
Karen la Hija del Pastor capitulo 2
En la mente de Karen lentamente se iban formando las ideas: cama, verga, placer, su panocha, desnuda, las atrocidades que alguna vez escucho hablar a sus compañeras, pero aun no tenía la idea formada, su mente trabajaba mil, hasta que vio entrar a ese amorfo vejete asqueroso totalmente desnudo y con una herramienta de carne que se le levantaba por su tremenda panza, fue como un ejercicio matemático o una ecuación de función algebraica, en donde todos los productos calzaban y daban el resultado exacto… por fin lo entendió… mirándole la tremenda verga del vejete su mente se lo dijo: se lo iban a meteeer!!!???
Miro al viejo con cara de espanto y automáticamente cerro sus piernas, apenas pudo balbucear, muy bajito, casi inaudible, con sus ojitos claros llenos de lágrimas le dijo, --Nooo…! don Pricilooo!!, por favor eso…noooo…!!!, y el viejo con la más aborrecible de sus sonrisas, y con cara de ser un auténtico degenerado, le dijo…--Siiiii pendeja calienteeee!! Eso siiiiiiiiiii!!!!
El solo hecho de imaginar ese terrible aparato de carne, que se gastaba don Pricilo, intentando perforar su estrecha y delicada hendidura era algo horroroso, innombrable, anti-natural!, se decía la rica de Karen, debido a su estricta, conservadora y mojigata educación instaurada principalmente por Eduardo, su conservador padre, quien siempre evito cualquier tipo de conversación que tuviera alguna connotación sexual.
Ahí estaba la niña, tal cual como Dios la envió a este mundo, completamente desnuda sentada en un inmundo catre y al frente de ella un viejo caliente y degenerado, que ni siquiera se inmuto para dejar ver su horrible anatomía ante los hermosos ojos de Karen.
Para el viejo Pricilo este era el mejor día de su miserable existencia, tener frente a el a Karen llorando por el miedo y totalmente desnuda, lo hacían sentirse poderoso, el viejo sabía que ya no había nada que se interpusiera a sus calientes intenciones, tenía su verga parada, completamente erecta y dura como el acero.
Pero el viejo quería avanzar de a poco, además tenía todo el tiempo del mundo, consulto su reloj, este marcaba las 06.00 horas. de la tarde, -- Sera una larga noche… jejeje, pensaba para sus adentros. Y como sería de otra forma, si una vez que se quitó su ropa, sin pensarlo ingirió dos pastillas azules, que en su envoltorio indicaba VIAGRA
El viejo ya decidido a tomar y posesionarse de tan suculenta hembra, avanzo hacia ella agitando su grueso instrumento de casi 23 cts., y cuando ya estaba a unos escasos milímetros da la angelical carita de la nena, le dijo…
--Vamos puta de mierda… haz tu trabajo…!!!, Karen solo lloraba más al escuchar el soez vocabulario que ocupaba don Pricilo para dirigirse a ella, --Mira putita, volvió a repetir el viejo con su vozarron amenazante, --Tu tienes una deuda conmigo… y además tu solita dijiste que harías cualquier cosa que yo te pidiera, y ahora te lo pido, le aclaro, --Quiero que me agarres la verga y me la chupes…!!
--Siii… pero yo no sabía lo que Ud. queríaaahh… Sinff… sniff…!!!Don Pricilo, perdiendo la paciencia, se agarró la verga de la misma base de esta, y con su otra mano tomo a Karen en forma violenta de su cabello…
--Mira zorra asquerosa… esto que está aquí, le dijo refiriéndose a su instrumento, --es la verga…! el picooo…!! mi trancaaa…!!!, jajajaja!!!, te la presentoooo!!!, y sin miramientos de ningún tipo se la comenzó a refregar en el fino y delicado rostro de la acongojada jovencita.
Karen movía su carita en todas las direcciones posibles, con tal de separarse de esa asquerosa y hedionda cosa que le había mostrado don Pricilo. Sentía un olor nauseabundo, esa cosa era pegajosa y la sentía caliente. El viejo entretenido con esta situación, al ver que la nena oponía resistencia, solo reía, dejando ver su podrida dentadura.
El viejo continuaba refregando su verga en el rostro de Karen, la recorría en su totalidad por sus finos labios, su nariz, frente, sus ojos y hasta por sus orejas, ninguna parte de su carita se salvó de la refregada de verga que le daba don Pricilo, el viejo reía fascinado.
Una vez que el jardinero la soltó por un rato con el fin de tomar aire, la nena en un arranque de valentía, al notar que aquel horrendo hombre se separaba un poco de ella, se levantó rápidamente del inmundo catre y corrió hacia la puerta de la cabaña. Hubiera podido salir de esta, si no fuera porque la cerradura era muy pequeña, y por los nervios que sentía la hermosa y asustada muchacha, le jugaron una mala pasada y se demoró mucho en destrabarla.
Estaba en esto la desesperada nena, cuando sintió que don Pricilo la tomaba firmemente por su esbelta cintura, y le vociferaba en uno de sus oidos…--Para donde ibas preciosura… acuérdate que tenemos asuntos pendientes…jejeje!!!
