Esa noche, después de haber dado vueltas en la cama me levanté en la madrugada luego de tener una pesadilla, soñaba que Tito me estaba cogiendo, y mi amiga llegaba y que me encontraba desnuda y comiéndole la pija a Tito. Entonces ella se burlaba de lo ridícula que me veía, y me llamaba hipócrita después de hablar mal de su hermano, mientras se reía a carcajadas de mí… ya resignada a no dormir me asomé a la casa del vecino, para saber de él o de lo que había sucedido, pero nada, no había señales de vida en su casa. Iba de regreso a mi cuarto, cuando escucho el tono de mensaje en mi celular, al mirar la pantalla, aparecía el nombre de Tito. Llena de curiosidad, abrí la aplicación desesperadamente, y encontré un mensaje que decía: "ven en cuanto leas esto a la puerta de mi casa vestida de puta. Estaré esperándote". La cara se me iluminó de alegría, la calma volvió a mí, Bueno, la verdad es que me había agradado el detalle, me hizo pensar que aun le importaba y que me seguía deseando lo suficiente, y que me iba a cumplir lo que no había podido hacía un rato, pero… ¿cómo se le ocurrió hacerlo tan secretamente? Jajaja ahora era yo la que se reía de las cosas que hacía Tito.
Yo sabía que cuando entrara en su cuarto me tiraría en la cama y me follaría duro como me lo merecía, aunque se me antojaba muy morboso que hubiera estado mi madre en la misma escena sexual, ¿por qué no la habría invitado también? ¿Le preguntaría?..., ¡¡No!! Ahora quería ser yo la única dueña de esa verga que tan feliz me hacía, de todos sus jugos. Ya la paladeaba yo, la boca se me hacía agua de pensar como estaría de feliz… aunque el pensar en mi amiga me angustió; no quería que ella supiera que era la puta de su hermano, sería lo peor que podría pasarme…
Al final decidí ir a ver a la casa de Tito, estaba nerviosa y angustiada a la vez; quería que Tito disfrutara esa noche de lo que era suyo y a la vez no quería que mi amiga se diera cuenta de nada, así que el nervio y el morbo estaban a todo lo que daban en mi ser. Mi adrenalina hacía que me sintiera que iba a explotar…me arreglé lo mejor que pude para la ocasión: me puse un baby doll corto y semitransparente muy coqueto, me arreglé el cabello en una cola de caballo, y me puse una tanguita blanca y un bra que combinaba, y embellecida con unos tacones altos. ¡Ahora realmente era su putita! Me puse una bata de baño, aunque hacía calor, y me asomé entreabriendo la puerta de afuera, no había ningún movimiento dentro de mi casa ni en el vecindario, así que salí hasta la puerta de la casa vecina, cuidando cerrar con sumo cuidado. Eran las 2 AM. Era una noche sin luna, bastante oscura, y aunque había una luz afuera venida de un poste cercano, poco se percibía dentro de la casa del vecino. Al voltear hacia la casa de Tito percibí una sombra. Por su complexión robusta supe que era él, y me fui corriendo allí donde estaba.
En su casa no había luz; él traía una campera bastante vieja y sucia y shorts. También traía una gorra beisbolera, por lo que no pude ver su rostro con detalle. Le susurré:
— Hola , ¿por qué me citaste aquí afuera? ¿Quieres que vayamos a la sala, o prefieres ir a mi cuarto? — él no contestó, simplemente me tomó del brazo y me llevó al fondo, jalándome por la muñeca, llevándome por todo el corredor que rodea su casa, hasta un cuartucho donde guardaban cosas, como una bodega. Allí me indicó que guardara silencio.
Entramos al cuarto que estaba bastante pequeño, solamente había un sillón viejo y algunas herramientas. Todo estaba en penumbras, y solo se colaba la luz de la luna, al parecer era el cuarto más alejado de la casa, no había ventanas; sólo unos libreros y un sofá.
Me agarró fuerte de mi brazo y me llevó hacia él, como ya era su costumbre y me despojó de mi bata, dejándome solo con las breves prendas que llevaba. Comenzó a jalarme la ropa con violencia:
— Por favor, Tito ¡¡con más cuidado que me lastimas!! — en ese momento jaló mi brassier, con tal fuerza que me lastimó la piel de la espalda:
— ¡¡Aaayyy!!!, por favor ¡hazlo con más cuidado!! ¡¡Me dueleee!! — Entonces comenzó a reír
— Jajajaja —
— ¿Qué pasa Tito? ¡ya sabes que solo tienes que decir lo que deseas para que yo lo haga! ¡No necesitas ser tan violento! —En respuesta, el solo me nalgueó tan fuerte que me dejó la piel ardiendo. Creí que seguía molesto por lo que había dicho días atrás y ese era mi castigo por lo que no le repliqué más.
