Llegue a casa a eso de la una y alli estaba ella, , sentada en el sofá de mi casa deslizando la pantalla de su móvil, decir que sorprendi seria quedarme corto, no la habia visto desde hacia mas de nueve años, y la ultima ves que lo hice fue para despedirnos ya que ella se mudaba, ha pasado ya tiempo dedes esa ultima tarde y aun asi solo verla me causaba una enorme ereccion que hacia carpa en mis pantalones, y es que no puedo evitarlo, he tenido sexo con muchas chicas despues de esa ultima vez hace trantos años pero ninguna como ella, solo verla me recordo el sudor de su piel alisado por mis dedos sobre sus pechos y el naciente vello pubico que mi lengua mecia mientras le chupaba la panocha, miedra tanto la extrañaba y no me habia dado cuenta hasta que la vi.
—hola fátima como has estado— le dije lanzando mi mochila sobre la mesa de la sala y sentándome frente a ella,
—bien bien tu oí que tienes novia —dijo sin dejar de mirar la pantalla de móvil
—tenía— respondí
—lo dejó hace una semana aunque él insiste que él fue el que rompió con ella— dijo mi madre detrás de la puerta.
—tu prima se quedará con nosotros un tiempo— continuo mi madre mirándome mientras caminaba hasta su habitación
—ah sí— pregunté mirando a fátima quien por primera vez me vio a los ojos
—si solo un tiempo espero no incomodarte— río acomodándose la falda dejándome ver el borde de sus bragas negras que destilaban encaje y seda y bordeaban deliciosamente su culo,
yo voltee asustado mirando detrás de mí para asegurarme de que mi madre no había visto el improvisado espectáculo
—ya se fue— susurró ella sin hacer amago por cubrirse hasta que escuchó de nuevo los pasos de mi madre por el estrecho pasillo
tantos años y aun lo recordaba nuestra forma de coquetear escondidos.
—tu nunca me molestarias— le dije mirándola
—y tu tienes novio— pregunte nerviosamente temiendo lo peor
—tenía —repitió ella casi en tono burlón— pero
no dio el ancho— río mirando la entrepierna
yo ya estaba al cien mi verga palpitaba con una voluptuosidad dolorosa en mis pantalones mientras ella solo me miraba con una risita malvada en el rostro
—bueno la comida está lista porque no se lavan las manos— dijo mi madre detrás de mí matando al instante cualquier oportunidad que tuviera para llevarla a mi habitación, ya no sería tan fácil quedarnos a solas..
El dia paso entre platicas mundanas y las insinuaciones de mi prima que, de no ser porque no estábamos a solas, me habría lanzado sobre ella como un animal en celo, aunque no pretendo justificarme si quiero aclarar que el sentimiento era más que mutuo, ambos queríamos revivir aquella pasión que nos había unido cuando solo éramos un par de adolescentes hormonales que jugaban en el cuarto de lavado.
Quería estar a solas con ella y buscaba cualquier oportunidad para hacerlo para volver a estar con mi prima. entre esos pensamientos divagaba cuando me quedaba dormido.
De repente una sensación extraña me despertó, el peso cálido de algo sobre mis labios hizo que saltara del sueño a la realidad y allí recortada contra el techo razo de mi habitación estaba la silueta delicada de mi prima con su cabello corto volando a la luz de la luna. los poros de su piel mezclados deliciosamente con el sudor de su frente me trajeron tantos recuerdos cuando ella habló.
—me extrañaste— pregunto montándose sobre mi
—cada maldito día, ninguna…
—ninguna cooge como yo verdad.,
—no. ninguna como tú— respondí mirando con confusión su rostro
—me pasa lo mismo cada maldita vez— respondió como si leyera mi mente
Levante los brazos para tomarla del cuello, cosa que la volvía loca, y cuando mis manos alcanzaron su piel ella se pego a mi pecho bajando hasta mi labios plantandome un beso tan íntimo como nostálgico que me despertó por completo. su peso sumado al mío hizo que la cama rechinara y solté un pequeño gemido de pánico cuando paso.
