Mi follamiga Elena estaba de boda y me llamo para decirme que habían acabado en una discoteca, donde ya solo quedaban los invitados más borrachos, entre ellos su cornudo. La llamada era una deliciosa invitación al morbo, por lo que cuando terminé mi turno en el bar, me fui para esa discoteca. Allí estaba ella, guapísima, con un vestido rosa palo, largo hasta los pies, sin mangas, ajustadísimo, marcando su culo y sus pechitos, los cuales se notaban bien redondeados y levantados por el sujetador. Era la unica mujer y además de su marido, borracho, estaban 3 hombres más, a cuál más borracho. Elena tenía ganas de marcha y cuando nos saludamos con 2 besos, esta agarro mi paquete, estando su marido al lado sin darse cuenta. Cuando salude a su marido, esta acaricio mi culo. Pase mi mano por la cintura de Elena y ella hizo lo propio. Les pregunte que tal la boda y mientras su marido me contestaba, sin entendérsele mucho, bajamos nuestras manos, acariciándonos los culos.
Cuando empezamos a bailar, la cosa fue calentándose más. A Elena le importaba poco que allí estuviera su marido, pues no para de bailar restregándome el culo en el paquete, con la excusa de que la canción era para perrear. Cada vez que su marido se iba a la barra a pedir o íbamos nosotros, aprovechábamos para meternos más mano aún. Una de las veces que fuimos a pedir, Elena no se aguantó más y me dijo de irnos mejor al baño.
Nos encerramos en un departamento y nos besamos acaloradamente, con mis manos acariciando su culo y pechitos. Baje la cabeza para morder sus pechitos, mientras acariciaba y apretaba fuerte su culo. Comencé a subirla el vestido, hasta dejarlo por su cintura. Llevaba un tanga de hilo negro y seguí acariciando su culo. Me arrodille y la bese el coño, tapado por el tanga, mientras acariciaba su culo. Aparte el tanga y lamí su clítoris, mientras comencé a masturbarla con mi dedo gordo. La giré y comencé a besar y morder su culo, mientras volvía a meter mi dedo en su coño, para seguir masturbándola. Metí mi cara entre sus piernas, aparte el tanga y la comí el coño, mientras acariciaba su culo. Al rato, Elena se giró y seguí comiéndola el coño, con mis manos agarrando su culo. Esta subió una de sus piernas y coloco su muslo sobre mi hombro, permitiendo que mi lengua entrara más a fondo. Elena acariciaba mi cabeza y me pedía más velocidad. Mi lengua subía la rapidez, sin parar hasta que se corrió en mi boca.
Me levante y tras un buen beso, Elena se arrodillo. Me bajo el pantalón y comenzó a lamer mi polla, mientras jugaba con mis huevos en su mano. Con la otra mano me masturbo, mientras con su lengua jugueteaba en mi glande. Cuando se puso dura, me hizo un mamadón notando sus gorditos labios. La di un condón y esta me lo puso usando su boca. Se levanto, la cogí en vilo, aparto su tanga y metió mi polla en su coño. Comenzamos a follar contra la puerta. Nos besamos apasionadamente, con mis manos agarrando sus muslos y ella me clavaba sus uñas en mi cuello. De vez en cuando, alguna torta le cayó a Elena, cosa que la ponía más cachonda y hacía que me clavara más aun las uñas.
Baje a Elena y la gire, poniéndola mirando la pared, para poder follarla, bien duro, el culo. En este rato, la azotaba y apretaba su cara contra la puerta. La volví a poner mirándome, levante una de sus piernas y volví a follarla. Acariciaba su muslo levantado y con la otra mano, sus pechos, mientras nos besábamos. Cuando me iba a correr, Elena se arrodillo, me quito el condón y me la volvió a comer, hasta que me corrí en su boca. Elena trago sin parar, hasta dejarme bien seco. Cuando se levantó, nos volvimos a besar y la masturbe hasta que se volvió a correr. Ambos lamimos mi dedo, lleno de sus jugos.
Nos colocamos bien la ropa y salimos, yendo a pedir a la barra, pues se supone que es a lo que habíamos ido. Gracias a la borrachera de su marido y los otros hombres, no se enteraron de nuestra escapada.
