Hola amigos! Vamos a seguir contando los sucesos que se vienen dando en torno a los chicos del kiosco, ya que, también hay mucha tela para contar con los albañiles del pádel, y el mismo profesor. En este momento,Pato tiene abierto tres frentes de juegos sexuales que me están comiendo la cabeza.
Estábamos en casa, era viernes, tipo 24 hs, los chicos habían salido a juntadas y fiestas y no volverían hasta más tarde, si es que no se quedaban en casa de algún amigo.
Nos dispusimos a ver una serie en netflix, bastante subida de tono, la idea era calentarnos, el tema es que nos calentamos demasiado. Jajaja, nos besábamos y nos tocábamos viendo la serie, todo muy tranqui, pero ambos ya estábamos que volábamos.
Me levanto para preparar un fernet, y me doy cuenta que no hay coca zero. Un bajón! Pero se me ocurre que tal vez, podría ir Pato a comprar al kiosco, o mejor, acompañarla yo…
Así fue que le sugerí a Pato que fuese ella al kiosco, medio en broma y un poco más en serio.
Andres: - Amor, que te parece si vas a comprar una coquita a lo de tu amigo? O tal vez podemos ir juntos. Le dije con picardía.
Pato: - te parece amor? Mira que estoy muy caliente, No volví al kiosco desde esa noche. Me dijo.
Andres: -Dale vamos, yo te acompaño, por ahí, conseguimos alimentar nuestros ratones, y volvemos y nos echamos un buen garche. Sugerí como una alternativa para cogernos bien calientes.
Pato: - Ok vamos, pero no vale arrepentirse, deja que me ponga algo para calentar un poquito a mi nuevo amiguito.
Se puso algo así, una remerita escotada bien suelta.
Acto seguido ella fue a cambiarse. Que rica estaba, un escote bien sugerente, ya que tanto le habían gustado sus tetas el otro día.
Salimos de casa y fuimos en dirección al kiosco.
Me volaban los ratones, tenían intriga de saber qué pensarían estos chicos, si yo acompañaba a Pato. Solo esperaba que no estuviese JC, el chico que yo conozco hace mucho.
Ya en camino, se me ocurre que mejor no voy con ella, si noque más bien, la veo desde más lejos, y puedo ser un testigo silencioso del momento. Así es que me separo un poco, la dejo ir caminando sola, y me quedo a una distancia prudente, lo suficientemente cerca para escuchar o ver, sin ser visto.
Pato se acerca a la ventanita del kiosco, veo que Ale, le abre la puerta, no está solo. Veo que esta con otro pibe más. Es otro de los dueños del kiosco.
Ale al verla sonríe con picardía y complicidad. Sin perder tiempo Ale comenta
Ale: - no pensé que fueras a volver, y menos tan pronto. Te animaste a venir sola otra vez?
El otro chico mucho no entendía, pero tras esas palabras sonrió, tal vez, se había dado cuenta que esta hermosa mujer con escote sugerente,es la mujer que Ale le había contado le chupo la pija unos días atrás.
Pato sonríe, sabiendo que su marido está cerca, y responde con un tono juguetón:
Pato:- Y quién te dijo que estoy sola?. Esto deja a los chicos intrigados, pero también aumenta la intensidad del momento, pues ahora ellos saben que el marido, o sea yo, quien tal vez aun no me relacionan con ella, podría estar cerca.
Sin embargo, lejos de detenerse, uno de los chicos le lanza una mirada directa y le pregunta:
Ale: -O sea que realmente si has venido solamente por la Coca? O acaso hay algo que no sabemos?
Pato responde con una risa suave y un gesto evasivo, creando un ambiente de tensión que va en aumento. Los chicos comienzan a jugar con las palabras,mientras ella coquetea sin reservas, consciente de que yo estoy probablemente observando todo y disfrutando de la humillación de mi propio rol de espectador.
Ella a toda costa trataba de, disimuladamente, mostrar más las tetas, se agachaba, tocaba un chocolate, un paquete de gomitas, todo para tratar de dejar ver sus grandes tetas.
Ellos hacían comentarios como, un buen pedazo… de chocolate te vendría bien.O si queres allá hay más gomitas, me podrías tirar la goma. Y cosas así, de pendejos pajeros. Pato notaba que de vez en cuando ellos se manoteaban elpantalón pero seguían detrás de mostrador.
