¡Hola! Mi nombre es Andrés y voy a contarles mi historia, me sucedió hace 3 meses, es una historia real y los nombres que aparecerán también son reales. Tengo 19 años y soy el hijo del medio de 5 hijos, pero soy el único hombre, también soy bastante apuesto (modestia aparte) y la naturaleza me ha dotado muy bien, por lo que me siento muy satisfecho, trato de mantenerme en forma, mi cabello es oscuro y lo llevo corto, mis ojos son color castaño oscuro, mido 1.75m, peso 70kg. Me va bien con las mujeres, no salgo mucho a fiestas y a veces soy un poco tímido.
Vivo en la ciudad de Cali (Colombia), con mis padres y mis 4 hermanas (Muy bellas, todas rubias con ojos azules que cambian de tonalidad en cada una, con cuerpos muy provocativos, la menor Susana tiene 17 años, la que le sigue Victoria con 18, luego Andrea con 20 y Jenny con 22), al parecer les rindió bastante a mis padres, pues tener 5 hijos es bastante y además tenemos diferencia de edades de máximo 2 años.
Todo comenzó un día normal como cualquier otro, ya era de noche y después de cenar, mis hermanas y yo acostumbramos a ver televisión en la sala juntos, mientras mis padres se van a dormir, lo único diferente esa noche fue que mi hermana Andrea (Rubia muy hermosa, 20 Años) se había vestido más provocativa que de costumbre para salir de rumba más tarde con su novio, ella estaba usando una minifalda negra ajustada al cuerpo que dejaba al descubierto bastante de sus hermosas piernas a la altura de su bien formado y levantado culito, y una blusa blanca casi transparente que ondeaba de forma muy atractiva sus pechos, los cuales no son muy grandes ni muy pequeños yo diría que son normales.
Yo no me había fijado mucho en ella esa noche, pues siempre vi a mis hermanas como hermanas, pero mientras estábamos viendo televisión observé sin querer, que mi hermana tenía un poco abiertas las piernas y se le veía por entre ellas un calzoncito blanco que apenas cubría esos labios vaginales, que se notaban entre la poca luz que la iluminaba, y desde ese momento no pude quitar la mirada de entre sus piernas, con tan mala suerte que mi hermana mayor Jenny (Otra rubia bastante hermosa, 22 años) me descubrió.
- Jenny: aja!, qué estas viendo, eres un depravado, no ves que ella es tu hermana. - Yo no estoy viendo nada.
Le dije un poco apenado.
- Jenny: cómo que nada, si estabas viendo la entrepierna de Andrea. - Andrea: qué? Inmediatamente Andrea cerró sus piernas y me echó una mirada que si las miradas mataran... - Ya te dije que no estaba viendo nada.
Mis hermanas me veían con unas caras bastantes serias, hasta que Jenny echó una carcajada que nos dejó sorprendidos a todos.
- Jenny: bueno, pero no te asustes que no te haremos nada, más bien vamos a dormir que se nos está haciendo tarde, apagas el televisor antes de irte Andrea.
Andrea sonrió y después de esto los demás nos fuimos a dormir, creí que esto había quedado olvidado pero esa misma noche, 20 minutos después, cuando estaba a punto de quedarme dormido después de mirar por largo rato el techo de la habitación, entonces escuché que abrían la puerta de mi habitación (yo duermo en una habitación solo y mis hermanas en otras dos habitaciones, 2 en cada habitación), me hice el dormido para después sorprender a la persona que había entrado, mientras se iba acercando comencé a sentir un olor de perfume que ya conocía, era mi hermana Jenny, ella se acercó y yo pensé que ella quería molestarme, pues ella es muy bromista, yo estaba a punto de darle un buen susto cuando de repente sentí sus labios en mi boca, me estaba besando y no era un beso normal, trataba de buscar mi lengua con la suya, entonces abrí los ojos, encendí la lámpara y le dije: - Oye, ¿qué haces?
Ella traía un camisón color beige que resaltaba sus pechos ( un poco más grandes que los de Andrea), no traía ropa interior y se notaba muy bien sus pezones redondos.
