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La repostera

El sexo y la comida no es algo que me haya llamado mucho la atención nunca, siempre lo vi como un fetiche poco excitante. Pero eso cambió un día que mi compañera me lo propuso, la primera vez fue con unos alfajores que compré antes de ir al telo, pero no pasó a mayores, no fue algo que recuerde como una gran experiencia. La segunda vez fue otra cosa, venia mejor preparada la cosa, y mi amor que no es de mucho cocinar, en aquellos días hacia un cheese cake muy rico y con eso nos preparamos para ir a un hotel. Después de unos mimos convencionales, sacamos el preciado bocado y nos dedicamos a comerlo y besarnos, después los esparcí por las zonas mas sensibles de su cuerpo y empecé a comérmela literalmente, primero en sus tetas, C nunca las tuvo grandes pero si perfectas, con una caída hermosa, pezones rosados y turgentes, sus pechos fueron el primer plato del día, y yo ya estaba totalmente al palo y a punto de estallar, seguí por el abdomen mientras ella se retorcía en una mezcla de gemidos y palabras ininteligibles mientras yo seguía levantando presión, bajé un poco mas hasta su conchita, ya no podía mas, comer esa torta en su vagina fue una de las cosas mas excitantes que me pasaron en la vida, su clítoris y sus labios enchastrados de dulce y mezclados con su flujo eran el bocado mas delicioso que jamás probé, debo decir que estuve mas de 20 minutos lamiendo y besando toda su concha, y ella no paraba de contorsionarse en la cama boca arriba y con sus muslos apretando mi cabeza contra su sexo que no paraba de chorrear, los dos estábamos cada vez mas calientes, y enloquecidos en una mezcla de transpiración, fluidos corporales y restos del postre por todo nuestros cuerpos. Me faltaba una parte mas, la mas perfecta de su anatomía, su hermoso culo, y en medio de la vorágine la di vuelta y quedo todo para mi, que decir de esa obra de arte, me faltan palabras para poder expresar lo que sentí en ese momento, C tiene el culo mas divino que yo haya visto, digno de poner en un marco, pero ese día estaba a mi disposición, y embadurnado de comida. Comencé a lamerle los glúteos hasta que le quedaron limpios y brillantes, seguí jugando con mi lengua en su rosado esfínter alternando con su concha que ya estaba enrojecida y dilatada, me quedé un buen rato en toda esa zona hasta que me dijo -“ahora si cogeme”- yo estaba completamente al palo y excitadísimo, la dejé en esa posición y se la metí hasta el fondo, entró muy fácil ya que aunque tiene una conchita de quinceañera, en ese momento estaba mas que lubricada y con buena dilatación. Una vez adentro empecé a bombear tranquilo y fui incrementando la velocidad y la violencia, cosa que la excitaba mas, y cuanto mas rápido y furioso, mas le gustaba y mas gemía, con una mano en su cuello la tenia sometida contra la almohada, mientras mis caderas golpeaban cada vez con mas fuerza sus nalgas que ya se empezaban a ponerse coloradas, entrando los dos en un ritmo frenético que a mi cortaba la respiración y me acalambraban los abdominales, ya no aguantaba mas, su concha estaba caliente y mojada como nunca, le dije que acababa y ella me dijo “adentro papi, adentro”, instantáneamente termine dentro de ella en un alarido ronco y grave como si la misma muerte me hubiese alcanzado. Y algo de eso hubo porque la agitación me frenaba la respiración, sumado a que estaba completamente mojado, y exhausto, me deje caer sobre su espalda y los dos cuerpos se envolvieron en un mismo sopor, mezcla de sudor y cansancio, regocijo y felicidad. Los dos supimos en ese instante que algo mágico había sucedido, ya no hubo palabras por un largo rato, nos pusimos de frente y nos miramos y besamos dulcemente toda la tarde.

4 comentarios - La repostera

dnegro
,uy agradable, interesante
leodelacrux
dicen que esta bueno garchar 🙄 mientras comes y cargás