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Vecino pervertido parte 4

Después de un rato, mis caderas empezaron a moverse por sí solas, un calor recorría toda mi espina dorsal, y gemidos cada vez más fuertes salían de mi garganta, además el muy cabrón usaba una mano para tocarme por debajo el coño, aumentando aún más lo que sentía.

— Mírate perra, que mal que no puse la cámara, te habría grabado como te abri el culo de nuevo, al menos déjame tomar unas fotos de cómo te tengo, montada como una vulgar perra, para que después recuerdes quien te rompió el culo, te lo voy a follar tan fuerte que no vas a poder sentarte en un mes —
— Ahhhhh, malditooooo con cuidado que me lastimas, aaaaaah Aaaaahhgg —gritaba a la vez que mis caderas aumentaban el ritmo.
Vecino pervertido parte 4
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Yo sentía un calor indescriptible y cada vez me excitaba más y más, mi cuerpo comenzaba a moverse por instinto y a culear cada vez a mayor velocidad, como solo las hembras se mueven para elevar su placer. Cuando comenzó a acelerar las embestidas, volteé a mirarlo, observaba cómo mis senos y nalgas se movían al compás de sus embestidas, mientras me apuntaba por la cámara de su celular. Entonces me liberé de todo pensamiento, dejé mi decencia y ataduras y comencé a gozarlo y a gritarle:

— Aaaayyyyy, hijo de puta, la tengo hasta el fondo de mi culo, me estás matando, me dueleee, maldito gordo maricón, infeliz de mierda, ¡¡me estás rompiendo el culoooo!! —
Mis palabras lo pusieron a full y sus estocadas se hicieron más rápidas, eran terribles, parecía como si quisiera reventarme la cola, dejó el celular, puso una mano en mi espalda y la empujó hacia abajo, dejando mi cola más levantada y expuesta, y después me tomó con firmeza de mis caderas mientras que seguía bombeando a un ritmo infernal, que me hacía gemir cada vez más, y ya no lo podía disimular
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Vecino
segunda parte


— ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh! ¡¡Ahh!! ¡¡Hijo de puta, me partes toda!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! Cabrón… Sigueeee. No te detengas. ¡¡Termina de romper mi culoooo!! —

— Hahahahaha, eso perra, suplica para que te siga rompiendo el culo, que gusto me estoy dando. Ahora te lo voy a llenar de leche..—

De pronto sentí su miembro cada vez más duro, y sabía que estaba por acabar, entonces me quedé quieta lo más posible dejándole mi cola a su disposición, él entre jadeos y sudor me gritaba:

— ¡¡Daniela, siempre tuve fantasías de hacerte esto y ahora al fin lo estoy logrando, ¡¡al fin te estoy rompiendo de nuevo ese culazo con el que siempre soñé!! —

Sus fuertes estocadas me hacían ver las estrellas y me hacia gritar cosas sin control
— ¡Agghh, Tito, malparido, gordo de mierda, hijo de puta! Me estás follando el culo. Cógeme infeliz desgraciado, no te detengas, rompe mi culo, sigue cogiéndome, ¡¡rómpeme mi culooo!! —
Luego de esas palabras sentí como empezaba a llenarme con su asqueroso líquido mi culito, entraba muchísimo, bombeó un poco más de tiempo, hasta que la sacó de un tirón, aventando mis caderas hacia un lado, me tomó del pelo violentamente y me giró, dejándome boca arriba en la cama, luego se volvió a poner delante de mí, masturbándose y seguía largando lo que le quedaba de su liquido en mis pechos y mi cara, mientras que gemía sin control

— ¡¡AAhhhhh!! ¡¡AAaahhh!! ¡¡Muy bien putita rica, muy bien!! ¡¡aaahhhh!! ¡¡Siente como te dejo toda llena de mi leche puta!! —

Y seguía acabando sobre mí, como una lluvia de su líquido pegajoso que caía sobre mi cuerpo. Luego de terminar tan bestialmente su respiración no daba más, parecía que se iba a infartar por lo agitado que estaba, yo no abría los ojos por la cantidad de liquido que tenia en mi cara, pero sentía que se había puesto al borde de la cama, como pude me limpié un poco y vi como Tito se vestía, obviamente satisfecho con todo lo que me había hecho, y cuando terminó de vestirse me dijo:
— Ahora me perteneces entera, puta, primero te hice mía por el coño y ahora tu culo también me pertenece, de ahora en adelante tu cuerpo estará a mi disposición para follarte por delante o por el culo cuando se me antoje y serás mi putita siempre que quiera ¿Entendiste golfa de mierda? —

