Agustín sabía que por genética, su novia fué muy favorecida por su cola. Era grande y firme. Para colmo, María pasaba largas horas en el gimnasio endureciendola aún más con una dieta muy cuidada.
Era imposible no mirarla al verla pasar.
Si bien él lo sabía, aquél día en el acto de fin de año del jardín quedó sorprendido enormemente por la cantidad de padres que omitieron las actuaciones de sus hijos para llevar su atención plenamente a la cola de su novia. Las fantasías que rondaron por esas cabezas al ver a "la seño" inocente de salita roja bailar y aplaudir con los nenes.
Su cola rebotaba de manera hipnótica en la coreografía. Su sonrisa era radiante, su calza impactaba por lo bien que le quedaba pegada al cuerpo. Sus ojos verdes eran la guinda del postre que todos se deseaban comer.
Entre el público, estaba Cristian, quién había tenido la suerte pero no por eso no deseaba repetir.
Su novio, shockeado por la masividad de erecciones que su novia estaría provocando, comenzó a fastidiarse con la situación. Se dedicó a mirar cómo esos padres disfrutaban más del culo de ella que de sus propios hijos.
No lo sorprendió al ver que tras el acto, varios se amontonaron a saludarla y felicitarla. Muchos abrazos y saludos efusivos aprovechando la situación para pegar su cuerpo contra el de ella.
Tuvieron que moverse para dejar espacio al siguiente curso, María fué con su novio sonriente como siempre a preguntarle si había disfrutado.
"Bueno, yo sí, pero más los padres que no dejaron de mirarte..." fué su cortante respuesta.
"Jajajaja qué tontito, te deben tener envidia" y se puso en puntita de pié para darle un veloz piquito que activó ciertos chistes entre los nenes de alrededor.
La canción de Frozen sonó y comenzó el siguiente acto ante la mirada dispersa de todos que ya no encontraban algo tan interesante en el escenario como antes.
"Ya vuelvo amor, voy a buscar unas cositas, Vic se queda con los chicos un ratito"
En el camino que genuinamente tenía trazado, se cruzó a Cristian quién nunca le perdió la mirada.
"Cada día más linda estás" dijo por lo bajo.
Al darse vuelta para verlo, su mirada se desvió fuertemente a otra persona.
Ignoró completamente a su ex amante y fué entre la multitud de padres donde visualizó alguien conocido.
"Sebas!!???" preguntó por lo bajo haciendo de cuenta que gritaba.
Efectivamente, su último amante estaba ahí, tras platicar, descubrió que su sobrina iba al mismo jardín que ella daba clases.
"Qué coincidencia pensé que nunca más te iba a encontrar" dijo él aún sorprendido por la escena.
"De verdad qué loco! Bueno, te dejo tranqui viendo a tu sobrina perdona"
Cuando quiso irse, él la tomó de la mano entre la gente. Ella miró para el lado de su novio que vió como charlaba con Victoria sin ningún reparo.
"Esperá, podemos charlar un toque?"
"Si claro, cuando termina el acto de tu sobrinita te vengo a buscar" y se perdió entre la gente.
La canción de Disney concluyó y se podía ver a Sebastián estirando el cuello entre la gente con el fin de visualizar a María.
Cuando la encontró, la vió charlando con su novio de la mano. No pudo evitar acercarse.
"Hola Mari!" simuló verla por primera vez.
Ella como si nada, presentó a ambos que se saludaron con un estrechon de manos amistoso y hasta una palmadita en la espalda.
"Amor, perdón, dame un toque que tengo que ayudar a Sebas con un tema de la sobrina" tras esa frase, lo acompañó fuera del salón de actos en donde tras cruzar un pasillo, fueron a la salita roja donde ella daba clases.
Cerró la puerta con llave, bajó la cortina y mientras una nueva canción de Disney sonaba de fondo, se arrodilló frente a él sin mediar palabra y liberó ese mounstro que tanto extrañaba.
