Sigue de "Sexo con marianita 9"
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Y SIGUE:
Al día siguiente aparecí por su casa un rato antes de las nueve. Había salido del trabajo tarde y no pasé por casa, porque se me iba a hacer más tarde y fui directo.
El portero ya me conocía y me dejó pasar y subí directamente. Golpeé y escuché la voz de Caro preguntar quien era. Me abrió.
-Otra vez me agarrás en pijama.
Tenía puesto un culote y remerita con dibujitos de los Looney Toons.
-No estás grande para los Lonney Toons?, le pregunté.
-Mira quien habla, el que sale con nenitas…
Me quedé callado sin poder meter una respuesta rápida. Al final le contesté: “Ok me cagaste”.
Ella ya se había dado vuelta y enfiló para la cocina. Mi vista se fijó en ese culo. El culote le quedaba medio grande de atrás y atrapaba lo que sobraba al caminar.
-Vení para la cocina, estoy haciendo ñoquis. Te gustan los ñoquis?
-Si me encanta. Pero la hija de puta de tu hermana me dijo que iba a cocinar ella.
-Te mintió entonces. Por lo menos ayuda yendo al súper. Fue a comprar vino y un postre.
-Yo traje un vino.
Miró la botella, comentó que estaba bueno y lo puso en la heladera. “Guardamos el otro”, dijo.
-O tomamos los dos, si no…
-Nos querés emborrachar?
-No creo que tenga que insistir muco.
Mientras me hablaba revolvía la salsa.
-Qué buen olor que tiene eso.
Me le acerqué y medio que apoyé la chota en el culo.
-Te ayudo en algo?
-Si querés llevá estas cosas a la mesa.
Le di una mano. Cuando volví a la cocine otra vez le relojié el orto. Me vinieron ganas de garchármela ahí. Estaba seguro que si Mariana volvía se sumaba a la fiesta. Últimamente estaba medio sacado y encima me daba resultados. Así que me le acerqué y la agarré de la cintura.
-Qué hay de postre?,- pregunté
Se dio vuelta. Pensé que la ligaba pero le vi la cara de histeriqueada al toque. “El postre pedíselo a mi hermana”.
-Yo pensé que hoy cocinabas vos…
-Portate bien Maxi.
Me salí.
-Cómo les fue en Mar de las Pampas?
-Bien
Sentí que se abría la puerta.
-Estamos en la cocina!, gritó la hermana.
-Mariana apoyó las bolsas del super corrió a abrazarme.
Después acomodó las cosas en la heladera. La hermana había puesto los ñoquis. A los 5 minutos estábamos comiendo.
Tomamos un vino y después la hermana se apuró a levantar los platos y se fue al cuarto.
-Vamos a mi cuarto,- me dijo Mariana cinco minutos después.
Nos instalamos en la cama y nos dimos besos un rato. Me volvió a preguntar por lo de la pintura de la casa de mis viejos para ver si metía la pata y contaba otra cosa. Repetí la misma historia y después para zafar le pregunté yo.
-Che, al final no me contaste nada de cómo les fue
-Nos fue bien
-Qué hicieron?
-El viernes llegamos allá tipo una. Dejamos los bártulos y después salimos a comer una pizza en uno de los pocos lugares que encontramos abiertos. Después nos volvimos a la casa de Martín. Ellos se fueron al cuarto a garchar y yo me quedé viendo tele en el living.
-Te tocaste mucho?, pregunté sabiendo de antemano la respuesta.
-Si, estaba recaliente y los gemiditos de la puta de mi hermana y alguna cosa del otro que pesqué me pusieron re caliente…. Como ahora.
Me agarró la mano y me la llevó a la concha, por debajo de su mini de jean. Se corrió la bombachita y me dijo: “mirá, tocáme”.
Acaricié la rajita que estaba empapada y un dedito se hundió en su conchita. Jugué mientras le seguía hablando.
-Estás muy mojadita
-Sí estuve todo el fin de semana caliente… (hizo una pausa). Te tengo que contar algo…(el tono de voz le cambió)
-Qué?
