Mi nombre es Betty, o así me llamo en las redes sociales, una especie de alter ego que creamos con mi novio M para satisfacer fantasías y fortalecer un poco la relación después de cuestiones mías y falta de comunicación. Tengo 31 y mi novio 46. Yo soy normal, petiza pero se que tengo cola y tetas que gustan. M es muy atractivo, en presencia y energía, un hombre que por algún motivo genera una energía sexual a su al rededor aunque ni te esté mirando, me doy cuenta como las minas lo miran y un poco me calienta eso y saber que solo yo lo puedo tener. Tiene una sonrisa hermosa, una forma de caminar y una pija con una cabeza que me hace sentir de todo cuando está adentro mío.
Con M viajamos mucho en moto, conocimos lugares increíbles y la pasamos muy bien juntos, para la historia que les voy a contar estabamos viajando por argentina en motorhome. En uno de esos viajes que estábamos haciendo fuimos al sur, con rutas increíbles veníamos disfrutando de nuestra sexualidad usando las redes sociales y las videollamadas pero lo hacíamos tan seguido que un poco nos estaba aburriendo. Una mañana de día nublado mientras íbamos por la ruta empecé a recordar el sexo oral que M me había hecho la noche anterior y me empecé a calentar, sin pensarlo mucho yo que iba sentada en el asiento de acompañante le agarré la pija bien fuerte y seguí mirando para adelante, M hizo lo mismo pero preguntó:
-Que pasa si justo ahora nos cruzamos a algún chabon un mochilero que nos pida que lo llevemos?
-Paras. Le contesto yo mientras sigo apretando la pija y moviéndola en mi mano.
-Ah si? Y que harías? Me dice sonriendo.
-Le digo que suba, que se siente atrás y se ponga cómodo, ahí te saco la pija asi (le digo y le saco la pija del pantalón mientras el manejaba) y te la empiezo a chupar.
-Y al loco lo vas a dejar mirando? Me dice M ya notablemente muy caliente.
-Si veo que le gusta me voy para atrás y se la empiezo a chupar también.
-Si mi amor? A ver mostrame como se la chuparías.
Paramos la camioneta al costado de la ruta, cerca de un mirador y empecé a comerle la pija hasta el fondo y muy fuerte, la historia se metió en mi cabeza y me encantaba.
Quedé muy caliente y muy mojada, pero seguimos rutina.
Pasaron unos 20 minutos y después de una curva vemos que alguien nos empieza a hacer dedo. Un chico de unos veintipico de años, 1, 70 y algo de altura pelo oscuro corto y cuidado, no mucha pinta de mochilero o hippie más bien alguien que salió de viaje hace poco o está de vacaciones. En verdad a simple vista no me generó nada, pero la idea de lo que habíamos pensando un rato atrás empezó a comerme la cabeza de a poco. Subió en la parte de atrás de la camioneta, pero como se imaginarán esta conectada con la parte de adelante así que subió y se presentó:
-Que onda loco, como te llamas? Le dice M
-Fer, estoy viajando para El bolsón
-De una, ponete comodo Fer que vamos para allá. Responde M.
Yo me quedé muda. En parte porque iba imaginando y en parte porque soy un poco tímida y nunca habíamos hecho nada real, todo eran fantasías.
Seguimos el viaje como si nada, charlando y tomando mate.
En una curva de esas que hay en la ruta sin querer me vuelco el mate en la ropa, no me quemé pero tiré una puteada al aire mientras con la mano me quitaba la yerba de encima. En eso miro de reojo a este chico Fer y veo que esta directo mirándome las tetas, esa mirada generalmente me daría asco hasta que miro a M que está viendo mi mismo y veo como la pija se le empieza a salir del pantalón de tela fina que llevaba.
Ahí perdí la cabeza.