"Dios qué puta que sos, acabo de saludar a tu novio y ya estás de rodilla chupándola"
Ella ni se inmutó, no sacó sus ojos de encima de su pija y le dió besitos por todas partes con algunas tímidas lamidas en la cabeza.
"Lo que me pajee pensando en vos últimamente"
"Esa carita que tenés y lo bien que chupas pija pendeja"
Él demostrando su punto, pasó todo su glande por su cara mientras ella solamente sacó su lengua deseosa de seguir.
"Me volves loco, mal"
Ella lamía su cabecita mientras le daba algunos chupones, jugaba con sus bolas y lo masturbaba lentamente. Tenía mucha pasión en lo que hacía.
Sebastián, contra el pizarrón de esa pequeña aula rodeada de sillitas infantiles, disfrutaba de lo puta que era María de rodillas frente a él y a metros de su novio que ignoraba todo esto.
Aceleró el ritmo empezando a ir y venir con su cabeza a una mayor velocidad. Él sostenía su nuca acompañando el pete que ella le regalaba en su propia aula.
Como siempre, ella devoraba con devoción y facilidad. Hacía desaparecer esa enorme pija entre sus labios, apenas buscando un poco de aire de vez en cuando mientras lo miraba a los ojos y pajeaba intensamente.
Ese cruce de miradas se vió interrumpido.
"Toc toc" se escuchó del otro lado de la puerta. Llamaban.
María por primera vez se exaltó, se puso de pié y limpió con su manga restos de saliva que tenía en sus labios, mientras tanto Sebas se subía el pantalón como podía y disimulaba su cara de excitación.
Ella abrió la puerta con calma pero con su carita aún roja del morbo y de la reciente mamada.
"Hola amor... Perdón que te joda pero creo que te buscaban, me dijo Vic"
"Uy, ya vengo, quedate con Sebas un toque mientras" y cerró la puerta atrás suyo dejando ambos hombres en esa aula que se podía sentir el calor de lo sucedido anteriormente.
Sebastián no encontraba forma de disimular su erección, las proporciones que tenía su miembro lo hacían una tarea compleja. Afortunadamente, Agustín no iría a mirarlo justo ahí.
"Che es un amor ella" dijo para romper el hielo Sebas al pobre cornudo.
Él lo miró y sonrió algo incómodo, afirmó con la cabeza y no emitió sonido.
Agustín miraba el entorno que lo rodeaba, pocas veces había estado en el aula de su novia y la anterior fué algunos años atrás. Veía adornitos, dibujos y regalitos que le habían hecho sus alumnitos actuales y pasados. Podría decirse que esto le generaba ternura, pero en verdad lo hacía para distraerse del extraño con el que estaba encerrado.
"Hace mucho están juntos?" volvió a intentar cortar el silencio Sebas.
Afortunadamente, sí tuvo respuesta. Aunque un tímido y escueto "si, bastante".
"Tenés mucha suerte! Jajaja" dijo con enorme naturalidad, casi sin pensar.
Esto sí despertó la atención de Agustín que inmediatamente preguntó "por?"
Seba: "ehm... parece muy dulce la verdad y muy atenta"
Agus: "si..."
Seba: "seguro que con vos es igual, no?"
Agus: "si... Y vos de dónde la conoces?"
Seba: "ella me estaba ayudando con un tema de mí sobrina que está en otro curso"
Agus: "ah...y por qué ella?"
Seba: "me la recomendó la profe, es un tema algo privado"
Agus: "ok ok perdón. Me puse algo paranoico"
Seba: "tranqui, pero por qué? si puedo saber claro"
Agus: "me jodió ver a todos los padres mirándole el culo hoy. Varios se la querían chamuyar"
Seba: "ah por celos. Bueno pero ella te debe amar mucho. Mejor para vos si encima tiene un culo que todos le miren"
Agus: "no sé, me molesta la verdad"
Seba: "pero quién no quiere tener una novia buena y con un culo infernal?"
Agus, que entraba en confianza con este desconocido hace segundos, contó sus problemas abiertamente de manera inesperada. Mientras tanto, Seba quería ganar su confianza para evitar sospechas de la razón por la que verdaderamente se encontraba en ese aula.