Cuando cerraron la discoteca, Elena, propuso ir a su casa a tomar la última. Yo me reí pues sabía que la zorra lo hacía solo por el morbo. De los otros hombres que quedaban solo uno se apuntó a tomar algo en casa de estos y, por suerte, era el más borracho de todos. En el taxi Elena y yo tonteamos sin parar y acariciaba sus pechitos disimuladamente, aprovechando que los otros dos iban casi dormidos.
Ya en la casa, nos sentamos los tres en el sofá, yo en un extremo. Elena fue a la cocina por unas copas y hielos. Los dejo en la mesa y me pidió que la ayudara con la bebida. Fui a la cocina con ella y nos besamos, antes de que abriera el frigorífico, con mis manos en su culo. Volvimos al salón con los refrescos, los dejamos en la mesa y fuimos al mueble donde guardan las botellas de alcohol. Me coloqué detrás de Elena y, mientras abría el armario y me daba las botellas, restregué mi paquete por su culo.
Volvimos al sofá y me senté nuevamente. Elena repartió los vasos con hielos y pregunto al hombre que quería. Entre los balbuceos, se le entendió lo que quería beber. Elena cogió la bebida y cuando le estaba sirviendo, echo parte sobre su pantalón. Lo disimulo bien, pero yo sabía que había sido aposta. Y más claro lo tuve cuando esta comenzó a hacerse la tonta y disculparse. Agarro una servilleta y comenzó a limpiarle la mancha, restregándole bien el paquete al hombre. Este ni se daba cuenta y solo la daba las gracias. El marido de Elena miraba al infinito sin enterarse de gran cosa. Tras servir también a su marido, se preparó su copa y la mía, y se sentó sobre mí.
Elena y yo brindamos y. mientras dábamos el primer trago, mi mano que rodeaba su cintura, subió lo necesario para acariciar levemente el borde de sus pechitos. Tras este trago, Elena propuso tomar la copa de un trago. Yo me reí pues sabía lo que buscaba. El hombre se bebió casi toda la copa, el marido de Elena dio un par de sorbos y le dio una arcada, yo di un trago largo, pero sin pasarme, y ella sí que se tomó la copa entera. Comenzó a dar saltos de alegría, sobre mi paquete y yo aprovechaba para acariciar sus pechitos.
Elena se levantó y saco una botella de tequila. La fue pasando por todos para que bebiéramos, directamente de ella. En la segunda ronda, su marido ya cerro los ojos y dejo de contestar. El otro hombre sí que se le veía animado, pero cada vez más borracho y no se le entendía nada. Le dije a Elena que pusiera música y me puse con ella a bailar. Arrimamos bien, restregando mi paquete contra su culo, más aún que antes. Elena le dijo al hombre que viniera a bailar, pero este cuando intento levantarse del sofá, se volvió a caer hacia atrás, de la borrachera que llevaba. Elena y yo nos reímos y esta volvió a acercarse al hombre, dándole de beber, nuevamente, de la botella de tequila. Nuevamente le tiro bebida encima del pantalón y esta le volvió a restregar el paquete, haciendo que se lo limpiaba. Le dijo que se quitara el pantalón para ponerlo a secar bien, y este no le puso mucha resistencia para que se lo quitara, entre risas. Elena volvió a acariciar su paquete, haciendo que lo limpiaba, ahora sobre un bóxer, donde se notaba que algo dura se le había puesto con tanto roce.
Le dije a Elena que volviera a bailar conmigo, que no tuviera tanta prisa por probar polla nueva. Volvió conmigo, riéndose y volvimos a bailar. Comenzamos a besarnos y meternos bien mano, sin miedo alguno, pues veíamos que los del sofá estaban enterándose de poco. Desabroche la cremallera trasera del vestido de Elena y ella se lo quito. Se quedo bailando, mirando al hombre del sofá. Solo llevaba el tanga de hilo y un sujetador, ambos negros, de aro, sin tirantes, que redondeaba muy bien sus pechitos. Seguimos bailando bien provocativos, mientras mirábamos al hombre y metía mano a Elena descaradamente. Le pregunte como veía a Elena, y este simplemente fue capaz de soltar una breve sonrisa.