—shhh aún están despiertos— dijo ella mirándome desde arriba —pero no podía esperar a sentirla—
—¿sentirla? — pregunté, entonces fatima comenzó a menearse sobre mi cadera repasando sus labios sobre mi vara palpitante. por la sensación de sus muslos sobre mi bóxer estaba claro que estaba encuerada. yo por otra parte, solo llevaba mi boxer de licra ajustado y podía sentir como la humedad de sus labios se colaba por la tela sumándose la mía que brotaba de mi punta como siempre que ella estaba junto a mi.
—ya extrañaba a tu amiguito— dijo abrazándome y su aliento a milímetros de mi cara resoplo deliciosamente embriagando los sentidos con lujuria pura
—y yo tu enorme culo— dije apretando mis palmas contra sus prominentes nalgas haciendo que ella se pegara a mi cuerpo cuando las separé con mis dedos, solo para apretarlas nuevamente.
Me beso una o dos veces pero más que nada nos mirábamos fijamente a los ojos recordando aquellos años de travesuras a escondidas mientras ella se mecía encima de mi. yo por mi parte estaba tan duro que mi verga se metía entre los pliegues de sus labios solo separados por la tela de mi bóxer dejándolo húmedo con su humor tibio y punzante.
—mierdaque delicia de verga tienes primito— dijo ella besándome el cuello luego los labios.
—solo tu la pones así primita— respondí apretando sus nalgas con mis manos y chupando sus labios, luego su lengua, para rematar mirando sus ojos empapados en lujuria casi líquida..
El sudor de su piel perlaba en gotas cristalinas que caían por su cuello y se columpiaban de sus pechos al mío, mientras nuestros cuerpos se restregaba ávidos uno del otro a la luz de la luna
—quiero meterla— dije ahogando la voz entre beso y beso
—no porque voy a gemir deja que se vayan a dormir y ya entonces—trato de responder pero yo estaba demasiado caliente y no quería estar fuera de ella un segundo más, me saque la verga y mi punta rozó su ombligo cuando ella se sentó encima de mi.
—no es justo— replicó fatima midiendo con sus dedos el tamaño de mi verga
—andale no se van a dar cuenta— asegure rosando mi punta contra la abertura de su ombligo
ella se quedó pensando un segundos mirando mi punta babeabte apretarse contra la piel suave de su vientre, para después asentir
—ok andale pero tapame la boca—susurro acomodándose encima de mi
yo obediente como buen primo le puse las manos en la boca cuando ella solita y sin mucho esfuerzo se empaló con mi miembro.
aquella sensacion calida y humeda me envolvió por completo milimetro a milimetro cada instante mi piel pulsaba al ritmo de la suya y cuando sus nalgas tocaron por fin mis muslos un vapor eléctrico repto deliciosamente por mi espina
—dios como te extrañaba primita— gemi besando sus tetas
—y yo a ti primito— dijo quedándose quieta por un instante que me pareció un minuto en el que pude sentir como su cuerpo palpitaba acompasado con el mio.
—mierda muévete por favor—le suplique empujando sus caderas
—no puedo… se siente demasiado rico— dijo ella enseñándome su entrepierna que estaba más empapada que antes y parecía como si se hubiera orinado sobre mi.,
—solo la metiste qué pasó— pregunté apretando mis manos en torno a su cadera
— me vine— río ella suplicando que esperara con la mirada
no pude contenerme mas al oir eso y mis dedos se aferraron a su boca luego mi cadera la empujo con esfuerzo hacia arriba haciendo que sus muslos se apretaran en torno a mi cadera y soltara un gemido seco y agudo contra la palma de mi mano a la par que otro chorro escapaba por los bordes entre sus pliegues y mi verga
no se cuanto tiempo estuve haciendo que saltara sobre mí tomando impulso con mis pies sobre la cama pero juro que ni un calambre me habría detenido.
una mezcla de sudor y saliva se escurría entre mis dedos mientras ella gemía y balbuceaba entre mi mano que se aferraba a sus labios y la única respuesta eran sus dedos . arañando mis hombros con un placer morboso mientras yo la penetraba
me corri dos o tres veces esa noche,pero por mas que lo hacía la lujuria no bajaba y mi verga aun pulsar dentro de ella cuando cansada cayó sobre mi pecho sonriendo de una manera deliciosa, y abrazándome como lo hacíamos aquellas tardes hace ya tantos años nos quedamos dormidos.
