Primera vez con otro hombre parte 2

Seguimos con la parte 2, necesito hacer que esto llegue a top post, asi veo si hay una parte 3 y final, con fotos obviamente.


Cuando mi boca y manos jugueteaba con la pija, cola y huevos de David, podía sentir cómo cada caricia lo llevaba más allá de sus propios límites. Sus sentidos despertaban, revelando un deseo palpable en el aire que nos rodeaba. Y al abrir mi boca, dejando mi rostro a su merced, me entregué a la anticipación del placer que estaba por llegar, un dulce premio que me prometía.

Ambos sabíamos que el momento crucial se acercaba. Era hora de recibir el premio de David, de convertir ese deseo reprimido en algo electrizante. Con un fuerte gemido, se desprendio de ese dulce nectar, llenando toda mi cara y mi boca. Como le prometi a David, yo seria su puta por un rato, asi que procedi a pasar mis manos por todo el premio que habia recibido en mi cara, para meterla en mi boca y tragarlo, para darle lugar al siguiente paso.


El siguiente paso era invertir la situación, hacer que David me devolviera el favor. Con un movimiento decidido, me dejé caer sobre la cama, entregándome por completo a su deseo. Sabía que estaba en manos ; cuando David se acercó, su toque fue sublime. Supo exactamente cómo usar sus manos y su lengua, manipulando cada caricia con una precisión exquisita. No había prisa; cada roce, cada lamido, era un canto al placer.

En ese momento, todo lo que me rodeaba desapareció. Mi mente se quedó en blanco, ocupada únicamente en disfrutar de cada segundo, de cada sensación que me envolvía. Entonces, le pedí a David que comenzara a jugar con sus dedos. Quería que ese juego nos llevara al siguiente nivel, a esa nueva misión: hacer que estuviera dentro de mí, pero sin dolor. Anhelaba que me preparara para lo que estaba por venir, que me llevara hacia una experiencia que jamás olvidaría.


David comenzó a explorar mi cola con un solo dedo, avanzando con una lentitud deliberada que me mantuvo al borde del deseo. Poco a poco, añadió un segundo, luego un tercero, hasta que finalmente llegó a cuatro. La intensidad del placer que me invadió en ese instante era algo que jamás había experimentado. Gemidos de satisfacción brotaban de mis labios, suplicándole que no se detuviera, que siguiera llevándome a esa cima de éxtasis.

El ardor dentro de mí era tan abrumador que, en un impulso ardiente, me di la vuelta, aterrizando en la hermosa posicion de perrito. Le pedí a David que continuara con su mágico trabajo, pero con un toque especial: quería que me diera unas nalgadas contundentes, esas que encendieran aún más mi ardor. Sabía que él estaba enamorado de mi cola, y lo decía a menudo, admirando lo redonda y hermosa que estaba. Para esta ocasión, ambos nos habíamos preparado; yo me había depilado con cuidado, deseando lucir perfecto para él, y el, habia hecho lo mismo con su cuerpo.

Y así, entre sus caricias y sus palabras , me entregué plenamente. David continuó jugando con sus dedos, mientras sus manos también se aventuraban a darme esas nalgadas que tanto anhelaba. La mezcla de placer y dolor era electrizante, llevándome a un lugar donde solo existíamos él y yo, inmersos en un mar de sensaciones intensas.

No podía soportar la tensión que se acumulaba. Con mi mejor voz de puta, le pedí a David que dejara de jugar con mi pija; sentía que no era el momento de acabar. En cambio, le pedí que enfocara su atención en mi cola, que dejara que su lengua la explorara por dentro mientras sus dedos danzaban en un intercambio con ella. Quería entregarme a él, anhelaba que me hiciera suyo, como tantas veces habíamos soñado y hablado en momentos de complicidad.


Continuara...