-No te vas a enojar?
-No se, decime...
-Estuve con Martín
Por cinco segundos no entendí nada. Debo haber puesto cara de bobo más que de enojado, hasta que pude abrir la boca.
-Cuándo? Allá?
-Sí allá.
-Sos una hija de puta!, en serio?
-Sí. Pasó, estaba caliente, me buscó y lo dejé
-Y tu hermana sabe?
-Sí.
-Se las garchó a las dos?
-No. Mi hermana se había ido a dormir.
-Y que te dijo cuando le dijiste?
La curiosidad y el morbo le habían ganado momentáneamente a mi enojo (que estaba igual a flor de piel). El turro de Martín se había cojido a Mariana. Me sentía cagado aunque no tenía razones. Sabía que la pendeja era reputa, pero estaba en re pija y no la había visto venir. Pero ella interpretó mi curiosidad y se explayó.
-Mi hermana se la sirvió a Martín en bandeja. Se hizo la borracha y se fue a dormir al cuarto para dejarnos solo. La noche anterior cuando se la cojía le había dicho que me fuera a buscar así me sumaban (se refería a Martín). Mi hermana me lo contó al día siguiente. Me dijo si me lo quería garchar. Le dije que ni en pedo. Pero me siguió quemando la cabeza, me dijo que le calentaba la idea de verme con él. “Ni en pedo garcho con él adelante tuyo. Después al pelotudo no va haber quién lo aguante, no me lo voy a poder sacar de encima”. Le dije que con vos se iba a pudrir todo y no quería…
-Pero te lo garchaste igua!, metí todavía enojado.
-Si te sirve de consuelo, no me gustó tanto.
-O sea que un poco lo disfrutaste.
-No te voy a mentir, estaba recaliente, pero más que con el era la idea de que mi hermana se estaba pajiando en el cuarto escuchando qué hacíamos.
-Y ahora?
-Ya fue, fue una calentura y listo. Es más, creo que mi hermana me dejó cogérmelo para tener una excusa para largarlo.
-Ahora me decís que tu hermana te dejó cogértelo? No era que no querías?
-Me daba morbo. A ella también. La guacha está más caliente que yo con la idea de hacer un trío los tres.
-Que suerte tienen algunos…
-No, no entendiste, nosotros tres…
Debo haberme quedado otra vez con cara de pelotudo.
-Porqué te crees que se pasea en bombachita cuando vos estás. Está recaliente con vos. Creo que hasta tenía más ganas de que vinieras a Mar de las Pampas que yo. Ya se había hecho la idea de dejarlo a Martín cojer conmigo para poder garchar ella con vos. Y ahora se lo ganó.
-A vos te calienta la idea de verme garchar con tu hermana?
-Porqué te crees que tengo la concha así.
Su mano volvió a jugar con la conchita. Se le veía brillosa de lo mojada que estaba. Se pasó dos dedos. Y mi pija reaccionó en dos segundos.
-Qué pedazo de puta que sos (se lo dije caliente)
-Se te pasó el enojo entonces?,- me preguntó mientras se seguía tocando la concha. Era evidente que la calentura la superaba ella también y no podía dejar de masturbarse.
-Un poco… el otro poco se me va a pasar cuando las dos me chupen la pija.
-No yo miro, quiero ver como te la cojés a ella.
-Bueno dale, traéla.
-Estás contento que te vas a garchar a mi hermana?
-Mirá que contento estoy,- le dije y saqué la pija dura, al repalo, enorme.
Me la chupó un toque para dejarme más caliente.
-Guardála, quiero ver la cara que pone cuando la saque ella,- dijo mientras se levantaba de la cama y salía por la puerta.
Pasaron 2 segundos y me puse nervioso. Ya había estado con dos minas juntas cuando estaba en la Facu. Y con Barbi, una gordita calentona con la que salía, nos habíamos comido a una pendeja que ella se levantó en un boliche.