Sin importarle mis quejas, Tito puso su brazo sobre mi hombro, haciendo presión hacia abajo mientras con su otra mano descubría su miembro por encima de la ropa. Sin oponerme de inmediato me agaché y bajé su bragueta, sacando su miembro. Lo noté con un olor desagradable, pensé que el olor era porque no se había bañado desde la sesión de ayer. Aunque ya notaba que se comenzaba a agrandar, lo noté más pesado que el día anterior. No le di importancia y comencé a pelarle la cabeza, para tomar valor y comenzar a lamer su glande, el cual ya comenzaba a escurrir su liquido preseminal; entonces me la llevé a la boca: sabía realmente amarga, por su complexión, el cuerpo de Tito casi siempre estaba lleno de sudor pero está vez me parecía que estaba más sucio que de costumbre. Sin embargo, comencé a darle chupones suaves: él me tomó por la cabeza y agarrándome los cabellos comenzó a darme ritmo. Ya el sabor había cedido, pero el olor seguía siendo insoportable, por lo que comenzaron a darme arcadas, pero él no me dejaba sacarla de la boca y está vez parecía más agresivo que de costumbre, entonces noté que realmente estaba más grande que nunca. Miré su rostro, sabía que le daba morbo que me viera chupándosela, y ver esa cara insoportable, con su gesto de lujuria detrás de esos lentes rotos y su cara llena de barros.
Sí, tenía todo eso, pero el rostro que estaba viendo no era el de Tito: al momento me saqué de la boca su miembro y él protestó:
— ¿Qué te pasa puta? ¡¿Por qué te detienes?!... —
— ¿Quién es usted? — Le pregunté al momento de tratar de huir, pero él estaba en el camino a la salida y entonces me retiré hacia atrás cubriendo mi pecho.
— Jajaja, ¿Así que de verdad pensaste que era Tito? Jajaja, mira cómo te pusiste a temblar… ¡¡yo soy el padre de Tito!! ¡¡¡Y ahora vas a seguir con lo que empezaste!!! —
Me tomó por las muñecas y me llevó al sillón. Traté de oponerme, pero era mucho más fuerte que yo y comencé a gritarle:
— ¡¡Déjeme en paz, viejo asqueroso!!! ¡¡Voy a gritar para llamar a Tito!! —
— ¡¡¡Grita todo lo que quieras, él no está así que puedo hacer contigo lo que quiera, y además este cuarto está aislado de todos los demás, así que aquí no va a escuchar nadie!!! Jajajaja… —
— ¡¡Tito!!! ¡¡Tito!!!... —Comencé a gritar a todo lo que daba, mientras el señor continuó riendo, pero de repente me dio una bofetada, haciéndome ver estrellas, no pronuncié una palabra más.
— ¡¡Ya cállate puta, Tito no está y tampoco va a venir nadie!!! Si vuelves a gritar vas a hacerme enojar, tú dirás si prefieres esto por las buenas o por las malas… —
— Snif snif… —comencé a llorar…
— Ya estabas haciendo las cosas muy bien, lástima que te diste cuenta de que no era mi hijo, ¡¡¡pero si ya vi que eres una puta con él ahora vas a serlo conmigo!!! Chúpala y cuidado con hacerme daño puta, por que te va a ir mal — haciendo énfasis de lo que acababa de decir, me soltó otra cachetada,
— ¡¡Tú dirás como quieres hacerlo, por las buenas o por las malas!!! —
Me dolió la forma tan brutal de tratarme, pero no dije nada, solo seguí sollozando
— ¡¡Es un viejo de mierda!! —
— ¡Sí, pero ahora mismo me vas a levantar la verga con la boca, vamos puta! —
Luego de un par de bofetadas, amenazada, tuve que continuar chupando su pedazo, que empezó a crecer desmesuradamente. Aquello era realmente impresionante: si la de Tito era grande ¡ésta era monstruosa! Ya no me cabía en la boca, por lo que solamente le daba lengüetazos suaves pero firmes.
Seguía llorando, a pesar del morbo de tener frente a mi cara un pene más grande que el de Tito, y lo mucho que había gozado me había enfriado totalmente al reconocer al viejo de su padres, las comisuras de la boca me dolían por el esfuerzo de abrir tanto para alojarlo, y me recordó las primeras veces que estuve con Tito, y como luego de cogerme a la fuerza al inicio ahora lo disfrutaba inmensamente, Sería de la misma forma con su padre? Fue cuando tuve conciencia que al igual que su hijo, en el futuro iba a seguir cogiendo con el padre, y la verdad es que me causaba un morbo enorme pero no le iba a dar el gusto al viejo de pedirle que me cogiera.
Me tomó de los cabellos y me dijo que me detuviera, que era hora de gozarme, que me pusiera en cuatro porque quería probar mi conchita por detrás: no podía hacer nada así que le obedecí. Mi baby doll fue arrancado y se quedó tirado en el suelo, el señor me jaló la tanga, no me la quitó, sino que la dejó y solo allá hizo a un lado, dijo que así me veía más puta, se puso detrás de mí y sin demora me comenzó a penetrar. Trataba de que no me doliera ya que aun no estaba caliente, pero realmente era un cipote inmenso, y era bastante brusco: me la metió de tres empujones, lo que me hizo gritar de dolor:
— Aaaayyyyyy… ¡¡espere, no sea bruto!!! ¡¡¡me duele, despacio por favor aaaggh!!... — Creo que entre más gritaba, más fuerte me daba el maldito; ahora lloraba de dolor:
— ¡¡¡Aaaayyy!! ¡¡Ya déjeme maldito viejo, me lastima!!! —
Sin embargo, él no me escuchaba o si lo hacía parecía calentarlo más. Era igual a Tito, ¡solo querían gozar ellos!, su pija estaba terriblemente grande: alcanzó a topar en mi interior más allá de lo que el cipote de Tito había llegado, y además era más gorda, por lo que hacía que mis paredes vaginales se estiraran al máximo, sí había estado con penes de esa magnitud, pero esas ocasiones escurría de lo excitada . Pensé que me iba a desgarrar por lo brusco que estaba haciéndolo, para mí fortuna con lo caliente que me había dejado mi encuentro con su hijo hace unas horas había dejado mi vagina lo suficientemente mojada y dilatada.