--Don Pricilooo… por favooor…ya déjeme…yo no quiero hacer eso…por favor…, le decía con su vocecita suplicante.
--Siii putita, lo harás…!!, y replegándose un poco más a ese exquisito cuerpo, poso su tremendo y duro pedazo de carne, entre las suaves y ricas nalgas de su candorosa víctima.
Karen sintió esa barra caliente perfectamente alojada entre sus dos promontorios de carne, a la vez que sintió como el viejo subía una de sus asquerosas manos por su suave vientre para apoderarse de una de sus majestuosas tetas, como también sintió que con su otra mano, el viejo tomo posesión de su casi depilado e inexplorado monte de venus.
El viejo Pricilo al sentir la suavidad y dureza de las carnes de esa hembra con cuerpo espectacular y carita de niña, casi sufre una eyaculación pero este se contenía, no era nuevo en estas lides y ahora no estaba dispuesto a correrse en cualquier parte, lo haría ¡adentro!, pensaba el viejo. Si adentro de esa estrecha y apretada ranura de suave carne que se gastaba la dulce chiquilla.
Karen estaba casi paralizada, se daba cuenta que don Pricilo manualmente ya había tomado posesión de sus encantos, y mas fue su espanto cuando sintió la apestosa lengua del viejo recorrer su exquisito y fragante cuello dejándola toda ensalivada por cada parte que este le lamia, como al mismo tiempo sintió que los mugrosos y regordetes dedos de ese vejestorio se empezaron a deslizar por su suave vagina.
La atribulada joven se sentía desfallecer, quería gritar, salir corriendo de esa estúpida cabaña de madera, pero apenas se podía mover, el viejo la tenía inmovilizada, a cada intento que hacía por salir de esa caliente situación, se daba cuenta que era casi imposible, don Pricilo la tenía bien agarrada, por lo que opto sin mas remedio que dejarse hacer, estaba casi perdida, su carita ya no era de susto, ahora era de odio total, odiaba a ese viejo caliente y aprovechador.
--Pero que rica estas putita, le decía a la vez que le daba sendos y salivosos lametones que recorrían el cuello y la cara de Karen…--Déjeme viejo cochino, le decía la nena con su cara llena de odio…
--Noo… jejeje…, no te voy a dejar…Te voy a culiar que es muy distinto… puta buena para la verga…!!! jejeje… Siii!!! te voy a culiarrr… y te voy a follarrr!!! al principio te dolerá y gritaras… pero después cuando le encuentres el gusto, vas a llegar a relinchar como yegua saltando arriba de mi tranca… jajajaja!!!!
--Nooo…! yo no hare eso…!! eso solo lo hacen las prostitutas…!!, se quejaba Karen…--Jajajajaa!!!… prostitutas…!!! Jajajaja!!!, putas es la palabra correcta pendeja…!!! PUUUTAS…!!!, de esas mismas en la que te convertirás tú, después que pruebes mi verga.
El viejo decía todo esto a la vez que movía su apéndice en calientes movimientos, como si ya la estuviera culiando.
Karen sentía toda su canaleta de sus nalgas mojada por las secreciones y líquidos pre seminales que salían desde la verga de don Pricilo, por su parte el viejo estaba encantado con la pasividad que había adoptado la rica adolescente.
El degenerado jardinero queriendo disfrutar aún más de ese voluptuoso cuerpo, que tenía a su entera disposición, fue girando lentamente a la joven, y al estar en total estado de calentura, le faltaron manos para recorrer tan exquisita y curvilínea anatomía. La tomo de su estrecha cintura, era la primera vez que el viejo estaba tan cerca de la nena, don Pricilo a sabiendas que ya casi podría hacer todo lo que el quisiera con ese delineado cuerpo, se dio a la tarea de intentar que de alguna forma, la niña mostrara algo de cooperación, o sea que se calentara.
El viejo hacia pequeños círculos con sus callosas manos en la curvilínea cintura de la jovencita, sentía a cabalidad la suavidad de esa delicada piel, su tersura, y ya queriendo sentir aun mas, comenzó a agrandar mas los círculos, abarcando una mayor extensidad de aquella suave piel. Ahora ya no solo tocaba, ahora era un fuerte masajeo combinado con fuertes apretones y sonoras nalgadas sobre ese fantástico pedazo de trasero que se gastaba Karen.
Don Pricilo por cada sobajeo que le practicaba a cada nalga de la horrorizada joven, era acompañado con una fuerte nalgada, situación que hizo que Karen saliera del estado de semi inconciencia forzada en la cual se encontraba. En forma escandalizada noto lo tan cerca que se encontraba de ese horripilante sujeto, sentía la verga de este que se aplastaba en su bajo vientre, solo a unos escasos centímetros mas arriba de su entrada intima, pero a pesar de lo incomoda que se sentía al estar en esa situación, las fuertes palmadas que ese viejo asqueroso le estaba asestando en el culo le agradaban, ella misma intentaba darse una explicación de aquella anti natural reacción de su persona, la cual no encontraba.
