Ya habían pasado más de dos semanas desde mi último encuentro con Leo. Yo no quiero recordarlo pero mi novio no me deja olvidarlo. Dice que estuve muy putita, aunque él fue el que me obligó.
La otra noche me dijo que íbamos al telo. Me puse contenta porque me encanta ir al telo. Me gusta que esté todo limpio, ordenado; salir de ahí y desayunar, que te sirvan. No quería hacer nada la guacha, jaja. Pero lo que más me gusta es que en el telo podés hacer el quilombo que quieras y nadie te dice nada. Se escuchan distintas músicas fuertes, gemidos que vienen de las otras piezas, y ruidos de camas contra las paredes... Todo ese ambiente sexual me pone loca, loca... A mí me gusta gritar, soy de esas, jaja. Como vivo con un par de amigas, en casa no puedo gritar mucho, no me da; y en lo de mi novio me da vergüenza por su mamá, aunque él diga que ella no escucha nada. Así que cuando vamos al telo me siento yo misma, digamos, y aprovecho. A veces llevamos juguetitos... Esa noche yo llevaba el plug en mi cartera, y él una riñonera con una "sorpresa" para mí. Nos dieron una pieza en el segundo piso con una ventana grande por donde entraba la luz justa, así que le pedí que no prendiéramos ninguna otra luz, aunque a él le gusta vernos coger y yo prefiero la oscuridad.
Él se fue al baño a fumar, y yo me acosté sobre el acolchado a esperarlo. Cuando salió me dijo:
"Entrá ahí, así aspirás todo el humo y te pega".
Le pregunté para qué, si yo no fumo porque no me gusta, me va a dar alergia ¿Para qué me quería hacer fumar?... Y me dijo:
_"Porque cuando fumás te ponés bien putita. No la podés caretear. Y también decís la verdad...".
Me desvestí un poco, quedé descalza y en bombi, y él me dió su celular para que no me aburra, porque el mío estaba cargando. Adentro del baño me colgué un montón viendo los videos porno que había en su celu. Ya le estaba por preguntar si podía salir cuando abrió la puerta de golpe y me dijo:
_"Aquí no sos mi novia, ¿sabés?".
Silencio incómodo.
_"¿Y qué soy...?", le digo.
_"En todos los telos que vayamos, vas a ser la puta de Leo. Entendiste?".
Otro silencio incómodo.
_"Soy la puta de Leo...", reafirmé. porque ya sabía que quería escuchar eso.
_"Sí, de ese pendejo atrevido...
Y también sos la puta de tus otros chongos: de Diego, de Nico, de Pablo, y hasta de tu primer novio, el que te rompió el orto".
_"Ese no era mi novio", le aclaré. "Tampoco Nico ni Pablo...".
_"Bueno, no importa. Te cogieron igual, y por eso sos de ellos también. Es más, gracias al que te reventó el orto te pudimos coger todos después".
_"Soy la puta de Leo, la puta de Diego, la puta de Nico, la puta de Pablo, y la puta del primero que me desvirgó...", reafirmé.
_"El que te reventó el orto".
_"Del que me reventó el orto...".
Se acercó a mí y me dijo al oído:
_"Contra un árbol, frente a la canchita... Qué putita... ¿Sabés qué hacías ahí a esa hora?...".
_"¿Qué...?", pregunté.
_"Andabas buscando pija...".
_"No. Era chica y no quería volver a mi casa".
_"Sí, pero una chica no se deja llevar hasta ahí para coger en los yuyos. Eso es bien de putita, ¿sabés?...".
Tenía razón.
_"¿Me perdonás...?, le dije.
¿Me perdonás por ser la puta de todos esos chongos...?"
_"Sí, te perdono...", me dijo. "Pero ahora yo voy a hacer de tus chongos. Quiero que me mostrés cómo se la chupabas a cada uno...".
Fuimos hasta la cama, se acostó, y me dijo agarrándosela: "Esta es la pija de Leo... ¿A ver cómo se la chupás...?".
Le seguí el juego. Agarré "la pija de Leo" y la saludé con un besito, por tantos días sin verla. Y me la comí como una novia, chupándola con cuidado. Pero a los pocos segundos. me agarró del pelo para que pare y mientras me sostenía así me dijo:
_"Ahora chupásela a Pablo...".
A ese le gustaba darme duro. Así que le empecé a comer la pija a mi novio como en las pornos.
A los diez segundos me volvió a frenar y me dijo:
_"Bueno, basta! Ahora chupaselá a Nico...".
Esa es la que más quisiera volver a chupar. Ese vago me daba la corriente! Y su pija me encantaba. Me dejó chuparla un ratito más que a "los otros", y cuando me la sacó la volví a comer.