Aunque seguía sollozando por la humillación, me enfrasqué en sentir la escena. Él me tenía sujeta de las tetas con sus dedos rasposos, parecía como que hiciera algún trabajo rudo frecuentemente, y a mí me empezó a gustar cómo se sentía esa aspereza sobre mi piel desnuda. Apenas había empezado esta sesión y ya me había engolfado su gigantesca herramienta insertada hasta el límite de mi vagina:
— Muy bien, zorra ¿verdad que te gusta mi verga? —
— Ya por favor ¡Deténgase viejo maldito! —me quejé por lo lleno que sentía mi coño pero la verdad con el ritmo con que me penetraba estaba empezando a sentirse muy rico, jadeaba constantemente pero no quería que se llevara el triunfo tan rápido
— Jajaja, sabía que te iba a gustar, después de enterarme que te estabas dejando encular por Tito, pensé en como hacerle para que disfrutaras de un macho de verdad…hhhm, ahora prepárate puta ¡¡¡porque voy a vaciarme dentro de ti!!! —
— ¡¡No, todavía no!!! ¡¡Espere un poco más!!... —
Pero fue inútil; se vino en mi vagina en una tremenda corrida que hizo que comenzara a salir su leche por un costado de su herramienta y empezará a resbalar por mis piernas. Inmediatamente se salió de mí jadeando mientras yo trataba inútilmente de retener su verga dentro. Me eché para atrás, para evitar que saliera, pero él solo me soltó una nalgada, y se tiró a un lado mío dejando ese hueco entre mis piernas; otra vez me quedó el desaire de un orgasmo a medias. Sólo me faltaba muy poco para lograr mi orgasmo, pero el daño ya estaba hecho…
Haciéndome ya a la idea de que estaba a su merced, me quedé quieta en el sillón, aún en cuatro, esperando a que se repusiera, si era igual a su hijo no iba a conformarse solo con esto. Los restos de su semen resbalaban por mis piernas. Era tanto que parecía que no se había descargado en semanas. Por ahora tenía que esperar. Ya tendría mi oportunidad de tener mi merecido orgasmo.
— ¿Así que así coge la puta de mi hijo? Bien dicen que los hijos aprenden de sus padres, y tú sacaste lo puta de tu madre. Y yo que pensaba que las vecinas eran muy decentes, si no hubiera sido porque descubrí a Tito con tu madre, cogiendo aquí en mi casa… ¡el muy bastardo! Le dije que si quería estar en esta casa tenía que compartir a la puta en turno. Y así fue como cogí a la puta de tu madre. No estuvo mal, debo decirlo. Pero fue entonces cuando me enteré que también se cogía a la hija, y le exigí que también me tenía que dejarte coger, se puso como energúmeno y se negó, por lo que tuve que correrlo de la casa. Hace poco me dijo que quería volver aquí, le dije que le prestaba la casa si me prestaba a su otra puta, y otra vez se negó. ¡¡Fue cuando decidí jugármela, le dije que fueramos a un hotel para cogernos a tu madre entre los dos, le robé su celular y mandé un mensaje haciéndote creer que Tito te citaba aquí y mira si me ha funcionado!!! Pero ¿qué tal te fue con mi verga putilla?! ¿Ahora ya sabes lo que es un hombre?! Jajaja — se reía igual que Tito, y tenían casi la misma complexión; yo no hubiera podido descubrirlos en las penumbras, solamente por su olor y el tamaño de su miembro.
— Bien zorrita, ya está bien de descanso, he venido a culearte toda la noche, así que ¡¡prepárate!! ¿Te gustó mi verga zorra?? ¡¡contesta!! —Yo no dije nada, pero hice una mueca de asco, por lo que furioso, me tomó de la muñeca y luego de un par de bofetadas me obligó a ponerme sobre sus piernas y con mis nalgas al aire, y tal como una niña reprendida por su padre fue ahí que comenzó a darme de nalgadas.
— Así que eres una puta malcriada, bueno, vamos a corregir esto —
Yo empecé a gritar y decirle que parara, aún cuando comencé a sentir esa picazón en mis nalgas (que me daban un placer que no había sentido jamás), intentaba taparme con las manos lo que hizo que siguiera el castigo, no podía creerlo, estaba disfrutando a la vez con esas palmadas que además me hacían sentir aún más humillada:
— ¡¡Anda, puta, no voy a dejar de nalguearte hasta que me contestes!!! —
— Aaaayy Hhmmmhh aaaahhhh — sólo atiné a gemir. Igual entre cada nalgada aprovechaba para sobarme mi concha seguido de hasta 3 dedos en mi interior por lo que conseguía arrancarme gemidos de placer. Lo dejé a propósito darme algunos golpes más. Solo hasta que sentí mi piel arder me permití decir un si bajito.
