You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Paula

Paula

-¿Alguna vez pensaste en la historia de la sexología política?. - Dijo Paula - Es allí donde se puede apreciar como la sexualidad de los humanos ha influenciado en decisiones políticas que han cambiado el curso de la humanidad: Como cuando Sócrates fue condenado a tomar Cicuta por andar agarrándole el culo al mancebo de un político influyente de Atenas; Una marica pasó por delante del filósofo durante una típica cena griega con mucho vino y ricos manjares, Sócrates lo miró con sus ojos saltones, le provocó, aprovechó y... fuasss... le apretó las nalgas, y el efebo se volteó para verlo, se llevó las manos al pecho y, con semblante totalmente descolorido dijo: “Aaayyy”, desmayándose de la impresión y encolerizando al amante del imberbe, el cual, en venganza, manipuló a la polis para abrirle un juicio so pretexto de adorar Dioses inconvenientes y corromper a la juventud. Cleopatra, con un puñado de pelos bien distribuidos y bien gerenciados, sedujo a Marco Antonio y por poco acaba con el Imperio Romano, acabando con la influencia del Egipto primero. César Borgia fornicó con su hija para mantenerse en el Papado. Catarina La Grande era ninfómana de la cintura para abajo y Czarina de todas las Rusias de la cintura para arriba. Simón Bolívar salvó su vida de un atentado en septiembre de 1828, ya que estando con su amada Manuelita Sáenz, ésta lo convenció de que se lanzase por el balcón antes de enfrentar a los conspirados que ya llegaban resueltos a asesinarle. Desde aquel suceso Bolívar diría de Manuelita que ésta era “La Libertadora del Libertador” ya que, de no haber estado Bolívar y Manuela juntos aquella noche, la historia sería otra, puesto que solo ella tenía tal influencia íntima sobre Bolívar, que era la única que podía atreverse a contradecir nada más y nada menos que a esa personalidad tan fuerte y valerosa, a cambiar su determinación de pelear cuerpo a cuerpo contra los conjurados y huir arropado con la capa de una mujer...
Historia

Yo la escuchaba... Una punta de Luna Llena que entraba por la ventana de nuestro cuarto y una botella de cristal de Bohemia, puesta sobre una mesita japonesa, con cientos de luciérnagas en su interior, iluminaban el ambiente tornándolo onírico e incitante a la vez.
Estaba elegantemente acostada y sobriamente desnuda Al verme dio unas palmaditas a su lado, invitándome a ir hasta allá. Al principio no supe que hacer, tenia miedo de acercarme y perderme en esa mujer que no prometia mas que una noche de de sexo ininterrumpido. Desde mi posición podía sentir las dos atmósferas: tras de mí, el frustrante pasado y cohibido; adelante, la sexualidad gratificante pero de incierto futuro. Mi instinto de supervivencia no pudo contra mi instinto carnal e hice igual como años atrás lo hizo el primer hombre en la Luna, di un gran salto para la humanidad y avancé decididamente hasta sentarme a su lado.
Sus medianos pechos mostraban el encanto de unos círculos marrones escasos de pigmento, adornados por la firme exuberancia de los orgullosos pezones. Sus elegantes piernas se mostraban exquisitamente entreabiertas dejando a la imaginación los detalles de sus ricas carnosidades bajo un vello cuidadosamente recortado, me puse de rodillas frente a ella...
cuento

Sus besos eran salvajes, se metió la mano adentro de la pollera. La movió hacia arriba y hacia abajo varias veces entrecerrando sus ojos, y emitiendo un suave y provocativo ronroneo. Sus labios entreabiertos eran como una fruta jugosa que deseè morder.
En ese instante se sacó la pollera y la dejó caer. Casi al mismo tiempo yo abría mi pantalón y mi miembro salía eyectado como un misil.
Era menuda y liviana, casi una niña.
La tomé por detrás de los muslos y la alcé sin esfuerzo. Al alcanzar la altura justa encontré una estrecha vulva empapada.
relato

