Buenas tardes o buenos días a toda la comunidad Poringuera.
Mi primer relato en este bello sitio, el cual visito siempre y a veces me sorprendo la cantidad de gente que concurre a este lugar.
Les presentaré mi relato digno de una película de amor, solo que esto fue real.
(Cambiaré nombres para no levantar sospechas)
Déjenme que me presente mi nombre es -Mauricio- y siempre fui muy compinche de mis primas cuando venían a vacacionar a mi casa que está prácticamente ubicada en la playa (vivo en Chubut) por lo que se hacían muy amenas las tardes, las noches y hasta las salidas a los boliches, ya que en el verano siempre están abiertos los locales nocturnos hasta las 6 de la madrugada.
Con ellas estaba todo más que bien, éramos casi como hermanos, bromeábamos, jugábamos a la play, etc. Pero con -Gabriela- que es la del medio de las tres hermanas, siempre hubo como esos “chispazos” que siempre te preguntás como es que pasa, no sabría explicar como… son esos “palos” que te tirás con alguien mutuamente insinuando lo que ya todos esperamos, a veces en broma, a veces muy en serio y a veces delante de otros…
En ese verano estaba un poco gordita, vale aclarar que tiene muy lindos pechos y una colita fatal, siempre que la veía me rechinaban los dientes de pensar que podrá hacer con todo ese armamento letal. Pero yo jamás había pensado hacerla mía, más bien la veía como una amiga casi hermana, a esa que le contás todo y te reís de todo lo que pasa, algo que no sucedía con mis primos, ya que algunos estaban metidos en “otras cosas”, las que yo conocía pero me distanciaba mucho para no tener problemas. Pero ese es otro asunto.
Venían mis primas de nuevo para otra semanita de vacaciones en familia conmigo y mis viejos, siempre venían tres, ahora solo vinieron dos, ya que una (la mayor) tenía que estudiar por tener materias pendientes del secundario.
Las fui a buscar a la terminal y cuando la veo bajar del micro, uff fue como si ella bajara en cámara lenta, estaba increíble, flaquita, le resaltaba todo, tenía una remerita escotada blanca que me permitía dibujar mentalmente sus blancos pechos, su curvatura, la forma de sus pezones, fue como un sueño para mi. Al bajar veía como el resto de los tripulantes (la mayoría jóvenes) le miraban el culito, por primera vez sentía celos…
Llegamos a mi casa y subimos al departamento, está ubicado en la planta alta en un segundo piso por lo que había que subir las escaleras, sube la más chica primero seguido de ella y yo con los bolsos a cuestas. Esos escalones y el constante meneo de su colita metido en un pantaloncito corto de jean, me estaban volviendo loco, trataba de calmarme y pensar otras cosas, pero los ojos me engañaban y tenía unas ganas inmensas de pegarle un mordisco o una palmadita, era tan lindo y tierno, hasta ganas de besarlo me daban. Tuve miedo en un momento porque parecía que por momentos iba a salir una bestia de mi cuerpo, para arrancarle la ropa y hacerle el amor como nunca antes, en la escalera sin importar nada.
Llegamos a la puerta del departamento, toqué timbre y no había nadie, es lógico, ya que mi vieja por lo general sale a hacer las compras para el almuerzo y mi viejo labura hasta el mediodía, pero quería asegurarme. Busqué la llave y quise abrir la puerta, sentía un temblor en mis manos, luché con la puerta hasta que siento como si la seda misma tocara mis manos y una vocecita burlona que me dice “Dame que te ayudo, por lo que veo no sabés meterla” fue una frase que me cayó muy mal pero no pude responder nada, la dejé que abra ella la puerta.