Las fuertes nalgadas iban en aumento, ahora era a la nena a quien si le dolía algo, subió suavemente sus delicadas manitas sobre el peludo y canoso pecho del viejo, ejerciendo presión sobre este, intentando separarse de el.
Don Pricilo al sentir las suaves manos de Karen posarse sobre su fofo pecho, lo tomo como si ella ya estuviera mostrando mas interés de estar con el, y en un arranque de pasión subió sus peladas manos por la suavidad de su espalda, y con fuerza la arrimo mas hacia él, sintiendo la dureza de esas grandiosas tetas aplastarse contra su pecho… --Que rica estaba la pendeja, pensaba el viejo…
Ahí estaban ellos, Karen y don Pricilo, la niña de 18 años y un asqueroso viejo sexagenario, la Bella y la Bestia, ambos totalmente desnudos y arrimados uno contra el otro, como si estuviesen abrazados. Esta era la situación que se vivía al interior de la cabañita de madera,
Don Pricilo ya no aguantaba mas en esta situación, quería probar esa deliciosa boca que estaba a escasos centímetros de su rostro, y sin mayor preámbulo le asestó un chorreante y salivoso beso, que la joven recibió sorprendida, ya que no esperaba tal reacción del vejete.
Karen al sentir la hediondez y la proximidad de la asquerosa y pestilente boca del viejo, cerró fuertemente sus labios, no quería que esa mórbida lengua caliente que en estos momentos recorría sus labios y parte de su cara, ingresara al interior de su rica y fresca boquita, por lo que movía en forma desesperada su rostro hacia ambos lados de su cuerpo, el viejo para su interior disfrutaba que la nena se resistiera y luchara, pero esta situación ya no le estaba gustando, quería más participación por parte de ella.
El viejo tomo firmemente a Karen, poso su callosa y descascarada mano izquierda por sobre esas suaves y suculentas nalgas, para que con la otra mano empezara a acariciar suavemente su bajo vientre, el destino de esta última mano era obviamente uno solo, fue bajándola por la suave piel de su vientre hasta encontrarse con los sedosos pero escasos pelitos de la exquisita y virginal zorra de Karen.
Don Pricilo al notar que la nena no habría su boca, lentamente comenzó a ir en busca de sus tetas, siempre lamiendo y lengüeteando esa sabrosa piel que el estaba usurpando, como a su le aplicaba suaves pero decididos sobajeos en su delicada panocha.
En estos aterradores pensamientos estaba la joven, cuando noto que don Pricilo, haciendo abandono de ese gran culo y de su panocha, poso sus dos mugrientas manos en los pechos de ella, el viejo se los amasaba y los miraba encantado, sus pequeñísimos pezones los sentía paraditos y no aguantando mas, volvió repegar su verga contra el suave vientre de la nenota y al mismo tiempo, como un salvaje se lanzó a devorarle las tetas.
Las chupaba, las lamia, las lengüeteaba y las ensalivaba, eran el mejor par de melones que se había comido en toda su vida, sentía que eran unas tetas joviales, duras y suaves, hasta resbalosas se las notaba de tan mojadas que estaban producto de sus propias lamidas.
El cuerpo de Karen, a pesar que su mente se debatía en un verdadero caos, no pudo evitar de sentir un leve pero rico escalofrió debido a los salvajes chupeteos en sus chichotas, erizándole todos los pelitos de su cuerpo, incluso los de su tajito.
Ambos cuerpos, el de la nena y el de don Pricilo ya estaban empezando a sudar por tanto magreo, lamidas, roces y apretujones. Ella tratando de salir y escapar de la caliente situación y el, sujetando, sobajeando e intentando hacer eróticos movimientos, para que su hermosa víctima se excitara y cediera a sus calientes intenciones. La mente de Karen se negaba, hasta este momento se oponía, luchaba… su hermoso cuerpo libraba una fiera resistencia a tanto manoseo y morbosos chupetones al cual estaban siendo sometidas sus carnes.
Pero una vez mas la Madre Naturaleza, hacia su parte poniendo a la rica adolescente en desventaja y se mostraba a favor del detestable vejete. Una vez que el cuerpo de la joven ya sentía el tercer y rico escalofrío, producto de las calientes caricias proporcionadas por don Pricilo, en su fina y delicada vagina muy lentamente comenzó a sentir ese rico hormigueo que rápidamente se fue transformando en excitantes pulsaciones y punzadas.
Karen sentía como su exquisito cuerpo lleno de curvas era atacado por esas ricas sensaciones que en dos oportunidades ya había experimentado y disfrutado, se preguntaba que como era posible sentirse en ese estado tan delicioso y agradable, al estar frente a frente de tan horrible sujeto.
