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6. La gótica y el tímido.

¡Hola amigos de Poringa! ¿Cómo han estado? Yo la verdad he estado bastante pensativo sobre el rumbo que va tomando mi historia favorita, pues por lo visto les ha gustado mucho y me he decidido a darle un toque más picante a la historia, pero como ya lo he dicho, todo a su debido tiempo para que la historia se vaya construyendo de manera apropiada.

En este nuevo capitulo vamos a ver una serie de eventos entre ambos protagonistas donde ambos construyen una solida y más profunda amistad a tal punto que ambos se prometen siempre estar juntos y apoyarse en las buenas y en las malas.

Ya el siguiente capítulo las cosas se pondrán todavía más interesantes jeje, pero antes, deja de leer esta introducción y lee este capítulo para que entiendas la conexión entre Aurora y José.

Capítulo 6: La vida de un esclavo.

Habían pasado varios días desde la gran cita que tuvieron José y Aurora, tal y como prometió José, le paso la ubicación de uno de aquellos seminarios que ayudarían a la madre de Aurora a tratar su sobreprotección que sentía sobre su hija, pues la verdad que ya se estaba saliendo de control y pese a que al principio la mujer se negó, al final accedió a la petición de su esposo e hija y se encerró en ese lugar donde pasaría por lo menos dos meses en rehabilitación.

En cuanto a José, la relación con sus padres seguía igual, casi no los veía y tenía esa misma desatención de siempre, pero esta vez ya no se sentía solo, pues sabía que contaba con todo el apoyo moral de su ama Aurora y tal y como se lo prometió a esta última, le insistió a su madre de llevarlo con un terapeuta a trabajar en sí mismo para cambiar los problemas de autoestima que llevaba muchos años sufriendo.
Los dos jóvenes hacía tiempo que habían terminado el proyecto de física, pero eso no era impedimento para que la gótica no siguiera yendo casi todos los días a casa de su esclavo, ya no tanto para huir del martirio que sufría con su madre, sino ya por el hecho de que le gustaba estar ahí. Eso la mantenía muy confundida a veces, antes de conocer a José siempre prefería la soledad de su habitación todos los días, pero ahora que estaba con él, no soportaba estar sola, sentía una extraña necesidad de mirar a José y sentir su presencia cerca de ella.

Tal y como le había advertido la diosa oscura a su humilde esclavo, apenas llego el lunes José paso a ser el esclavo a tiempo completo de Aurora, ya no la podía llamar por su nombre sino que tenía que dirigirse a ella como su ama o su ángel oscuro, solo cuando a Aurora le apetecía tener una charla amistosa con su esclavo es que por fin le permitía llamarle por su nombre y tener la libertad de hablar sin temor a sufrir la ira de Aurora.

Gracias a la suspensión y a la tremenda paliza que sufrió por parte de Aurora, Andrés no volvió a molestar a José, de hecho, comenzó a rondar por los pasillos el chisme de que Aurora y José eran novios, esto le brindo una protección extra al chico, pues los demás estudiantes no se atreverían a molestarlo, pues temían que su “novia” les propiciara una golpiza, más aparte José demostró que ya se defendería de cualquier agresión verbal o física, por lo que su ambiente escolar había mejorado notoriamente, claro que no se salvó de ser el mayordomo de su ama, alimentándola y limpiándola cada vez que se manchara de comida a la hora del receso.

Algo muy interesante paso días después, en cuya ocasión Aurora había agarrado el gusto de traer a José como su mula de carga, pero no cargaba precisamente las cosas de la chica ni mucho menos su mochila, sino que la cargaba a ella jaja. Aurora pegaba un salto sobre la espalda de José y este la sujetaba de las corvas para cargarla y Aurora se aferraba a su cuello con ambos brazos para no caerse, pegando todo su bello cuerpo al de José, cosa que siempre lo ponía muy nervioso.

En una de esas ocasiones, la maestra de física, la responsable de que esa bella amistad naciera los pillo haciendo eso en el patio del recreo y no tuvo más remedio que llamarles la atención, pero al ver lo felices que se veían juntos jugando a eso les permitió seguir, pero con cautela.

Profesora de física: ¡Aurora, José ¿Qué están haciendo?!

Aurora: Perdón maestra, solo estaba guiando a esta mula de carga a comer jaja, pero si quiere me bajo de él.

