Estaba paseando y en una vidriera vi una campera que me encantó. Entré y le dije al vendedor que quería probármela pero en color azul. -Dejame que te la traigo del otro local.
Seguí mirando y probándome otras cosas, perdiendo noción del tiempo que pasaba.
Me estaba probando una remera, cuando abre la puerta y me dice- Disculpame. Acá tenés la campera.
-Podrías haber golpeado antes -Te pido disculpas, pero alcancé a verte las tetas y son divinas
Me quedé sin palabras. El avanzó hacia mi y me dijo -Podríamos pasar un buen rato -No, la verdad no, sos un desubicado- le dije mientras intentaba salir del probador.
-Ni te molestes en gritar, porque cerré el local -Estás loco??? Dejame salir
Me acorraló contra la pared e intentó besarme. -Soltame, quiero irme -Me parece que estás mintiendo -Por qué mentiría? Me tenes encerrada en un local, te tiraste encima mío, como voy a estar tranquila?
-Tenés las tetas muy paradas, la situación me parece que te está excitando
Era verdad, la mezcla de miedo, de adrenalina, me había calentado mucho.
Se acercó, besandome el cuello, traté de resistirme y me agarró de las muñecas bien fuerte
-Dejame salir -En serio, o esto te está calentando más de lo que querés reconocer?
-Dale, dejame. Sacándose el cinturón, me ató las manos. Volaba de la calentura que tenía
-Te quedas bien quietita y ahora te voy a sacar toda la ropa- No, no quiero-Si querés, tenés muchas ganas de que te coja -Si seguis, voy a gritar -Dale, eso me calienta más. Cuando intenté gritar, me puso la mano en la boca y me dijo -No te imaginas como te voy a comer esas tetas de puta que tenés. Me sacó la ropa, dejándome solo la tanga.
Me daba vergüenza estar tan caliente, pero sentía como me iba mojando toda. Me apretó las tetas y me las chupó mordiendome, me pasaba la lengua por los pezones, me los apretaba y me miraba a los ojos y me decía -Como te estás poniendo, mirá como estoy yo. Podía ver el bulto enorme que tenía en el jean y me imaginaba como me la iba a comer toda.
-Quiero irme, te lo digo en serio -Ah si? Entonces porque tenés toda la tanga empapada? Me parece que te voy a meter un dedo. La corrío y me metío el dedo bien fuerte, solté un gemido sin querer -Decime que queres que pare ahora
-Pará por favor
-Esa concha merece un dedo más adentro.
Sentía como movía esos dedos dentro mío, los metía y sacaba cada vez más rápido.
-Dejame sucio
-Yo sucio? y vos toda empapada que sos? Sos mucho más sucia que yo.
Arrastrandome, me llevó a un cuartito que estaba detrás, donde estaba lleno de cajas, ropa y bastante desordenado. Tiró al piso todo lo que había sobre una mesa de madera inmensa, dejándola vacía.
Me subió a la mesa y con una mano, me rompió una tira de la tanga.
-No me lastimes, por favor
-Solo voy a cogerte hasta que vos me pidas que pare.
Metío la boca en mi concha y me la chupó, mientras me la comía me decía -Uhhmm que linda esa concha que tenés, como te la voy a coger y llenar de leche.
Quería que me cogiera hasta acabar, pero toda la situación era tan caliente, que seguía todo el juego que el proponía.
Se sacó toda la ropa, me bajó de la mesa, me arrodillo en el suelo y me puso la pija en la boca
-Comela bien putita, tragatela toda
Le chupaba la punta, me la metía un poco más adentro, pero no la tragaba entera.
-Te dije toda y comenzó a cogerme la boca, sin parar, me ahogaba, me lloraban los ojos y el no paraba.
Cuando vio que me estaba ahogando de verdad, me sacó y me subió a la mesa nuevamente, el se subió también y poniéndome las piernas al hombro, me clavó toda la pija.
Nos movíamos como animales, creo que nuestros gemidos se debían escuchar hasta la puerta.
-Soltame las manos por favor, porque ya no las siento.