Por su parte don Pricilo al estar tan ocupado chupándole las tetas y sobajeando esa rica, apretada y casi depilada panocha que se gastaba la nena, no se dio cuenta cual fue el momento en que Karen ya le había soltado sus primeras gotas de ese tan preciado néctar proporcionado por su exquisito cuerpo, pero al notarlo se sintió el macho mas afortunado del mundo, por lo que decidió soltar por unos momentos ese par de tetas y concentrarse mas en los sobajeos que le practicaba a la joven en su apretada vagina.
Don Pricilo levanto la mirada para admirar ese lindo rostro que estaba frente a él, siempre sobajeándole la panocha, con su otra mano la tenía firmemente tomada por su estrecha cintura, a la vez que la contemplaba, veía esos hermosos ojos semi cerrados, su negro y alisado cabello caía desmadejado hacia un lado de su lindo rostro, sus labios ya habían tomado esa tonalidad purpuracea, haciéndola ver aún mas apetecible, Karen mantenía sus finas y delicadas manitas, sobre el peludo y canoso pecho del vejete, había adoptado una pasividad involuntaria, a raíz de lo rico que estaba sintiendo en su suave rendija amatoria, producto de la muy buena masturbada que le practicaba don Pricilo.
El vejete dándose cuenta de esta situación, se concentró mas en su labor y como si fuera el mas experto y estricto fiscalizador en control de calidad, se dio a la tarea de certificar el mismo la virginidad de la joven, la tomo mas firmemente de lo que ya la tenía, y muy decidido metió su dedo medio al interior de aquella virgen vagina, la joven quien al sentir la irrupción de tan invasor dedo en el interior de su tajito, lejos de espantarse, sintió el mas placentero e intenso escalofrío de los que ya había sido presa en el transcurso de esa tarde de día sábado, proporcionándole a modo de agradecimiento involuntario, una abundante chorreada de jugos vaginales al despreciable vejete.
Karen se sintió desfallecer ante tan ricas sensaciones que le producía el sentir ese dedo intruso al interior de su ranura, creía perder las fuerzas, por lo que subió sus manitas y se aferró a los fuertes hombros de don Pricilo.
El viejo muy atento a la situación, la masturbaba muy lentamente, ya sabía que así se calentaba la dulce nenita, sentía en su propia mano y dedo la suavidad de las carnes interiores de la joven, hasta que su dedo hizo contacto con esa delicada y frágil pared interior de la zorra de Karen.
El viejo ya sentía empapada su mano, Karen tenía toda su panocha encharcada ante la rica masturbación a la cual estaba siendo sometida, el viejo movía libremente su dedo en el interior de la zorra de la nena, fue ese el momento que el viejo quiso degustar de aquel precioso elixir que emanaba desde el interior de su cuerpo, por lo que retiro su dedo de aquel intimo y femenino reducto y se dio a catar y probar el mismo los ricos jugos vaginales proporcionados por la joven.
Don Pricilo al momento de retirar su mano desde el tajo de la casi perdida nena se pudo dar cuenta que Karen hizo un ligero movimiento pélvico, como si su panocha quisiera ir en persecución de aquel dedo invasor que ahora la abandonaba.
El viejo comprendiendo el estado en que se encontraba Karen, lamio sus dedos (los de él) degustando los exquisitos jugos y secreciones vaginales que le fueron proporcionados por esta dulce criatura y aprovechando el momento de pasividad de la nena, quien se encontraba con su sensual boca semi abierta, la tomo nuevamente por su esbelta cintura, la arrimo hacia su cuerpo y por fin la pudo besar.
Karen se vio sorprendida al ser tomada firmemente por don Pricilo, sintió la hediondez de su boca cuándo el viejo ya metía su resbalosa lengua y que a su vez ya recorría todos sus rincones bucales. La nena no se explicaba por qué esta vez no quería oponer resistencia, y sintió también en la lengua del viejo muy levemente ese exquisito sabor que ella ya también había degustado y que eran los sabores de su propia vagina, fueron estos exquisitos sabores los que le ordenaron a su propia mente a que ella también empezara a mover su exquisita y fresca lengua que no tardo en juntarla con la de don Pricilo.
Suavemente la jovencita acariciaba con su lengua a la del vejete y ella la dulce Karen, queriendo ir más allá, lentamente fue haciendo ingreso de su fresca lengua a la pestilente y hedionda boca del horripilante viejo.
Ahora se besaban abiertamente, juntaban sus lenguas enredándolas una contra la otra, el viejo Pricilo intencionalmente traspasaba sus babas y saliva a la dulce boquita de Karen, quien ya las recibía gustosa y se las tragaba todas. Debido a su inexperiencia, pensaba que ese era su deber como mujer. Para la decente y tímida joven, este fue el primer beso de su vida.
El beso era largo, intenso, ahora era Karen quien exploraba con su exquisita lengua la apestosa y casi podrida cavidad oral del vejete, la niña estaba como poseída, quería llegar hasta lo mas profundo de la boca del viejo, recorría el paladar y las putrefactas encías de este, no le importaba la hediondez que emanaba desde el interior de esta, sus nuevos instintos de hembra en estado de celo le ordenaban a su mente que debía complacer a ese vejestorio que en este momento le sobajeaba su suave culo, no le importaba que don Pricilo fuera viejo y feo, por no decir asqueroso, claramente su conciencia le indicaba que ese detestable ser se convertiría desde ahora en su hombre, en su macho, y ella debía corresponderle como solo él se lo merecía. Todo esto era nuevo para ella, para nuestra muy inocente y recatada niña… la dulce Karen.