En realidad lo de gordita no le hace justicia. Era flaca, pero con la carita redonda tipo gordita. Una onda Andrea Rincón, con un culo y tetas bien carnosas, pero más petisa (tipo 1,68). La pendeja era morocha flaquita y sin tetas. Lo opuesto. Pero a Barbi le calentaba la pendeja, y se había hecho chupar la concha por ella todo el tiempo.
Ojalá estas dos tortearan. Sabía que para lograrlo me tenía que hacer dueño de la situación y manejarla yo. Los nervios seguían, pero a medida que pasaban los segundos, me relajé un poco. Igual cuando vi que tardaban me imaginé que a Mariana le estaba costando convencerla a la otra que se había enfriado. Pero dos segundos después escuché pasos.
Se venía. Me incorporé en la cama, ubicado en el medio. Se abrió la puerta y entró primero la hermana seguida de Mariana. Caro no tenía más el pijamita. Se había puesto un conjunto rojo de encaje. La tanguita era rechiquita.
-Te gusta como te la produje?, preguntó Mariana.
-Me encanta.
Me paré y fui hasta ellas, que se habían quedado frenadas a los pies de la cama. La agarré a la hermana de la cintura, y después con las dos manos del culo, y la traje hacia mi.
Abrió la boca y me metió flor de chupón que duró un minuto o dos. Después metió una mano entre nosotros y buscó mi pija. Yo tenía el jean desabrochado así que la encontró enseguida. La acarició por arriba del calzón y después metió la mano.
-Te gusta mi pija,- le pregunté para hacerla hablar. Hasta entonces no había dicho nada por calentura o nervios.
-Si es re linda.
-Te le habías imaginado ya?
-Sí, mi hermana me había dicho que la tenías ancha, pero que era proporcionada.
-Bueno, ahora la podés ver.
Me separé y me saqué la camisa y me quedé en cuero. Ella ya la había sacado y me la miraba extasiada mientras me pajeaba.
-Sacále el pantalón,-metió Mariana.
-Vos dejála que haga lo que quiera,- le contesté.
La hermana ni bola le dio. Estaba embobada con mi pija. Se arrodilló, la miró de cerca mientras me seguía tocando. Yo moría por que se la llevara a la boca pero la dejé hacer. Al final se la comió y me empezó a petear re lindo. Era muy buena. Abría la boca y sacaba la lengua de manera que mientras se la comía la lengüita rozara la parte de debajo de la chota. Así hasta que llegó a comérsela toda y la lengua acarició la base de la pija.
Pensé que le iba a tirar la leche en 5 segundos. Entonces cambié de pensamiento y metí bocadillo para recuperar el control.
-Qué bien que la chupas!
-Te gusta?, preguntó Caro sacándosela de la boca.
-Sí, vení.
La hice pararse y le metí un beso a esos labios empapados de saliva. Mi pija le apuntaba a la concha y se rozaba con su bombachita de encaje. Le metí mano a la concha, y corriéndole la bombacha le acaricié la raja. Tan mojada como la hermana.
-Estés re mojada,- le dije. -Tan mojada como tu hermana,- le dije mirando Mariana. –Querés ver como me sigue comiendo la pija?, le pregunté a Marianita.
-Sí, que se la coma toda. Ella tiene ganas.
-Tenés ganas?,- le pregunté a Caro.
-Sí, mal,- me contestó mientras me pajeaba otra vez.
-Vení, vamos a la cama.
Caro me sacó los pantalones y se subió a la cama entre mis piernas y retomó el pete. Mariana se sacó la pollerita de jean y se ubicó a mi derecha, arrodillada en la cama, con los talones pegados a la cola y medio de costado a mi para poder ver bien como la hermana se comía la pija.
Yo estiré el brazo derecho y le acaricié la cola a Marian que me contestó levantándola un poquito y abriendo las piernas. Con mis dedos busqué esa concha mojada, y se la acaricié con el anular desde la concha al orto, que se mojó también con sus flujos.
Trabajé un rato así mientras mi vista iba otra vez a la hermana, que había bajado a chuparme los huevos sin dejar de hacerme la paja.