Cayó arrodillada frente a mi y se hizo un nudo en el cabello mientras se me acercaba caminando de rodillas. Al calcular una distancia adecuada, juntó sus manos sobre el vientre y se fue inclinando hacia delante, lentamente, hasta que sus labios hicieron contacto con la punta de mi glande y el abrasador efluvio de su aliento quemó mi prepucio mientras era engullido parsimoniosamente, escuchándose los chasquidos de la saliva que lubricaban mi virilidad. Subía rápido y bajaba lento la cerviz, ronroneando, gimiendo y degustando con exclamaciones de delicia, regodeo y gozo. Cuando ella se lo extraía totalmente, respiraba profundo, tragaba saliva, se relamía mirándome con golosa obscenidad y se reclinaba nuevamente dándome tiempo apenas de sentir el fresco del ambiente en mi empapado palo, para luego sentir otra vez la tibieza de su paladar, de su lengua y de su garganta junto al roce de sus dientes sobre mi verga.
Paula

Estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no agarrale la cabeza y dirigirla en su felación. Quería sacudirla bajo mi cuerpo, elevarla a múltiples orgasmos y, sin embargo, contra mis instintos, estaba rígido, tenso y paralizado, a punto de explotar.
- ¡Toma mi leche! Le susurré, moviendome para penetrar aún más en su garganta.
Historia

Paula me volvió a decir algo con la boca ocupada como la tenía y bajó, con más fuerza, tres veces su nuca y empezó a chupar con delicia haciendo un vacío en su cavidad bucal que sonó como a un escorche de botella cuando ella levantó la cabeza y liberó mi miembro. Se volvió a inclinar y le dio un besito a mi glande, luego se incorporó y, rogándome otra vez que no la tocase, me dio otro beso rozando sus labios con los míos.
La hice subirse mas en la cama y le empece a frotar la cabeza de mi sexo en sus labios. Se mordía para no gritar. La calenté durante muchos minutos. Al fin me atrajo hacia ella cerrando las piernas en mi cintura y la penetre centímetro a centímetro, sintiendo como su vagina se apretaba en mi verga. Cuando la tuvo toda adentro, se la saque y se la metí de un golpe. Sus ojos se pusieron en blanco y empezó a temblar. Se aferro a mi como si fuera un naufrago. La penetración fue ansiosa y tierna, profunda e intensa, hasta el fondo. Quedó sin vigor unos instantes, clavada en mi pene, hasta que un arrebato de placer estremeció su erotismo cuando, aferrándole con ambas manos sus nalgas para separarlas más, empujé mis caderas hacia arriba buscando penetrar más lo ya totalmente penetrado. Empezó a contorsionar su espina dorsal clavándome las uñas en la espalda, yo subí mis manos por su columna, con las yemas de mis dedos presionando el espinazo y respondió arqueando ella la espalda y la cabeza para atrás, soltando sus brazos a los lados, ya sin voluntad, entregada a mis ímpetus. La fui recostando lentamente sin parar de fornicarla, sin parar de hacerla cada vez más mía y la sentí temblar instintivamente, aferrándose aún más a mi cuerpo, lanzando una sensual exclamación de hedonismo - Te voy a acabar, no dejes de tocarme- dijo.- ¡Quiero tu leche!.- Ella hizo fuerza para soltarse, pero a mí me excitó más la idea de aprisionarla. Sujeté su culo contra mi pelvis y eyaculé. De pronto ella dejó de forcejear - ¡ Te estoy llenando la conchita de leche! - se me ocurrió contarle como le daba lo que me había pedido y eso pareció enloquecerla aún más, no pude evitar que clavara sus dientes en mi hombro cuando se le produjo el orgasmo. así ahogó un grito que hubiera producido un escándalo formidable. No dolía para nada la mordida que me estaba dando. Se sentía como un beso, un beso debilitador, de los que te hacen sentir tus pies como de gelatina. Cerré los ojos. mi garganta ya me estaba comenzando a doler. Entonces sentí como Paula dejo de morderme, me beso la herida varias veces. Y me soltó.
cuento