El avance de la inusual pareja continuaba lento pero seguro, quien los hubiera visto no creerían que esa hermosa joven de tez clara, ojos hermosos y de cabellera negra y casi azulada, que avanzaba desnuda y abrazada a un asqueroso viejo, también desnudo, se acostaría por voluntad propia con aquel sexagenario hombre en ese inmundo catre que los esperaba, y que parecía también estar ansioso por sentir el rico cuerpo de la nena.
- Por favooorrr…don Pricilooohhh…!! nooo… meee…lleveee…a…laaa…camaaahhh…!!!
--Mira pendeja… mi verga esta que se revienta por entrar en tu cuerpo… y tu dejaras que yo te la metaaa!!, Y si tú no quieres hacerlo por las buenas me da exactamente lo mismo, el asunto es que ahora vamos a llegar a mi cama… y tú me pasaras tu zorraaa!!!, si yo te digo que culiesss… tu culeasss!!, Karen ya casi veía que el vejete era capaz hasta de matarla si el así se lo proponía, la expresión de su cara lo hacían ver como un verdadero loco, el viejo continuaba con sus amenazas,

--Y si yo te digo que me chupes la vergaaa... tu vas y me la chupasss…!!!, me escuchaste perra calienteeee!!!, diciendo esto último el viejo levanto su mano con la verdadera e insana intención de golpear a la nena, ella aterrorizada al máximo en forma automática le contesto,
--Siii…si don Pricilo…le…le…pasareee mi zooorraaa…y culiareee con usted!!, pero por favooor no me pegueee…!!l el viejo estaba realmente enojado por la reacción que tuvo la nena en el mejor momento que él había estado esperando, pero al verla ahora como ella se comprometía en forma forzada a cumplir con sus requerimientos se pudo calmar un poco,
-.Mas te vale putaaaa!!!… porque si no te dejas de hacerme problemas te jurooo que te vas a arrepentir…!!!, y con esto le asesto otro chorreante beso en la boca, que la nena tuvo que recibir obligadamente, ahora si que estaba realmente asustada la preciosa adolescente, por lo que supo que ya no tenía mas opción que dejar que el viejo hiciera lo que quisiera con su exquisito y delineado cuerpo.
Llegaron a la cama… al destartalado catre de don Pricilo, estaban de pie al lado de este, el viejo ya recorría con sus manos todo el cuerpo de Karen, tomando posesión de este tal cual lo hacen los colonizadores en tierras vírgenes, pero a él... a don Pricilo, le faltaba lo más importante, que era poner su bandera en aquellas carnes inexploradas las cuales estaba descubriendo y declararlas de el…solamente de el.
El viejo seguía atacando el cuerpo de tan hermosa doncella con los mas lascivos besos y sobajeándola por todas sus exquisitas curvas, pero donde más ponía aplicación el vejete era en su panocha, ya que este al ver sido testigo de la magistral masturbación que se había estado pegando la nena, sabía que era ahí donde a ella más le gustaba que le tocaran, y si tenía suerte lograría despertar el lado calenturiento de tan delicada joven.
Esos salivosos besos que estaba recibiendo, su precioso cuerpo la hacía sentir las mas agradables y placenteras sensaciones, e involuntariamente dejaba salir de sus exquisitos labios unos suaves quejidos de placer, a la vez que se entregaba dócilmente a los gruesos brazos de don Pricilo, la tierna joven comenzó nuevamente a secundar con su fresca lengua los rudos lengüetazos que el viejo le propinaba a su boca. El jardinero ya consciente de que la hembrita ya estaba casi entregada a las circunstancias, la quiso poner a prueba, fue el quien se separó de la dulce boca de ella, la nena no se soltaba de él, por lo que el viejo poniendo sus callosas manos en los suaves hombros de ella, hizo una leve presión hacia abajo, para que Karen se sentara en ese inmundo colchón,
A continuación don Pricilo que estaba con la boca abierta, solo con la mirada y su aborrecida sonrisa insto a Karen para que posara su inocente mirada en su gruesa y larga herramienta carnal.
Nuestra dulce Karen sumisamente bajo la mirada pasando por el velludo y canoso pecho, luego por su prominente y fofa barriga, hasta que su visión se posó en el gran pedazo de verga que se gastaba don Pricilo, y lejos de asustarse, la nenota quedo sorprendida, nunca en su vida había tenido un pene real cerca de ella, y menos que este estuviera tan parado, solo los había visto en el colegio en fotografías y dibujos de caracteres pedagógicos.
Se fijaba en ese grueso instrumento que le mostraba don Pricilo, lo miraba embelesada, se fijó en la cabeza de este y como destilaba unos extraños líquidos desde la punta de este, se fijaba también en el grueso tronco del terrible aparato y como serpenteaban por su longitud una gran cantidad de llamativas venas, no podía determinar el color de estas, eran una mescla de rojo, verde y azul.
