Mi historia con ella comienza un domingo hace muchos años atrás, desde muy niños ella siempre estuvo cerca mío, pero al pasar el tiempo y crecer, lo que yo sentía como una amistad, una relación de primos normales, cambió.
Con el llegar de la pubertad, nuestras hormonas se despiertan y comencé a sentir de otra manera, empecé a notar que ella me buscaba, que le gustaba cada vez que nos rozábamos.
Hasta que un domingo de otoño y aprovechando que los domingos todos los primos nos juntábamos en casa de mis abuelos a ver películas ya que era una casa finca con un living muy amplio y un proyector, tirábamos unos colchones, colocábamos una mantas y nos acostábamos allí, todos juntos, ella como siempre a mi lado, pegadita.
Aproveché que apagaron las luces y en medio de la película de terror cuando ella me abrazaba con la excusa de que sentía miedo aproveche de tocarla y ver su reacción, para mi sorpresa ella no puso resistencia pero mi corazón palpitaba a mil, podía sentir su calor y ella el mío, sentía su respiración agitada y me volvía loco, mientras ocultaba su cara en mí hombro para disimular lo excitada que estaba, ella estaba usando una pollera (falda) así que me facilitaba el trabajo, tocaba, ella de manera disimulada agarraba mi mano y la guiaba hasta su clítoris, yo jugaba con su él torpemente casi que le hacía doler, era un virgen inexperto, sentía lo mojada que ella se iba poniendo, sentía como se iba lubricando su conchita, se humedecía su ropa interior, disimuladamente me besaba el cuello.
Imaginen la adrenalina y la excitación de estar ahí rodeados de gente, en un lugar semi oscuro casi parecido a un cine, con mi mano metida entre su ropa mis dedos que entraban y salía de su conchita rosadita (ya que siempre fue muy blanquita y culona ella), ambos unos inexpertos en el sexo pero que se entendían y sus cuerpos se buscaban, olvídense del vinculo que nos unía lo que sucedía ahí era arte.
Dos adolescentes que se buscaban, que se conocían, era una conexión inexplicable.
Ella en completo estado de excitación, sensaciones completamente nuevas, lo poco que yo sabía era por el porno pero aún así la tocaba, mis dedos juagaban con su clítoris, entraban y salía de su conchita, ella dejaba escapar un gemido cuando le metí 3 dedos, ¡no dábamos más! su concha empapada y ella agarrando mi pija que estaba durísima y completamente erecta, intentaba pajearme pero se notaba que nunca había hecho nada parecido lo hacía torpemente, pero teníamos que hacerlo de manera sutil, nadie podía sospechar nada. Su manito envolviendo mi pija era algo hermoso de ver, no cabía en mi pantalón, la punta de mi pija estaba roja casi morada de la tremenda erección que tenia, las venas hinchadas y ver su manito delicada ahí subiendo y bajando lentamente, recorriendo mi pija, se notaba como ella quería verla quería que yo saque mi pija de mi pantalón para disfrutarla, eso aumentaba mis ganas de cogerla, quería hacerle el amor ahí mismo, besarla por todos lados, estábamos tan calientes que ya habíamos perdido noción del tiempo, nos habíamos olvidado de dónde estábamos de la película, solo queríamos complacernos, seguir tocándonos hasta acabar, pero solo podíamos hacerlo de manera intensa cuando se daba el momento, y cada vez que yo tocaba su concha con fuerza e intensidad ella gemía, cerraba sus ojos. mordía sus labios y me miraba como diciéndome "cógeme". Cada vez que yo metía 2 o 3 dedos ella se tenía que contener los gemidos, me mordía y clavaba sus uñas en mis brazos, yo estaba a punto de explotar hasta que sentí como ella no daba más y me rogaba que pare, sus piernas estaban casi temblando.... tuvimos que parar dado el contexto y el entorno que nos rodeaba.
Esta historia continúa, síganme, de a poco iré contando mis experiencias que son bastantes
Con el llegar de la pubertad, nuestras hormonas se despiertan y comencé a sentir de otra manera, empecé a notar que ella me buscaba, que le gustaba cada vez que nos rozábamos.
Hasta que un domingo de otoño y aprovechando que los domingos todos los primos nos juntábamos en casa de mis abuelos a ver películas ya que era una casa finca con un living muy amplio y un proyector, tirábamos unos colchones, colocábamos una mantas y nos acostábamos allí, todos juntos, ella como siempre a mi lado, pegadita.
Aproveché que apagaron las luces y en medio de la película de terror cuando ella me abrazaba con la excusa de que sentía miedo aproveche de tocarla y ver su reacción, para mi sorpresa ella no puso resistencia pero mi corazón palpitaba a mil, podía sentir su calor y ella el mío, sentía su respiración agitada y me volvía loco, mientras ocultaba su cara en mí hombro para disimular lo excitada que estaba, ella estaba usando una pollera (falda) así que me facilitaba el trabajo, tocaba, ella de manera disimulada agarraba mi mano y la guiaba hasta su clítoris, yo jugaba con su él torpemente casi que le hacía doler, era un virgen inexperto, sentía lo mojada que ella se iba poniendo, sentía como se iba lubricando su conchita, se humedecía su ropa interior, disimuladamente me besaba el cuello.
Imaginen la adrenalina y la excitación de estar ahí rodeados de gente, en un lugar semi oscuro casi parecido a un cine, con mi mano metida entre su ropa mis dedos que entraban y salía de su conchita rosadita (ya que siempre fue muy blanquita y culona ella), ambos unos inexpertos en el sexo pero que se entendían y sus cuerpos se buscaban, olvídense del vinculo que nos unía lo que sucedía ahí era arte.
Dos adolescentes que se buscaban, que se conocían, era una conexión inexplicable.
Ella en completo estado de excitación, sensaciones completamente nuevas, lo poco que yo sabía era por el porno pero aún así la tocaba, mis dedos juagaban con su clítoris, entraban y salía de su conchita, ella dejaba escapar un gemido cuando le metí 3 dedos, ¡no dábamos más! su concha empapada y ella agarrando mi pija que estaba durísima y completamente erecta, intentaba pajearme pero se notaba que nunca había hecho nada parecido lo hacía torpemente, pero teníamos que hacerlo de manera sutil, nadie podía sospechar nada. Su manito envolviendo mi pija era algo hermoso de ver, no cabía en mi pantalón, la punta de mi pija estaba roja casi morada de la tremenda erección que tenia, las venas hinchadas y ver su manito delicada ahí subiendo y bajando lentamente, recorriendo mi pija, se notaba como ella quería verla quería que yo saque mi pija de mi pantalón para disfrutarla, eso aumentaba mis ganas de cogerla, quería hacerle el amor ahí mismo, besarla por todos lados, estábamos tan calientes que ya habíamos perdido noción del tiempo, nos habíamos olvidado de dónde estábamos de la película, solo queríamos complacernos, seguir tocándonos hasta acabar, pero solo podíamos hacerlo de manera intensa cuando se daba el momento, y cada vez que yo tocaba su concha con fuerza e intensidad ella gemía, cerraba sus ojos. mordía sus labios y me miraba como diciéndome "cógeme". Cada vez que yo metía 2 o 3 dedos ella se tenía que contener los gemidos, me mordía y clavaba sus uñas en mis brazos, yo estaba a punto de explotar hasta que sentí como ella no daba más y me rogaba que pare, sus piernas estaban casi temblando.... tuvimos que parar dado el contexto y el entorno que nos rodeaba.
Esta historia continúa, síganme, de a poco iré contando mis experiencias que son bastantes
1 comentarios - Primeras experiencias sexuales: Mi historia con mi prima