En un giro inesperado por nosotros, uno de los chicos se dirige disimuladamente hacia la puerta y comenta en voz baja, pero lo suficientemente fuerte para que yo lo escuche:
Rodri: -Mirá, ahí está… pensé que te habías atrevido a venir sola.
Nos descubrieron, lejos de ponerse nerviosa Pato sonríe y responde en voz alta, como si la respuesta fuera para los chicos pero sabiendo que yo estoy escuchando:
Pato: -Tal vez necesita ver cómo se comporta una mujer de verdad con hombres de verdad.
Esta frase aumenta la calentura de todos, y la humillación en mí, que sigo escondido pero incapaz de alejarme del lugar.
Finalmente, Pato se adentra más en la tienda con los chicos, mientras estos la invitan a pasar al cuartito, igual que la última vez, con comentarios sugerentes.
Al ver que desaparecen de mi vista, me acerco a la ventanita, con mucha precaución,y los escucho reírse, y hacer comentarios del tipo “nos alegraste la noche”, “y yo que pensaba que esta noche iba a tener que irme a la cama con la calentura que tengo”, o ella diciendo “hay chicos son tan lindos, me gustaría comerlos,pero, no tenemos mucho tiempo, y el cornudito me está esperando afuera”.
No soporto la idea de no poder ver qué pasa. Tampoco me quiero limitar a escuchar, es una tortura para mi miembro. Me quiero alejar y no puedo. En eso veo que un auto se estaciona. Seguramente viene a comprar algo. Disimuladamente hago como que guardo algo que compre en el kiosco, y me ubico en otro lugar para ver qué es lo que acontece.
Mientras me mantengo un tanto escondido pero cerca del kiosco, tratando dever lo que sucede, un hombre de unos 55 años, se acerca al kiosco y toca el timbre del mismo.
Mi corazón late a mil, mi pantalón también, estoy nervioso, excitado, pero no puedo ni siquiera alejarme de la escena, quiero saber qué pasa.
Dentro del cuartito, Pato esta parada en el medio de los dos chicos, uno la besa y le toca las tetas, el otro desde atrás le apoya la verga dura en el culo. Ella sin perder el tiempo está sobando sobre el pantalón a los chicos.
Ambos deciden bajarse el pantalón un poco para facilitarle la tarea a Pato.Ella les tocas las pijas duras.
La del chico nuevo, Rodri, es más grande,venosa, y gorda. Tal como le gusta a ella. Cuando se dispone a arrodillarse para chuparles la pija, sienten el timbre del kiosco.
Rodri: -Boludo es el marido seguro. Qué hacemos?
Ale: -que se yo culia, Señora, no queremos quilombos, Uds. quiso estar acá.
Pato; -tranquilos chicos, porque no se fijan quién es? O somos los únicos clientes del barrio?
Ale se acomoda un poco el pantalón, lo veo salir del cuartito, prendiéndose el cinturón, que hijo de puta, pienso, un poco menos de descaro!.
Ale al ver que es otra persona se gira hacia Pato y le dice:
Ale: - Hay alguien, que no es tu marido… ¿te animás a quedarte tranquila?Nosotros lo atendemos rápido. Como pidiéndole por favor que no se ponga nerviosa.
Pato, con una sonrisa traviesa, asiente y decide quedarse en el cuartito,arreglándose la ropa pero sin perder ese aire pícaro, mientras Rodri se prepara para atender al cliente.
Desde su escondite, observo cómo el cliente entra al kiosco y se acerca al mostrador. Uno Ale sale del cuartito y lo atiende, aunque no sin lanzar alguna mirada cómplice hacia donde está Pato. Entre un juego de miradas, Rodri mantiene el cliente distraído, mientras yo, desde afuera, siento el peso de la humillación y el morbo por no poder ver lo que Pato está haciendo en el cuartito, sola y sin supervisión.
El cliente se retira sin sospechar lo que acaba de interrumpir, y apenas seva, el otro chico vuelve a entrar al cuartito donde está Pato, diciendo en tono de broma:
Rodri:- Parecía que no quería irse, nos hizo esperar.... Pato ríe suavemente,muy caliente y comenta, en voz lo suficientemente alta para que el marido escuche desde la ventana: "Bueno, no podemos dejarlo esperando afuera toda la noche, ¿no?"
En el próximo relato cuento lo que sucedió en el cuartito. Si les gusta y recibo muchos comentarios al respecto, seguro dan más ganas de relatarlo.
les dejo otra fotito de Pato.
