Al otro día yo ya estaba hecho una piltrafa. Después de dos días realmente sin poder dormir, pensando en todo ésto, masturbado hasta que se me vaciaron los huevos y encima con todo el stress del torneo. Lo último que necesitaba era al pelotudo de Roberto forreándome por Whatsapp, pero el hijo de puta siempre arrancaba a la mañana para arruinarme bien el resto del día.
Yo no sabía realmente qué hacer. Para colmo los engranajes de cornudo los tenía girándome a full todo el día y Roberto dejó de boludearme por chat por toda la tarde. Nada. Silencio radial.
Si le pagaba, primero que era un montón de guita que yo no quería gastar. Y segundo que nada me garantizaba que yo le pagara y él se la cogiera igual. Si pasaba eso encima de cornudo iba a quedar como un pelotudazo de primera clase. Por otra parte, si no le pagaba… bueno, me ahorraba un montón de plata y satisfacía a mi cerebrito cornudo, que ya estaba festejando por anticipado imaginándoselo todo. Le mandé mensajes a Belén durante el día y ella me decía que estaba todo bien, que me extrañaba. Que Mati y Roberto estaban trabajando tranquilos, que la obra avanzaba, lento, pero avanzaba. No me dijo nada de la chupada de pija a Roberto de hoy a la mañana, ni me iba a decir. Si no me dijo de la de Matías o de la de Roberto ayer menos me iba a decir de ésta.
La hija de puta me estaba recontra engañando y se pensaba que yo no sabía. Y si las cosas eran así, haya plata o no haya plata de por medio, a mi me faltaban tantos días acá en San Pablo que estaba seguro que en algún momento Roberto se la iba a garchar. O el la iba a buscar y la convencía o bien, como me decía Roberto y yo también ya me lo sospechaba, ella estaba caliente con el y lo iría a buscar ella misma. Pero que indefectiblemente iba a suceder y que yo no lo podía evitar, de eso estaba seguro. Ya cuando el hijo de puta de Roberto me pasó la foto de hoy a la mañana y le vi la expresión de placer a Belén nada más por lamer y chupar esa verga enorme, sabía que era más que seguro que en algún momento iban a coger.
Podía pagar y que todo quede en unas pocas chupadas de pija, y confiar en la palabra de Roberto. O podría no pagar y que sea lo que Dios quiera, pero me ahorraba bastante guita y por ahí si Roberto me boludeaba como siempre, me mandaba algo de lo que hizo y me iba a quedar material para satisfacer mis deseos de cornudo por un largo tiempo. Luego de debatirlo, decidí no pagarle y que el plazo de las 6 de la tarde transcurra, sin decir nada. Pensé que a las 6 o antes Roberto me mandaría algún mensaje boludeandome o para ponerme nervioso, pero no mando nada. Lo cual me puso aún más nervioso. Siete de la tarde y nada. Ocho… yo ya estaba hecho un manojo de nervios. Mis amigos de acá querían ir a comer pero les dije que no y me encerré en mi habitación. Le mandaba mensajes a Belén y ni los veía.
Recién a las 9 y media de la noche me llegó el mensaje de Roberto.
Nos les puedo explicar las pajas que me hice con ese video. El negro hijo puta llenándole bien el culo a Belen. Sabía que era ella, por supuesto. Conocía muy bien a su culito y a su conchita, tan hermosos los dos. La verga amarronada y gruesa de Roberto entrándole por su culito hermoso y pálido, abriéndole bien el ano y disfrutando plenamente de mi novia. Hasta el final. Lo peor era el audio. Los gemidos roncos de placer de ese negro de mierda gozando y la vocecita fina de Belén, jadeando de éxtasis y largando hermosas y prolongadas protestas de placer. Y cuando el negro acabo y la llenó de su leche, los sonidos de murmullitos de los besitos y lenguetazos que no se veìan, pero que claramente se estaban dando con la pija del albañil todavia goteandole leche en la espalda a mi novia.
Yo no sabía realmente qué hacer. Para colmo los engranajes de cornudo los tenía girándome a full todo el día y Roberto dejó de boludearme por chat por toda la tarde. Nada. Silencio radial.
Si le pagaba, primero que era un montón de guita que yo no quería gastar. Y segundo que nada me garantizaba que yo le pagara y él se la cogiera igual. Si pasaba eso encima de cornudo iba a quedar como un pelotudazo de primera clase. Por otra parte, si no le pagaba… bueno, me ahorraba un montón de plata y satisfacía a mi cerebrito cornudo, que ya estaba festejando por anticipado imaginándoselo todo. Le mandé mensajes a Belén durante el día y ella me decía que estaba todo bien, que me extrañaba. Que Mati y Roberto estaban trabajando tranquilos, que la obra avanzaba, lento, pero avanzaba. No me dijo nada de la chupada de pija a Roberto de hoy a la mañana, ni me iba a decir. Si no me dijo de la de Matías o de la de Roberto ayer menos me iba a decir de ésta.
La hija de puta me estaba recontra engañando y se pensaba que yo no sabía. Y si las cosas eran así, haya plata o no haya plata de por medio, a mi me faltaban tantos días acá en San Pablo que estaba seguro que en algún momento Roberto se la iba a garchar. O el la iba a buscar y la convencía o bien, como me decía Roberto y yo también ya me lo sospechaba, ella estaba caliente con el y lo iría a buscar ella misma. Pero que indefectiblemente iba a suceder y que yo no lo podía evitar, de eso estaba seguro. Ya cuando el hijo de puta de Roberto me pasó la foto de hoy a la mañana y le vi la expresión de placer a Belén nada más por lamer y chupar esa verga enorme, sabía que era más que seguro que en algún momento iban a coger.
Podía pagar y que todo quede en unas pocas chupadas de pija, y confiar en la palabra de Roberto. O podría no pagar y que sea lo que Dios quiera, pero me ahorraba bastante guita y por ahí si Roberto me boludeaba como siempre, me mandaba algo de lo que hizo y me iba a quedar material para satisfacer mis deseos de cornudo por un largo tiempo. Luego de debatirlo, decidí no pagarle y que el plazo de las 6 de la tarde transcurra, sin decir nada. Pensé que a las 6 o antes Roberto me mandaría algún mensaje boludeandome o para ponerme nervioso, pero no mando nada. Lo cual me puso aún más nervioso. Siete de la tarde y nada. Ocho… yo ya estaba hecho un manojo de nervios. Mis amigos de acá querían ir a comer pero les dije que no y me encerré en mi habitación. Le mandaba mensajes a Belén y ni los veía.
Recién a las 9 y media de la noche me llegó el mensaje de Roberto.
Nos les puedo explicar las pajas que me hice con ese video. El negro hijo puta llenándole bien el culo a Belen. Sabía que era ella, por supuesto. Conocía muy bien a su culito y a su conchita, tan hermosos los dos. La verga amarronada y gruesa de Roberto entrándole por su culito hermoso y pálido, abriéndole bien el ano y disfrutando plenamente de mi novia. Hasta el final. Lo peor era el audio. Los gemidos roncos de placer de ese negro de mierda gozando y la vocecita fina de Belén, jadeando de éxtasis y largando hermosas y prolongadas protestas de placer. Y cuando el negro acabo y la llenó de su leche, los sonidos de murmullitos de los besitos y lenguetazos que no se veìan, pero que claramente se estaban dando con la pija del albañil todavia goteandole leche en la espalda a mi novia.
2 comentarios - Corneado y Boludeado - Parte 6
Esperamos más!!!