Hola buenas noches a todos, bueno viendo que les gustó el relato, les traigo la continuación del mismo.
No sé imaginan como me pajee esa noche en mi casa recordando la apoyada tremenda que le había dado a esta perrita y más con las fotos que tenía de ella.
El dia siguiente que era viernes, salí volando del colegio para ver si tenía la suerte de volver a encontrarla y que no solo se quede como una anécdota más. Eran casi las 18 cuando pase los molinetes y allí estaba ella otra vez, en el mismo lugar que el día anterior...
Lamentablemente esta foto que saque salió desenfocada y me di cuenta recien cuando llegue a mi casa, pero la tenía que subir para dar más detalles en el relato.
Traía nuevamente esas calzas grises que tan feliz me habían hecho el día anterior y ahora traía ese especie de ambo celeste, por eso les digo que me parecía que era enfermera. Ya estaba emocionado y faltaban casi 10 minutos para que llegue el tren de bosques. Me animé a pasar enfrente de ella y gire un segundo para verla, pero ella ni me registró o se hizo la tonta, lo cual me calentó más aún.
Pasaron unos minutos y ella se movió del lugar donde estaba alejándose de mi, no sé si fue por evitarme pero no me importo y seguí sus pasos para estar cerca suyo.

Se ato el pelo y bajo su mochila, ya faltaban unos 3 minutos para que viniera el tren. El ambo le tapaba casi todo el orto por lo cual la hacía por ahí menos atractiva, pero yo sabía cómo era esa colita y ya me re lamia jeje.
Llegó por fin el tren y me puse atrás de ella con la pija al palo de tanto comer esa cola con la mirada todos esos minutos de espera..y le doy la primera estocada en su nalga derecha, y cuando ya todos los monos se vienen encima para entrar al vagón, le entierro bien mi pija dura en medio del orto descaradamente. En el amontonamiento luche como pude para quedar atrás de ella y apoyarla a mi gusto de nuevo. Está vez no quede en una posición tan cómoda ya que se vería mucho si la apoyaba con carpa, entonces le iba punteando las nalgas con el movimiento del tren, esperando que en Calzada subiera mas gente a ver si me podía acomodar mejor. La mina bien sumisa se dejaba perfectamente dar esas apoyaditas que a mí me encantaban, tenía unas ganas terribles de subir bien hasta arriba ese ambo que llevaba para verle bien el orto hermoso que tiene esta rubia teñida. Llegamos a calzada y sube la misma cantidad de gente que la que baja por lo cual está vez no iba a poder clavarle bien la pija como a mi gusta a esa cola en calzas...pero bueno me ponía contento que tal vez podría haber encontrado una mujer fija para mis viajes de vuelta a casa. Tenía la pija re babosa de tanto darle punteadas a esas nalgas, era muy satisfactorio de verdad. Me daban ganas de hacer una locura, pero debía contener mis deseos más morbosos, o mejor, dejarlo para otra ocasión. Para despedirme de ella, me acomode bien la verga, di unos pasitos a mi izquierda para disimular y pase bien lentamente mi pija por todo su orto encalzado, les juro que se la re hice sentir mi erección a la perra sumisa está. Y antes de bajar, gire para verla y resulto que cruzamos miradas por primera vez.. para ella rápidamente bajo la suya, mientras veía como se perdía entre la gente que se amontonaba para subir.
Me dije a mi mismo que seguramente ya estaba acostumbrada a que se la apoyen y por eso me dejaba apoyarla sin oposición, o quiza le guste sentir un bulto caliente en la cola quien sabe no..
Tocaba esperar que pasara el fin de semana para volver a verla, nunca había deseado tanto que el sábado y domingo pasarán volando. Esa cola merecía ser apoyada por mi diariamente y se volvió en mi máximo morbo.

Relato 100% real, espero les haya gustado y pronto se viene la parte 3!
No sé imaginan como me pajee esa noche en mi casa recordando la apoyada tremenda que le había dado a esta perrita y más con las fotos que tenía de ella.
El dia siguiente que era viernes, salí volando del colegio para ver si tenía la suerte de volver a encontrarla y que no solo se quede como una anécdota más. Eran casi las 18 cuando pase los molinetes y allí estaba ella otra vez, en el mismo lugar que el día anterior...

Lamentablemente esta foto que saque salió desenfocada y me di cuenta recien cuando llegue a mi casa, pero la tenía que subir para dar más detalles en el relato.
Traía nuevamente esas calzas grises que tan feliz me habían hecho el día anterior y ahora traía ese especie de ambo celeste, por eso les digo que me parecía que era enfermera. Ya estaba emocionado y faltaban casi 10 minutos para que llegue el tren de bosques. Me animé a pasar enfrente de ella y gire un segundo para verla, pero ella ni me registró o se hizo la tonta, lo cual me calentó más aún.
Pasaron unos minutos y ella se movió del lugar donde estaba alejándose de mi, no sé si fue por evitarme pero no me importo y seguí sus pasos para estar cerca suyo.

Se ato el pelo y bajo su mochila, ya faltaban unos 3 minutos para que viniera el tren. El ambo le tapaba casi todo el orto por lo cual la hacía por ahí menos atractiva, pero yo sabía cómo era esa colita y ya me re lamia jeje.
Llegó por fin el tren y me puse atrás de ella con la pija al palo de tanto comer esa cola con la mirada todos esos minutos de espera..y le doy la primera estocada en su nalga derecha, y cuando ya todos los monos se vienen encima para entrar al vagón, le entierro bien mi pija dura en medio del orto descaradamente. En el amontonamiento luche como pude para quedar atrás de ella y apoyarla a mi gusto de nuevo. Está vez no quede en una posición tan cómoda ya que se vería mucho si la apoyaba con carpa, entonces le iba punteando las nalgas con el movimiento del tren, esperando que en Calzada subiera mas gente a ver si me podía acomodar mejor. La mina bien sumisa se dejaba perfectamente dar esas apoyaditas que a mí me encantaban, tenía unas ganas terribles de subir bien hasta arriba ese ambo que llevaba para verle bien el orto hermoso que tiene esta rubia teñida. Llegamos a calzada y sube la misma cantidad de gente que la que baja por lo cual está vez no iba a poder clavarle bien la pija como a mi gusta a esa cola en calzas...pero bueno me ponía contento que tal vez podría haber encontrado una mujer fija para mis viajes de vuelta a casa. Tenía la pija re babosa de tanto darle punteadas a esas nalgas, era muy satisfactorio de verdad. Me daban ganas de hacer una locura, pero debía contener mis deseos más morbosos, o mejor, dejarlo para otra ocasión. Para despedirme de ella, me acomode bien la verga, di unos pasitos a mi izquierda para disimular y pase bien lentamente mi pija por todo su orto encalzado, les juro que se la re hice sentir mi erección a la perra sumisa está. Y antes de bajar, gire para verla y resulto que cruzamos miradas por primera vez.. para ella rápidamente bajo la suya, mientras veía como se perdía entre la gente que se amontonaba para subir.
Me dije a mi mismo que seguramente ya estaba acostumbrada a que se la apoyen y por eso me dejaba apoyarla sin oposición, o quiza le guste sentir un bulto caliente en la cola quien sabe no..
Tocaba esperar que pasara el fin de semana para volver a verla, nunca había deseado tanto que el sábado y domingo pasarán volando. Esa cola merecía ser apoyada por mi diariamente y se volvió en mi máximo morbo.

Relato 100% real, espero les haya gustado y pronto se viene la parte 3!
11 comentarios - Apoyada en Lomas 2