- Jenny: ah, estabas despierto.- Por qué hiciste eso. - Jenny: por..., no me digas que no te gustó.
- Bueno sí, pero no es correcto. - Jenny: por qué no, tú eres un hombre y yo una mujer, además desde hace tiempo tenía ganas de hacer esto, vamos no te pongas así y déjame mostrarte lo que puedo hacer.
Yo asentí un poco sorprendido, y entonces ella me besó de nuevo, esta vez no la detuve, fue un beso apasionado muy intenso, yo no quería parar y esto me estaba poniendo a mil, hasta que ella se empezó a quitar el camisón que llevaba dejando al descubierto esos hermosos pechos un poco más claros que otras partes de su cuerpo, marcados por el vestido de baño, pero que resaltaban el color de sus hermosos pezones que parecían estar paraditos y duros por lo excitada que ella se encontraba, pero mi mirada se dirigió poco a poco hacia abajo hasta llegar a su zona púbica e inmediatamente mi miembro tuvo una erección tal, que pensé que si no me quitaba la ropa interior iba a romperla, el coño de mi hermana era el más hermoso que había visto en mi vida, sus pelitos rubios y sus labios vaginales gruesos y carnosos me ponían a mil.
- Jenny: ¿te gusta lo que ves? - Claro! - Jenny: bueno, ahora te toca a ti, quítate eso y muéstrame que tienes para ofrecer.
Y sin pensarlo, porque en esas circunstancias no se piensa, me quité todo lo que me cubría y dejé salir mi erección de 23cm.
- Jenny: ¡vaya!, nunca había visto algo tan grande, ninguno de mis ex lo tiene tan grande, ahora verás, te haré sentir como nunca te has sentido.
Jenny se puso sobre mí poniendo su coño y su culito en frente de mi cara y luego metió mi pene en su boca, por poco me vengo dentro de su boca al sentir su lengua recorrer mi pene, pero me aguanté, lo morboso de la situación me tenía muy caliente, no podía creer que mi hermana mayor me estaba haciendo la mejor mamada de mi vida, pero yo también debía devolverle el favor y empecé a lamer su rosadito y carnosos coño, un sabor agrio pero al mismo tiempo dulce recorría mi lengua, ella empezó a gemir y cada vez empujaba más su coño contra mi cara al mismo tiempo que me la chupaba con más fuerza, estuvimos así por largo rato hasta que no resistí más y solté un chorro gigantesco de semen en la boca de mi hermana y luego otro y otro...
La muy perra se lo tragó todo y lo que se regó sobre mi pene lo lamió hasta dejarlo limpio, aunque me sentía como en el cielo, no podía permitir que solo fuera yo quien disfrutara y seguí lamiendo el coño de mi hermana con más intensidad mientras ella gemía de placer, pasaba la lengua por el clítoris y hacía movimientos circulares dentro del coño hasta que oí un gemido muy fuerte, sentí sus espasmos vaginales y luego soltó un gran chorro de sus jugos que a mí me sabían a bebida de dioses.
Estuvimos en esa posición un momento mientras nos recuperábamos, pero en ese instante entró Andrea al cuarto.
- Andrea: ¿qué está pasando aquí?, ¿ustedes dos qué están haciendo?, se lo diré a nuestros padres.
- Jenny: espera, cálmate, nosotros no hemos hecho nada malo, además ¿que estás haciendo aquí? ¿No deberías de haberte ido con tu novio? - Andrea: él llamó para decir que no vendría, pero ese no es el punto, ¿cómo pueden hacer eso si son hermanos? - Jenny: vamos, no te pongas así, además no me negarás que alguna vez has tenido una fantasía sexual con Andrés, porque un día te encontré masturbándote en el baño con una foto de Andrés en tu mano. - ¿Estás hablando en serio? - Andrea: yo no he hecho tal cosa. - Jenny: deja de negarlo y únete a nosotros que la pasaremos bien.