_"¿Así que la de Nico te gusta más...?
Qué putita...!", me dijo.
El humo del baño me había pegado mal. No me daba cuenta lo que hacía.
Me dio un tubito de lubricante y me dijo que me pusiera el plug. Y que me acueste, que me la iba a chupar. Me saqué la tanga, me metí el plug y me puse en posición. Y me empezó a comer la pija. O yo estaba muy drogada o no sé, pero gozaba como loca. Agarré una almohada y la mordí. Él me la sacó y me dijo que gima. Le dije que no me hiciera acabar, por favor, pero no le importó. Me la siguió chupando hasta que no di más y le acabé en toda la boca. Inmediatamente se puso arriba mío, como si fuera a darme un beso y me escupió toda la leche en la cara. El plug se me había salido. Me dijo:
_"¿Sabés qué significa eso...?".
Le respondí que no.
_"Que ese culo quiere pija...".
Le pregunté si ya me la iba a meter, y me dijo que no. Que me vuelva a meter el plug y se la chupe.
_"Hacete la paja", me ordenó. Pensá en el pendejo ese. Quiero verte acabar...", y me cazó del cuello.
Estuve un buen rato chupándosela y pajeándome, mientras él me hundía el plug y me decía que era una puta reventada. Yo pensaba en Leo, como me ordenó, y me acabé por segunda vez. Quedé recostada boca abajo, cansada por los dos orgasmos, y le pregunté si ya me la iba a meter. Me dijo que todavía no, y fue por "la sorpresa": un consolador de veinte centímetros.
_"¿De dónde sacaste esto??", le pregunté. "¿Y por qué tan grande??"
_"¿No me dijiste que ese pendejo de mierda la tenía de veinte...? Bueno, te compré esto para que no lo extrañes..."
_"Pero yo no lo extraño... Esto me va a destrozar...".
Me agarró del cuello y me dijo;
_"Callate puta de mierda, y poné el culo...".
Mientras me daba vuelta, me preguntó:
_"¿Vos sos una puta de mierda o una puta del orto...?
Iba a decir: "de mierda", pero le respondí:
_"Del orto, porque siempre me lo hacen...".
Lubricó esa cosa y me la empezó a meter. Yo estaba acostada boca abajo de nuevo. Aunque lo hiciera despacio, me rompía igual. Yo tenía miedo".
_"Ayyyy...!".
_"Aguantá...", me decía. "Ya te va a gustar...".
_"Auuuuu... despacio...!".
_"Esta es la pija de tu chongo. Pedile que te coja...".
_"Cojeme, Leo...", beboteé. "Cojeme...".
Empezó a hundirla más y a aumentar el ritmo. Yo empecé a gritar de dolor y también de placer.
_"Dale, puta! Rogale a tu chongo que te coja...!", insistía él.
_"Co...geme... Co...geme... Le...ooo...".
Apenas podía hablar. Pero mis gritos se deben haber escuchado hasta la recepción. Fue tan intenso con esa pija de goma, que me acabé otra vez, gritando como una cerda, con mi pijita blanda chorreando.
Me la sacó. Me di vuelta, y me pasó toda esa pija de ficción por la boca. Yo corrí la cara y me dijo:
_"Limpiala. Es lo que te pediría tu chongo".
La chupé medio con asco, mientras me la hacía tragar y me pegaba en la cara con ella como si fuera un superdotado.
_"Bueno, ahora me toca hacerte el culo a mí. Ponete en cuatro...".
Me incorporé apenas, como me ordenó, y mientras me metía la suya de carne me hacía toda clase de preguntas sobre mi noche en el telo con Leo. Quería saber todo.
_"¿Así te cogía puta de mierda...?", y me pegaba un chirlo en la cola.
_"Sí...", respondía apenas yo, que ya me había acabado tres veces.
_"Puta del orto...!", y otro chirlo.
_"Decí que sos la puta de tu chongo!", me ordenó mientras me cogía en cuatro.
_"Soy la puta de mi chongo...", dije yo.
_"Nombralo! Con nombre y apellido!"
_"Soy la puta de Leo Marino...! Soy la puta de Leo Marino...!", repetía yo. Y cuando me callaba, me volvía a chirlear y a ordenar que continuara gritando eso. También me hizo recordar a todos los demás. Fue algo muy raro, pero muy excitante a la vez. Me acabé por cuarta vez, y él no podía. Me desplomé con él encima mío, que me dijo:
_"Ahora quiero acabar yo, puta...
Rogale a tu chongo que te dé la leche...".
_"Dame la leche, Leo... Dame tu lechita...", repetí hasta que mi novio me rebalsó el culo, mientras me chirleaba y me decía:
_"Qué puta de mierda...!".
