—¿Qué?¿Qué pasó con Cecilia? —preguntó Lucho.
—Letoca turno en el hospital… Pero estámi suegra y está preparando un platitode la puta madre… como para chuparse los dedos…
Pasamosal living, donde está el televisor y allí nos pusimos a ver lospreliminares, y lógicamente a beber nuestras cervezas.
—Esperenunos segundos muchachos —les indiqué—, voy a traer a mi suegrapara que la conozcan.
Fuia la cocina y no la encontré, fui a su habitación encontrándolaque estaba terminando de cambiarse.
—Holami amo, ¿le parece bien salir vestida así?
—¡mierda,estás espectacular! ¡Estás toda una puta!... Mmm… Vas a ponercalientesa mis amigos… Pero me gusta…
Misuegra estaba vestida con un leggins de color violeta, un peto quemostraba el ombligo y un short a mitad de muslo metido en el culo,con unas sandalias que dejaba apreciar sus bellos pies. En fin, lamadre de Cecilia ofrecía un espectáculo sensual y voluptuoso paramis invitados.
—Lucho,Rafa, les presento a la mamá de Cecilia, doña Esperanza.
—Bu-buenastardes señora —balbuceó Rafa—. Con todo respeto señora… Enverdad nunca imaginé que la mamá de Cecilia fuera tan joven yhermosa…
—Nosha dejado con la boca abierta doña Esperanza —opinó Lucho—.Está usted sensacional…
—Aygracias chicos. Son ustedes muy amables.
—Porfavor suegrita —indiqué—, venga, siéntese con nosotros…Acompáñenos por favor…
Conversamosamenamente y mis amigos no dejaban de admirar la belleza y el cuerpode mi suegra. Bebimos los cuatro bastante cerveza.
—Buenochicos —dijo mi suegra—, pasen a la mesa para servirles elalmuerzo y así podamos ver bien el partido.
Lacomida estuva deliciosa, por lo cual la devoramos sin piedad.
—DígameCésar —habló la madre de mi mujer—, ¿qué pasaría si hay unempate?
—Sihay un empate doña Esperanza —interrumpió Rafa—, elBarcasería el campeón de la Liga . ElRealtiene que ganar sí o sí.
—Poreso mi querido Cesítar —dijo Lucho—, anda abriendo la billetera,porque ya es más que seguro que vas a perder la apuesta mi hermano…jajajaja…
—¿Ycuánto han apostado, si se pudiera saber? —preguntó Esperanza.
—Doscientosdolaressuegrita al ganador del campeonato—repliqué—. A estos delBarcales voy a quitar su plata… Ya va a ver… jajajaja…
—AyDios mío… tanta plata por un partido de fútbol —exclamó misuegra.
—Vamosa el living muchachos —anuncié—. Ya va a comenzar el partido.
Empezóel partido. Los dos equipos estaban parejos. ElRealmetió un gol a los catorce minutos, pero fue anulado por posiciónadelantada. Elpartido continuóy a los veinticuatro minutos ElBarcacon un potente disparo metió ungol.
—¡Gooool!—gritaron Lucho y Rafa, levantándose de sus asientos.
—¡Laputa madre! —dije.
—¡César,contrólese por favor! Es un partido de fútbol —afirmó Esperanza.
—Disculpedoña Esperanza — le respondí.
Elpartido continuó. Había muchos remates al arco de los dos equipos,pero gracias a la reacción de los dos porteros la pelota no tocó lamalla del arco. Faltando dos minutos para que acabe el primer tiempocon un cabezazo de un volante del Real marcó el empate.
—¡Gooool!—salté del sofá y seguí aplaudiendoel gol.
Terminóel primer tiempo. Nos pusimos a conversar del partido y entoncesLucho habló:
—Sabesqué César, Rafa y yo queremos duplicar la apuesta, ¿está bien?—dijoLucho.
—¡Nosean malos muchachos! —repliqué— No tengo mucho dinero amigos…
—Pero¿por qué tiene que ser dinero? —dijo Rafa mirando a mi suegrarecorriendo todo su cuerpo.
—¡Claro!¿Por qué tiene que ser dinero? —alegó Lucho, igualmenteobservando con deseo a mi suegra.
—¡Estábien! —afirmé observando a mi suegra— Si campeona el Barca…eeh… mi suegra va a ser de ustedes…
—Pe-peroCésar, ¡¿qué está usted diciendo?! —me dijo fingiendosorprendida y disgustada la madre de mi mujer ante los ojos de misamigos—. ¡Yo soy la madre de su pareja César! ¡Soy una mujerdecente! ¡No una perra que ustedes encuentran por la calle!...Ustedes están locos…
Inmediatamentemi suegra se levantó y se dirigió a la cocina.
—Unmomento chicos. Ahoravuelvo —les dije.
Yaestando en la cocina, mi suegra y yo nos pusimos a conversar sobre elasunto.
—Nose preocupe mi amo —habló la mamá de Cecilia—. Si es ese sudeseo de ofrecerme a sus amigos, yo no podré desobedecer… Entiendoque soy su esclava, pero tengo que disimular mi disgusto y misorpresa para que sus amigos no me malinterpreten.
—¡Asíse habla puta!¡Me gusta que te comportes como una maraca!—le dije a mi suegra y le metí un dedo dentro de su vaginasacándolo chorreante desus jugos—.¡Ya te mojaste perra! Estarás rogando que elBarca gane¿sí? Ella me miró y dibujó una sonrisa coqueta en sus labios.Regresamos a el living y se sentó disimulando estar bastante molestae indignada.