-Así, chupále los huevos que le encanta!,- metió Mariana.
-Si ya se,- contestó la hermana medio molesta.
-Te estuvo dando tips?,- le pregunté
-Ayer le estuve preguntando todo el día que te gustaba
-Y qué te dijo?
Sonrió pícara.
-Que te gustaba que te chupen el culo también.
-Sí, me encanta, pero cuidado que después me saco y quiero romper culos.
-Chupáselo!,- intervino Mariana, que ya tenía dos de mis dedos en la concha y el pulgar frotándole el ojete, y se pajeaba además el clítoris con su mano derecha.
-Vos pará de dar órdenes, y cométe mi pija, mientras tu hermana me chupa el orto.
La miró a la hermana como diciendo “que onda, lo hacemos?”, pero la calentura de la hermana era tal que ya había bajado más, e iba con su lengua a mi orto. Y me lo empezó a pincelar .
Mariana tiró el culo para atrás, y se acomodó para comerse mi pija. El culo me había quedado cerquita de la cara y se le veía la concha en primer plano, dilatada, abierta y súper mojada. Lo mismo que el culo.
Le metí el anular en el orto mientras disfrutaba una comida de pija y culo que todavía recuerdo como uno de los mejores momentos de mi vida.
La hermana me empezó a meter la lengüita en el orto y yo le mandé un segundo dedo por el culo a Marian que se sacó la pija de la boca para comentar lo mucho que le gustaba.
-Qué puto que sos, que bien que me trabajás la cola. No sabés lo que es,- le dijo a la hermana. –Mi hermana quiere que le hagas la cola como me la hacés a mi.
-En serio Carito?, querés que te abra la colita?
-Sí, quiero que mes des por la cola como le das a ella,- contestó la hermana que se iba soltando.
-Qué estamos esperando entonces.
Me levanté y la traje a la hermana hacia mi, se me subió desplazando a Mariana que se salió. Caro no tardó ni dos segundos en subirse arriba mío y meterse la pija en la concha. Yo le chupé las tetas.
La guacha largaba un “aaaaahhhh, aaaahhhhhh” con los ojos cerrados, la boca abierta y la cabeza medio tirada para atrás. Aproveché y le metí dos dedos en la boca para que me los chupara.
Mientras Caro le pasaba la lengua a mis dedos como si fuera una pija, Mariana que se estaba pajeando mal, intervino: “pelotuda, te estás chupando los dedos que me metió en el orto”.
La miré a Mariana como para matarla, y la hermana abrió los ojos y para mi sorpresa contestó: “no me importa nada, estoy recaliente”. Venía dirigido a mi. Así que con esos dos dedos ensalivados le trabajé el orto mojándolo. Y se los di para chupar otra vez. Una vez más le trabajé el culo abriéndoselo. Y otra vez me chupó los dedos.
Pero esta vez fui a buscar el culo de Mariana y le metí los deditos en el orto. La pendeja revolvía el culo mal. Le saqué los dedos, y la miré a Caro.
-Los querés.
Contestó que si con la cabeza y mordiéndose el labio, después se los comió. Me calenté con la idea de verla a Caro comiéndole la colita a Mariana.
Le volví a meter los dedos en el orto en el culo a Marianita que se pajeaba mal.
-Me vas a hacer acabar hijo de puta,- anunció Marianita .
-Ayy a mi también, ayy que pija, ayy así, aaaa, aaaaaa, aaaa, ayy que dura que la tenés, la re siento, aaaa- empezó a largar la hermana que me empapaba la pija..
Se sentó sobre los huevos y se meció con la pija adentro, había acabado. Mariana, que seguía con los dedos en el culo todavía no.
-Querés ver como me cojo a tu hermanita?, querés verla acabar?,- le pregunté a Caro.
-Si dale, metésela a ella ahora,- contestó corriéndose. Se desmontó pero sostuvo mi pija parada con una mano. La hermana ocupó su lugar arriba mío. Y Caro se la ubicó en la concha a Marian.
Súper calentón.
