba expuesto. Me acaricié suavemente por unos minutos, llevando mis dedos a mi colita para prepararla. Cuando ya no aguante mas, metí un dedo, uffff que rico estaba…Siempre me encantó que me hicieran la cola, y a falta de quien lo hiciera iba a tener que hacerlo yo…No pude mas, comencé a meter y sacar mi dedito a un ritmo lento, quería disfrutar cada sensación, uffffff otro dedito mas y cada vez mas delicioso. Mi ritmo subía a la vez que me ponía cada vez más caliente, con mi otra mano abría mis glúteos para poder entrar mas y mas profundo. Tres dedos y estaba por explotar nuevamente, imaginaba a los cuatro encima de mí, dándome placer, haciéndome suya, sin tabues, sin arrepentimientos, sexo salvaje, sucio y mal visto. De pensarlo solamente, ya estaba loquita, caliente, empapada, cuatro dedos entraban y salían de mi colita a un ritmo de locura. Podía sentir como se acercaba el momento, como las vibraciones de placer bajaban por mi columna, como toda la zona entre mis piernas latía, caliente, preparándose… y me vine, mi espalda se arqueó por la fuerza de mi orgasmo… Tan rico me vine, que tuve que quedarme unos minutos relajándo mi cuerpo, agotada…
Cuando finalmente pude moverme fue simplemente para apagar el velador y así desnudita, mojada y relajada, me quedé dormida. Mis sueños esa noche fueron de lo más ricos, no creo que haga falta explicar el por qué.
Al día siguiente me levanté temprano para ducharme, me vestí y bajé al comedor. Puse cara de nada y dí los buenos días. Los chicos se reían entre ellos y se codeaban cuando yo me daba vuelta. Desayunamos y finalmente partí al trabajo.
Estaba yendo a la puerta cuando uno de ellos dijo conteniendo su sonrisa
-Espero que hayas dormido bien anoche.
Abrí la puerta y sin darme vuelta les contesté.
-Dormí delicioso, espero que para ustedes haya resultado igual- Y cerré la puerta tras de mi dejando escapar una carcajada.
Imaginé sus caras, sus pensamientos… Lo sabría??? Se dio cuenta???? …Esto se ponía cada vez mas interesante…
CONTINUARÁ
Bueno tal como dice esto sigue... ya veremos donde termina, espero que les haya gustado :D
Mis Otros delirios eróticos
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Los chicos y yo
El taxi avanzaba rápidamente por la ciudad, no veía la hora de llegar a casa de mi hermano menor. El viaje en avión me había agotado, había sido transferida por mi empresa para hacerme cargo de la organización de una nueva sucursal pero mi departamento aún no estaba listo por lo que le había pedido a mi hermano me diera refugio por un par de días. Él se había mudado a la capital para estudiar y con 4 amigos mas alquilaban un caserón antiguo en una zona muy agradable. Lástima que él no estaría, tenía muchas ganas de verlo pero se había tomado unos días con su novia en la costa. Igualmente yo al menos estaría 6 meses en la ciudad asi que seguro nos veríamos seguido. Me dijo que usara su habitación con confianza que ya había consultado con sus compañeros y no había problemas. Yo no conocía a sus amigos, le llevaba 12 años a mi hermanito, el 19 y yo 31, cuando ya me mudé a vivir sola él era tan solo un niño y mi carrera me obligaba a viajar mucho por lo que no conocía bien a sus amistades. Pero bueno la casa de mi hermano era mejor que un hotel y que daño podían hacer cuatro jovencitos. Solo era por unos días.
Llegué a la dirección, le pedí al chofer que bajara mis valijas y toqué timbre. Un muchacho alto y muy guapo se acercó a abrir.
-Aaah vos sos la hermana de Martín, pasá.
-Gracias, espero no molestarlos.
-No pasa nada, aunque debo decir que estoy sorprendido
Para esta altura ya estábamos en el living y 3 muchachos mas estaban jugando con una Play Station, no se dieron vuelta a mirarme. Contestaron mi saludo sin despegar los ojos de la pantalla.
-Sorprendido por qué?-pregunté
-Porque Martín dijo que venía su hermana mayor pero nunca nos dijo que tenía semejante hermana.
Ahí los que estaban jugando se dieron vuelta automáticamente a mirarme y por sus caritas creo que les gustó lo que vieron a pesar que estaba toda desarreglada por el largo viaje.
Pude sentir sus miradas recorriéndome y bueno tengo que admitir que a esta edad estoy en mi mejor momento, cuido mucho mi físico y no tengo nada que envidiar a ninguna mujer más joven que yo.
-Me ayudan a subir las valijas?
Fue muy gracioso como los cuatro se apresuraron a ayudarme, subieron la escalera detras mío y podía sentir sus miradas clavarse en mi dura colita, para colmo para viajar cómoda me había puesto ropa deportiva y como las calzas que usaba eran blancas… no tenía bombacha.
-Es aquí- me dijo el que me había abierto la puerta.