Yo estaba bastante sorprendido por lo que acababa de escuchar, la idea de que Andrea se masturbara pensando en mí me devolvió las fuerzas y me surgieron las ganas de follármela de inmediato, Jenny se levantó de la cama y se acercó a Andrea, le empezó a desabrochar la minifalda, Andrea no se resistió, después Jenny le sacó la blusa.
Andrea tenía un sostén de encaje transparente que dejaba ver parte de sus pezones y la redondez de sus pechos, pero no duraron cubiertos por mucho tiempo, Jenny le quitó el sostén y también la minitanga que traía puesta Andrea, dejando al descubierto un hermoso coño con unos pelitos más oscuros que los de Jenny pero en menor cantidad y unos labios vaginales igual de apetitosos que los de Jenny, pero lo que más me gustó fue su culo, con unos glúteos perfectamente redondos proporcionales al tamaño de sus piernas, después de desvestirla, Jenny le dio un tierno beso en la boca a Andrea y la tomó de la mano acercándola a mi cama, yo me iba a levantar pero Jenny me dijo que no lo hiciera que me acostara de nuevo boca arriba, luego las dos se subieron sobre la cama arrodilladas y Jenny acercó a Andrea hacia mi miembro, que ya estaba en todo su esplendor después de tan estupenda vista.
- Jenny: al parecer no te sorprende el tamaño de su pene. - Andrea: no, no me sorprende, pues ya lo había visto antes, porque mientras él se vestía después de salir del baño, yo lo espiaba por un orificio que se encuentra al lado derecho de la puerta. - Jenny: ves?!, después de todo no soy la única pervertida y además tengo razón.
Yo no podía creer lo que oía, pero mientras asimilaba esto, Andrea le dio una lamida a mi miembro.
- Andrea: Ummm!, que rico sabe, me lo comeré todo. - Jenny: pero no lo hagas venir todavía.
Mientras Andrea me daba una mamada fenomenal Jenny se puso sobre mi cara y yo entendí el mensaje de inmediato, y comencé a comerme el coño de mi hermana otra vez, estaba más excitado que anteriormente y cada momento las chupadas de Andrea eran más intensas y más rápidas, yo decidí seguir ese ritmo mientras introducía la lengua dentro de Jenny que jadeaba sin parar mientras yo sentía que iba a estallar, de pronto casi simultáneamente, Jenny y yo nos vinimos, ella, con un gran gemido, descargó de nuevo todos sus jugos en mi boca, y yo descargué otro chorro de semen, pero esta vez dentro de la boca de Andrea, la cual también se lo tragó dejando mi falo completamente seco, Jenny se levantó de mi cara y se acostó al lado mío, y después de un rato se quedó dormida, mientras tanto, Andrea seguía chupando mi pene, hasta que logró que se enderezara de nuevo, entonces le dije a Andrea: - Hermana, me dejarías hacerlo por tu culito? - Andrea: te dejaré hacerlo pero si tienes un lubricante.
- Sí, sí tengo, mira.
Entonces saqué uno que tenía en la mesa de noche, que me ha servido bien en mis innumerables fantasías.
- Andrea: está bien, entonces hazlo, pero suave, porque nunca lo he hecho por ahí. - No hay problema.
Andrea se aplicó el lubricante en las manos y luego acarició suavemente mi pene que resplandecía como si lo hubiesen sacado brillo, luego me pasó el lubricante y se acostó un poco de lado, pero levantando su firme trasero, yo me apliqué un poco en el dedo, después lo pasé por su pequeño orificio anal e introduje el dedo suavemente, Andrea dio un pequeño brinco, y soltó un corto y casi imperceptible gemido, yo saqué el dedo y me acomodé para acercar mi pene a su culo, cuando estuve listo comencé a introducir mi pene por el ano de mi hermana que gemía con algo de dolor.
- Andrea: más despacio por favor. - No te preocupes, lo haré más suave.
Su culito estaba apretadito, yo ya había penetrado a otras mujeres antes por ahí, pero el culo de mi hermana era el más apretado que había tenido, mientras ella gemía yo introducía un poco más mi pene.
- Andrea: no lo metas más que me vas a reventaaar!
