Sexo con Marianita 11

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Marianita estaba con las piernas superabiertas. Podía ver como mi pija se dirigía a su concha y la mano de la hermana colocándosela. La cabeza de la chota rozaba los labios vaginales mojados. Mariana estuvo jugando así un rato antes de sentarse sobre mi pija.

-Ayy que linda poronga, mirá como entra, nos cojiste a las dos. Te gusta mi amor?
-Si bebé. Me encanta, mové el culo así que me encanta. Qué bien que se la sabe comer tu hermanita!
-Le vas a dar la leche?,- preguntó Caro.
-La leche la estoy guardando para las colitas.
-Nos vas a llenar la colita de leche a las dos?,- preguntó Mariana que se ponía más en putita que otras veces.
-Primero a vos y después a tu hermana.

A Caro se ve que esto la calentaba porque se me acercó y empezó a besarme re sacada.
A Marian los chupones de la hermana o le despertaron los celos, o la pusieron caliente, la cuestión es que me empezó a cabalgar más rápido y tocándose la concha empezó a acabar.

Después se desplomó sobre mi cuerpo y me dio un beso. La cara de la hermana estaba a 5 centímetros y alterné besitos con las dos.

-Todavía la tenés dura, cómo aguantás tanto?,- pregunto Mariana.
-No se, estoy haciendo todo lo posible por no acabar. Quiero que alcance la leche para las dos y darles pija toda la noche.

-Querés cojértelo vos un ratito?,- le preguntó Marian a Caro.
-Sí un cachito más.
-Pónganse las dos en cuatro al borde de la cama,- tiré yo.
-Nos vas a coger a las dos?,- preguntó Marian otra vez con vos de puta.
-Sí, un ratito a cada una, quiero verlas a las dos con los culitos bien parados.

Se pusieron en cuatro.
-Más juntitas, culito con culito,- les pedí.
Caro obedeció al toque. Y como premio se la puse a ella primero. Mariana se levantó para verle el culo a la hermana mientras yo me la pistoleaba.
-Ponéte en cuatro vos, después te dejo ver como me la cojo. Ahora mostráme ese culo.
-Dejáme verrr- me contestó.

Le di el gusto porque me calentó que quisiera ver a la hermana abierta, y le agarré el culo a Caro y le separé los cachetes de la cola exponiendo ese ojete, bastante más cerradito que el de Marianita.

-Lo tiene más cerradito que vos,- le dije a Mariana que tenía la vista clavada en el ojete de la hermana y se pajeaba.
Le di un dedo para chupar y me lo mojó bien sabiendo lo que se venía. Trabajito al culo de Caro.

-Despacito, despacito,- pedía Caro.
-Si putita, te lo voy a abrir despacito.
-No le des bola, a esta le gusta que le rompan el culo a pijazos,- me provocó Mariana.
-Calláte puta, si la de Martín me duele esta me parte,- le contestó Caro.
-La de Martín te duele porque no te sabe calentar la cola, le contestó Mariana
-A vos te la puso por el orto?,- le pregunté.
-No, le dije que mi culo es sólo tuyo.
-Que puta que sos!

Se acercó y me metió la lengua en la boca.
-La querés por el culito?
-Si la quiero en el orto!
-Cómo la querés?
-Quiero sentarme encima de tuyo!

La hermana se salió sola y dejó mi pija libre. Yo me senté al borde de la cama y Mariana se tiró a chuparme la pija.
Caro se había arrodillado en la alfombra y miraba la escena. Cuando la pija estuvo supermojada, se paró se dio vuelta, se abrió el culo con la dos manos.

-Te gusta mi culo papi?
-Es divino. Vení Caro, sosteneme la pija vos y mirá como tu hermanita se la entierra solita en el orto.
Caro hizo lo que le había dicho. Mariana se corrió para atrás y mirando por sobre el hombro empezó a bajar la cola. La pija costó en calzarse. Estaba cerradito.

-Apuntámela bien,- le reclamó a la hermana.
-Es que no entra, lo tenés cerrado. No querés aceitito?
-Estoy recaliente, quiero sentir que haga fuerza para entrar. Ponémela más atrás, ahí, ahí está bien,- le decía mientras la otra movía mi pija como un joystick en busca del agujero.
Se sentó y la cabeza se clavo en el ojete.

-Cómo me gusta cuando entra….
Mariana se quedó quietita en una posición que me hacía pensar en cuando uno hace caca en un baño público sin sentarse. La pija estaba apenas adentro.
-Coméla toda con ese ojete divino que tenés putaaaa…
-Esperáme, esperáme un poquito…

Se empezó pajear.
La hermana que seguía con la mano en mi pija me hizo la paja, con la cabeza de mi pito clavada en el culo de Mariana. Una genia.