(Sigue)
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Y SIGUE:
Al día siguiente aparecí por su casa un rato antes de las nueve. Había salido del trabajo tarde y no pasé por casa, porque se me iba a hacer más tarde y fui directo.
El portero ya me conocía y me dejó pasar y subí directamente. Golpeé y escuché la voz de Caro preguntar quien era. Me abrió.
-Otra vez me agarrás en pijama.
Tenía puesto un culote y remerita con dibujitos de los Looney Toons.
-No estás grande para los Lonney Toons?, le pregunté.
-Mira quien habla, el que sale con nenitas…
Me quedé callado sin poder meter una respuesta rápida. Al final le contesté: “Ok me cagaste”.
Ella ya se había dado vuelta y enfiló para la cocina. Mi vista se fijó en ese culo. El culote le quedaba medio grande de atrás y atrapaba lo que sobraba al caminar.
-Vení para la cocina, estoy haciendo ñoquis. Te gustan los ñoquis?
-Si me encanta. Pero la hija de puta de tu hermana me dijo que iba a cocinar ella.
-Te mintió entonces. Por lo menos ayuda yendo al súper. Fue a comprar vino y un postre.
-Yo traje un vino.
Miró la botella, comentó que estaba bueno y lo puso en la heladera. “Guardamos el otro”, dijo.
-O tomamos los dos, si no…
-Nos querés emborrachar?
-No creo que tenga que insistir muco.
Mientras me hablaba revolvía la salsa.
-Qué buen olor que tiene eso.
Me le acerqué y medio que apoyé la chota en el culo.
-Te ayudo en algo?
-Si querés llevá estas cosas a la mesa.
Le di una mano. Cuando volví a la cocine otra vez le relojié el orto. Me vinieron ganas de garchármela ahí. Estaba seguro que si Mariana volvía se sumaba a la fiesta. Últimamente estaba medio sacado y encima me daba resultados. Así que me le acerqué y la agarré de la cintura.
-Qué hay de postre?,- pregunté
Se dio vuelta. Pensé que la ligaba pero le vi la cara de histeriqueada al toque. “El postre pedíselo a mi hermana”.
-Yo pensé que hoy cocinabas vos…
-Portate bien Maxi.
Me salí.
-Cómo les fue en Mar de las Pampas?
-Bien
Sentí que se abría la puerta.
-Estamos en la cocina!, gritó la hermana.
-Mariana apoyó las bolsas del super corrió a abrazarme.
Después acomodó las cosas en la heladera. La hermana había puesto los ñoquis. A los 5 minutos estábamos comiendo.
Tomamos un vino y después la hermana se apuró a levantar los platos y se fue al cuarto.
-Vamos a mi cuarto,- me dijo Mariana cinco minutos después.
Nos instalamos en la cama y nos dimos besos un rato. Me volvió a preguntar por lo de la pintura de la casa de mis viejos para ver si metía la pata y contaba otra cosa. Repetí la misma historia y después para zafar le pregunté yo.
-Che, al final no me contaste nada de cómo les fue
-Nos fue bien
-Qué hicieron?
-El viernes llegamos allá tipo una. Dejamos los bártulos y después salimos a comer una pizza en uno de los pocos lugares que encontramos abiertos. Después nos volvimos a la casa de Martín. Ellos se fueron al cuarto a garchar y yo me quedé viendo tele en el living.
-Te tocaste mucho?, pregunté sabiendo de antemano la respuesta.
-Si, estaba recaliente y los gemiditos de la puta de mi hermana y alguna cosa del otro que pesqué me pusieron re caliente…. Como ahora.
Me agarró la mano y me la llevó a la concha, por debajo de su mini de jean. Se corrió la bombachita y me dijo: “mirá, tocáme”.
Acaricié la rajita que estaba empapada y un dedito se hundió en su conchita. Jugué mientras le seguía hablando.
-Estás muy mojadita
-Sí estuve todo el fin de semana caliente… (hizo una pausa). Te tengo que contar algo…(el tono de voz le cambió)
-Qué?