Entonces me detuve, pero empecé a sacarlo suavemente y luego volvía a meterlo, cada vez más rápido y más fuerte, Andrea gemía y jadeaba de placer y dolor, pero yo no aguantaba más, yo quería introducir todo mi miembro, y lo hice de repente, Andrea lanzó un grito de dolor tan fuerte que creí que despertaría a mis padres, menos mal no pasó, pero rompí el culo de mi hermana, mi pene salía manchado de la sangre de su ano y de sus jugos.
- Andrea: estúpidooo!, eres un imbécil!, te dije que lo hicieras suave, ah!, y me has roto el culo.
- Perdóname, si quieres me detengo. - Andrea: no seas tonto, ah!, sigue y no pienses en detenerte.
Yo nunca pensé que mis hermanas fueran tan perras, pero hice lo que ella me dijo, mientras yo le penetraba el culito, ella puso su mano izquierda en su coño y empezó a masturbarse, yo estaba demasiado excitado y ella seguía dando gemidos de dolor y placer.
- Hermanaa, ya voy a acabaar, ¿puedo venirme dentro? - Espera un poco maas, que yo también me veengo.
Seguí penetrándola más fuerte, mientras ella introducía su dedo en su coño y se acariciaba el clítoris con mucha rapidez y ansiedad, hasta que no soportó más y con un grito de igual intensidad que el anterior pero esta vez lleno de placer, soltó chorros de sus jugos vaginales sobre las sabanas de mi cama y al hacer esto apretaba más su culito, yo sentía que me chupaba, hasta que no resistí más y solté otro chorro de placer dentro del adolorido culo de mi hermana, que seguía gimiendo y sacudiéndose con fuerza.
- Andrea: hermanito, ah!, esto es...ah!, esto es lo mejor que me ha pasado, te quiero. - Yo también te quiero.
Dicho esto, nos dimos un suave beso en la boca, me acosté entre mis dos hermanas mayores y nos quedamos dormidos.
Había sido una noche de locura, mis hermanas mayores me habían hecho las mejores mamadas de mi vida, me había comido dos veces el coño de mi hermana Jenny, y había desvirgado por el culo a mi hermana Andrea, estaba satisfecho, pero no me imaginaba lo que sucedería después.
Vivo en la ciudad de Cali (Colombia), con mis padres y mis 4 hermanas (Muy bellas, todas rubias con ojos azules que cambian de tonalidad en cada una, con cuerpos muy provocativos, la menor Susana tiene 17 años, la que le sigue Victoria con 18, luego Andrea con 20 y Jenny con 22), al parecer les rindió bastante a mis padres, pues tener 5 hijos es bastante y además tenemos diferencia de edades de máximo 2 años.
Todo comenzó un día normal como cualquier otro, ya era de noche y después de cenar, mis hermanas y yo acostumbramos a ver televisión en la sala juntos, mientras mis padres se van a dormir, lo único diferente esa noche fue que mi hermana Andrea (Rubia muy hermosa, 20 Años) se había vestido más provocativa que de costumbre para salir de rumba más tarde con su novio, ella estaba usando una minifalda negra ajustada al cuerpo que dejaba al descubierto bastante de sus hermosas piernas a la altura de su bien formado y levantado culito, y una blusa blanca casi transparente que ondeaba de forma muy atractiva sus pechos, los cuales no son muy grandes ni muy pequeños yo diría que son normales.
Yo no me había fijado mucho en ella esa noche, pues siempre vi a mis hermanas como hermanas, pero mientras estábamos viendo televisión observé sin querer, que mi hermana tenía un poco abiertas las piernas y se le veía por entre ellas un calzoncito blanco que apenas cubría esos labios vaginales, que se notaban entre la poca luz que la iluminaba, y desde ese momento no pude quitar la mirada de entre sus piernas, con tan mala suerte que mi hermana mayor Jenny (Otra rubia bastante hermosa, 22 años) me descubrió.
- Jenny: aja!, qué estas viendo, eres un depravado, no ves que ella es tu hermana. - Yo no estoy viendo nada.
Le dije un poco apenado.