Karen quedo seducida por ese varonil pedazo de carne, la niña calculaba que esa herramienta debía medir por lo menos unos 25 cm, y algo más a lo mejor, meditaba la dulce criatura. Lo que no dimensionaba es que ese grueso instrumento de carne, se lo iban a meter a ella, por su fina y delicada hendidura.
Karen llevo su vista hacia la de don Pricilo, quien estaba encantado con lo que pasaba a la altura de su verga, se cruzaron las miradas, ambos estaban en una especie de trance telepático, ya que don Pricilo casi adivinando las intenciones de la niña, le asintió con su risa aborrecible, la nena al notar la mirada de aprobación del grueso jardinero, y sabiendo que estaba autorizada por el viejo, muy decididamente agarro ese mástil de carne con sus dos blancas manitas, lo apretaba…lo sentía, pero que duro pensaba la hermosa joven.
Ya casi hipnotizada por ese fabuloso instrumento se dedicó a palparlo, lo recorría por toda su extensión, con una mano lo tenía asido por el tronco, y con la otra le sobajeaba los testículos rebosantes de semen. También se percató que su delicada manita que en este momento se agarraba al descomunal instrumento, esta no le alcanzaba para rodear su espesor.
El viejo tenía su mirada vidriosa, por uno de sus enrojecidos ojos, hasta le caía una lagrima, ya que al sentir las suaves manos de aquella nena que le estaba sobajeando su verga, lo tenían al borde del orgasmo, tres veces ya había tenido que sacar fuerzas de flaqueza para contenerse y no derramar sus mocos fuera de ese delineado y esbelto cuerpo.
Karen continuaba con su exploración, se percató que al hacer fricción sobre la suave piel que cubría la morada cabeza de aquella herramienta, la podría dejar totalmente afuera, y sin pensarlo dos veces jalo esa suave piel hacia atrás para dejar el glande totalmente despejado, este se mostraba en todo su aceitoso esplendor, la joven estaba como poseída, lentamente comenzó a mover su cuerpo para adoptar una mejor posición y así poder admirar más cómoda ese majestuoso troco de carne lleno de atrayentes nudos para ella, se fue separando de a poco del cochino catre, hasta quedar arrodillada a los pies de don Pricilo, siempre agarrada de su falo, como si lo estuviera venerando.
A continuación Karen puso mas atención en la cabeza de esa gran verga ya descubierta, la encontraba naturalmente hermosa, también le llamo la atención que en la parte donde termina la cabeza de esta y se da paso al tronco, había una gran cantidad de una extraña sustancia como gotas transparentes, que eran secreciones pre seminales que expulsaba el viejo en forma abundante.
El viejo la saco de esas ricas ensoñaciones y la hizo volver a la realidad, cuando este se fijó que la niña le miraba su tranca como si ella quisiera comérsela, asi que muy suelto de cuerpo le dijo…
- Vamos… chupala zorraaaaa!!!, le exigio el vejete…
Karen reacciono al instante una cosa era que se la estuviera tocando y admirando pero otra muy distinta era poner esa hedionda cosa en su boca, además que no le cabria pensaba la nena, su mente se debatía en un verdadero caos por un lado no quería chuparle la verga a don Pricilo, pero sabía también que si no lo hacía, este le pegaría, pero aun así no se soltaba de ese mástil de carne, lo tenía asido con sus dos blancas manitas, también se debatía en los recuerdos de las conversaciones de sus amigas que recordaba claramente que ellas también ya lo habían chupado más de alguna vez, sería tan malo pegarle una probadita?, pensaba la joven, además que el aromático y fuerte olor que salía de esta, su mente de apoco se iba desequilibrando, --Y esa sustancia transparente que tanto le llamaba la atención…
En esto estaba Karen cuando sintió que el viejo la tomaba bruscamente de su cabello haciendo que ella lo mirase,
--Chupala puta de mierdaaaa!!!… cuantas veces quieres que te lo repita…!!!!, le grito a la vez que el mismo tomaba su verga desde la base de esta e iniciaba una serie de violentos vergazos contra la angelical carita de Karen, que ya nuevamente estaba al borde del llanto.
Ahora Karen si estaba realmente asustada, porque una vez que el viejo le asesto el ultimo y mas violentos de los vergazos en su rostro, vio que este iba a tomar un grueso cinturón de cuero que tenía colgado en una de las paredes de la habitación, por lo que sin pensarlo y como si ella fuera una autómata se abalanzo rápidamente hacia la tranca del vejete y con la sola intención que este no fuera a zurrarla por desobediente, abrió su exquisita boca lo más grande que pudo y de un solo bocado se comió la mitad de la verga del viejo ya que su boquita no pudo abarcar mas en su interior, se quedó quieta, su respiración era agitada y a pesar de las arcadas que sentía por la hediondez que emanaba de esa tranca que tenía en su boca, ella no se la retiraba.