-Te voy a desatar pero de acá no te vas
Estaba tan caliente, que quería seguir jugando y sentirme forzada por el.
Fingí que iba a escaparme, me agarró de los brazos y me apoyó en el borde de la mesa, mientras presionaba fuertemente mi espalda
-Doblate más, deja el culo bien parado. Que apretadito lo tenés, que bien me va a entrar la pija ahí. Agarrandome bien fuerte del culo, me lo escupió y me metió un dedo
-Te lo voy a dejar bien dilatado antes de cogerte. Me cogía con ese dedo grande, que me iba abriendo cada vez más
-Que pedazo de puta sos, como estas toda mojada, ese culo está pidiendo pija. Dejandome el dedo, empezó a meterme la punta. Nunca me había abierto tanto.
Cuando notó que ya no podía aguantar más, me sacó el dedo y me clavó toda la pija.
Arqueaba mi espalda para que me penetrara más profundo. El me empujaba bien fuerte, palmeándome el culo, apretándolo, jadeaba mientras me decía -Como se te abre ese culo hermoso. La leche se te va a caer de toda la que te voy a dar.
-Damela toda. Empezó a moverse más fuerte y rápido, sus gemidos eran muy fuertes. Clavandome las uñas en el culo sentí como acababa.
-Ponete boca arriba. No terminaba de acomodarme y me metío dos dedos en la concha mientras me pajeaba. -Gozá, ya tenés toda la leche en el culo, ahora acabá como la buena puta que sos. Movía sus dedos sin parar hasta hacerme chorrear toda
-Cuando te ví entrar me di cuenta que querías pija, ahora agarrá toda tus cosas y vestite.
Como un autómata empecé a vestirme, me tiró la tanga en la cara diciendome -Mira el olor a puta que tiene, cuando quieras una buena cogida volvé.
Me llevó a la puerta y dandome la campera azul me dijo -Tomá, te la ganaste, o de verdad te creiste que venía de otro local?
Salí confundida, excitada al mismo tiempo, me sentía maltratada, forzada y al mismo tiempo caliente por todo lo que había pasado.
Voy a empezar a ir a probarme ropa muy seguido...
Seguí mirando y probándome otras cosas, perdiendo noción del tiempo que pasaba.
Me estaba probando una remera, cuando abre la puerta y me dice- Disculpame. Acá tenés la campera.
-Podrías haber golpeado antes -Te pido disculpas, pero alcancé a verte las tetas y son divinas
Me quedé sin palabras. El avanzó hacia mi y me dijo -Podríamos pasar un buen rato -No, la verdad no, sos un desubicado- le dije mientras intentaba salir del probador.
-Ni te molestes en gritar, porque cerré el local -Estás loco??? Dejame salir
Me acorraló contra la pared e intentó besarme. -Soltame, quiero irme -Me parece que estás mintiendo -Por qué mentiría? Me tenes encerrada en un local, te tiraste encima mío, como voy a estar tranquila?
-Tenés las tetas muy paradas, la situación me parece que te está excitando
Era verdad, la mezcla de miedo, de adrenalina, me había calentado mucho.
Se acercó, besandome el cuello, traté de resistirme y me agarró de las muñecas bien fuerte
-Dejame salir -En serio, o esto te está calentando más de lo que querés reconocer?
-Dale, dejame. Sacándose el cinturón, me ató las manos. Volaba de la calentura que tenía
-Te quedas bien quietita y ahora te voy a sacar toda la ropa- No, no quiero-Si querés, tenés muchas ganas de que te coja -Si seguis, voy a gritar -Dale, eso me calienta más. Cuando intenté gritar, me puso la mano en la boca y me dijo -No te imaginas como te voy a comer esas tetas de puta que tenés. Me sacó la ropa, dejándome solo la tanga.
Me daba vergüenza estar tan caliente, pero sentía como me iba mojando toda. Me apretó las tetas y me las chupó mordiendome, me pasaba la lengua por los pezones, me los apretaba y me miraba a los ojos y me decía -Como te estás poniendo, mirá como estoy yo. Podía ver el bulto enorme que tenía en el jean y me imaginaba como me la iba a comer toda.