Elena se acercó de nuevo al hombre y se puso de rodillas entre sus piernas. Saco su polla del bóxer y comenzó a lamerle el glande, mientras le masturbaba. Elena me miraba y se reía. Me arrodille a su lado, nos besamos y ella comenzó a mamarle la polla, mientras yo acariciaba y besaba su culo. Metí mi cara entre sus piernas, aparte su tanga y la comí el coño. Mis manos acariciaban su culo y lo azotaba. Con su coño empapadísimo, me quite el pantalón y me coloque de rodillas tras ella. Golpeé su culo con mi polla y lo restregué por la raja de este, mientras me masturbaba y se me ponía dura. Me puse un condón, aparte su tanga y comencé a follarla el coño.
Elena estaba disfrutando mucho con el morbo de la situación, aunque le costaba mantener dura la polla del borracho. Este, con los ojos casi cerrados, sonreía feliz. Yo seguía follándola el coño, mientras ella se la comía más rápido al borracho. De repente el borracho se corrió, sin avisar a Elena, y a esta le llego la corrida por sorpresa, causándola una arcada. Esto hizo que, parte del semen le cayera a este por su pola e ingle. Elena volvió a mamársela tragando y luego le lamio todo para limpiar lo que cayo. Yo no pare de follarla, hasta que me aviso que iba a correrse de nuevo. Entonces volví a meter mi cara entre sus piernas, comiendo su coño hasta que Elena se corrió.
Coloque a Elena de rodillas en el sofá, mirando la pared. Aparte su tanga y la folle el culo, mientras volvía a azotárselo. Cada vez se lo follaba mas fuerte, mientras ella gemía sin parar y sin preocuparse pues ninguno de los dos que nos acompañaban estaban para decir nada. Elena se sentó y me quito el condón. Me comió los huevos, mientras me masturbaba. Cuando se la metió en la boca, comencé a follársela, sin parar hasta que me corrí.
Cuando Elena me dejo la polla limpísima, me senté en el sofá y ella, tras subir el bóxer al borracho, se sentó, lateralmente sobre mí. Nos volvimos a besar y acaricie sus piernas. Una de mis manos, subió por su cuerpo, hasta llegar a sus pechitos y acariciárselos. Saque uno de sus pechitos y jugué con su pezón gordo y carnoso entre mis dedos, hasta que agache la cabeza y lo comí. Volvimos a besarnos y jugué de nuevo con su pezón.
Elena se levantó, se colocó bien el sujetador y me dijo, con sonrisa juguetona, que la siguiera, mientras cogía la cubitera y la botella de tequila. Seguí ese rico culo y acabamos en su habitación. Allí nos volvimos a besar, de pie, y mis manos acariciaban su culo. Elena soltó las cosas en una mesita de noche. Cogió un hielo con la boca y se acercó a mí. Comenzó a pasarme el hielo por el cuello. Me quito la camiseta y comenzó a pasarlo por mi pecho, mientras agarraba mi polla con la mano y, muy despacio, me masturbaba. Fue bajando, hasta acabar arrodillada. Paso el hielo rodeando mi polla. Se saco el hielo de la boca y comenzó a lamerme el glande, con su helada lengua. La sensación de frio hizo que me pusiera bien cachondo y se me puso dura, rápidamente. Me dio un par de lametones a toda mi polla y la metió en su boca, entera, otro par de veces. Se puso el hielo de nuevo en la boca y volvió a subir, pasándolo por mi cuerpo, mientras me masturbaba.
Elena paso el hielo por mis labios. Abrí la boca y cogí el hielo de su boca. Comencé a pasarlo por su cuello y esta apretaba mi cabeza contra ella, mientras subía la velocidad de la paja. Empuje a Elena, sentándola en la cama. Me arrodille entre sus piernas y esta se inclino hacia atrás, apoyando sus manos en la cama. Comencé a pasar el hielo por su tanga, empapando y marcando, en el, la rica raja de su coño. Cogí el hielo con la mano y empecé a lamer y morder el coño, marcado en el tanga. Con la mano, pase el hielo por la tripa de Elena. Aparte el tanga y la comí el coño. De vez en cuando volvía a pasar el hielo por su coño, para inmediatamente volver a meter mi lengua.