Profesora de física: No le digas tan feo a José, está bien que si es medio burro pero no hay que recalcarlo jaja.

Aurora: ¡Ey! Las mulas no hablan. –Le reclamo Aurora al José cuando este intento hablar para defenderse de las burlas de ambas féminas.

Profesora de física: Jaja… está bien, sigan jugando a eso, solo tengan cuidado de que no los pille el director porque ahí si se meten en problemas.

Aurora le agradeció a la maestra y le ordeno a su mula seguir caminando hacía su banca favorita para poder comer. Cuando los jóvenes se retiraron, otro profesor que vio la escena se acercó a donde su compañera de trabajo a preguntarle algo que lo intrigaba.

Profesor: ¿Por qué no les llamaste la atención?

Profa. De física: Míralos, se ven tan felices juntos así, además, no están haciendo nada malo y es la hora del recreo, déjalos que se distraigan un rato.

Profesor: Ah son tus alumnos estrella ¿no?

Profesora de física: Los tuyos también no te hagas. Creo que tome la decisión correcta cuando decidí que hicieran pareja en el trabajo de física, nunca los había visto tan contentos a ambos, sobre todo a José, juntarlo con Aurora le cambio la vida sin lugar a dudas.

Profesor: Ay patricia, ya deja de ver telenovelas jaja…

Tal vez la profesora, a sabiendas de que ambos tenían una conexión única y muy especial, pero que por miedo no se animaban a poner esa chispa que hiciera andar esa amistad, la maestra decidió ayudarlos a darles ese leve empujón para que al final se conocieran y formasen esa bella amistad, o tal vez la profesora sabía que entre ellos podría generarse algo más fuerte que una simple amistad, es algo que jamás se sabrá.

Pasaron unos cuantos días más y en todos ellos Aurora abuso de su poder contra José, por suerte para el chico, Aurora no estaba tan loca como para asignarle tareas bizarras o asquerosas; como por ejemplo, hacer que lamiera el piso o ponerle una correa y obligarlo a ir en 4 patas como un perro, ella no era así. Lo que ella quería de José era que la consintiera o la tratase como si fuera una reina, una reina de la oscuridad, tareas como darle un masaje en los hombros de vez en cuando, ayudarla a llevar sus cosas, cargarla cuando se sentía cansada, ayudarla a arreglarse entre otras tareas más que para José eran fáciles de hacer.

Claro que nadie es perfecto y José no era la excepción, cuando este desobedecía o fallaba en una de sus tareas, se tenía que afrontar a la ira de Aurora quien lo castigaba cuando eso sucedía. Sus castigos iban desde abofetearlo, clavarle sus cuidadas uñas sobre la piel morena del esclavo, a veces se tenía que poner en posición de lagartijas para que la ama pudiera posar ahí sus pies por bastante tiempo o también le apretaba fuertemente los cachetes mientras lo regañaba por fallarle o portarse mal. Para uno pudiera parecer cruel, pero para José eso era un juego y de cierta manera disfrutaba ser el esclavo de la mujer más hermosa del mundo.

Sin embargo, las recompensas por sus esfuerzos obviamente emocionaban más al chico y es que cuando Aurora le asignaba una tarea y este la cumplía al pie de la letra, Aurora lo recompensaba con creces; sus regalos variaban, a veces lo dejaba tocarle el trasero por encima de la ropa, otras veces los pechos también por encima de la ropa, algunas veces que la gótica estaba de buen humor lo dejaba verle nuevamente los senos al desnudo e incluso en ocasiones le daba un beso rápido en la frente o en la mejilla. Todos esos regalos hacían que el chico se sintiera el hombre más afortunado del mundo.


6. La gótica y el tímido.


José había empezado a ir a terapia con una psicóloga de renombre por ser una veterana en el campo de la psicología y José pudo contarle con total confianza a la terapeuta lo bien que estaba con Aurora, claro que trataron a profundidad todos sus problemas personales primero antes de hablar de su relación amistosa con esta peculiar jovencita. Como todo en la vida, no fue nada fácil, fue todo un proceso que ambos tuvieron que abarcar, pero por suerte, el tímido muchacho no estaba solo, contaba con el apoyo de su ama, quien a su vez era su mejor amiga.

