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Fin de semana de una puta

A mi padre, un cliente suyo del taller le regaló una estancia de 3 días en un balneario cercano. Yo no tenía pensado hacer nada el fin, así que me dispuse a pasar unos relajantes 3 días con mi padre y mi hermano. Me dispuse a hacer mi maleta. Contemplé los bañadores y bikinis que tenía… La verdad es que ninguno de los bikinis que tengo son muy aptos para un balneario y mucho menos familiar pues son tipo tanga, pero bueno, opte por el menos llamativo… iba con mi padre y mi hermano, así que opte por uno rosa pastel…el único problema era que me lo había comprado hacía unos años y de culo se me había quedado un poco pequeño y se me metía por entre las nalgas al igual que los demás, no había tanta diferencia, sólo el corte de este era un poco más ancho que el de los demás, pero a final de cuentas se me incrustada en la colita…. Pero bueno iba con mi padre y mi hermano, así que, aunque alguien mirase... que más da… todo el mundo mira y aparte me excita que me miren con morbo y deseo y se imaginen teniendome empalada con su miembro.
Fin de semana de una puta
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Llegamos el sábado, nada más llegar nos dieron la habitación y entramos en una locura de baños y masajes que me dejaron sumamente cansada, tanto que me quedé dormida como una bendita en mi habitación. El domingo me desperté tarde y encontré en la mesa una nota:

- Dani, nos vamos a conocer la zona volveremos después de comer (Se fué mi papá y mi hermano dejándome sóla )

Bueno, me dedicaría al jacuzzi… Me duché, me puse el bikini y un pareo semitransparente y bajé a la piscina termal.

Llegué y vi que era la única que estaba allí… bueno, miento. Había un señor, de unos 60 años, bastante, por no decir mucho, entrado en kilos, de hecho, es que tenía una barriga muy grande, vamos de estos a los que estoy segura de que no se ven la polla cuando van a mear y con un bañador que no era acorde a su edad.
Estaba sentado en la piscina muy cerca de la escalerilla de bajada. Durante un rato pensé si me metía o no… pero al final decidí quedarme. Me despojé del pareo y de espaldas a la piscina, me fui introduciendo lentamente en la piscina. Una vez dentro, me giré: el abuelete tenía la mirada clavada en mí… no me extraña, le había ofrecido una visión gloriosa de mi culo y con el bikini que buscaba adentrarse en lo más profundo de mi culito dejaba a plena vista mis nalgas. Sonreí y me senté pensando en si había ligado con un hombre que podía ser mi abuelo, no me molestaba pues como ya sabrán he tenido muchas experiencias con viejos… Volví a sonreír y, estirando los brazos a lo largo del borde de la piscina, apoyé la cabeza y me puse a mirar el techo… el calor y el burbujeo me fueron adormilando, comencé a cerrar los ojos, cerrar los ojos…

- ¿Perdona, bonita, te importa que me siente a tu lado?

Abrí los ojos y miré a mi izquierda. El señor se había acercado hasta mí y se había sentado ya a mi lado. Me desperté por completo. Como ya se había sentado, le dije que como no, pero me hizo gracia… El señor me preguntó que de donde era. "De aquí cerca", le contesté. Él me dijo que era de Cancún y que estaba haciendo un viaje de placer…

Yo notaba como me miraba y empezó a hablarme, como he dicho antes era un hombre que pesaría unos 120 kg, una barriga enorme, y lleno de pelo blanco en el pecho. No se le veía que fuese alguien que se cuida, no se si me explico. Daba bastante “mala impresión” a primera vista, pero a mi me daba igual, yo estaba tranquilamente ahí tumbada.

El señor me empezó a preguntar por mi edad y cuando le dije, me dijo que una nieta suya tenía esa edad y comenzó a hablarme de su nieta, que la describía con todo lujo de detalles anatómicos, algo que a pesar de ser bastante sospechoso entendí que era amor de abuelo.

En un determinado momento, empezó a hablarme de la ropa que se ponía su nieta, de cómo su hija le decía que se pusiese tan cosa o tal otra, y con el afán de explicarme hasta donde llegaba la cintura de los shorts que su nieta vestía, puso la mano en mi cadera. Eso hizo que me saltase como una especie de alarma y de manera educada le dijese:
- Disculpa, pero me voy a dar un baño

- Aaaa jajaj si si disculpa que a veces no me doy cuenta y habla demasiado, te importa que te acompañe, es que las escaleras de la terma son muy resbaladizas y tal como tengo la cadera me da un poco de miedo resbalarme y además no soy un atleta (dijo riéndose y enseñando una dentadura amarillenta por años de tabaco)