A Marian esto pareció gustarle porque empezó a revolver su culo haciendo que mi pija se abriera camino. Eso lo hacía siempre conmigo. Le encantaba. La hermana pareció sorprendida.

-Le encanta la pija por el culo a tu hermana.
-Si ya se, si hasta se mea la hija de puta
-Ayy ese polvo, no me hagas acordar que acabo acá…

Le agarré la cadera y le empecé a serruchar el orto para que acabara. Y llegó. Después se sentó con todo el culo sobre mi pija y siguió revolviendo el culo con mi chota enterrada. Se le sentía mojado por adentro. La cabeza de mi pija rozaba las paredes de sus intestinos. Un placer descomunal, para ambos, porque Mariana no paraba de pajearse.

La hermana se acomodó atrás mío para poder ver. Miraba por sobre mi hombro, me acariciaba la espalda y los pectorales, y me daba besos y chupadas en la espalda el cuello y las orejas. Esas cosas sólo se daban con dos minas. Y era increíble. Pero se notaba que quería ver como la hermana se comía mi pija por el orto y no podía. Yo tampoco. Entonces le pedí a Mariana que se pusiera en cuatro en la cama.

Yo aproveché el impasse y agarré el vibro del cajón de Mariana, después lo escupí y se lo pasé por la concha, lo prendí y se lo coloqué.

-Ayy que puto que sos, cómo me tenés, con una pija en la concha y el culo abierto y mi hermana mirándome. Ayy las pajas que me voy a hacer acordándome de esto….
Le abrí el culo para que la hermana le viera el toto abierto. Le metí otra escupida y le puse la pija adentro.

Caro se subió a la cama al lado mío y miraba como mi chota iba y venía en el culo de la hermana.

-Abríselo vos así ves cómo se lo rompo todo.
La hermana le agarró la cola con las dos manos y le abrió el orto. Yo le metí una mano entre las piernas y la pajié un poquito. Después saqué el vibro de la concha de Marian y se lo di a Caro para que lo chupara.

-Está rica esa pija?
Hizo que si con la cabeza sin dejar de petear el chiche.
-Tiene gustito a conchita rica?
No contestó, supongo que le daba un cacho de vergüenza todavía. Pero siguió chupando la chota de plastico y eso me dio la pauta de que todo iba bien.

-Querés probar ésta ahora?,- le dije y saqué la pija de culo de la hermana. –Vení, acercáte, mira como le dejé el orto abierto. Así te lo voy a dejar a vos…
La hermana se arrodilló al lado mío para poder ver el culo de la hermana en primer plano y aproveche para darle a probar la pija recién salida de ese orto. Y la muy puta se la comió!!!!!!!!!

Estaba en el cielo, o el infierno. Después de esto voy derecho al infierno!!
Por mi cabeza sólo pasaban imágenes de Caro probando el culo y la concha de Marianita. Casi le acabo en la boca.

-Que bien me la mojás.
-Ponémela de nuevo, hijo de puta, no me dejes así,- reclamó Marian que estaba en 4 en la cama.
-Vení puta, chupame el orto mientras tu hermana me come la pija.

Ni se la pensó, se levantó de la cama y se arrodilló atrás mío. Me abrió el culo y me metió la lengua en el orto mientras sentía que la pija pegaba un salto otra vez en la boca de Caro.

-Seguí comiéndole el culo que la pija se le puso regorda,- dijo la hermana al rato.
-Vamos a dejarsela bien durita para que la sientas bien cuando te rompa el culito, contestó Mariana.
-Te quema el coco ver como le rompo el orto a ella no?,- le pregunté a Marian.
-A las dos…, me voy a hacer la paja toda la semana con la imagen mental de tu pija en el culo de ella…

-Qué putas que son las dos, vení, no aguanto más…
La levanté a Caro. Y le pedí que se pusiera en cuatro en la cama.
-Ponémela despacito,- pidió.
-Para, no te adelante, primero te voy a comer la colita.

Le abrí la nalgas, primero le chupe la argolla un poquito y de ahí me fui para el culo. Primero una lamida por afuera, y de vuelta a la argollita. Después unos besitos en los cachetes y una lengüeteada por los costados de la concha y otra vez al culo. La puntita de la legua adentro y afuera.
Otra vez a la argolla.

-Que bien me chupás!!! Come me pusiste…
Yo seguí son el trabajito, otra vez le cojí la cola con la lengua. En orto se le abrió. Quería recibir. Y me fui otra vez a la argollita.
-No hijo de puta, no, no me amagues más, chupáme el culo de una vez.