Una vez adentro nos pusimos a tomar mate, no podía dejar de mirarle su carita, su cuerpo, cada vez que cruzábamos las miradas nos sonreíamos y Gabriela se ponía colorada, me estaba contando cosas de lo que había hecho en ese año que no nos vimos. Pero no escuchaba nada, parecía que ella tenía puesto “Mute”…
Pasaron los días y así estuvimos, haciendo bromas, jugando, a veces nos quedábamos a solas mirando una peli abrazados, las causas no sé, pero notaba como lo disfrutábamos mucho…
Quinto día, misma situación abrazados en un sillón tipo una de la mañana, llevaba puesta una remera y un pantalón tipo malla, Gaby de musculosa y pantalón cortísimo, estuve mas o menos controlado la primera hora y veinte, después empecé a mirar ese escote pronunciado, sus pechos redonditos, puntudos…
Tenía puesta su cabeza en mi cuello, mi brazo derecho estaba sobre su espalda, el brazo de ella rodeaba mi pecho, no pude dejar de pensar en tocarle esa colita, en frotar mis dedos en su vagina húmeda, estaba nervioso, esas ideas me estaban matando, hasta que la imaginación mía despertó a mi amiguito rápidamente, Gaby se dio cuenta me dijo “epa” en voz baja y soltó una carcajada tímida… me puse de todos los colores, seguimos viendo lo que quedaba de película que me pareció eterno…
En casi el final de aquella noche, me dice en voz baja “te sale inflar los cachetes como kico (personaje del Chavo del Ocho)?” yo le dije que si, hice lo que pude, cuando en el tercer intento me sorprendió con un beso infernal, directamente me noqueó, me dejó en shock, con su mano derecha me toco mi boca diciéndome “esa boquita que tenés me mata”, no pude evitar besarla a más no poder, mientras mi mano recorría su cintura calentita, la puse boca arriba sin dejar de besarla y mi mano izquierda jugaba con sus pechos, la derecha trataba de sacarle el sostén hasta que lo logró, saqué con sumo cuidado su musculosa, dejando caer su corpiño y ahí estaban ellas, sus pechitos!! Sus pezones eran hermosos, eran redondos y puntudos, no pude evitar de darles una chupadita, largando ella un gemido contenido, para que no la escuchen, mientras el resto de la familia dormía. Mi mano inquieta bajó hasta su vagina esquivando el pantaloncito y su bombachita, estaba súper mojada, resbaladiza, era algo maravilloso, estaba en un sueño hecho realidad, me sentí poderoso y un poco culpable. Seguimos besándonos cuando una mano suave de ella, manoteó mi pene por debajo del pantalón, podía sentir cuanto lo apretaba y como palpitaba mi miembro, mientras brotaba liquido seminal al sentir semejante estimulación por parte de su mano, fue una cosa de no creer. Percibía cuando subía y bajaba su mano con extrema delicadeza, como con ternura, decidí ir a la carga, le bajé el pantalóncito de un tirón, pero ella se resistió, me dijo que no, que por los gemidos nos podían escuchar y estaba en lo correcto. Sellamos con un fogoso beso esa increíble noche, hablando en broma le propuse que se prepare para el día siguiente.
Al otro día así fue, se levantó bien temprano mientras su hermanita dormía y aprovechando que mis viejos no estaban, fue maravilloso, nos besábamos a cada instante, era algo que me encantaba. Estuvimos deseándonos a escondidas durante todo ese tiempo sin saber que sentía el otro…
A la noche decidí jugar mi última carta, supuestamente la llevaba al boliche para que no venga la hermana menor porque no puede entrar por su corta edad, pero no era así, arreglé con un amigo íntimo que estaba cuidando con su señora la casa de su hermana y tiene un complejo de cabañas para alquilar, después de casi discutir diferentes aspectos por media hora, le ofrecí mis servicios gratis por un año (hago mantenimiento de luz, agua, etc.) lo cual le causó gracia, al ver mi desesperación pero aceptó y me dió la llave, con la condición de no hacer nada estúpido y no llamar la atención del resto de la gente.