—hola fátima como has estado— le dije lanzando mi mochila sobre la mesa de la sala y sentándome frente a ella,
—bien bien tu oí que tienes novia —dijo sin dejar de mirar la pantalla de móvil
—tenía— respondí
—lo dejó hace una semana aunque él insiste que él fue el que rompió con ella— dijo mi madre detrás de la puerta.
—tu prima se quedará con nosotros un tiempo— continuo mi madre mirándome mientras caminaba hasta su habitación
—ah sí— pregunté mirando a fátima quien por primera vez me vio a los ojos
—si solo un tiempo espero no incomodarte— río acomodándose la falda dejándome ver el borde de sus bragas negras que destilaban encaje y seda y bordeaban deliciosamente su culo,
yo voltee asustado mirando detrás de mí para asegurarme de que mi madre no había visto el improvisado espectáculo
—ya se fue— susurró ella sin hacer amago por cubrirse hasta que escuchó de nuevo los pasos de mi madre por el estrecho pasillo
tantos años y aun lo recordaba nuestra forma de coquetear escondidos.
—tu nunca me molestarias— le dije mirándola
—y tu tienes novio— pregunte nerviosamente temiendo lo peor
—tenía —repitió ella casi en tono burlón— pero
no dio el ancho— río mirando la entrepierna
yo ya estaba al cien mi verga palpitaba con una voluptuosidad dolorosa en mis pantalones mientras ella solo me miraba con una risita malvada en el rostro
—bueno la comida está lista porque no se lavan las manos— dijo mi madre detrás de mí matando al instante cualquier oportunidad que tuviera para llevarla a mi habitación, ya no sería tan fácil quedarnos a solas..
El dia paso entre platicas mundanas y las insinuaciones de mi prima que, de no ser porque no estábamos a solas, me habría lanzado sobre ella como un animal en celo, aunque no pretendo justificarme si quiero aclarar que el sentimiento era más que mutuo, ambos queríamos revivir aquella pasión que nos había unido cuando solo éramos un par de adolescentes hormonales que jugaban en el cuarto de lavado.
Quería estar a solas con ella y buscaba cualquier oportunidad para hacerlo para volver a estar con mi prima. entre esos pensamientos divagaba cuando me quedaba dormido.
De repente una sensación extraña me despertó, el peso cálido de algo sobre mis labios hizo que saltara del sueño a la realidad y allí recortada contra el techo razo de mi habitación estaba la silueta delicada de mi prima con su cabello corto volando a la luz de la luna. los poros de su piel mezclados deliciosamente con el sudor de su frente me trajeron tantos recuerdos cuando ella habló.
—me extrañaste— pregunto montándose sobre mi
—cada maldito día, ninguna…
—ninguna cooge como yo verdad.,
—no. ninguna como tú— respondí mirando con confusión su rostro
—me pasa lo mismo cada maldita vez— respondió como si leyera mi mente
Levante los brazos para tomarla del cuello, cosa que la volvía loca, y cuando mis manos alcanzaron su piel ella se pego a mi pecho bajando hasta mi labios plantandome un beso tan íntimo como nostálgico que me despertó por completo. su peso sumado al mío hizo que la cama rechinara y solté un pequeño gemido de pánico cuando paso.
—shhh aún están despiertos— dijo ella mirándome desde arriba —pero no podía esperar a sentirla—
—¿sentirla? — pregunté, entonces fatima comenzó a menearse sobre mi cadera repasando sus labios sobre mi vara palpitante. por la sensación de sus muslos sobre mi bóxer estaba claro que estaba encuerada. yo por otra parte, solo llevaba mi boxer de licra ajustado y podía sentir como la humedad de sus labios se colaba por la tela sumándose la mía que brotaba de mi punta como siempre que ella estaba junto a mi.