—¡Bienmuchachos! Si elBarca gana,mi suegra va a ser de ustedes —comenté—. Pero, yo estoytranquilo y doña Esperanza también porque sabemos que elRealva a ganar el partido.
Comenzóel segundo tiempo. El Real tenía mejores oportunidades de gol, y fueasí que en el minuto setenta y ocho con un saque de meta que lellegó a un delantero y con un remate bien esquinado el Real volvióa anotar.
—¡Gooool!—gritamos mi suegra y yo, abrazándonos y saltando en medio de elliving.
Lasacciones continuaron. Los dos equipos estaban parejos. El árbitrosacó dos tarjetas amarillas para jugadores de ambos equipos, y yacerca del minuto ochenta y nueve con un tiro libre a favor el Barcaconvierte el gol.
—¡Gooool!—gritaron Lucho y Rafa de pie en el centro de el living.
Finalizóel partido dos a dos, por consecuencia el Barca se erigió campeónde la Liga.
Misuegra y yo nos quedamos mirando. Yo estaba triste por un lado ya quede verdad pensaba que el Real iba a campeonar, pero por otro con elmorbo a tope pensando en lo que venía. Mi suegra aparentaba ciertomalestar e indignación, pero yo estaba completamente seguro que pordentro ya se imaginaba clavada por dos vergas nuevas.
—BuenoCesítar… doña Esperanza… la palabra es la palabra —expresóRafa—. Es ahora de cobrar la apuesta.
—¡Aychicos! ¡No puede ser! —fingía que se lamentaba la mamá deCecilia—. Usted César me aseguró que su equipo iba a ganar…¡Oh, no!... ¡Qué vergüenza Dios mío…!
—Leprometemos que vamos a ser muy cariñosos y tiernos con usted doñaEsperanza —dijo Rafa—. ¿De verdad que sí Lucho?
—Clarodoña Esperanza. Tenga usted confianza —manifestó Lucho—. Nosomos un par de desconocidos, somos amigos de César y de su hija…
—Estábien… Está bien… —respondió mi suegra aparentandoincomodidad—. ¡Ay, qué vergüenza Dios mío!... ¿Ya ve César?...¡Por hacerle caso!... Pero por favor que esto quede entre nosotroscuatro…
—¿Leparece bien irnos para su pieza doña Esperanza? —le pregunté a lamadre de mi mujer.
—Ooh…Donde quieran ustedes… No, está bien en mi habitación —afirmódoña Esperanza.
Dentrodel dormitorio de mi suegra, tomé una silla, me senté en ella,instalándome al costado de la cama como a un metro y medio dedistancia. Mientras tanto, Lucho se colocó delante de doñaEsperanza empezando a besarle en los labios con lengua y todo y luegobajó al cuello para besar y pasarle la lengua. Rafa se puso detrásde ella y con sus manos le acariciaba las tetas por encima de lacamiseta, aprovechó en sacarsela quedando con las tetas al aire,puesto que no llevaba brasier. Lucho, viendo esto, inició una mamadade campeonato en el pezón izquierdo, en cambio Rafa succionaba elpezón derecho.
—Ooooh,ooooh, ooooh… —jadeabala madre de mi pareja ante la comidade tetas de mis amigos—. Mmmm, mmmm, mmmm… Aaaah, aaaah, aaaah…
Yome encontraba sentado observando cómo mis amigos se deleitaban delcuerpo de mi suegra y ella correspondía ante esas caricias.
Rafaempezó a bajarle el short, encontrándose con una tanga hilo dentalque mostraba imponente el buen culo de la señora. Lucho continuabaahora succionando ambos pezones que se encontraban erectos y duros,grandes como un dedo o un chupete de bebé, los que mordia, apretabay estiraba. Enseguida Rafa sacó la tanga, dejando a mi suegracompletamente desnuda. Inmediatamente, mis amigos se desnudarontambién .
Llevarona doña Esperanza hacia la cama acomodándola boca arriba con laspiernas flexionadas y abiertas. Entre tanto, Rafa le succionaba lospezones, y Lucho inició una mamada de concha espectacular , y de ahiya mi suegra no pudo contenerse.
—Aaaarrg,aaaarrg, aaaarrg, ooooh, ooooh, ooooh… —sollozaba doña Esperanzaproducto de la excitación—. Ay chicos, ay chicos… Mmmm, mmmm,mmmm… ¡Qué rico se siente!... Uffff, uffff, uffff… Sigan, siganpor favor… Ooooh, ooooh, ooooh…
—¡Quérico concha doña Esperanza! —comentaba Lucho— ¡Está jugosami amor!
—Mmm…Estas tetas son una delicia —decía Rafa—. Qué grandes son…¡César, mi hermano! ¡Tu suegra está como quiere!¡Vale la apuesta!
—¡Estoyseguro que no se van a arrepentir! —les decía a los dos— Aunqueno lo crean, ya me lahe culiado…¡Es toda una puta chicos!
—Perocomo dice eso Cesar !!!! mientras sonreia y se movia sensualmente…..Sí,sí… Soy una perra, una puta… Aaaah, aaaah, aaaah… —gemía deplacer mi suegra—. Hagan conmigo lo que quieran… Ooooh, ooooh,ooooh… ¡Sus lenguas me hacen disfrutar mucho chicos…! Ufff,uffff, uffff…
—¡Quépendejo eres César! —dijo Rafa—. ¿Así que tela tenías calladito? ¡Te estás culiandoa la mamá de Cecilia…! Y más que seguro que ella no lo sabe…
—Exactamente…Mi mujer no lo sabe… —declaré a mis amigos—. A mi suegra legusta el picocomo caramelo…
—¡OhDios! ¡Oh Dios…! me corro, me corro, me corroooo… —mi suegraestalló en un impetuoso orgasmo—. Aaaah, aaaah, aaaah, mmmm, mmmm,mmmm, ooooh, ooooh, ooooh… mojandoloscon sus jugos.