Su orgasmo fue violento, largo. Lloraba y reía al mismo tiempo. Encontramos rápidamente el ritmo y acabamos juntos, puso su cara contra el suelo.Se abrió de piernas y se reía.
Me deje caer de costado y le acaricie los pechos, la di vuelta y le seguí el contorno de su culo con la punta de los dedos, segui con la espalda acariciandola muy despacio, dejando que los dedos bajen por su cintura como alas de mariposa para poder posarse en el nacimiento de sus caderas y cuando llegue otra vez a su entrepierna le levante las caderas dejandola en un angulo de 45 grados. Eso me hizo calentar otra vez y quise hacerle la cola. Le deslice una mano en su vagina y le metí los dedos mientras acercaba la boca hasta el agujero del culo de Paula, lo lami un poquitito, era sabroso, pequeno, apretado, palpitaba y se tiñó de brillo con el flujo que arrastraba mi lengua desde su concha. Hice el trabajo de apertura con mi lengua para despues ponerle un dedito dentro, notando con placer como sus musculos se contraian y lo encerraban en ese lugar caluroso y tierno y deje caer un hilito de saliva para que se deslizara lentamente mientras le introducía suavemente otro dedo en su culito virgen. Me chupe el dedo para llenarlo de saliva y pude sentir como su esfínter se dilataba.
-Me encanta tu dedo, metelo y sacalo!!! Fuerte!!!.-
Mi dedo entro y salio de alli tantas veces como ella me lo pidió, hasta que un pequeño rio de flujo bajo de la concha de Paula mientras que un gemido prolongado salió simultaneamente de su garganta. Supe que habia logrado su primer orgasmo y con las manos comencé a colocar la punta del pene primero, probando la reacción de Paula que no dejaba de gemir. Me incorporé y me puse encima de ella, le levanté las caderas y empuje en su ano delicadamente. Ella confiaba en mí porque me lo dijo claramente. Me costo mucho trabajo, pero cuando la cabeza ya le había entrado, empecé a bombearla. Poco a poco le fue entrando toda la verga, y mientras me la cogía por el culo le acariciaba las tetas y el clítoris con la mano. Después la tomé por la cintura y la acerqué con más fuerza a la raíz de mi verga. Lo comencé a hacer tan fuerte que empezó a gritar. Por un momento paré porque pensé que la estaba lastimando pero ella me pidió que lo hiciera más fuerte. No pude aguantar mucho y ella tampoco. Se la saque y se la puse por delante. Ella se colgó de mi cuello con ambos brazos y comenzó un furioso entrar y salir de mi pene, que se combino armónicamente con sus saltitos y caídas se lo hundí hasta la base y le acabé hasta la ultima gota de semen.
La solté e instintivamente se arrodillo y tomo mi miembro con su mano.
- Lo mejor es chupar una pija cuando aun no está dura, asi una siente dentro de la boca como va creciendo. Voy a darte una clase de lengua -dijo, metió mi miembro en su pequeña boca y procedió a darme placer como solo ella sabia hacerlo, como ella misma lo dijo, era su especialidad.
Se me ocurrió agarrarle la cabeza y guiarla pero me lo hacia tan bien que solo atiné a acariciarle el cabello. Hasta que sentí que iba a explotar. Entonces, ella me la agarró bien firme por la base y chupo con mas fuerza.
_ Me encanta, quiero tragármela toda y metérmela hasta la garganta.- dijo
Entre rezongos logré sacársela de la boca, la tumbé boca arriba y sosteniéndole las piernas me dediqué a acariciarle la concha con los dedos hasta que la tuvo bien abierta parecia invitarme al mordisco. Recorri todo ese paisaje con mi dedo indice, lo humedeci completamente, meti solamente la yema de mi dedo dentro del agujerito y pude notar un temblor de placer en su vientre Saque mi dedo y lo meti en mi boca, saboreando sus jugos y viendo como ella se retorcia pidiendome más. -No dejes de acariciarme, no dejes de tocarme!- me suplicaba entre gemidos. No podia ni queria dejarla asi que acerque mi boca para que esta vez mi lengua la probara directamente. Deje que mi lengua la lamiera de abajo hacia arriba, de derecha a izquierda, metiendo un dedo a la vez que me encargaba de su clitoris, de rozarlo solamente con la punta de mi lengua y abandonarlo completamente erecto y excitado y mientras ella temblaba y se retorcía entre gemidos empecé a besarla desperadamente, -Mordeme el clitoris!! Mordemelo!! Chupame completa!! Haceme gozar!!!.- Esos eran los reclamos desesperados de Paula, que se movia de lado a lado de la cama, que no dejaba de elevar sus piernas al aire, de acomodarlas en mi cintura, de dejarme el camino lo mas abierto posible para que yo lo recorriera sin problemas. -Me encanta tu sabor!! Me enloquece tu olor a hembra!! Sos tan rica!!!.
-Dame mas!! Dame mas lengua, mas lengua!!.- Y alli iba mi lengua, como si
de un pene erecto se tratara fue directo a su agujero, se acomodo en el borde y comenzo a entrar y salir en forma descontrolada, siguiendo los movimientos de cadera de mi amante, que no cesaba de suspirar, de retorcerse los pezones, de pedir cada caricia que la transportara, de demostrar su calentura y exacerbar la mia. -Cogeme con la lengua,

