Cuando por fin volví a Buenos Aires estaba como si me hubieran drogado. Estaba en una nube de depresión y apatía. Por supuesto Belén no me había ido a buscar al aeropuerto y no me contestaba los mensajes. Me tuve que tomar un remis que me costó un huevo.
Cuando llegué por fin a mi casa ya era media tarde y temía encontrarme a los dos albañiles y a Belén juntos, pero no. La casa estaba en silencio. Entre y la vi a Belén dormida en nuestra cama, ni rastro de los hijos de puta de Roberto y Matias. La desperté y me dijo que la disculpe, que estaba cansadisima y se había quedado dormida.
Me saludo fría y muy distante, distraída. Como si le chupara un huevo que yo esté ahí. Me pregunto como me había ido y le dije que bien, no se por que. Me llevó a ver cómo había quedado la obra, diciéndome que faltaban unos detallitos nada mas que no se iban a ver. Ahí fue cuando no aguante más y le dije todo a Belén, que sabía todo, llorando de bronca. Empezamos a discutir pero entre lo cansado y embobado mentalmente que yo estaba y la frialdad y distancia de ella, no fue una discusión muy subida de tono.
Le dije que había visto todos los videos y se sorprendió, porque Roberto le había dicho que los videos eran para él y para Mati. Igual pareció importarle muy poco que yo los hubiera visto. Dijo que conociéndome estaba segura que me habría masturbado con todo eso. Por supuesto que se lo negué, no se si me creyó o no. Al final me dijo que no quería saber más nada conmigo, que ya fue y que ya sentía muy poco por mi. Le dije si era por Roberto y Mati y me dijo que no, que nada que ver. Que lo que había pasado había pasado, pero que estaba muy confundida por todo y no se sentía bien mentalmente. Que hoy iba a dormir ahí en la que todavía era nuestra casa pero que al día siguiente iba a juntar sus pocas cosas y volverse con sus padres, que ya lo habìa hablado y le dijeron que si.
Yo ya sin ganas de pelear ni de querer retenerla, le dije que sí, que se fuera y que quedariamos como amigos si ella quería. Al otro día se fue, me despidió con un beso en la mejilla, diciendome que la había pasado muy bien conmigo, que siempre me quiso mucho y que era una pena que todo terminara así. Yo le dije lo mismo. Nos despedimos bien y la vi irse.
Y esa fue la última vez que la vi. Pensé que enseguida el forro de Roberto me iba a empezar a boludear por chat, mandándome videos de Belén en su casa con él o algo así, que era lo que mi cerebro cornudo se imaginaba… pero no. Nada. No recibí mensajes de Roberto. Era como que había pasado todo lo que pasó, un huracán de golpe, y de un dia para el otro había dejado de llover y había salido el sol. Con el tiempo, a través de conocidos que nos habían quedado un poco en común, yo quise averiguar que era de la vida de Belen, pero me decían que la veían de vez en cuando en la facultad y nada más. Charlaban algunas cosas y solo eso. No sabían nada más de ella, solo que a ella se la veía bien, normal.
Por recomendación de un amigo empecé a hacer terapia. El no sabía todo lo que había pasado y nunca le conté, pero me veía tan mal que me lo sugirió. Hice meses y meses de terapia y realmente me ayudó mucho. Pude enterrar a mi cerebro cornudo, no permitir que tome el las decisiones y volví a ponerlo de fondo, tenue, como siempre había estado. Me ayudó mucho. Con los meses conocí a una chica en otro evento y nos gustamos. Salimos un par de veces y si bien no habiamos llegado a tener sexo todavia, la pasamos muy bien.
Estaba tranquilo hasta que meses después, a fines de Diciembre y luego de tantos meses sin saber nada de nadie, me llegó de la nada un mensaje de Roberto. El pelotudo estaba mandando tarjetitas de navidad a sus conocidos por Whatsapp para las fiestas y no se si para joderme me la mandó a mi también.