Una vez que Karen pudo acostumbrarse a tener esa apestosa verga en su paladar se empezó a imaginar a ella misma, como se vería?, pensaba y veía su propia imagen arrodillada y con una verga en la boca, igual como muchas veces escucho a sus amigas que ellas también lo hacían con sus respectivos noviecitos, estos pensamientos hicieron que sus hormonas femeninas se revolucionaran y muy rápidamente su panocha empezó a mojarse como nunca lo había hecho, --Se la estoy chupando a un hombre, se decía y se volvía a repetir, --Se la estoy chupando a un viejo asqueroso, pensaba la nena toda emocionada por su hazaña.
Su mente recordó cuando la estuvo inspeccionando (esa verga que ahora tenía en su boca) solo hace algunos minutos, le recordaba el color azulado de su cabeza, las grandes cantidades de venas que la recorrían, esa gran mata de gruesos pelos negros con sus dos bolas colgando y por supuesto recordó también esa extraña y muy aromática sustancia transparente, por lo que en forma muy decidida y delicada comenzó a rodear con su fresca lengua a esa gran verga que ahora tenía ensartada en su boca, su intención era una sola, quería retirar ella misma, esa extraña sustancia como gotas que rodeaba parte de la cabeza y tronco de la verga de don Pricilo.
Lo pudo haber hecho con la mano o con cualquier trozo de género o similares, pero algo en su interior le dictamino que su misión era retirar esa hedionda sustancia solo con su boca y con su lengua.
El viejo se sentía dichoso, miraba hacia abajo y veía a esa dulce jovencita que hasta hace poco le era inalcanzable arrodillada a sus pies y mamándole la verga, ¡le estaba chupando el pingooo! y ella solita se la había empezado a mamar sin necesidad de tener que habérselo pedido nuevamente, porque ahora si estaba decidido a golpearla si se volvía a poner desobediente y testaruda, pero que buen rumbo estaban tomado los acontecimientos para él, pensaba el detestable viejo.
Mientras tanto la dulce Karen estaba concentrada en su labor, con su exquisita lengua ya había casi retirado todos los sedimentos de esos líquidos pre seminales y se los había tragado con un repulsivo y extraño deleite, y para asegurarse que esta quedara bien limpia, volvió a realizar una serie de ondulaciones lingüísticas para dejar totalmente aseado ese exquisito instrumento carnoso, que ella sola se había ensartado en su fina boca, era un verdadero lavado de cabeza lo que la nena le estaba propinando a la verga de don Pricilo, y le gustaba.
Lentamente se fue retirando y sacándosela de su cavidad oral, hasta que la retiro por completo, su boca ahora se encontraba llena de la sustancia en cuestión, y llena también de saliva que se le había juntado y que se mesclaba con los líquidos pre seminales que a don Pricilo le habían salido en gran cantidad desde su verga.
La joven al comprobar que se la dejo totalmente limpia, miro al viejo, este la miraba con ojos de lujuria, Karen nuevamente se lo trago todo, pero asegurándose que don Pricilo la viera, que supiera que era ella quien lo había limpiado, y una vez que lo trago todo, mirándolo fijamente con esos hermosos ojos le dijo, --Exquisito…!!!, a la vez que comenzaba a darle unas tiernas lamidas a esa verga que ahora la tenían hechizada.
Las tiernas lamidas de la nena, poco a poco se fueron transformando en lengüetazos, los lengüetazos se transformaron en golosas chupadas succionadoras, ahora Karen si se la estaba chupando como corresponde, intentaba meterse toda esa extensión de verga en la boca, pero no le cabía entera, por lo que don Pricilo tuvo que acudir en su ayuda y tomándola firmemente con sus manos, una por la cabeza de Karen y la otra rodeando su barbilla, se dio a la tarea de pegarle una tremenda culeada por la boca.
Karen pensaba que se iba a ahogar con esa verga de grandes dimensiones al interior de su boca, la nena hacia arcadas, babeaba y hasta lagrimas le caían de sus hermosos ojos que rodaban por sus mejillas, ahora el viejo violentamente le movía su cabeza de atrás hacia adelante, a la vez que el también agarraba vuelo para meterle su verga lo más profundamente al interior de su garganta traspasándole su campanilla, simplemente le estaba taladreando la garganta a su total antojo, Karen se tuvo que aferrar a las piernas del viejo, aunque sentía que se le iba la respiración, no quería que por nada del mundo don Pricilo le sacara ese exquisito instrumento que en estos mismos momentos le follaba la boca.
Pero él se la quería meter toda, así que se detuvo para tomar aire y para que Karen se siguiera acostumbrando a su verga que aun la mantenía en su interior. Una vez repuesto volvió a tomar firmemente la cabeza de la nena y presiono con fuerza y decisión, siguió presionando hasta que noto que la parte de su verga que faltaba por ingresar empezaba a deslizarse hacia el interior de la garganta de la nena, llevo su mirada hacia abajo y solo pudo ver la negra cabellera de Karen y parte de sus exquisitos labios rodeando su falo y proyectados hacia adelante, estos rozaban con su gran mata de pendejos, Karen se la había tragado toda.