Me empecé a “limpiar” mas alevosamente y tocándome las tetas y dandole unos apretoncitos que hicieron que parezca que mis pezones querían salir de mi remera. M tenía la pija más dura y no me aguante más, sin decir nada me puse más de costado y le saqué la pija para afuera otra vez, hace menos de una hora había acabado pero estaba dura como una piedra, se notaba re caliente. Me agaché y se la empecé a chupar otra vez comiéndosela pero esta vez más despacio para que la diversión dure más. Fer miraba y seguramente no lo podía creer pero no decía nada. En un momento M no aguanto más y pero la camioneta al costado de la ruta, yo seguí un ratito más mientras el me acariciaba la cabeza y empecé a sentir otra mano tocándome las tetas. M lo había agarrado a Fer y lo había invitado a tocarme, yo no lo podía creer pero me encantaba. En ese momento me sentí más suya que nunca.
Levanté la cabeza y como lo habíamos imaginado me fui para atrás de la cabina, busqué un preservativo que teníamos siempre a mano y fui directo a buscar la pija de nuestro pasajero de hoy. El pibe no lo podía creer, abrió los brazos sin resistirse ni un poco y se dejó llevar. Tenía buena pija, cuando se la saqué y mientras le ponía el forro busqué la mirada de M que ya estaba del otro lado de la camioneta bien acomodado, me sonrió como aprobando lo que veía y yo empecé a chupar. Mi novio me tocaba el culo mientras miraba y se notaba su respiración agitada, lo acerqué hacia nosotros y empecé a chuparme las dos pijas como si se terminara el mundo.
Cuando acabaron casi juntos dejé que la leche de M caiga sobre mi cara y mi remera todavía manchada por el mate, le pasé le lengua por la pija lo miré y sonreímos los dos.
Como si nada nos acomodamos otra vez y arrancamos la camioneta. Volvimos a tomar mate y charlar un poco más sobre viaje y paisajes, charla de ruta. Yo iba todo el camino acariciando el hombro de mi novio y el cada vez que podía me ponía la mano en la pierna acariciandola.
Llegamos al bolsón y dejamos a nuestro pasajero cerca de un hostel, nos saludo amablemente y antes de irse paso por el asiento de acompañante
-Los voy a volver a ver? Dijo antes de irse
Nosotros sonreímos y arrancamos la camioneta.
Sabíamos que no lo íbamos a volver a ver, no nos interesaba el sino la fantasía que habíamos generado. Ninguno dijo nada pero sabíamos que lo queríamos volver a hacer.
Seguimos haciendo ruta por meses antes del invierno y tuvimos varios visitantes que pasaron por la camioneta y se llevaron una buena chupada de pija.
Con M cojiamos como nunca cada vez que se bajaban y en cualquier momento del día cuando alguno se acordaba de algo y nos calentábamos.
Con M viajamos mucho en moto, conocimos lugares increíbles y la pasamos muy bien juntos, para la historia que les voy a contar estabamos viajando por argentina en motorhome. En uno de esos viajes que estábamos haciendo fuimos al sur, con rutas increíbles veníamos disfrutando de nuestra sexualidad usando las redes sociales y las videollamadas pero lo hacíamos tan seguido que un poco nos estaba aburriendo. Una mañana de día nublado mientras íbamos por la ruta empecé a recordar el sexo oral que M me había hecho la noche anterior y me empecé a calentar, sin pensarlo mucho yo que iba sentada en el asiento de acompañante le agarré la pija bien fuerte y seguí mirando para adelante, M hizo lo mismo pero preguntó:
-Que pasa si justo ahora nos cruzamos a algún chabon un mochilero que nos pida que lo llevemos?
-Paras. Le contesto yo mientras sigo apretando la pija y moviéndola en mi mano.
-Ah si? Y que harías? Me dice sonriendo.
-Le digo que suba, que se siente atrás y se ponga cómodo, ahí te saco la pija asi (le digo y le saco la pija del pantalón mientras el manejaba) y te la empiezo a chupar.
-Y al loco lo vas a dejar mirando? Me dice M ya notablemente muy caliente.
-Si veo que le gusta me voy para atrás y se la empiezo a chupar también.
-Si mi amor? A ver mostrame como se la chuparías.
Paramos la camioneta al costado de la ruta, cerca de un mirador y empecé a comerle la pija hasta el fondo y muy fuerte, la historia se metió en mi cabeza y me encantaba.
Quedé muy caliente y muy mojada, pero seguimos rutina.