Me dormí así, desnuda, boca abajo, con la pija y el culo goteando leches.
Fue una noche bastante rara...
La otra noche me dijo que íbamos al telo. Me puse contenta porque me encanta ir al telo. Me gusta que esté todo limpio, ordenado; salir de ahí y desayunar, que te sirvan. No quería hacer nada la guacha, jaja. Pero lo que más me gusta es que en el telo podés hacer el quilombo que quieras y nadie te dice nada. Se escuchan distintas músicas fuertes, gemidos que vienen de las otras piezas, y ruidos de camas contra las paredes... Todo ese ambiente sexual me pone loca, loca... A mí me gusta gritar, soy de esas, jaja. Como vivo con un par de amigas, en casa no puedo gritar mucho, no me da; y en lo de mi novio me da vergüenza por su mamá, aunque él diga que ella no escucha nada. Así que cuando vamos al telo me siento yo misma, digamos, y aprovecho. A veces llevamos juguetitos... Esa noche yo llevaba el plug en mi cartera, y él una riñonera con una "sorpresa" para mí. Nos dieron una pieza en el segundo piso con una ventana grande por donde entraba la luz justa, así que le pedí que no prendiéramos ninguna otra luz, aunque a él le gusta vernos coger y yo prefiero la oscuridad.
Él se fue al baño a fumar, y yo me acosté sobre el acolchado a esperarlo. Cuando salió me dijo:
"Entrá ahí, así aspirás todo el humo y te pega".
Le pregunté para qué, si yo no fumo porque no me gusta, me va a dar alergia ¿Para qué me quería hacer fumar?... Y me dijo:
_"Porque cuando fumás te ponés bien putita. No la podés caretear. Y también decís la verdad...".
Me desvestí un poco, quedé descalza y en bombi, y él me dió su celular para que no me aburra, porque el mío estaba cargando. Adentro del baño me colgué un montón viendo los videos porno que había en su celu. Ya le estaba por preguntar si podía salir cuando abrió la puerta de golpe y me dijo:
_"Aquí no sos mi novia, ¿sabés?".
Silencio incómodo.
_"¿Y qué soy...?", le digo.
_"En todos los telos que vayamos, vas a ser la puta de Leo. Entendiste?".
Otro silencio incómodo.
_"Soy la puta de Leo...", reafirmé. porque ya sabía que quería escuchar eso.
_"Sí, de ese pendejo atrevido...
Y también sos la puta de tus otros chongos: de Diego, de Nico, de Pablo, y hasta de tu primer novio, el que te rompió el orto".
_"Ese no era mi novio", le aclaré. "Tampoco Nico ni Pablo...".
_"Bueno, no importa. Te cogieron igual, y por eso sos de ellos también. Es más, gracias al que te reventó el orto te pudimos coger todos después".
_"Soy la puta de Leo, la puta de Diego, la puta de Nico, la puta de Pablo, y la puta del primero que me desvirgó...", reafirmé.
_"El que te reventó el orto".
_"Del que me reventó el orto...".
Se acercó a mí y me dijo al oído:
_"Contra un árbol, frente a la canchita... Qué putita... ¿Sabés qué hacías ahí a esa hora?...".
_"¿Qué...?", pregunté.
_"Andabas buscando pija...".
_"No. Era chica y no quería volver a mi casa".
_"Sí, pero una chica no se deja llevar hasta ahí para coger en los yuyos. Eso es bien de putita, ¿sabés?...".
Tenía razón.
_"¿Me perdonás...?, le dije.
¿Me perdonás por ser la puta de todos esos chongos...?"
_"Sí, te perdono...", me dijo. "Pero ahora yo voy a hacer de tus chongos. Quiero que me mostrés cómo se la chupabas a cada uno...".
Fuimos hasta la cama, se acostó, y me dijo agarrándosela: "Esta es la pija de Leo... ¿A ver cómo se la chupás...?".
Le seguí el juego. Agarré "la pija de Leo" y la saludé con un besito, por tantos días sin verla. Y me la comí como una novia, chupándola con cuidado. Pero a los pocos segundos. me agarró del pelo para que pare y mientras me sostenía así me dijo:
_"Ahora chupásela a Pablo...".
A ese le gustaba darme duro. Así que le empecé a comer la pija a mi novio como en las pornos.
A los diez segundos me volvió a frenar y me dijo:
_"Bueno, basta! Ahora chupaselá a Nico...".
Esa es la que más quisiera volver a chupar. Ese vago me daba la corriente! Y su pija me encantaba. Me dejó chuparla un ratito más que a "los otros", y cuando me la sacó la volví a comer.
_"¿Así que la de Nico te gusta más...?
Qué putita...!", me dijo.