relato

seguí asi, mas, mas, mas!!- gritaba sin poder controlarse. La cantidad de flujo que Paula estaba produciendo me embriagaba, su olor me excitaba cada vez mas y la sensacion de sus liquidos cremosos en mi lengua me quitaban el aliento, pero los lamia con gusto, los esparcia por mis labios y no queria dejar de compartirlos con ella asi que en medio de ese descontrol de gozo, abandone su entrepierna para deslizarme hacia su boca y besarla, dejando que mi lengua llevara hasta ella su propia excitacion, esparciendolos por sus labios, batallando con su lengua, que pugnaba por entrar en mi boca con el mismo deseo que salia la mia en su busqueda. Con ese mismo flujo lami sus pezones y los note hirviendo, duros como rocas y emanando un hilillo de liquido cristalino y agridulce. (Tibio y dulce). Me pidió que parara, pero era tan embriagante que yo no podía dejar de besarlaqueria tomar todo su jugo.
Se revolvió en la cama y otra vez empezó a buscarme la verga, cuando me la quiso chupar de nuevo me negué porque tuve miedo de acabar otra vez sin haber cogido. Pero no pude resistirme y la dejé. No podía creer que fuera tan puta.
Había empezado de a poquito, sosteniendo el miembro entre las manos y recorriéndolo íntegramente con su lengua húmeda mientras seguía lamiéndolo un rato lentamente hacia arriba hasta llegar al glande, metiéndola en el agujerito de la punta y luego volviendo a la base hasta llegar a mis testículos.
Me empecé a excitar y cuando le dije que estaba a punto de eyacular ella aceleró la maniobra. Lo introdujo todo y me lo chupo de una forma increíble, lo lamió, succionó, hizo de todo, también chupo mis testículos lo cual me hizo llegar al éxtasis y le dije que me iba a venir, entonces empezó a mover su mano fuertemente arriba y debajo de mi pene llevándome a un estado de placer máximo del cual no pude escapar. Chupaba y bombeaba como si fuera la última vez que mamara una pija. No pude aguantarme y me descargue en su boca Tuve un orgasmo espectacular y solté toda mi leche, los chorros le corrían por toda la cara, por las tetas y el vientre
Ella entonces se la quito de la boca y pude ver como caía el semen que parecía mas blanco que nunca. El primer chorro cayo directamente en su lengua que no dejaba de relamerse tratando de tragar hasta la ultima gota de leche, el segundo se derramó sobre la cara y lo demás terminó de caerle entre las tetas. No pude resistirme, la besé y pude sentir el gusto de mi semen todavía tibio y el sabor en mi paladar me enloquecio, senti que perdia el control de todo y que no importaba lo que me pidieran de aca en mas, nada seria suficiente para apagar tanto fuego interno.
Quería volver a cogerla, la mordí alrededor de los pezones , todavía con gusto a semen, formando un circulo y empece a lamérselos metiéndolos en lo profundo de mi boca, humedeciéndolos con la lengua, chupándoselos hasta llenarme la boca de su leche recién descubierta, volví a abrirle los labios con los míos y le metí la lengua lo mas adentro posible, quería llenarle la boca de sexo. ella empezó a gemir y apretarse con fuerza contra mi cuerpo, daba gusto verla así, era una gata en celo tan cogida mojada y todavía caliente.
Estaba calentísima y no le importaba mucho ningún juego sexual. Se abrió totalmente de piernas y con los dedos abrió los labios de su hermosa vagina. “¡Estoy caliente! ¡Quiero que me chupes vos ahora!” me susurró, me volvia loco y la lami, ella empezo a besarme la punta de la pija mientras se colocaba en forma de 69,ya tenia toda mi verga en su boca y la mamaba con estilo, yo por mi parte pegaba lenguetazos a su hinchadisimo clitoris y atrapaba con mis dientes suavemente sus delicados labios interiores,estaba por acabar y ya tenia la cara llena de sus jugos cuando se quito de encima mio y se tumbo abriendose de piernas,sin dudarlo me coloque sobre ella entonces tomo mi pene con su mano y lo dirigió a la entrada de su conchita y poco a poco se dejo caer sobre mi provocándome un placer infinito y arrancándole a ella un grito que nos volvió locos a ambos. Ya teniéndolo todo dentro empezó a moverse de adelante a atrás y de un lado a otro, subiendo y bajando sobre mi pene hasta casi sacarlo de ella y de nuevo todo hasta adentro, era hermoso. Ella tenia los ojos cerrados, y solo se concentraba en sus sensaciones y gemía como loca a cada movimiento. Yo tenia los ojos abiertos deleitándome con la visión de aquella mujer hermosa moviéndose sobre mi y dándose placer con mi pene mientras yo masajeaba sus senos con ambas manos. Nuestras bocas se encontraron para robarnos el aliento y yo me agite, aferrándome a sus hombros, la tome por la nuca como lo hacen los gatos con sus hembras, la traje hasta mi y le mordí el cuello, eso pareció exitarla aun mas pues empezó a morderme con una furia inimaginable.