El día de presentar el proyecto llego, la maestra quedo maravillada con el trabajo de José y Aurora, además que hicieron una presentación muy bien elaborada, sin embargo, no consiguieron el primer lugar, ya que Montserrat y Andrés, si, Andrés habían traído un trabajo mucho mejor que el suyo, dejándolo en segundo lugar y si bien es cierto que consiguieron muchos puntos como para estar exentos del examen final, Aurora se llevó un tremenda decepción pues ella pensaba que ganarían el primer lugar.

Camino a casa de José, Aurora se notaba muy desanimada y decepcionada de sí misma, esto claramente también puso algo triste a José, pero lo que la chica no sabía es que su esclavo le tenía una sorpresa que le alegraría el día, esta vez era turno de José de levantar a Aurora del piso para hacerla sentir mejor, por lo que la apresuro a llegar a su casa.

José: ¿Qué tienes Aurora? –Pregunto tras llegar por fin a su hogar.

Aurora: Nada… -Dijo soltando un suspiro. –Es solo que… bueno, yo pensé que ganaríamos, hicimos este trabajo con mucho empeño y creo que debimos haber ganado.

José: ¿Es obligatorio para ti siempre ganar para sentirte bien? –Pregunto mirándola a los ojos.

Aurora: No… pero eso me haría sentir como una ganadora.

José: Pero ya eres una ganadora, no necesariamente te tienen que dar un premio para sentirte una ganadora, con ser consciente de que diste lo mejor de ti es más que suficiente ¿no lo crees?

Aurora: Pero… yo trato siempre de ser la mejor.

José: ¿Por qué?

Aurora: Para ganar…

José: ¿Por qué?

Aurora: Para… que la gente vea que soy una ganadora y me aprecien.

José: Pero ya hay gente que te aprecia sin necesidad de que ganes una competencia o un proyecto escolar.

Aurora: ¿Cómo quién?

José: Lo estás viendo justo ahora, yo te admiro mucho, ganes o no ganes algo, para mi tú ya eres una campeona. –Dijo José sonriéndole a Aurora. –Y… además… no te vas con las manos vacías, tienes… una galletita.

José saco de su mochila una galleta en forma de medalla con el numero 1 escrito con chocolate, el sabor preferido de Aurora que le conto a José tiempo atrás.

Aurora: Jeje… oye, gracias, que amable.

José: Voltéala.

Al hacerlo, el rostro de Aurora cambio, paso de estar serio a dibujársele una tenue sonrisa en su bella cara, pues al reverso de la galleta había algo que José escribió con sus propias manos a la hora de hornear aquella galleta.

“Para mi tu siempre serás la numero uno”.

Aurora sin decir ni una sola palabra se abalanzo sobre José y le dio un fuerte abrazo, José sonrió y también abrazo a Aurora para sentir la calidez de su cuerpo y su aroma a perfume que tanto lo tenía fascinado.

Aurora: Gracias José… eres el mejor amigo del mundo.

José: De nada, tú también eres la mejor amiga del mundo mundial, lo digo en serio. Listo, disfruta de tu galleta. –Dijo apartándose de ella.

Aurora: Mmm… ¿Media galleta? –Dijo sonriéndole.

Ambos tomaron un lado del postre y lo partieron a la mitad para compartirlo, se sentaron en el sillón para comer más cómodamente, pero en eso José recordó el dibujo que le había prometido a Aurora hacía semanas y que ya lo tenía listo en su habitación para serle entregado a su ama.

José: ¡Ay que tonto! Casi lo olvido.

Aurora: ¿Qué cosa?

José: Espera aquí y cierra los ojos, bajo ningún motivo se te ocurra abrirlos o la sorpresa se arruina. –José subió las escaleras. –Se arruina. –Bajo de nuevo para dejarle claro a Aurora que si abría los ojos la sorpresa se arruinaba… se arruinaba jaja.

El chico entro a su habitación y saco el dibujo de la banda de metal “Slipknot” que le había prometido regalarle a Aurora cuando recién se conocieron, lo tomo con mucho cuidado y bajo lentamente las escaleras para cerciorarse de que Aurora si había cerrado los ojos.

José: ¿Todavía tienes los ojos cerrados?

Aurora: Sip, cerrados y con las manos en la cara para doble protección jaja.