- Jenny: cómo que nada, si estabas viendo la entrepierna de Andrea. - Andrea: qué? Inmediatamente Andrea cerró sus piernas y me echó una mirada que si las miradas mataran... - Ya te dije que no estaba viendo nada.
Mis hermanas me veían con unas caras bastantes serias, hasta que Jenny echó una carcajada que nos dejó sorprendidos a todos.
- Jenny: bueno, pero no te asustes que no te haremos nada, más bien vamos a dormir que se nos está haciendo tarde, apagas el televisor antes de irte Andrea.
Andrea sonrió y después de esto los demás nos fuimos a dormir, creí que esto había quedado olvidado pero esa misma noche, 20 minutos después, cuando estaba a punto de quedarme dormido después de mirar por largo rato el techo de la habitación, entonces escuché que abrían la puerta de mi habitación (yo duermo en una habitación solo y mis hermanas en otras dos habitaciones, 2 en cada habitación), me hice el dormido para después sorprender a la persona que había entrado, mientras se iba acercando comencé a sentir un olor de perfume que ya conocía, era mi hermana Jenny, ella se acercó y yo pensé que ella quería molestarme, pues ella es muy bromista, yo estaba a punto de darle un buen susto cuando de repente sentí sus labios en mi boca, me estaba besando y no era un beso normal, trataba de buscar mi lengua con la suya, entonces abrí los ojos, encendí la lámpara y le dije: - Oye, ¿qué haces?
Ella traía un camisón color beige que resaltaba sus pechos ( un poco más grandes que los de Andrea), no traía ropa interior y se notaba muy bien sus pezones redondos.
- Jenny: ah, estabas despierto.- Por qué hiciste eso. - Jenny: por..., no me digas que no te gustó.
- Bueno sí, pero no es correcto. - Jenny: por qué no, tú eres un hombre y yo una mujer, además desde hace tiempo tenía ganas de hacer esto, vamos no te pongas así y déjame mostrarte lo que puedo hacer.
Yo asentí un poco sorprendido, y entonces ella me besó de nuevo, esta vez no la detuve, fue un beso apasionado muy intenso, yo no quería parar y esto me estaba poniendo a mil, hasta que ella se empezó a quitar el camisón que llevaba dejando al descubierto esos hermosos pechos un poco más claros que otras partes de su cuerpo, marcados por el vestido de baño, pero que resaltaban el color de sus hermosos pezones que parecían estar paraditos y duros por lo excitada que ella se encontraba, pero mi mirada se dirigió poco a poco hacia abajo hasta llegar a su zona púbica e inmediatamente mi miembro tuvo una erección tal, que pensé que si no me quitaba la ropa interior iba a romperla, el coño de mi hermana era el más hermoso que había visto en mi vida, sus pelitos rubios y sus labios vaginales gruesos y carnosos me ponían a mil.
- Jenny: ¿te gusta lo que ves? - Claro! - Jenny: bueno, ahora te toca a ti, quítate eso y muéstrame que tienes para ofrecer.
Y sin pensarlo, porque en esas circunstancias no se piensa, me quité todo lo que me cubría y dejé salir mi erección de 23cm.
- Jenny: ¡vaya!, nunca había visto algo tan grande, ninguno de mis ex lo tiene tan grande, ahora verás, te haré sentir como nunca te has sentido.
Jenny se puso sobre mí poniendo su coño y su culito en frente de mi cara y luego metió mi pene en su boca, por poco me vengo dentro de su boca al sentir su lengua recorrer mi pene, pero me aguanté, lo morboso de la situación me tenía muy caliente, no podía creer que mi hermana mayor me estaba haciendo la mejor mamada de mi vida, pero yo también debía devolverle el favor y empecé a lamer su rosadito y carnosos coño, un sabor agrio pero al mismo tiempo dulce recorría mi lengua, ella empezó a gemir y cada vez empujaba más su coño contra mi cara al mismo tiempo que me la chupaba con más fuerza, estuvimos así por largo rato hasta que no resistí más y solté un chorro gigantesco de semen en la boca de mi hermana y luego otro y otro...