Nos vemos en el próximo.
Estábamos en casa, era viernes, tipo 24 hs, los chicos habían salido a juntadas y fiestas y no volverían hasta más tarde, si es que no se quedaban en casa de algún amigo.
Nos dispusimos a ver una serie en netflix, bastante subida de tono, la idea era calentarnos, el tema es que nos calentamos demasiado. Jajaja, nos besábamos y nos tocábamos viendo la serie, todo muy tranqui, pero ambos ya estábamos que volábamos.
Me levanto para preparar un fernet, y me doy cuenta que no hay coca zero. Un bajón! Pero se me ocurre que tal vez, podría ir Pato a comprar al kiosco, o mejor, acompañarla yo…
Así fue que le sugerí a Pato que fuese ella al kiosco, medio en broma y un poco más en serio.
Andres: - Amor, que te parece si vas a comprar una coquita a lo de tu amigo? O tal vez podemos ir juntos. Le dije con picardía.
Pato: - te parece amor? Mira que estoy muy caliente, No volví al kiosco desde esa noche. Me dijo.
Andres: -Dale vamos, yo te acompaño, por ahí, conseguimos alimentar nuestros ratones, y volvemos y nos echamos un buen garche. Sugerí como una alternativa para cogernos bien calientes.
Pato: - Ok vamos, pero no vale arrepentirse, deja que me ponga algo para calentar un poquito a mi nuevo amiguito.
Se puso algo así, una remerita escotada bien suelta.
Acto seguido ella fue a cambiarse. Que rica estaba, un escote bien sugerente, ya que tanto le habían gustado sus tetas el otro día.
Salimos de casa y fuimos en dirección al kiosco.
Me volaban los ratones, tenían intriga de saber qué pensarían estos chicos, si yo acompañaba a Pato. Solo esperaba que no estuviese JC, el chico que yo conozco hace mucho.
Ya en camino, se me ocurre que mejor no voy con ella, si noque más bien, la veo desde más lejos, y puedo ser un testigo silencioso del momento. Así es que me separo un poco, la dejo ir caminando sola, y me quedo a una distancia prudente, lo suficientemente cerca para escuchar o ver, sin ser visto.
Pato se acerca a la ventanita del kiosco, veo que Ale, le abre la puerta, no está solo. Veo que esta con otro pibe más. Es otro de los dueños del kiosco.
Ale al verla sonríe con picardía y complicidad. Sin perder tiempo Ale comenta
Ale: - no pensé que fueras a volver, y menos tan pronto. Te animaste a venir sola otra vez?
El otro chico mucho no entendía, pero tras esas palabras sonrió, tal vez, se había dado cuenta que esta hermosa mujer con escote sugerente,es la mujer que Ale le había contado le chupo la pija unos días atrás.
Pato sonríe, sabiendo que su marido está cerca, y responde con un tono juguetón:
Pato:- Y quién te dijo que estoy sola?. Esto deja a los chicos intrigados, pero también aumenta la intensidad del momento, pues ahora ellos saben que el marido, o sea yo, quien tal vez aun no me relacionan con ella, podría estar cerca.
Sin embargo, lejos de detenerse, uno de los chicos le lanza una mirada directa y le pregunta:
Ale: -O sea que realmente si has venido solamente por la Coca? O acaso hay algo que no sabemos?
Pato responde con una risa suave y un gesto evasivo, creando un ambiente de tensión que va en aumento. Los chicos comienzan a jugar con las palabras,mientras ella coquetea sin reservas, consciente de que yo estoy probablemente observando todo y disfrutando de la humillación de mi propio rol de espectador.
Ella a toda costa trataba de, disimuladamente, mostrar más las tetas, se agachaba, tocaba un chocolate, un paquete de gomitas, todo para tratar de dejar ver sus grandes tetas.
Ellos hacían comentarios como, un buen pedazo… de chocolate te vendría bien.O si queres allá hay más gomitas, me podrías tirar la goma. Y cosas así, de pendejos pajeros. Pato notaba que de vez en cuando ellos se manoteaban elpantalón pero seguían detrás de mostrador.
En un giro inesperado por nosotros, uno de los chicos se dirige disimuladamente hacia la puerta y comenta en voz baja, pero lo suficientemente fuerte para que yo lo escuche:
Rodri: -Mirá, ahí está… pensé que te habías atrevido a venir sola.