Paula

Poco a poco el placer fue aumentando al igual que sus gemidos y gritos. El ritmo se aceleraba cada vez mas y yo tomaba sus caderas y la ayudaba a moverse y al mismo tiempo a provocarme placer subiendo y bajando por mi miembro, podía sentir su humedad saliéndole de entre las piernas y recorriendo mi vientre, era una sensación exquisita cuando de pronto empecé a sentir que su cuerpo temblaba y sus músculos se tensaban alrededor de mi pene, entonces supe que estaba a punto de tener un orgasmo por lo que aumentamos el ritmo y la fuerza de nuestros movimientos.
Los gritos eran ahora de los dos y eran lo suficientemente fuertes para que los oyeran todos los vecinos, estábamos envueltos en un deseo incontrolable cuando ella soltó un grito y empezó a temblar de manera increíble y sentí que su vagina iba a comerse mi pene, apretaba de tal forma que sentía que me lo iba a arrancar. Ese orgasmo duro un par de minutos, nunca había visto algo semejante, parecía que tenia convulsiones, temblaba y sus ojos parecían perdidos, pero finalmente termino y saco mi pene de su interior y solo dijo: " me acabas de dar el mejor orgasmo de mi vida, es mi turno de darte placer" (como si no me hubiera dado suficiente yaCuando dijo esto, la mesita japonesa se movió sismicamente lanzando al suelo la botella de cristal la cual, al caer en la alfombra rodó destapándose, y liberó las cientos de luces vivas que se esparcieron por todo el ambiente creando un momento mágico que elevó nuestros espíritus hasta la bóveda celestial.
Me encantó tener sexo con esta mujer y aún lo continuamos haciendo. Es increíble como aquella persona que parecía no querer nada conmigo, terminara siendo la mejor de las putas y solamente mia.

Historia

1 comentarios - Paula