Fui subiendo, lamiendo el agua que el hielo había dejado por su tripa, hasta levantarme. Cogí un nuevo hielo y me senté al lado de Elena. Nos besamos y pase el hielo, con mi mano, rodeando sus pechitos. Los empecé a pasar por encima del sujetador y sus pezones se pusieron bien duros y marcados en él. Elena se quito el sujetador y comencé a comerla los pechitos, mientras seguía pasando el hielo.
Elena fue a por la botella de tequila y se volvió a sentar a mi lado. Dimos un trago de la botella y volvimos a besarnos. Elena roció sus pechitos con el tequila y volví a lamérselos y comérselos, mientras esta lo hacía. Una de mis manos, se metió por su tanga, masturbándola. Elena se coloco a gatas en la cama, roció mi polla y me hizo una nueva mamada. Acaricié su culo y volví a masturbarla. Con mi otra mano, acariciaba su cabeza y tiraba de su pelo, de vez en cuando.
Elena me puso un condón y se sentó sobre mí. Se metió mi polla en su mojadísimo coño y follamos, moviéndose en círculos. Mis manos acariciaban sus muslos. Elena bebía de la botella y me daba a mí también. Siguió rociando sus pechitos, para que se los comiera bien rico y, cuando lo hacía, ella se movía a mas velocidad. Elena comenzó a gemir como una loca y apretó mi cabeza contra sus pechitos. Estaba a punto de correrse, por lo que la tumbe en la cama y me coloque a gatas entre sus piernas. Le quite la botella, aparte su tanga y rocíe con tequila su delicioso coño, comenzando a lamerlo. No deje de comérselo hasta que se corrió.
Deje la botella y me tumbe sobre Elena. Metí mi polla nuevamente en su coño y la follé bien duro, con sus piernas rodeándome, acariciando sus muslos y besándonos. Me puse de rodillas, entre sus piernas, me eché sobre ella, y la volví a follar, inclinándome y empujando sus piernas contra su pecho. Me puse de rodillas y la seguí follando con sus piernas sobre mis hombros. La giré y comencé a follarla el culo, estando ella tumbada de medio lado. La puse a gatas y la seguí follando el culo, cada vez mas fuerte. Acabe tumbándola boca abajo, me eche sobre ella y seguí follándola el culo, mientras apretaba su cara contra el colchón, soltándola solo para que respirara un poco.
No pare ya hasta que me corrí dentro de su culo. Entonces me tumbe y elena lo hizo sobre mí, en posición de 69. Me quito el condón y me comió la polla, mientras yo la comí el coño, hasta que se volvió a correr.
Nos quedamos un rato tumbados, besándonos y acariciándonos, antes de volver al salón. Allí dormían los dos borrachos. Nos sentamos y nos tomamos una ultima copa, mientras nos besábamos y acariciábamos, antes de vestirme e irme a casa.
Cuando empezamos a bailar, la cosa fue calentándose más. A Elena le importaba poco que allí estuviera su marido, pues no para de bailar restregándome el culo en el paquete, con la excusa de que la canción era para perrear. Cada vez que su marido se iba a la barra a pedir o íbamos nosotros, aprovechábamos para meternos más mano aún. Una de las veces que fuimos a pedir, Elena no se aguantó más y me dijo de irnos mejor al baño.
Nos encerramos en un departamento y nos besamos acaloradamente, con mis manos acariciando su culo y pechitos. Baje la cabeza para morder sus pechitos, mientras acariciaba y apretaba fuerte su culo. Comencé a subirla el vestido, hasta dejarlo por su cintura. Llevaba un tanga de hilo negro y seguí acariciando su culo. Me arrodille y la bese el coño, tapado por el tanga, mientras acariciaba su culo. Aparte el tanga y lamí su clítoris, mientras comencé a masturbarla con mi dedo gordo. La giré y comencé a besar y morder su culo, mientras volvía a meter mi dedo en su coño, para seguir masturbándola. Metí mi cara entre sus piernas, aparte el tanga y la comí el coño, mientras acariciaba su culo. Al rato, Elena se giró y seguí comiéndola el coño, con mis manos agarrando su culo. Esta subió una de sus piernas y coloco su muslo sobre mi hombro, permitiendo que mi lengua entrara más a fondo. Elena acariciaba mi cabeza y me pedía más velocidad. Mi lengua subía la rapidez, sin parar hasta que se corrió en mi boca.