Pasaron unos 20 minutos y después de una curva vemos que alguien nos empieza a hacer dedo. Un chico de unos veintipico de años, 1, 70 y algo de altura pelo oscuro corto y cuidado, no mucha pinta de mochilero o hippie más bien alguien que salió de viaje hace poco o está de vacaciones. En verdad a simple vista no me generó nada, pero la idea de lo que habíamos pensando un rato atrás empezó a comerme la cabeza de a poco. Subió en la parte de atrás de la camioneta, pero como se imaginarán esta conectada con la parte de adelante así que subió y se presentó:
-Que onda loco, como te llamas? Le dice M
-Fer, estoy viajando para El bolsón
-De una, ponete comodo Fer que vamos para allá. Responde M.
Yo me quedé muda. En parte porque iba imaginando y en parte porque soy un poco tímida y nunca habíamos hecho nada real, todo eran fantasías.
Seguimos el viaje como si nada, charlando y tomando mate.
En una curva de esas que hay en la ruta sin querer me vuelco el mate en la ropa, no me quemé pero tiré una puteada al aire mientras con la mano me quitaba la yerba de encima. En eso miro de reojo a este chico Fer y veo que esta directo mirándome las tetas, esa mirada generalmente me daría asco hasta que miro a M que está viendo mi mismo y veo como la pija se le empieza a salir del pantalón de tela fina que llevaba.
Ahí perdí la cabeza.
Me empecé a “limpiar” mas alevosamente y tocándome las tetas y dandole unos apretoncitos que hicieron que parezca que mis pezones querían salir de mi remera. M tenía la pija más dura y no me aguante más, sin decir nada me puse más de costado y le saqué la pija para afuera otra vez, hace menos de una hora había acabado pero estaba dura como una piedra, se notaba re caliente. Me agaché y se la empecé a chupar otra vez comiéndosela pero esta vez más despacio para que la diversión dure más. Fer miraba y seguramente no lo podía creer pero no decía nada. En un momento M no aguanto más y pero la camioneta al costado de la ruta, yo seguí un ratito más mientras el me acariciaba la cabeza y empecé a sentir otra mano tocándome las tetas. M lo había agarrado a Fer y lo había invitado a tocarme, yo no lo podía creer pero me encantaba. En ese momento me sentí más suya que nunca.
Levanté la cabeza y como lo habíamos imaginado me fui para atrás de la cabina, busqué un preservativo que teníamos siempre a mano y fui directo a buscar la pija de nuestro pasajero de hoy. El pibe no lo podía creer, abrió los brazos sin resistirse ni un poco y se dejó llevar. Tenía buena pija, cuando se la saqué y mientras le ponía el forro busqué la mirada de M que ya estaba del otro lado de la camioneta bien acomodado, me sonrió como aprobando lo que veía y yo empecé a chupar. Mi novio me tocaba el culo mientras miraba y se notaba su respiración agitada, lo acerqué hacia nosotros y empecé a chuparme las dos pijas como si se terminara el mundo.
Cuando acabaron casi juntos dejé que la leche de M caiga sobre mi cara y mi remera todavía manchada por el mate, le pasé le lengua por la pija lo miré y sonreímos los dos.
Como si nada nos acomodamos otra vez y arrancamos la camioneta. Volvimos a tomar mate y charlar un poco más sobre viaje y paisajes, charla de ruta. Yo iba todo el camino acariciando el hombro de mi novio y el cada vez que podía me ponía la mano en la pierna acariciandola.
Llegamos al bolsón y dejamos a nuestro pasajero cerca de un hostel, nos saludo amablemente y antes de irse paso por el asiento de acompañante
-Los voy a volver a ver? Dijo antes de irse
Nosotros sonreímos y arrancamos la camioneta.
Sabíamos que no lo íbamos a volver a ver, no nos interesaba el sino la fantasía que habíamos generado. Ninguno dijo nada pero sabíamos que lo queríamos volver a hacer.
Seguimos haciendo ruta por meses antes del invierno y tuvimos varios visitantes que pasaron por la camioneta y se llevaron una buena chupada de pija.
Con M cojiamos como nunca cada vez que se bajaban y en cualquier momento del día cuando alguno se acordaba de algo y nos calentábamos.
2 comentarios - Viaje de mucho sexo oral y fantasía