"Puede ser, pero me cuesta verlo así, siento que todos fantasean con ella" dijo algo vencido el pobre Agustín.
"De hecho vos seguro también la habrás mirado en algún momento por ejemplo" remató previo a que Sebas pueda responder.
El silencio nuevamente se apoderó de la salita, dudó unos pocos segundos cómo responder a esto y se lanzó.
"Si claro, pero es tu novia y es tuya. Te ama a vos"
Agustín no esperaba una confirmación, más allá de que haya sido a fin de empatizar con él y calmarlo con su problema.
"Ves!? Me tiene cansado loco!" Exclamó tras tomarse de mala manera el comentario. Se puso colorado de la bronca y se acercó con cierta agresividad a él. Agustín no le iría a pegar, no era ese tipo de persona, incluso físicamente tenía las de perder.
En ese instante vuelve María quién venía sonriente hasta ver la escena.
"QUÉ HACÉS AGUSTÍN!?" con la mirada clavada en su novio y el ceño fruncido.
"Este flaco como todos te miran el culo!" Fué su pobre defensa ante la situación.
María no podía creer la idiotez que escuchaba.
"Vos me estás jodiendo a mí? Y qué tiene? Que me lo miren todo lo que quieran, vos no podes ser tan desubicado de hacer una escenita"
Mientras terminaba su frase, giró su cadera un poco exponiendo su cola en forma de demostrar su punto. Se inclinó un poco para ganar volumen y su calza se clavaba aún más en sus nalgas. Divina.
"Qué haces nena!?" Replicó Agustín.
María, con la voz un poco más baja para evitar que desde afuera se escuche la pelea, le respondió: "te enseño a que dejes de ser tan tonto, que me mire el culo si quiere"
Mientras tanto, Sebastián disfrutaba del espectacular culo de María aún con toda esta escena de celos entre medio.
María transformó un enojo en morbo en poco tiempo. Al reaccionar de lo que estaba sucediendo, su angelical mirada y sonrisa volvieron. Sus ojitos verdes se iluminaron aún más. Su fachada inocente volvía a estar presente, sin embargo, el diablo detrás de ella aún más.
Se movió más cerca de Sebastián y mirando a su novio que estaba frente de ella, se agachó un poco ya en una posición muy clara para dejarse ver ese culazo con total impunidad.
El gran favorecido, se relamió y mordió su labio de abajo en aprobación al ver cómo la calza remarcaba a la perfección las curvas se sua glúteos. Por otro lado, Agustín estaba en silencio masticando bronca, quiso reaccionar pero previamente su novia argumentó: "te amo menos ahora? No. Algo cambia entre nosotros? Nada. Y Sebas disfruta de verme el culo. Y?"
"Podemos hablarlo en privado? Solos" fué la única respuesta se su novio.
"No, porque vos lo metiste a él. Ahora bancatela" y con sus palabras fué bajando lentamente como una stripper profesional su pantalón dejando ver primero las tiras de su tanga roja que casi infartan a Sebastián. Lo siguiente fué casi fulminante, frente a él, el hilo rojo extremadamente finito se perdía entre sus enormes glúteos.
Cuando Agustín se acercó a ella para vestirla. Maria en una reacción desconcertante, le dió un beso apasionado a su novio que quedó inmóvil con su novia entangada que jugaba con su lengua frente al desconocido.
"Ves que te amo? Me está viendo en tanga y da igual"
No pudo responder, no sabía ni qué decir él.
María dió unos pequeños pasos para atrás trayendo a su novio con ella y lo siguió besando mientras quedó apoyada al imponente bulto de Sebastián.
Este abandonó su pasividad y empezó a moverse para frotar su miembro entre esa firme y enorme cola. A su vez, deslizó sus manos por las caderas de ella masajeando con deseo ese cuerpo.
Agustín no se percató de esto, estaba distraído por ella y sus labios.
María descontrolada por la situación y prácticamente habiendo olvidado dónde estaba, comenzó a masajear el bulto de ambos con cada mano. La diferencia era enorme, literalmente.