José: Muy bien, pero necesito que extiendas tus manos, todavía no abras los ojos, yo te digo cuando lo hagas. –Aurora extendió sus bellas manos y José coloco la hoja de papel sobre ellas. –Ya, ábrelos.

Cuando Aurora fue poco a poco abriendo sus ojitos estos rápidamente brillaron del gusto y de la impresión al ver aquel dibujo que José le había hecho tal y como prometió, como si necesitara más razones para enamorarse de él de todas formas ya tenía otra más que se sumaba a la lista; el chico cumplía con sus promesas.

Aurora: ¡Wow! Te quedo increíble ¿seguro que quieres darme esta obra maestra a mí?

José: Pero por supuesto que sí, te lo había prometido desde hace tiempo, solo que se me olvidaba dártelo, pero al fin ya está aquí, en tus bellas manos jeje.

Aurora: Aww… gracias, gracias, gracias. –Aurora le agradecía una y otra vez a José mientras que al mismo tiempo, al chico comenzó a caerle una lluvia de besos en su mejilla derecha por parte de Aurora quien había perdido por completo el control de sus acciones por la emoción del momento.

Cuando Aurora finalmente recupero el control rápidamente se apartó de José y se disculpó con él por ser tan empalagosa, pero el chico la calmo diciéndole que por lo menos a él no le molesta que Aurora fuese así de cariñosa, a fin de cuentas, entre más afecto reciba él mucho mejor y más si lo recibe de una mujer tan hermosa como Aurora.

Pasaban las semanas y José cada día estaba mejor, ya no estaba tan serio como antes si lo estaba, casi siempre estaba con una sonrisa dibujada en su rostro, se veía más seguro de sí mismo e incluso había conseguido algunos amigos de salones diferentes al suyo, por lo que en ocasiones se juntaba con ellos ya sea a platicar o hasta jugar futbol con su mejor amiga y admiradora lanzándole porras en las gradas que había en la cancha.

Para Aurora tristemente no era lo mismo, tenía sus altas y sus bajas, dado a que José ya había conseguido amigos nuevos estos a veces lo distanciaban de ella, por lo que la chica tenía que comer sola en el receso en muchas ocasiones. Aparte, pese a que su madre había salido ya del seminario, está realmente no había cambiado mucho, afortunadamente ya no se metía tanto en su vida, pero sí que le hacía miles de preguntas sobre sus amistades y obviamente, de José. La chica estaba alegre de que José tuviera amistades nuevas, pero al mismo tiempo empezaba a sentirse sola.

Afortunadamente para ella, José no iba a abandonar a la mujer que lo levanto del piso cuando este se encontraba hundido. Unas semanas después, en una de las pocas ocasiones en las que José se sentó con Aurora para comer luego de haberse hecho de varios amigos y amigas, Aurora claramente se mostraba deprimida, no tenía esa bella sonrisa y energía que siempre tenía, cosa que se le hizo bastante extraña a José y obviamente tuvo que preguntar.

José: ¿Qué tienes Aurora?

Aurora: Nada… ¿por qué?

José: Estas muy callada y te noto triste y apagada ¿te sucede algo malo? Dime, sabes que puedes confiar en mí.

Aurora: Pufff… -Soltó un suspiro. –Bueno… espero que no se mal interprete esto… estoy algo triste porque… ya no nos juntamos como antes, suena egoísta de mi parte decir que solo quiero que te juntes conmigo, me alegra que hayas conseguido amistades  nuevas, pero… tu sabes que yo no tengo amigos aquí y cuando no estás tú me siento sola… además que… cuando sales con tus amigos ya no puedo ir a tu casa y tengo que ir con mi madre… ya sé que suena egoísta de mi parte, pero la verdad es que si me pongo triste… cuando no estoy contigo.

José noto como una gota de lagrima se deslizaba suavemente sobre una de las mejillas de Aurora, señal de que en efecto estaba muy afligida, José se sintió mal por esto, de alguna manera se sentía culpable por hacerle daño a la mujer que lo apoyo cuando nadie más lo hizo, acto seguido se puso de pie y se dirigió a donde ella y la abrazo, Aurora correspondió al abrazo y hundió su cara en el pecho de José para ponerse a llorar ligeramente.

