Hola a todos, me llamo German, y la historia que les voy a contar fue algo que me ocurrió con una compañera. Trabajo en una oficina, y como compañera más cercana, tengo a mi amiga Ana, es una mujer que tiene más o menos 46 años, morena, medirá 1.65cm y está un poco rellenita.
Esto ocurrió en una cena de Navidad, cenamos muy bien, hubo sus copas correspondientes, su brindis felicitando la navidad, etc … Todos íbamos ya un poco pasaditos de copas, y decidimos la mayoría seguir la fiesta en una discoteca. Estábamos entre doce o trece personas. A parte de conversar con el resto de los compañeros, estaba más cerca de Ana, por la confianza que existía entre nosotros. Bueno, el ambiente era muy bueno y como se pueden imaginar, alguno iba muy ambientado
Había un compañero que miraba mucho a Ana, tiene un buen par de pechos y un culito redondito, está muy apetecible. Ella se empezó a sentir incómoda y me lo dijo, le comenté que se quedara cerca por si acaso este intentaba algo con ella, pero este compañero seguía con su mirada fija. Decidió Ana ir al baño para refrescarse ya que hacía mucho calor en el local. A los pocos minutos apareció enojada. El motivo era que este compañero la había seguido y cuando Ana salió del baño, en la zona de lavados, este sacó el pene.
Cuando me lo comentó, le dije, -¿quieres que le diga algo?, a lo que me contestó que no, pero que nos fuéramos de allí. Yo accedí. Comenté al resto de los compañeros que iba a llevar a Ana a su casa y luego volvería para seguir la fiesta. Cuando íbamos por las calles, ella seguía estando molesta por lo ocurrido y lo primero que se me ocurrió hacer fue tomarla de la cintura y decirle: tranquila, todo pasó y seguimos paseando durante un rato, yo seguí con el brazo sobre su cintura, como si fuéramos pareja.
No aguantaba más, en ese momento la deseaba con todas mis fuerzas, pero no me atrevía a decirle nada. Me armé de valor y con la ayuda de las copas que llevaba encima y con la excusa de lo que le había sucedido antes, le dije que era una mujer muy atractiva, que en la oficina nos preguntábamos como es que no tenía pareja. Ella me miró y me dijo: -no adules German , soy mayor que vos y no está bien que me digas eso. A lo que le respondí, que era cierto, y armándome de más valor, le dije que desde hace tiempo pensaba en ella por las noches, pero no como amiga sino como mujer. Ella se puso un poco roja, pero sonrió. Con el fin de no perder su amistad por si algo fallaba, le pregunté si podía darle un beso en la boca, ella no dijo nada, me decidí y se lo di, no me dijo nada y le di un segundo más intenso, fundiendo las dos bocas, enlazando nuestras lenguas, ella seguía mi acción, entonces empecé a tocarle su redondito culo, era maravilloso.
Al poco rato, una de mis manos decidió dirigirse hacia sus pechos, eran grandiosos, ella no hizo nada que me dijera que parara. Así seguimos un buen rato. La comenté de ir a un lugar más íntimo y me dijo que fuéramos a su casa. Nos subimos a mi coche, y mientras conducía, yo le tocaba con una mano sus muslos, acariciaba sus pechos, ella tocaba mis muslos, pero muy cerca de mi pene. Eso me excitaba y deseaba llegar a su casa lo más rápido posible. Cuando llegamos, nada más bajar del coche la agarré y seguí besándola, parece ser que no la importaba que nos viera alguno de sus vecinos. Yo estaba un poco nervioso, ya que se trataba de una compañera, pero loco de ganas por estar con ella.
