Con mi prima

CON MI PRIMA EN LA CARPA Penetré su vagina con mi verga, mis manos acariciaban sus senos, sin dejar de amarnos tuvimos el mejor orgasmo conocido; ella me mojó todo, me llenó de su fluido hirviente, oloroso y abundante

Te contaré que hace unos 20 años ya, al estar de fin de año en una finca de nuestro abuelo, recibí una carpa para tres personas (en esa época contaba con 18 años); y una espectacular rubia 90-60-90, de profundos ojos grises y piel canela dorada al sol (mi dulce prima).

La primera noche que armé mi carpa y me fui a dormir al portero detrás de la casa de la finca, llegó a eso de la 1:30 a.m.; fue para mi motivo de especial excitación verla al contraluz que venía muy ligera de ropas (sólo una bata demasiado transparente, sin ropa interior alguna).

Yo para ese entonces ya había tenido algunas experiencias sexuales, pero la verdad no había tenido la oportunidad de tener sexo con alguien especial, y que mejor que mi prima amada, quien tenía para ese tiempo 21 años. Así pues que decidí abrir mi carpa e invitarla a pasar.

Una vez adentro, muy cercanos los dos, procedimos muy lentamente a desnudarnos y acostarnos sobre la colchoneta que me servía de cama.

Iniciamos con tiernos y deliciosos besos donde ambos intercambiábamos nuestras lenguas y salivas; al, poco de estos pases iniciales, mi verga se encontraba en su máxima plenitud, a lo cual ella respondió con su humectante boca ¡a mamar como una diosa!

Así estuvimos por un buen rato, cuando ella me pidió que hiciera lo mismo que ella me había hecho; procedí a arrodillarme sobre sus pies y comencé a recorrer su pubis, a conocer su entrepierna, a reconocer milimétricamente su clítoris, sus inmensos labios, su gran vagina y por fin, su recto.

Estuve besando y lamiendola toda por más de media hora, mientras ella se estremecía de profundo placer. Después de tantos besos y lamidas, ya no podía esperar más para penetrar esa cuquita tan rica, tan caliente y tan empapada que tenía frente a mi boca!

Penetré su vagina con mi ya inmensa verga llena de lujuria y deseo; lentamente le fuí introduciendo y sacando, hasta que al 3 o 4 intento esta se introdujo plenamente en su interior, lanzando los dos un estremecer gemido de placer...

Sin sobresaltos y sin prisa, pero con mucha cadencia y pasión, ambos nos entregamos al delicioso movimiento de nuestras caderas, a la par de nuestras bocas unidas por el más prolongado beso que jamás yo había dado a una mujer; mis manos acariciaban sus tiernos y hermosos senos, pasando contínuamente por su espalda y su culo, hasta que llegó el momento máximo que esperabamos: ambos, sin dejar de amarnos como nunca lo habíamos hecho, tuvimos el orgasmo más abundante conocido; ella me mojó todo, me llenó de su fluído hirviente, oloroso y abundante...

Yo, la primer vez que eyaculaba dentro de una mujer tan bella como mi prima (que para ese momento ya habíamos olvidado por completo todo sentido de la realidad), la restregaba por su abdómen, entre sus senos, sus labios, sus manos....

Qué excitante recuerdo llevo en mi memoria de la primer vez con ella. Luego nos dormimos desnudos y abrazados hasta el alba, cuando ella se levantó, salió de la carpa y me dejó en la erección más intensa jamás tenida; procedí a masturbarme hasta el fin, recordando uno a uno todos los instantes compartidos con mi amada prima en la noche de carpa juntos, desnudos y ardientes.....

Hoy recuerdo con gran placer esta grata experiencia y por aquello del destino, mi prima y yo continuamos haciendonos el amor sin falta cada Viernes en la mañana, cuando sus hijos parten al estudio; he tomado el lugar de su esposo, quien falleció hace unos años en accidente con arma de fuego.

Cada viernes no reencontramos con nuestro sensual y ¡pecaminoso pasado!