Lo que voy a contarles ocurrió en Montevideo, hace unos 25 años. Para mí fue el comienzo de un camino en la sexualidad compartida. Eramos tres amigos de la secundaria, ella fue mi pareja juvenil unos años, mientras que con él compartíamos la universidad. La vida lleva por caminos separados al madurar, lo que hizo que cada uno tuviera su pareja, aunque ella no convivía. Si bien con ella dejamos de ser pareja, la química se mantenía, y de vez en cuando nos encontrábamos para charlar y coger. Una vez, me dijo que se había encontrado con nuestro amigo, y que todo había terminado en un polvo espectacular. Obviamente tuvo mis felicitaciones, que luego extendí a él en cuanto pude. Así ella nos llamaba "sus hombrezuelos", y los dos sabíamos claramente que ella cogía con ambos. Había muchas bromas y risas al respecto, y cuando me llamaba para un encuentro y no podía, simplemente le decía "que te atienda él", lo que puntualmente cumplía. Y lo que nos trae a este relato, ocurrió un día en que habíamos tenido que ir los dos a trabajar en un proyecto en Salto, y estábamos regresando a Montevideo. Unas 5 horas de autobús, con llegada programada sobre la medianoche. Cuando la charla sobre el proyecto terminó, la conversación derivó hacia ella... compartir las experiencias, lo que ella nos había contado que hacía con el otro, lo que le gustaba y lo que nos imaginábamos. Obviamente en algún momento se habló de hacer un trío, ya que nos llevábamos tan bien en la cama con ella. Por esos tiempos no había mensajería instantánea, sólo SMS y llamadas telefónicas. Un SMS con "Queres coger esta noche con los dos?" desató una ola de preparativos mentales y prácticos. Mensajes avisándo que llegábamos mas tarde a las respectivas casas.. y un taxi de la terminal al apartamento de ella. A la llegada hubo nervios iniciales...pero nos recibió en bata, y con un beso en la boca a cada uno por su turno en entrar! Nos comió la boca, como sabía hacerlo desde hace tiempo. Los respectivos bultos se mostraban francamente debajo de los pantalones... la abrazamos en medio de los dos, chuponeaba con uno, y el otro le apretaba el culito.. después de dos vueltas la bata cayó, y quedó completamente desnuda entre los dos hombres. Una boca en cada teta la hicieron soltar los primeras exclamaciones. Nos desnudó a ambos, uno por uno, y viendo como lo hacía con el otro.. un placer visual total. Por primera vez estuve frente a una verga ajena erecta, enorme, brillante.. Y esa mujer que había amado en mis primeros años se la comenzó a comer, a lamer, tocar... No sabía qué me excitaba más, si lo que veía, lo que sentía al respecto, o las sensaciones físicas cuando ella hacía lo propio con mi verga, mamando como la experta que es.. La recostamos, y abrí sus piernas. Comencé a lamer esa concha amiga, empapada, que estaba pidiendo visita a gritos. Lengua y dedos preparaban el terreno para lo que vendría luego, y mientra tanto, mi amigo se acercó a su boca desde el otro lado, apoyando sus bolas en la frente de ella y ofreciéndole la cabeza de la pija en los labios, que obviamente se abrieron y engulleron. Así pasaron los instantes, ella mamando boca arriba una verga que le invadía la boca, y yo chupándole la conchita y el culo como sabía que la enloquecía. Se sacó la verga que tenía en la boca, y dijo bien claramente "quiero sentir las dos en la boca, ahora" Nos colocamos uno a cada lado de su cara, ofreciéndole las vergas, que tomó una en cada mano, y se hundió en la boca. Apenas cabían, le estiraban los labios, la lengua se movía adentro.. y su cabeza subía y bajaba para mamarnos. Un hilo de saliva cayó a su mentón, que tuve a bien recoger con el dedo y saborear. En un momento mi amigo dijo con voz de pánico "las pijas se están tocando!" y le sacó la suya de la boca. Y si, las cabezas de las vergas estaban frotándose entre sí, con sus labios, con su lengua.. compartiendo ese espacio que quedaba chico.. Él se retiró a un sofá, y se quedó viéndonos con cara de espanto... mientras ella y yo no podíamos creer lo que había pasado El amagó a vestirse, se puso la camisa.. mientras tanto la concha de ella brillaba de empapada, y mi verga era un mástil. Ella se puso en cuatro sobre la cama, le ofreció su culo y le dijo claramente, vení, ponémela acá como vos sabes... pero no fue suficiente tentación, su pija ya se había bajado. Nos miramos, esto no puede quedar así... nos giramos para que nos viera bien, y le dimos un show de 69 que para mi fue inolvidable. Ella debajo, le hice acabar dos veces al hilo a pura lengua y dedos, mientras le cogía la boca. Me mamó, y el chorro de mi eyaculación lo volcó en sus tetas... una delicia! Nos acompañó a la puerta en bata, con las tetas salpicadas de leche, y nos despedimos dejando una conversación pendiente para el día siguiente. Con mi amigo nos fuimos juntos, hablando muy poco. Pero no quedó así, tuvo segunda y tercera parte, espectaculares.
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