-Muchas gracias chicos, ya puedo arreglarme sola.
Entre a la habitación y mientras cerraba la puerta pude ver como bajaban la escalera, dándose golpes y riéndose entre ellos.
-Jajjaj Niños! – Pensé, mientras recorría el amplio cuarto y acomodaba mis cosas. Al rato me preguntaron a los gritos si iba a cenar, les agradecí pero estaba demasiado cansada, me di una larga ducha y me acosté a dormir. Antes de meterme a la cama me agarró una duda, odio usar ropa en la cama, normalmente duermo desnuda pero como no estaba en mi casa no sabía qué hacer. Finalmente decidí dormir como a mí me gusta al fin y al cabo no saldría de la habitación así. Hacía mucho calor pero estaba agotada y no tardé en quedarme profundamente dormida.
A la mañana siguiente nos encontramos todos temprano en la cocina para desayunar, fue un desayuno muy entretenido y finalmente cada uno partió a su Universidad y yo a mi trabajo.
Volví tarde, la apertura iba a llevar más trabajo del que esperaba , la cena ya casi estaba lista y me invitaron a acompañarlos.
-En un minuto chicos, déjenme ponerme algo más cómodo.
Subí a la habitación y me dio la impresión que alguien había estado ahí, las cosas no estaban exactamente donde yo las había dejado y observando con cuidado pude ver muy bien escondida entre los libros de la biblioteca una diminuta cámara.
-Aaaahhh mira vos los chicos, qué pícaros. Mmmmm ya veremos qué hacemos con esto.
Comimos y charlamos bastante, de mi trabajo, de sus futuras carreras, se desvivían por atenderme eran muy dulces. Y porque no decirlo, muy lindos… Hacía mucho que no tenía un hombre y ver esos cuerpos jóvenes y firmes me estaba tentando… mucho.
Finalmente nos retiramos a descansar, mientras entraba a la habitación no pude menos que notar que ellos iban todos al cuarto de uno, ante mi mirada extrañada nerviosamente me contestaron que tenían que estudiar.
Les sonreí y entre al cuarto, prepare mis cosas y fui a ducharme. Al volver a la habitación, sabía que debían estarme mirando por la camarita. Que haría? Lo pensé y… ellos no podían admitir que me miraban y la verdad el hecho de saber que del otro lado de la pared cuatro hombres estaban deseándome me ponía muy caliente. Así que decidí portarme mal, total jamás podrían hablar de ello.
Prendí el velador, ya que iba a dar un espectáculo iba a hacerlo bien. Por pudor al salir de la ducha me había puesto unos pantaloncitos cortos de algodón y una remerita y encima de todo mi bata de baño.
El espejo me daba una excusa perfecta y tenía buena visual de la cámara, así que puse manos a la obra.
Suavemente fui sacando mi bata, con cada uno de mis movimientos mi mente se imaginaba como estarían ellos, como se pondrían y eso me calentaba cada vez más. Mi conchita ya estaba muy mojadita y latiendo entre mis piernas a la espera de atención. La bata cayó al piso y yo hice como que me miraba al espejo y muy despacio comencé a acariciar mis pechos por sobre la remera, los pezones empezaron a marcarse y más cuando yo pasaba mis dedos sobre ellos. Un gemido salió de mi boca, realmente necesitaba alivio, fui bajando mi mano y la metí entre mis piernas dentro de la bombachita, por unos segundos jugueteé con mi vulva empapada y luego llevé mis dedos a la boca para saborearme. En ese momento escuché un golpe proveniente de la otra habitación como si una silla cayera al piso, creo que a alguno de los chicos mi actuación lo había desesperado, aproveché el ruido para hacer como que me había sacado de clima y fui a sentarme en la cama.
Tomé mi crema humectante y comencé a pasarla por mis piernas, subiendo por mis muslos torneados, gimiendo suavemente mientras me acariciaba. Luego puse crema en mi abdomen y me recosté hacía atrás, esparciéndola con ambas manos por toda mi pancita hasta que no pude resistirme y me saqué la remerita, la crema suave y aceitosa se sentía deliciosa en mis pechos grandes y firmes, los acariciaba, los juntaba y apretaba. Imaginándome con cada caricia como estarían mis espectadores, los veía en mi mente con sus vergas erectas, sus ojos clavados en mí mientras no podían evitar estimularse. Los sentía deseándome, queriendo clavarse en mi carne y eso me encendía de una manera que me sorprendió. Seguí con mis pechos por unos momentos más, pellizcando mis pezones que estaban duros como rocas, gimiendo para mi placer y el de ellos. Hasta que ya no pude mas, me pare dando la espalda a la cámara y lentamente, muy lentamente fui bajando mis shorcitos, sin doblar las rodillas casi, de manera que al agacharme mi conchita rosada y húmeda, inflamada de deseo se viera en primer plano.
- Ya a esta altura deben estar muriendo de calentura como yo- Pensé y una sonrisa pícara se dibujó en mis labios.