Como no podía decirle que no por no ser una borde, conteste:

- Si claro tranquilo, vamos

El se levanto 2 segundos mas tarde que yo, para mirarme el culo, por supuesto, nos introdujimos en la terma, lo cierto es que el agua tan caliente hace que me ponga un poco… cachonda por decirlo así, bueno siempre o casi siempre mi vagina pide pene, pero en ningún momento pensé en nada mas que en el placer que da el agua tan caliente en mi coñito. Dentro del agua, que llegaba a la altura de pecho, el empezó a acercarse en exceso, de tal manera que su barriga casi que rozaba mi espalda, entre tanto seguía hablando de su nieta y de repente note su mano en mi culo sutilmente a la vez que terminaba de describirme los muslos de su nieta:

- Las chicas de ahora llevan unas faldas tan cortas…"
Yo me gire para que el dejase de tocarme el culo y al no mover la mano y sin yo quererlo, su mano estaba en mi pubis. Pero lejos de asombrarse, el cabron seguía hablando y sin retirar esa mano. Yo le miré muy seriamente, a ver si se daba cuenta, pero legos de retirar su mano, el empezó a mover su dedo anular por encima de mi bañador y me tocaba mi coño. A mi comenzaba a hervirme dentro de mi algo muy, muy conocido, la mezcla de agua caliente y aquellos toqueteos…: "¡Joder!… este cabron me esta poniendo cachonda ¿Cómo voy a dejar que un viejo me penetre otra vez?" pensaba, otras veces la calentura me habían llevado por un camino de no retorno, pero era plenamente consciente de mis actos y… estaba cachonda perdida y cuanto más pensaba en ello, más cachonda estaba y si a esto le sumas que no es la primera vez que me como una polla de más de 65 años….

Le mire a los ojos, por si se retiraba, pero mis ganas de que se retirara habían disminuido, de hecho, es que pensaba en que me retirase el bañador y me lo metiese en mi coñito, que para entonces empezaba a actuar de manera independiente y hacia que con tanto toqueteo estuviese perra perdida. En una de esas caricias que hacía con su dedo, yo solté un pequeño suspiro, lo que hizo que el cabron, mirándome a los ojos, soltase una sonrisa mientras me retiraba hacia un lado el bañador y tocaba mi coño bajo el agua, empezando a meterme el dedo, al tiempo que acariciaba mi clítoris con su dedo gordo… Yo ya estaba a punto de correrme y para facilitar la acción, abrí un poco más las piernas, Me mordía el labio inferior de desesperación por no poder gritar de placer… Me estaba provocando un orgasmo bestial el cabrón y yo no podía hacer otra cosa que resoplar y agarrarme a su brazo, para intentar que subiese la intensidad. Finalmente, me corrí, el al notarle me metió el dedo hasta el nudillo, mientras me miraba a la cara y me decía:
- Sssshhh cállate que alguien nos va a oír.

Me saco el dedo del coño, se dio media vuelta y subió las escaleras para salir de la terma, yo salía detrás de el sin decir palabra alguna, llegamos a las sillas donde estaban las toallas y mientras nos los poníamos, me fijé en su bañador, (“no se ha empalmado” pensé, normal con lo gordo que esta, no se le tiene ni que levanta) pensé. Lo cierto es que he de confesaros que me quede un poco rara al ver que ni se había empalmado, como si no le gustase, con lo cachonda que me pone a mi ver lo dura que se les pone la verga a los hombres cuando están conmigo. En esto que mientras seguía yo con mis paranoias, él me dijo, en un tono que me pareció asqueroso y morboso a la vez:

- Las niñas de hoy en día son todas unas putas, mi nieta es igual
- ¿Perdón? (le conteste, más indignada por ver que no se había empalmado, que, ofendida por llamarme guarra, cuando es cierto que los soy)

- ¿Que las niñas de hoy en día, son muy putas, no me has oído o qué?, son unas putas todas (dijo mientras agarraba con mi mano mi mandíbula, para decírmelo de cerca)

Le empujé para separarlo de mí y le dije:

- Yo seré una puta y usted es un maricon de mierda porque no se te ha puesto ni dura, cabeon

El me miro y me dijo.

- Mira niña, quieres que se me ponga dura, pues ven conmigo a la sauna (dijo mientras sacaba una pastilla azul de un pequeño neceser que tenía junto su toalla)

Lo cierto es que no me lo pensé mucho, era mas por orgullo que por otra cosa, bueno y porque estaba cachonda como una perra en celo como es costumbre, después de todo aquello y el hombre se había metido una viagra y que he de confesar que me imaginaba que o hacia eso o era imposible que se empalmase, con lo gordo que estaba, su edad y que no parecía un hombre que tuviese mucha polla. Porque no notaba nada en su bañador que hiciese pensar lo contrario.