Así que nos encontramos de vuelta con Gabriela los dos solos, puse algo de música a medio volumen, no tan fuerte y le dimos rienda suelta a nuestro deseo… Comencé besándole el cuello, lo cual descubrí que le daba mucho placer, seguimos besándonos fuimos desnudándonos poco a poco, pude contemplarla en su belleza, era realmente hermosa, empecé a tocar su vagina que poco a poco se fue mojando entre sus gemidos de placer, era un acto hermoso, que jamás había vivido, pero sí soñado. Pude darle besos y chupaditas a sus dos senos, a cada movimiento o chupon gemía extraordinariamente. Ella puso sus dos manos en mi pene y suavemente empezó con sus movimientos, arriba y abajo bien suave, lentamente, en un momento se arrodilló y fue algo terrible, poseía una de las bocas mas juguetonas que jamás me hayan practicado sexo oral, parecía experta en esa materia, hasta escupía su mano para no lastimarme. La recosté sobre la cama boca arriba, con mis dedos comencé a penetrarla lentamente, era una vaginita rosadita con la cantidad de vello justo, mojaba mis dedos con mi saliva para no causarle daño alguno, estaba súper húmeda, resbaladiza, notaba y me encantaba el crujir que esa vagina húmeda provoca cuando un dedito ingresa en su cavidad. Pude jugar con mi lengua en su clítoris, en sus labios, mientras ella gemía y gemía de semejante placer. Fue maravilloso, sentía sus juguitos en mi boca.
Decidí ponerla en postura “perrito” y tome mi miembro con una mano, mientras con la otra le tocaba su vagina. Una vez penetrada, fue como un calor que nos recorrió a ambos, tan intenso que largamos un grito de placer. Fui con delicadeza ingresando mi pene, mientras ella gemía sin parar, pude sentir como llegaba hasta el fondo de su conchita bien mojadita y calentita, fui aumentando la velocidad de a poco, siempre preguntándole si estaba cómoda, terminamos teniendo sexo duro y desenfrenado, Gaby gritaba como una puta, decía una cantidad de malas palabras que no conocía de ella, era como si ella se mostrara en su plenitud, tal cual era, no como la chica tímida que yo había conocido. Era una bestia, insaciable, incansable, que solo pedía más y más, estuvimos a full como media hora, no sé. Dejé que descansara un poquito mientras cambiábamos de posición, mientras me ponía boca arriba, ella se sentó en mis piernas e introdujo de a poco mi miembro en su apretada conchita, pero ahora parecía ser que le pertenecía solo a ella. Saltaba de arriba abajo sin parar, cada vez lo hacía con mas fuerza y más ganas acompañado de gemidos bastante fuertes, yo lo gozaba como el mejor espectador, podía ver sus tetitas puntiagudas saltando en dirección vertical a cada rato y a veces chocando con mi boca, que trataba en vano de darles una buena chupadita. Estuvimos así como una hora, hasta que tuve que acabar en su pancita. Derramé todo mi semen por su estómago y el mío, después veo que empieza a tocar la lechita de a poquito como con miedo. De repente, tomó un poco con su dedito y se lo llevó a su lengua, tragándoselo. Lo que me hizo pensar porqué no le dije de acabarle en la boca, ya que se ve que era bastante chanchita, por así decirlo.
Luego de esa noche infernal de pasión, nos duchamos juntos, llenándonos de besos y caricias. Dormimos en la misma camita, hasta la madrugada del otro día, contándonos cosas íntimas y nuestra opinión sobre aquella noche espectacular.
Hoy tengo novia y con ella soy muy feliz. Ella cada tanto viene a visitar a mis viejos y cuando cruzamos miradas sonreímos, sabiendo que aquella noche fue inolvidable para ambos y muchas veces Gaby me manifestó si podemos volver a hacer lo mismo.
Saludos queridos amigos!!
28 comentarios - Una semana, tres dias con mi prima
cada vez q veo a mi prima me sale chispa... me gustaria saber si a ella le pasa algo .... 🤔
teyler_5 a mi me pasaba lo mismo, salvo que ella me lo demostró
Yo tambien me la cogi a mi prima la primer noche dormi con ella y estaba toda la noche al palo a los dos dias me pego una cogida que me dejo tirado y con la baba cayendose... algo asi 🤤
jajaja gracias por tu comentario, que buena experiencia no?
Muy buen relato...hay fotos de tu prima??
pero las tetas de mi prima son las mas ggrande y redondas 🙎♂️ 🙎♂️ 🙎♂️
Si pudiera haria lo mismo.
che es uno de los mejores relatos que leei