Nos descubrieron, lejos de ponerse nerviosa Pato sonríe y responde en voz alta, como si la respuesta fuera para los chicos pero sabiendo que yo estoy escuchando:
Pato: -Tal vez necesita ver cómo se comporta una mujer de verdad con hombres de verdad.
Esta frase aumenta la calentura de todos, y la humillación en mí, que sigo escondido pero incapaz de alejarme del lugar.
Finalmente, Pato se adentra más en la tienda con los chicos, mientras estos la invitan a pasar al cuartito, igual que la última vez, con comentarios sugerentes.
Al ver que desaparecen de mi vista, me acerco a la ventanita, con mucha precaución,y los escucho reírse, y hacer comentarios del tipo “nos alegraste la noche”, “y yo que pensaba que esta noche iba a tener que irme a la cama con la calentura que tengo”, o ella diciendo “hay chicos son tan lindos, me gustaría comerlos,pero, no tenemos mucho tiempo, y el cornudito me está esperando afuera”.
No soporto la idea de no poder ver qué pasa. Tampoco me quiero limitar a escuchar, es una tortura para mi miembro. Me quiero alejar y no puedo. En eso veo que un auto se estaciona. Seguramente viene a comprar algo. Disimuladamente hago como que guardo algo que compre en el kiosco, y me ubico en otro lugar para ver qué es lo que acontece.
Mientras me mantengo un tanto escondido pero cerca del kiosco, tratando dever lo que sucede, un hombre de unos 55 años, se acerca al kiosco y toca el timbre del mismo.
Mi corazón late a mil, mi pantalón también, estoy nervioso, excitado, pero no puedo ni siquiera alejarme de la escena, quiero saber qué pasa.
Dentro del cuartito, Pato esta parada en el medio de los dos chicos, uno la besa y le toca las tetas, el otro desde atrás le apoya la verga dura en el culo. Ella sin perder el tiempo está sobando sobre el pantalón a los chicos.
Ambos deciden bajarse el pantalón un poco para facilitarle la tarea a Pato.Ella les tocas las pijas duras.
La del chico nuevo, Rodri, es más grande,venosa, y gorda. Tal como le gusta a ella. Cuando se dispone a arrodillarse para chuparles la pija, sienten el timbre del kiosco.
Rodri: -Boludo es el marido seguro. Qué hacemos?
Ale: -que se yo culia, Señora, no queremos quilombos, Uds. quiso estar acá.
Pato; -tranquilos chicos, porque no se fijan quién es? O somos los únicos clientes del barrio?
Ale se acomoda un poco el pantalón, lo veo salir del cuartito, prendiéndose el cinturón, que hijo de puta, pienso, un poco menos de descaro!.
Ale al ver que es otra persona se gira hacia Pato y le dice:
Ale: - Hay alguien, que no es tu marido… ¿te animás a quedarte tranquila?Nosotros lo atendemos rápido. Como pidiéndole por favor que no se ponga nerviosa.
Pato, con una sonrisa traviesa, asiente y decide quedarse en el cuartito,arreglándose la ropa pero sin perder ese aire pícaro, mientras Rodri se prepara para atender al cliente.
Desde su escondite, observo cómo el cliente entra al kiosco y se acerca al mostrador. Uno Ale sale del cuartito y lo atiende, aunque no sin lanzar alguna mirada cómplice hacia donde está Pato. Entre un juego de miradas, Rodri mantiene el cliente distraído, mientras yo, desde afuera, siento el peso de la humillación y el morbo por no poder ver lo que Pato está haciendo en el cuartito, sola y sin supervisión.
El cliente se retira sin sospechar lo que acaba de interrumpir, y apenas seva, el otro chico vuelve a entrar al cuartito donde está Pato, diciendo en tono de broma:
Rodri:- Parecía que no quería irse, nos hizo esperar.... Pato ríe suavemente,muy caliente y comenta, en voz lo suficientemente alta para que el marido escuche desde la ventana: "Bueno, no podemos dejarlo esperando afuera toda la noche, ¿no?"
En el próximo relato cuento lo que sucedió en el cuartito. Si les gusta y recibo muchos comentarios al respecto, seguro dan más ganas de relatarlo.
les dejo otra fotito de Pato.
Nos vemos en el próximo.
7 comentarios - Pato y los chicos del Kiosco parte2 GIFS
Cada vez más interesante y morboso