«Mesiento una puta… Siiii… Soy una perra—cavilabami suegra—.Aquí estoy sola en este cuarto desnuda fornicando con tres hombres…Nunca me imaginé esto… ¡Es tan delicioso…!»
Despuésde unos minutos de relax le dije a la madre de mi mujer estando yadesnudo y con la polla parada:
—Vengasuegrita… Chúpele el picoal hombrede su hija…
DoñaEsperanza se levantó y a gatas sobre la cama se acercó a mi vergaempezándola a mamar.
—Mmmm,mmmm, mmmm, sluuuup, sluuuup, sluuuup… —succionaba mi picodoña Esperanza—. ¡Qué adorable pichula César! Es hermosa…Como la verga de sus amigos…
—César,amigo, ¿es cierto que los cuerpos de doña Esperanza con los de tumujer se parecen mucho? —preguntó Lucho.
—Soncasi como dos gotas de agua mi hermano —respondí—. Con esecuerpo cualquier chica de veinte años la envidiaría…
—¡Yabasta de charla! —nos increpó doña Esperanza—. ¡¿Acaso estoyyo aquí pintada?! ¡Por favor César, chicos, mi concha estállorando por más verga… quiero que abusen de la madre de Cecilia…¡ violenme!!!! hagan lo que quieran conmigo pendejos !!!
—¡Asíse habla señora…! —exclamó Rafa— ¡Asihablauna puta como usted…!
Hiceque mi suegra se pusiera en cuatro con el culo al borde de la cama yle di varios azotes en su culazo
—¡Plaf!¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf!
—¡RicoCésar, rico…! Ooooh, ooooh, ooooh… —resoplaba la señoracon las nalgadas que le dí—.Mmmm, mmmm, mmmm… Ooooh César, siiii, siiii, azóteme por favor…Aaaah, aaaah, aaaah… Soy una mujer muy mala… Uffff, uffff, uffff…Por eso merezco que me golpeen…
Eneso Lucho se levanta de la cama e igualmente le da varios azotes alos glúteos de mi suegra:
—¡Plaf!¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf!...
—Ooooh,ooooh, ooooh… ¡Qué delicia! —gemía mi suegra—. Usted tambiénme golpea Lucho… Mmmm, mmmm, mmmm… Lo tengo bien merecido… Soymuy mala… Estoy traicionando a mi hija… Uffff, uffff, uffff…
—¡OyeCésar! —habló Rafa— Esta perra se pone cachonda cuando lagolpean… Entonces…
—¡Plaf!¡Plaf! —mi suegra recibe dos bofetadas de Rafa.
—¡Soymuy mala Rafa! —decía doña Esperanza—. Me merezco este castigoque ustedes me dan… Mmmm, mmmm, mmmm, aaaah, aaaah, aaaah…peguenmepor puta , por caliente ...por ser una vieja maraca , aaaaah, aaah ,mas fuerte !!! en mis tetas también !!! mientras los 3 gozábamosdándole su castigo a la vieja puta.
Acontinuación, le metí toda mi verga hasta lo más profundo de suconcha, comenzando un mete y saca con mucha fuerza, intensidad yvelocidad, que era así cómo le gustaba a la zorra de doñaEsperanza.
—Ah,ah, ah, ah, ah, ah… —sollozaba mi suegra de las embestidas que ledaba a su concha—. Oh, oh, oh, oh, oh… Sí, sí, sí… Mmmm,mmmm, mmmm, ooooh, ooooh, ooooh…
Luchole metió su miembro en la boca a doña Esperanza, mientras que Rafase puso debajo de las tetas de ella y comienza a mamar cada pezón.Estábamos gozando del cuerpo de la mamá de mi mujer. Hasta quépunto habíamos llegado doña Esperanza y yo. Si mi mujer seenterara, de seguro que nos expulsa de la casa a ambos.
«¡Diosmío! ¡Dios mío! —reflexionabami suegra—.Perdóname Señor, por favor perdóname. Nunca pensé llegar a estosextremos. No lo puedo evitar. Mi excitación es mucho mayor que misprejuicios. Me he convertido en una pervertida. En una adicta alsexo. Espero que mi hija nunca se entere de esto. Nunca imaginéfornicar con su pareja y con sus dos amigos… Pero ¡qué rico sesiente!».
Elcuadro salido de una película pornográfica lo estábamos viviendomi suegra, mis dos amigos y yo. Era impresionante el derroche detanta lujuria, lascivia, libertinaje y morbo. Mi suegra, estoy segurode ello, jamás se habría imaginado que iba a gozar de estaperdición, mas cuando empezamos a alternar los 3 por su concha, culoy boca al mismo tiempo.
Mientrasque Rafa se encontraba deleitándose con los grandes y hermosospezones de doña Esperanza mientrasle metia la verga en su concha,Lucho gozaba de las mamadas que ella le otorgaba a su bueninstrumento. Entretanto yo permanecía embutiéndole en forma salvajey consecutiva mi vergaen su yaabierto culo y ella exigíamás brutalidad.