Me levante y tras un buen beso, Elena se arrodillo. Me bajo el pantalón y comenzó a lamer mi polla, mientras jugaba con mis huevos en su mano. Con la otra mano me masturbo, mientras con su lengua jugueteaba en mi glande. Cuando se puso dura, me hizo un mamadón notando sus gorditos labios. La di un condón y esta me lo puso usando su boca. Se levanto, la cogí en vilo, aparto su tanga y metió mi polla en su coño. Comenzamos a follar contra la puerta. Nos besamos apasionadamente, con mis manos agarrando sus muslos y ella me clavaba sus uñas en mi cuello. De vez en cuando, alguna torta le cayó a Elena, cosa que la ponía más cachonda y hacía que me clavara más aun las uñas.
Baje a Elena y la gire, poniéndola mirando la pared, para poder follarla, bien duro, el culo. En este rato, la azotaba y apretaba su cara contra la puerta. La volví a poner mirándome, levante una de sus piernas y volví a follarla. Acariciaba su muslo levantado y con la otra mano, sus pechos, mientras nos besábamos. Cuando me iba a correr, Elena se arrodillo, me quito el condón y me la volvió a comer, hasta que me corrí en su boca. Elena trago sin parar, hasta dejarme bien seco. Cuando se levantó, nos volvimos a besar y la masturbe hasta que se volvió a correr. Ambos lamimos mi dedo, lleno de sus jugos.
Nos colocamos bien la ropa y salimos, yendo a pedir a la barra, pues se supone que es a lo que habíamos ido. Gracias a la borrachera de su marido y los otros hombres, no se enteraron de nuestra escapada.
Cuando cerraron la discoteca, Elena, propuso ir a su casa a tomar la última. Yo me reí pues sabía que la zorra lo hacía solo por el morbo. De los otros hombres que quedaban solo uno se apuntó a tomar algo en casa de estos y, por suerte, era el más borracho de todos. En el taxi Elena y yo tonteamos sin parar y acariciaba sus pechitos disimuladamente, aprovechando que los otros dos iban casi dormidos.
Ya en la casa, nos sentamos los tres en el sofá, yo en un extremo. Elena fue a la cocina por unas copas y hielos. Los dejo en la mesa y me pidió que la ayudara con la bebida. Fui a la cocina con ella y nos besamos, antes de que abriera el frigorífico, con mis manos en su culo. Volvimos al salón con los refrescos, los dejamos en la mesa y fuimos al mueble donde guardan las botellas de alcohol. Me coloqué detrás de Elena y, mientras abría el armario y me daba las botellas, restregué mi paquete por su culo.
Volvimos al sofá y me senté nuevamente. Elena repartió los vasos con hielos y pregunto al hombre que quería. Entre los balbuceos, se le entendió lo que quería beber. Elena cogió la bebida y cuando le estaba sirviendo, echo parte sobre su pantalón. Lo disimulo bien, pero yo sabía que había sido aposta. Y más claro lo tuve cuando esta comenzó a hacerse la tonta y disculparse. Agarro una servilleta y comenzó a limpiarle la mancha, restregándole bien el paquete al hombre. Este ni se daba cuenta y solo la daba las gracias. El marido de Elena miraba al infinito sin enterarse de gran cosa. Tras servir también a su marido, se preparó su copa y la mía, y se sentó sobre mí.
Elena y yo brindamos y. mientras dábamos el primer trago, mi mano que rodeaba su cintura, subió lo necesario para acariciar levemente el borde de sus pechitos. Tras este trago, Elena propuso tomar la copa de un trago. Yo me reí pues sabía lo que buscaba. El hombre se bebió casi toda la copa, el marido de Elena dio un par de sorbos y le dio una arcada, yo di un trago largo, pero sin pasarme, y ella sí que se tomó la copa entera. Comenzó a dar saltos de alegría, sobre mi paquete y yo aprovechaba para acariciar sus pechitos.