No me di vuelta si no que apoyé mis manos en la cama, quedando de espaldas a la cámara, semiagachada con mis piernas abiertas, mostrando mi colita firme bien al aire y mi vulva bien expuesta. Apoyándome sobre una sola mano, deslicé la otra entre mis piernas, en cuanto me toque un grito de placer se me escapó, que caliente estaba, hacía mucho que no me sentía así… Empecé acariciando mi clítoris suavemente con la yema de los dedos, sintiendo mis jugos bajando, mi conchita se preparaba para más y definitivamente iba a tener más…
Comencé con un dedo, cuidando que se viera bien como entraba y salía y lo rico que se sentía, luego otro mas y mis gemidos subieron ya de volumen. Mi espalda se arqueó aun más y comencé a meter y sacar los dedos de mi conchita más rápido, más profundo. Abriéndola al salir para deleite de mis espectadores. Ya no resistiría mucho mas, había una tormenta en mi vientre esperando ser liberada y necesitaba urgentemente esa liberación. Sin pensarlo si quiera, por pura necesidad y deseo agregue otro dedo… y otro… y otro más, hasta que mi mano completa entraba y salía de mi conchita lubricada hasta la locura por mis jugos. Ya no gemía, prácticamente gritaba, imaginaba a los cuatro muchachos tocándome, acariciándome, deseándome y tomándome de la manera más sucia, salvaje y caliente… y eso me empujo a un orgasmo delicioso, los líquidos de mi conchita se derramaban por mi mano mientras yo me tomaba mi tiempo para disfrutar las deliciosas vibraciones del orgasmo.
Suavemente me di vuelta y me recosté en la cama, quedándome semi sentada con varias almohadas en mi espalda, necesitaba descansar unos segundos o eso creía, mis manos por voluntad propia prácticamente comenzaron a moverse, con una me acariciaba un pecho, la otra bajó nuevamente entre mis piernas, mi vulva estaba inflamada, empapada y caliente, tremendamente sensible luego de acabar tan deliciosamente.
Mis líquidos se chorreaban por mi colita, como diciéndome algo… no pude evitarlo, subí mis rodillas hasta casi tocar mis hombros. Mis muchachos en este momento tenían una visión privilegiada de toda mi intimidad, todo mi ser estaba expuesto. Me acaricié suavemente por unos minutos, llevando mis dedos a mi colita para prepararla. Cuando ya no aguante mas, metí un dedo, uffff que rico estaba…Siempre me encantó que me hicieran la cola, y a falta de quien lo hiciera iba a tener que hacerlo yo…No pude mas, comencé a meter y sacar mi dedito a un ritmo lento, quería disfrutar cada sensación, uffffff otro dedito mas y cada vez mas delicioso. Mi ritmo subía a la vez que me ponía cada vez más caliente, con mi otra mano abría mis glúteos para poder entrar mas y mas profundo. Tres dedos y estaba por explotar nuevamente, imaginaba a los cuatro encima de mí, dándome placer, haciéndome suya, sin tabues, sin arrepentimientos, sexo salvaje, sucio y mal visto. De pensarlo solamente, ya estaba loquita, caliente, empapada, cuatro dedos entraban y salían de mi colita a un ritmo de locura. Podía sentir como se acercaba el momento, como las vibraciones de placer bajaban por mi columna, como toda la zona entre mis piernas latía, caliente, preparándose… y me vine, mi espalda se arqueó por la fuerza de mi orgasmo… Tan rico me vine, que tuve que quedarme unos minutos relajándo mi cuerpo, agotada…
Cuando finalmente pude moverme fue simplemente para apagar el velador y así desnudita, mojada y relajada, me quedé dormida. Mis sueños esa noche fueron de lo más ricos, no creo que haga falta explicar el por qué.
Al día siguiente me levanté temprano para ducharme, me vestí y bajé al comedor. Puse cara de nada y dí los buenos días. Los chicos se reían entre ellos y se codeaban cuando yo me daba vuelta. Desayunamos y finalmente partí al trabajo.
Estaba yendo a la puerta cuando uno de ellos dijo conteniendo su sonrisa
-Espero que hayas dormido bien anoche.
Abrí la puerta y sin darme vuelta les contesté.
-Dormí delicioso, espero que para ustedes haya resultado igual- Y cerré la puerta tras de mi dejando escapar una carcajada.
Imaginé sus caras, sus pensamientos… Lo sabría??? Se dio cuenta???? …Esto se ponía cada vez mas interesante…
CONTINUARÁ
Bueno tal como dice esto sigue... ya veremos donde termina, espero que les haya gustado :D
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13 comentarios - Los chicos y yo
+10
gracias
Realmente nos encantó.
Felicitaciones, a favoritos, volveremos !!!
Gracias por compartir.
Besos y Lamiditas !!!
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
super caliente ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Felicitaciones x el excelente relato.
Gracias por compartir.
Besos y Lamiditas !!!
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