José: Tranquila… ya… ya… estoy aquí ahora ¿lo ves? Perdóname, no pensé que te fuera a hacer tanto daño el distanciarme así de ti, más bien el egoísta soy yo, por botarte cuando conseguí amistades, eso ¡NO volverá a pasar! Lo prometo, es más, saliendo de aquí vamos a mi casa y jugamos Smash Bross ¿Qué te parece?

Aurora: Me encanta la idea. –Dijo sonriendo con las lágrimas aun saliendo de sus bellos ojos.

José: Ya no llores, te ves hermosa llorando, pero no me gusta verte sufrir así por mi culpa, por eso no te volveré a dejar sola.

Aurora: ¿Me lo prometes?

José: Te lo prometo. –José tomo la mano derecha de Aurora y le dio un tierno beso. –Honestamente a veces me aburro de estar con ellos, casi siempre me la paso parado como menso en la cancha de futbol o solo vamos por comida chatarra, nada que ver con lo bien que me la paso contigo.

Cuando el timbre de fin de clases de ese mismo día sonó, los amigos de José insistieron en que fuera con ellos, pero este rechazo la invitación pues ya tenía planes con Aurora. Como en los buenos tiempos, salieron juntos de la escuela para ir a casa de José y se pusieron a jugar por horas videojuegos sin aburrirse, charlando sobre distintas cosas. Si pudo haber sido egoísta por parte de Aurora hacer que José se alejase de sus amigos, pero como él dijo, se la pasaba mejor con ella que con cualquier otra persona.

Esa misma noche Paola, la mejor amiga de Aurora fue a su casa a visitarla pues quería hacer una pijamada como las que hacían cuando eran más pequeñas y ahí Paola no pudo evitar preguntar cómo iban las cosas con José, Aurora le contó a detalle cómo le iba con José y lo que hicieron el día de hoy y también le conto lo que le confeso a José a la hora del receso, cosa que ocasiono que su amiga se indignara.

Paola: ¡Ay estas bien pendeja!

Aurora: ¿Por qué? –Pregunto confundida.

Paola: ¿Cómo por qué mijita? Por lo que hiciste hoy, tu solita te estas contradiciendo, ósea… le pides a José que forme amistades nuevas y cuando por fin el chavo lo hace tú te pones a llorar porque ya casi no pasa tiempo contigo, eso es egoísmo.

Aurora: Es que… me sentía sola sin él a la hora del almuerzo… -Respondió cabizbaja.

Paola: ¿Pues no que te gustaba estar sola?

Aurora: Ya no… desde que estoy con él empiezo a ver la soledad como algo horrible, antes la veía como algo tranquilo, pero José hizo cambiar mi modo de pensar.
Paola: Uuu… estas pero si bien enamorada de ese wey jaja.

Aurora: Tal vez ya es momento de confesarle lo que siento por él, ya no puedo aguantar más, necesito decirle que lo amo, aunque tal vez eso ya lo sabe porque se me nota de inmediato.

Paola: ¡Claro que no! Ahora él tiene otras prioridades y tú también tienes las tuyas, casi son los exámenes finales, deberás estar repasando tus lecciones y de seguro él estará más concentrado en estudiar que en tener una novia y además, sigues negando que es tu novio a veces ¿Cómo sabes que estas realmente enamorada de él?

Aurora: Solo lo se… no te lo puedo explicar, es algo muy vergonzoso…

Paola: Eres como mi hermana dark, sabes que puedes confiarme lo que sea y no me burlare de ti.

Aurora: Promete que no se lo dirás a nadie, ni a las demás del grupo.

Paola: Te lo juro por lo más sagrado que hay. –Dijo levantando su mano derecha.

Aurora: Cuando lo veo hablando con otras mujeres me pongo celosa, me paso cuando fuimos al centro comercial, no pude evitar sentir celos cuando hacía reír a otras mujeres con sus ocurrencias y… cuando me baño a veces… me toco imaginando que es él quien lo hace…

Paola: Wow… entonces si esta fuerte la situación con él, pero ¿estás segura que él al menos siente lo mismo por ti?

Aurora: No lo sé, tu sabes que a mí el amor no se me da o no se me daba, ni con Adrián sentía lo que siento por José ahora, no se… la cabeza me da vueltas siempre queme pongo mucho a pensar en eso…

Paola: Pues no está mal que sientas amor por él, por lo que me has contado se ve que es un buen chico y seguro te haría la vida muy feliz, pero tampoco solo pienses en ti, también piensa en él… José no es de tu propiedad, no es tu novio y aunque lo fuera no te da el poder de elegir con quien se puede juntar y con quién no.