Yo no dije nada, pero ahí, en la cama de mi cuarto, desnuda, bañada en su semen por toda la cara y con la cola rota, estaba más que entendido que Tito iba a seguir disfrutando de mi cuerpo y mi cola cuántas veces le apeteciera, y la verdad, aunque no le iba a dar el gusto de admitirlo, el terrible orgasmo que todavía sentía hacía que anhelara que aquel día fuera pronto.
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Hermano de amiga
Vecino pervertido parte 4
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Yo estaba desnuda en mi cama, con la cara, mi vagina y mi culito llenos de semen, escurría de la cantidad que Tiro había depositado en mi.


Habían pasado 2 días cuando Tito me habló a eso de las 7 PM al celular, mi mamá y mi padrastro estaban en casa viendo algún programa por la TV. Me levanté y fui a mi cuarto.

— ¿Hola? —

— Hola Dan, estoy solo en casa y tengo las bolas llenas de leche, que dices? ¿por qué no vienes a abrirte el coño para mi? —

Miré de reojo a donde estaban sentados mis padres, mirando la TV.

— Bueno, es que ahora estoy ocupada, no creo que pueda — Trataba de sonar convincente, pero la verdad es que mi voz temblaba de excitación, y mi vagina comenzaba a humedecerse.

— Mira putita, te quiero aquí en 5 minutos, ¿ o prefieres que vaya por ti a tu casa? —

Dudé por un momento, seguro que el muy cabrón se atrevería, y no quería darles explicaciones a mis padres.

— Vale, está bien, espérame un poco en lo que me arreglo —

— Ponte algo que me caliente, y que te pueda quitar rápido —Colgué, a la vez que iba a mi cuarto pensando en qué ponerme.

— ¿Quién era? — Preguntó mi madre

— Mi amiga, que si puedo ir por ella a la estación porque quiere contarme algo. Creo que rompió con su novio —

Mi madre me miró de soslayo, pero no dijo nada. Fui a cambiarme, me puse una blusa blanca transparente y me quité el sostén, me puse una tanga rosita de encaje y un mini shorts negro a medio muslo, y para disimular esas fachas de golfa me puse una sudadera larga encima.
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En cuanto salí a la calle me quité la sudadera larga, y me presenté a la casa de al lado.

— Pasa, está abierto —me ordenó una voz

Entré y no vi a nadie, por lo que me dirigí a su cuarto. Ahí pude ver a Tito. Al verme sonrió, su mirada tenía ese brillo de la lujuria

— Vaya Dani, estás hecha toda una puta de lujo. Ven aquí putita —

— Serás cabrón , mis padres están en la casa. No puedes solo llamarme cuando se te antoje, no te pertenezco —

Sentado como estaba me empezó a tocar por debajo del short y yo por instinto separaba las piernas.

— Eres mia puta, y estarás para mi cuando tenga ganas de usar tu cuerpo —
Me dio la vuelta y me empezó a chupar por encima de mí shorts, mis nalgas se levantaban por instinto, facilitando al cerdo metiera su lengua más adentro de mis entrañas. Luego de un minuto, me hizo inclinarme para pararle mejor la cola. Mientras me chupaba, sus manos me apretujaban las nalgas de forma brusca a la vez que sus dedos gordos y gruesos me penetraban
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— ¡¡Ahora ven y chúpamela nena!! que mi verga extraña tu boquita —

Nuevamente me agaché para mamarlo, él aprovechó para subir mi blusa y dejar al aire mis pechos

— No me digas que no tenias ganas de un buen rabo eh? —

Estuve ahí subiendo y bajando sobre su buena tranca, mientras mi vagina comenzaba a humedecerse, me deshice de mi tanga, y comencé a estimularme hasta mojarme toda. En menos tiempo de lo que les cuento ya estaba lista para recibir esa enorme pieza de carne de Tito.
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— Ahora súbete en mi y métetela tú solita, quiero verte cabalgar como la yegua culona que eres —

Estando sobre él, me tenía a su disposición completa, con una mano me nalgueaba y jugaba con mi hoyito trasero, con otra me mantenía del cabello y con su boca chupaba mis pechos.