— ¡Bien, entonces prepárate a recibir tu castigo! — De forma repentina detuvo sus nalgadas cuando estaba sintiendo más rico: — Escoge tu castigo zorra… ¡Me vas a ofrecer el culo o termina esto y te largas de aquí! —
— ¡¿Qué?!... — le pregunté, no podía creer que iba a salir así de fácil? Que tan sólo iba a dejarme marchar sin aprovecharse de un cuerpo juvenil.
— Sí, tu castigo si decides terminar esto es que te saque a la calle así como estás encuerada, a ver quién de los vecinos te ve, además de quedarte mal cogida… O me dejas que te la dé entera por el culo… Tú escoges… —
Lo pensé por unos segundos, si de verdad escogía irme, me arriesgaba a que cumpliera su amenaza, aunque para esa hora de la noche era seguro que la calle estuviera vacía, las llaves de mi casa las tenía en la bata, la cual estaba muy lejos de la puerta para tomarla y salir corriendo y tendría que tocar, y cómo explicaría mi estado sobre todo si era mi padrastro el que abriera? Además, así de caliente como estaba, mi cuerpo me pedía sexo, y no quería perderme la oportunidad. Obvio me preocupaba que me pudiera hacer daño el tamaño de su miembro, y seguro no iba a ser muy suave.
— Bien, veo que tu decisión es rápida — me dijo tomándome de la muñeca y jalandome hacia el patio. Sentí el frío de la noche sobre mi cuerpo desnudo y nos dirigimos a la puerta, cuando empezó a desarmar el cerrojo me di cuenta que hablaba en serio, así que tenía que decidirme rápido.
— ¡No! ¡Espere! — Le dije y en mi mente empecé a imaginar qué sentiría tener esa pija en mi culo. Si ya Tito me había estrenado la cola de forma salvaje y a pesar de lo brusco que fue y el tamaño de su pija me había hecho sentir uno de los orgasmos más fuertes que había experimentado, ¿cómo se sentiría hacerlo con una pija tan gruesa, es la más gruesa que he tenido frente a mi? Pasaba por alto lo difícil que iba a ser hacer pasar ese diámetro por mi agujerito, sin contar conque seguro no lo haría de forma delicada, pero en esos momentos decidí volverme esclava de mi sexo y mi culo quería probar esa pija que, al menos, estaba a mi disposición. Y no tenía muchas opciones.
— ¡Solo prométame que lo hará con cuidado, para que no me lastime ! —
—¡Pero si serás puta, niña! Está bien, trataré de hacértelo suave, ¡pero no esperes muchas consideraciones! —
Bien ¡¿qué desea que haga?! —Le dije ya en estado obediente, ya me sentía una guarra sumisa con lo que me estaba pasando, ¡y eso me calentaba mucho!
— Primero quiero que me la levantes a todo, déjame follarte esa boquita. Y por haberte tardado en decidir, me lo vas a hacer aquí afuera —
El frío de la madrugada me dejó todo el cuerpo temblando, pero no había nada que discutir. Me acerqué seductoramente tal como me había enseñado Tito, y tomando su cipote entre mis manos, las subía y bajaba mientras me ponía de rodillas y sin dejar de subir y bajar mis manos chupaba la cabeza en un intento por levantarla. Así como estaba a medio crecer podía sujetarla bien, pero a medida que empezó a ponerse dura, mis manos no alcanzaban a abrazarla toda, y el largo era impresionante, igual que la de su hijo, pero el grosor era simplemente imponente.
Agachada cómo estaba lo mamé, despacio, como si fuera una paleta de dulce, le acariciaba los huevos y seguía, poco a poco, las comisuras de los labios me dolían, de pronto me dió una bofetada y me dijo,
— Sigue, perra, que quiero que entre hasta el fondo —
Con lágrimas en los ojos lo intentaba meter más, pero luego de la mitad me daba asco y lo sacaba tosiendo, así que me tomó de la cabeza y empujándome hacia su erecta herramienta, me forzó a metérmela lo más que podía, sentía que me ahogaba y que vomitaba pero así me la dejó presionando por unos segundos, no me dejó salirme, luego lo repitió varias veces. Me tiraba del cabello para marcarme el ritmo por lo que me dolía con cada tirón que me daba. Estaba ahí enmedio del patio desnuda, asustada, excitada, adolorida, golpeada, con escalofríos en el cuerpo por el frío de la madrugada, la quijada tensa al máximo y con los ojos húmedos por el esfuerzo, ya no sabía qué hacer, solo quedaba aguantar, luego de dejarla dentro de mi boca pensó que era suficiente para pasar a lo que seguía. Me alzó del brazo y empujándome de vuelta al cuarto me tiró en el sofá y abriéndome al máximo las piernas me empezó a lamer, succionó cada parte de mi cuerpo, me dijo que me olvidará de Tito, a partir de ahora ya sólo era su puta y de nadie más, me lamía extendiendo su lengua desde el ano hasta la vagina, y todo esto me lo hacía de forma muy brusca. Después de terminar de lamerme, me ordenó alzar mis piernas y aventarlas hacia atrás, parándole el culo en la orilla del sofá hasta que mis rodillas pegaron con mi cabeza y así me lamió completa desde el culo a la vagina, estaba húmeda y mojada, comencé a gemir mucho, estaba super excitada y gemía con cada lamida, grité como nunca, empecé a gritar cosas que nunca imaginaría posible y a olvidarme que estaba con un viejo asqueroso:
— Aaaah si, siga, siga chupando. No se detenga por favor, mmmh, mmmmmm, que rico —
— Así me gusta puta, ahora date la vuelta y recárgate en el sillón como la perra que eres! Y deja parada lo más que puedas tu cola, sepárate las nalgas con las manos para que pueda entrar más fácilmente, y prepárate ¡¡que te voy a reventar el culo!! —
Continúa....