-Coméle el orto mi amor,- pidió Mariana que se pajeaba con el chiche.
-Metéle esto en la concha,- dijo 30 segundos después y me lo pasó prendido. Dejé de chupar y le jugué con el vibro por los labios.
-Así, así, asiiii….. coméme la cola, por favor, comémela. Pajeame y coméme la cola,- pedía Caro.

Volví a comerle el culo, la concha estaba empapada y sentía el vibro que me rozaba el mentón de vez en cuando. Mi lengua ya chapoteaba en es ojete. Hora de probar con lo dedos. El primero entró sin problemas. Le mandé otro. No fui tan suave. Me había empezado a calentar yo, y le dolió un poco.

-Despacito, despacito,- pidió.
Le saqué los dedos y le trabajé el orto de manera circular con el pulgar mientras con le chiche le cojía la concha. Volví a chuparle el culo y se lo escupí varias veces para que le entrara mucha saliva.

Estaba tan concentrado en el trabajito que hasta que Caro no largó un “aaaaahhhhhhhhh” largísimo no me di cuenta que estaba por acabar. El consolador resbalaba, la concha se le aflojó. Ella metió una mano entre las piernas y se tocó. Sacó el chiche y se metió dos dedos.

-Qué mojada que estoy, estoy chorrenado….
-Te gustó?
-Me encantó. La mejor comida de culo de mi vida. Ayyy Marian que bien que me lo hizo. A vos te lo hace así? Con razón!
-Ponéte contenta, porque este fue especial…, contestó Mariana.
-Sí le puse pilas!!,- dije yo
-Se notoo,-dijo Caro que se seguía tocando la concha.
-Ayy, yo ya estoy, quedé bien flojita. Vení, ponémela por el orto. Quiero sentir esa pija ya! No puedo más, quiero que me rompas la cola Max!
-Acostáte y abríte el culo con las dos manos.

Acató. Me acerqué con la cara y le vi el culo mojado y abiertito. Le escupí otra vez y le empujé la saliva pa adentro con el dedo. Lo hice otra vez. Y después me le subí.

-Para, para que quiero ver cuando entra,- gritó Mariana que dio vuelta a la cama. Yo mientras tanto me acomodé mejor y busque una posición en la que la pija entrara sin problemas, derechito en ese ojete.

Se la apoyé y se la dejé ir despacio.
-Mirá como se la come,- mandó Mariana sacada. Le miró la cara a la hermana que estaba cerca de ella.
-Te gusta trola como te coje mi novio?,- le preguntó a la hermana.
-Si me encanta.
-Que puta que sos, me dejaste coger con tu novio para que el mío te hiciera el orto no?,- le peguntó Mariana. Pero no era con mala onda, estaba recaliente.
-Callate hija de puta, vos te tragaste la leche del mio!
-Y vos te la vas a tragar por el culo….

Eso yo no lo sabía pero en ese momento me chupaba un huevo. La charla entre las dos me tenía al palo mal. La pija le debía estar doliendo.
-Te duele, le pregunté?
-Si, damela despacito. Pero seguí que me gusta.
-Metésela entera, que la sienta toda,- pedía Marian
-No así, así, así me gusta..,- decía Caro.

Le di el gusto y me la seguí cojiendo sólo con la mitad de la poronga. Ella se abría el culo con las dos manos. Aproveché y se la saqué para ver como le iba quedando.

-Que lindo como te abrí el culo,- dije. Y le mande una escupidita adentro. Se la esparcí con el pulgar.
-Vení, ponéte en cuatro que esto recién empieza.
Me pare al borde de la cama y esperé que se acercara. Sin que le dijera nada solita se agarró el culo y se lo volvió a abrir. Que calentura por dios!

-Vení bebé, agarrame la pija y acomodásela en el ojete,- le dije a Mariana. No lo podía creer, las dos me daban todos los gustos. En realidad se ve que el morbo de la situación las tenía a ellas recalientes también.

Se la acomodó en el culo a Caro. Y yo empujé.
-Ayyy me quema, se me secó un poquito.

Se la saqué y le metí un par de escupidas. Mariana que estaba arrodillada al lado de la hermana pero en sentido contrario me agarró la pija y se la llevó a la boca. Me la llenó de saliva. Otra vez la pija respondió parándose a tope. Se la volví a poner a Caro.

