Mi madre era bastante puta y nunca tuvo una relación seria con un solo hombre.
Se acostaba abiertamente con unos 3 o 5 hombres a la vez. La lista cambiaba con regularidad. No era raro que 2, 3, a veces 4 o más de sus novios vinieran a nuestra casa en un día para follarla.
La habitación de mi madre estaba arriba, así que normalmente era yo quien abría la puerta. Me saludaban y luego subían. Me excitaba escuchándolos follar en el sofá de la sala de estar. La mayoría de las veces, después de que se iban, ella bajaba a tomar una copa o me pedía que le trajera una. Siempre esperaba que bajara. Si lo hacía, había muchas posibilidades de que pudiera ver su culo y su coño recién follado desde atrás cuando volviera a subir sin nada más que una camiseta.
Ser testigo del comportamiento de puta de mi madre abiertamente era parte de mi vida. Estoy agradecido de que no fuera a moteles y me ocultara su sexualidad el 99% del tiempo. Ojalá hubiera podido estar en la habitación del motel cuando ella fue.
Se lió con un tipo que las primeras veces que cogieron fue en la casa. Escuché a mi madre follar incontables veces durante años, pero nunca nada como lo que escuché cuando él se la cogió. Fue intenso, duro y resistente mucho más. Desafortunadamente, solo sucedió en casa un puñado de veces. La última vez lo escuché preguntarle si podía conseguir una habitación y traer a un amigo suyo para follar juntos. Cada vez que la reconocían, se iba con un abrigo largo desnudo debajo y llevando una bolsa de lubricante y juguetes.
Me he imaginado lo que pasó en esa habitación de motel muchas veces. Realmente desearía que hubiera sucedido en casa.
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