Yo sabía que cuando entrara en su cuarto me tiraría en la cama y me follaría duro como me lo merecía, aunque se me antojaba muy morboso que hubiera estado mi madre en la misma escena sexual, ¿por qué no la habría invitado también? ¿Le preguntaría?..., ¡¡No!! Ahora quería ser yo la única dueña de esa verga que tan feliz me hacía, de todos sus jugos. Ya la paladeaba yo, la boca se me hacía agua de pensar como estaría de feliz… aunque el pensar en mi amiga me angustió; no quería que ella supiera que era la puta de su hermano, sería lo peor que podría pasarme…
Al final decidí ir a ver a la casa de Tito, estaba nerviosa y angustiada a la vez; quería que Tito disfrutara esa noche de lo que era suyo y a la vez no quería que mi amiga se diera cuenta de nada, así que el nervio y el morbo estaban a todo lo que daban en mi ser. Mi adrenalina hacía que me sintiera que iba a explotar…me arreglé lo mejor que pude para la ocasión: me puse un baby doll corto y semitransparente muy coqueto, me arreglé el cabello en una cola de caballo, y me puse una tanguita blanca y un bra que combinaba, y embellecida con unos tacones altos. ¡Ahora realmente era su putita! Me puse una bata de baño, aunque hacía calor, y me asomé entreabriendo la puerta de afuera, no había ningún movimiento dentro de mi casa ni en el vecindario, así que salí hasta la puerta de la casa vecina, cuidando cerrar con sumo cuidado. Eran las 2 AM. Era una noche sin luna, bastante oscura, y aunque había una luz afuera venida de un poste cercano, poco se percibía dentro de la casa del vecino. Al voltear hacia la casa de Tito percibí una sombra. Por su complexión robusta supe que era él, y me fui corriendo allí donde estaba.
En su casa no había luz; él traía una campera bastante vieja y sucia y shorts. También traía una gorra beisbolera, por lo que no pude ver su rostro con detalle. Le susurré:
— Hola , ¿por qué me citaste aquí afuera? ¿Quieres que vayamos a la sala, o prefieres ir a mi cuarto? — él no contestó, simplemente me tomó del brazo y me llevó al fondo, jalándome por la muñeca, llevándome por todo el corredor que rodea su casa, hasta un cuartucho donde guardaban cosas, como una bodega. Allí me indicó que guardara silencio.
Entramos al cuarto que estaba bastante pequeño, solamente había un sillón viejo y algunas herramientas. Todo estaba en penumbras, y solo se colaba la luz de la luna, al parecer era el cuarto más alejado de la casa, no había ventanas; sólo unos libreros y un sofá.
Me agarró fuerte de mi brazo y me llevó hacia él, como ya era su costumbre y me despojó de mi bata, dejándome solo con las breves prendas que llevaba. Comenzó a jalarme la ropa con violencia:
— Por favor, Tito ¡¡con más cuidado que me lastimas!! — en ese momento jaló mi brassier, con tal fuerza que me lastimó la piel de la espalda:
— ¡¡Aaayyy!!!, por favor ¡hazlo con más cuidado!! ¡¡Me dueleee!! — Entonces comenzó a reír
— Jajajaja —
— ¿Qué pasa Tito? ¡ya sabes que solo tienes que decir lo que deseas para que yo lo haga! ¡No necesitas ser tan violento! —En respuesta, el solo me nalgueó tan fuerte que me dejó la piel ardiendo. Creí que seguía molesto por lo que había dicho días atrás y ese era mi castigo por lo que no le repliqué más.
Sin importarle mis quejas, Tito puso su brazo sobre mi hombro, haciendo presión hacia abajo mientras con su otra mano descubría su miembro por encima de la ropa. Sin oponerme de inmediato me agaché y bajé su bragueta, sacando su miembro. Lo noté con un olor desagradable, pensé que el olor era porque no se había bañado desde la sesión de ayer. Aunque ya notaba que se comenzaba a agrandar, lo noté más pesado que el día anterior. No le di importancia y comencé a pelarle la cabeza, para tomar valor y comenzar a lamer su glande, el cual ya comenzaba a escurrir su liquido preseminal; entonces me la llevé a la boca: sabía realmente amarga, por su complexión, el cuerpo de Tito casi siempre estaba lleno de sudor pero está vez me parecía que estaba más sucio que de costumbre. Sin embargo, comencé a darle chupones suaves: él me tomó por la cabeza y agarrándome los cabellos comenzó a darme ritmo. Ya el sabor había cedido, pero el olor seguía siendo insoportable, por lo que comenzaron a darme arcadas, pero él no me dejaba sacarla de la boca y está vez parecía más agresivo que de costumbre, entonces noté que realmente estaba más grande que nunca. Miré su rostro, sabía que le daba morbo que me viera chupándosela, y ver esa cara insoportable, con su gesto de lujuria detrás de esos lentes rotos y su cara llena de barros.