Elena se levantó y saco una botella de tequila. La fue pasando por todos para que bebiéramos, directamente de ella. En la segunda ronda, su marido ya cerro los ojos y dejo de contestar. El otro hombre sí que se le veía animado, pero cada vez más borracho y no se le entendía nada. Le dije a Elena que pusiera música y me puse con ella a bailar. Arrimamos bien, restregando mi paquete contra su culo, más aún que antes. Elena le dijo al hombre que viniera a bailar, pero este cuando intento levantarse del sofá, se volvió a caer hacia atrás, de la borrachera que llevaba. Elena y yo nos reímos y esta volvió a acercarse al hombre, dándole de beber, nuevamente, de la botella de tequila. Nuevamente le tiro bebida encima del pantalón y esta le volvió a restregar el paquete, haciendo que se lo limpiaba. Le dijo que se quitara el pantalón para ponerlo a secar bien, y este no le puso mucha resistencia para que se lo quitara, entre risas. Elena volvió a acariciar su paquete, haciendo que lo limpiaba, ahora sobre un bóxer, donde se notaba que algo dura se le había puesto con tanto roce.
Le dije a Elena que volviera a bailar conmigo, que no tuviera tanta prisa por probar polla nueva. Volvió conmigo, riéndose y volvimos a bailar. Comenzamos a besarnos y meternos bien mano, sin miedo alguno, pues veíamos que los del sofá estaban enterándose de poco. Desabroche la cremallera trasera del vestido de Elena y ella se lo quito. Se quedo bailando, mirando al hombre del sofá. Solo llevaba el tanga de hilo y un sujetador, ambos negros, de aro, sin tirantes, que redondeaba muy bien sus pechitos. Seguimos bailando bien provocativos, mientras mirábamos al hombre y metía mano a Elena descaradamente. Le pregunte como veía a Elena, y este simplemente fue capaz de soltar una breve sonrisa.
Elena se acercó de nuevo al hombre y se puso de rodillas entre sus piernas. Saco su polla del bóxer y comenzó a lamerle el glande, mientras le masturbaba. Elena me miraba y se reía. Me arrodille a su lado, nos besamos y ella comenzó a mamarle la polla, mientras yo acariciaba y besaba su culo. Metí mi cara entre sus piernas, aparte su tanga y la comí el coño. Mis manos acariciaban su culo y lo azotaba. Con su coño empapadísimo, me quite el pantalón y me coloque de rodillas tras ella. Golpeé su culo con mi polla y lo restregué por la raja de este, mientras me masturbaba y se me ponía dura. Me puse un condón, aparte su tanga y comencé a follarla el coño.
Elena estaba disfrutando mucho con el morbo de la situación, aunque le costaba mantener dura la polla del borracho. Este, con los ojos casi cerrados, sonreía feliz. Yo seguía follándola el coño, mientras ella se la comía más rápido al borracho. De repente el borracho se corrió, sin avisar a Elena, y a esta le llego la corrida por sorpresa, causándola una arcada. Esto hizo que, parte del semen le cayera a este por su pola e ingle. Elena volvió a mamársela tragando y luego le lamio todo para limpiar lo que cayo. Yo no pare de follarla, hasta que me aviso que iba a correrse de nuevo. Entonces volví a meter mi cara entre sus piernas, comiendo su coño hasta que Elena se corrió.
Coloque a Elena de rodillas en el sofá, mirando la pared. Aparte su tanga y la folle el culo, mientras volvía a azotárselo. Cada vez se lo follaba mas fuerte, mientras ella gemía sin parar y sin preocuparse pues ninguno de los dos que nos acompañaban estaban para decir nada. Elena se sentó y me quito el condón. Me comió los huevos, mientras me masturbaba. Cuando se la metió en la boca, comencé a follársela, sin parar hasta que me corrí.
Cuando Elena me dejo la polla limpísima, me senté en el sofá y ella, tras subir el bóxer al borracho, se sentó, lateralmente sobre mí. Nos volvimos a besar y acaricie sus piernas. Una de mis manos, subió por su cuerpo, hasta llegar a sus pechitos y acariciárselos. Saque uno de sus pechitos y jugué con su pezón gordo y carnoso entre mis dedos, hasta que agache la cabeza y lo comí. Volvimos a besarnos y jugué de nuevo con su pezón.
