Pasó el tiempo, y a las puertas del matrimonio, reflexionando sobre él pasado y el futuro que me esperaba con mi novia la mujer que yo quería, empezé a recordar los comienzos de nuestra relación y aquellas primeras situaciones que por aquel entonces me resultaban increíbles ... "Cuando empezamos a salir juntos como novios una experiencia tan simples como ir la piscina con nuestra pandilla de amigos se podían convertir en una pesadilla para mi, pues cuando estábamos jugando en el agua, a lo que fuera, las aguadillas y los sobeos de nuestros amigos para con mi novia se pasaban de castaño oscuro, y era solo con ella pues con las novias de los demás la cosa no era para tanto, en fin que el magreo solapado a mi novia era continuo y ella ni se daba cuenta o se hacia la loca, siempre tenia la sonrisa en la boca, y las manos de los demás por todas partes… como podréis comprender mi cabreo era continuo y ella tenía que aguantar mis enfados cuando nos quedábamos a solas..... ¿por qué la magreaban a ella y no a las otras que estaban más macizas y buenas que ella?"... En fin, tenía que aceptar la idea de que me casaba con la chica más sobada por los amigos, la más vista, accesible y magreada de la universidad, y ahora la musa desnuda más deseada del mundillo del arte… …iba a seguir siendo más de los demás que mía propia, era su sino, su gen diferencial, y había que asumirlo no la podía dejar sola ante el mundo y marcharme sin más… además ya había empezado a saber disfrutar del morbo que se desbordaba por doquier en cualquiera de las situaciones en las, que por culpa de su sex appeal me veía metido…
Durante el viaje de novios en el extranjero no ocurrió nada a lo que ya no estuviera acostumbrado, cualquier personaje varón con el que nos cruzábamos tenía algo que ver con ella. Cuando en la piscina del hotel estaba tumbada en top less los camareros revoloteaban alrededor de ella continuamente, cuando se metía en el agua otros maridos también recién casados coqueteaban y “jugaban” con ella a la menor ocasión que se les presentaba sin importarles mi presencia ni la de sus propias mujeres y en la discoteca la sacaban a bailar como si fueran amigos de toda la vida… yo sentado con sus mujeres mientras ellos se disputaban los favores de mi mujer baile tras baile… ¡Que cosa! … Ella se lo pasó en grande, no tubo momento para aburrirse, cuando no estábamos en la habitación siempre estaba solicitada por alguien y en apariencia no se cansaba de tanto requerimiento como al que estaba sometida… quizás el sueño de toda mujer… ser la reina de la fiesta…
Estuvimos en una playa nudista varias veces y allí también hizo amistades masculinas que en el momento que nos veían llegar al día siguiente ya estaban alrededor de ella como moscones para darle la crema, jugar ó bañarse juntos, los pobres hacían vanos esfuerzos para no empalmarse cuando estaban junto a ella así que iban y venían al agua continuamente, lógicamente donde mejor se manejaban era cuando conseguían llevarla al agua con ellos… allí era la fiesta, la cogían por aquí la soltaban por allá, la llevaban en brazos a hombros a la espalda, la achuchaban la soltaban, se la ponían encima, debajo, se la acercaban por detrás por delante, se restregaban con ella lo que podían… en fin con tanto sobeo terminaban corriéndose anónimamente encima de mi mujer porque cuando salían del agua sus penes estaban relajados pero todos con el glande fuera y la piel de mi mujer aparecía pegajosa y llena de hilillos blanquecinos y en el vello púbico se veía claramente el pegamento seminal que lo enredaba… imagino que me envidiaban por el hecho de ser hasta ese momento el único varón que tenía la opción y el derecho de penetrar dentro de ella y disfrutar de los manjares ocultos tras aquel jugoso coño que tanto miraban y deseaban y que solo furtivamente habían sobado cuando la tenían a su merced en el agua…
Hasta el momento y después de todas las peripecias ocurridas yo tenía la "casi" completa seguridad de que todavía era el único hombre que había poseído total y completamente a mi mujer, y digo casi pues siempre quedaba algún rinconcito en la mente donde caben todas las posibilidades imaginables, podía haber ocurrido durante mi estancia en servicio militar, ó en la facultad con algún compañero de los que la traían y llevaban en coche… ella cuando yo le planteaba mis dudas siempre me decía que yo era el hombre de su vida y que nadie mejor que yo la comprendía y la aceptaba como era, y que estaba muy orgullosa de mí porque siempre estaba allí donde ella me necesitaba, y sexualmente se sentía completa conmigo porque yo le daba todo lo que su cuerpo le pedía. Aún así, en los momentos más íntimos cuando la veía mamando ó cabalgando mi polla, ó cuando a cuatro patas recibía mis embestidas por detrás, y la oía gemir y respirar pasión, me la imaginaba de igual manera pero con otros machos más potentes, con poyas inmensas, que penetrándola y llenándola más, la hacían gemir, gritar y disfrutar de otros niveles de la pasión y el sexo que quizás yo no podía ofrecerle. La idea de aquello vista de un modo neutro ni me turbaba ni escandalizaba… ¿porque no podía ella disfrutar de algo que yo no le pudiera ofrecer y otra persona sí?... Sería peor el hecho de que buscara en otra persona aquello que yo sí podía darle… ¿o, no?... en fin me parecía ó creía estar preparado para aceptar esa situación si las necesidades ó gustos sexuales de mi mujer cambiaban en el futuro… no sería mi orgullo personal quien impidiera a mi mujer experienciar algo por el mero hecho de que yo no se lo pudiera dar… y tendría que aceptar verla follar con otros en mi presencia antes que aquello ocurriera a mis espaldas… siempre sería mejor estar presente y vivir la experiencia al lado de mi mujer como una cosa de los dos y controlar la situación a que todo ocurriera de forma furtiva y aparte de mí, y en la vida de mi mujer aparecieran dos mundos irreconciliables, uno conmigo y otro con sus amantes.