El humo del baño me había pegado mal. No me daba cuenta lo que hacía.
Me dio un tubito de lubricante y me dijo que me pusiera el plug. Y que me acueste, que me la iba a chupar. Me saqué la tanga, me metí el plug y me puse en posición. Y me empezó a comer la pija. O yo estaba muy drogada o no sé, pero gozaba como loca. Agarré una almohada y la mordí. Él me la sacó y me dijo que gima. Le dije que no me hiciera acabar, por favor, pero no le importó. Me la siguió chupando hasta que no di más y le acabé en toda la boca. Inmediatamente se puso arriba mío, como si fuera a darme un beso y me escupió toda la leche en la cara. El plug se me había salido. Me dijo:
_"¿Sabés qué significa eso...?".
Le respondí que no.
_"Que ese culo quiere pija...".
Le pregunté si ya me la iba a meter, y me dijo que no. Que me vuelva a meter el plug y se la chupe.
_"Hacete la paja", me ordenó. Pensá en el pendejo ese. Quiero verte acabar...", y me cazó del cuello.
Estuve un buen rato chupándosela y pajeándome, mientras él me hundía el plug y me decía que era una puta reventada. Yo pensaba en Leo, como me ordenó, y me acabé por segunda vez. Quedé recostada boca abajo, cansada por los dos orgasmos, y le pregunté si ya me la iba a meter. Me dijo que todavía no, y fue por "la sorpresa": un consolador de veinte centímetros.
_"¿De dónde sacaste esto??", le pregunté. "¿Y por qué tan grande??"
_"¿No me dijiste que ese pendejo de mierda la tenía de veinte...? Bueno, te compré esto para que no lo extrañes..."
_"Pero yo no lo extraño... Esto me va a destrozar...".
Me agarró del cuello y me dijo;
_"Callate puta de mierda, y poné el culo...".
Mientras me daba vuelta, me preguntó:
_"¿Vos sos una puta de mierda o una puta del orto...?
Iba a decir: "de mierda", pero le respondí:
_"Del orto, porque siempre me lo hacen...".
Lubricó esa cosa y me la empezó a meter. Yo estaba acostada boca abajo de nuevo. Aunque lo hiciera despacio, me rompía igual. Yo tenía miedo".
_"Ayyyy...!".
_"Aguantá...", me decía. "Ya te va a gustar...".
_"Auuuuu... despacio...!".
_"Esta es la pija de tu chongo. Pedile que te coja...".
_"Cojeme, Leo...", beboteé. "Cojeme...".
Empezó a hundirla más y a aumentar el ritmo. Yo empecé a gritar de dolor y también de placer.
_"Dale, puta! Rogale a tu chongo que te coja...!", insistía él.
_"Co...geme... Co...geme... Le...ooo...".
Apenas podía hablar. Pero mis gritos se deben haber escuchado hasta la recepción. Fue tan intenso con esa pija de goma, que me acabé otra vez, gritando como una cerda, con mi pijita blanda chorreando.
Me la sacó. Me di vuelta, y me pasó toda esa pija de ficción por la boca. Yo corrí la cara y me dijo:
_"Limpiala. Es lo que te pediría tu chongo".
La chupé medio con asco, mientras me la hacía tragar y me pegaba en la cara con ella como si fuera un superdotado.
_"Bueno, ahora me toca hacerte el culo a mí. Ponete en cuatro...".
Me incorporé apenas, como me ordenó, y mientras me metía la suya de carne me hacía toda clase de preguntas sobre mi noche en el telo con Leo. Quería saber todo.
_"¿Así te cogía puta de mierda...?", y me pegaba un chirlo en la cola.
_"Sí...", respondía apenas yo, que ya me había acabado tres veces.
_"Puta del orto...!", y otro chirlo.
_"Decí que sos la puta de tu chongo!", me ordenó mientras me cogía en cuatro.
_"Soy la puta de mi chongo...", dije yo.
_"Nombralo! Con nombre y apellido!"
_"Soy la puta de Leo Marino...! Soy la puta de Leo Marino...!", repetía yo. Y cuando me callaba, me volvía a chirlear y a ordenar que continuara gritando eso. También me hizo recordar a todos los demás. Fue algo muy raro, pero muy excitante a la vez. Me acabé por cuarta vez, y él no podía. Me desplomé con él encima mío, que me dijo:
_"Ahora quiero acabar yo, puta...
Rogale a tu chongo que te dé la leche...".
_"Dame la leche, Leo... Dame tu lechita...", repetí hasta que mi novio me rebalsó el culo, mientras me chirleaba y me decía:
_"Qué puta de mierda...!".
Me dormí así, desnuda, boca abajo, con la pija y el culo goteando leches.
Fue una noche bastante rara...
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