Elena se levantó, se colocó bien el sujetador y me dijo, con sonrisa juguetona, que la siguiera, mientras cogía la cubitera y la botella de tequila. Seguí ese rico culo y acabamos en su habitación. Allí nos volvimos a besar, de pie, y mis manos acariciaban su culo. Elena soltó las cosas en una mesita de noche. Cogió un hielo con la boca y se acercó a mí. Comenzó a pasarme el hielo por el cuello. Me quito la camiseta y comenzó a pasarlo por mi pecho, mientras agarraba mi polla con la mano y, muy despacio, me masturbaba. Fue bajando, hasta acabar arrodillada. Paso el hielo rodeando mi polla. Se saco el hielo de la boca y comenzó a lamerme el glande, con su helada lengua. La sensación de frio hizo que me pusiera bien cachondo y se me puso dura, rápidamente. Me dio un par de lametones a toda mi polla y la metió en su boca, entera, otro par de veces. Se puso el hielo de nuevo en la boca y volvió a subir, pasándolo por mi cuerpo, mientras me masturbaba.
Elena paso el hielo por mis labios. Abrí la boca y cogí el hielo de su boca. Comencé a pasarlo por su cuello y esta apretaba mi cabeza contra ella, mientras subía la velocidad de la paja. Empuje a Elena, sentándola en la cama. Me arrodille entre sus piernas y esta se inclino hacia atrás, apoyando sus manos en la cama. Comencé a pasar el hielo por su tanga, empapando y marcando, en el, la rica raja de su coño. Cogí el hielo con la mano y empecé a lamer y morder el coño, marcado en el tanga. Con la mano, pase el hielo por la tripa de Elena. Aparte el tanga y la comí el coño. De vez en cuando volvía a pasar el hielo por su coño, para inmediatamente volver a meter mi lengua.
Fui subiendo, lamiendo el agua que el hielo había dejado por su tripa, hasta levantarme. Cogí un nuevo hielo y me senté al lado de Elena. Nos besamos y pase el hielo, con mi mano, rodeando sus pechitos. Los empecé a pasar por encima del sujetador y sus pezones se pusieron bien duros y marcados en él. Elena se quito el sujetador y comencé a comerla los pechitos, mientras seguía pasando el hielo.
Elena fue a por la botella de tequila y se volvió a sentar a mi lado. Dimos un trago de la botella y volvimos a besarnos. Elena roció sus pechitos con el tequila y volví a lamérselos y comérselos, mientras esta lo hacía. Una de mis manos, se metió por su tanga, masturbándola. Elena se coloco a gatas en la cama, roció mi polla y me hizo una nueva mamada. Acaricié su culo y volví a masturbarla. Con mi otra mano, acariciaba su cabeza y tiraba de su pelo, de vez en cuando.
Elena me puso un condón y se sentó sobre mí. Se metió mi polla en su mojadísimo coño y follamos, moviéndose en círculos. Mis manos acariciaban sus muslos. Elena bebía de la botella y me daba a mí también. Siguió rociando sus pechitos, para que se los comiera bien rico y, cuando lo hacía, ella se movía a mas velocidad. Elena comenzó a gemir como una loca y apretó mi cabeza contra sus pechitos. Estaba a punto de correrse, por lo que la tumbe en la cama y me coloque a gatas entre sus piernas. Le quite la botella, aparte su tanga y rocíe con tequila su delicioso coño, comenzando a lamerlo. No deje de comérselo hasta que se corrió.
Deje la botella y me tumbe sobre Elena. Metí mi polla nuevamente en su coño y la follé bien duro, con sus piernas rodeándome, acariciando sus muslos y besándonos. Me puse de rodillas, entre sus piernas, me eché sobre ella, y la volví a follar, inclinándome y empujando sus piernas contra su pecho. Me puse de rodillas y la seguí follando con sus piernas sobre mis hombros. La giré y comencé a follarla el culo, estando ella tumbada de medio lado. La puse a gatas y la seguí follando el culo, cada vez mas fuerte. Acabe tumbándola boca abajo, me eche sobre ella y seguí follándola el culo, mientras apretaba su cara contra el colchón, soltándola solo para que respirara un poco.
No pare ya hasta que me corrí dentro de su culo. Entonces me tumbe y elena lo hizo sobre mí, en posición de 69. Me quito el condón y me comió la polla, mientras yo la comí el coño, hasta que se volvió a correr.
Nos quedamos un rato tumbados, besándonos y acariciándonos, antes de volver al salón. Allí dormían los dos borrachos. Nos sentamos y nos tomamos una ultima copa, mientras nos besábamos y acariciábamos, antes de vestirme e irme a casa.
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