Entramos en la sauna y la cerré, el se sentó y yo de pie mirándolo le dije:

- A ver a ver cómo se te pone dura, a ver que es lo que tienes.

Mirándome serio me dijo:

- Siéntate aquí (dijo señalando el banco que estaba a su izquierda)

La sauna era pequeña, solo para 3 personas y el con su obesidad ocupaba uno de los bancos enteros. Yo me senté a su izquierda y enfadada le dije:

- Ya estoy, vamos a ver como se te pone

- Ahora vas a hacer todo lo que yo te diga niña, así que bajate la tanga de ese bikini que llevas y quiero que te toques (dijo en un tono entre amenazante y autoritario)
No hay nada que mas cachonda me pone que me dominen, así que me baje la braga del bikini a la altura de mis rodillas, abrí las piernas y mirándolo me chupe dos dedos de mi mano derecha y empecé a metérmelos y a masajear mi clítoris, mientras con mi mano izquierda me amasaba las tetas, con el calor que hacia y lo cachonda que estaba tarde en correrme 1 minuto.
viejo

Lo cierto es que no había prestado atención a si estaba empalmado o no, así que cuando me corrí, miré a su entrepierna y me di cuenta del enorme bulto que tenia en su bañador, tenia que ser enorme la polla del viejo este, porque al estas sentado la tripa le tapaba en un 80 % el bañador y aun así se veía perfectamente aquel bulto. “Sera posible que encima de cabron tenga una polla enorme” pensé, estaba muy gordo y le costaba casi respirar, respiraba entrecortadamente debido al calor y a lo cachondo que se estaba poniendo. Se recostó un poco y con su mano derecha se sacó la poya, apareció una polla de 18 o 20 cm en toda su gloria… ¡¡¡Madre mía!!!… Si mi coño estaba ya mojado, al ver tamaña polla…. es que era preciosa, gorda, durísima y grande, rodeada de bello blanco…, por mucha barriga que tuviese, por muy asqueroso que fuese, por mucho que no lo conociese…. joder que polla tenia, me la quería comer, quería que me reventase, quería que me tratase como una puta, que me desease, estaba cachondisima…
Sin mediar palabra, me senté a su lado, en el escaso espacio que quedaba y con mi mano izquierda y sin dejar de mirarle a los ojos, toque aquella polla, estaba dura, era recta y tan gorda que mi mano no daba para completar su circunferencia, tenía un glande enorme y emergía entre una frondosa mata de pelo blanco, empecé a pajear aquella polla mientras con mi mano derecha me masturbaba yo, el cabron solo dejaba que yo lo hiciese y veía como con cada movimiento de mi mano su cara era de placer, de vicio, de ganas de reventarme.

Solo era capaz de articular una palabra:

- ¡Fóllame, fóllame, fóllame…!

- Sssshhh calma niña, aquí no, ahora vamos a mi habitación, pero antes ponte de pie

Me puse de pie, frente a él, con la braga de mi bikini por encima de las rodillas y con mi pezón izquierdo asomando por encima de mi bañador. El seguía sentado, me agarro de las caderas y me giro, empujándome, como si de una carabina en una feria se tratase, me doblo un poco y agarrando con sus dos manos mi culo, empezó a comerme el culo y el coño. Yo me tuve que apoyar contra la pared de la sauna, para no caerme y para arquear mi espalda, para ofrecerle mi coño y que siguiese lamiéndomelo por detrás, de repente noté como uno de sus dedos entraba en mi culo, me hizo un poco de daño, pero estaba tan sudada que el sudor hizo de lubricante. Eso hizo que estallase en un orgasmo que hacia que me temblasen las piernas de lo estasiada que estaba. Una vez me corrí, me subí la tanga del bikini y mientras lo hacia él me dijo:
- Ahora vas a salir y vamos a subir a mi habitación, no quiero que des un espectáculo vale, así que se una buena niña y trátame como si fuese tu abuelo.

Estaba tan perra, tenia tantas ganas de que me follase duro con ese pedazo de polla, que no dije ni una palabra. Salimos de la sauna, me puse la toalla y le ayudé a ponérsela a él y nos dirigimos al ascensor. Una vez dentro, y con mas luz, lo mire detenidamente y solo podía pensar en lo asquerosamente gordo y viejo que era, en el asco que daba, pero también en el bulto que salía de la toalla…

Su habitación estaba nada mas salir del ascensor, así que entramos directamente a su habitación.

Continúa....

3 comentarios - Fin de semana de una puta

piccionee
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