Aurora: Ya lo sé…

Paola: No te pongas triste, el lado bueno es que no se ha olvidado de ti, si se sigue juntando contigo seguido es señal de que eres prioridad para él, pero también dale su espacio, júntate tú también con otros hombres de la escuela.

Aurora: ¡¿Estás loca?! Todos los tipejos de ahí solo quieren cogerme y ya, antes José es el único a quien no le he visto esas malas intenciones.

Paola: Haz amigas entonces para que no te sientas sola, es que también piénsale mijita o intenta hacerte amiga de sus nuevas amistades, así estarás cerca de él sin necesidad de estar de empalagosa todo el tiempo y así evitas fastidiarlo.

Aurora: No suena mal la idea, la puedo poner en práctica.

Las dos chicas seguían platicando de otras cosas ya entrada la noche, después de todo era viernes, así que podían desvelarse, se empezaron a arreglar las manos y los pies como en cualquier pijamada promedio de chicas jaja. Hablaban de su moda gótica, de los estudios, de la vida, Aurora volvió a tocar varias veces el tema de José, lo que fastidiaba a veces a Paola entre otras cosas más hasta que llegó la hora de dormir.

Como eran amigas de casi toda la vida y había tanta confianza, ambas dormían juntas en la misma cama de Aurora, después de todo, era grande y cabían las dos perfectamente, sin embargo, Aurora se estuvo otro rato más despierta mensajeándose con José, este le pasaba muchos memes, stickers y enlaces graciosos que hacían que la gótica riera en voz baja para no despertar a su amiga. El escenario la emocionaba, pues sentía como si se estuviera mensajeando con un amante mientras su pareja dormía al lado suyo, era algo que le generaba cierta adrenalina a la joven.

Luego de un largo rato de estarse escribiendo con José este se tuvo que despedir pues ya era tarde y le había ganado el sueño, Aurora, aunque algo deprimida por eso no le quedo de otra más que desearle dulces sueños a su amigo y despedirse. Cuando José se fue Aurora entro al perfil del chico para ver su foto de perfil, la cual era una imagen de él, Aurora sonrió y le dio un beso a la pantalla del celular, lo coloco sobre el buró y se durmió, teniendo una profunda siesta, soñando que estaba con José el día de su boda, como si fuera una niña llena de ilusiones.

Luego de un sábado aburrido y un domingo todavía más aburrido, algo interesante paso el lunes y es que José y Aurora salieron a pasear por el centro de la ciudad después de la escuela pues querían romper un poco la rutina de ir todos los días a casa de José. Mientras paseaban por la zona, Aurora iba muy pegada a José, esto para evitar que los hombres la miraran extraño y para sentirse protegida por su amor platónico.
Los chicos reían y se miraban fijamente mientras caminaban, además que Aurora iba sujetada del brazo derecho de José, lo que hacía pensar que eran novios muy acaramelados, eso mismo le paso a una pareja de la tercera edad, casi 60 años de matrimonio que atendían un puesto de fruta picada. José le invito una a Aurora y tras charlar un rato con los señores estos últimos hicieron un comentario cuando José y Aurora se fueron.

Señora: Que bonita pareja hacen.

Señor: Ahh… el amor joven, siempre es algo hermoso cuando es honesto.

Señora: Me recuerda a nosotros, cuando éramos jóvenes.

Después de estarse paseando por el centro regresaron felizmente a casa de José, la paz que había en esa morada siempre era agradable para Aurora. José le invito de comer a su mejor amiga a lo que esta acepto y hasta ayudo a preparar la comida para ambos. Cocinaron un gran festín que involucraba carne, verdura al vapor, sopa, agua de limón entre otras cosas más. Después de tener todo listo se dispusieron a comer y una vez finalizada la merienda se levantaron a lavarlos platos para que los padres de José no tuvieran sospechas de nada, pues ellos ni sabían que Aurora iba a su casa todos los días casi.

