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El semental y sus adorables vecinas - Cap 12

(Lean los anteriores capítulos para entender el relato erótico)





Los dos sentados listos para cenar, Johana con muchavergüenza y con el sabor de Gastón aun en su boca, y el viejo con ganas de ver másdel cuerpo de joven con esa lencería que le quedaba perfecta, pero prefirió quela cena trascurra lo más normal posible porque sabía que la noche seria larga,se tenía que alimentar bien.
 
— ¿esta rico el sushi?
 
Se sorprendió por la pregunta, no por ella en sí, sino quela situación era rara, ella en lencería, y le acababa de chupar la pija, y lehizo una pregunta tan banal, no podía entender al hombre que tenía en frente —Si esta rico.
 
— ¿Tan rico como mi leche?
 
Ella cerro los ojos como recibiendo un golpe, decidióseguirle el juego — Tu leche estaba más rica — Le cerro un ojo, intento ser lo másatrevida posible para que el viejo no la subestime.
 
— Sabia que te iba a gustar, porque te hagas la santa, tumirada revela tu lado salvaje — La cena continua, pero los dos jugaban conpalabas y se provocaban, Johana más relajada, y Gastón con más ganas de seguirprobando el cuerpo sexy de Johana.
 
Cuando la cena se estaba terminando sabían lo quecontinuaba, pero el viejo Gastón quería jugar un ratito antes — Vos ya tuvistetu postre, ahora me toca a mí ¿verdad?
 
— Si claro, lo justo es justo.
 
Johana se ponía de pie ansiosa para ir al cuarto, peroGastón la agarro del brazo diciéndole — No recuerdas que te dije que tenías quehacer méritos, creo que no lo has hecho todavía.
 
La joven se volvió a quedar sin palabas, pero todo se aclarócuando la empujó sobre la mesa sucia, que aún estaban los platos juntos a lassobras, dándole una fuerte nalgada le grito — acuéstate sobre la mesa, esteserá el castigo final por comportarte como una niña la otra noche.
 
Obedeciéndolo la joven Johana recostó su cuerpo sobré lasucia mesa, sintiendo como es su cuerpo se le pegaban las migas de pan y otrassobras, jamás en la vida había sido tratada de esa manera, pero Gastón no sedetuvo ahí, la nalgueó con fuerza en una de sus duras nalgas — Esto es para queaprendas a afrontar las consecuencias de tus actos y no correr como una niña.
 
Yohana no entendía porque se dejaba hacer eso, estabacompletamente a la merced de del viejo, el cual sin piedad le dio la segundanalgada la cual la hizo gritar de dolor, pero a pesar de la incertidumbre de lajoven, ella no se movía, y su cuerpo comenzaba a disfrutar de ese ardor queproducían su nalga.
 
Gastón tenía una sonrisa de oreja a oreja, y su pantalónparecía que reventaría de la excitación que tenía, viendo a la joven conlencería erótica recostada sobre la mesa con sus nalgas paraditas, recibiendocada una de sus nalgadas, sin poder resistirse le dio dos nalgadas más, notandoque arrancaba sonidos de dolor de Johana, pero a su vez la diminuta tanga de lajoven se comenzaba a mojar mucho.
 
En su décima nalgada en el mismo glúteo Johana mordía sumano para aplacar los gritos, y el anciano podía ver con claridad como la nalgacambio de color, volviéndose muy roja — Espero que hayas entendido, o quieresque continué hasta que entiendas.
 
— Entiendo, entiendo no volveré a huir y me comportare comouna mujer no como una niña. — Johana se apuró en responder, aunque estabadisfrutando de ser nalgueada como nunca imaginó, quería que termine lahumillación que era un duro golpe a su orgullo.
 
— Bien, creo que te has ganado tu premio — El ancianocomenzó a tocarle la nalga roja que le ardía mucho más cuando lo hacía, luegoen un rápido movimiento le arrancó la tanga, y ella en la misma posición sobrela mesa, pero ahora sin la tanga el viejo le apoyo la verga en su empapadavagina — ¿Quieres que te la meta?
 
— Si por favor señor Gastón, ¡¡¡métemelo!!! — A pesar de la situacióntan humillante ella aún seguía deseando de ser penetrada por ese ancianoperverso.
 