—¡Másfuerte César! ¡Más fuerte mierda! —exhortaba mi suegra—¡Quiero sentirte como si me estuvieras violando…! Aaaarrg,aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg… Rafa, ustedtambién… Uffff, uffff, uffff… ¡Cómame mis pezones! ¡Chúpelos,estírelos…! Así, así me gusta… Mmmm, mmmm, mmmm… Sluuuup,sluuuup, sluuuup, sluuuup, sluuuup, sluuuup… ¡Qué rica pichulaLucho…! ¡Su verga es una hermosura…! Mmmm, mmmm, mmmm, sluuuup,sluuuup, sluuuup… ¡Díganme que soy una perra, una puta…! Ooooh,ooooh, ooooh…
—¡Esusted una viejaputa , perra de mierda !—ledije
—¡Plaf,plaf, plaf, plaf! —azotaba las nalgas de la señora
—¡Siiii,siiii, siiii…! —gritabami suegra conla golpiza que le estaba dando—. Ooooh, ooooh, ooooh… me gusta,me gusta… sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm… que meflagelen… Aaaah, aaaah, aaaah… ¡Rico César…! ¡Rico…!
Yuds pendejos también sigan violandome !!!! yo no quiero que meculeen bastardos !!! obligenme a golpes !!!! fantasiaba la viejacaliente.
Despuésde varios minutos en que mi suegra, mis dos amigos y yo noshallábamos en esa situación, doña Esperanza explotó en un sonoroorgasmo, lo cual aprovechamos para cambiar de posición: yo me puseboca arriba en la cama, le inserté mi verga dentro de la concha demi suegra quien se encontraba en cuclillas. Rafa le puso su vergadentro de su boca. Mientras tanto, Lucho por detrás lubricaba el anode la madre de mi pareja, arrastrando con su verga sus líquidosvaginales hacia su orificio, luego de tenerlo bien lubricado le metióel pico hasta lo más profundo del recto.
—Aaaarrg,aaaarrg, aaaarrg… —gimió mi suegra al seguirpenetradatanto su vagina comosu culo por unas buenas vergas—.¡mierda! ¡Ahora si parezco una puta…! Uffff, uffff, uffff… ¡Quérica sensación…! Además, tengo una verga… sluuuup, sluuuup,sluuuup… En mi boca… ¡Son unos enfermos…! Mmmm, mmmm, mmmm,ooooh, ooooh, ooooh… Mmmm, mmmm, mmmm… Sluuuup, sluuuup, sluuuup…
Continuamosdándole fuerte a mi suegra. Empotrándole sin misericordia las tresvergas dentro de sus agujeros, además, todos propinándole unosbuenos azotes en el culo y cualquier parte de su cuerpo, lo cual incrementaba el gozo a mi puta suegra.
Rafa,arrodillado sobre la cama, le bombeaba la boca con su instrumento;por debajo, Yo seguía incrustándole la verga dentro de su vaginaempapada; y Lucho se deleitaba penetrando su intestino una y otravez.
—Rrrrgg,rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg… —ronroneabadoña Esperanza. Parecía un becerro que estábamos degollando. Sinembargo, ella disfrutaba de nuestras acometidas y de las golpizas quele dabamosa su cuerpoy sus ojos parecían que miraban hacía el vacío—. Rrrrgg, rrrrgg,rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg…
—Mirencómo goza esta puta —nos comentaba Lucho—. Hasta le gusta que lagolpeen… Además de perra, es una masoquista recalcitrante, esdecir, es una perra sumisa…
—¡Símis amores…! ¡Siiii! —declaraba mi suegra—. ¡Soy una puta…!¡Soy una perramasoquista…! Ooooh, ooooh, ooooh… ¡Amo las vergas…! Uffff,uffff, uffff… Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm… ¡Amolosgolpes…!Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm…
Estuvimosmás de quince minutos culiando asi a mi suegra, dándole a vergazossin piedad, ni misericordia; en algunas oportunidades le golpeábamoslos glúteos o la abofeteábamos porque ella nos lo pedía, nos loimploraba, hasta que yo no pude contenerme más y llené su conchacon abundante leche. De igual modo, Rafa le llenó la boca y lagarganta de doña Esperanza con su blanquecino esperma; y Lucho llenósu profundo recto lleno de semen que salía de su verga a raudales.
—¡Mierda…!¡Mierda…! —gritaba doña Esperanza—. ¡Qué delicia…! ¡Quérico…! Chicos, chicos, chicos… me corro, me corro mierda, mecorroooo… Aaaah, aaaah, aaaah, aaaah, aaaah, mmmm, mmmm, mmmm… ylanzaba chorros y chorros de liquido vaginal .
Loscuatro quedamos tendidos en la cama todo despatarrados. Mi suegra sequedó sumergida en un profundo sueño.
—Buenomuchachos —les dije a mis amigos—, vayan cambiándose por favor…No demora en llegar Cecilia… Sino se arma un tremendolio…
Misamigos se vistieron rápidamente y se despidieron de mí. Levanté enbrazos a mi suegra y me la llevé a la ducha, abrí la regadera paraque se despierte bien y yo me fui a mi pieza a hacer lo mismo. Luegome cambié de ropa y salí para el living a ordenar lo que habíamosdejado desordenado y me puse a ver televisión.
Comoa los diez minutos llega mi pareja y me dice:
—Holami amor. ¿Cómo lo pasaron? Acabo de cruzarme con Lucho y Rafa, seveían algo trastornados…
—Holaprincesa —la saludé dándole un beso en los labios—. Sí, lapasamos bien, solo que el partido quedó empatado… …
—Aymi amor, cuánto lo siento por ti… Pero así es el fútbol… ¿Ymamá cariño?
—Eeeh…estuvo un rato acompañándonos… Se aburrió y se fue a su cuarto aver televisión… Seguramente ya no tarda en estar con nosotros…
—¡Ah!Ya veo…
Continuará…….