Abrió la puerta, nos metimos en el ascensor, hice el amago de sacarme el pene y
penetrarla, pero ella me paró y me dijo que esperara a llegar a su casa. Cuando llegamos abrió la puerta, entramos y yo la cerré rápidamente, empecé a desnudarla, ella a mí también. La intensidad era tanta, que a la hora de desnudarme se rompieron algunos botones de mi camisa, en ese momento a mí no me importó nada. Nos fuimos directos a su cama. Seguíamos fundidos en un beso, su lengua era tremenda, llegó hasta mi campañilla, casi me dejó noqueado, siguió hacia mis pechos, me mordía mis pezones, fue bajando cada vez más hasta que llegó a mi pene, lo tenía durísimo, yo empecé a tener dolor, nadie me lo había puesto así anteriormente, ella me tocaba mis bolitas, la aparté, la cogí e hice lo mismo.Fui hacia sus pechos, bajando hasta llegar hasta su grandiosa entrepierna, estaba húmeda, y yo estaba muy a punto, decidí penetrarla. Ella se puso encima, parecía que ella estaba cabalgando, era maravilloso de verdad amigos, nadie me había hecho sentir tanto como lo que estaba haciendo esta mujer en ese momento, yo seguía tocándole sus enormes pechos, sus pezones eran enormes, solo con contarlo me estoy empezando a excitar. Su culo estaba suavecito, redondo, parece que mis manos se quedaron allí, cuando me iba a correr, ella me dijo que no lo hiciera dentro, que me corriera en sus pechos, eso hice.
Al poco tiempo de hacerlo, ella empezó a chuparse sus pechos, se estaba tragando el semen derramado antes y se iba poniendo cada vez más caliente, después decidió limpiar con su boca mi pene, eso me excitó todavía más, y decidí penetrarla otra vez. Me dijo que no lo había hecho nunca con un hombre más joven que ella, que estaba disfrutando como nunca y que aprovechara esa noche, ya que no volvería a pasar nunca más, quería conservar nuestra amistad por encima de una relación sexual, pero que era posible que quizás…
PD:
Desde ese entonces, cuando salgo en las noches, busco mujeres mayores que yo, que estén cerca de los 40 años o los sobrepasen, me da igual, nunca sentí lo que estoy sintiendo con ellas. Un beso para todas, son maravillosas.
Autor: Santafepino
Esto ocurrió en una cena de Navidad, cenamos muy bien, hubo sus copas correspondientes, su brindis felicitando la navidad, etc … Todos íbamos ya un poco pasaditos de copas, y decidimos la mayoría seguir la fiesta en una discoteca. Estábamos entre doce o trece personas. A parte de conversar con el resto de los compañeros, estaba más cerca de Ana, por la confianza que existía entre nosotros. Bueno, el ambiente era muy bueno y como se pueden imaginar, alguno iba muy ambientado
Había un compañero que miraba mucho a Ana, tiene un buen par de pechos y un culito redondito, está muy apetecible. Ella se empezó a sentir incómoda y me lo dijo, le comenté que se quedara cerca por si acaso este intentaba algo con ella, pero este compañero seguía con su mirada fija. Decidió Ana ir al baño para refrescarse ya que hacía mucho calor en el local. A los pocos minutos apareció enojada. El motivo era que este compañero la había seguido y cuando Ana salió del baño, en la zona de lavados, este sacó el pene.
Cuando me lo comentó, le dije, -¿quieres que le diga algo?, a lo que me contestó que no, pero que nos fuéramos de allí. Yo accedí. Comenté al resto de los compañeros que iba a llevar a Ana a su casa y luego volvería para seguir la fiesta. Cuando íbamos por las calles, ella seguía estando molesta por lo ocurrido y lo primero que se me ocurrió hacer fue tomarla de la cintura y decirle: tranquila, todo pasó y seguimos paseando durante un rato, yo seguí con el brazo sobre su cintura, como si fuéramos pareja.