Sin embargo, mientras Aurora enjuagaba los trastes se le ocurrió hacer una travesura y es que con la manguera del fregadero mojo toda la playera de José, el chico más que molestarse se burló y también intento mojar y llenar de jabón a Aurora, ambos empezaron a dejar un charqueadero por todo el piso, por lo que después de terminar su jueguito ahora se tuvieron que poner a limpiar todo el piso de la cocina entre risas y más bromas.

Debido a que la playera de José termino toda mojada por culpa de Aurora este subió a su cuarto con Aurora detrás de él disculpándose por lo ocurrido, pero José la calmo diciendo que solo había sido un juego. Al entrar Aurora se tumbó en la cama de José como lo solía hacer de costumbre, pero rápidamente se incorporó sorprendida al ver el escenario que estaba presenciando y es que José se despojó de su playera húmeda dejando toda la parte superior de su cuerpo desnuda.


hermosa


Aurora se mordió el labio inferior de manera disimulada, deleitándose por la vista que estaba frente a sus hermosos ojos verdes, debido a que José recientemente había empezado a ir al gimnasio este agarro mucha masa muscular, tampoco tan exagerada pero sí que su cuerpo estaba fornido; su abdomen ya estaba marcado, los pectorales tonificados y sus brazos eran lo que más le encantaba a Aurora, llenos de venas que terminaban en unas grandes manos que Aurora deseaba usar como collar desesperadamente.

José le dio la espalda para buscar en su ropero otra playera y Aurora se relamió los labios al ver la fuerte espalda de José, más ancha antes, Aurora por dentro estaba babeando al ver el increíble cuerpo que había obtenido su mejor amigo, pero antes de que José se pudiera poner otra playera seca Aurora se percató de una mancha rara que tenía debajo de sus costillas, justo en su costado derecho.

Aurora: ¡Espera! ¿Qué es eso que tienes en el costado?

José: ¿Dónde?

Aurora: Aquí. –Dijo levantándose de la cama y tocando con cuidado el pecho de José con una mano y con la otra señalando aquella mancha extraña.

José: Ahh… jeje, es una marca de nacimiento, parece mugre ¿verdad? Jaja.

Aurora: Jaja, por tu tono de piel casi no se te nota, nunca te la había visto. –Aurora de manera disimulada deslizo la mano que tenía en el pecho de José y la llevo hacía su marcado abdomen para ver qué tan duros estaban esos abdominales. –Te ves muy bien José…

José: Ehh… gracias… supongo, he ido al gimnasio últimamente jeje… ¿esta rara mi marca de nacimiento? Jaja.

Aurora: ¿Sabías que las marcas de nacimiento nos demuestran como moriste en tu vida pasada?

José: Honestamente no creo en la reencarnación, pienso que cuando uno muere se va al cielo y ya, pero… si reencarnara, me encantaría volver a tener una amistad contigo en otra vida…

Aurora: ¿Ah sí? –Aurora miro los ojos de José con deseo.

José: Si…

José sujeto la cintura de Aurora y esta última llevo sus manos al pecho de su amor secreto y cuando estaban a punto de finalmente besarse fueron interrumpidos por el timbre de la casa. José se sobresaltó, soltó a Aurora y se dirigió al aparato que tenía cerca de su cama para preguntar quién era y tras recibir respuesta se puso rápido la playera y bajo a recibir el paquete que había llegado, dejando a Aurora sola en el cuarto, quien del coraje soltó un gruñido y dio un fuerte pisotón al suelo de la frustración de estar a escasos centímetros de poder besar a José y aquel maldito entrometido se lo impidió.

Era un cartero que había dejado un paquete importante para el padre de José, así que una vez que este abrió para recibirlo, el ambiente romántico se arruino por completo, pues una vez José se despidió del hombre que entrego el paquete le aconsejo a Aurora empezar a hacerla tarea, pues era mucha y eran tareas importantes, pues el fin del curso se aproximaba y necesitaban presentarla para que les fuera bien en sus calificaciones.

A la hora de hacer los ejercicios optaron por sentarse en el nuevo sillón que había comprado el padre de José para la sala de estar, un cómodo mueble donde ahora podían sentarse 3 personas. Aurora se notaba algo molesta por aquella interrupción, estaba tan pero tan cerca de que sus labios tocasen por fin los de José y en el momento oportuno alguien llega y lo estropea, la chica no estaba de humor para hablar, simplemente se sentó en el sillón con los pies arriba de este y José al apar suyo haciendo los trabajos.