Me tuvo así hasta que comencé a gemir e insultarlo:
— Serás hijo de puta, ahhh, ahhh —
Asi como estábamos se levantó y me dejó en lo alto, penetrándome aferrado a mis nalgas

— Ahhhh, ahhhh, ahhh, sigue, sigue malditoo…. mmmghhhff —
segunda parte

Me sacó asi ensartada al patio, me bajó y me apoyo en la pared que compartía con mi casa
— Ahora si, Dani, quiero oírte gritar para que todos sepan que estás gozando de un buen rabo —
En cuanto pronunció esto, el muy cabrón me penetró por el culo la mitad de su miembro. Contuve mi grito lo más que pude, aunque a la velocidad con que me estaba dando se me escapaban gemidos sin que pudiera controlarlo. También los sonidos de mis nalgas chocando contra su panza eran difíciles de disimular. Cualquiera que estuviera en el patio del otro lado de la pared sabría lo que estaba pasando.
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Vecino pervertido parte 4


— Agggh, Por favor Tito, vamos adentro, ya no aguanto más —

— De eso nada, putita, quiero que se enteren de lo bien que la estás pasando —

Oía los pasos de mis padres del otro lado del muro “el vecino otra vez esta haciendo de las suyas, seguro pagó a una de esas putas baratas para que le hiciera el favor” El oír a mi madre hablando de la puta que el gordo de mi vecino se estaba culeando, sin saber que era su adorada hija me puso en un estado de excitación al borde del orgasmo. Encima, una de sus manos me pellizcaba los pechos, con la otra mi vagina

— Ya oíste a tu madre, no eres más que una puta barata, Dani, así que hazlo bien— decía el perro infeliz a la vez que soltaba su risa odiosa
— Aaahh, aaaah, joder, que gusto!! Sigue, sigue cabrón —
— Espera putita, date la vuelta y quédate quieta. Quiero venirme sobre ti —

Me dió la vuelta y me echó su semen sobre mi cara y pechos, después se dió el gusto de abofetearme con su verga muerta.

— Jajaja, que gusto me has dado Dani, no te muevas, quédate así, aunque te veo algo inconforme —

— Eres un puto cabrón — le dije mientras me paraba y lo golpeaba en el pecho, el solo se reia, me tomó del brazo y me jaló hacia su cuarto

—Tranqui tranqui preciosa, vamos adentro que aún tengo mucho para darte —

Me jaló hacia la sala, donde se sentó en el sillón acariciando su verga muerta.

— Mira como me la has dejado Dani, ahora quiero que vengas acá y me la pongas a punto de nuevo —

— Jodete infeliz, ya se ha hecho tarde, me voy a casa —

— Si sales, voy y te alcanzo para joderte enfrente de tu casa, en la puta calle para que todos vean lo zorra que eres —
Derrotada me acerqué, miraba su miembro flácido brillante de mis jugos y restos de mi culo, pero me asqueaba llevarlo a la boca. Resignada terminé haciéndolo, total, Tito ya me había demostrado que terminaba haciendo lo que él quería, aún a mi pesar.

Lo empapé de saliva como queriendo enjuagarlo y me lo fui metiendo de a poco, el sabor me invadió, y aunque no era desagradable, no era nada distinto a lo que hubiera probado con otros machos, un sabor salado con un toque agrio, y el olor a sudor.
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Tito se dió gusto moviendo mi cabeza a su antojo, usando mi boca a la profundidad y altura que le convenía.

Así estuve por varios minutos, nuevamente su pene empezaba a crecer y cada vez me resultaba más difícil mantenerlo adentro, dado que su grosor también aumentaba.

Sabía que podía terminar sobre mi y eso me asqueaba, pero después de sentir como crecía y se adueñaba de mi boca casi en su totalidad, empecé a sentirme mojada en verdad.
— ¿Qué dices Dani? Quieres sentirlo dentro de tu coñito o quieres tu lechita? — Yo no podía emitir palabra alguna, apenas podía gemir entre cada penetrada.