No aguantaba más, en ese momento la deseaba con todas mis fuerzas, pero no me atrevía a decirle nada. Me armé de valor y con la ayuda de las copas que llevaba encima y con la excusa de lo que le había sucedido antes, le dije que era una mujer muy atractiva, que en la oficina nos preguntábamos como es que no tenía pareja. Ella me miró y me dijo: -no adules German , soy mayor que vos y no está bien que me digas eso. A lo que le respondí, que era cierto, y armándome de más valor, le dije que desde hace tiempo pensaba en ella por las noches, pero no como amiga sino como mujer. Ella se puso un poco roja, pero sonrió. Con el fin de no perder su amistad por si algo fallaba, le pregunté si podía darle un beso en la boca, ella no dijo nada, me decidí y se lo di, no me dijo nada y le di un segundo más intenso, fundiendo las dos bocas, enlazando nuestras lenguas, ella seguía mi acción, entonces empecé a tocarle su redondito culo, era maravilloso.
Al poco rato, una de mis manos decidió dirigirse hacia sus pechos, eran grandiosos, ella no hizo nada que me dijera que parara. Así seguimos un buen rato. La comenté de ir a un lugar más íntimo y me dijo que fuéramos a su casa. Nos subimos a mi coche, y mientras conducía, yo le tocaba con una mano sus muslos, acariciaba sus pechos, ella tocaba mis muslos, pero muy cerca de mi pene. Eso me excitaba y deseaba llegar a su casa lo más rápido posible. Cuando llegamos, nada más bajar del coche la agarré y seguí besándola, parece ser que no la importaba que nos viera alguno de sus vecinos. Yo estaba un poco nervioso, ya que se trataba de una compañera, pero loco de ganas por estar con ella.
Abrió la puerta, nos metimos en el ascensor, hice el amago de sacarme el pene y
penetrarla, pero ella me paró y me dijo que esperara a llegar a su casa. Cuando llegamos abrió la puerta, entramos y yo la cerré rápidamente, empecé a desnudarla, ella a mí también. La intensidad era tanta, que a la hora de desnudarme se rompieron algunos botones de mi camisa, en ese momento a mí no me importó nada. Nos fuimos directos a su cama. Seguíamos fundidos en un beso, su lengua era tremenda, llegó hasta mi campañilla, casi me dejó noqueado, siguió hacia mis pechos, me mordía mis pezones, fue bajando cada vez más hasta que llegó a mi pene, lo tenía durísimo, yo empecé a tener dolor, nadie me lo había puesto así anteriormente, ella me tocaba mis bolitas, la aparté, la cogí e hice lo mismo.Fui hacia sus pechos, bajando hasta llegar hasta su grandiosa entrepierna, estaba húmeda, y yo estaba muy a punto, decidí penetrarla. Ella se puso encima, parecía que ella estaba cabalgando, era maravilloso de verdad amigos, nadie me había hecho sentir tanto como lo que estaba haciendo esta mujer en ese momento, yo seguía tocándole sus enormes pechos, sus pezones eran enormes, solo con contarlo me estoy empezando a excitar. Su culo estaba suavecito, redondo, parece que mis manos se quedaron allí, cuando me iba a correr, ella me dijo que no lo hiciera dentro, que me corriera en sus pechos, eso hice.
Al poco tiempo de hacerlo, ella empezó a chuparse sus pechos, se estaba tragando el semen derramado antes y se iba poniendo cada vez más caliente, después decidió limpiar con su boca mi pene, eso me excitó todavía más, y decidí penetrarla otra vez. Me dijo que no lo había hecho nunca con un hombre más joven que ella, que estaba disfrutando como nunca y que aprovechara esa noche, ya que no volvería a pasar nunca más, quería conservar nuestra amistad por encima de una relación sexual, pero que era posible que quizás…
PD:
Desde ese entonces, cuando salgo en las noches, busco mujeres mayores que yo, que estén cerca de los 40 años o los sobrepasen, me da igual, nunca sentí lo que estoy sintiendo con ellas. Un beso para todas, son maravillosas.
Autor: Santafepino
1 comentarios - Cena Navideña