José: Uff… se me acalambro la mano jaja. –Dijo una vez que termino.

Aurora: Psss… -Aurora no respondió, seguía molesta por lo ocurrido.

José: Sabes… he estado pensando en que deberías venir con nosotros a la feria de fin de año.

Aurora: ¿Acompañara quién? –Pregunto bajando el libro a sus piernas.

José: A mi amigos y a mí, me invitaron hace tiempo y les pregunte si te podía llevar y ellos aceptaron encantados, la verdad… no sería lo mismo si tu no vas.

Aurora: Mmm… no lo sé, sabes que eso de estar junto a muchas personas no es lo mío y si es un grupo entre hombres mucho menos, tú ya sabes porque.

José: Si lo sé, pero ellos no son así, no hablan de ti para nada, además, te prometo que en cuanto uno te falte el respeto nos retiramos de ahí.

Aurora: Mmm… no estoy segura…

José: Anda, no quisiera ir sin ti. –Dijo José lanzándole su mirada inocente.

Aurora: No me mires así jaja. –Dijo poniéndose roja y desviando la mirada hacia otro lado.

José: Por favor, por favor, por favor… -Repetía la misma frase una y otra vez intentando que Aurora lo volteara a ver, incluso se subió un poco encima de ella.

Aurora: ¡No! JAJA ¡Quítate! ¡Déjame en paz! JAJA. –Decía riendo intentando quitar a José de encima, aunque a ella realmente le encantaba tenerlo sobre ella.

José: No dejare de rogarte hasta que aceptes jeje.

Aurora: JAJA ¡No! –Después de varios ruegos finalmente acepto. –Bueno está bien, si voy, pero con una condición.

José: Dime.

Aurora: Quiero volver a ir al centro comercial contigo de compras ¡Y!... Quiero que vayas de nuevo como mi esclavo, que ya tiene mucho que te has librado de eso ¿entendiste?

José: ¡Fuerte y claro mi ama!

José intento levantarse, pero Aurora se lo impidió, ya que lo tomo fuerte de los hombros para que este recostara su cabeza en esas enormes almohadas que tenía por pechos, José se sorprendió pero no se apartó de ella.

Aurora: ¿Seguirás estudiando en esa misma escuela? –Pregunto acariciándole el cabello.

José: Supongo que si… ¿por qué? ¿Tú ya no?

Aurora: No lo se, ojala mi madre no haga una jugarreta y me terminen cambiando de escuela, estaría perdida sin ti.

José´: De todos modos sabes que aquí siempre serás bienvenida.

Aurora: Quiero que me hagas una promesa.

José: Lo que sea dime.

Aurora: Prométeme que pase lo que pase siempre seguiremos siendo los mejores amigos.

José: Lo prometo.

Aurora: Pero no así.

José: ¿Entonces cómo?

José se apartó del cuerpo de Aurora y esta entrelazo los dedos de su mano izquierda con los de la derecha de la mano de José.

Aurora: Así… yo te doy un beso en la mano y tú en la mía y ambos juramos hacer este pacto que JAMÁS se romperá.

Ambos chicos se hicieron ese juramento, besándose las manos para cerrar esa promesa, después de hacerlo Aurora volvió a abrazar a José y este hizo lo mismo. Luego de separarse los ojos de Aurora comenzaron a brillar, el amor que sentía por José se podía detectar a millas de distancia, pero debido a lo que le dijo Paola se contuvo de besarlo, pero la próxima vez que tendrían su cita, la chica ya no se pudo resistir más…

Y bueno amigos, espero que les haya gustado este capitulo, para los nuevos, subo el siguiente capítulo la próxima semana, si quieren estar al tanto de cuando suba el siguiente capitulo pueden seguirme gratis para estar al pendiente.

También no olviden darle 10 puntos al relato y compartirlo a un amigo que sepas que es fan de las góticas culonas jeje. Que tengan una buena semana.

1 comentarios - 6. La gótica y el tímido.

Alex_Lancer
M encanta la historia, pero siento que avanza , muy lento 😞
Van 10..!
Anonymous616_
G4racias por los diez punto, pero comop dije en el primer capítulo; todo se ira cocinando a fuego lento, porque no conoces a una persona y al tercer día te acuestas con ella 😉