Sí, tenía todo eso, pero el rostro que estaba viendo no era el de Tito: al momento me saqué de la boca su miembro y él protestó:
— ¿Qué te pasa puta? ¡¿Por qué te detienes?!... —
— ¿Quién es usted? — Le pregunté al momento de tratar de huir, pero él estaba en el camino a la salida y entonces me retiré hacia atrás cubriendo mi pecho.
— Jajaja, ¿Así que de verdad pensaste que era Tito? Jajaja, mira cómo te pusiste a temblar… ¡¡yo soy el padre de Tito!! ¡¡¡Y ahora vas a seguir con lo que empezaste!!! —
Me tomó por las muñecas y me llevó al sillón. Traté de oponerme, pero era mucho más fuerte que yo y comencé a gritarle:
— ¡¡Déjeme en paz, viejo asqueroso!!! ¡¡Voy a gritar para llamar a Tito!! —
— ¡¡¡Grita todo lo que quieras, él no está así que puedo hacer contigo lo que quiera, y además este cuarto está aislado de todos los demás, así que aquí no va a escuchar nadie!!! Jajajaja… —
— ¡¡Tito!!! ¡¡Tito!!!... —Comencé a gritar a todo lo que daba, mientras el señor continuó riendo, pero de repente me dio una bofetada, haciéndome ver estrellas, no pronuncié una palabra más.
— ¡¡Ya cállate puta, Tito no está y tampoco va a venir nadie!!! Si vuelves a gritar vas a hacerme enojar, tú dirás si prefieres esto por las buenas o por las malas… —
— Snif snif… —comencé a llorar…
— Ya estabas haciendo las cosas muy bien, lástima que te diste cuenta de que no era mi hijo, ¡¡¡pero si ya vi que eres una puta con él ahora vas a serlo conmigo!!! Chúpala y cuidado con hacerme daño puta, por que te va a ir mal — haciendo énfasis de lo que acababa de decir, me soltó otra cachetada,
— ¡¡Tú dirás como quieres hacerlo, por las buenas o por las malas!!! —
Me dolió la forma tan brutal de tratarme, pero no dije nada, solo seguí sollozando
— ¡¡Es un viejo de mierda!! —
— ¡Sí, pero ahora mismo me vas a levantar la verga con la boca, vamos puta! —
Luego de un par de bofetadas, amenazada, tuve que continuar chupando su pedazo, que empezó a crecer desmesuradamente. Aquello era realmente impresionante: si la de Tito era grande ¡ésta era monstruosa! Ya no me cabía en la boca, por lo que solamente le daba lengüetazos suaves pero firmes.
Seguía llorando, a pesar del morbo de tener frente a mi cara un pene más grande que el de Tito, y lo mucho que había gozado me había enfriado totalmente al reconocer al viejo de su padres, las comisuras de la boca me dolían por el esfuerzo de abrir tanto para alojarlo, y me recordó las primeras veces que estuve con Tito, y como luego de cogerme a la fuerza al inicio ahora lo disfrutaba inmensamente, Sería de la misma forma con su padre? Fue cuando tuve conciencia que al igual que su hijo, en el futuro iba a seguir cogiendo con el padre, y la verdad es que me causaba un morbo enorme pero no le iba a dar el gusto al viejo de pedirle que me cogiera.
Me tomó de los cabellos y me dijo que me detuviera, que era hora de gozarme, que me pusiera en cuatro porque quería probar mi conchita por detrás: no podía hacer nada así que le obedecí. Mi baby doll fue arrancado y se quedó tirado en el suelo, el señor me jaló la tanga, no me la quitó, sino que la dejó y solo allá hizo a un lado, dijo que así me veía más puta, se puso detrás de mí y sin demora me comenzó a penetrar. Trataba de que no me doliera ya que aun no estaba caliente, pero realmente era un cipote inmenso, y era bastante brusco: me la metió de tres empujones, lo que me hizo gritar de dolor:
— Aaaayyyyyy… ¡¡espere, no sea bruto!!! ¡¡¡me duele, despacio por favor aaaggh!!... — Creo que entre más gritaba, más fuerte me daba el maldito; ahora lloraba de dolor:
— ¡¡¡Aaaayyy!! ¡¡Ya déjeme maldito viejo, me lastima!!! —
Sin embargo, él no me escuchaba o si lo hacía parecía calentarlo más. Era igual a Tito, ¡solo querían gozar ellos!, su pija estaba terriblemente grande: alcanzó a topar en mi interior más allá de lo que el cipote de Tito había llegado, y además era más gorda, por lo que hacía que mis paredes vaginales se estiraran al máximo, sí había estado con penes de esa magnitud, pero esas ocasiones escurría de lo excitada . Pensé que me iba a desgarrar por lo brusco que estaba haciéndolo, para mí fortuna con lo caliente que me había dejado mi encuentro con su hijo hace unas horas había dejado mi vagina lo suficientemente mojada y dilatada.