Le mantuvo la boca ensartada en su totalidad por casi un minuto y medio, le tomaba la cabeza con fuerzas para que la nena no se le escapara de su verga.

Karen estaba casi ahogada, pero ella misma se daba fuerzas para aguantar, lo que le estaban haciendo era lo mejor que le había ocurrido en su vida, pensaba la caliente y rica pendejita, la joven estando en estas cavilaciones, totalmente ensartada por la vía oral, abrió sus hermosos ojos y se encontró con la gran maraña de los antihigiénicos pendejos de don Pricilo, y aunque casi no podía respirar, pudo ver perfectamente unos negros puntitos que se movían entre medio de los pelos, --Que serán esas cositas que se mueven tan rápido?, pensaba la complaciente joven. Y fue ese el momento en que el viejo la libero de esa fenomenal ensartada de verga.
¡¡PLUUUP!!, fue el ruido que se sintió cuando el viejo le soltó la cabeza a la nena, por la presión ejercida, el sonido fue como si hubieran abierto una botella de champagne, Karen fue a dar al suelo con la respiración totalmente agitada y con toda su cara llena de salivas y babas las cuales se desparramaban por todas sus tetas y otras partes de su delineada figura, don Pricilo estaba feliz.
Karen en real estado de ferocidad y como una verdadera leona se puso en cuatro patas, y como una salvaje felina fue en busca del pedazo de carne que le habían arrebatado. Que rica se veía la tierna chiquilla en el estado en que se encontraba. (Acuérdense los amigos lectores que en realidad es Karen, nuestra dulce Karen, hija del decente matrimonio Zavala). La joven gateaba completamente desnuda, su dirección no era hacia donde don Pricilo, lo que ella buscaba era la verga, este preciado instrumento de carne que ahora tanto la atraían, y que la llamaban.
Llego hasta donde estaba el viejo, le tomo la verga con su blanca manita y con su otra mano se arregló un poco su cabello, y una vez terminado este femenino acto pretencioso, se dedicó a chupar verga como una verdadera endemoniada, gruesos goterones de saliva caían por ambas comisuras de su boca, los cuales nuevamente escurrían y resbalaban por sus preciosas tetas y recorrían su perfecta anatomía, deslizándose por su suave vientre y se iban a depositar a su rajita mezclándose con los abundantes jugos vaginales que su exquisita zorra ya había comenzado a expulsar en grandes cantidades.
La chupada de verga que Karen le daba a don Pricilo, era la de una verdadera profesional, ella sola se la metía hasta más allá de su garganta, para a posterior sacársela y darle tiernos besos a la cabeza de este terrible aparato, lamia en su totalidad el tronco de este, se extasiaba mirando y lamiendo esa gran cantidad de venas verdosas y azuladas, para luego volver a comérselo en su totalidad.
Don Pricilo se percataba de la aplicación de la nena para chupar el pingo, la veía concentrada en su labor, Karen tenía sus ojos fuertemente cerrados, con el ceño fruncido que daban la impresión de como si estuviera enojada chupándole la verga, con su cabeza hacia rápidos movimientos que parecía que con su boca le estuviera atornillando una tuerca a su grandiosa tranca, ni las hediondas bolas se salvaron de las lamidas y chupeteos de Karen.
Así estuvieron unos 20 minutos, con el viejo de pie y ambas manos posadas en la cabeza de la joven, y ella arrodillada chupándole la tranca como una enajenada, Karen estaba feliz con esa verga en la boca, no se aburría, hasta que don Pricilo determino que por ahora era suficiente.
El viejo retiro cuidadosamente su verga de la boca de la jovencita y tomándola de sus delicadas manos la invito a pararse, una vez de pie, se fundieron en el más apasionado de los besos, Karen lo abrazo y se apegó a él, ya no sentía la hediondez de su boca, esos fuertes olores que provenían del cuerpo de don Pricilo, la tenían seducida y cautivada.
Don Pricilo aprovechándose del estado en que se encontraba, tomo su verga y con mucha meticulosidad la empezó a restregar en la delicada grieta virginal de la joven, sintiendo la suavidad de la rica rendija que tenía a su disposición, por lo que la empezó a recorrer con su verga desde sus suaves y escasos pelitos, pasando por su tierno tajito virginal, hasta casi llegar al orificio anal de la rica adolescente.
Karen estaba fuera de si por la calentura que la envolvía, sintió que don Pricilo, su hombre, su macho, le palpaba su panocha con la verga, ella no se asustó, al contrario la suave cabeza de esa verga que ya tanto le gustaba, le produjo el mayor de los placeres, ya no eran unos simples escalofríos, esto era mejor pensaba la caliente hembra
CONTINUARA... EN LA PROXIMA ENTREGA NUESTRA DULCE Y BELLA PROTAGONISTA PERDERA SU VIRGINIDAD EN MANOS DEL JARDINERO
1 comentarios - Karen la Hija Del Pastor Capitulo 2