¡Que dificil es ser el marido de una mujer tan pu..blica, requerida y admirada! ... con la que todo el mundo tiene ó quiere tener algo que ver! ...
Durante el viaje de novios en el extranjero no ocurrió nada a lo que ya no estuviera acostumbrado, cualquier personaje varón con el que nos cruzábamos tenía algo que ver con ella. Cuando en la piscina del hotel estaba tumbada en top less los camareros revoloteaban alrededor de ella continuamente, cuando se metía en el agua otros maridos también recién casados coqueteaban y “jugaban” con ella a la menor ocasión que se les presentaba sin importarles mi presencia ni la de sus propias mujeres y en la discoteca la sacaban a bailar como si fueran amigos de toda la vida… yo sentado con sus mujeres mientras ellos se disputaban los favores de mi mujer baile tras baile… ¡Que cosa! … Ella se lo pasó en grande, no tubo momento para aburrirse, cuando no estábamos en la habitación siempre estaba solicitada por alguien y en apariencia no se cansaba de tanto requerimiento como al que estaba sometida… quizás el sueño de toda mujer… ser la reina de la fiesta…
Estuvimos en una playa nudista varias veces y allí también hizo amistades masculinas que en el momento que nos veían llegar al día siguiente ya estaban alrededor de ella como moscones para darle la crema, jugar ó bañarse juntos, los pobres hacían vanos esfuerzos para no empalmarse cuando estaban junto a ella así que iban y venían al agua continuamente, lógicamente donde mejor se manejaban era cuando conseguían llevarla al agua con ellos… allí era la fiesta, la cogían por aquí la soltaban por allá, la llevaban en brazos a hombros a la espalda, la achuchaban la soltaban, se la ponían encima, debajo, se la acercaban por detrás por delante, se restregaban con ella lo que podían… en fin con tanto sobeo terminaban corriéndose anónimamente encima de mi mujer porque cuando salían del agua sus penes estaban relajados pero todos con el glande fuera y la piel de mi mujer aparecía pegajosa y llena de hilillos blanquecinos y en el vello púbico se veía claramente el pegamento seminal que lo enredaba… imagino que me envidiaban por el hecho de ser hasta ese momento el único varón que tenía la opción y el derecho de penetrar dentro de ella y disfrutar de los manjares ocultos tras aquel jugoso coño que tanto miraban y deseaban y que solo furtivamente habían sobado cuando la tenían a su merced en el agua…
Hasta el momento y después de todas las peripecias ocurridas yo tenía la "casi" completa seguridad de que todavía era el único hombre que había poseído total y completamente a mi mujer, y digo casi pues siempre quedaba algún rinconcito en la mente donde caben todas las posibilidades imaginables, podía haber ocurrido durante mi estancia en servicio militar, ó en la facultad con algún compañero de los que la traían y llevaban en coche… ella cuando yo le planteaba mis dudas siempre me decía que yo era el hombre de su vida y que nadie mejor que yo la comprendía y la aceptaba como era, y que estaba muy orgullosa de mí porque siempre estaba allí donde ella me necesitaba, y sexualmente se sentía completa conmigo porque yo le daba todo lo que su cuerpo le pedía. Aún así, en los momentos más íntimos cuando la veía mamando ó cabalgando mi polla, ó cuando a cuatro patas recibía mis embestidas por detrás, y la oía gemir y respirar pasión, me la imaginaba de igual manera pero con otros machos más potentes, con poyas inmensas, que penetrándola y llenándola más, la hacían gemir, gritar y disfrutar de otros niveles de la pasión y el sexo que quizás yo no podía ofrecerle. La idea de aquello vista de un modo neutro ni me turbaba ni escandalizaba… ¿porque no podía ella disfrutar de algo que yo no le pudiera ofrecer y otra persona sí?... Sería peor el hecho de que buscara en otra persona aquello que yo sí podía darle… ¿o, no?... en fin me parecía ó creía estar preparado para aceptar esa situación si las necesidades ó gustos sexuales de mi mujer cambiaban en el futuro… no sería mi orgullo personal quien impidiera a mi mujer experienciar algo por el mero hecho de que yo no se lo pudiera dar… y tendría que aceptar verla follar con otros en mi presencia antes que aquello ocurriera a mis espaldas… siempre sería mejor estar presente y vivir la experiencia al lado de mi mujer como una cosa de los dos y controlar la situación a que todo ocurriera de forma furtiva y aparte de mí, y en la vida de mi mujer aparecieran dos mundos irreconciliables, uno conmigo y otro con sus amantes.
¡Que dificil es ser el marido de una mujer tan pu..blica, requerida y admirada! ... con la que todo el mundo tiene ó quiere tener algo que ver! ...
8 comentarios - Una novia, una mujer un poco P... ...Poringera? (4)
tambien es muy buena amiga y mejor amante. Y pues en el fondo (aunque ya no tan en el fondo) a mi también me ha entrado esa curiosidad---verla con otra persona.
Sigue el relato pues, a ver como acaba la historia! 🙂
Se ve que no conseguis un macho que te la ponga, porque te ta pasas agrediendo a quien si se divierte.solo que tu pequeña cabeza no le da para entender nada de lo que estas leyendo.Dedicate a otra cosa Poringa no es lo tuyo!!!