Espero que les guste la anécdota, es la primera vez que escribo una:
Hace una semana me encontré con un mariquita en el centro, el putito era jovencito y hace tiempo hablaba conmigo, se la pasaba fantaseando con que vaya y lo usé tanto a el como a sus hermanas y madre, el pendejito era bien putito cuando estaba yo. Un día me dijo que aprovechara y fuera a la casa porque estaba solo, agarre y me cambié y salí directo para allá ya con la chota dura, cuando llegué toque la puerta y abrió la puerta quedándose atras de esta, en el momento que entré cerró la puerta atras de mi y pude verlo, el muy maricon tenía puesta una tanga y una faldita que no le alcanzaba a tapar nada
-Esta es de mi hermanita-
Dijo dando una vueltita dejándome ver la pollera a cuadros que era de un uniforme escolar.
-Y esto es de mi mami-
Al momento de decir esto se levantó la pollerita dejando ver la tanga blanca con rojo bien entangada en su orto.
Yo no pude contener la calentura y lo agarre de los pelos y lo puse contra la pared con mi mano izquierda, mientras que con la derecha le corrí la tanga a un costado y le clave dos dedos en el orto en seco.
El maricon gemía y se quejaba al mismo tiempo que pedía más, con los mismos dedos comencé a hacer levantarlo haciendo que pare más el orto
-Dale puto de mierda pará bien el culo que solo para esto servís-
Le dije mientras le metía los dedos cada vez más adentro de su culo. El putito no paraba de gemir y quejarse hasta que le saque de golpe los dedos y lo hice arrodillar.
-Ahora vas a comerla- Le dije mientras lo agarre del pelo y lo hice resfregar su cara contra mi bulto, el no paraba de respirar profundamente por toda mi entrepierna.
Me baje el pantalón y el boxer dejando ver mi verga y el maricon se estaba por atragantar de golpe con mi chota y lo frené en seco sosteniéndolo del pelo.
-Espera un poco putita golosa, vas a comenzar de a poco-
Dije agarrando mi chota y levantandola dejando ver mis huevos.
Al ver esto el maricon hundió su carita el solo en mi escroto besando y lamiendo de manera delicada, hasta me pareció tierna. En ese momento pude percatarme de que el putito estaba con su chotita flácida, pero goteaba a más no poder, por lo que decidí con mi pie darle unos pequeños golpes en sus inservibles huevitos.
-Te gusta putito?- Le dije mientras estaba extasiado por la mamada que me estaba dando.
El maricon solo asentía con su cabeza y después de unos minutos lamiendo mis huevos me pidió permiso para chuparmela, a lo cual se lo concedí. El putito estaba desesperado, se atragantó el solo engullendoce mi verga a más no poder, en un momento lo sujeté del pelo y le metí la verga a presión hasta su garganta, el peleaba para sacarsela de la boca para respirar y yo no lo dejaba, hasta que entendió, y comenzó a abrazar mis piernas, desesperado por qué mi verga no salga de su boca. Pasados unos minutos de sentir sus amígdalas contrayendose en mi verga sentí que sus bracitos se caían, a lo cual lo ví y con sus ojos en blanco estaba a punto de quedarse sin aire, en ese momento le saque la verga de la boca de golpe viendo como dejó un mar de babas cayendo de sus labios sobre su remera, la cual le arranqué dejándolo solo con su ropa de nena.
-Ahora si vas a ser mujercita- Le dije tirándolo al piso dejandolo boca abajo y corriendo su tanga. El putito ya estaba entregado y paraba la cola, a lo que yo agarre mi verga y separando las nalgas del putito se la ensarté de una hasta el fondo, el maricon pegó un grito seco y comenzó a llorar por lo bajo al sentir todo mi miembro dentro suyo, a lo cual yo ya volando de calentura saque mi miembro por completo y se lo volví a clavar entero haciéndolo gritar. Su colita se contraía de una manera que sentía que me estaba succionando la chota lo cual me calentó aún más.
Estuve cojiendolo por 40 minutos mientras lo escuchaba gemir entre llantos, el ya estaba totalmente entregado. En un momento lo agarre del pelo y le dije:
-Si así disfrutas vos, no me quiero imaginar como lo haría tu vieja y tú hermana-
Hagan de cuenta que le dieron todos los afrodisíacos existentes a ese putito culoncito. Comenzó a mover el solo el culo para meterse mi verga y a tocarse los pezones como si de una mujer se tratase, yo comencé a cojerlo con fuerza ya totalmente caliente. En un momento el maricon llego a decirme
-No me importa a quien te cojas, si a mí hermana o a mi vieja, pero por favor, nunca me dejes sin mi cojida papi- En ese momento supe que el putito ya había roto su moral y su desencia, y le di más fuerte todavía, pasaron 10 minutos dandole así de fuerte hasta que no aguante más.
Le arranqué la tanga y me masturbe para luego acabar en ella, llenandola de semen.
-Asi como te la doy, la guardas donde la encontraste- Le dije al maricon para luego agarrar la tanga llena de mi leche, hacerla un bollo y metérsela en la boca.
-Si señor-Dijo el putito con la tanga de su madre sucia con mi semen metida en la boca.
Luego de esto me cambié y me fui, sabiendo que en algún momento si yo no volvía a usarlo, ese putito me iba a llamar para que lo hiciera de vuelta.