Su mano derecha, jugaba con la linda pija de su novio, sin embargo, su mano izquierda apenas si podía cubrir el gigantesco miembro de Sebastián.
Su novio reaccionó y se percató de todo lo que estaba pasando y cómo se dejó llevar.
Su novia en tanga gimiendo entre ambos hombres y con sus manos ocupadas por dos pijas.
Las manos de Sebastián ya acariciaban su conchita por arriba de la tela sin ninguna resistencia por parte de ella.
"Qué estamos haciendo?" dijo Agustín pálido por la situación. Con la mirada confundida.
"Disfrutemos amor, te amo, sabes que es así" respondió tan dulce como siempre María. Incluso, a pesar de estar metiendo su mano dentro del pantalón de otro hombre.
En un segundo liberó el coloso miembro del desconocido, quién estaba totalmente caliente dejándose llevar por esas manos suaves de mujer.
"Tranquilo mí amor, yo te amo a vos" le dijo calmando a su novio mientras se arrodillaba quedando a centímetros del vergon presente que ya recorría con su mirada y sus dedos.
Agustín quiso parar la situación pero no pudo. Miró cómo su novia que lo amaba, veía con enorme deseo el gigante trozo de carne frente a ella.
Ella continuó con la tarea de minutos atrás. Besando tiernamente esa pija, acariciaba el bulto de su novio que seguía erecto a pesar de la fuerte imagen.
Poco tiempo necesitó para agarrar confianza y estar tragando como desesperada otra vez cada centímetro de ese falo.
Los sonidos obsenos que hacía su novia al tragar y ahogarse, debían ser una tortura pero eran una fuente de excitación inagotable.
Ella se colaba los dedos mientras disfrutaba de comerse esa pija sin las manos y acariciar el bulto de Agustín.
Cómo su novia tragaba con tanta facilidad todo eso? Por qué lo hacía con tanta pasión? Parecía realmente una puta. Todo eso pasaba por la mente de el pobre cornudo que observaba la situación más caliente de lo que le gustaría admitir.
"Quiero toda tu lechita por favor" decía María mientras masturbaba a Sebas y lo miraba hecha una gata.
Este ya con más confianza, pasó todo su glande por la carita blanquita y tierna de ella mientras su novio observaba. Incluso le dió algunos golpecitos que ella recibió sonriente.
Fué el detonante que rompió su timidez o respeto. Lo siguiente fué tomarla de la nuca y cogerle la boca violentamente.
Ella solo disfrutaba del sabor de esa humillación que estaba recibiendo y resistía las arcadas como una profesional. Sentía cómo le entraba hasta la garganta y buscaba soportar la asfixia.
Agustín estaba incrédulo de la capacidad de su novia para manejar semejante mounstro. Su pija, que hasta sentía vergüenza de sacar, estaba por explotar.
Ya su novia no lo masajeaba, tenía sus manos ocupadas entre sus tetas y su conchita. Se pajeaba descontroladamente mientras un desconocido para él le penetraba la garganta a su gusto.
Sebastián solo paró para apoyar la cabeza de su miembro en los labios de ella y pajearse frente a su carita.
Ella aprovechó para volver a respirar y aún con lágrimas en sus ojos y mejillas, abrió la boca y sacó su lengua esperando el regalito.
Agustín vió una impresionante cantidad de leche que empezó a brotar de ese vergon y fué llenando la boca de su novia.
Ella no dejaba salir nada e iba tragando desesperada como si fuese agua en el desierto.
Algunos hilos blancos cayeron a sus labios pero todo el resto, ella lo tragó como una actriz porno. Mostró a su macho que no quedó nada y se relamió lo que no había ido a parar dentro de su boquita.
Chupó un poco más esa verga hasta asegurarse que no iba a salir más nada.
Su novio, cortó la escena de estos amantes preguntando: "me seguís amando, verdad?"
"Más que nunca" fué la respuesta de María que se volvió a cambiar y llevó a su novio a casa para seguir entre enamorados.