—ya extrañaba a tu amiguito— dijo abrazándome y su aliento a milímetros de mi cara resoplo deliciosamente embriagando los sentidos con lujuria pura
—y yo tu enorme culo— dije apretando mis palmas contra sus prominentes nalgas haciendo que ella se pegara a mi cuerpo cuando las separé con mis dedos, solo para apretarlas nuevamente.
Me beso una o dos veces pero más que nada nos mirábamos fijamente a los ojos recordando aquellos años de travesuras a escondidas mientras ella se mecía encima de mi. yo por mi parte estaba tan duro que mi verga se metía entre los pliegues de sus labios solo separados por la tela de mi bóxer dejándolo húmedo con su humor tibio y punzante.
—mierdaque delicia de verga tienes primito— dijo ella besándome el cuello luego los labios.
—solo tu la pones así primita— respondí apretando sus nalgas con mis manos y chupando sus labios, luego su lengua, para rematar mirando sus ojos empapados en lujuria casi líquida..
El sudor de su piel perlaba en gotas cristalinas que caían por su cuello y se columpiaban de sus pechos al mío, mientras nuestros cuerpos se restregaba ávidos uno del otro a la luz de la luna
—quiero meterla— dije ahogando la voz entre beso y beso
—no porque voy a gemir deja que se vayan a dormir y ya entonces—trato de responder pero yo estaba demasiado caliente y no quería estar fuera de ella un segundo más, me saque la verga y mi punta rozó su ombligo cuando ella se sentó encima de mi.
—no es justo— replicó fatima midiendo con sus dedos el tamaño de mi verga
—andale no se van a dar cuenta— asegure rosando mi punta contra la abertura de su ombligo
ella se quedó pensando un segundos mirando mi punta babeabte apretarse contra la piel suave de su vientre, para después asentir
—ok andale pero tapame la boca—susurro acomodándose encima de mi
yo obediente como buen primo le puse las manos en la boca cuando ella solita y sin mucho esfuerzo se empaló con mi miembro.
aquella sensacion calida y humeda me envolvió por completo milimetro a milimetro cada instante mi piel pulsaba al ritmo de la suya y cuando sus nalgas tocaron por fin mis muslos un vapor eléctrico repto deliciosamente por mi espina
—dios como te extrañaba primita— gemi besando sus tetas
—y yo a ti primito— dijo quedándose quieta por un instante que me pareció un minuto en el que pude sentir como su cuerpo palpitaba acompasado con el mio.
—mierda muévete por favor—le suplique empujando sus caderas
—no puedo… se siente demasiado rico— dijo ella enseñándome su entrepierna que estaba más empapada que antes y parecía como si se hubiera orinado sobre mi.,
—solo la metiste qué pasó— pregunté apretando mis manos en torno a su cadera
— me vine— río ella suplicando que esperara con la mirada
no pude contenerme mas al oir eso y mis dedos se aferraron a su boca luego mi cadera la empujo con esfuerzo hacia arriba haciendo que sus muslos se apretaran en torno a mi cadera y soltara un gemido seco y agudo contra la palma de mi mano a la par que otro chorro escapaba por los bordes entre sus pliegues y mi verga
no se cuanto tiempo estuve haciendo que saltara sobre mí tomando impulso con mis pies sobre la cama pero juro que ni un calambre me habría detenido.
una mezcla de sudor y saliva se escurría entre mis dedos mientras ella gemía y balbuceaba entre mi mano que se aferraba a sus labios y la única respuesta eran sus dedos . arañando mis hombros con un placer morboso mientras yo la penetraba
me corri dos o tres veces esa noche,pero por mas que lo hacía la lujuria no bajaba y mi verga aun pulsar dentro de ella cuando cansada cayó sobre mi pecho sonriendo de una manera deliciosa, y abrazándome como lo hacíamos aquellas tardes hace ya tantos años nos quedamos dormidos.
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