La muy perra se lo tragó todo y lo que se regó sobre mi pene lo lamió hasta dejarlo limpio, aunque me sentía como en el cielo, no podía permitir que solo fuera yo quien disfrutara y seguí lamiendo el coño de mi hermana con más intensidad mientras ella gemía de placer, pasaba la lengua por el clítoris y hacía movimientos circulares dentro del coño hasta que oí un gemido muy fuerte, sentí sus espasmos vaginales y luego soltó un gran chorro de sus jugos que a mí me sabían a bebida de dioses.
Estuvimos en esa posición un momento mientras nos recuperábamos, pero en ese instante entró Andrea al cuarto.
- Andrea: ¿qué está pasando aquí?, ¿ustedes dos qué están haciendo?, se lo diré a nuestros padres.
- Jenny: espera, cálmate, nosotros no hemos hecho nada malo, además ¿que estás haciendo aquí? ¿No deberías de haberte ido con tu novio? - Andrea: él llamó para decir que no vendría, pero ese no es el punto, ¿cómo pueden hacer eso si son hermanos? - Jenny: vamos, no te pongas así, además no me negarás que alguna vez has tenido una fantasía sexual con Andrés, porque un día te encontré masturbándote en el baño con una foto de Andrés en tu mano. - ¿Estás hablando en serio? - Andrea: yo no he hecho tal cosa. - Jenny: deja de negarlo y únete a nosotros que la pasaremos bien.
Yo estaba bastante sorprendido por lo que acababa de escuchar, la idea de que Andrea se masturbara pensando en mí me devolvió las fuerzas y me surgieron las ganas de follármela de inmediato, Jenny se levantó de la cama y se acercó a Andrea, le empezó a desabrochar la minifalda, Andrea no se resistió, después Jenny le sacó la blusa.
Andrea tenía un sostén de encaje transparente que dejaba ver parte de sus pezones y la redondez de sus pechos, pero no duraron cubiertos por mucho tiempo, Jenny le quitó el sostén y también la minitanga que traía puesta Andrea, dejando al descubierto un hermoso coño con unos pelitos más oscuros que los de Jenny pero en menor cantidad y unos labios vaginales igual de apetitosos que los de Jenny, pero lo que más me gustó fue su culo, con unos glúteos perfectamente redondos proporcionales al tamaño de sus piernas, después de desvestirla, Jenny le dio un tierno beso en la boca a Andrea y la tomó de la mano acercándola a mi cama, yo me iba a levantar pero Jenny me dijo que no lo hiciera que me acostara de nuevo boca arriba, luego las dos se subieron sobre la cama arrodilladas y Jenny acercó a Andrea hacia mi miembro, que ya estaba en todo su esplendor después de tan estupenda vista.
- Jenny: al parecer no te sorprende el tamaño de su pene. - Andrea: no, no me sorprende, pues ya lo había visto antes, porque mientras él se vestía después de salir del baño, yo lo espiaba por un orificio que se encuentra al lado derecho de la puerta. - Jenny: ves?!, después de todo no soy la única pervertida y además tengo razón.
Yo no podía creer lo que oía, pero mientras asimilaba esto, Andrea le dio una lamida a mi miembro.
- Andrea: Ummm!, que rico sabe, me lo comeré todo. - Jenny: pero no lo hagas venir todavía.
Mientras Andrea me daba una mamada fenomenal Jenny se puso sobre mi cara y yo entendí el mensaje de inmediato, y comencé a comerme el coño de mi hermana otra vez, estaba más excitado que anteriormente y cada momento las chupadas de Andrea eran más intensas y más rápidas, yo decidí seguir ese ritmo mientras introducía la lengua dentro de Jenny que jadeaba sin parar mientras yo sentía que iba a estallar, de pronto casi simultáneamente, Jenny y yo nos vinimos, ella, con un gran gemido, descargó de nuevo todos sus jugos en mi boca, y yo descargué otro chorro de semen, pero esta vez dentro de la boca de Andrea, la cual también se lo tragó dejando mi falo completamente seco, Jenny se levantó de mi cara y se acostó al lado mío, y después de un rato se quedó dormida, mientras tanto, Andrea seguía chupando mi pene, hasta que logró que se enderezara de nuevo, entonces le dije a Andrea: - Hermana, me dejarías hacerlo por tu culito? - Andrea: te dejaré hacerlo pero si tienes un lubricante.