-No te vas a enojar?
-No se, decime...
-Estuve con Martín
Por cinco segundos no entendí nada. Debo haber puesto cara de bobo más que de enojado, hasta que pude abrir la boca.
-Cuándo? Allá?
-Sí allá.
-Sos una hija de puta!, en serio?
-Sí. Pasó, estaba caliente, me buscó y lo dejé
-Y tu hermana sabe?
-Sí.
-Se las garchó a las dos?
-No. Mi hermana se había ido a dormir.
-Y que te dijo cuando le dijiste?
La curiosidad y el morbo le habían ganado momentáneamente a mi enojo (que estaba igual a flor de piel). El turro de Martín se había cojido a Mariana. Me sentía cagado aunque no tenía razones. Sabía que la pendeja era reputa, pero estaba en re pija y no la había visto venir. Pero ella interpretó mi curiosidad y se explayó.
-Mi hermana se la sirvió a Martín en bandeja. Se hizo la borracha y se fue a dormir al cuarto para dejarnos solo. La noche anterior cuando se la cojía le había dicho que me fuera a buscar así me sumaban (se refería a Martín). Mi hermana me lo contó al día siguiente. Me dijo si me lo quería garchar. Le dije que ni en pedo. Pero me siguió quemando la cabeza, me dijo que le calentaba la idea de verme con él. “Ni en pedo garcho con él adelante tuyo. Después al pelotudo no va haber quién lo aguante, no me lo voy a poder sacar de encima”. Le dije que con vos se iba a pudrir todo y no quería…
-Pero te lo garchaste igua!, metí todavía enojado.
-Si te sirve de consuelo, no me gustó tanto.
-O sea que un poco lo disfrutaste.
-No te voy a mentir, estaba recaliente, pero más que con el era la idea de que mi hermana se estaba pajiando en el cuarto escuchando qué hacíamos.
-Y ahora?
-Ya fue, fue una calentura y listo. Es más, creo que mi hermana me dejó cogérmelo para tener una excusa para largarlo.
-Ahora me decís que tu hermana te dejó cogértelo? No era que no querías?
-Me daba morbo. A ella también. La guacha está más caliente que yo con la idea de hacer un trío los tres.
-Que suerte tienen algunos…
-No, no entendiste, nosotros tres…
Debo haberme quedado otra vez con cara de pelotudo.
-Porqué te crees que se pasea en bombachita cuando vos estás. Está recaliente con vos. Creo que hasta tenía más ganas de que vinieras a Mar de las Pampas que yo. Ya se había hecho la idea de dejarlo a Martín cojer conmigo para poder garchar ella con vos. Y ahora se lo ganó.
-A vos te calienta la idea de verme garchar con tu hermana?
-Porqué te crees que tengo la concha así.
Su mano volvió a jugar con la conchita. Se le veía brillosa de lo mojada que estaba. Se pasó dos dedos. Y mi pija reaccionó en dos segundos.
-Qué pedazo de puta que sos (se lo dije caliente)
-Se te pasó el enojo entonces?,- me preguntó mientras se seguía tocando la concha. Era evidente que la calentura la superaba ella también y no podía dejar de masturbarse.
-Un poco… el otro poco se me va a pasar cuando las dos me chupen la pija.
-No yo miro, quiero ver como te la cojés a ella.
-Bueno dale, traéla.
-Estás contento que te vas a garchar a mi hermana?
-Mirá que contento estoy,- le dije y saqué la pija dura, al repalo, enorme.
Me la chupó un toque para dejarme más caliente.
-Guardála, quiero ver la cara que pone cuando la saque ella,- dijo mientras se levantaba de la cama y salía por la puerta.
Pasaron 2 segundos y me puse nervioso. Ya había estado con dos minas juntas cuando estaba en la Facu. Y con Barbi, una gordita calentona con la que salía, nos habíamos comido a una pendeja que ella se levantó en un boliche.