Aunque seguía sollozando por la humillación, me enfrasqué en sentir la escena. Él me tenía sujeta de las tetas con sus dedos rasposos, parecía como que hiciera algún trabajo rudo frecuentemente, y a mí me empezó a gustar cómo se sentía esa aspereza sobre mi piel desnuda. Apenas había empezado esta sesión y ya me había engolfado su gigantesca herramienta insertada hasta el límite de mi vagina:
— Muy bien, zorra ¿verdad que te gusta mi verga? —
— Ya por favor ¡Deténgase viejo maldito! —me quejé por lo lleno que sentía mi coño pero la verdad con el ritmo con que me penetraba estaba empezando a sentirse muy rico, jadeaba constantemente pero no quería que se llevara el triunfo tan rápido
— Jajaja, sabía que te iba a gustar, después de enterarme que te estabas dejando encular por Tito, pensé en como hacerle para que disfrutaras de un macho de verdad…hhhm, ahora prepárate puta ¡¡¡porque voy a vaciarme dentro de ti!!! —
— ¡¡No, todavía no!!! ¡¡Espere un poco más!!... —
Pero fue inútil; se vino en mi vagina en una tremenda corrida que hizo que comenzara a salir su leche por un costado de su herramienta y empezará a resbalar por mis piernas. Inmediatamente se salió de mí jadeando mientras yo trataba inútilmente de retener su verga dentro. Me eché para atrás, para evitar que saliera, pero él solo me soltó una nalgada, y se tiró a un lado mío dejando ese hueco entre mis piernas; otra vez me quedó el desaire de un orgasmo a medias. Sólo me faltaba muy poco para lograr mi orgasmo, pero el daño ya estaba hecho…
Haciéndome ya a la idea de que estaba a su merced, me quedé quieta en el sillón, aún en cuatro, esperando a que se repusiera, si era igual a su hijo no iba a conformarse solo con esto. Los restos de su semen resbalaban por mis piernas. Era tanto que parecía que no se había descargado en semanas. Por ahora tenía que esperar. Ya tendría mi oportunidad de tener mi merecido orgasmo.
— ¿Así que así coge la puta de mi hijo? Bien dicen que los hijos aprenden de sus padres, y tú sacaste lo puta de tu madre. Y yo que pensaba que las vecinas eran muy decentes, si no hubiera sido porque descubrí a Tito con tu madre, cogiendo aquí en mi casa… ¡el muy bastardo! Le dije que si quería estar en esta casa tenía que compartir a la puta en turno. Y así fue como cogí a la puta de tu madre. No estuvo mal, debo decirlo. Pero fue entonces cuando me enteré que también se cogía a la hija, y le exigí que también me tenía que dejarte coger, se puso como energúmeno y se negó, por lo que tuve que correrlo de la casa. Hace poco me dijo que quería volver aquí, le dije que le prestaba la casa si me prestaba a su otra puta, y otra vez se negó. ¡¡Fue cuando decidí jugármela, le dije que fueramos a un hotel para cogernos a tu madre entre los dos, le robé su celular y mandé un mensaje haciéndote creer que Tito te citaba aquí y mira si me ha funcionado!!! Pero ¿qué tal te fue con mi verga putilla?! ¿Ahora ya sabes lo que es un hombre?! Jajaja — se reía igual que Tito, y tenían casi la misma complexión; yo no hubiera podido descubrirlos en las penumbras, solamente por su olor y el tamaño de su miembro.
— Bien zorrita, ya está bien de descanso, he venido a culearte toda la noche, así que ¡¡prepárate!! ¿Te gustó mi verga zorra?? ¡¡contesta!! —Yo no dije nada, pero hice una mueca de asco, por lo que furioso, me tomó de la muñeca y luego de un par de bofetadas me obligó a ponerme sobre sus piernas y con mis nalgas al aire, y tal como una niña reprendida por su padre fue ahí que comenzó a darme de nalgadas.
— Así que eres una puta malcriada, bueno, vamos a corregir esto —
Yo empecé a gritar y decirle que parara, aún cuando comencé a sentir esa picazón en mis nalgas (que me daban un placer que no había sentido jamás), intentaba taparme con las manos lo que hizo que siguiera el castigo, no podía creerlo, estaba disfrutando a la vez con esas palmadas que además me hacían sentir aún más humillada:
— ¡¡Anda, puta, no voy a dejar de nalguearte hasta que me contestes!!! —
— Aaaayy Hhmmmhh aaaahhhh — sólo atiné a gemir. Igual entre cada nalgada aprovechaba para sobarme mi concha seguido de hasta 3 dedos en mi interior por lo que conseguía arrancarme gemidos de placer. Lo dejé a propósito darme algunos golpes más. Solo hasta que sentí mi piel arder me permití decir un si bajito.
— ¡Bien, entonces prepárate a recibir tu castigo! — De forma repentina detuvo sus nalgadas cuando estaba sintiendo más rico: — Escoge tu castigo zorra… ¡Me vas a ofrecer el culo o termina esto y te largas de aquí! —
— ¡¿Qué?!... — le pregunté, no podía creer que iba a salir así de fácil? Que tan sólo iba a dejarme marchar sin aprovecharse de un cuerpo juvenil.