Gastón comenzó a jugar con su miembro en los labios de lavagina de la joven, notando que cada vez estaba más mojada — Siempre supe queeras una putita — Sin decir más la agarro fuerte de la cintura con ambas manosy le metió la mitad de su miembro con fuerza.
 
— Ouch — La joven Yohana a pesar de estar bien mojada sintióun poco de dolor, porque Gastón no fue ni un poco tierno, en otrascircunstancias ella se hubiese quejado, pero por el deseo de ser penetrada porel anciano, más la nueva sensación de ser tratada con brusquedad le estabagustando demasiado, solo se limitó a disfrutar la verga caliente y dura queacababa de entrar en su cuerpo.
 
No tardó mucho en metérsela toda, solo tres movimientosrápidos y fuerte los cuales le arrancó un gemido por cada una de lasenvestidas, Gastón no dejaba de alucinar con la vagina de Johana estaba tanapretaba y mojada que le sacaba su instinto salvaje, comenzó a nalguearlamientras la envestía con fuerza y le tiraba el cabello hacia tras.
 
Johana en menos de un minuto consiguió el orgasmo, había deseadotanto ese momento en los últimos días que su cuerpo explotó intensamente, peroGastón recién había empezado y aunque disfruto los gemidos y los latidosintensos de la vagina de la joven, no detuvo la intensidad, continúodisfrutando cada envestida.
 
Johana a pesar de ser penetrada con rudeza arriba de lamesa, se había olvidado de la humillación, luego de su orgasmo seguía igual decaliente, y comenzó a mover sus nalgas a ritmó de los movimientos de anciano, nopodía hablar por la intensidad del viejo que la estaba penetrando, pero sucuerpo se encargó de hablar por ella.
 
 — Te gusta cómo tecoge este viejo — Le pregunto sin detener sus envestidas, pero la joven nocontesto, fue en ese momento que la nalgueó con más fuerza — Contesta zorrita.
 
— Si me gu… ¡¡¡ahh!!! Gusta DIOS — La joven no es que noquería contestar, ella estaba tan inmersa con las sensaciones de su cuerpo,además los gemidos eran los únicos sonidos que podía emitir.
 
— Puta ruidosa, ahora te voy a llenar la concha de leche —Ella quiso decirle que se detenga que no había tomado las pastillas, peroGastón no le dio tiempo y comenzó a descargar en esa caliente vagina como sihubiese pasado días de su última eyaculación.
 
Luego de sus últimas envestidas para dejar todo dentro de lajoven, agarro una silla para sentarse y miro de cerca las nalgas de Johana loroja que habían quedado, y como su vagina expulsaba todo tipo de flujos quechoreaba por los muslos de la joven.
 
Mientras eso sucedía Johana aún estaba sobre la mesa sinmoverse, recuperando un poco el aliento y tratando de enfriar su cuerpo, porqueestuvo cerca del segundo orgasmo, pero Gastón termino antes, mientras ellaestaba por enderezar el cuerpo, el anciano le hablo — ¿Todavía con ganasputita?
 
A Johana durante el sexo no le molestaba que la insulte, másque eso la excitaba, pero en esa situación era un golpe duro a su orgullo, sedio vuelta y le dijo — No me llame así por favor.
 
El anciano sonrió — Mientre estés en mi casa vas a ser miputa, te puedes ir si no te gusta, eso no me sorprendería ya que ya has huido.
 
Si se iba quedaría nuevamente como una inmadura, pero si sequedaba la trataría como una simple puta, no sabía que decidir, así que decidiódejar que decida su cuerpo, que aun deseaba más — Me quedo.
 
— Bien, ahora putita ve a prepararme una copa, luego te voya seguir jugando con tu cuerpo.
 
Ella no respondió, solo se limitó a preparar la copa, unavez lista se la llevo y se sentó en la falda del viejo sin que se lo pida,comenzaron a conversar y a besarse como novios, cuando Gastón termino la copaya estaba duro nuevamente.
 
Se la llevo a su cuarto, y le saco el sostén, dejándole lasmedias y los tacones, esa noche se la cogió dos veces más, Johana sacaba ellado más juvenil de Gastón y él le sacaba a ella su lado más salvaje, esacombinación provoco un coro de gemidos y orgasmos durante horas.
 
Así fue como una pareja socialmente mal vista paso suprimera noche juntos, olvidándose de todo y disfrutando de sus cuerposcalientes.
 
Continuara…


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