En realidad lo de gordita no le hace justicia. Era flaca, pero con la carita redonda tipo gordita. Una onda Andrea Rincón, con un culo y tetas bien carnosas, pero más petisa (tipo 1,68). La pendeja era morocha flaquita y sin tetas. Lo opuesto. Pero a Barbi le calentaba la pendeja, y se había hecho chupar la concha por ella todo el tiempo.
Ojalá estas dos tortearan. Sabía que para lograrlo me tenía que hacer dueño de la situación y manejarla yo. Los nervios seguían, pero a medida que pasaban los segundos, me relajé un poco. Igual cuando vi que tardaban me imaginé que a Mariana le estaba costando convencerla a la otra que se había enfriado. Pero dos segundos después escuché pasos.
Se venía. Me incorporé en la cama, ubicado en el medio. Se abrió la puerta y entró primero la hermana seguida de Mariana. Caro no tenía más el pijamita. Se había puesto un conjunto rojo de encaje. La tanguita era rechiquita.
-Te gusta como te la produje?, preguntó Mariana.
-Me encanta.
Me paré y fui hasta ellas, que se habían quedado frenadas a los pies de la cama. La agarré a la hermana de la cintura, y después con las dos manos del culo, y la traje hacia mi.
Abrió la boca y me metió flor de chupón que duró un minuto o dos. Después metió una mano entre nosotros y buscó mi pija. Yo tenía el jean desabrochado así que la encontró enseguida. La acarició por arriba del calzón y después metió la mano.
-Te gusta mi pija,- le pregunté para hacerla hablar. Hasta entonces no había dicho nada por calentura o nervios.
-Si es re linda.
-Te le habías imaginado ya?
-Sí, mi hermana me había dicho que la tenías ancha, pero que era proporcionada.
-Bueno, ahora la podés ver.
Me separé y me saqué la camisa y me quedé en cuero. Ella ya la había sacado y me la miraba extasiada mientras me pajeaba.
-Sacále el pantalón,-metió Mariana.
-Vos dejála que haga lo que quiera,- le contesté.
La hermana ni bola le dio. Estaba embobada con mi pija. Se arrodilló, la miró de cerca mientras me seguía tocando. Yo moría por que se la llevara a la boca pero la dejé hacer. Al final se la comió y me empezó a petear re lindo. Era muy buena. Abría la boca y sacaba la lengua de manera que mientras se la comía la lengüita rozara la parte de debajo de la chota. Así hasta que llegó a comérsela toda y la lengua acarició la base de la pija.
Pensé que le iba a tirar la leche en 5 segundos. Entonces cambié de pensamiento y metí bocadillo para recuperar el control.
-Qué bien que la chupas!
-Te gusta?, preguntó Caro sacándosela de la boca.
-Sí, vení.
La hice pararse y le metí un beso a esos labios empapados de saliva. Mi pija le apuntaba a la concha y se rozaba con su bombachita de encaje. Le metí mano a la concha, y corriéndole la bombacha le acaricié la raja. Tan mojada como la hermana.
-Estés re mojada,- le dije. -Tan mojada como tu hermana,- le dije mirando Mariana. –Querés ver como me sigue comiendo la pija?, le pregunté a Marianita.
-Sí, que se la coma toda. Ella tiene ganas.
-Tenés ganas?,- le pregunté a Caro.
-Sí, mal,- me contestó mientras me pajeaba otra vez.
-Vení, vamos a la cama.
Caro me sacó los pantalones y se subió a la cama entre mis piernas y retomó el pete. Mariana se sacó la pollerita de jean y se ubicó a mi derecha, arrodillada en la cama, con los talones pegados a la cola y medio de costado a mi para poder ver bien como la hermana se comía la pija.
Yo estiré el brazo derecho y le acaricié la cola a Marian que me contestó levantándola un poquito y abriendo las piernas. Con mis dedos busqué esa concha mojada, y se la acaricié con el anular desde la concha al orto, que se mojó también con sus flujos.
Trabajé un rato así mientras mi vista iba otra vez a la hermana, que había bajado a chuparme los huevos sin dejar de hacerme la paja.
-Así, chupále los huevos que le encanta!,- metió Mariana.