—Letoca turno en el hospital… Pero estámi suegra y está preparando un platitode la puta madre… como para chuparse los dedos…
Pasamosal living, donde está el televisor y allí nos pusimos a ver lospreliminares, y lógicamente a beber nuestras cervezas.
—Esperenunos segundos muchachos —les indiqué—, voy a traer a mi suegrapara que la conozcan.
Fuia la cocina y no la encontré, fui a su habitación encontrándolaque estaba terminando de cambiarse.
—Holami amo, ¿le parece bien salir vestida así?
—¡mierda,estás espectacular! ¡Estás toda una puta!... Mmm… Vas a ponercalientesa mis amigos… Pero me gusta…
Misuegra estaba vestida con un leggins de color violeta, un peto quemostraba el ombligo y un short a mitad de muslo metido en el culo,con unas sandalias que dejaba apreciar sus bellos pies. En fin, lamadre de Cecilia ofrecía un espectáculo sensual y voluptuoso paramis invitados.
—Lucho,Rafa, les presento a la mamá de Cecilia, doña Esperanza.
—Bu-buenastardes señora —balbuceó Rafa—. Con todo respeto señora… Enverdad nunca imaginé que la mamá de Cecilia fuera tan joven yhermosa…
—Nosha dejado con la boca abierta doña Esperanza —opinó Lucho—.Está usted sensacional…
—Aygracias chicos. Son ustedes muy amables.
—Porfavor suegrita —indiqué—, venga, siéntese con nosotros…Acompáñenos por favor…
Conversamosamenamente y mis amigos no dejaban de admirar la belleza y el cuerpode mi suegra. Bebimos los cuatro bastante cerveza.
—Buenochicos —dijo mi suegra—, pasen a la mesa para servirles elalmuerzo y así podamos ver bien el partido.
Lacomida estuva deliciosa, por lo cual la devoramos sin piedad.
—DígameCésar —habló la madre de mi mujer—, ¿qué pasaría si hay unempate?
—Sihay un empate doña Esperanza —interrumpió Rafa—, elBarcasería el campeón de la Liga . ElRealtiene que ganar sí o sí.
—Poreso mi querido Cesítar —dijo Lucho—, anda abriendo la billetera,porque ya es más que seguro que vas a perder la apuesta mi hermano…jajajaja…
—¿Ycuánto han apostado, si se pudiera saber? —preguntó Esperanza.
—Doscientosdolaressuegrita al ganador del campeonato—repliqué—. A estos delBarcales voy a quitar su plata… Ya va a ver… jajajaja…
—AyDios mío… tanta plata por un partido de fútbol —exclamó misuegra.
—Vamosa el living muchachos —anuncié—. Ya va a comenzar el partido.
Empezóel partido. Los dos equipos estaban parejos. ElRealmetió un gol a los catorce minutos, pero fue anulado por posiciónadelantada. Elpartido continuóy a los veinticuatro minutos ElBarcacon un potente disparo metió ungol.
—¡Gooool!—gritaron Lucho y Rafa, levantándose de sus asientos.
—¡Laputa madre! —dije.
—¡César,contrólese por favor! Es un partido de fútbol —afirmó Esperanza.
—Disculpedoña Esperanza — le respondí.
Elpartido continuó. Había muchos remates al arco de los dos equipos,pero gracias a la reacción de los dos porteros la pelota no tocó lamalla del arco. Faltando dos minutos para que acabe el primer tiempocon un cabezazo de un volante del Real marcó el empate.
—¡Gooool!—salté del sofá y seguí aplaudiendoel gol.
Terminóel primer tiempo. Nos pusimos a conversar del partido y entoncesLucho habló:
—Sabesqué César, Rafa y yo queremos duplicar la apuesta, ¿está bien?—dijoLucho.
—¡Nosean malos muchachos! —repliqué— No tengo mucho dinero amigos…
—Pero¿por qué tiene que ser dinero? —dijo Rafa mirando a mi suegrarecorriendo todo su cuerpo.
—¡Claro!¿Por qué tiene que ser dinero? —alegó Lucho, igualmenteobservando con deseo a mi suegra.
—¡Estábien! —afirmé observando a mi suegra— Si campeona el Barca…eeh… mi suegra va a ser de ustedes…
—Pe-peroCésar, ¡¿qué está usted diciendo?! —me dijo fingiendosorprendida y disgustada la madre de mi mujer ante los ojos de misamigos—. ¡Yo soy la madre de su pareja César! ¡Soy una mujerdecente! ¡No una perra que ustedes encuentran por la calle!...Ustedes están locos…
Inmediatamentemi suegra se levantó y se dirigió a la cocina.
—Unmomento chicos. Ahoravuelvo —les dije.
Yaestando en la cocina, mi suegra y yo nos pusimos a conversar sobre elasunto.
—Nose preocupe mi amo —habló la mamá de Cecilia—. Si es ese sudeseo de ofrecerme a sus amigos, yo no podré desobedecer… Entiendoque soy su esclava, pero tengo que disimular mi disgusto y misorpresa para que sus amigos no me malinterpreten.
—¡Asíse habla puta!¡Me gusta que te comportes como una maraca!—le dije a mi suegra y le metí un dedo dentro de su vaginasacándolo chorreante desus jugos—.¡Ya te mojaste perra! Estarás rogando que elBarca gane¿sí? Ella me miró y dibujó una sonrisa coqueta en sus labios.Regresamos a el living y se sentó disimulando estar bastante molestae indignada.
—¡Bienmuchachos! Si elBarca gana,mi suegra va a ser de ustedes —comenté—. Pero, yo estoytranquilo y doña Esperanza también porque sabemos que elRealva a ganar el partido.