— Sí, tu castigo si decides terminar esto es que te saque a la calle así como estás encuerada, a ver quién de los vecinos te ve, además de quedarte mal cogida… O me dejas que te la dé entera por el culo… Tú escoges… —
Lo pensé por unos segundos, si de verdad escogía irme, me arriesgaba a que cumpliera su amenaza, aunque para esa hora de la noche era seguro que la calle estuviera vacía, las llaves de mi casa las tenía en la bata, la cual estaba muy lejos de la puerta para tomarla y salir corriendo y tendría que tocar, y cómo explicaría mi estado sobre todo si era mi padrastro el que abriera? Además, así de caliente como estaba, mi cuerpo me pedía sexo, y no quería perderme la oportunidad. Obvio me preocupaba que me pudiera hacer daño el tamaño de su miembro, y seguro no iba a ser muy suave.
— Bien, veo que tu decisión es rápida — me dijo tomándome de la muñeca y jalandome hacia el patio. Sentí el frío de la noche sobre mi cuerpo desnudo y nos dirigimos a la puerta, cuando empezó a desarmar el cerrojo me di cuenta que hablaba en serio, así que tenía que decidirme rápido.
— ¡No! ¡Espere! — Le dije y en mi mente empecé a imaginar qué sentiría tener esa pija en mi culo. Si ya Tito me había estrenado la cola de forma salvaje y a pesar de lo brusco que fue y el tamaño de su pija me había hecho sentir uno de los orgasmos más fuertes que había experimentado, ¿cómo se sentiría hacerlo con una pija tan gruesa, es la más gruesa que he tenido frente a mi? Pasaba por alto lo difícil que iba a ser hacer pasar ese diámetro por mi agujerito, sin contar conque seguro no lo haría de forma delicada, pero en esos momentos decidí volverme esclava de mi sexo y mi culo quería probar esa pija que, al menos, estaba a mi disposición. Y no tenía muchas opciones.
— ¡Solo prométame que lo hará con cuidado, para que no me lastime ! —
—¡Pero si serás puta, niña! Está bien, trataré de hacértelo suave, ¡pero no esperes muchas consideraciones! —
Bien ¡¿qué desea que haga?! —Le dije ya en estado obediente, ya me sentía una guarra sumisa con lo que me estaba pasando, ¡y eso me calentaba mucho!
— Primero quiero que me la levantes a todo, déjame follarte esa boquita. Y por haberte tardado en decidir, me lo vas a hacer aquí afuera —
El frío de la madrugada me dejó todo el cuerpo temblando, pero no había nada que discutir. Me acerqué seductoramente tal como me había enseñado Tito, y tomando su cipote entre mis manos, las subía y bajaba mientras me ponía de rodillas y sin dejar de subir y bajar mis manos chupaba la cabeza en un intento por levantarla. Así como estaba a medio crecer podía sujetarla bien, pero a medida que empezó a ponerse dura, mis manos no alcanzaban a abrazarla toda, y el largo era impresionante, igual que la de su hijo, pero el grosor era simplemente imponente.
Agachada cómo estaba lo mamé, despacio, como si fuera una paleta de dulce, le acariciaba los huevos y seguía, poco a poco, las comisuras de los labios me dolían, de pronto me dió una bofetada y me dijo,
— Sigue, perra, que quiero que entre hasta el fondo —
Con lágrimas en los ojos lo intentaba meter más, pero luego de la mitad me daba asco y lo sacaba tosiendo, así que me tomó de la cabeza y empujándome hacia su erecta herramienta, me forzó a metérmela lo más que podía, sentía que me ahogaba y que vomitaba pero así me la dejó presionando por unos segundos, no me dejó salirme, luego lo repitió varias veces. Me tiraba del cabello para marcarme el ritmo por lo que me dolía con cada tirón que me daba. Estaba ahí enmedio del patio desnuda, asustada, excitada, adolorida, golpeada, con escalofríos en el cuerpo por el frío de la madrugada, la quijada tensa al máximo y con los ojos húmedos por el esfuerzo, ya no sabía qué hacer, solo quedaba aguantar, luego de dejarla dentro de mi boca pensó que era suficiente para pasar a lo que seguía. Me alzó del brazo y empujándome de vuelta al cuarto me tiró en el sofá y abriéndome al máximo las piernas me empezó a lamer, succionó cada parte de mi cuerpo, me dijo que me olvidará de Tito, a partir de ahora ya sólo era su puta y de nadie más, me lamía extendiendo su lengua desde el ano hasta la vagina, y todo esto me lo hacía de forma muy brusca. Después de terminar de lamerme, me ordenó alzar mis piernas y aventarlas hacia atrás, parándole el culo en la orilla del sofá hasta que mis rodillas pegaron con mi cabeza y así me lamió completa desde el culo a la vagina, estaba húmeda y mojada, comencé a gemir mucho, estaba super excitada y gemía con cada lamida, grité como nunca, empecé a gritar cosas que nunca imaginaría posible y a olvidarme que estaba con un viejo asqueroso:
— Aaaah si, siga, siga chupando. No se detenga por favor, mmmh, mmmmmm, que rico —
— Así me gusta puta, ahora date la vuelta y recárgate en el sillón como la perra que eres! Y deja parada lo más que puedas tu cola, sepárate las nalgas con las manos para que pueda entrar más fácilmente, y prepárate ¡¡que te voy a reventar el culo!! —
Continúa....
2 comentarios - Vecino pervertido parte 8