Habían pasado un buen tiempo desde el momento en que me contactaron por una página de sexo. El temor por ser de la misma ciudad hizo que ese esperado encuentro se pospusiera hasta que ella tomara el coraje suficiente.
Habrá Sido la calentura, las ganas de tener otra pija más que mamar, lo cierto es que me vuelven a escribir y me invitan a su casa.
Era una noche bastante fresca de invierno. Me comentaron que los hijos no estaban y que querían intentar a ver si hacíamos algo.
Llegué, los saludé y conversamos de cualquier cosa un buen rato hasta que él se levanta y pregunta si queríamos pasar a la pieza.
Entramos, ellos comenzaron a tocarse y por un momento solo me quedé contemplando. Después, ella empieza a quitarse todo y ahí descubro el tremendo orto que tenía.
Me sorprendió porque eran más grandes que yo, pero esa mujer tenía un culo divino que lucía aún más cuando se agachó a chuparle la pija a su marido.
Era imposible no detenerse y comencé por tocar ese monumento, terrible orto y bien firme. Ella comenzó a suspirar más fuerte cuando sintió que la empecé a tocar y pasar mis manos por esas nalgas, cada tanto las apretujaba para que el disfrute sea mayor después sentí lo mojada que se estaba poniendo.
El marido me preguntó si me gustaba, le dije que me encantaba y le hizo señas para que me muestre algo de lo que podía hacer con esa boca.
Era calladita pero en la cama se convertía en toda una puta. Se tragaba la pija como me gusta a mi y yo la empujaba por detrás de la cabeza para que se la meta completa.
El marido volvió del baño, la encontro en 4 y se la acomodó, empezó a cogerla en cuatro y con cada embestida hacia que se tragara más mi pija.
Después de un rato, me preguntó si quería probar lo estrecha que era, me puse un forro, la acuesto boca arriba mientras apoyaba mi pija y movía sobre su clítoris hasta que en un momento empiezo a penetrarla, despacio hasta meterla toda mientras su marido miraba muy de cerca esa escena y ella lo pajeaba.
La coji un buen rato y después el me invita a qué la penetremos juntos. La acomoda en cuatro, le da una chupada de culo para dilatarla, pero ella en su calentura estaba dispuesta a todo. Empieza a penetrarla por atrás, yo me ubico debajo de ella y acomodo mi pija en su concha.
Comenzamos con el movimiento y ella cada vez se mojaba más. Gemia tanto que hubo que encender la tv. La cojimos un buen rato, después intercambiamos. Me dejó cogerla por el culo mientras el se deleitaba con esa concha divina y depilada.
Me pidió la acabe en los pechos y el observaba muy de cerca, casi que algunas gotas cayeron sobre el.
Quería ver a su mujer enlechada, quería verla bien puta y disfrutando con otra pija. Ella se desparramó la leche por sus pechos, sonrió y fue a la ducha.
El me agradeció y desde ese momento, cada tanto nos encontramos los tres o algunas veces me dice que está sola solo para que vaya a cogerla y después le envíe fotos y videos
Habrá Sido la calentura, las ganas de tener otra pija más que mamar, lo cierto es que me vuelven a escribir y me invitan a su casa.
Era una noche bastante fresca de invierno. Me comentaron que los hijos no estaban y que querían intentar a ver si hacíamos algo.
Llegué, los saludé y conversamos de cualquier cosa un buen rato hasta que él se levanta y pregunta si queríamos pasar a la pieza.
Entramos, ellos comenzaron a tocarse y por un momento solo me quedé contemplando. Después, ella empieza a quitarse todo y ahí descubro el tremendo orto que tenía.
Me sorprendió porque eran más grandes que yo, pero esa mujer tenía un culo divino que lucía aún más cuando se agachó a chuparle la pija a su marido.
Era imposible no detenerse y comencé por tocar ese monumento, terrible orto y bien firme. Ella comenzó a suspirar más fuerte cuando sintió que la empecé a tocar y pasar mis manos por esas nalgas, cada tanto las apretujaba para que el disfrute sea mayor después sentí lo mojada que se estaba poniendo.
El marido me preguntó si me gustaba, le dije que me encantaba y le hizo señas para que me muestre algo de lo que podía hacer con esa boca.
Era calladita pero en la cama se convertía en toda una puta. Se tragaba la pija como me gusta a mi y yo la empujaba por detrás de la cabeza para que se la meta completa.
El marido volvió del baño, la encontro en 4 y se la acomodó, empezó a cogerla en cuatro y con cada embestida hacia que se tragara más mi pija.
Después de un rato, me preguntó si quería probar lo estrecha que era, me puse un forro, la acuesto boca arriba mientras apoyaba mi pija y movía sobre su clítoris hasta que en un momento empiezo a penetrarla, despacio hasta meterla toda mientras su marido miraba muy de cerca esa escena y ella lo pajeaba.
La coji un buen rato y después el me invita a qué la penetremos juntos. La acomoda en cuatro, le da una chupada de culo para dilatarla, pero ella en su calentura estaba dispuesta a todo. Empieza a penetrarla por atrás, yo me ubico debajo de ella y acomodo mi pija en su concha.
Comenzamos con el movimiento y ella cada vez se mojaba más. Gemia tanto que hubo que encender la tv. La cojimos un buen rato, después intercambiamos. Me dejó cogerla por el culo mientras el se deleitaba con esa concha divina y depilada.
Me pidió la acabe en los pechos y el observaba muy de cerca, casi que algunas gotas cayeron sobre el.
Quería ver a su mujer enlechada, quería verla bien puta y disfrutando con otra pija. Ella se desparramó la leche por sus pechos, sonrió y fue a la ducha.
El me agradeció y desde ese momento, cada tanto nos encontramos los tres o algunas veces me dice que está sola solo para que vaya a cogerla y después le envíe fotos y videos
4 comentarios - Enfiestamos a su mujer