-Ahora sí, ahora sí, ahí entra bien, ayy la tenés enorme, la tenés enorme Max.
-Te gusta mi pija?
-Si, me encanta tu pija, es divina!
-Te gusta más que la de tu novio trola?
-Sí, la tuya, que buena pijaaaa
-Y a vos puta? Cuál te gusta más. Esta o la de tu cuñadito?,- le pregunté a Mariana.
-Ya lo sabés boludo que me encanta tu pija.
-De ahora en más las vas a compartir con tu hermana…
-No, tu pija es mía. Pero si quiere de vez en cuando se la presto.
-Me la vas a tener que prestar seguido,- tiró Caro. –Nunca pensé que gozara tanto con una pija en el culo, auuuu, auuu, como le llena el orto, auuuu, auuu.
-Rompéselo bien mi amor. Dale fuerte para que grite. Dale con toda esa pija enorme.

Le agarré de los brazos a Caro, cosa que me encantaba hacer, y me la empecé a pistolear por el culo. Ella empezó a gritar: “ai-ai-aiaiaiaiaiii-aiaiaiaiaiii- ai-ai-aiaiaiaiaiii”. No decía nada más. Marian tampoco. Estaba concentrada. Yo quería hacerla hablar un poquito, me calienta eso.
-Me vas a acabar puta?
-Si-si-si, auuu, auuu

Acabó, el culo después se le aflojó, y la pija se me manchó con un liquido blanco que le salía del ojete.
-Acabaste?, preguntó Mariana
-Todavía no, pero estoy ahí. Chupáme un poquito los huevos.

Se vino de atrás y abajo y me los chupó. Pero la posición era incomodísima. Les dije de cambiar. Me senté al borde de la cama y le dije a Caro que se sentara encima de espadas a mi, y con la pija en el orto. Como hacíamos seguido con Mariana.

Entonces le pedí a Mariana que retomara la chupada. Era recalentón verla en cuatro en el piso, chupándome los huevos que estaban listos para explotar, tan cerquita de la concha de su hermana. Si no hubiese sentido su lengua en mis bolas, desde donde yo estaba parecía que le chupaba la concha a la hermana.

Caro se movía despacio.
-Dale Caro, movéte, cabalgáme la pija,- le pedí. Estaba listo para regarle de leche el orto.
Entró a cabalgar.
-Ayy, me revuelve todo el estómago,- dijo Caro. -La siento hasta arriba de todo.

De golpe Se fue para adelante. Las manos en las rodillas y el culo completamente ensartado. Marian vio que la concha de la hermana se le venía en la cara y se corrió para atrás.

-Dale, hacélo acabar. Dale que ya está ahí,- dijo Marian que parecía haberme leído el pensamiento.
-Pará, paremos un cacho,- contestó Caro.
-Te duele mucho?,- pregunté yo.
-Me duele la panza.
-Sentís ganas de ir al baño?,- le dijo Marian.
-Si, un poquito.
-Un poquito o tenés ganas de cagar?,- volvió a preguntar.

Caro no contestó. Respiraba profundo y exhalaba por la boca. Se veía que estaba aguantando. Me empezó a apretar la pija con el culo. Me dolío y dije “Ayyy”
-Aflojate que no pasa nada. Es normal. Parece que te vas a hacer caca, pero no pasa nada,- trató de convencerla Mariana. –Movete despacito, respirá y movete despacio.

Caro le hizo caso en lo de moverse pero el culo seguía apretado. Cuando subió, sentí que algo bajaba y me rozaba la pija adentro de su culo. Terrible sorete.
La agarré de la cintura para que no se saliera y la senté otra vez arriba mío entera.

-Paremos un cachito,- dije yo.
Marian entendió y la acarició la pierna a la hermana. Después para mi sorpresa le tiró una frase bestial: “quédate tranquila que no se sale”.
-Giremos,- dije yo.

La abracé y rodamos en la cama. Terminamos como en cuatro arrodillados en el piso.
-Te la bancás un cachito más?-, pregunté yo que seguía clavado en ese culo y con los huevos llenos de leche.
-No Max, sacámela.

Pensé en violarla pero empecé a salir.
Salí despacio, dejá que se me cierre.
Hice eso. Después me paré. Ella seguía en el suelo con el culo apretado. Cuando se recobró se paró y apretando el paso fue al baño y cerró la puerta de un portazo.

La pija estaba cagada en la punta. Pero había un solo baño así que me quedé ahí parado como un estúpido. Mariana que se dio cuenta fue por las toallitas húmedas que tenía en la mesita de luz y me limpio la caca. Hizo un bollo, agarró otra y me limpio toda la pija. Después uso una tercera para repasar todo y me limpio también los huevos.