Era imposible no mirarla al verla pasar.
Si bien él lo sabía, aquél día en el acto de fin de año del jardín quedó sorprendido enormemente por la cantidad de padres que omitieron las actuaciones de sus hijos para llevar su atención plenamente a la cola de su novia. Las fantasías que rondaron por esas cabezas al ver a "la seño" inocente de salita roja bailar y aplaudir con los nenes.
Su cola rebotaba de manera hipnótica en la coreografía. Su sonrisa era radiante, su calza impactaba por lo bien que le quedaba pegada al cuerpo. Sus ojos verdes eran la guinda del postre que todos se deseaban comer.
Entre el público, estaba Cristian, quién había tenido la suerte pero no por eso no deseaba repetir.
Su novio, shockeado por la masividad de erecciones que su novia estaría provocando, comenzó a fastidiarse con la situación. Se dedicó a mirar cómo esos padres disfrutaban más del culo de ella que de sus propios hijos.
No lo sorprendió al ver que tras el acto, varios se amontonaron a saludarla y felicitarla. Muchos abrazos y saludos efusivos aprovechando la situación para pegar su cuerpo contra el de ella.
Tuvieron que moverse para dejar espacio al siguiente curso, María fué con su novio sonriente como siempre a preguntarle si había disfrutado.
"Bueno, yo sí, pero más los padres que no dejaron de mirarte..." fué su cortante respuesta.
"Jajajaja qué tontito, te deben tener envidia" y se puso en puntita de pié para darle un veloz piquito que activó ciertos chistes entre los nenes de alrededor.
La canción de Frozen sonó y comenzó el siguiente acto ante la mirada dispersa de todos que ya no encontraban algo tan interesante en el escenario como antes.
"Ya vuelvo amor, voy a buscar unas cositas, Vic se queda con los chicos un ratito"
En el camino que genuinamente tenía trazado, se cruzó a Cristian quién nunca le perdió la mirada.
"Cada día más linda estás" dijo por lo bajo.
Al darse vuelta para verlo, su mirada se desvió fuertemente a otra persona.
Ignoró completamente a su ex amante y fué entre la multitud de padres donde visualizó alguien conocido.
"Sebas!!???" preguntó por lo bajo haciendo de cuenta que gritaba.
Efectivamente, su último amante estaba ahí, tras platicar, descubrió que su sobrina iba al mismo jardín que ella daba clases.
"Qué coincidencia pensé que nunca más te iba a encontrar" dijo él aún sorprendido por la escena.
"De verdad qué loco! Bueno, te dejo tranqui viendo a tu sobrina perdona"
Cuando quiso irse, él la tomó de la mano entre la gente. Ella miró para el lado de su novio que vió como charlaba con Victoria sin ningún reparo.
"Esperá, podemos charlar un toque?"
"Si claro, cuando termina el acto de tu sobrinita te vengo a buscar" y se perdió entre la gente.
La canción de Disney concluyó y se podía ver a Sebastián estirando el cuello entre la gente con el fin de visualizar a María.
Cuando la encontró, la vió charlando con su novio de la mano. No pudo evitar acercarse.
"Hola Mari!" simuló verla por primera vez.
Ella como si nada, presentó a ambos que se saludaron con un estrechon de manos amistoso y hasta una palmadita en la espalda.
"Amor, perdón, dame un toque que tengo que ayudar a Sebas con un tema de la sobrina" tras esa frase, lo acompañó fuera del salón de actos en donde tras cruzar un pasillo, fueron a la salita roja donde ella daba clases.
Cerró la puerta con llave, bajó la cortina y mientras una nueva canción de Disney sonaba de fondo, se arrodilló frente a él sin mediar palabra y liberó ese mounstro que tanto extrañaba.
"Dios qué puta que sos, acabo de saludar a tu novio y ya estás de rodilla chupándola"
Ella ni se inmutó, no sacó sus ojos de encima de su pija y le dió besitos por todas partes con algunas tímidas lamidas en la cabeza.