— Bueno, como no contestas, creo que me vendré en esa linda boquita, para que me recuerdes cuando beses a tu noviecito —

Y me la metia más fuerte. Tito sabía lo que deseaba y me iba a obligar a decírselo

— No, espera, no vayas a terminar —

— Si seras puta, ¿quieres que te la meta verdad? Dime qué quieres? —

— Vale, está bien, gordo cabrón, lo admito —

— ¿Qué dices Dani?, desde acá atrás no puedo escucharte —

— Fóllame, métemela gordo de mierda —

— Vas a tener que hacerlo mejor puta, o te lleno la boca de leche —y me jaló hasta hacerme toser

— Métemela, quiero sentirla dentro de mí, dámela ya que no me aguanto. Por favor, METEMELAAA YAAAA —
— Jajaja así está mejor. ¿Y donde la quieres? —

— En mi coño, dámela en mi coño, está mojado y listo —

— Bien zorra, así lo haré —

Me subió al respaldo del sofá, con la cola en alto y parándose detrás de mi me la metió de una hasta que su panza chocó en mis nalgas

— Aaaaaahhh, más despacioooo, me duele, gordo cabrón —

— Grita, grita puta, que si no pensaré que gozas más por el culo, y no voy a negartela —

— AAAYYYY, AAAAAAH, sigue sigue cabrón —
Si alguien estuviera en el cuarto contiguo seguro escucharía mis gritos, pero ya no me importó, aún si me amenazó de darmela por el culo, en realidad no estaba fingiendo, sino dejándome llevar y gritando de verdad por el placer que sentía, sin contenerme

— Aaaaahhgg aaaahhhh siiii sigue gordo cabrón aaaahhhh aaaahhhhg —
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Por fin pude venirme, pero Tito seguía vapuleándome sin piedad, aumentando y prolongando mi orgasmo.

Sus manos se aferraban a mis nalgas, abriendo, pellizcando, haciéndome daño,

— Bien puta, me encanta tu coño pero te aviso que voy a entrar por tu culo —

Ya resignada no dije nada, solo me aferré al sofá, hundiendo la cara, esperando lo que iba a venir

El gordo no tuvo consideración. Quiso meterlo de golpe, y aunque su verga estaba húmeda y lubricada, no pudo meter más que la cabeza, aún así, me inundó un rayo de dolor

— AGGGGGGH, gordo desgraciado, hazlo con cuidado — dije mientras mordía el sofá. El ni se inmutó con mis insultos, colocó sus manazas sobre mis nalgas, apretándolas a su antojo mientras me enterraba de lleno su tranca en mi agujero trasero.

En eso se oyó que abrían la puerta, alcancé a escuchar con horror la voz de mi amiga

— Hola, ya vine Tito, ¿dónde estás? —

— Vístete rápido, en lo que la distraigo —
— Yito, ¿Hay alguien contigo? ¿Otra vez estás metiendo tus putas a la casa? Le voy a decir a papá —

Me tapé lo más que pude, me puse el shorts y la blusa, sin ropa interior, me cubrí el cabello con una camisa que encontré, y salí corriendo, no sé si mi amiga me reconoció, pero no volteé atrás. Lo malo es que dejé mi suéter y mi tanguita, así como mis llaves, por lo que no me quedó más remedio que tocar.

Mi madre abrió la puerta. Ni siquiera pude mirarla a los ojos, solo le di las gracias a la vez que buscaba escabullirme a mi cuarto, me preguntó que me había pasado, y yo dije que nada, sentía que me miraba mientras abría la puerta de mi cuarto, intercambió una mirada conmigo, pero no dijo nada más. Luego al revisarme en el baño se me cayó la cara de vergüenza, ya que al mirarme al espejo, mi pinta no podía ser peor: la blusa tenía un tirante roto por lo que se veía desde mi hombro derecho hasta el comienzo de mi pezón, el cual estaba erecto por el frío o por la adrenalina, también se notaban varias marcas rojas de los chupones que me había dado el gordo al magrearme los pechos y en mi cuello, de mi shorts desacomodado apenas me cubría las nalgas de tan corto que estaba y mi cara, todo el maquillaje corrido en mis ojos por el esfuerzo de comerme la herramienta de Tito. El cabello estaba despeinado y ni siquiera llevaba ropa interior que por el shorts se podía notar, ya que se metía en mi culito.
Esperaba que mi madre hubiera querido ser discreta y al otro me preguntara en privado lo que había pasado, pero al día siguiente la encontré haciendo sus cosas y como si el día anterior no hubiera ocurrido. Eso me causó extrañeza ya que de niña siempre fue muy cercana a preguntarme cualquier problema o si me notaba extraña. Sea por lo que fuera, estaba agradecida de que no me interrogara ni revelara mi secreto. En ese momento no noté nada extraño, pero parece que mamá tenía sus propios secretos.


Parte 5....

2 comentarios - Vecino pervertido parte 4

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Excelente relato como siempre hermosa!