Comenzóel segundo tiempo. El Real tenía mejores oportunidades de gol, y fueasí que en el minuto setenta y ocho con un saque de meta que lellegó a un delantero y con un remate bien esquinado el Real volvióa anotar.
—¡Gooool!—gritamos mi suegra y yo, abrazándonos y saltando en medio de elliving.
Lasacciones continuaron. Los dos equipos estaban parejos. El árbitrosacó dos tarjetas amarillas para jugadores de ambos equipos, y yacerca del minuto ochenta y nueve con un tiro libre a favor el Barcaconvierte el gol.
—¡Gooool!—gritaron Lucho y Rafa de pie en el centro de el living.
Finalizóel partido dos a dos, por consecuencia el Barca se erigió campeónde la Liga.
Misuegra y yo nos quedamos mirando. Yo estaba triste por un lado ya quede verdad pensaba que el Real iba a campeonar, pero por otro con elmorbo a tope pensando en lo que venía. Mi suegra aparentaba ciertomalestar e indignación, pero yo estaba completamente seguro que pordentro ya se imaginaba clavada por dos vergas nuevas.
—BuenoCesítar… doña Esperanza… la palabra es la palabra —expresóRafa—. Es ahora de cobrar la apuesta.
—¡Aychicos! ¡No puede ser! —fingía que se lamentaba la mamá deCecilia—. Usted César me aseguró que su equipo iba a ganar…¡Oh, no!... ¡Qué vergüenza Dios mío…!
—Leprometemos que vamos a ser muy cariñosos y tiernos con usted doñaEsperanza —dijo Rafa—. ¿De verdad que sí Lucho?
—Clarodoña Esperanza. Tenga usted confianza —manifestó Lucho—. Nosomos un par de desconocidos, somos amigos de César y de su hija…
—Estábien… Está bien… —respondió mi suegra aparentandoincomodidad—. ¡Ay, qué vergüenza Dios mío!... ¿Ya ve César?...¡Por hacerle caso!... Pero por favor que esto quede entre nosotroscuatro…
—¿Leparece bien irnos para su pieza doña Esperanza? —le pregunté a lamadre de mi mujer.
—Ooh…Donde quieran ustedes… No, está bien en mi habitación —afirmódoña Esperanza.
Dentrodel dormitorio de mi suegra, tomé una silla, me senté en ella,instalándome al costado de la cama como a un metro y medio dedistancia. Mientras tanto, Lucho se colocó delante de doñaEsperanza empezando a besarle en los labios con lengua y todo y luegobajó al cuello para besar y pasarle la lengua. Rafa se puso detrásde ella y con sus manos le acariciaba las tetas por encima de lacamiseta, aprovechó en sacarsela quedando con las tetas al aire,puesto que no llevaba brasier. Lucho, viendo esto, inició una mamadade campeonato en el pezón izquierdo, en cambio Rafa succionaba elpezón derecho.
—Ooooh,ooooh, ooooh… —jadeabala madre de mi pareja ante la comidade tetas de mis amigos—. Mmmm, mmmm, mmmm… Aaaah, aaaah, aaaah…
Yome encontraba sentado observando cómo mis amigos se deleitaban delcuerpo de mi suegra y ella correspondía ante esas caricias.
Rafaempezó a bajarle el short, encontrándose con una tanga hilo dentalque mostraba imponente el buen culo de la señora. Lucho continuabaahora succionando ambos pezones que se encontraban erectos y duros,grandes como un dedo o un chupete de bebé, los que mordia, apretabay estiraba. Enseguida Rafa sacó la tanga, dejando a mi suegracompletamente desnuda. Inmediatamente, mis amigos se desnudarontambién .
Llevarona doña Esperanza hacia la cama acomodándola boca arriba con laspiernas flexionadas y abiertas. Entre tanto, Rafa le succionaba lospezones, y Lucho inició una mamada de concha espectacular , y de ahiya mi suegra no pudo contenerse.
—Aaaarrg,aaaarrg, aaaarrg, ooooh, ooooh, ooooh… —sollozaba doña Esperanzaproducto de la excitación—. Ay chicos, ay chicos… Mmmm, mmmm,mmmm… ¡Qué rico se siente!... Uffff, uffff, uffff… Sigan, siganpor favor… Ooooh, ooooh, ooooh…
—¡Quérico concha doña Esperanza! —comentaba Lucho— ¡Está jugosami amor!
—Mmm…Estas tetas son una delicia —decía Rafa—. Qué grandes son…¡César, mi hermano! ¡Tu suegra está como quiere!¡Vale la apuesta!
—¡Estoyseguro que no se van a arrepentir! —les decía a los dos— Aunqueno lo crean, ya me lahe culiado…¡Es toda una puta chicos!
—Perocomo dice eso Cesar !!!! mientras sonreia y se movia sensualmente…..Sí,sí… Soy una perra, una puta… Aaaah, aaaah, aaaah… —gemía deplacer mi suegra—. Hagan conmigo lo que quieran… Ooooh, ooooh,ooooh… ¡Sus lenguas me hacen disfrutar mucho chicos…! Ufff,uffff, uffff…
—¡Quépendejo eres César! —dijo Rafa—. ¿Así que tela tenías calladito? ¡Te estás culiandoa la mamá de Cecilia…! Y más que seguro que ella no lo sabe…
—Exactamente…Mi mujer no lo sabe… —declaré a mis amigos—. A mi suegra legusta el picocomo caramelo…
—¡OhDios! ¡Oh Dios…! me corro, me corro, me corroooo… —mi suegraestalló en un impetuoso orgasmo—. Aaaah, aaaah, aaaah, mmmm, mmmm,mmmm, ooooh, ooooh, ooooh… mojandoloscon sus jugos.