El contacto con el frío de la toallita húmeda en las pelotas me la hizo poner dura. Los huevos se contrajeron en sus bolsitas.

-Te duele?,- preguntó Mariana.
-No
-Tenés los huevos enormes.
-Sí, la leche ya quiere salir.
-Querés que te haga la paja y me la tirás en la cara?
No esperó la respuesta. Ya me la estaba ordeñando.

-No, quiero que termines lo que empezó tu hermana, cabalgáme con el orto mi amor.
-Bueno daaale, sentate.

Me senté en el borde de la cama. Ella seguía arrodillada en el piso y así vino hasta mi, y se metió entre mis piernas y me peteó la pija. Mientras se pajeaba. Después con los dedos que se había metido en la concha me frotó el glande para lubricarlo. “Listo”, anunció.

Se paró, se dio vuelta y bajó hasta que estuvo a tiro de mi pija. Manoteó ella sola mi chota entre las piernas y se la acomodó despacito en la cola. Empezó a bajar y subir despacito hasta que se la clavó en el orto y siguió así sin soltarme la pija, cojiendo solo con la punta de mi poronga.

-Que lindo como me cojés la pija bebé,- le dije
-Te gusta papi?
-Me encanta putita, sos la mejor, gracias por esto!
-Te gusta mi culo?
-Si
-Más que el de mi hermana?
-Es hermoso. Pero lo que más me gusta de vos es que no te importa nada. Vos te hubiese cagado en mi pija mientras te pajeabas y acababas al mismo tiempo.
-Es lo que voy a hacer ahora, jajajaj, no el mío hoy está limpito. Mirá!

Se paró y se lo abrió con las manos. Después se sentó de nuevo, yo apunté la pija al culo y se metió sin problemas.
-Lo tenés reabierto trola.
-Vos me lo rompiste…
Y empezó a cabalgarme con el culo.

-Aseeee, aseeeeee, aseee, gritaba.
En eso volvió Caro.
-No me esperaron.
-No, vos te fuiste a cagar, ahora me toca a mi.
Su culo rebotaba contra mi vientre. Que buenas nalgas!. Caro se quedó parada sin saber qué hacer.
-Vení, chupale los huevos como yo le hice antes!, ordenó Marian que no paraba de cabalgarme el pito. Tenía el culo abierto y mojado. Se sentía como por la concha ya.

Caro se metió entra nuestras piernas y buscó mis huevos. Se le complicaba para chupar porque Mariana no de dejaba de pajear y apenas sentía la punta de la lengua. Se los dije y Mariana se tiró más para atrás, yo saqué el culo para que quedara fuera del colchón y Caro me empezó a comer los huevos con ganas.

-Hija de putaaaa, me estás cojiendo con la nariz,- se rió Mariana.
La hermana en vez de salir le refregó la nariz en la concha, como jugando y riéndose.
-Pará trola que me calentás,- le dijo cagada de risa.
Para Caro fue la luz verde y pasó de mis huevos a comerle la concha a la hermana (después supe por Caro que ésta había sido una fantasía suya hacía tiempo).

-Puta me comiste la concha!
Caro no contestó, sabía que a Marian le gustaba y que era mejor no decir nada. La situación era morbosísima. Yo quería dejar todo y ver pero la tenía a Mariana arriba. La hermana le comía el clítoris y la raya con la lengua.

Mariana se tiró para atrás y se acostó sobre mi. Yo empecé a moverme para seguir culiandola y la hermana se vino encima de la conchita abierta de Mariana que tenía las patas abiertas como una rana y las movía en el aire como nadando. Puro placer.

Caro le agarró las piernas a Marianita, y le comió la concha con furia. La pendeja acabó a los gritos. Después de comersela un ratito más, bajó y me empezó a chupar el culo. La gloria. La leche me brotó y Mariana sintió el chorrazo de semen en el orto. Ayyy, seeeeeeee, seeeeee”, grité yo. “Siiiii, que lindooooo, llenáme, llenáme todaaaaa”, gritó Marian.
Carito volvió a chuparle la concha.

-Trola de mierdaaaa, como me chupas la concha putaaaa, te acabo de nuevo, aaaaaaahhhhh, los dos, los dos, nos hiciste acabar a los dos putaaa. Qué bueno, que bueno!,- decía Marian, Eran puros gritos. Imaginé que nos habían escuchado en todo el edificio pero a ninguno le importó nada. Caro se subió a la cama y le dio un beso a Mariana. Yo las miré. Después me metió un pico a mi.

-Espero que les haya gustado,- dijo Caro
-Estuvo divino,- contestó Marian.
Yo pensaba lo mismo.