Yo sencillamente no podía creer lo que estaba viendo. Ahí estaba Belén, ya embarazada y con una panza enorme, mientras Roberto se la cogía dulcemente y suavecito desde atrás, seguro dándole placer en la conchita por la cara de éxtasis que tenía Belen. El negro de mierda le acariciaba la pancita hermosa y grande que tenia, sintiendo la hinchazon del hijo que ella llevaba adentro. Las manos del albañil también le disfrutaban y estrujaban las tetas que se le habían agrandado notablemente, ya llenas de leche y poniéndose listas para amamantar cuando el momento llegue. Estaba seguro que se le iban a hinchar aún más. Belén estaba extasiada al sentir a su macho disfrutar tanto de su cuerpo de embarazada y se lo hacía saber constantemente con sus gemidos y pequeñas acabaditas dulces.
En el otro video era lo mismo, los dos amandose y disfrutandose, con la panza enorme de Belén casi en primer plano, gimiendo y gritando mientras que Roberto le llenaba el culo de pija, como a ella le gustaba tanto. Las tetas las tenía tan grandes e hinchadas que le caían un poco a sus costados, llenas y pesadas. El negro de mierda de Roberto se las estrujaba dulcemente y a ella le encantaba.
Estaba seguro que los videos los había grabado el pelotudo de Matias, pese a que no se lo veía, porque estaban filmados como el orto.
Toda la terapia se me esfumó en ese instante. Ya pasó más de un mes y todavía estoy así, hecho una piltrafa como cuando estaba en Brasil. Roberto todavía no me mandó nada. Debe estar ocupado con el bebé. La chica con la que empecé a salir no entiende nada y no le puedo decir nada. Me ve asi como estoy y cuando yo la miro ya le veo en los ojos la idea. Ya se le nota. Que hace con un tipo hecho mierda como yo y hasta cuando va a aguantar verme asi antes de por fin decidir dejarme de una vez.
Y yo mientras tanto lo único que puedo pensar es que ya estoy con pánico a que pase el tiempo y llegue el año próximo y de pronto un dia recibir de la nada otro mensaje de Roberto.
Cuando llegué por fin a mi casa ya era media tarde y temía encontrarme a los dos albañiles y a Belén juntos, pero no. La casa estaba en silencio. Entre y la vi a Belén dormida en nuestra cama, ni rastro de los hijos de puta de Roberto y Matias. La desperté y me dijo que la disculpe, que estaba cansadisima y se había quedado dormida.
Me saludo fría y muy distante, distraída. Como si le chupara un huevo que yo esté ahí. Me pregunto como me había ido y le dije que bien, no se por que. Me llevó a ver cómo había quedado la obra, diciéndome que faltaban unos detallitos nada mas que no se iban a ver. Ahí fue cuando no aguante más y le dije todo a Belén, que sabía todo, llorando de bronca. Empezamos a discutir pero entre lo cansado y embobado mentalmente que yo estaba y la frialdad y distancia de ella, no fue una discusión muy subida de tono.
Le dije que había visto todos los videos y se sorprendió, porque Roberto le había dicho que los videos eran para él y para Mati. Igual pareció importarle muy poco que yo los hubiera visto. Dijo que conociéndome estaba segura que me habría masturbado con todo eso. Por supuesto que se lo negué, no se si me creyó o no. Al final me dijo que no quería saber más nada conmigo, que ya fue y que ya sentía muy poco por mi. Le dije si era por Roberto y Mati y me dijo que no, que nada que ver. Que lo que había pasado había pasado, pero que estaba muy confundida por todo y no se sentía bien mentalmente. Que hoy iba a dormir ahí en la que todavía era nuestra casa pero que al día siguiente iba a juntar sus pocas cosas y volverse con sus padres, que ya lo habìa hablado y le dijeron que si.
Yo ya sin ganas de pelear ni de querer retenerla, le dije que sí, que se fuera y que quedariamos como amigos si ella quería. Al otro día se fue, me despidió con un beso en la mejilla, diciendome que la había pasado muy bien conmigo, que siempre me quiso mucho y que era una pena que todo terminara así. Yo le dije lo mismo. Nos despedimos bien y la vi irse.