«Mesiento una puta… Siiii… Soy una perra—cavilabami suegra—.Aquí estoy sola en este cuarto desnuda fornicando con tres hombres…Nunca me imaginé esto… ¡Es tan delicioso…!»
Despuésde unos minutos de relax le dije a la madre de mi mujer estando yadesnudo y con la polla parada:
—Vengasuegrita… Chúpele el picoal hombrede su hija…
DoñaEsperanza se levantó y a gatas sobre la cama se acercó a mi vergaempezándola a mamar.
—Mmmm,mmmm, mmmm, sluuuup, sluuuup, sluuuup… —succionaba mi picodoña Esperanza—. ¡Qué adorable pichula César! Es hermosa…Como la verga de sus amigos…
—César,amigo, ¿es cierto que los cuerpos de doña Esperanza con los de tumujer se parecen mucho? —preguntó Lucho.
—Soncasi como dos gotas de agua mi hermano —respondí—. Con esecuerpo cualquier chica de veinte años la envidiaría…
—¡Yabasta de charla! —nos increpó doña Esperanza—. ¡¿Acaso estoyyo aquí pintada?! ¡Por favor César, chicos, mi concha estállorando por más verga… quiero que abusen de la madre de Cecilia…¡ violenme!!!! hagan lo que quieran conmigo pendejos !!!
—¡Asíse habla señora…! —exclamó Rafa— ¡Asihablauna puta como usted…!
Hiceque mi suegra se pusiera en cuatro con el culo al borde de la cama yle di varios azotes en su culazo
—¡Plaf!¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf!
—¡RicoCésar, rico…! Ooooh, ooooh, ooooh… —resoplaba la señoracon las nalgadas que le dí—.Mmmm, mmmm, mmmm… Ooooh César, siiii, siiii, azóteme por favor…Aaaah, aaaah, aaaah… Soy una mujer muy mala… Uffff, uffff, uffff…Por eso merezco que me golpeen…
Eneso Lucho se levanta de la cama e igualmente le da varios azotes alos glúteos de mi suegra:
—¡Plaf!¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf!...
—Ooooh,ooooh, ooooh… ¡Qué delicia! —gemía mi suegra—. Usted tambiénme golpea Lucho… Mmmm, mmmm, mmmm… Lo tengo bien merecido… Soymuy mala… Estoy traicionando a mi hija… Uffff, uffff, uffff…
—¡OyeCésar! —habló Rafa— Esta perra se pone cachonda cuando lagolpean… Entonces…
—¡Plaf!¡Plaf! —mi suegra recibe dos bofetadas de Rafa.
—¡Soymuy mala Rafa! —decía doña Esperanza—. Me merezco este castigoque ustedes me dan… Mmmm, mmmm, mmmm, aaaah, aaaah, aaaah…peguenmepor puta , por caliente ...por ser una vieja maraca , aaaaah, aaah ,mas fuerte !!! en mis tetas también !!! mientras los 3 gozábamosdándole su castigo a la vieja puta.
Acontinuación, le metí toda mi verga hasta lo más profundo de suconcha, comenzando un mete y saca con mucha fuerza, intensidad yvelocidad, que era así cómo le gustaba a la zorra de doñaEsperanza.
—Ah,ah, ah, ah, ah, ah… —sollozaba mi suegra de las embestidas que ledaba a su concha—. Oh, oh, oh, oh, oh… Sí, sí, sí… Mmmm,mmmm, mmmm, ooooh, ooooh, ooooh…
Luchole metió su miembro en la boca a doña Esperanza, mientras que Rafase puso debajo de las tetas de ella y comienza a mamar cada pezón.Estábamos gozando del cuerpo de la mamá de mi mujer. Hasta quépunto habíamos llegado doña Esperanza y yo. Si mi mujer seenterara, de seguro que nos expulsa de la casa a ambos.
«¡Diosmío! ¡Dios mío! —reflexionabami suegra—.Perdóname Señor, por favor perdóname. Nunca pensé llegar a estosextremos. No lo puedo evitar. Mi excitación es mucho mayor que misprejuicios. Me he convertido en una pervertida. En una adicta alsexo. Espero que mi hija nunca se entere de esto. Nunca imaginéfornicar con su pareja y con sus dos amigos… Pero ¡qué rico sesiente!».
Elcuadro salido de una película pornográfica lo estábamos viviendomi suegra, mis dos amigos y yo. Era impresionante el derroche detanta lujuria, lascivia, libertinaje y morbo. Mi suegra, estoy segurode ello, jamás se habría imaginado que iba a gozar de estaperdición, mas cuando empezamos a alternar los 3 por su concha, culoy boca al mismo tiempo.
Mientrasque Rafa se encontraba deleitándose con los grandes y hermosospezones de doña Esperanza mientrasle metia la verga en su concha,Lucho gozaba de las mamadas que ella le otorgaba a su bueninstrumento. Entretanto yo permanecía embutiéndole en forma salvajey consecutiva mi vergaen su yaabierto culo y ella exigíamás brutalidad.