Espero que les haya gustado el relato, están invitados a dejar sus comentarios
Hace una semana me encontré con un mariquita en el centro, el putito era jovencito y hace tiempo hablaba conmigo, se la pasaba fantaseando con que vaya y lo usé tanto a el como a sus hermanas y madre, el pendejito era bien putito cuando estaba yo. Un día me dijo que aprovechara y fuera a la casa porque estaba solo, agarre y me cambié y salí directo para allá ya con la chota dura, cuando llegué toque la puerta y abrió la puerta quedándose atras de esta, en el momento que entré cerró la puerta atras de mi y pude verlo, el muy maricon tenía puesta una tanga y una faldita que no le alcanzaba a tapar nada
-Esta es de mi hermanita-
Dijo dando una vueltita dejándome ver la pollera a cuadros que era de un uniforme escolar.
-Y esto es de mi mami-
Al momento de decir esto se levantó la pollerita dejando ver la tanga blanca con rojo bien entangada en su orto.
Yo no pude contener la calentura y lo agarre de los pelos y lo puse contra la pared con mi mano izquierda, mientras que con la derecha le corrí la tanga a un costado y le clave dos dedos en el orto en seco.
El maricon gemía y se quejaba al mismo tiempo que pedía más, con los mismos dedos comencé a hacer levantarlo haciendo que pare más el orto
-Dale puto de mierda pará bien el culo que solo para esto servís-
Le dije mientras le metía los dedos cada vez más adentro de su culo. El putito no paraba de gemir y quejarse hasta que le saque de golpe los dedos y lo hice arrodillar.
-Ahora vas a comerla- Le dije mientras lo agarre del pelo y lo hice resfregar su cara contra mi bulto, el no paraba de respirar profundamente por toda mi entrepierna.
Me baje el pantalón y el boxer dejando ver mi verga y el maricon se estaba por atragantar de golpe con mi chota y lo frené en seco sosteniéndolo del pelo.
-Espera un poco putita golosa, vas a comenzar de a poco-
Dije agarrando mi chota y levantandola dejando ver mis huevos.
Al ver esto el maricon hundió su carita el solo en mi escroto besando y lamiendo de manera delicada, hasta me pareció tierna. En ese momento pude percatarme de que el putito estaba con su chotita flácida, pero goteaba a más no poder, por lo que decidí con mi pie darle unos pequeños golpes en sus inservibles huevitos.
-Te gusta putito?- Le dije mientras estaba extasiado por la mamada que me estaba dando.
El maricon solo asentía con su cabeza y después de unos minutos lamiendo mis huevos me pidió permiso para chuparmela, a lo cual se lo concedí. El putito estaba desesperado, se atragantó el solo engullendoce mi verga a más no poder, en un momento lo sujeté del pelo y le metí la verga a presión hasta su garganta, el peleaba para sacarsela de la boca para respirar y yo no lo dejaba, hasta que entendió, y comenzó a abrazar mis piernas, desesperado por qué mi verga no salga de su boca. Pasados unos minutos de sentir sus amígdalas contrayendose en mi verga sentí que sus bracitos se caían, a lo cual lo ví y con sus ojos en blanco estaba a punto de quedarse sin aire, en ese momento le saque la verga de la boca de golpe viendo como dejó un mar de babas cayendo de sus labios sobre su remera, la cual le arranqué dejándolo solo con su ropa de nena.
-Ahora si vas a ser mujercita- Le dije tirándolo al piso dejandolo boca abajo y corriendo su tanga. El putito ya estaba entregado y paraba la cola, a lo que yo agarre mi verga y separando las nalgas del putito se la ensarté de una hasta el fondo, el maricon pegó un grito seco y comenzó a llorar por lo bajo al sentir todo mi miembro dentro suyo, a lo cual yo ya volando de calentura saque mi miembro por completo y se lo volví a clavar entero haciéndolo gritar. Su colita se contraía de una manera que sentía que me estaba succionando la chota lo cual me calentó aún más.
Estuve cojiendolo por 40 minutos mientras lo escuchaba gemir entre llantos, el ya estaba totalmente entregado. En un momento lo agarre del pelo y le dije:
-Si así disfrutas vos, no me quiero imaginar como lo haría tu vieja y tú hermana-
Hagan de cuenta que le dieron todos los afrodisíacos existentes a ese putito culoncito. Comenzó a mover el solo el culo para meterse mi verga y a tocarse los pezones como si de una mujer se tratase, yo comencé a cojerlo con fuerza ya totalmente caliente. En un momento el maricon llego a decirme
-No me importa a quien te cojas, si a mí hermana o a mi vieja, pero por favor, nunca me dejes sin mi cojida papi- En ese momento supe que el putito ya había roto su moral y su desencia, y le di más fuerte todavía, pasaron 10 minutos dandole así de fuerte hasta que no aguante más.
Le arranqué la tanga y me masturbe para luego acabar en ella, llenandola de semen.
-Asi como te la doy, la guardas donde la encontraste- Le dije al maricon para luego agarrar la tanga llena de mi leche, hacerla un bollo y metérsela en la boca.
-Si señor-Dijo el putito con la tanga de su madre sucia con mi semen metida en la boca.
Luego de esto me cambié y me fui, sabiendo que en algún momento si yo no volvía a usarlo, ese putito me iba a llamar para que lo hiciera de vuelta.
Espero que les haya gustado el relato, están invitados a dejar sus comentarios
2 comentarios - Anécdota de hace una semana