"Lo que me pajee pensando en vos últimamente"
"Esa carita que tenés y lo bien que chupas pija pendeja"
Él demostrando su punto, pasó todo su glande por su cara mientras ella solamente sacó su lengua deseosa de seguir.
"Me volves loco, mal"
Ella lamía su cabecita mientras le daba algunos chupones, jugaba con sus bolas y lo masturbaba lentamente. Tenía mucha pasión en lo que hacía.
Sebastián, contra el pizarrón de esa pequeña aula rodeada de sillitas infantiles, disfrutaba de lo puta que era María de rodillas frente a él y a metros de su novio que ignoraba todo esto.
Aceleró el ritmo empezando a ir y venir con su cabeza a una mayor velocidad. Él sostenía su nuca acompañando el pete que ella le regalaba en su propia aula.
Como siempre, ella devoraba con devoción y facilidad. Hacía desaparecer esa enorme pija entre sus labios, apenas buscando un poco de aire de vez en cuando mientras lo miraba a los ojos y pajeaba intensamente.
Ese cruce de miradas se vió interrumpido.
"Toc toc" se escuchó del otro lado de la puerta. Llamaban.
María por primera vez se exaltó, se puso de pié y limpió con su manga restos de saliva que tenía en sus labios, mientras tanto Sebas se subía el pantalón como podía y disimulaba su cara de excitación.
Ella abrió la puerta con calma pero con su carita aún roja del morbo y de la reciente mamada.
"Hola amor... Perdón que te joda pero creo que te buscaban, me dijo Vic"
"Uy, ya vengo, quedate con Sebas un toque mientras" y cerró la puerta atrás suyo dejando ambos hombres en esa aula que se podía sentir el calor de lo sucedido anteriormente.
Sebastián no encontraba forma de disimular su erección, las proporciones que tenía su miembro lo hacían una tarea compleja. Afortunadamente, Agustín no iría a mirarlo justo ahí.
"Che es un amor ella" dijo para romper el hielo Sebas al pobre cornudo.
Él lo miró y sonrió algo incómodo, afirmó con la cabeza y no emitió sonido.
Agustín miraba el entorno que lo rodeaba, pocas veces había estado en el aula de su novia y la anterior fué algunos años atrás. Veía adornitos, dibujos y regalitos que le habían hecho sus alumnitos actuales y pasados. Podría decirse que esto le generaba ternura, pero en verdad lo hacía para distraerse del extraño con el que estaba encerrado.
"Hace mucho están juntos?" volvió a intentar cortar el silencio Sebas.
Afortunadamente, sí tuvo respuesta. Aunque un tímido y escueto "si, bastante".
"Tenés mucha suerte! Jajaja" dijo con enorme naturalidad, casi sin pensar.
Esto sí despertó la atención de Agustín que inmediatamente preguntó "por?"
Seba: "ehm... parece muy dulce la verdad y muy atenta"
Agus: "si..."
Seba: "seguro que con vos es igual, no?"
Agus: "si... Y vos de dónde la conoces?"
Seba: "ella me estaba ayudando con un tema de mí sobrina que está en otro curso"
Agus: "ah...y por qué ella?"
Seba: "me la recomendó la profe, es un tema algo privado"
Agus: "ok ok perdón. Me puse algo paranoico"
Seba: "tranqui, pero por qué? si puedo saber claro"
Agus: "me jodió ver a todos los padres mirándole el culo hoy. Varios se la querían chamuyar"
Seba: "ah por celos. Bueno pero ella te debe amar mucho. Mejor para vos si encima tiene un culo que todos le miren"
Agus: "no sé, me molesta la verdad"
Seba: "pero quién no quiere tener una novia buena y con un culo infernal?"
Agus, que entraba en confianza con este desconocido hace segundos, contó sus problemas abiertamente de manera inesperada. Mientras tanto, Seba quería ganar su confianza para evitar sospechas de la razón por la que verdaderamente se encontraba en ese aula.
"Puede ser, pero me cuesta verlo así, siento que todos fantasean con ella" dijo algo vencido el pobre Agustín.