-Quiero irme, te lo digo en serio -Ah si? Entonces porque tenés toda la tanga empapada? Me parece que te voy a meter un dedo. La corrío y me metío el dedo bien fuerte, solté un gemido sin querer -Decime que queres que pare ahora
-Pará por favor
-Esa concha merece un dedo más adentro.
Sentía como movía esos dedos dentro mío, los metía y sacaba cada vez más rápido.
-Dejame sucio
-Yo sucio? y vos toda empapada que sos? Sos mucho más sucia que yo.
Arrastrandome, me llevó a un cuartito que estaba detrás, donde estaba lleno de cajas, ropa y bastante desordenado. Tiró al piso todo lo que había sobre una mesa de madera inmensa, dejándola vacía.
Me subió a la mesa y con una mano, me rompió una tira de la tanga.
-No me lastimes, por favor
-Solo voy a cogerte hasta que vos me pidas que pare.
Metío la boca en mi concha y me la chupó, mientras me la comía me decía -Uhhmm que linda esa concha que tenés, como te la voy a coger y llenar de leche.
Quería que me cogiera hasta acabar, pero toda la situación era tan caliente, que seguía todo el juego que el proponía.
Se sacó toda la ropa, me bajó de la mesa, me arrodillo en el suelo y me puso la pija en la boca
-Comela bien putita, tragatela toda
Le chupaba la punta, me la metía un poco más adentro, pero no la tragaba entera.
-Te dije toda y comenzó a cogerme la boca, sin parar, me ahogaba, me lloraban los ojos y el no paraba.
Cuando vio que me estaba ahogando de verdad, me sacó y me subió a la mesa nuevamente, el se subió también y poniéndome las piernas al hombro, me clavó toda la pija.
Nos movíamos como animales, creo que nuestros gemidos se debían escuchar hasta la puerta.
-Soltame las manos por favor, porque ya no las siento.
-Te voy a desatar pero de acá no te vas
Estaba tan caliente, que quería seguir jugando y sentirme forzada por el.
Fingí que iba a escaparme, me agarró de los brazos y me apoyó en el borde de la mesa, mientras presionaba fuertemente mi espalda
-Doblate más, deja el culo bien parado. Que apretadito lo tenés, que bien me va a entrar la pija ahí. Agarrandome bien fuerte del culo, me lo escupió y me metió un dedo
-Te lo voy a dejar bien dilatado antes de cogerte. Me cogía con ese dedo grande, que me iba abriendo cada vez más
-Que pedazo de puta sos, como estas toda mojada, ese culo está pidiendo pija. Dejandome el dedo, empezó a meterme la punta. Nunca me había abierto tanto.
Cuando notó que ya no podía aguantar más, me sacó el dedo y me clavó toda la pija.
Arqueaba mi espalda para que me penetrara más profundo. El me empujaba bien fuerte, palmeándome el culo, apretándolo, jadeaba mientras me decía -Como se te abre ese culo hermoso. La leche se te va a caer de toda la que te voy a dar.
-Damela toda. Empezó a moverse más fuerte y rápido, sus gemidos eran muy fuertes. Clavandome las uñas en el culo sentí como acababa.
-Ponete boca arriba. No terminaba de acomodarme y me metío dos dedos en la concha mientras me pajeaba. -Gozá, ya tenés toda la leche en el culo, ahora acabá como la buena puta que sos. Movía sus dedos sin parar hasta hacerme chorrear toda
-Cuando te ví entrar me di cuenta que querías pija, ahora agarrá toda tus cosas y vestite.
Como un autómata empecé a vestirme, me tiró la tanga en la cara diciendome -Mira el olor a puta que tiene, cuando quieras una buena cogida volvé.
Me llevó a la puerta y dandome la campera azul me dijo -Tomá, te la ganaste, o de verdad te creiste que venía de otro local?
Salí confundida, excitada al mismo tiempo, me sentía maltratada, forzada y al mismo tiempo caliente por todo lo que había pasado.
Voy a empezar a ir a probarme ropa muy seguido...
4 comentarios - Sexo en un local de ropa