—¡Másfuerte César! ¡Más fuerte mierda! —exhortaba mi suegra—¡Quiero sentirte como si me estuvieras violando…! Aaaarrg,aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg, aaaarrg… Rafa, ustedtambién… Uffff, uffff, uffff… ¡Cómame mis pezones! ¡Chúpelos,estírelos…! Así, así me gusta… Mmmm, mmmm, mmmm… Sluuuup,sluuuup, sluuuup, sluuuup, sluuuup, sluuuup… ¡Qué rica pichulaLucho…! ¡Su verga es una hermosura…! Mmmm, mmmm, mmmm, sluuuup,sluuuup, sluuuup… ¡Díganme que soy una perra, una puta…! Ooooh,ooooh, ooooh…
—¡Esusted una viejaputa , perra de mierda !—ledije
—¡Plaf,plaf, plaf, plaf! —azotaba las nalgas de la señora
—¡Siiii,siiii, siiii…! —gritabami suegra conla golpiza que le estaba dando—. Ooooh, ooooh, ooooh… me gusta,me gusta… sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm… que meflagelen… Aaaah, aaaah, aaaah… ¡Rico César…! ¡Rico…!
Yuds pendejos también sigan violandome !!!! yo no quiero que meculeen bastardos !!! obligenme a golpes !!!! fantasiaba la viejacaliente.
Despuésde varios minutos en que mi suegra, mis dos amigos y yo noshallábamos en esa situación, doña Esperanza explotó en un sonoroorgasmo, lo cual aprovechamos para cambiar de posición: yo me puseboca arriba en la cama, le inserté mi verga dentro de la concha demi suegra quien se encontraba en cuclillas. Rafa le puso su vergadentro de su boca. Mientras tanto, Lucho por detrás lubricaba el anode la madre de mi pareja, arrastrando con su verga sus líquidosvaginales hacia su orificio, luego de tenerlo bien lubricado le metióel pico hasta lo más profundo del recto.
—Aaaarrg,aaaarrg, aaaarrg… —gimió mi suegra al seguirpenetradatanto su vagina comosu culo por unas buenas vergas—.¡mierda! ¡Ahora si parezco una puta…! Uffff, uffff, uffff… ¡Quérica sensación…! Además, tengo una verga… sluuuup, sluuuup,sluuuup… En mi boca… ¡Son unos enfermos…! Mmmm, mmmm, mmmm,ooooh, ooooh, ooooh… Mmmm, mmmm, mmmm… Sluuuup, sluuuup, sluuuup…
Continuamosdándole fuerte a mi suegra. Empotrándole sin misericordia las tresvergas dentro de sus agujeros, además, todos propinándole unosbuenos azotes en el culo y cualquier parte de su cuerpo, lo cual incrementaba el gozo a mi puta suegra.
Rafa,arrodillado sobre la cama, le bombeaba la boca con su instrumento;por debajo, Yo seguía incrustándole la verga dentro de su vaginaempapada; y Lucho se deleitaba penetrando su intestino una y otravez.
—Rrrrgg,rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg… —ronroneabadoña Esperanza. Parecía un becerro que estábamos degollando. Sinembargo, ella disfrutaba de nuestras acometidas y de las golpizas quele dabamosa su cuerpoy sus ojos parecían que miraban hacía el vacío—. Rrrrgg, rrrrgg,rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg, rrrrgg…
—Mirencómo goza esta puta —nos comentaba Lucho—. Hasta le gusta que lagolpeen… Además de perra, es una masoquista recalcitrante, esdecir, es una perra sumisa…
—¡Símis amores…! ¡Siiii! —declaraba mi suegra—. ¡Soy una puta…!¡Soy una perramasoquista…! Ooooh, ooooh, ooooh… ¡Amo las vergas…! Uffff,uffff, uffff… Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm… ¡Amolosgolpes…!Sluuuup, sluuuup, sluuuup, mmmm, mmmm, mmmm…
Estuvimosmás de quince minutos culiando asi a mi suegra, dándole a vergazossin piedad, ni misericordia; en algunas oportunidades le golpeábamoslos glúteos o la abofeteábamos porque ella nos lo pedía, nos loimploraba, hasta que yo no pude contenerme más y llené su conchacon abundante leche. De igual modo, Rafa le llenó la boca y lagarganta de doña Esperanza con su blanquecino esperma; y Lucho llenósu profundo recto lleno de semen que salía de su verga a raudales.
—¡Mierda…!¡Mierda…! —gritaba doña Esperanza—. ¡Qué delicia…! ¡Quérico…! Chicos, chicos, chicos… me corro, me corro mierda, mecorroooo… Aaaah, aaaah, aaaah, aaaah, aaaah, mmmm, mmmm, mmmm… ylanzaba chorros y chorros de liquido vaginal .
Loscuatro quedamos tendidos en la cama todo despatarrados. Mi suegra sequedó sumergida en un profundo sueño.
—Buenomuchachos —les dije a mis amigos—, vayan cambiándose por favor…No demora en llegar Cecilia… Sino se arma un tremendolio…
Misamigos se vistieron rápidamente y se despidieron de mí. Levanté enbrazos a mi suegra y me la llevé a la ducha, abrí la regadera paraque se despierte bien y yo me fui a mi pieza a hacer lo mismo. Luegome cambié de ropa y salí para el living a ordenar lo que habíamosdejado desordenado y me puse a ver televisión.
Comoa los diez minutos llega mi pareja y me dice:
—Holami amor. ¿Cómo lo pasaron? Acabo de cruzarme con Lucho y Rafa, seveían algo trastornados…
—Holaprincesa —la saludé dándole un beso en los labios—. Sí, lapasamos bien, solo que el partido quedó empatado… …
—Aymi amor, cuánto lo siento por ti… Pero así es el fútbol… ¿Ymamá cariño?
—Eeeh…estuvo un rato acompañándonos… Se aburrió y se fue a su cuarto aver televisión… Seguramente ya no tarda en estar con nosotros…
—¡Ah!Ya veo…
Continuará…….
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