- Sí, sí tengo, mira.
Entonces saqué uno que tenía en la mesa de noche, que me ha servido bien en mis innumerables fantasías.
- Andrea: está bien, entonces hazlo, pero suave, porque nunca lo he hecho por ahí. - No hay problema.
Andrea se aplicó el lubricante en las manos y luego acarició suavemente mi pene que resplandecía como si lo hubiesen sacado brillo, luego me pasó el lubricante y se acostó un poco de lado, pero levantando su firme trasero, yo me apliqué un poco en el dedo, después lo pasé por su pequeño orificio anal e introduje el dedo suavemente, Andrea dio un pequeño brinco, y soltó un corto y casi imperceptible gemido, yo saqué el dedo y me acomodé para acercar mi pene a su culo, cuando estuve listo comencé a introducir mi pene por el ano de mi hermana que gemía con algo de dolor.
- Andrea: más despacio por favor. - No te preocupes, lo haré más suave.
Su culito estaba apretadito, yo ya había penetrado a otras mujeres antes por ahí, pero el culo de mi hermana era el más apretado que había tenido, mientras ella gemía yo introducía un poco más mi pene.
- Andrea: no lo metas más que me vas a reventaaar!
Entonces me detuve, pero empecé a sacarlo suavemente y luego volvía a meterlo, cada vez más rápido y más fuerte, Andrea gemía y jadeaba de placer y dolor, pero yo no aguantaba más, yo quería introducir todo mi miembro, y lo hice de repente, Andrea lanzó un grito de dolor tan fuerte que creí que despertaría a mis padres, menos mal no pasó, pero rompí el culo de mi hermana, mi pene salía manchado de la sangre de su ano y de sus jugos.
- Andrea: estúpidooo!, eres un imbécil!, te dije que lo hicieras suave, ah!, y me has roto el culo.
- Perdóname, si quieres me detengo. - Andrea: no seas tonto, ah!, sigue y no pienses en detenerte.
Yo nunca pensé que mis hermanas fueran tan perras, pero hice lo que ella me dijo, mientras yo le penetraba el culito, ella puso su mano izquierda en su coño y empezó a masturbarse, yo estaba demasiado excitado y ella seguía dando gemidos de dolor y placer.
- Hermanaa, ya voy a acabaar, ¿puedo venirme dentro? - Espera un poco maas, que yo también me veengo.
Seguí penetrándola más fuerte, mientras ella introducía su dedo en su coño y se acariciaba el clítoris con mucha rapidez y ansiedad, hasta que no soportó más y con un grito de igual intensidad que el anterior pero esta vez lleno de placer, soltó chorros de sus jugos vaginales sobre las sabanas de mi cama y al hacer esto apretaba más su culito, yo sentía que me chupaba, hasta que no resistí más y solté otro chorro de placer dentro del adolorido culo de mi hermana, que seguía gimiendo y sacudiéndose con fuerza.
- Andrea: hermanito, ah!, esto es...ah!, esto es lo mejor que me ha pasado, te quiero. - Yo también te quiero.
Dicho esto, nos dimos un suave beso en la boca, me acosté entre mis dos hermanas mayores y nos quedamos dormidos.
Había sido una noche de locura, mis hermanas mayores me habían hecho las mejores mamadas de mi vida, me había comido dos veces el coño de mi hermana Jenny, y había desvirgado por el culo a mi hermana Andrea, estaba satisfecho, pero no me imaginaba lo que sucedería después.
8 comentarios - Con mis hermanas Andrea y Jenny
y por ultimo eres un groso
TALENTO08me encanto el relato P! Gracias por el post,
ACUERDATE, COMENTAR ES AGRADECER EL TRABAJO DEL POSTEANTE
mui buenoooo