"De hecho vos seguro también la habrás mirado en algún momento por ejemplo" remató previo a que Sebas pueda responder.
El silencio nuevamente se apoderó de la salita, dudó unos pocos segundos cómo responder a esto y se lanzó.
"Si claro, pero es tu novia y es tuya. Te ama a vos"
Agustín no esperaba una confirmación, más allá de que haya sido a fin de empatizar con él y calmarlo con su problema.
"Ves!? Me tiene cansado loco!" Exclamó tras tomarse de mala manera el comentario. Se puso colorado de la bronca y se acercó con cierta agresividad a él. Agustín no le iría a pegar, no era ese tipo de persona, incluso físicamente tenía las de perder.
En ese instante vuelve María quién venía sonriente hasta ver la escena.
"QUÉ HACÉS AGUSTÍN!?" con la mirada clavada en su novio y el ceño fruncido.
"Este flaco como todos te miran el culo!" Fué su pobre defensa ante la situación.
María no podía creer la idiotez que escuchaba.
"Vos me estás jodiendo a mí? Y qué tiene? Que me lo miren todo lo que quieran, vos no podes ser tan desubicado de hacer una escenita"
Mientras terminaba su frase, giró su cadera un poco exponiendo su cola en forma de demostrar su punto. Se inclinó un poco para ganar volumen y su calza se clavaba aún más en sus nalgas. Divina.
"Qué haces nena!?" Replicó Agustín.
María, con la voz un poco más baja para evitar que desde afuera se escuche la pelea, le respondió: "te enseño a que dejes de ser tan tonto, que me mire el culo si quiere"
Mientras tanto, Sebastián disfrutaba del espectacular culo de María aún con toda esta escena de celos entre medio.
María transformó un enojo en morbo en poco tiempo. Al reaccionar de lo que estaba sucediendo, su angelical mirada y sonrisa volvieron. Sus ojitos verdes se iluminaron aún más. Su fachada inocente volvía a estar presente, sin embargo, el diablo detrás de ella aún más.
Se movió más cerca de Sebastián y mirando a su novio que estaba frente de ella, se agachó un poco ya en una posición muy clara para dejarse ver ese culazo con total impunidad.
El gran favorecido, se relamió y mordió su labio de abajo en aprobación al ver cómo la calza remarcaba a la perfección las curvas se sua glúteos. Por otro lado, Agustín estaba en silencio masticando bronca, quiso reaccionar pero previamente su novia argumentó: "te amo menos ahora? No. Algo cambia entre nosotros? Nada. Y Sebas disfruta de verme el culo. Y?"
"Podemos hablarlo en privado? Solos" fué la única respuesta se su novio.
"No, porque vos lo metiste a él. Ahora bancatela" y con sus palabras fué bajando lentamente como una stripper profesional su pantalón dejando ver primero las tiras de su tanga roja que casi infartan a Sebastián. Lo siguiente fué casi fulminante, frente a él, el hilo rojo extremadamente finito se perdía entre sus enormes glúteos.
Cuando Agustín se acercó a ella para vestirla. Maria en una reacción desconcertante, le dió un beso apasionado a su novio que quedó inmóvil con su novia entangada que jugaba con su lengua frente al desconocido.
"Ves que te amo? Me está viendo en tanga y da igual"
No pudo responder, no sabía ni qué decir él.
María dió unos pequeños pasos para atrás trayendo a su novio con ella y lo siguió besando mientras quedó apoyada al imponente bulto de Sebastián.
Este abandonó su pasividad y empezó a moverse para frotar su miembro entre esa firme y enorme cola. A su vez, deslizó sus manos por las caderas de ella masajeando con deseo ese cuerpo.
Agustín no se percató de esto, estaba distraído por ella y sus labios.
María descontrolada por la situación y prácticamente habiendo olvidado dónde estaba, comenzó a masajear el bulto de ambos con cada mano. La diferencia era enorme, literalmente.
Su mano derecha, jugaba con la linda pija de su novio, sin embargo, su mano izquierda apenas si podía cubrir el gigantesco miembro de Sebastián.
