II Capitulo aparte con mi amiga Parte 2
Es inexplicable la sensación de conocer tanto al otro, al punto de saber dónde siente más, donde su cuerpo llega al punto de entrega, de complemento. Y valla si la conocía.
Porque si bien lo nuestro había sido hace muchos años, antes de nuestras actuales parejas,esa conexión estaba ahí, y hoy más expuesta que nunca…
Porque desde que sintió mis dedos apoyados en su piel, casi como tocando la suave piel de un dulce durazno, se estremeció de tal forma, que ya la sentía toda mía.
Toda mía, entregada al sentir. Armonizando su agitación con mi respiración en su cuello y acompañando el vaivén de sus caderas contra las mías.
-Hace cuanto no sentís todo esto?... Le susurro al oído.
Ella no podía, o no quería hablar …
-Sos todamía en este momento, te voy a hacer sentir todo lo que tu cuerpo está necesitando, afirmo.
Mis manos empezaron a recorrerla, casi de memoria. Cada milímetro de su piel, cadapliegue y curva me eran familiares…
Mientras el susurro se calló, mi boca ya estaba fundida en su cuello. La mano que sostenía su cuello empezó a bajar. Primero acariciaron su cuello, hasta bajar a su pecho y lentamente a sus senos. Podía sentir el encaje de su ropa interior, en el rose de mis dedos. Una escasa y fina tela separaban mis dedos de sus espectaculares pechos.
En unarrebato de pasión, se los sujeto con firmeza, y podía sentir su pezón super duro colarse entre mis dedos… Ella soltó un gemido más fuerte. Tanto que se tapó la boca con una de sus manos, para que nadie nos escuche. Ese estacionamiento estaba solitario, pero no del todo. Y lo ultimo que quería eraque ese momento se corte.
Ya acostumbrada a mi mano acariciando sus pechos y jugando con sus pezones, Sacó lamano de su boca, y la pasó hacia atrás, sujetándome el pelo. Acompañaba el placer que le daban mis caricias, con tirones de pelo o caricias al cuello. Como guiando o replicando los movimientos de mis dedos en sus pezones..
-Desde que te hiciste las tetas no he podido pensar en otra cosa que tenerlas así, entre mis manos, te gusta sentirme? Le digo.
-Si, mucho, dice ella, entrecortada.
Estaba vestida para ese momento. Porque podía sentirla a través de la ropa, como si esta no existiera. Ese pantaloncito cortito, blanco me dejaba sentir su cola apoyada en mi miembro, que estaba super duro de que empezamos las caricias.Ella lo acomodaba en medio de su cola y los frotaba con tanta fuerza que mi pantalón se iba aflojando y bajando solo.
Mi otra mano, que estaba bajo su blusa, en pleno contacto con la piel de su cintura, empiezaa buscar los bordes de su cadera. Bajaba lentamente hacia los bordes de su ropa interior. Yo quería sentirla. Muy fácilmente le desbrocho el botón … Ella larga un fuerte quejido, mezcla de sorpresa y placer. Yo sigo con el cierre, dejando libre el camino para sentirla con mis dedos. Lejos de detenerme, acelera el vaivénde su cola hacia miembro.
Así desabrochada, podía deslizarme y acariciar su pubis con más facilidad, y en el juego de colarme cada vez más bajo, su pantalón también cedía. Esos movimientos dejaron la piel de su cola, en contacto directo con mi pubis. Quedando casi piel con piel, ya que tenía una tanga tan finita ¡!!... Era como un pequeño hilo que bajaba y desaparecía. El pantalón de ella estaba a mitad de cola el mío también. Mi miembro asomaba por sobre mi ropa interior y ya el roce era piel a piel…
Espero esté gustando...
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Es inexplicable la sensación de conocer tanto al otro, al punto de saber dónde siente más, donde su cuerpo llega al punto de entrega, de complemento. Y valla si la conocía.
Porque si bien lo nuestro había sido hace muchos años, antes de nuestras actuales parejas,esa conexión estaba ahí, y hoy más expuesta que nunca…
Porque desde que sintió mis dedos apoyados en su piel, casi como tocando la suave piel de un dulce durazno, se estremeció de tal forma, que ya la sentía toda mía.
Toda mía, entregada al sentir. Armonizando su agitación con mi respiración en su cuello y acompañando el vaivén de sus caderas contra las mías.
-Hace cuanto no sentís todo esto?... Le susurro al oído.
Ella no podía, o no quería hablar …
-Sos todamía en este momento, te voy a hacer sentir todo lo que tu cuerpo está necesitando, afirmo.
Mis manos empezaron a recorrerla, casi de memoria. Cada milímetro de su piel, cadapliegue y curva me eran familiares…
Mientras el susurro se calló, mi boca ya estaba fundida en su cuello. La mano que sostenía su cuello empezó a bajar. Primero acariciaron su cuello, hasta bajar a su pecho y lentamente a sus senos. Podía sentir el encaje de su ropa interior, en el rose de mis dedos. Una escasa y fina tela separaban mis dedos de sus espectaculares pechos.
En unarrebato de pasión, se los sujeto con firmeza, y podía sentir su pezón super duro colarse entre mis dedos… Ella soltó un gemido más fuerte. Tanto que se tapó la boca con una de sus manos, para que nadie nos escuche. Ese estacionamiento estaba solitario, pero no del todo. Y lo ultimo que quería eraque ese momento se corte.
Ya acostumbrada a mi mano acariciando sus pechos y jugando con sus pezones, Sacó lamano de su boca, y la pasó hacia atrás, sujetándome el pelo. Acompañaba el placer que le daban mis caricias, con tirones de pelo o caricias al cuello. Como guiando o replicando los movimientos de mis dedos en sus pezones..
-Desde que te hiciste las tetas no he podido pensar en otra cosa que tenerlas así, entre mis manos, te gusta sentirme? Le digo.
-Si, mucho, dice ella, entrecortada.
Estaba vestida para ese momento. Porque podía sentirla a través de la ropa, como si esta no existiera. Ese pantaloncito cortito, blanco me dejaba sentir su cola apoyada en mi miembro, que estaba super duro de que empezamos las caricias.Ella lo acomodaba en medio de su cola y los frotaba con tanta fuerza que mi pantalón se iba aflojando y bajando solo.
Mi otra mano, que estaba bajo su blusa, en pleno contacto con la piel de su cintura, empiezaa buscar los bordes de su cadera. Bajaba lentamente hacia los bordes de su ropa interior. Yo quería sentirla. Muy fácilmente le desbrocho el botón … Ella larga un fuerte quejido, mezcla de sorpresa y placer. Yo sigo con el cierre, dejando libre el camino para sentirla con mis dedos. Lejos de detenerme, acelera el vaivénde su cola hacia miembro.
Así desabrochada, podía deslizarme y acariciar su pubis con más facilidad, y en el juego de colarme cada vez más bajo, su pantalón también cedía. Esos movimientos dejaron la piel de su cola, en contacto directo con mi pubis. Quedando casi piel con piel, ya que tenía una tanga tan finita ¡!!... Era como un pequeño hilo que bajaba y desaparecía. El pantalón de ella estaba a mitad de cola el mío también. Mi miembro asomaba por sobre mi ropa interior y ya el roce era piel a piel…
Espero esté gustando...
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