-Si ya se,- contestó la hermana medio molesta.
-Te estuvo dando tips?,- le pregunté
-Ayer le estuve preguntando todo el día que te gustaba
-Y qué te dijo?
Sonrió pícara.
-Que te gustaba que te chupen el culo también.
-Sí, me encanta, pero cuidado que después me saco y quiero romper culos.
-Chupáselo!,- intervino Mariana, que ya tenía dos de mis dedos en la concha y el pulgar frotándole el ojete, y se pajeaba además el clítoris con su mano derecha.
-Vos pará de dar órdenes, y cométe mi pija, mientras tu hermana me chupa el orto.
La miró a la hermana como diciendo “que onda, lo hacemos?”, pero la calentura de la hermana era tal que ya había bajado más, e iba con su lengua a mi orto. Y me lo empezó a pincelar .
Mariana tiró el culo para atrás, y se acomodó para comerse mi pija. El culo me había quedado cerquita de la cara y se le veía la concha en primer plano, dilatada, abierta y súper mojada. Lo mismo que el culo.
Le metí el anular en el orto mientras disfrutaba una comida de pija y culo que todavía recuerdo como uno de los mejores momentos de mi vida.
La hermana me empezó a meter la lengüita en el orto y yo le mandé un segundo dedo por el culo a Marian que se sacó la pija de la boca para comentar lo mucho que le gustaba.
-Qué puto que sos, que bien que me trabajás la cola. No sabés lo que es,- le dijo a la hermana. –Mi hermana quiere que le hagas la cola como me la hacés a mi.
-En serio Carito?, querés que te abra la colita?
-Sí, quiero que mes des por la cola como le das a ella,- contestó la hermana que se iba soltando.
-Qué estamos esperando entonces.
Me levanté y la traje a la hermana hacia mi, se me subió desplazando a Mariana que se salió. Caro no tardó ni dos segundos en subirse arriba mío y meterse la pija en la concha. Yo le chupé las tetas.
La guacha largaba un “aaaaahhhh, aaaahhhhhh” con los ojos cerrados, la boca abierta y la cabeza medio tirada para atrás. Aproveché y le metí dos dedos en la boca para que me los chupara.
Mientras Caro le pasaba la lengua a mis dedos como si fuera una pija, Mariana que se estaba pajeando mal, intervino: “pelotuda, te estás chupando los dedos que me metió en el orto”.
La miré a Mariana como para matarla, y la hermana abrió los ojos y para mi sorpresa contestó: “no me importa nada, estoy recaliente”. Venía dirigido a mi. Así que con esos dos dedos ensalivados le trabajé el orto mojándolo. Y se los di para chupar otra vez. Una vez más le trabajé el culo abriéndoselo. Y otra vez me chupó los dedos.
Pero esta vez fui a buscar el culo de Mariana y le metí los deditos en el orto. La pendeja revolvía el culo mal. Le saqué los dedos, y la miré a Caro.
-Los querés.
Contestó que si con la cabeza y mordiéndose el labio, después se los comió. Me calenté con la idea de verla a Caro comiéndole la colita a Mariana.
Le volví a meter los dedos en el orto en el culo a Marianita que se pajeaba mal.
-Me vas a hacer acabar hijo de puta,- anunció Marianita .
-Ayy a mi también, ayy que pija, ayy así, aaaa, aaaaaa, aaaa, ayy que dura que la tenés, la re siento, aaaa- empezó a largar la hermana que me empapaba la pija..
Se sentó sobre los huevos y se meció con la pija adentro, había acabado. Mariana, que seguía con los dedos en el culo todavía no.
-Querés ver como me cojo a tu hermanita?, querés verla acabar?,- le pregunté a Caro.
-Si dale, metésela a ella ahora,- contestó corriéndose. Se desmontó pero sostuvo mi pija parada con una mano. La hermana ocupó su lugar arriba mío. Y Caro se la ubicó en la concha a Marian.
Súper calentón.
(Sigue)
8 comentarios - Sexo con Marianita 10
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