Su novio reaccionó y se percató de todo lo que estaba pasando y cómo se dejó llevar.
Su novia en tanga gimiendo entre ambos hombres y con sus manos ocupadas por dos pijas.
Las manos de Sebastián ya acariciaban su conchita por arriba de la tela sin ninguna resistencia por parte de ella.
"Qué estamos haciendo?" dijo Agustín pálido por la situación. Con la mirada confundida.
"Disfrutemos amor, te amo, sabes que es así" respondió tan dulce como siempre María. Incluso, a pesar de estar metiendo su mano dentro del pantalón de otro hombre.
En un segundo liberó el coloso miembro del desconocido, quién estaba totalmente caliente dejándose llevar por esas manos suaves de mujer.
"Tranquilo mí amor, yo te amo a vos" le dijo calmando a su novio mientras se arrodillaba quedando a centímetros del vergon presente que ya recorría con su mirada y sus dedos.
Agustín quiso parar la situación pero no pudo. Miró cómo su novia que lo amaba, veía con enorme deseo el gigante trozo de carne frente a ella.
Ella continuó con la tarea de minutos atrás. Besando tiernamente esa pija, acariciaba el bulto de su novio que seguía erecto a pesar de la fuerte imagen.
Poco tiempo necesitó para agarrar confianza y estar tragando como desesperada otra vez cada centímetro de ese falo.
Los sonidos obsenos que hacía su novia al tragar y ahogarse, debían ser una tortura pero eran una fuente de excitación inagotable.
Ella se colaba los dedos mientras disfrutaba de comerse esa pija sin las manos y acariciar el bulto de Agustín.
Cómo su novia tragaba con tanta facilidad todo eso? Por qué lo hacía con tanta pasión? Parecía realmente una puta. Todo eso pasaba por la mente de el pobre cornudo que observaba la situación más caliente de lo que le gustaría admitir.
"Quiero toda tu lechita por favor" decía María mientras masturbaba a Sebas y lo miraba hecha una gata.
Este ya con más confianza, pasó todo su glande por la carita blanquita y tierna de ella mientras su novio observaba. Incluso le dió algunos golpecitos que ella recibió sonriente.
Fué el detonante que rompió su timidez o respeto. Lo siguiente fué tomarla de la nuca y cogerle la boca violentamente.
Ella solo disfrutaba del sabor de esa humillación que estaba recibiendo y resistía las arcadas como una profesional. Sentía cómo le entraba hasta la garganta y buscaba soportar la asfixia.
Agustín estaba incrédulo de la capacidad de su novia para manejar semejante mounstro. Su pija, que hasta sentía vergüenza de sacar, estaba por explotar.
Ya su novia no lo masajeaba, tenía sus manos ocupadas entre sus tetas y su conchita. Se pajeaba descontroladamente mientras un desconocido para él le penetraba la garganta a su gusto.
Sebastián solo paró para apoyar la cabeza de su miembro en los labios de ella y pajearse frente a su carita.
Ella aprovechó para volver a respirar y aún con lágrimas en sus ojos y mejillas, abrió la boca y sacó su lengua esperando el regalito.
Agustín vió una impresionante cantidad de leche que empezó a brotar de ese vergon y fué llenando la boca de su novia.
Ella no dejaba salir nada e iba tragando desesperada como si fuese agua en el desierto.
Algunos hilos blancos cayeron a sus labios pero todo el resto, ella lo tragó como una actriz porno. Mostró a su macho que no quedó nada y se relamió lo que no había ido a parar dentro de su boquita.
Chupó un poco más esa verga hasta asegurarse que no iba a salir más nada.
Su novio, cortó la escena de estos amantes preguntando: "me seguís amando, verdad?"
"Más que nunca" fué la respuesta de María que se volvió a cambiar y llevó a su novio a casa para seguir entre enamorados.
11 comentarios - María la santa (7)
Y que lindo empezar la mañana así
Lo que no sabe el cornudo es la cantidad de vueltas olìmpicas que los machos le estàn pegando a su noviecita. 😈