Y esa fue la última vez que la vi. Pensé que enseguida el forro de Roberto me iba a empezar a boludear por chat, mandándome videos de Belén en su casa con él o algo así, que era lo que mi cerebro cornudo se imaginaba… pero no. Nada. No recibí mensajes de Roberto. Era como que había pasado todo lo que pasó, un huracán de golpe, y de un dia para el otro había dejado de llover y había salido el sol. Con el tiempo, a través de conocidos que nos habían quedado un poco en común, yo quise averiguar que era de la vida de Belen, pero me decían que la veían de vez en cuando en la facultad y nada más. Charlaban algunas cosas y solo eso. No sabían nada más de ella, solo que a ella se la veía bien, normal.
Por recomendación de un amigo empecé a hacer terapia. El no sabía todo lo que había pasado y nunca le conté, pero me veía tan mal que me lo sugirió. Hice meses y meses de terapia y realmente me ayudó mucho. Pude enterrar a mi cerebro cornudo, no permitir que tome el las decisiones y volví a ponerlo de fondo, tenue, como siempre había estado. Me ayudó mucho. Con los meses conocí a una chica en otro evento y nos gustamos. Salimos un par de veces y si bien no habiamos llegado a tener sexo todavia, la pasamos muy bien.
Estaba tranquilo hasta que meses después, a fines de Diciembre y luego de tantos meses sin saber nada de nadie, me llegó de la nada un mensaje de Roberto. El pelotudo estaba mandando tarjetitas de navidad a sus conocidos por Whatsapp para las fiestas y no se si para joderme me la mandó a mi también.
Yo sencillamente no podía creer lo que estaba viendo. Ahí estaba Belén, ya embarazada y con una panza enorme, mientras Roberto se la cogía dulcemente y suavecito desde atrás, seguro dándole placer en la conchita por la cara de éxtasis que tenía Belen. El negro de mierda le acariciaba la pancita hermosa y grande que tenia, sintiendo la hinchazon del hijo que ella llevaba adentro. Las manos del albañil también le disfrutaban y estrujaban las tetas que se le habían agrandado notablemente, ya llenas de leche y poniéndose listas para amamantar cuando el momento llegue. Estaba seguro que se le iban a hinchar aún más. Belén estaba extasiada al sentir a su macho disfrutar tanto de su cuerpo de embarazada y se lo hacía saber constantemente con sus gemidos y pequeñas acabaditas dulces.
En el otro video era lo mismo, los dos amandose y disfrutandose, con la panza enorme de Belén casi en primer plano, gimiendo y gritando mientras que Roberto le llenaba el culo de pija, como a ella le gustaba tanto. Las tetas las tenía tan grandes e hinchadas que le caían un poco a sus costados, llenas y pesadas. El negro de mierda de Roberto se las estrujaba dulcemente y a ella le encantaba.
Estaba seguro que los videos los había grabado el pelotudo de Matias, pese a que no se lo veía, porque estaban filmados como el orto.
Toda la terapia se me esfumó en ese instante. Ya pasó más de un mes y todavía estoy así, hecho una piltrafa como cuando estaba en Brasil. Roberto todavía no me mandó nada. Debe estar ocupado con el bebé. La chica con la que empecé a salir no entiende nada y no le puedo decir nada. Me ve asi como estoy y cuando yo la miro ya le veo en los ojos la idea. Ya se le nota. Que hace con un tipo hecho mierda como yo y hasta cuando va a aguantar verme asi antes de por fin decidir dejarme de una vez.
Y yo mientras tanto lo único que puedo pensar es que ya estoy con pánico a que pase el tiempo y llegue el año próximo y de pronto un dia recibir de la nada otro mensaje de Roberto.
14 comentarios - Corneado y Boludeado - Parte 10 (fin)
Como siempre, gracias a todos por los comentarios en partes anteriores y me alegro que les haya gustado. Y si no les gustó, bueno, tengo un albañil de confianza para recomendarles, si necesitan... 🙂
PD: ahora espero la proxima entrega.