Hace un tiempo comencé a vestirme de mujer.
Lo hago en la intimidad.
Me encierro en mi cuarto y comienzo a ponerme una tanguita, medias y todo lo necesario para verme lo más femenina posible.
En cada producción, es inevitable no sacarme aunque sea una foto.
La cosa fue de menor a mayor, a tal punto de hacerlo todos los días.
A veces con más tiempo, otras no tanto.
La cuestión es que un día, tuve unos problemas en el baño.
Me acordé que uno de los vecinos era plomero, así que lo llamé.
Hasta ahí cero relación, habíamos cruzado unas pocas palabras de saludos y nada más.
Yo tenía más "onda" con la mujer, fue la que me dijo que su marido era plomero.
Al día siguiente estaba en mi casa. Me dice que tenía para rato, 2 horas o más. Pero que tenía solución.
Bueno, le digo que cualquier cosa me avisara que iba a estar en la habitación "trabajando". Que me llame cuando esté listo.
Obviamente era mentira, tenía 2 horas libres y quería aprovechar para vestirme de mujer, al igual que todos los días.
Confiada en las 2 horas que me dijo y en el llamado que iba a recibir, arranque a montarme.
Ya estaba completamente vestida, no había pasado ni 20 minutos.
Recuerdo que arranco a tomarme las fotos, y en eso escucho el ruido de la puerta.
No tuve tiempo de nada.
Giro la cabeza y era él, mirándome de pies a cabeza.
Estaba así:
Algo habrá olido, imaginado...
"Que divina estás" fue lo primero que escuché.
Me acerco a él y me dice: "Que lindo verte así"
Y de forma muy educada continúa: "Que linda cola tienes. ¿La puedo probar?"
Sin más palabras, comencé a chuparle la pija.
Pasó un buen rato hasta que le alcancé un preservativo que tenía en un cajón de la mesita de luz.
Me cogió en 4, contra la pared y de nuevo en 4.
Jamás había sentido tanto placer.
Hicimos un hermoso pacto: ni él cuenta lo que vio ni yo le comento algo a su mujer.
Y sí, cada tanto repetimos...
Pero ahora le abro la puerta ya estando vestida de mujer.
Me convirtió en una hembra más.
Espero les guste la historia.
Muy pocos hombres conocen mi lado femenino oculto.
Lo hago en la intimidad.
Me encierro en mi cuarto y comienzo a ponerme una tanguita, medias y todo lo necesario para verme lo más femenina posible.
En cada producción, es inevitable no sacarme aunque sea una foto.
La cosa fue de menor a mayor, a tal punto de hacerlo todos los días.
A veces con más tiempo, otras no tanto.
La cuestión es que un día, tuve unos problemas en el baño.
Me acordé que uno de los vecinos era plomero, así que lo llamé.
Hasta ahí cero relación, habíamos cruzado unas pocas palabras de saludos y nada más.
Yo tenía más "onda" con la mujer, fue la que me dijo que su marido era plomero.
Al día siguiente estaba en mi casa. Me dice que tenía para rato, 2 horas o más. Pero que tenía solución.
Bueno, le digo que cualquier cosa me avisara que iba a estar en la habitación "trabajando". Que me llame cuando esté listo.
Obviamente era mentira, tenía 2 horas libres y quería aprovechar para vestirme de mujer, al igual que todos los días.
Confiada en las 2 horas que me dijo y en el llamado que iba a recibir, arranque a montarme.
Ya estaba completamente vestida, no había pasado ni 20 minutos.
Recuerdo que arranco a tomarme las fotos, y en eso escucho el ruido de la puerta.
No tuve tiempo de nada.
Giro la cabeza y era él, mirándome de pies a cabeza.
Estaba así:
Algo habrá olido, imaginado...
"Que divina estás" fue lo primero que escuché.
Me acerco a él y me dice: "Que lindo verte así"
Y de forma muy educada continúa: "Que linda cola tienes. ¿La puedo probar?"
Sin más palabras, comencé a chuparle la pija.
Pasó un buen rato hasta que le alcancé un preservativo que tenía en un cajón de la mesita de luz.
Me cogió en 4, contra la pared y de nuevo en 4.
Jamás había sentido tanto placer.
Hicimos un hermoso pacto: ni él cuenta lo que vio ni yo le comento algo a su mujer.
Y sí, cada tanto repetimos...
Pero ahora le abro la puerta ya estando vestida de mujer.
Me convirtió en una hembra más.
Espero les guste la historia.
Muy pocos hombres conocen mi lado femenino oculto.
8 comentarios - Adoro ser la mujer de un macho